jueves, agosto 26, 2021

EL CASO DE LAS AMAPOLAS II Capitulo 1

                                                 EL CASO DE LAS AMAPOLAS  II

                                                                Capítulo 1

                                                 Llegada a la Hacienda Castello…

 

 

      El avión cuatrimotor tomo tierra en una pista clandestina o privada, dada la vigilancia de hombres bien armados vestidos de negro que lo custodiaban, a pesar del calor de la mañana  cercana al mediodía, con cielo despejado y un Sol que hacia esconder hasta los lagartos, todos iban cubierto con pasamontañas cubriéndoles el rostro, se apreciaba claramente que no eran policías del aeropuerto.   Al final de la pista había tres  grandes hangares, entrando el avión en el mayor  de ellos siendo remolcado por un vehículo dotado para esa función.   En el instante que el avión paraba sus motores, entraban por la entrada al fondo del hangar varios vehículos con cristales oscuros, deteniéndose al pie de la pasarela que se había colocado en la puerta delantera del avión.  Bajando una sola persona por ella hasta poner pie en tierra, siendo recibido por un hombre mestizo de aterrador aspecto por las cicatrices de su rostro, pero lo que más destacaba de él era su corpulencia, al sobrepasar los dos metros de estatura con unos hombros muy anchos, pero lo que más llama la atención eran unos enormes brazos marcados por una musculatura respetable, debía superar  los ciento cuarenta kilos de peso a simple vista, la discreción no era una de sus facetas al ir vestido de forma informal, con una camiseta  de tirantes negra, así como unos pantalones de camuflaje cortos, los cuales se ceñían a sus musculosas piernas marcando sus atributos masculinos. Siendo la persona encargada que  recibió a la única persona al descender del avión.

(Sr. Clark Miller)  -.  Buenos días! Usted es?

(Capataz)  -.  Soy Thomas,  Sr. Miller, el Capataz del Sr. Castello.  Les da bienvenida esperando que hayan tenido un buen vuelo, como puede comprender usted.  El Sr. Castello a preferido no acudir a recibirles, pues usted debe ir acompañado de su propio personal de seguridad, habría resultado incomodo que sus hombres se cruzaran con los nuestros, aun habiendo una tregua de paz acordada, ya sabe usted que debemos guardar las distancias.  Cuando ustedes abandonen el hangar en sus vehículos, mis hombres les escoltaran hasta la entrada a su hacienda que el Sr. Castello ha reservado para ustedes, sus hombres de avanzadilla  llegaron hace unos días,  ya están instalados habiendo  revisado la hacienda así como los terrenos colindantes.

(Sr. Clark Miller)  -.  Informe de mi parte al Sr. Castello, que hemos tenido un buen viaje y agradecemos que nos haya enviado su avión privado, infórmele que mi familia se lo agradece como yo mismo, agradezco su escolta hasta nuestra hacienda para alojarnos, dele al Sr. Castello las gracias por las molestias que se ha tomado, pero no creo necesaria esa escolta de sus hombres…

(Capataz Thomas)  -.  Entiendo y comprendo su posición respecto a la seguridad, por ello mismo mis hombres les escoltaran, pues en este territorio no existe la ley o policía del estado.  Nuestros vecinos están enterados de su llegada, como puede comprender Sr. Miller, esos vecinos no ven con buenos ojos su visita, lo consideran una invasión a sus territorios y están alertados sus hombres de hacer fuego a la primera oportunidad que les demos, y digo demos… Pues incluso nosotros estamos en el punto de mira de sus francotiradores, que no dudaran en abrir fuego a la menor oportunidad que se les dé.  Mis hombres por ello custodiaran los límites de su hacienda, advierta a sus invitados del avión que no salgan de la hacienda sin escolta, de salir de sus límites nosotros velaremos por su seguridad, pero no se la podemos garantizar.  En este territorio los raptos son habituales, y debo advertir que al Sr. Castello no le gusta negociar rescates.  Mi patrón me ha recalcado que se lo advierta… pues de haber un rapto se puede dar por perdida esa persona, pues no hará nada para libertarla dejándola en manos de sus raptores.

(Sr. Clark Miller)  -. Lo comprendo. Estoy de acuerdo y agradezco su escolta de sus hombres. Voy a indicarle a la familia que ya pueden descender del avión, que ya ha llegado nuestro transporte.

     En el momento que ascendía por la pasarela, voces de exclamaciones se escuchaban en el interior, momento que alguien desembarcaba del avión muy malhumorado, por un desgraciado accidente por una de las azafatas.

(Sr. Charlton)  -.  Hombre Thomas te ha enviado a recogernos Paul, tengo ganas de ver a ese viejo zorro!

(Capataz Thomas) -. Sr. Charlton buenos días, bienvenido a esta que es su casa. El Sr. Castello me ha indicado que apenas llegue le lleve a la hacienda.  Tiene algún problema con el personal de vuelo? Le he escuchado maldecir sobre una de las azafatas, ha sucedido algo? De ser así me encargare de ella inmediatamente!!!

