Seguidores

domingo, marzo 26, 2017

EL ABUELO MATERNO Cap. 5

                                            EL ABUELO MATERNO   5
                     Sonia vive con sus tíos Ingrid y Williams Adams y sus primas
… Sonia se mantenía echada, sollozaba imperceptiblemente en el regazo de su tío, acababa de aprender que significaba la disciplina en la casa del hermano de su padre, ahora había sentido lo que su prima había sufrido cuando la administraban aquellas azotainas. Siendo una niña había visto en más de una ocasión como su prima Susana era castigada por su papa o por su mama, pero jamás había sido ella la castigada y ahora ya sabía lo que significaba estar bajo su tutela, a sus treinta y dos años lo acababa de averiguar, “vaya! Si lo estaba averiguando”.
     María y su madre Susana no habían perdido detalle alguno, de la reprimenda por haber sido expulsada de la universidad, los últimos días habían transcurrido relativamente tranquilos para ellas, llevaban casi una semana sin que sus traseros lamentaran una azotaina a manos de su padre o abuelo. Todo un record teniendo a su hija María en casa sobre todo desde que había vuelto de la universidad, con más ganas que nunca de verse sobre las rodillas del abuelo o abuela y de vivir las sensaciones de una azotaina en  su trasero, sentir como sus nalgas iban acumulando ese ardor en sus nalgas, como el disfrutar de caminar con su trasero inflamado por la azotaina, era toda una experta en meterse en líos desde que había vuelto, y lo que era mucho peor, una experta en meter a su madre en problemas.
     La pequeña María se las pintaba sola para meterse en problemas, pero era algo nuevo para ella ver como su prima Sonia la castigaba el abuelo, había despertado en ella su instinto de spankee. Había contemplado como Sonia había intentado huir de ser castigada y como su abuelo iba tras ella a buscarla, como la obligaba a soltarse de un mueble, para agarrarla de la cintura y la traía de nuevo bajo su brazo en volandas, María disfruto de la manera Sonia rogaba una y otra vez no ser castigada, era todo un espectáculo ver sus piernas como las agitaba y como se debatía forcejeando para librarse de las manos de su tío, luchaba alocadamente intentando escapar de nuevo, mientras su tío cargaba con ella de aquella manera, no solo eran las piernas, la falda del vestido al colgar su cuerpo hacia el suelo, por la manera que la llevaba sujeta su tío, se le  había levantado o descubierto su trasero, lo que dejaba a la vista las braguitas de algodón rosas con lunares verdes. Verle como las bragas cubrían todo su trasero, al ser estas de cintura alta, en una chiquilla como ella, podían ser habituales al ser aun considerada una niña, pero el ver como toda una mujer las llevaba como ella y que sus muslos abriéndose y cerrándose, y sobre todo el fondillo de sus braguitas que mantenían la parte intima cubierta, pero no ocultaba cierta zona, que en ese punto en concreto, se vislumbraba  un tono más oscuro, lo que hacía destacar en el color rosa de las bragas. Aquella humedad también María la sentía en su entrepierna en sus propias braguitas, y deducía su turbulenta mente que su mama debería tenerlas igual que ella. Cuando vio cómo su prima a la cual acababa de conocer, sobre las rodillas de su abuelo, pataleando de aquella manera, se veía ella así misma. Cuando la mano de su abuelo empezó la azotaina con ella, viendo cómo se agitaba el trasero de Sonia a cada azote sobre su trasero, María no pudo evitar deslizar su mano bajo su falda, e introducirla en el interior de sus braguitas, disimuladamente en el fondillo de sus braguitas se dibujaba como sus dedos se movían. De tanto en tanto juntaba sus rodillas para no ser descubierta, ya que la mesa era algo más alta de lo habitual, dada la altura de sus abuelos, también las sillas de largas patas y en contraste con su baja estatura, hacía que sus piernas colgaran, sus pies no alcanzaban el suelo, por lo cual alguien sentado en frente como su abuelo, no tendría dificultad en ver lo que hacía.
   María miraba a su madre, a su abuela y sobre todo a su abuelo, el cual estaba centrado en darle la azotaina en el culo de su sobrina Sonia. Sobre todo se fijaba en el rostro de su madre, Susana. La veía como suspiraba, aunque tenía su rostro tapado por su mano izquierda, la derecha la tenía bajo la mesa, era de suponer que madre e hija hacían diabluras con sus dedos, mientras de fondo se escuchaban los lamentos de su prima Sonia. No quitaban ambas el ojo del trasero de Sonia, como iba cambiando su tono de las sombras blancuzcas de la piel, a un tono rojo cada vez más intenso. Era la primera vez que disfrutaban viendo como otra chica era castigada, hasta ahora siempre o era la madre quien recibía castigo, por lo cual la hija sentía pena y lastima por su madre, o viceversa. En cambio, ahora no eran ellas quienes recibían estando tumbadas sobre las rodillas del abuelo o madre, o abuela y padre. Por lo que las dos estaban experimentando una sensación de estar disfrutando de alguna manera de aquella visión, aunque para María no significaba nada su prima pues era la primera vez que la veía en su vida, en cambio para Susana si había sentimientos de culpa, aunque en la falta por la cual estaba siendo castigada Sonia,  nada tenía que ver ella en esta ocasión.
     A las dos se les pudo ver en los ojos un brillo especial, cuando vieron como el abuelo le bajaba las bragas a Sonia, así de cómo estas eran bajadas hasta sus rodillas y ambas abrieron los ojos como platos al ver que la madre le entregaba aquel cepillo de madera, y como la abuela pasaba por detrás para situarse a la izquierda agachándose para sujetarle las manos a su prima, momento que con rapidez extrajeron sus manos de sus bragas, pues su abuela y madre las podría ver sorprendiéndolas infraganti a las dos. Suspiraron las dos aliviadas que no fueran pilladas con sus manos en el interior de sus braguitas, sobre todo el fondillo de sus bragas rosas con lunares verdes como las de Sonia, aunque la sombra de humedad era difícil de ocultar no fuera visto.
     Las dos hacían parpadear sus ojos y apretando los dientes cada vez que el pesado cepillo impactaba en el trasero de su prima, y como a cada azote, Sonia aullaba de dolor al sentir el cepillo en sus nalgas desnudas. Como de su garganta salían aquellos gritos de dolor, que se atropellaba uno con otro, dado la rapidez que el cepillo impactaba en el trasero, sin pausa, uno tras otro y a un ritmo que nunca habían visto. Ahora ambas observaban angustiadas de cómo se debatía Sonia sobre el regazo de su tío, como abría sus piernas y como las bragas ejercían un efecto resorte, el cual aunque estas se estiraban bastante, hacía que las piernas volvieran a cerrarse igual que un muelle. Se imaginaban lo mal que lo debía estar pasando, ellas habían sentido varias veces ese cepillo en sus traseros, pero ahora veían que el abuelo no se había empleado a fondo con ellas, en cambio con Sonia sí que le estaba dando duro de verdad.
   El tío había dejado de administrar el terrible castigo, pero mantenía aun a Sonia sobre el regazo echada. La tía le había soltado las manos y están raudas habían volado a sujetarse el culo, aunque simplemente las mantenía posadas sobre él, debía de dolerle mucho porque no se atrevía a sobarse el mismo. El color oscuro, un color que parecía negro, aunque de cerca se divisaba que era morado el color que tenía en sus nalgas severamente castigadas. La azotaina en sí, no había durado mucho tiempo, apenas unos minutos.
    Pasados unos minutos Sonia fue ayudada por su tía a levantarse, una vez de pie, el rostro de Sonia era un poema, todo él, congestionado con lágrimas descendiendo por sus mejillas una tras otra, tenía toda la cara mojada por ellas, de la comisura de sus labios salía saliva de lo mucho que había llorado e implorado que parase su tío de darle en el culo de aquella manera. Verla de pie entre las piernas de su tío, con el culo rojo como una amapola, teniendo la parte central de sus nalgas un tono más oscuro. Con sus manos posadas sobre el culo enrojecido e ardiente. Su tío con la mano derecha la acariciaba el muslo izquierdo cariñosamente, mientras la seguía regañando.
(Sr. Adams)  .- Espero que esto te sirva de lección desvergonzada! Como se puede ser tan imprudente  a tus treinta y dos años, toda una profesora como tú!!! Y que es  eso que agrediste al Decano! Como te atreviste a llevar las cosas hasta ese extremo, eh! Responde a tu tío! O quieres que te caliente el culo un poco más!!!
(Sonia)  .- Aaauuuuuchhh!!! Aaaaauuuchhh!  No… fue… así… tío! Fue sin querer. Alguien me agarro la mano, y me deje… Auuuch!! Llevar y abofetee. Pero me disculpe al instante, cuando le vi!!
(Sr. Adams)  .- Que no se vuelva a repetir, entendido?
(Sonia)  .- “Aaayeeesss”. Si tío, como tú digas.
(Sr. Adams)  .- Ahora sinvergüenza!! Vete aquel rincón tal y como estas, con las bragas en los tobillos, y ese culo a la vista de tus primas, así aprenderás que en esta casa tu edad no significa nada, para tu tía y para mí siempre serás la mocosa que hacías travesuras, con la diferencia que ahora se te va a calentar el trasero de firme cada vez que sea necesario, y no serán pocas veces. Créeme!!!
     Sollozando y con la dificultad añadida de andar a pasitos cortos por la traba de sus braguitas en los tobillos, además por una razón de peso. A cada paso que daba sus nalgas, sentía en ellas unos terribles pinchazos. Estas sensaciones no eran nuevas para ella, las había sentido hacia apenas quince días. Pero, esta vez había sido la azotaina más corta, pero mucho más intensa. Bueno, no resultaba ser igual que las que recibiera quince días atrás. Esta se la había dado su tío, el hermano de su padre, lo que era como decir que había sido castigada por su padre, además de ser sus tíos, era la ahijada de ellos, pues habían sido los padrinos en su bautizo. El castigo había resultado para ella un verdadero infierno, había pasado mucha vergüenza, solo con ir vestida de aquella manera tan infantil a sus treinta y dos años, ya le había resultado ser algo demoledor mentalmente. En la universidad cuando la castigaban estaba muy húmeda y mojaba sus braguitas de manera abundante. Ahora en cambio, se notaba húmeda pero no tanto como días atrás. Mientras permanecía en el rincón, rememoraba todo lo acontecido. Aun no se podía creer que hubiera salido huyendo como cuando era niña, y como se había comportado al ser cargada como un fardo, para ser conducida en donde su tío le había calentado el culo. La azotaina con la mano misma, le había resultado muy dolorosa cuando días atrás, habría disfrutado de estar sobre las rodillas de George o de John. O cuando le había bajado las bragas, había sido muy vergonzoso para ella que su tío se las bajase, como a una niña. Aunque ahora esos recuerdos le estaban devolviendo a sus primitivos instintos, pues ahora si sentía abundante humedad en su entrepierna, pues podía sentir como descendían unas gotas por el interior de sus muslos.
    Sonia escuchaba como hablaban sus tíos sobre ella, la televisión de fondo, y sus primas las podía ver que estaban sentadas aun en la mesa. Por el olor, pudo deducir que la cena ya estaba lista, lo que no sabía era si seguiría castigada o por el contrario la dejarían cenar, pues tenía mucho apetito.