(Sr. Charlton)  -.  Pues ya que lo comentas Thomas! Si deberías encargarte de ella.  Durante el vuelo se les han caído varias copas a las dos azafatas y al joven sobrecargo, pero no me he encargado de ellas, dado  por las turbulencias durante el vuelo, pero ahora no tiene excusa la azafata, el avión está en tierra y están parados los motores.

(Capataz Thomas)  -. Haga bajar a las dos y al sobrecargo, me voy a encargar de ellos ahora  mismo, mire usted que les he avisado antes de partir que tuvieran cuidado.

(Sr. Charlton)  -. Solo debes ocuparte de esta sinvergüenza! .- Entrando en la cabina de pasajeros, volviendo a salir al poco llevando a una de las azafatas sujeta del lóbulo de la oreja izquierda, haciéndola salir trastabillando con sus pies al tropezar con el escalón. -. La otra azafata y el joven sobrecargo no tienen culpa, el vuelo ha sido muy movido.  Luego hablare con Paul de tirar este viejo cacharro, y comprar un Jet de esos americanos, esos nuevos aparatos a reacción apenas tienen turbulencias al poder volar a más altura. Debes de encargarte únicamente de esta jovencita, Irene… verdad niña!

(Irene)  -.  Pa…pá! Yo…

       La azafata llamada Irene bajaba por las escaleras de la pasarela, bajando muy lentamente escalón por escalón al ver a su padre al pie de la pasarela esperándola, observándola con cara de pocos amigos, un rostro que a su hija la debió dejar helada nada más aparecer, tras traspasar el umbral de la compuerta de cabina pasajeros. Bajaba tallándose la falda plisada del uniforme de azafata, alistándose con ambas manos pasándolas por sus caderas y sujetándose la falda para no mostrar su ropa interior al descender por la fuerte brisa del Sur. Su uniforme de azafata resaltaba sobre la blancura de la pasarela, al ser un conjunto de falda plisada de vuelo por encima de la rodilla, así como una chaquetilla cerrada desde el cuello a juego de color rosa fucsia, llevando como complemento cubriendo su rubio cabello, una boina color rosa fucsia a juego con su uniforme. 

(Capataz Thomas)  -. Deja de alistarte la falda niña! Apenas bajes te voy a levantar la falda y te voy a bajar  las bragas por desvergonzada!!!  Como se te ocurre derramar la bebida sobre el Sr. Charlton, vas a ver cómo te voy a poner el culo!!!  No te vas a poder sentar en varios días!!!

   El capataz claramente enfadado al ver la parsimonia al descender de su hija menor, subió escaleras arriba hacia ella que al verle subir, se quedó parada del temor que le tenía a su padre,  que al tenerla a su alcance la coloco sobre su muslo izquierdo, quedando medio de costado en la pasarela con el pie izquierdo dos escalones más arriba, quedando así su pierna flexionada colocando a su hija sobre el muslo, tal y como había amenazado le subió la falda a la cintura, para bajarle las bragas blancas de algodón con unos pequeños ramilletes de flores rojas, que resaltaban sobre la blancura de sus braguitas que fueron bajadas a medio muslo.

    La azafata sintió el primer azote en su blanco trasero, el cual inmediatamente cambio el contraste de la blancura de su piel, poniéndosele colorado al primer azote dada la enorme mano del Capataz, la cual le abarcaba totalmente su pequeño trasero aullando del dolor, pues su padre dada su corpulencia dejaba entrever claramente su fuerza al azotarle el culo, el cual en los pocos minutos que duró la azotaina ya tenía el trasero de un color rojo muy vivo escarlata brillante. Al posarla de nuevo en el suelo, la joven en un mar de lágrimas se apresuró a subirse las bragas, siendo retiradas sus manos por el capataz siendo él, quien se encargó de subírselas hasta la cintura, levantándole la falda por completo dejando a la vista sus bragas, a los hombre que se hallaban al pie de la pasarela contemplando la escena, así como la azotaina que recibió la joven en pocos minutos con su encantador trasero al aire.

     Desde el avión a través de la ventanilla Marie Miller, pudo ver como se debatía la joven azafata, al igual que su hermana Yuni Lee que no se perdieron detalle alguno, observando fascinadas como la muchacha agitaba sus brazos en el aire, al estar su cuerpo posado sobre el enorme muslo de aquel gigante.  Desde el interior de la cabina de pasajeros no pudieron escuchar lo que hablaban fuera, solo podían observar como un hombre enorme con el torso de su cuerpo medio desnudo, colocaba a la azafata sobre su pierna viendo fascinadas como la enorme mano ascendía y bajaba impactando en el trasero de la joven azafata, a la cual veían como agitaba sus brazos alocadamente o como sus piernas pataleaban en el aire, no pudiendo verle el culo de la joven dada su posición. Aunque habían podido ver como Irene la azafata dejaba caer sobre su tío Charlton la bebida, para Marie y Yuni Lee no se les pasó desapercibido el instante que la joven azafata dejaba caer la bebida sobre el traje, viendo claramente la mirada a la joven cuando se acercaba sigilosamente muy nerviosa, viendo las intenciones de la muchacha antes de dejarle caer la bebida disimuladamente, momento al ver a su tío levantarse haciendo aspavientos, mirando a la joven azafata con los ojos encendidos de la sorpresa, así como de su disgusto al sentir el líquido sobre sus pantalones. La muchacha se quedó parada esperando ser regañada y muy posiblemente verse sobre las rodillas del Sr. Charlton, algo que no sucedió viendo en el rostro de la joven la decepción.  Sin duda alguna de haber sido cualquiera de ellas dos, Marie o Yuni Lee ya estarían sobre sus rodillas recibiendo una calurosa azotaina.  Vieron desde la ventanilla como la joven meneando las caderas y sobándose el culo con sus manos ascendía la pasarela entrando a la cabina, cruzándose con su hermana.

(Joselyn)  -.  Eres tonta?  Es que no has visto a papá afuera! 

(Irene)  -. Pues no! Además no sé porque protestas, tú!   Durante todo el vuelo lo habéis probado todo tanto Jasón, como tú misma habéis intentado que os diera una azotaina durante el vuelo, porque no iba a probarlo yo!

(Joselyn)  -. Porque estamos en tierra, quizás?  Estando ya en casa!  Tenías todos los números de que papá te calentara el culo, tal y como ha sucedido.  Cuando aprenderás! Tienes suerte que no se haya sacado el cinturón!!!

     Marie que las había estado escuchando desde que entrara en la cabina Irene, se acercó hacia ellas levantándose de su asiento, acercándose viendo como la joven azafata se sobaba el culo con sus dos manos, y como a través de la falda se estiraba el elástico de las braguitas que debía molestarle.

(Marie)  -.  Chicas!  Lo habéis hecho muy mal!   Si deseabais que el Sr. Charlton  os calentara el culo, habéis dejado caer la bebida a las personas equivocadas, de haberme preguntado a mi os hubiera aconsejado a quien debíais provocar, pero desde luego el Sr. Charlton no era la persona adecuada.

(Joselyn)  -.  Se puede saber quién mierda eres tú!  Quien te ha dado vela en este entierro!! Que sabrás tu niña pija?

(Marie)  -.  Puede que sea la niña pija… Pero yo no habría dejado caer la bebida sobre aquellos señores, son los guardaespaldas personales del Sr. Clark Miller, sobre la mujer que ese tal Jasón ha dejado caer la bebida, es la Doctora Cayetano, si os hubierais fijado bien durante el vuelo, habríais visto los problemas que tiene para mantener el culo en la misma posición, y a la otra mujer que habéis mojado, es Helen Smith la secretaria personal del Sr. Clark Miller, también va bien servida con el culo en brasa viva pues ha recibido antes de subir al avión, con todos los spankers que van en el avión y no habéis provocado a ninguno de ellos. 

(Joselyn)  -. Pues con esa cara de mala leche que se gastan esos dos, hubiera jurado que eran spankers.

(Marie)  -. En su vida privada desconozco si lo son o no, pero en su trabajo no está el calentar traseros a jovencitas engreídas…

     Marie no pudo continuar hablando al recibir una bofetada de la mano de Joselyn la azafata, que fue vista por el Sr. Adams como le daba la bofetada, el cual al ver el semejante tortazo de la azafata a Marie, se levantó inmediatamente caminando hacia la joven. La cual cuando se quiso dar cuenta de lo que sucedía, ya estaba boca abajo sobre las rodillas del Sr. Adams con las bragas bajadas recibiendo una azotaina. Sorprendida sintiendo como el culo ya le abrasaba sin saber que había sucedido, o como se veía sobre el regazo de esa persona recibiendo una dolorosa azotaina.  Cuando se vio en pie de nuevo, se inclinó para subirse las bragas, claramente estaba resabiada pues no se esperaba en ese momento, el que le pudieran dar una azotaina al hallarse su padre al pie de la escalera, al encontrarse muy molesta por la entrometida niña pija.  Escuchando a sus espaldas una voz a la que no presto atención por el enfado…

(Sr. Adams)  -. Jovencita no te vas a disculpar!!!

     Joselyn enfadada caminaba hacia la parte de cola del avión, no prestando atención a la advertencia, trastabillando con sus pies al andar teniendo las bragas bajadas, se las iba subiendo tirando de ellas con solo la mano derecha, casi la hizo caer al suelo pues las bragas  se le habían quedado trabadas en la rodilla izquierda, cuando se vio empujada sobre el brazo de uno de los asientos del avión, con la mala fortuna para la joven al ser el asiento de la Sra. Adams, la cual desde su lugar había visto la escena. La joven se debatía por levantarse, cuando se vio como la mujer que ocupaba el asiento le sujetaba los brazos, sintiendo detrás de ella como le levantaban la falda de nuevo, para sentir en su trasero levemente sonrosado por la breve azotaina, como ahora le abrasaba el culo horriblemente.  Al tercer azote ya se percató al mirar hacia atrás, que estaba recibiendo la zurra con el cinturón, siendo este muy pesado sintiendo como el culo le escocia con ardor muy intenso.  En esta ocasión no fue una breve azotaina, acabo llorando como una chiquilla dado el intenso fuego, sintiendo como el cinturón le dejaba dolorida a cada nuevo azote que le  cruzaba sus dos nalgas, al unísono en su inflamado trasero, cuando ya había perdido la noción de los azotes que había recibido, aullaba de dolor de la azotaina que estaba recibiendo, sus aullidos se escucharon desde fuera del avión, lo cual hizo que los hombres subieran al interior de la cabina, contemplando la escena el Sr. Clark Miller, Sr. Charlton y el propio capataz padre de la muchacha.