(Sra. Adams)  .- Niñas!!! Id a lavaros las manos!!! Tú también Sonia! Ya te puedes subir las bragas y bajarte la falda.
(Susana)  .- Madre ya nos las hemos lavado antes de sentarnos.
(Sra. Adams)  .- No me hagáis repetíroslo dos veces!!!  Laváoslas bien! Luego ya hablare como vosotras dos, creéis que no os he visto, cochinas!!! O preferís que se lo cuente a tu padre?
      Susana y María se levantaron de sus sillas sin rechistar, y subieron arriba al baño. Mientras Sonia en el rincón se agacho para subirse las braguitas, con los correspondientes pinchazos en sus nalgas sobre todo al reincorporarse, y se pasó las braguitas muy lentamente por el trasero, una vez ajustadas en su cintura, dejo caer su falda. Y se dirigió hacia el baño como sus primas, pero para subir las escaleras se agarró a la baranda con su mano izquierda, mientras la derecha de acariciaba el culo sobre las bragas. Ya en el baño sus primas estaban las dos con las bragas bajadas cuando ella entro, se quedó sorprendida cuando las vio a las dos con toallitas de papel secando el fondillo de sus bragas, las dos las tenían muy mojadas.
(Sonia)  .- Que hacéis?
(María)  .- Es que no lo ves, tonta! Secarlas, para que ella no note nada cuando nos las revise antes de ir a la cama.
(Sonia)  .- La tía os revisa las braguitas antes de acostaros?
(Susana)  .- Al acostarnos y al levantarnos, y pobre de ti como vea que te has tocado durante la noche! Y ya nos va a dar de lo lindo, pues nos ha visto tocarnos cuando estabas recibiendo tu castigo! Perdona, prima! Pero ha sido superior a nuestras fuerzas! Era tan hermoso…
(Sonia)  .- Tranquilas! Ya veo que también os gusta que os calienten el culo, como…. A mí. Por eso he acabado aquí!
(Susana)  .- Como dices? Acaso has provocado la situación?
(Sonia)  .- Me guardareis el secreto? Si se llegara a enterar tu padre, entonces sería capaz de desollarme el culo!
(Susana)  .- Puedes estar tranquila, ya sabes que siempre he sabido guardar un secreto.
(Sonia)  .- Pues entre unas amigas y yo lo preparamos todo, arriesgue mucho la verdad. Me podría haber salido mal, pero contábamos que los de la junta de la universidad son unos carcamales y que todos votarían a favor de un castigo ejemplar.
(Sra. Adams)  .- Niñas!!! Como tenga que subir a buscaros, ya podéis ir preparando el culo!!!
(Susana)  .- Mejor será que bajemos y rápido! Mi madre no tiene mucha paciencia.
    Madre e hija se subieron las braguitas, y se lavaron rápidamente las manos, Sonia hizo lo propio, las tres salieron del baño casi a la carrera, cruzándose con la Sra. Adams al salir. Está levantando su pie hacia atrás, se sacó la zapatilla con destreza empuñándola por el talón y lanzando zapatillazos a los tres traseros, María se comportó como una heroína dejándose agarrar por la abuela, así Sonia pudo escapar de la zapatilla, Susana no tuvo tanta suerte, fue alcanzada por dos, tres, cuatro azotes en su culo, la cual impulsando su cuerpo hacia delante se libró del quinto por los pelos, la zapatilla rozo sus braguitas. En cambio María, fue cazada de un brazo y sujeta por él, le fue soltando zapatillazos todo el pasillo y obligada a bajar los escalones de la escalera a zapatillazo limpio, hasta que al sentarse a la mesa aun le alcanzo el último en el costado del muslo derecho. María se sentó con rapidez secándose las cuatro lágrimas que tenía en sus mejillas. La Sra. Adams paso por delante de Susana que se había sentado con rapidez en su silla, pero fue agarrada del lóbulo izquierdo de su oreja, y tirando de él, la hizo levantar de la silla, su madre arqueo la pierna izquierda hacia ese mismo lado, impulsando a su hija sobre la pierna y al vuelo, con una precisión insospechada, la cazó por la cintura al tiempo que con la misma mano levantaba la falda a Susana, y le empezó a dar alpargatazos en el culo por encima de las bragas.
(Sra. Adams)  .- Te has creído que te ibas a reír de tu madre? Ahora vas a ver lo que pasa cuando mama dice ir a lavaros rápido, es lavaros rápido!!! Lavaros rápido! Lavaros rápido! Lavaros rápido! Lavaros rápido! Lavaros rápido! Así aprenderás!!!
     Susana, apenas podía moverse por lo que todos los zapatillazos cayeron en la base de su trasero, donde más pica. Las bragas aunque le cubrían bien el culo, su madre había tirado de la cinturilla hacia arriba, con lo que los mofletes de sus nalgas quedaron al descubierto, al incrustarse sus braguitas entre las dos medias lunas, dejando el culo expuesto a la zapatilla. En apenas nada de tiempo, cuarenta buenos zapatillazos dieron de pleno en el culo, el cual cambio rápidamente de color, poniéndoselo colorado como los pétalos de una amapola. Cuando fue liberada sus manos se cubrieron el culo cogiéndose las nalgas y sobándose con fricción.
    Sonia observaba con los ojos abiertos lo que acababa de ver, y temió que le tocara el turno a ella, después de ver como su prima no se había librado. Aunque tenía la esperanza de que tener su culo muy dolorido por la azotaina que le acababan de dar, la libraría de más azotes. Entonces vio a su tía que rápidamente volteo la mesa yendo hacia ella, Sonia estaba por levantarse de la silla cuando noto como su silla era arrastrada hacia atrás, así fue apartada de la mesa unos dos metros, su tía la cogió de un brazo haciéndola levantarse, sin esperárselo, Sonia vio como la tía se sentaba en su silla, y ella era como aquel que dice, arrojada sobre sus rodillas, sintió como la falda era levantada dejando su culo al descubierto, y como luego introducía sus dedos en la cinturilla de sus bragas, y tiraba de estas hacia abajo. Sonia al sentir como en breve tendría el culo al descubierto, se llevó su mano derecha al culo, cogiendo la tela de sus bragas para tirar de ellas hacia arriba y cubrir su culo, ya que medio trasero había quedado al descubierto, la zapatilla impacto de lleno sobre su mano, la cual al sentir el impacto soltó la tela de algodón de sus bragas, estas volvieron  a ser bajadas de un tirón a sus rodillas, y la zapatilla empezó su danza.
(Sra. Adamas)  .- Que te has creído, desvergonzada!!! Ahora vas a ver, lo que es bueno!!! Como te atreves a subirte las bragas, si yo te las bajo es para enseñarte que en esta casa, si digo… Id a lavaros las manos, vas a lavarte y vuelves ipsofacta al momento!!! Ahora vas a ver sinvergüenza!!!
    La zapatilla caía sobre su ya muy dolorido trasero. Pero eso a su tía la traía sin cuidado alguno. La mano que sujetaba la zapatilla subía y bajaba a vertiginosa rapidez, Sonia se arqueaba sobre las rodillas de su tía, ladeaba su cuerpo intentando que la zapatilla no diera en su culo, algo que no sucedía. Los zapatillazos daban de pleno en su colorado trasero, al ladear su cintura, la zapatilla impactaba en su muslo, con lo que Sonia volvía a arquearse hacia el otro lado, lo cual la zapatilla le daba en el costado de su nalga, lo que resultaba muy doloroso, pero estaba dispuesta su tía a darle una buena azotaina en el culo a su sobrina. Como si llevara mucho tiempo con ganas de calentar a conciencia aquel trasero. Durante quince minutos le estuvo dando la azotaina, Sonia llego un momento que agotada ya no forcejeaba con su tía. Pero por ello no paraba de azotarla en el culo, y aun continuaría durante otros diez minutos más… Cuando por fin paro. Sonia no hacía más que llorar sin control, su tía la levanto de sus rodillas manteniéndola en pie, aun se llevaría cuatro fuertes zapatillazos más, en él más que colorado trasero. La tía movió la silla hacia adelante, al tiempo que colocaba a Sonia delante de la silla, pero siguió empujando la silla, lo cual hizo que Sonia se sentara al no poder evitar que la silla desplazara sus piernas hacia delante, y que su castigado culo, cayera por la fuerza de la inercia sobre la silla, el aullido de Sonia al sentir el contacto de sus nalgas en el asiento fue “Aaaaaauuuuyyyeeehh”.… Entonces se escuchó un ruido seco en el suelo, la Sra. Adams había dejado caer la zapatilla al suelo, y que esta cayera plana sobre el suelo, sobre la cual metió su pie y volviendo a levantar su pie hacia atrás, flexionando la rodilla hacia arriba metió un dedo de su mano derecha para así calzarse la zapatilla, que acababa de caldear tres traseros, uno de ellos dejándolo temblando a zapatillazos, el de Sonia…
    La cena transcurrió sin más novedades, que el ver como las chicas se removían de vez en cuando sobre sus sillas. La que peor lo paso fue Sonia, sus nalgas eran las más calientes y estaba sentada sobre su culo desnudo, sus bragas aun las tenía bajadas en sus tobillos, las veces que intento subírselas, fue regañada por su tía.
(Sra. Adams)  .- Deja quieto ese culo o quieres que me vuelva a sacar la zapatilla? Te molesta estar sentada y con el culo en contacto del asiento, a que es una silla muy especial? Así aprenderás!!! De estas sillas en la ciudad no las tenéis, pero aquí en el campo son muy necesarias para generar buena conducta a niñas como tú y tus primas, vas a descubrir lo molesto que es el mimbre en el trasero, sobre todo después de una buena zurra!!!
    Sonia a más tiempo permanecía sentada, más difícil le resultaba guardar la compostura. Deseaba poder levantarse de aquella silla, su tía decía la madera del asiento, más que madera era mimbre trenzado, lo cual parecía estar sentada sobre unas varillas y estas resultaban muy molestas. Era muy parecido a estar sentada sobre un hormiguero, lo cual hacia que el mimbre se le fuera clavando en sus nalgas desnudas,( Estas sillas tienen el asiento diseñado a cuatro aguas, el cual parte desde el exterior del asiento de sus cuatro vértices o laterales, a unirse en el centro, con una pendiente descendiente del 0,05%, el cual hace que sea muy cómoda al asentar el trasero perfectamente, algo que de tener esa zona delicada, puede resultar molesto en extremo ) el mover el culo, era mucho peor que estar quieta. Pero eso lo había descubierto demasiado tarde, quizás por ese motivo sus primas no las veía moverse tanto como ella, claramente debían de estar más acostumbradas, pero para ella era demasiado tarde para saberlo, lo había averiguado mientras  apoyaba sus manos en la silla y así aprovechaba para levantar su trasero, pero las estrías del mimbre había marcado su piel irritada, lo cual al cambiar de posición, había hecho que esas estrías del mimbre al cambiar la posición, le marcaba unas nuevas, donde antes ya estaba marcadas, lo cual le hacía que entre unas y otras, la piel parecía que le diera pequeños pellizcos  muy molestos.