     Viendo como la azafata se sobaba el culo sin importarle mostrar su intimidad, al tener la falda levantada al habérsele quedado enrollada sobre si misma, al habérsela subido hasta  la cintura la Sra. Adams, impidiéndole moverse mientras había estado echada sobre el brazo del asiento con el trasero bien expuesto, recibiendo una severa azotaina con el cinturón. Al darse la vuelta la joven y poder mirar a quien la había zurrado, poniendo claros gestos de dolor y malestar hacia esa persona que la había castigado bajándole las bragas. Estaba tan malhumorada la joven aun en esos momentos, escuchar la voz de su padre al fondo la calmo al instante, sobre todo ante el tono de las palabras de su padre, hacia la persona que se había atrevido a castigarla.

(Capataz Thomas)  -.  Williams veo que sigues implacable con el cinturón, que ha hecho la sinvergüenza de mi hija Joselyn para castigarla!

(Sr. Adams)  -. Que tal andas Thomas!  Pues ya ves tu hijita mayor le soltado un bofetada a la hija de Clark, no voy a defender a Marie, seguro que se la tenía bien merecida estaban discutiendo entre tres adolescentes, pero ha estado muy mal su acción… Me he encargado de bajarle esos malos humos dándole  unos azotes, y la muy descarada me ha mostrado un desprecio intolerable, dándome la espalda de malas maneras, por esas malas formas se ha llevado una azotaina con el cinturón. Así aprenderá buenos modales la niña, ya que su padre no la ha sabido educar como dios manda!!!  Ya la ves tú mismo!! Aun después de haberla zurrado ya ves con qué cara me mira, aun parece ser que no ha reconocido a su padrino y a su madrina que la mantenía sujeta para calentarle el culo. Ni un abrazo, ni un beso… Durante todo el vuelo ni se han acercado ninguno de los tres a saludarnos, solo hace dos años que no nos vemos, y ya habían estado los tres sobre mis rodillas muchas veces de niños…

     Joselyn cambio el semblante al saber quiénes eran, pues habían cambiado bastante el matrimonio Adams, abrazándose a quien le acaba de calentar el culo colgándosele del cuello, Irene que estaba cerca corrió a abrazar a su madrina Ingrid, al igual que Jasón al enterarse de quienes eran.   Habían sido trillizos al venir al mundo los tres hermanos, siendo sus padrinos el matrimonio Adams de los tres.

(Capataz Thomas)  -. Debo decir en su defensa que habéis cambiado mucho, ni yo os habría reconocido si no fuera por tu corpulencia amigo mío, ya ha llovido desde vuestra visita han pasado más de dos años, los chicos en vuestra última visita estaban estudiando fuera, o sea que llevan sin veros desde los diez años, y ya tienen dieciocho años ya son dos preciosas señoritas y un jovencito muy apuesto, han heredado la belleza de su madre que se alegrara de veros.  Por supuesto como siempre os quedareis en mi casa, no acepto un no por respuesta o Joselyn, mi esposa me pateara el culo por toda la hacienda si no venís conmigo. Pero a quien tenemos aquí!!!  Tío Whu Lee se puede saber cómo no has salido a saludarme, lo que se va alegrar tu hermano cuando te vea. Y la pequeña Yuni, vaya ya es toda una mujercita, ya verás que alegría se van a llevar tus padres… eso si no te pone el culo como un tomate, nos han llegado hasta aquí vuestras travesuras.   Estaba muy enfadada cuando se enteró tu madre, al ser informada por Williams de tus travesuras, fue necesario retenerla pues quería coger el avión e ir a darte una zurra.

     En esos momentos uno de los hombres de confianza del capataz, entraba a la cabina de pasajeros del avión, viéndolo el capataz se dirigió hacia él para que nadie les escuchara hablar.

(Capataz Thomas)  -. Que sucede Antonio porque nos interrumpes?

(Antonio)  -. Sr. Thomas!  Hemos visto un grupo de vehículos por los límites del norte que se acercaban…

(Capataz Thomas)  -.  Envía a tus hombres a pararles los pies, y si se empeñan en pasar ya sabes que deben hacer tus hombres!

(Antonio)  -. Ya los he enviado a interceptarlos, pero creí oportuno que debía saberlo usted.

(Capataz Thomas)  -. Puedes retirarte Antonio,  y tenme informado de todos sus movimientos.

     Al reunirse con los recién llegados… El Sr. Charlton se acercó hacia el capataz hablándole en voz baja, al observar que murmuraba algo con uno de sus hombres.

(Sr. Charlton)  -.  Sucede algo que deba saber, Thomas?

(Capataz Thomas)  -. Unos vehículos han sido vistos por los límites del norte, ya he enviado a hombres que los intercepten. Deben ser los hombres de la hacienda “Los Lobos”.

(Sr. Charlton)  -.  Has hecho bien! Pero retira a tus hombres. Me he citado con Pedro “El Lobo” en la hacienda, al igual que con los demás jefes de los territorios del Este y del Sur.  Lo que debe preocuparte, es asegurar bien la hacienda con todos tus hombres, luego se nos unirán los hombres que traigo en este avión, y que bajaran una vez nos hayamos ido nosotros, las niñas y los Adams no deben sospechar que vienen con nosotros… Por cierto Thomas, mis protegidas están en la hacienda como ordene?

(Capataz Thomas)  -. Si tal y como usted ordeno, aunque estarán algo indispuestas…

(Sr. Charlton)  -. Indispuestas?

(Capataz Thomas)  -. La Sra. Miller me ha ordenado esta mañana ocuparme de ellas, por desordenadas… al parecer les había ordenado arreglar su recamara, y no han debido obedecer, por el desorden en su recamara,  a su esposa no le ha gustado encontrarla en ese estado. Las encontrara castigadas en su despacho donde las he dejado…

(Sr. Charlton)  -. Mi esposa? Di instrucciones expresas que no debían ser molestadas, que eran mis invitadas en la hacienda. 

(Capataz Thomas)  -.  Eso dígaselo usted mismo a su esposa cuando la vea, no le hizo ninguna gracia que metiera a dos mujeres en su casa, al parecer se imaginaria váyase a saber que…  Cuando le dan sus pataletas, solamente la Sra. Lee es capaz de ponerla en su sitio, en esos casos esta varios días desaparecida en su habitación… Ya conoce usted a la Sra. Lee, es una mujer de armas tomar y cuando se enfada es mejor estar lejos de sus zapatillas.

      Dejando de hablar se acercaron hacia el grupo que observaban la escena, viendo las azafatas sonriendo a pesar del estado de sus traseros, Joselyn estaba abrazada a Williams a la cual la tenía entre sus brazos aupada del suelo, al igual que sus hermanos Irene y Jasón estaban sentados en las piernas de  Ingrid abrazados, mientras la mano derecha de la Sra. Adams acariciaba el culo de Irene, que debía dolerle horrores por el calor intenso que emanaba a través de sus bragas.

(Capataz Thomas)  -. Lamento tener que aguar este feliz momento, pero es hora de retirarse hacia la hacienda. Usted Sr. Clark, su esposa, Whu y las chicas irán en el grupo central, vosotros hijos en el tercer grupo llevad a vuestros padrinos a ver  vuestra madre que os estará esperando, usted Sr. Charlton vendrá conmigo en el primer grupo, después de dejarlos en la hacienda, iremos a visitar al Sr. Castello que ya lo espera a usted Sr. Charlton.  Los hombres se ocuparan de sus equipajes.

     Veinte vehículos salían del hangar dirigiéndose hacia el Este, delante a unos cientos de metros iban otros vehículos abriendo camino, al igual que otro grupo cerraba la comitiva a cierta distancia. Dos helicópteros acompañaban a los vehículos desde el aire, la seguridad era máxima ni un mosquito habría pasado desapercibido.  Después de dejar el tercer grupo en la hacienda del Capataz, se dirigieron hacia la casa donde se alojarían los Miller, poco después solo circulaba por los caminos los vehículos del primer grupo hacia la hacienda Castello, acompañados desde el aire por uno de los helicópteros.  La comitiva atravesaba los campos de la plantación, donde mujeres trabajaban recolectando plantas de Marihuana, mientras los hombres trabajan en las plantaciones de tabaco, café y cacao.  Viendo desde los vehículos un tumulto de mujeres en fila cargadas con grandes cestos de mimbre, hacían cola para el pesaje de las plantas recolectadas.

(Sr. Charlton)  -.  Que sucede ahí delante Thomas?

(Capataz Thomas)  -.  No tengo ni idea, pero lo voy averiguar enseguida…

     Bajando del vehículo Thomas el capataz se dirigió hacia el grupo de hombres, que discutían acaloradamente con una de las mujeres en la caseta de pesaje. Al ver llegar al capataz lo hombres se hicieron a un lado para dejarle el paso libre…

(Capataz Thomas)  -.  Que está sucediendo aquí sí puede saberse, que es este escándalo Miguel?

(Miguel)  -. Lo de siempre con la moza esta!!! Dice que le robamos en el peso, que ella ha recogido ciento veinte kilos, pero la báscula solo da noventa kilos, pero la niña nos acusa de ladrones, con ella siempre estamos igual con el peso. Ya la hemos castigado otras veces por el mismo problema, siempre está igual, y por lo visto hoy quiere volver a recibir en el culo…

     El Sr. Charlton viendo que la discusión continuaba, decidió bajarse para verlo de primera mano el problema. Los hombres al verle le cerraron el paso impidiéndole pasar, teniendo que intervenir el capataz.