    La cena termino levantándose de la mesa el matrimonio, pero a las chicas no les fue permitido levantarse de ellas, el tiempo transcurría y se acercaba la hora de acostarse. Sus traseros estaban más relajados, la inflamación de los mismos por la azotaina que recibiera cada una con la zapatilla, había menguado considerablemente para Susana y María, las dos se movían sobre las sillas con bastante calma y ya apenas notaban algo de ardor en sus culos, aparte que ellas llevaban sus bragas puestas, y ello era menos molesto a la hora de mover sus nalguitas. No así, para Sonia. Para ella aún era muy acuciante el estar sentada con sus nalgas desnudas, sobre aquel rudo asiento de mimbre. Aunque después del tiempo que llevaba sentada, su trasero estaba adormecido y solo cuando lo movía era cuando sentía que este era un nido de avispas bajo su trasero.
    La voz de la madre, la Sra. Adams se escuchó de fondo hablando con el marido. “voy a acostar a las pequeñas.” Luego se escucharon los pasos que venían desde el exterior, donde el matrimonio había salido al porche para tomar el fresco, después de una tarde muy movida para ambos adultos.
(Sra. Adams)  .- Bien niñas! Es la hora de irse a la cama! Primero tu María, vamos arriba! .- La Sra. Adams se presentó en el comedor. María abrió los ojos como platos, su abuela la esperaba con la mano izquierda extendida, esperando que María fuese hacia ella y le diese la mano para conducirla a su habitación, pero en la izquierda llevaba el cepillo de baño de madera.-. Vamos tesoro! A la cama que ya es la hora de acostarte. Vosotras esperad aquí sin moveros, en breve vengo a por vosotras…
     Sonia en la compañía de su prima vieron como la tía se llevaba a la pequeña María de la mano, escaleras arriba. Miraba hacia ellas al tiempo que subían las escaleras, su rostro de temor a lo que iba acontecer, pues con la mano libre se acariciaba el culito por encima de sus braguitas. Ambas la vieron desaparecer con sus miradas de sorpresa, no pasaría mucho cuando el cepillo empezó a sentirse con su característico sonido procedente de la habitación de María. A los pocos azotes, era los aullidos de dolor lo que escuchaban. Luego vino el silencio. Poco después vieron de nuevo aparecer a la Madre, ya que con una seña, hizo que Susana se levantara y fuera hacia las escaleras, se levantó de la silla y con las dos manos se acariciaba el trasero sobre sus braguitas rosas de algodón con lunares verdes, mientras andaba hacia las escaleras, al igual que con su hija María desaparecieron en el piso de arriba a la vista de Sonia. Igual que anteriormente pronto se escucharon sonidos de azotes, y poco después era Susana a quien se la escuchaba llorar. La tía volvió aparecer en el rellano de la escalera, claramente ahora se dirigía a Sonia su sobrina, está la ver que la esperaba arriba se levantó de la silla, corriéndola hacia atrás para separarla de la mesa. Se acarició sus desnudas nalgas, y recordó que sus bragas, las tenía bajadas en sus tobillos, se agacho para coger el elástico de la cinturilla y se las subió lentamente. Una vez ajustadas a su cintura, se dirigió con lentitud hacia las escaleras. Su tía la aguardaba arriba, y cuando estuvo a su lado la agarro de la mano derecha, y la llevo hacia el final del rellano donde estaba la habitación asignada a Sonia. Miraba a su tía mientras caminaban, en silencio entraron en la habitación.
(Sra. Adams)  .- Ahora vas a aprender que en esta casa la disciplina es muy importante, el hecho que te hayan expulsado de la universidad te va a pasar factura durante unos días, tu tío está muy disgustado contigo, Sonia! Y no va a perdonarte esta falta de comportamiento fácilmente, ven que te quite tu vestido. Bien así nada más en bragas y camiseta estas, bien para acostarte. No temas, a ti no te voy a dar una azotaina con el cepillo, tus primas han recibido cada una por ser unas cochinas, y tocarse donde, no deben cuando tu tío te ha castigado esta tarde. Metete en la cama y descansa, mañana será un día duro para ti. Buenas noches.

      Amaneció un nuevo día, Sonia apenas había podido dormir por las sensaciones vividas. “Mañana será un día duro para ti…” Esas últimas palabras de su tía la noche anterior no la habían dejado dormir, pensando a que se referiría… Sonia miro el reloj, eran las siete y media de la mañana. En el piso de abajo hacia rato que se escuchaban pasos, de aquí para allá. Por el pasillo también se escucharon pasos, se escuchaba abrir una puerta y luego cerrarla. Y el sonido de pasos volvía. Sonia, tenía unas necesidades muy acuciantes de ir al servicio, pero por miedo no se atrevía a levantarse e ir al servicio sola. Recordaba como para acostarse la tía había ido una tras otra a buscarlas y llevarlas a la cama. Solamente había que pensar un poco, y sumar dos y dos, para saber que levantarse y salir sola, podía tener graves consecuencias. Por ese temor, prefirió esperar un poco más de tiempo. Volvió a escuchar nuevos pasos en el pasillo, esta vez se detuvieron ante la puerta de su habitación. Su puerta se abrió…
(Sra. Adams)  .- Vamos Sonia! Querrás ir al servicio verdad. Vamos!
      Sonia, retiro las sabanas y a pesar de las molestias de su trasero, se levantó con rapidez para ir al servicio. Salió por la puerta a paso ligero, tenía ganas de evacuar. Entro al servicio y cuando fue a cerrar la puerta se encontró que su tía la seguía entrando con ella, sin decirle nada, tiro de ella poniéndola bajo su brazo izquierdo y le bajo las bragas, la soltó y le saco la camiseta, dejándola como vino al mundo.
     Avergonzada se sentó en la taza hacer sus necesidades, tener que hacerlas en presencia de su tía era muy humillante para ella, pero el día anterior ya se lo dejo claro. Las cosas no habían hecho más que comenzar, poco después sufrió otra degradante acción, el ser secada su zona intima, y limpiado su culito después de haber evacuado. Y no todo había acabado, momentos después era bañada en la bañera, la cual ya estaba preparada para ella. Luego envuelta en una toalla fue conducida de nuevo a la habitación. Tener que permanecer impasible mientras era manoseada al pasar la toalla para secarla. Luego vio cómo su tía se dirigía a la cómoda, y extraía una camiseta limpia y unas bragas. Ser vestida como si tuviera seis años no era de su agrado, pero nada podía hacer para evitarlo. Le puso la camiseta sin ponerle un sujetador, y luego le hizo pasar los pies por las perneras de las bragas, y lentamente se las subió ajustándoselas a su cintura, eran unas bonitas bragas de algodón blancas con dibujitos de pequeños arbustos. Luego la hizo sentar en la cama para ponerle unos calcetines blancos, así la dejo, para dirigirse al armario ropero, y extraer una blusa blanca, además de una falda a cuadros tableada de colores comprendidos entre grises a tonos más oscuros de grises más claros. En pocos minutos estuvo vestida, al mirarse al espejo era como haberle quitado diez o quince años de encima. Con la blusa blanca y aquella corta faldita, podía verse así misma sus braguitas, con poco que se inclinara un poco, era muy similar al vestido que llevase el día anterior. Aquello comenzaba a ser su peor pesadilla, que más podía suceder…   
(Sra. Adams)  .- Espera en tu habitación. En breve vendrá tu tío a darte los buenos días, y podrás bajar a desayunar…
    Que pretenderían ahora se preguntaba Sonia. Se sentó en la cama a esperar, pero al hacerlo se recordó de la azotaina del día anterior al posar su trasero en la cama. Con lo que prefirió tumbarse de costado. En esa posición la falda descubría su trasero  y así,  sus braguitas blancas quedaron plenamente visibles con aquellos dibujitos de arbustos en relieve color verde. Mientras permanecía esperando así de costado echada en la cama con las piernas flexionadas, su mano izquierda se posó sobre su trasero, con la palma de su mano se acariciaba a círculos, siempre desde niña le había gustado el tacto de esas bragas de algodón, por ese motivo las seguía utilizando a sus treinta y dos años, quizás fuera algo fetichista de esa prenda. Se preguntaba cuanto iba a tardar su tío en ir a darle los buenos días, su estómago empezaba a dar retortijones al estar vacío.
    En aquel momento entraba por la puerta su tío, al verlo se reincorporo quedando sentada, él se sentó a su lado, a su izquierda.
(Sr. Adams)  .- Buenos días Sonia, que tal has dormido? Bien! No te molestan tus posaderas?
(Sonia)  .- He dormido bien gracias. No gracias a ti. Y sí, me molesta mi culo si es lo que quieres saber…
(Sr. Adams)  .- Ser arrogante no es ni el momento, ni la circunstancia adecuada…
(Sonia)  .- Ah! No es el momento? Yo creo que si lo es. Quien te crees que eres para tratarme así, tengo treinta y dos años, ya no soy la chiquilla que debas unos azotes y luego llamabas a mi padre para que me castigase por mi mal comportamiento, lo sabes? Ya no soy una niña!!! Hace años que soy independiente, mucho antes de fallecer mis padres y ellos no me trataban así, cuando suspendía alguna asignatura en la universidad o simplemente tenía un problema.
(Sr. Adams)  .- Tienes mucha razón al decir que eres una mujer independiente, que ya no eres ninguna niña. Solo hay que mirarte para saber que tu cuerpo es el de una mujer adulta, durante años has vivido sin ningún problema, tus padres siempre te alababan cuando hablaban de su niña. Estaban muy orgullosos de ti, así de lo que habías conseguido en tu vida gracias a tu carrera, pero ahora estarían muy decepcionados de su niña. Crees que me gusta tener que castigarte hasta ponerte el culo morado, crees que estoy disfrutando con esto? Eres mi sobrina preferida y única. Te he tenido en mis brazos cuando eras recién nacida, y si, de niña eras muy traviesa además de muy rebelde, respondías de muy malas maneras, por eso era necesario llevarte derecha y darte unos azotes cuando era necesario. Pero créeme, no me gusta tener que ser así contigo. Con mi hija es distinto, ella disfruta cuando se le calienta el culo, siempre lo hemos sabido su madre y yo. Y María es igual que su madre, idéntica a ella. Ellas no creo,  que sospechen que lo sabemos, pero algo ha sucedido estos días.  Sabes, la presidenta de la junta de accionistas de la universidad, la señora Parrish, la conoces verdad? Sabías que fue la novia de tu abuelo cuando iban al colegio, un amor de adolescentes, han sido muy buenos amigos desde entonces, por esa amistad pequeña, tú fuiste admitida en esa universidad porque ella movió los hilos necesarios. Sabías que ella es mi madrina? Siempre hemos estado en contacto y nos tenía informados sobre cómo le iba a nuestra pequeña Sonia Adams, no tenías idea verdad?  Fue una noticia muy desagradable saber que mi sobrinita se había metido en líos a sus treinta y dos años, me comunico la posibilidad de que tuvieras una salida airosa de ese problema, pero que te resultaría muy desagradable. Lógicamente me puso al corriente de esa posibilidad y tu tía y yo mismo decidimos que sería lo mejor, además nadie se había muerto por haber recibido una azotaina en el culo. Pero las cosas cambiaron en unos días, mi madrina me volvió a llamar. Se me encogió el corazón al saber que todo podía ser una maniobra de mi sobrina, para ciertos deseos morbosos. Vaya! Quien me iba a decir que mi sobrina, iba a organizar una comedia con dos de sus alumnas predilectas, las cuales se habían hecho amigas íntimas. Una intimidad que había llegado a un término insospechable para todos, y que habían ideado una macabra idea que les podía haber salido muy mal, pero tuvieron suerte, las cosas les salieron bien, quizás lo que no se esperaban era que un Director descubriera por casualidad unas cintas de video, y que dichas cintas de video revelaban algo muy turbio, quieres que siga refiriéndome a ello, o acabamos con esto de una vez? De mi hija, bueno era de esperar. Pero de mi sobrina, fue decepcionante la noticia, deseas añadir algo?