(Capataz Thomas)  -. Que hacéis idiotas!!! Dejad pasar al patrón si no queréis estar despedidos desde ya!!!

(Sr. Charlton)  -.  Que sucede aquí Thomas, sabes que nos esperan en la hacienda…

(Capataz Thomas)  -. Aquí la moza recolectora dice que ha recogido ciento veinte kilos, pero la báscula solamente da noventa kilos.

(Sr. Charlton)  -. Cómo te llamas pequeña?

(Capataz Thomas)  -. Es Isabel Sr. Charlton, la hija de mi mano derecha Antonio.  Esta niña siempre da problemas, engreída se cree ser alguien por ser su padre mi hombre de confianza, casi cada semana es necesario reajustarle las cuentas con una buena azotaina, y hoy no se va a librar de una de las buenas.  Trae la palmeta de madera Miguel!

(Sr. Charlton)  -. Thomas! No te apresures, primero es necesario ver si la chica tiene razón, y si la báscula da menos peso del que debería dar, entonces habrá que usar la palmeta con estos mozos.  Niña!  Cuanto debes pesar unos cuarenta y cinco kilos?  .- La chica asintió con la cabeza afirmativamente, mientras su mano derecha se tallaba el trasero, al escuchar a Thomas pedir a Miguel la palmeta de madera a la cual le temía horrores. -. Bien niña quieres ponerte sobre la báscula a ver si es verdad… Bien cuarenta y seis kilos, baja que ahora me pesare yo, la última vez que me pese estaba en los ciento quince kilos. Y la báscula dice… ciento quince kilos exactos!  Te parece bonito niña!!! Acusar a estos mozos responsables del pesaje de ladrones?  Ahora vas a ver…

      El Sr. Charlton se sentó en una silla que había en la caseta, tirando del brazo de la joven colocándola sobre sus rodillas, levantándole la falda del escaso vestido que llevaba puesto la muchacha, bajándole las bragas azules a las rodillas viendo claras marcas moradas en el culo de la joven.

(Capataz Thomas)  -. Como puede ver aun luce las marcas de la azotaina que le dio su padre, por la misma razón de siempre, yo mismo la lleve junto a él para que se ocupara de ella, pues siempre nos da problemas esta niña y por ser la hija de mi segundo no consiento que nadie la toque.

(Sr. Charlton)  -. Pues hoy tendrás que disculparte ante su padre, porque me voy a ocupar yo mismo de castigar a esta insolente, mentir es una de las cosas que no tolero, y mucho menos acusar impunemente a mis trabajadores. No me hace falta la palmeta, en el estado que tiene el culo, seguro que lo va a lamentar esta mocosa…

    Los primeros azotes cayeron sobre el trasero de la joven, que inmediatamente empezó a lamentar su error, pues la mano del patrón dolía mucho más que la palmeta, sobre todo al comprobar que la azotaina del patrón se estaba alargando más de lo que ella hubiera sospechado, ya que con la palmeta habría recibido como mucho, una veintena de azotes en el culo sin levantarle el vestido y sin bajarle las bragas. Algo que solamente lo hacia su madre cuando la castigaba, por lo que en esos momentos la joven estaba muerta de la vergüenza, al saberse desnuda ante los hombres y amigos de su padre que la habían visto recibir azotainas por su padre en muchas ocasiones, pero nunca ante ellos le había bajado sus bragas.  Tras varios minutos de azotaina permitió que la joven se levantara de sus rodillas, la joven al verse liberada llorando a mares, se sobaba el culo agarrándose la base de sus nalgas, zona donde había recibido más azotes. La joven estaba muy arrepentida de su rabieta con el pesaje, pues nunca la habían castigado tan severamente, ni su madre que lo hacía a menudo la castigaba durante tantos minutos.

(Sr. Charlton)  -.  Súbete las bragas desvergonzada!!!  Thomas! Si la chica vuelve a acusar a los trabajadores, quiero que me la traigas a la hacienda inmediatamente, yo me ocupare de ella… Además esta noche que me la traiga su padre, recibirá otra dosis de disciplina y de nuevo mañana por la mañana antes de iniciar su jornada laboral.

(Capataz Thomas)  -.  Ya veo que usted no ha cambiado nada. Hacía mucha falta sus métodos de disciplina en la hacienda, desde que se marchó no se ha vuelto a castigar de ese modo, por orden de su señora!

(Sr. Charlton)  -. En cuanto le eche la mano encima mi esposa, va a lamentar no haber firmado el divorcio… y más el contradecir mis instrucciones en la hacienda… Vamos para la hacienda!!!

       La joven se subió las bragas saliendo de la caseta de pesaje, el resto de las mujeres que aguardaban en la cola de pesaje, sonreían al verla como Isabel se frotaba el culo sobre las bragas, sin importarle que los hombres y mujeres se las estuvieran viendo, dado el intenso fuego que sentía en el culo, desapareciendo entre las plantas de la plantación entre lágrimas, nunca en sus diecinueve años que tenía la joven la habían castigado de esa forma, y lloraba solo de pensar que a la noche y a la mañana siguiente volvería a recibir de nuevo por el patrón.  Había oído hablar a su madre de cómo disciplinaban a las mujeres cuando el patrón vivía en la casa, pero siempre había creído que era para amedrentarla, de no haber recibido la azotaina de las manos del patrón, seguiría creyendo que era una farsa de su madre para meterle miedo, sobre todo al correr el rumor desde hacía unos días de la vuelta del patrón.