(Sonia)  .- Tío… yo… no tengo palabras… no se… como sucedió…
(Sr. Adams)  .- Cuando llamo el Decano Lewiston, quedo claro que se me presentaba la oportunidad de hacerte entender tu gravísimo error, por ese motivo acepte encantado de hacerme tu Tutor Disciplinario, y poder tenerte en mi casa. En esta casa vas aprender que con los Adams, no se debe jugar. Además de que vas a estar castigada de manera indefinida en esta casa, hasta que yo o tu tía creamos que te has reformado, por ese motivo estarás en esta casa bajo nuestras normas. Aceptas ser disciplinada por nosotros? Ya ves, te damos la oportunidad de que decidas, pero si te quedas en esta casa, estarás bajo nuestra tutela sin ninguna posibilidad de abandonarla, hasta ser revisada de nuevo con otra conversación como la de hoy, eso será dentro de un año, a partir de hoy. Te quedas o te vas de esta casa? tú decides?
    Para Sonia se le acababa de abrir el suelo a sus pies, en el cual un precipicio sin fondo visible no era un buen presagio. Después de conocer que sus tíos conocían la verdad sobre su hija y nieta, le dejaba claro que todo lo que acontecía en aquella casa, no era nada habitual. Su tío le acababa de dejar claro que aunque fuera su sobrina, para ella iba a ser un Tutor Disciplinario, en otras palabras, iba a ser su spanker. Y su tía lo propio pero en mujer. Era una oportunidad de vivir lo que desde que descubriera que era una spankee, lo que siempre había deseado, vivir bajo la estricta disciplina de un hogar. Que spankee no ha soñado con ello alguna vez. Y ahora lo tenía al alcance de su mano, y no tendría ninguna posibilidad de librarse de cómo fuera tratada hasta dentro de un año, que le volverían a dejar la posibilidad de decisión. Eso de no tener capacidad de decisión también le atraía la idea, saber que podía ser castigada sin remisión posible, lo cual significaría que no tendría más alternativa que afrontar su suerte, eso también estaba dentro de lo que ella había fantaseado muchas veces en sus pensamientos.
(Sonia)  .- Acep… Acepto tío.
(Sr. Adams)  .- Bien mi adorable sobrinita. Ahora debes conocer tus normas en esta casa! Son muy simples:   Ya te habrás dado cuenta cómo vas vestida, mientras no te ganes favores por buena conducta, será así como vayas vestida, tendrás un día libre para salir normalmente el Domingo, y tendrás un estricto horario de llegada, siempre iras acompañada al servicio, si tu conducta es la adecuada, podrás asearte sola, ante cualquier falta, volverás al trato inicial, excepto circunstancias especiales, tendrás tareas según tu disciplina mejore, o castigos como tareas, si no se te dan instrucciones, si debes salir de casa al pueblo, saldrás con la vestimenta que lleves en la casa, recibirás castigos de mantenimiento por uno o varios días, según sean tus faltas, etc… etc… Debo añadir que en estos momentos debido a tu expulsión de la universidad, estas bajo esta última norma de castigo de mantenimiento, por tiempo indefinido o cambie tu conducta, recibirás una azotaina al levantarte, otra a media tarde, y otra al acostarte. Estas serán independientemente de las azotainas que te puedas ganar durante el día, además se te efectuaran revisiones periódicas de tu higiene, además durante los castigos de mantenimiento, te serán puestas dos inyecciones de suero fisiológico inocuo al día que te harán tener muy presente porque eres castigada, ya que serán arduamente dolorosas, ya que el suero utilizado es muy doloroso durante horas su efecto.  Ahora ponte sobre mis rodillas, Sonia!
      Sonia aún estaba encajando todo lo que le acababa de referir, pero ponerse ella sobre las rodillas para recibir una azotaina, le daba mucha vergüenza hacerlo. Pero su tío no tenía la más mínima intención de esperar, pasando su mano derecha por la espalda de Sonia, la atrajo hacia el, al tiempo que la colocaba sobre sus muslos. Su mano subió desde sus pantorrillas, pasando por sus muslos, llegando a su trasero, y así pasando la mano su faldita de cuadros grises a tonos oscuros, con tonos grises más claros fue retirada colocándola sobre su espalda, la misma mano no tardo en iniciar su palmear sobre el trasero revestido por aquellas bragas blancas de algodón con arbustos como dibujitos minúsculos en relieve. El calor de los azotes enseguida hizo que su trasero se fuera caldeando y subiendo su temperatura. Aun con dolor de la azotaina del día anterior, sus caderas pronto empezaron a debatirse contoneándose a un lado y a otro, sus piernas no tardaron en dar pataletas en el aire, su mano izquierda quedaba trabada bajo su cuerpo, mientras la derecha se había cubierto el trasero varias veces, acabando siendo doblada sobre su espalda a la altura de su cintura. Sonia apretaba los dientes, no deseaba ponerse a llorar demasiado fácilmente, pero su aguante cada azote en sus nalgas le hacía estremecer de su intenso ardor en sus nalgas. Hubiera aguantado aún más sin llorar, pero su spanker eso también él lo sabía, por ello decidió que había llegado el momento de liberarla de la fuerza de su voluntad, soltando su mano derecha, la cual no tardo en cubrirse el trasero con ella cogiéndose y apretándose la nalga derecha que resultaba más fácil sobarse. Sonia sintió como las dos manos de su tío, agarraban el elástico de la cinturilla de sus bragas, y como sin poder apenas retenerlas, sus bragas fueron bajadas a medio muslo, su mano derecha fue de nuevo sujetada a su espalda por la fuerte mano izquierda de su tío, mientras la derecha volvía a azotarle el culo ahora con más firmeza y rapidez, no aguanto! Sonia no aguanto apenas unos azotes más, que sin evitarlo el intenso ardor  que emanaba de sus nalgas la hicieran desesperar y patalear más frenéticamente sus piernas, sus lágrimas no tardaron en brotar de sus ojos, y el contoneo de sus caderas era más pronunciado, pero nada logro con ello, solamente que los azotes arreciaran con más ímpetu sobre su culo ahora ya, descubierto de la fina y ligera protección de sus bragas. La azotaina aún se prolongaría durante varios minutos, que a ella le parecerían horas dado aquel ardor era como fuego en un horno de leña de un panadero. Poco después solamente los lamentos de Sonia era lo que se escuchaba en la habitación, aun permanecía echada sobre el regazo de su tío. Entonces apareció por la puerta su tía con una bata blanca, en las manos llevaba una bandeja de aluminio. La puso a la altura de su marido, este cogió una botellita de cristal del tamaño algo más alta que un dedal de costura, la agito varias veces, volviendo a coger algo de la bandeja, una jeringa envasada en una bolsa de plástico envasada al vacío, rompió la bolsa y extrajo la jeringa. De otra bolsa más pequeña igualmente envasada al vacío, extrajo sin tocarla una aguja fina y larga, la cual fue puesta en la jeringa, entonces clavo la aguja en la botellita, que no llevaba tapón, pero si una tapa blanda para ser todo muy seguro en su manejo, el líquido transparente fue entrando a la jeringa, una vez entrada la cantidad requerida, extrajo la aguja, poniéndola mirando al techo, apretó la base presionando, hasta que el líquido salió fluido por la aguja. Entonces cogió un trozo de algodón, que humedeció en alcohol, acto seguido lo puso sobre la nalga izquierda de Sonia, el alcohol humedeció trazando círculos pequeños para desinfectar la zona, ella se estremeció al sentir como le escocia la piel en esa zona, entonces fue cuando ella se percató de que iba a suceder, se quedó quieta y tenso su culo, pero unas palmaditas hicieron relajar, el pinchazo fue inmediato, la aguja entro en la nalga entera, y el líquido fue inyectado en la nalga, una vez inyectado todo, extrajo la aguja poniendo el algodón con alcohol de nuevo en el lugar que había entrado la aguja. Dos minutos después, sucedía lo mismo en la nalga derecha, Sonia lloraba desconsoladamente, le había dolido muchísimo la inyección, pero después de la azotaina recibida, no había deseado empeorar su situación resistiéndose a que le pusieran las dos inyecciones, una en cada nalga, en la derecha e la izquierda.  

lunes, marzo 20, 2017

EL ABUELO MATERNO 4



                                    DESPUES DE LA UNIVERSIDAD, A CASA DE DEL ABUELO Y TIO

    John salió de su despacho acompañado de George, iban tras las chicas observándolas desde atrás sin que ellas se dieran cuenta, en el vestíbulo a esas horas no había nadie, pues todos estaban en sus clases, incluso la señora Lawton había vuelto a su clase de gimnasia en donde había dejado a su clase haciendo ejercicios.  Las chicas se creían solas, iban sobándose el trasero a manos llenas, sobre sus braguitas con sus faldas levantadas. Ellos no perdían detalle de ninguno de sus movimientos, se las veía muy sugerentes sobándose de ese modo sus nalgas coloradas. Se dirigieron hacia el exterior donde a esas horas lucía un sol espléndido, delante de ellos caminaban Susan, Elisabeth y Sonia, el calor del día hacia que el calor de sus traseros aumentara, quizás por ello dejaron caer sus faldas, algo que ambos hombres les disgusto ya que el espectáculo de culos enrojecidos cubiertos por aquellas braguitas había terminado. Sonia era la que más dificultades mostraba para caminar, había recibido quizás más de lo que se hubiera merecido, pero era un castigo bien buscado, no se podía decir que su manera de haber engañado a todos fuera muy ortodoxa, y aunque le costaba caminar de alguna manera disfrutaba de llevar sus nalgas tan doloridas. Su sonrisa en sus labios así lo comunicaba, sus amigas las cuales también se sonreían una a la otra, aunque esas sonrisas le causaban molestias, pero no parecían estar para nada arrepentidas por ello. Sonia con serias dificultades para caminar, llevaba sus dos manos sujetándose el trasero, el paddle había dejado serias consecuencias en su precioso trasero, pero al sujetárselo evitaba que sus nalgas se agitaran con andar, estas estaban altamente inflamadas, lo cual hacía que al caminar sus nalgas se contoneasen más de lo deseado, lo que le hacía sentir en sus nalgas cientos de pinchazos debido a ese exceso de contoneo, esos pinchazos resultaban para Sonia muy placenteros, pero al mismo tiempo altamente dolorosos, por ese motivo se sujetaba el culo por su base, así no se le movían y facilitaba poder caminar. Los dos caballeros sonreían satisfechos de haber dado su merecido a las tres embaucadoras, sobre todo a Sonia. Esta tardaría varios días en recuperarse del castigo, las chicas caminaban más lentamente por obvias razones, de tanto en tanto, Susan e Elisabeth se llevaban una de sus manos al trasero de sus cortas y acampanadas faldas para frotárselo con suavidad. Las chicas tras su visita al despacho del Decano, habían tenido cierta suerte, eran horas de clase por lo que ningún alumno o alumna podían verlas el cómo caminaban doloridas, se habrían mofado al verlas sobándose el culo así como las lágrimas que aun emanaban de sus ojos, o como Sonia iba llorando aun, una profesora que había recibido una azotaina sobre las rodillas como una niña.
    Fue el Decano el que se adelantó a ellas…
(John)   .- Bueno chicas, parece que vais a tener ciertos problemas para llegar a casa. Os puedo acercar en mi coche, que os parece? A donde vais.
    Fue Sonia la que indico que iban a su casa. Así que siguieron tras los pasos a John, pero a cierta distancia. Pues claramente no podían seguir sus pasos, George se despidió de John estrechándose la mano. Mientras este les habría las puertas para que estas subieran al vehículo, aunque necesitaron su tiempo para llegar a él. Susan y Elisabeth fueron las primeras en llegar, Elisabeth se subió al asiento delantero flexionando la pierna izquierda poniéndola sobre el asiento, así apoyo sus muslos sobre la pierna y su trasero quedo suspendido sobre esta. Susan subió por la puerta izquierda del asiento trasero, introduciendo su cuerpo primero para quedar tumbada lateralmente boca abajo, Sonia hizo lo propio sobre el asiento entrando por la otra puerta. John cerró las puertas traseras y ayudo a Elisabeth a cerrar la delantera. El subió poniendo el motor en marcha. El vehículo avanzo para poco después salir del parking, en unos minutos llegaron a la entrada de la vivienda. John bajo del coche para abrirles las puertas, Salir del vehículo fue toda una odisea, sobre todo para Sonia. John la ayudo sujetándola del hombro, para salir. Tuvo que salir retrocediendo sobre sus pasos, enderezar su cuerpo fue lo peor. Igual le sucediera a Susan. Elisabeth fue la que menos problemas tuvo para salir, aunque enderezar la espalda con la retaguardia dolorida, fue arduo para ella. Una vez las tres hubieron bajado se despidieron de John, aunque antes de subir de nuevo al vehículo, se quedó observando cómo se dirigían hacia la entrada.
    John sonreía al contemplarlas, Susan caminaba a pasos cortos con la mano izquierda en el culo, sobándoselo sobre las bragas, poco o nada le importaba que se las estuvieran viendo. Elisabeth iba al lado de Sonia, y había introducido la mano derecha bajo la falda de Sonia, acariciándole el culo por encima de las bragas, Sonia por el contrario llevaba su cabeza apoyada sobre el hombro de Elisabeth así caminando lentamente llegaron a las escaleras de la entrada.
(Sonia)   .- Elisabeth! Cochina, suéltame el culo que es mío…
(Elisabeth)   .- Ya! Pero esta tan calentito, me encanta acariciarlo.
      John espero a que subieran las escaleras, era una vista deliciosa. Las tres chicas subían una tras otra, ayudándose de la baranda para facilitar su ascenso. Una vez en el rellano, Sonia abrió la puerta mirando hacia atrás, vio a John mirándola, Sonia le lanzo una pícara sonrisa y desapareció con sus compañeras tras cerrarse la puerta.
(Sonia)   .- Auuuch! Jo que mierda. Como me duele el culo!
(Susan)   .- Ayyy!  No me lo recuerdes bruja.
(Elisabeth)   .- Tengo las bragas totalmente caladas! Auuuch! Tendríamos que prenderle fuego a ese viejo cepillo de madera de Fresno! Que daño!
(Sonia)   .- Deja de quejarte calentorra! Si te ha encantado la azotaina que te ha dado George! No había más que verte como te frotabas en su muslo! Te has corrido como una puta!
(Elisabeth)   .- Y que querías que hiciera? Ha sido una azotaina deliciosa, pero joo, como duele ese trasto condenado! Y tu Sonia no deberías hablar tanto. Mírate los muslos guarra! Mira como bajan tus fluidos por ellos… debería darte vergüenza.
    Pasaron a la habitación de Sonia. Las tres empezaron por quitarse sus faldas quedándose en bragas, lo primero que se les ocurrió, fue contemplarse en el espejo sus traseros. Se lo comparaban una a la otra entre risas, Sonia estaba tras Elisabeth, sin que ella se lo esperase le bajo las bragas hasta los tobillos, pero el hacer esa gracia hizo que se sujetase el culo, no había pensado en ello, hasta que sintió millones de pinchazos o eso le pareció sentir en su culo. Susan se rio de ambas, lo graciosa que estaba Sonia y la cara de sorpresa de Elisabeth, aprovechando la situación cómica, aprovecho para bajarle las bragas a Sonia, mientras Elisabeth entre risas, se las bajo a Susan. Las tres se echaron a reír, Sonia se lanzó sobre la cama boca abajo, su piel blanca con el trasfondo de su trasero hacia que este resaltase su color rojo intenso, con el centro de sus nalgas en un tono más oscuro. Elisabeth se dejó caer al lado de Sonia, ambas se observaban con miradas cómplices mirando hacia las almohadas de la cabecera de la cama, se les había ocurrido algo. Pero alguien les tomó la delantera, Susan desde atrás les había leído el pensamiento, y agarrando otra almohada golpeo en el culo primero a una y luego a la otra, la batalla comenzó. Parecía que hubieran olvidado como estaban sus traseros, los almohadazos no cesaban las unas,  a las otras, hasta que estas acabaron por abrirse y las plumas de su interior empezaron a esparcirse por toda la habitación, parecían copos de nieve que lentamente caían sobre todas partes, igual que las tres acabaron atravesadas sobre la cama echadas boca abajo, las tres se quedaron dormidas agotadas, habían tenido una jornada muy especial.

     Al día siguiente amanecía un nuevo día, Sonia estaba metida en su cama dormida boca abajo desnuda. Alguien había recogido toda la habitación mientras dormia, con la luz que entraba por la ventana se despertó al darle el sol sobre su cara. Entonces se dio cuenta que no estaba sola en la habitación.
(John)   .- Buenos días dormilona! Has descansado esta noche?
(Sonia)   .- John como…
(John)   .- Las chicas me abrieron la puerta ayer noche, las llevo George a sus casas y a ti te metí en la cama, te dormiste mientras te ponía crema hidratante en el culo. Tuvisteis una buena fiesta ayer, la habitación estaba echa una verdadera pocilga. Debería ponerte sobre mis rodillas ahora mismo y darte una azotaina. No mires así, dormí en el sofá. .- Sonia levanto la sabana y se vio desnuda totalmente.-. Si pequeña, te acabe de desnudar para acostarte. Sabes, recibí carta de tu tío el Sr. Adams. Te espera en quince días en su casa, aquí tienes el pasaje para el vuelo, además envió una caja con la ropa que deberás ponerte para viajar. La verdad, debe imaginar que eres una niña pequeña. La ropa no es de mujer muy adulta que se diga.
(Sonia)   .- Auuuch! Jo, como duele el cu…lo. La ropa… Ya no me acordaba… deberías conocerle! Es un viejo verde.  Hace un tiempo hable con mi prima, volvió a casa de sus padres al quedarse sin trabajo, no te puedes hacer idea del recibimiento que le dieron. Y mi tía es igual que él, viven en el campo apartados de la civilización. En su casa no ha pasado el tiempo, siguen viviendo en la edad de las cavernas. Mi prima me hablo que no han cambiado nada, siguen siendo unos excéntricos de la disciplina.
(John)   .- Lo sé. Por eso me puse en contacto con él. Puedo decirte que no se alegró nada al conocer la noticia de tu expulsión de la universidad. Por suerte para ti, no le hable de tu comportamiento. Algo me dice que se hubiera presentado aquí a buscarte! Seguro que te habría llevado de la oreja a su casa…
(Sonia)   .- Porque?
(John)    .- Porque, qué?
(Sonia)    .- Porque le llamaste! Yo soy independiente, ya estando mis padres me independice de ellos. Porque he de ir a vivir con ellos? Quien os habéis creído que sois para organizar mi vida.
(John)   .- Porque? Y te lo preguntas. Tu conducta últimamente no ha sido la de una mujer adulta, que se pueda valer por sí sola. Yo, estoy dispuesto a encargarme de ti. Sabes que me gustas y cuando llegue el momento me casare contigo si me aceptas, aunque soy algo mayor para ti, pero siempre te he apreciado mucho. Y sé que yo también te gusto. Desde hace mucho se cómo me miras, y por eso dejaste a George. Pero, por ahora no puedo ocuparme de ti como mereces, necesitas buena mano que sepa llevarte al buen camino, aunque sé muy bien que eres. Y con el tiempo serás mi spankee, además de mi esposa. Pero por ahora no puedo ocuparme de la universidad siendo el Decano, me quedan dos años hasta que los de la junta decidan poner a otra persona en mi puesto, ya que les he presentado mi decisión de dejar mi puesto, para reorganizar mi vida. Pero no me puedo permitir dejar mí puesto sin una buena posición económica, y con lo que me quedara, no solo podre darte una vida de ensueño, si no, también me ocupare de tus necesidades. Es obvio, que necesitas disciplina de la buena. Y tus tíos, los conozco muy bien. Te darán tu buena ración de azotainas cada vez que sea necesario calentarte el culo, que se será muy a menudo. Tu tío es un excéntrico personaje, pero sé que te va a cuidar como si fueras su propia hija.
(Sonia)   .- Si, ya veo. Y no me das un besito?
     Se fue acercando a la cama con una sonrisa dibujada en sus labios, levemente se inclinó sobre ella posando sus labios en los de ella. Sonia había colocado su cuerpo de costado, para poder recibir aquel beso cariñoso. John retiro la sabana, quedando Sonia como vino al mundo.
(Sonia)   .- Cariño! No puedes hacer que me quede aquí, contigo. Prometo portarme bien, seré muy muy buena te lo prometo. Y si me porto mal, pues me das pam pam al culo!
(John)   .- Por eso eres tan cariñosa conmigo? Para que no te envié a casa de tus tíos? No pequeña, no te han valido tus carantoñas… Tienes suerte de tener el culo morado y azulado. Porque ahora mismo te daría una azotaina.
(Sonia)   .- Pues dámela! .- Se puso boca abajo mostrándole el culo, con una dulce sonrisa en sus labios. -. Mira mi culito, dame unos azotitos…
(John)   .- Eres…. Venga levántate y date una ducha fría. Tienes muchas cosas que empaquetar para los de la mudanza, tus cosas las llevaran a mi casa, no prepares mucha ropa para llevarte, tu tío insistió en esto último, sabes! Vas a estar mucho tiempo castigada sin poder salir… Y ya que tantas ganas tienes que te ponga sobre mis rodillas, ves pensando en que le vas a explicar a tus tíos!!! .- John ayudo a Sonia a reincorporarse, para que no apoyara sus nalgas en colchón de la cama al sentarse, para así, ponerse de pie. Hubiera resultado muy doloroso para ella, así que la cogió en brazos levantándola, y depositándola de pie en el suelo. Una vez en el suelo le dio una buena palmada en el culo.