(Capataz Thomas)  -.  Ya que veo… que usted no ha cambiado en nada sus costumbres, en esta cola de mujeres hay cuatro que están pendientes de disciplina, desea que se las lleve a la hacienda como antaño.

(Sr. Charlton)   -.  Así? .-  las chicas que aguardaban en la cola escucharon las palabras del Capataz, cambiando sus sonrisas al haber visto como le había ido a Isabel, no habían visto como se la daba al estar dentro de la caseta, pero si habían escuchado la larga azotaina y los desgarradores aullidos de dolor de Isabel. Mirando hacia las chicas el Sr. Charlton… -. Desde luego Thomas! Cuando acaben su jornada a la tarde, me las traes a la hacienda me encargare de ellas en los establos como siempre, ósea que ya puedes dar orden que restablezcan su estado, pues si durante veinticinco años que me he ausentado no se ha utilizado, requerirá mantenimiento.

(Capataz Thomas)  -. No es necesario Sr. Charlton!  Ya lo había predispuesto al saber que regresaba, dando órdenes que los adecentaran…

(Sr. Charlton)  -. Una cosa más!  Encárgate que sean disciplinados estos cinco mozos, no me gusta que se rían de la pesadumbre que deben sentir las chicas, la disciplina es algo serio, no es para tomárselo a guasa como acaban de hacer… Después de encargarme de las chicas, me encargare de ellos…  Aún vive en la hacienda la Sra. Cunegunda? Recuerdo que zurraba a los mozos de forma ejemplar… Las chicas presenciaran su disciplina, igual que ellos la de ellas, ya sabes que no hago distinciones de sexos… Vámonos!!!

(Capataz Thomas)  -.  Son jóvenes Sr. Charlton, siempre se han reído de las historias de sus mayores, decían que ello no podía ser así…

(Sr. Charlton)  -. El que mi esposa no haya respetado mis reglas, le va a costar muy caro a ella misma en cuanto le eche la mano encima.

(Capataz Thomas)  -.  Ya iba siendo hora que a mi hermana le leyeran la cartilla, se ha mostrado estos años de forma intolerable incluso conmigo mismo, la única que la mantiene a raya como le he mencionado es la Sra. Lee.

(Sr. Charlton)  -. A mi marcha debí de haberle dejado a ella, que se encargase de la hacienda, Castello me ha decepcionado por lo que estoy escuchando, y eso le va a pasar factura en breve.

(Capataz Thomas)  -. No debe usted tomárselo de ese modo, los negocios los ha llevado como usted lo hubiera hecho, con mano firme y dura… Pero lo concerniente a la hacienda su esposa se hizo cargo, alegando que era la señora de la casa, algo que es irrefutable… Si la disciplina dejo de ser lo que era en sus tiempos, fue porque ella lo exigió así!!!  El Sr. Castello no tuvo más remedio que claudicar…

(Sr. Charlton)  -. En cuanto lleguemos a la Hacienda envíame a mi esposa al despacho, me encargare de ella en primer lugar, nuestros invitados deberán esperar que acabe con ella… AH! …  Y me traes el mejor cepillo de la casa, me va hacer mucha falta, asegúrate que sea fuerte y pesado!!! He echado en falta al “Diablo”, debí haberlo llevado conmigo…

(Capataz Thomas)  -. No se preocupe Sr. Charlton… Hace años que guardo al “Diablo”. Si hubiera caído en manos de mi hermana lo hubiera quemado, como hizo con todos sus instrumentos!

(Sr. Charlton)  -. No me extraña que lo hiciera, ella por entonces no era una spankee consumada y odiaba el cepillo como todas.  No hay más que ver a tus dos hijas, todo el vuelo han estado provocando para recibir una azotaina, pero no nos conocían a casi ninguno, yo pensaba que a Williams le reconocerían o Ingrid, pero no ha sido así hasta que tú has aparecido. Han provocado ganarse una azotaina durante todo el vuelo, no sabían disimular cuando dejaban caer la bebida. Al final ha sido Irene la pequeña la que ha acertado, pero estando su padre cerca, he preferido que fueras tu quien se encargase de ella.

(Capataz Thomas)  -. No te creas, es la peque por tres minutos, la primera fue Jocelyn por eso se llama como su madre, luego Jasón que se llama como yo, Jasón Thomas! E Irene por tu esposa, mi hermana menor.   Ya hemos llegado están todos esperándonos.  

      Al bajar del vehículo vio al servicio de la hacienda en el porche, todos alineados uno al lado de otro desde el servicio que eran cuatro chicas, otras tres pinches de cocina por su atuendo, la cocinera, mayordomo, jardinero, portero, la Sra. Lee, y luego algo avanzada su esposa Irene, y a su lado una chica joven de unos veinticuatro años, por último y más adelantado Paul Castello quien abrió la puerta del vehículo.   Tras bajar del vehículo se abrazó a su buen amigo Paul Castello, y luego abrazo besándola a su esposa Irene permaneciendo abrazados unos segundos.

(Sr. Charlton)  -. No me esperaba verte en la casa, bueno entramos dentro? Por cierto acompáñame a mi despacho Irene, tenemos cosas que hablar…  No me ha gustado conocer tu mala  conducta, así como tu horrible disposición al no seguir mis reglas en mi ausencia. Tengo la intención de darle una solución inmediata!!!

    El Sr. Charlton entro en la casa seguido por su esposa, a su lado iba la joven de veinticuatro años, entrando en el despacho seguidamente. Un hecho que le desagrado al Sr. Charlton que la joven les acompañara, pues había sido muy claro que deseaba hablar con su esposa a solas…

(Sr. Charlton)  -. Perdone joven, su rostro me es muy familiar pero deseo hablar con mi esposa a solas.

(Sra. Irene)  -.  Perdona Charlton por no habértelo contado antes, todos me aconsejaron que debía contártelo, pero yo conocía los riesgos mejor que ellos al estar tu hermanastro a cargo de la familia Miller, sabemos que no habrían aceptado tu matrimonio con una indígena, te hubiera matado de saberlo Thomas, al igual que a mí misma llevando a tu hija en mi vientre, por eso te es tan familiar, es tu hija Patty le puse el nombre de mi madre, es clavadita a ella verdad?

    Al enterarse se abrazó a la joven con lágrimas en los ojos, permaneciendo varios minutos abrazados, sin que nadie interviniera para romper es mágico momento. 

(Sr. Charlton) -. Como… Porque? Porque no me lo dijiste, nunca me hubiera ido de saber que iba a tener una hija…

(Sra. Irene)  -. Mi madre estaba enterada de todos tus problemas familiares, al decirle que estaba embarazada me prohibió decirte nada, pues de haberlo hecho tu hermanastro nos hubiera matado a todos, incluido a toda la tribu indígena de mis padres. Mis padres fueron asesinados hace un año por Thomas, no sé cómo se enteró que estabas casado conmigo, mi hermano no llego a tiempo para evitarlo, pero si para eliminar a todos sus esbirros que envió a eliminarnos.

(Sr. Charlton)  -. Yo si lo sé!!!  Y voy a darle solución ahora mismo…

     Cogiendo el teléfono marco un número, a los pocos tonos se escuchaba una voz de fondo femenina…

(Sr. Charlton)  -. Silvia!  Está en su despacho el Fiscal.  Bien ponme con Richard por la línea privada, rápido! .- Unos segundos después… -. Richard! Es segura la línea? Bien, quiero encargarte un trabajo urgente, avisa a Peter que debe ponerse en contacto conmigo inmediatamente, no quiero filtraciones de ningún tipo, y sobre todo saca a todos tus hombres de la Fiscalía ya!!!  Que eso dejara sin escoltas al Fiscal ya lo sé, es justo lo que deseo… Y haz correr el rumor que el Fiscal no tiene mi apoyo, pero que nadie conozca de donde parte ese rumor. Ya sé que eso significara su muerte, es el traidor de la organización, te basta con eso?  No! No quiero que lo elimines tú mismo, de pretenderlo te lo ordenaría.   Mi deseo es que se encarguen de él mis enemigos, así nosotros quedaremos limpios de toda sospecha!   Vale! Ya lo has pillado, verdad? Pues no pierdas el tiempo hablando conmigo!!! Quiero saber en el momento que lo despachen, me comunicas que lo han enviado al otro mundo. Bien, hasta luego. No seas merluzo!!! A su esposa e hijas me las envías cuando sea seguro hacerlo, si! Dobla la seguridad para ellas… El Fiscal era un cerdo impotente, no son sus hijas, son MIS hijas!!! Si, ya es hora que conozcan la verdad y sepan que yo soy su padre!!! Ponles seguridad y que no les suceda nada, respondes por ellas si les ocurre algo!!! Tu eres mi hombre de confianza en la ciudad, no me falles!!!  No te preocupes por Clark, él siempre ha estado al corriente de todo, lástima que no elimináramos a Thomas antes!!! Nos hubiéramos evitado males mayores, pero como íbamos a sospechar que el cerdo del Fiscal jugaba a tres bandas.  Ya hablare con el alcalde cuando pase todo esto, entonces estudiaremos a quien colocamos como nuevo Fiscal.  Tú te quedas al mando de la organización, ya que el Fiscal ya no tiene mi confianza.   Infórmame de todo cuanto ocurre en la ciudad y sobre todo haz saber que eres tu quien lleva el territorio, ya sé que eres muy capaz, pero ponte varios hombres de confianza a tu alrededor, si, si, si debes llevar escoltas a partir de ahora. Avisa a los hermanos Giovanni que sean tus jefes de seguridad, ellos pondrán a sus hombres para protegerte, cuando Peter me llame se lo ordenare que te los envié cuanto antes. Hasta luego!!!

 

 

(Continuará…)