(John)   .- Venga, a la ducha!!!
(Sonia)   AAAUUUUU… Bestia!!
      John hizo ademan de ir tras ella, Sonia hecho a correr desnuda hacia el baño riéndose, mientras John sonreía mirándola como corría al baño, así como sus nalgas se agitaban en su trotar, las cuales estaban muy amoratadas resaltando de manera muy destacable sobre el resto de su cuerpo.
    Los días pasaron rápidos… demasiado para el parecer de Sonia…
    Sonia estaba en su habitación, estaba preparando la maleta. No tenía pinta de estar de muy buen humor, las últimas noches no había conseguido dormir muy bien. A medida que habían pasado los días, estaba nerviosa a todas horas, las mariposas en el estómago no cesaban de revolotear. Pasaba las horas sin saber qué hacer, todo lo que se pusiera a hacer, apenas había comenzado, lo dejaba. No se podía concentrar en nada hiciera lo que hiciera para no pensar, acababa viendo la cara de pocos amigos de su tío en su mente. Su tío nunca la había castigado, aunque si la había dado unos azotes por encima de la falda siendo niña, cuando su prima y ella, habían molestado jugando. La que se llevaba la peor parte era su prima, cuando eso sucedía, el hecho de que se hubieran portado mal. Aparecía su tía con la zapatilla en la mano, a Sonia apenas le daba tres o cuatro zapatillazos por encima de la falda, en cambio a su prima, veía como la tía la agarraba de la mano y tirando de ella, la llevaba arriba subiendo la escalera, Sonia se quedaba abajo sobándose el culo, mientras su prima llorando acompañaba a su madre al piso de arriba, tras desaparecer en el piso de arriba, al poco se escuchaba como la zapatilla golpeaba el culo de su prima, y a esta llorar desconsolada. Lo que si recordaba es que estaban arriba mucho rato y que la zapatilla se continuaba escuchando durante muchos minutos.  Luego veía bajar a su tía, pero su prima ya no volvía a bajar hasta la mañana siguiente, ser castigada en aquella casa, era irse a dormir sin cenar.  Con su tío, era muy similar. Pero no iban arriba, si les llamaban la atención y el tío era quien estaba en casa, iba a donde estuvieran dándole unos azotes con la mano a Sonia en el culo sobre las bragas, ya que le levantaba la falda o le bajaba el pantalón, y luego cogía a su hija y allá mismo, la ponía sobre sus rodillas le levantaba la falda y le bajaba las braguitas dándole una larga y severa azotaina a su hija.  A ella nunca le daban una azotaina como a su prima, no en esos momentos. Pero si, sus tíos le contaban a sus papas lo que Sonia hubiera hecho, aumentado y exagerado además añadían que había metido en problemas a su prima cuando la culpable era ella y era llegar a casa, entonces era ella quien recibía.
    En esos pensamientos estaba cuando sonó el timbre… Sonia salió abrir la puerta.
(Sonia)   .- Hola! John.
    John entro en la casa dándole un beso prolongado en los labios, se abrazaron mientras sus bocas continuaban unidas, podía verse en sus mejillas como sus lenguas se enroscaban una con  la otra, como una lucha de poder.
(John)    .- Como estas cariño, nerviosa?
(Sonia)   .- Tienes que hablar de eso después de besarme así? Joooo con el beso me había olvidado por un momento de ello.
(John)   .- Que haces aun en paños menores? Ya deberías estar vestida y arreglada para llevarte al aeropuerto.
(Sonia)   .- De verdad no puedo quedarme contigo? No me mandes con mi tío, porfaaaa!
(John)   .- Es que quieres llegar a España y que tu tío te vea con el culo rojo? Me están dando ganas de ponerte en mis rodillas.
(Sonia)   .- Pues dame esa azotaina y me quedo aquí! Yo no quiero irme, quiero estar contigo!
(John)   .-  No puede ser, ya lo hemos hablado estos días. Venga ves arreglarte, porque como te tenga que vestir yo, vas hacer el viaje con el culo caliente!!
(Sonia)   .- Y que más me da! Yo no deseo ir…
(John)   .- Harías cualquier cosa para perder ese avión! Venga preciosa vístete!
    A regañadientes Sonia entro en su habitación, de mal humor por no haber logrado su propósito de convencer a John. Se sacó el corto camisón de dormir por la cabeza, luego se quitó las braguitas dejándolas tiradas en el suelo, pero luego pensó que era mejor no dejarlas ahí tiradas, y las puso con el camisón. Sobre la cama tenía preparada la ropa que le enviara su tío, y con la cual debía viajar. Se puso el sujetador, luego se puso las bragas, eran unas braguitas de algodón como las que ella solía utilizar habitualmente, por lo tanto se las subió después de pasarlas por sus pies, eran rosas con unos lunares de color verde, luego se sentó en la cama para ponerse los calcetines de color blancos, luego se puso los zapatos negros tipo Merceditas. Cogió el vestido y abriéndolo se lo puso por la cabeza, pasando sus manos por las mangas y dejándolo caer. Era un bonito vestido azul celeste, con la falda acampanada con un cinturón a juego. Se miró al espejo se veía ridícula con él, aunque muy guapa. Se dio la vuelta para mirarse por detrás, viendo que según se moviera sus bragas rosas eran visibles, era tan cortito que apenas le tapaba las bragas. Pero recordaba como vestía su prima siempre, y ese era el tipo de vestidos que solía utilizar, y por lo que se imaginaba, las reglas en la casa de sus tíos no habían cambiado nada con el paso de los años.
(Sonia)   .- Cariño… Como estoy? 
(John)   .- Estas muy guapa con ese modelito, la verdad es que estas guapa con todo lo que te pongas. .- Aprovecho ella para andar e inclinarse un poco, para que viera que tipo de vestido debía de llevar puesto. -. Bonitas braguitas llevas, ese modelito habla por sí solo, dice… Ven y ponte sobre mis rodillas que vas a ver que azotaina te voy a dar!!
(Sonia)   .- Vas a dejarme que viaje así, y vaya enseñándole la bragas a todo el mundo…
(John)   .- Vete acostumbrando a ese tipo de vestido mi pequeña! Será el que lleves mucho tiempo, es más. Estoy pensando que cuando vengas en unos meses comprarte ese estilo de ropa… estas preciosa con ese modelito. Venga vámonos, ponte esa cazadora te cubrirá más que ese vestido. Como ves tu tío ha pensado en todo. Ya cojo yo tu maleta…
(Sonia)   .- Toma, en esta bolsa esta mi camisón y ropa interior que me acabo de cambiar, habrá que lavarla.
(John)   .- Bien me ocupare de que se laven, aunque igual me las quedo para recordar tu olor… dame las llaves, ya cierro y me las quedo yo. A ti ya no te van hacer ninguna falta. Me ocupare que se venda a buen precio y te lo ingresare en tu cuenta.
    Salieron de la que había sido su casa unos años, desde que acabo la carrera y empezara a trabajar de profesora, entonces pudo ahorrar y comprársela con lo que había ahorrado, y con la ayuda de la herencia de sus padres le dejaran tras su fallecimiento. Durante al trayecto al aeropuerto no hablaron de nada, el rostro de Sonia era un poema, John la miraba de reojo cuando ella no observaba, aunque no le miro en todo el trayecto. La mente de Sonia estaba como ida, sus manos se frotaban entre sí. Su rostro era blanquecino, no tenía el color acostumbrado. Era fácil de imaginar lo que debía de pasar por su mente en esos momentos, debía sentir una angustia en todo su ser, iba a ser seguramente castigada por su tío nada más llegar o en algún momento después de su recibimiento, Sonia conocía muy bien a sus tíos, infinidad de veces en su niñez había visto como castigaban a su prima Susana, de hecho aún era castigada hoy día a menudo.  Por lo que le había oído comentar los últimos días, el régimen de disciplina en esa casa era muy estricto, y aunque ella nunca fue castigada por sus tíos, si había visto como castigaban a su prima de niña, ya entonces eran severos, ahora siendo adulta no creo que fuera diferente o menor sus castigos, lógicamente debían de ser más y más severos que en su infancia.
(John)   .- Que te ocurre Sonia? Te veo muy preocupada, total tu tío te va a castigar, seguramente será muy severo contigo, pero ello te gusta verdad. Entonces porque te preocupas tanto si vas a disfrutar de lo lindo.
     Sonia se le quedo mirando como una autómata, pero que se había creído o pensado el, que era para disfrutar todo, parecía un iluso, solo era un hombre más a fin de cuentas.
(Sonia)   .- Eres tonto o te lo haces? Solo eres un hombre verdad. Crees que porque me guste que me den azotainas, ya está todo dicho, no? Pero que equivocado que estas! Claro solamente eres un hombre y como tal ya das todo por sentado. Pero no es tan sencillo, es igual que cuando me dijiste que la junta iban a decidir si aceptaban castigarme o no. Por una parte lo estaba deseando como no puedes imaginarte, se me mojaban las braguitas solamente con pensarlo o imaginarme recibiendo una azotaina. Pero eso no quiere decir que al mismo tiempo la temiese como si me fuera la vida en ello. Si tú me amenazas con darme una azotaina, me siento húmeda y excitada solo de oírlo, y esa azotaina puedes estar bien seguro que la disfrutaría como no puedes hacerte una idea. Una cosa es recibir una azotaina por el hombre que amas, solo amenazarme con ella, con que me des una azotaina sobre tus rodillas, ya me vuelve loca de placer y deseando como una niña que le compran un vestido o unos zapatos nuevos, desea ponérselos. Pero ahora no estamos hablando de ello, si no de ser castigada severamente. Claro que me excita el solo pensarlo, pero también estoy súper asustada por esa misma razón. Solamente el imaginar el cómo me va a regañar, ya me hace pensar que no va a ser un juego, si no, que me van a dar una azotaina que cuando la este recibiendo, resultara un suplicio terrible para mí. Porque quien me va a castigar no es el hombre que con solamente estar a su lado, ya se me mojan las braguitas de la excitación, quien me va a castigar no es el hombre al cual amo con locura, y al cual respeto. Es algo que no podemos explicar las mujeres que nos gusta que nos pongan sobre las rodillas y nos calienten el culo. Si yo ahora hiciera una travesura que esta fuera muy grave, y tú me amenazases con darme una severa azotaina, la temería exactamente igual que la que me espera allá en España a manos de mi tío. Entiendo que sea contradictorio y que sea incomprensible. Pero una cosa es jugar y recibir una azotaina, y otra muy distinta el ser castigada de manera real. En este último término, el castigo lo temo tanto como lo podría sentir una niña que sabe que la van a zurrar cuando llegue a casa por sus malas notas, o por hacer novillos. Y como la temo, pues estoy viviendo un verdadero suplicio con el solo pensarlo, aunque en cierta manera me pueda excitar el pensarlo. Es complicado verdad?
(John)   .- Vaya! No lo hubiera nunca enfocado desde ese punto de vista, o sea, que aunque te sientes excitada, al mismo tiempo la temes. Creía que las masoquistas no temíais, que os gustaba el dolor.
(Sonia)   .- Veo que sigues sin comprenderlo, que obtusos llegáis a ser los hombres. Porque crees, que me gusta el dolor? Una spankee, no es masoquista y como tal no le gusta el dolor, en sí mismo viéndolo desde el punto de vista como dolor. A una spankee, lo que nos apasiona son las sensaciones que vivimos, eso es lo que nos mueve a ser traviesas, a ponernos en peligro, pero luego tememos ese peligro como si fuera lo peor que nos fuera a suceder. Las sensaciones es lo que nos mueve a ser traviesas y alocadas, para luego arrepentirnos de haber sido tan osadas, pero ya no hay manera de evitarlo y volver atrás. El castigo es ya inevitable, y entonces disfrutamos las sensaciones que se siente cuando ya no hay marcha atrás. Cuando hagamos lo que hagamos, ya no hay vuelta atrás, entonces sentimos las sensación de angustia, temor, miedo, pánico, vergüenza, nervios… todas esas sensaciones es lo que nos mueve a ser como somos, pero para nada nos gusta el dolor, por eso cuando somos castigadas, lloramos como niñas. Si fuéramos masoquistas nos gustaría ese dolor, por lo tanto no sería nada divertido, porque estaríamos deseando que sucediera. No sentiríamos la sensación de angustia, porque entonces sería la sensación de nervios por recibir ya de una vez, no tendríamos pánico a ser castigadas, porque el dolor nos gustaría, porque sentir pánico? Por algo que te gusta. Comprendes ahora?  Es como el que se tira de un avión al vacío en paracaídas, no es un suicida, porque lleva paracaídas, pero en cambio le gusta saltar al vacío, porque así le sube la adrenalina.
(John)   .- Ya! Ahora si te comprendo. O sea, que ahora mismo tienes la adrenalina la cual rebosa en ti, porque temes que llegue el momento, pero sabes que te va a gustar, una vez  haya finalizado y entonces solo te quedaran las secuelas de ese riesgo.
(Sonia)   .- Mas o menos, si es eso. Entonces sabes ahora como me siento?
(John)   .- Que estás viviendo sensaciones similares a quien salta por primera vez de un avión en paracaídas. Te gusta, pero tienes pánico a saltar. Por tanto, cuando estuviste ante la junta, estabas muertecita de miedo…
(Sonia)   .- Si, fue terrible para mí y para Susan e Elisabeth. Pero eso no quita que nos gustase el habernos puesto en ese peligro.
(John)   .- Entonces me vienes a decir que si ahora yo detuviera el coche y te diera una azotaina sobre mis rodillas, la disfrutarías porque a mí me deseas, y estas enamorada de mí?
(Sonia)   .- Si, vas a parar? .- Lo dijo con unas sonrisa en sus labios-.
(John)   .- No, porque perderías el avión. Pero por lo menos ahora te entiendo. Hemos llegado a la terminal. Te acompañare hasta el embarque, vamos ya! No quisiera que llegases tarde a tu castigo, porque te mereces lo que te espera y espero que pases mucho miedo, así como mucha angustia, no te mereces menos! A ver si así aprendes la lección.
(Sonia)   .- Pero…
(John)   .- No hay peros que valgan jovencita!!! Te mereces la azotaina que te van a dar, y ahora estoy seguro que la lección valdrá la pena, ya que será para ti, lo que se trata que sea, un castigo severo!!
(Sonia)   .-  Sabes una cosa? Te quiero con locura por desearme y expresarme tus deseos, y tengo las braguitas mojaditas. Y sí, mucho me temo que aprenderé la lección, aunque como spankee, no creo que tarde mucho en meterme en problemas de nuevo, ese el riesgo de ser spankee.
      Ya en el avión no le importo quitarse la cazadora para sentarse en el asiento, se sentía más deseada que nunca, le tranquilizaba saber que la aguardaba a la vuelta el hombre que amaba, y que por otro lado su secreto él lo conocía. El trayecto del avión fue de apenas dos horas de vuelo, cuando anunciaron que iban a tomar tierra, todas sus preocupaciones volvieron a ella de nuevo. Todo el vuelo estuvo sonriente, hasta que escucho aquello de “Señores y señoras pasajeros, abróchense los cinturones tomaremos tierra en el aeropuerto Adolfo Suarez en unos minutos, gracias por haber volado…”
    Ya en el aeropuerto caminaba nerviosa y temerosa, a la vez que ansiosa por ver de nuevo  a sus tíos y primas de nuevo. Una vez recogió su maleta de la cinta de equipajes, se dirigió hacia la salida, iba más nerviosa de lo que hubiera imaginado. Al traspasar la puerta busco con la mirada ver una cara conocida. Y la vio. Allí estaba su tío con su esposa, nada más traspasar la cinta que determinaba las salidas, fue hacia ellos corriendo y abrazarse a los dos al tiempo, tanto su tío como su tía se la comieron a besos, abrazándose varias veces, su tío se mostró más entusiasmo del que ella hubiera esperado, la cogió de la cintura levantándola y abrazándola, su mano derecha se fue a posar sobre sus bragas rosas manteniendo su mano en el culo de Sonia. Así, en brazos de su tío salieron del aeropuerto debido a la estatura de su tío, parecía que llevaba en brazos a una niña, la tía sonriendo llevaba la maleta.
(Sr. Adams)   .- Mi pequeña sobrina! Que alegría que me das que hayas venido, hace muchos años que no te veíamos, seguro que tendrás muchas cosas que contarnos, venga vamos para casa.
(Sonia)   .- Si tío, pero puedes bajarme, puedo caminar sola.
(Sr. Adams)   .- Claro que si mi pequeña sobrinita! Pero tenemos cosas de que hablar verdad? .- Un sonoro azote sintió arderle en el culo a Sonia, la mano que la sostenia por el culo, se separó de el varias veces, para volver otras tantas a azotar el culo. -. En cuanto lleguemos a casa y te hayas instalado, tu y yo tenemos mucho de qué hablar…
(Sonia)   .- Tío, yo…
(Sr. Adams)   .- En casa pequeña, en casa…!!
    Una vez montados en el vehículo todo fue silencio, el camino a su casa fue largo unas tres horas de coche. Pero nadie menciono palabra alguna, las buenas caras del aeropuerto habían desaparecido. Ahora todos permanecían serios, su tío conducía, la tía iba leyendo algo, Sonia en el asiento trasero iba preocupada viendo los rostros fríos de sus tíos. Aquello no era buena señal, a pesar de las buenas caras que tenían al recibirla. Al fin llegaron a la casa, las puertas se abrieron descendiendo del vehículo, el tío fue quien se ocupó de la maleta y entraron en la casa. Tanto su tía, como su tío, subieron al piso de arriba detrás de ellos iba Sonia callada, como no la podían ver se acariciaba el culo con su mano derecha, por encima de sus braguitas. Se abrió una puerta de una de las habitaciones, entraron los tres en ella.
(Sr. Adams)   .- Esta será tu habitación desde ahora, ahí tienes el armario con ropa de tu talla, con lo cual no creo que sea necesario deshagas tu maleta, en la mesita de noche encontraras la ropa interior que llevaras a partir de ahora, tu tía cada noche te dirá que vestido debes ponerte al día siguiente. Lógicamente será igual que el que llevaran tus primas Susana y María. Ahora quédate en tu habitación hasta que te llamemos para cenar, y piensa que me vas a decir cuando hablemos de cómo ha sido posible que te hayan expulsado de la universidad, a tu edad. Que diría mi hermano si tuviera que vivir esta vergüenza!
(Sra. Adams)   .- Lo que tienes que hacer cariño es darle su merecido, Ya!!! A que esperar, se merece una azotaina que no olvide en la vida, además de estar castigada mucho tiempo sin salir de casa para nada…
(Sr. Adams)   .- Hay que dejarla sola y que medite bien que respuesta me va a dar, pues su castigo será según su respuesta!
    Sonia vio cómo se cerraba la puerta de su habitación, se quedó muy pensativa en cómo había visto a su tío. Nunca lo había visto de ese modo tan derrotado, era su única sobrina, la hija de su hermano menor y claramente estaba muy orgulloso de su sobrina. Sonia siempre lo había sabido, era su única y favorita sobrina, desde pequeña siempre había sido muy cariñoso con ella, aunque no dudara en darle unos azotes, pero siempre había sacado muy buenas notas en el colegio, así como más tarde en la universidad. Abrió su bolso, sacando su iPhone 6 plus. Tenía dos WhatsApp nuevos, los dos de John.
Wapp (John)  .- Ya has llegado a Madrid?
Wapp (John)   .- Ya estás en casa de tus tíos?
Wapp (Sonia)  .- Si, ya estoy en casa. Estoy en problemas, necesito hablar contigo…
      Estaba pendiente de recibir respuesta a sus mensajes. Y minutos después leia…
Wapp (John)  .- Que tal el viaje… Como tienes el culo? Ya te ha castigado tu tío?
Wapp (Sonia)  .- El viaje muy bien. Que gracioso! No, aun no me ha castigado, estoy en mi habitación casi castigada, no puedo salir hasta que me llamen para cenar, y me temo que sea entonces cuando me castigue… Pero me ha dicho que medite que respuesta le voy a dar, por la causa que me han expulsado. Esto no lo había pensado, que puedo decirle…
    Con el teléfono en la falda aguardaba respuesta con un consejo que la pudiera ayudar…
Wapp (John)   .- La verdad no se la puedes decir, desde luego que no! Podrías decirle parte de la verdad, que unas alumnas te rayaron el coche y tú las agrediste con tan mala suerte que lo hiciste delante del decano, como esa noticia se dio por todos los medios de comunicación, se la creerá fácilmente. Aunque te de una azotaina, no será tan duro contigo! Al menos si investiga, no tendrás futuros problemas… Pues esa es la parte que se dio a conocer y fue un escándalo en todo el país.
Wapp (Sonia)  .- Si le digo algo así, me va a matar…
Wapp (John)  .- Pero es la verdad, y si investiga es la información que le darán, nadie excepto George, la señora Lawton y yo mismo, saben la verdadera causa de tu expulsión.
Wapp (Sonia)  .- Eso es cierto! Tendré que resignarme… gracias John, te dejo no vayan a subir y verme usando el móvil. Adiós cariño, te quiero!
    Para Sonia pasaba el tiempo muy despacio, su vejiga empezaba a pasarle factura necesitaba hacer pis. Y se dirigió hacia la puerta abriéndola, llamo a su tía que estaba en el piso de abajo, poco después la puerta se abría.
(Sra. Adams)   .- Que te ocurre ahora a ti? A ver qué quieres.
(Sonia)   .- Necesitaría ir al baño tía, puedo?
(Sra. Adams)   .- Claro que puedes, ven acompáñame al servicio.
   Su tía la acompaño hacia el final del pasillo al fondo había una puerta, la abrió y entraron las dos, Sonia al ver la taza del wáter fue hacia ella, y se quedó mirando a su tía que aguardaba en la puerta sin cerrar esta.
(Sra. Adams)  .- No tenías tantas ganas de hacer pipí, a que estas esperando? Niña remilgada, .- Fue hacia ella y metiendo las dos manos bajo su falda le bajo las bragas a las rodillas-. Venga no tengo todo el día o quieres que te dé con la zapatilla para incentivarte a hacer el pipí…
   Sonia no tuvo más remedio que sentarse y ponerse a hacer pis, pero ante la presencia de su tía se sentía cohibida y no salía ni gota. Ya no era una niña como cuando era pequeña, y su tía la llevaba al servicio y le bajaba las braguitas para luego sentarla hacer pipí y luego la secaba y le volvía a subir las braguitas.
(Sra. Adams)   .- Al final me voy a quitar la zapatilla y vas a ver… .- Hizo ademan de quitarse la zapatilla y se escuchó como el pis caía en la taza del wáter, Sonia roja de vergüenza hizo pipí en la presencia de su tía. Luego arranco un trozo de papel para secarse, se levantó de la taza, y se quedó perpleja cuando su tía le subió las bragas rosas con lunares. -. Espero que la próxima vez no me hagas que me vuelva a quitar la zapatilla, porque te aseguro que si me la vuelvo a quitar será para calentarte el culo. Venga vamos para abajo, ya son casi las siete hora de la cena, y antes de cenar tienes que darle explicaciones a tu tío y a mí.
    Salieron del baño y detrás de su tía fue Sonia hasta llegar al piso de abajo, Sonia perpleja miro una silla que estaba en el centro del salón, encima de ella había un grueso cepillo de baño, aquel cepillo dejaba al de la universidad el cepillo de Fresno, como un cepillito en su comparación con este de sus tíos, la verdad que era muy temible, Sonia se puso a temblar de miedo…
(Sra. Adams)  .- Ponte en aquel rincón cara a la pared, tu tío no tardará en llegar con tus primas, ha ido a recogerlas a la casa del vecino.
    Pasaron varios minutos estando Sonia en el rincón, escuchaba a su tía que pasaba en algún momento detrás de ella, se estremecía cuando pasaba, pues pensaba que la iba a dar unos azotes, pues hacia comentarios poco halagüeños para ella, cuando no, la escuchaba de fondo moviendo útiles de cocina. Era toda una preciosidad el verla con ese vestido azul celeste, al estar en el rincón con las manos sobre la cabeza, el vestido se le había subido, se le veía claramente la mitad baja del trasero, cubierto por esas braguitas de algodón rosas con lunares verdes, que le cubrían todo el culito al ser de perneras bajas, sus nalguitas respingonas estaban cubiertas, lo que la hacía estar más maravillosa. Unos ruidos procedentes del exterior hicieron que Sonia se estremeciera, debía de ser su tío con sus primas. Una voz joven la escucho a sus espaldas.
(María)  .- Mama! Quien esa que va vestida como nosotras, hasta las braguitas son iguales…
(Susana)  .- Que dices María? Quien es. Es Soniaaaa!!! Prima… Mama! puedo saludar a Sonia?
(Sra. Adams)  .- Si hija, aún no está castigada, pero solo por el momento…
(Susana)  .- Sonia, Jo. Qué guapa estas!
(Sonia)  .- Susi, como estas?
    Se abrazaron muy fuertes entre las dos, mientras María observaba riéndose detrás de ellas, había escuchado a su madre hablar mucho de su prima Sonia.
(Sonia)  .- Esta debe ser tu hija María, verdad. Qué guapa es, tanto como su madre…
(Susana)  .- Si, es mi pequeña. Ahí viene mi padre, no sé qué le pasa hoy. Esta mañana estaba de muy buen humor, y ahora no hay quien lo aguante, esta intratable…
(Sr. Adams)  .- Bien, bien… Basta de abrazos y tonterías, vosotras dos sentaos a la mesa en vuestros sitios… .- Se aproximó a la silla central, cogiendo el cepillo se sentó en la silla, poniendo el cepillo sobre sus piernas. Susana y María corrieron a sus lugares sentándose en la mesa, la Sra. Adams fue hacia su esposo situándose detrás de él. -. Bien Sonia. Acércate aquí, ahora nos vas a explicar cómo ha podido suceder que a una profesora en ciencias, y estudiando para sacarte el master, puedan haberte expulsado de la universidad Lewiston una de las mejores universidades del Reino Unido. Espero que seas muy convincente en tu explicación, sabes una cosa! Eres la vergüenza de los Adams, nunca un Adams había ido a la universidad excepto tú! Tu padre mi hermano estaba muy orgulloso de su niña. Yo como tu tío, estaba súper orgulloso de mi pequeña sobrina, nada menos que una profesora de ciencias en una de las mejores universidades, estábamos todos en una nube por ti mi sobrinita. Y mira como nos has decepcionado a todos los que te queremos, suerte tienen tus padres de no tener que pasar por esta vergüenza!! Explícate o no respondo de lo que haga con tu culo…!!
(Sonia)   .- Tío yo… yo…
(Sr. Adams) .- Eso es todo lo que se te ocurre!!
(Sra. Adams)  .- Ya te dije esta tarde que le tenías que haber calentado el culo a esta sinvergüenza!!!
(Sr. Adams)   .- Tiene que a ver una buena explicación, algo debe haber causado este hecho poco habitual… responde desvergonzada!!!
(Sonia)   .- Tuve un… problema con unas alumnas mías, tío.
(Sr. Adams)  .- Como que un problema, como puedes tener un problema con unas alumnas?
(Sonia)   .- Las… Las sorprendí haciendo una trastada en el parking a mi vehículo de empresa.
(Sr. Adams)  .- Como se explica eso, eh! Responde!!! Porque eso es menos explicable aun!! Pues si te hubieras quejado a dirección, las hubieran expulsado a ellas y no a ti.
(Sra. Adams)  .- Algo nos está ocultando esta mocosa, caliéntale el culo y acabemos de una vez…!!!
(Sr. Adams)  .- Déjala que se explique de una vez!!! Qué diablos sucedió, para que te expulsaran a ti, y no lo hagan hecho con esas gamberras!!!
(Sonia)  .- Las… las agre…agredí, fue un arrebato tío, te lo juro. Yo no quería… hacerlo pero cuando las vi, no sé qué me paso por la cabeza…
(Sr. Adams)  .- Como? Como se te pudo ocurrir tal majadería? Agredir físicamente a dos alumnas!!! En que estabas pensando, estúpida!!! Y encima por un vehículo de la empresa, que no hubieras pagado los gastos ni tú. Y vas y arruinas tu carrera de esa manera…!!!  Y que más sucedió? Porque algo me dice que hubo algo más, y también muy grave!!! Que fue?
(Sonia)  .- No sabía lo que hacía, tío. Tienes que creerme, no quise hacerlo de verdad…
(Sr. Adams)  .- Que más!!! Que más sucedió sinvergüenza!!! Me lo vas a contar o te lo saco a azotes en el culo!!! .- Sonia no sabía que más decir, si contaba todo, la paliza sería mucho más severa, no se lo podía contar de ninguna manera, cada vez su tío estaba más fuera de sí, ya se veía sobre sus rodillas recibiendo una azotaina, iba retrocediendo lentamente con sus manos sobándose el culo, pues algo le decía que en breve esa zona le iba a doler y mucho. Sonia de repente al ver a su tío levantarse, hizo algo que le resultaría fatal para ella. Intento escapar hacia la calle, saliendo corriendo pero apenas pudo alcanzar la puerta, que su tío ya la había alcanzado. -. Ahora vas a ver desvergonzada!!! Como se te pudo ocurrir agredir a dos alumnas? En qué diablos estabas pensando majadera!!! Pero ya te voy arreglar yo a ti y quitarte las ganas de volver a hacer algo parecido, ya lo creo que sí que te voy a dar!!! .- Su tío al alcanzarla ella se dejó caer al suelo agarrándose a un mueble, su tío tuvo que forcejear con ella para que se soltara, al final lo logro por lo que al agacharse para cogerla del suelo, la alzo como una muñeca con su brazo izquierdo, y en volandas la conducía de nuevo al salón. -. Desvergonzada!!! Encima me has hecho correr tras de ti!!! Te voy a dar una que no olvidaras en la vida desvergonzada!!!
(Sonia)  .- Noooooo! Por favor! Títo nooooo! Yo no queriaaaaa hacerlooo! Por favor no me pegues! Por favor no me pegues!
(Sr. Adams)  .- Que no! Te voy a poner el culo más colorado que un tomate maduro!! Ya lo creo desvergonzada!!! Y además me vas a decir, eso que no quieres contarme!!! Te lo voy a sacar, por las buenas o por las malas!!! Ya lo creo que te lo voy a sacar!!!
     Volvió hacia la silla con su sobrina pataleando y forcejeando por librarse del fuerte brazo que la sostenía, lo intento todo, incluso intento morderle la mano para que la soltase, pero todo fue en vano. En breve se vio echada sobre la rodillas de su tío, la falda no era necesario levantársela, pues todo su culo estaba al descubierto, excepto por la bragas rosas de algodón con lunares verdes. Enseguida sintió la pesada mano de su tío azotándola en el culo, su pequeño culo estaba indefenso ante aquella mano gigantesca que cada azote abarcaba sus dos nalgas al completo, no era necesario repartir los azotes por su trasero, pues todos los azotes que le daba su tío, caían en el mismísimo centro. Sonia pataleaba alocadamente, pero estaba firmemente sujeta. Durante diez largos minutos duro la azotaina, Sonia desesperada no hacía más que llorar como una muchacha de quince años. Hubo un momento que se detuvo su tío, con la mano derecha tanteaba el suelo como si buscase algo, buscaba el cepillo que se le había caído al suelo, cuando Sonia trato de escapar.
(Sra. Adams)   .- Aquí tienes lo que buscas cariño! Dale duro! Espera un segundo…
    Fue la tía quien entregara el cepillo a su marido, y cuando dijo espera un segundo… Lo que hizo fue bajarle a su sobrina las bragas a los tobillos, luego bordeo pasando por detrás a su marido, y se arrodillo frente a Sonia, la muchacha pensó que sería para ayudarla a soltarse de la mano que sujetaba su cintura y que esta hacía imposible escapar. Pero no, lo que hizo su tía fue sujetarle las manos por las muñecas para que no pudiera entorpecer a su marido en la severa azotaina que la estaba dando, claramente afectada, Sonia no tuvo más alternativa. El pesado cepillo empezó a caer en su muy rojo trasero, a Sonia le ardía horrores aquellos azotes en su trasero, nunca hubiera imaginado que podría doler tanto, pero estaba siendo horrible. Las piernas de Sonia pataleaban en todas las direcciones imaginables, estiraba sus piernas todo lo que la traba de sus bragas en sus tobillos le permitía, Sonia nunca había sido castigada tan rudamente y su culo la quemaba como no hubiera imaginado que podría dolerle, ni el salido de George era tan aguerrido como su tío…. Al final todo quedo en silencio excepto los llantos de Sonia…
(Sr. Adams)  .- Que endiablada sobrinita… te doy más en el culo? Quieres más? Me vas a decir que sucedió más!!!
(Sonia)  .- Siiiiii… agredí al decano, agredí al decano, agredí al Decanooooo….me dueleeeeee mucho, no más, no másss, no másss!!!
    La azotaina a Sonia ahí se dio por finalizada, el culo estaba morado del cepillo, lloraba sin posible consuelo… Pero la azotaina había acabado….