domingo, octubre 30, 2022

SORAYA Y SU NUEVO HOGAR Correctivo a Rose Mery final Capitulo 15

 

                       SORAYA Y SU NUEVO HOGAR    Correctivo a Rose Mery final Capitulo  15   

 

        La atmosfera dentro del vehículo era irrespirable metafóricamente, solamente las miradas entre los dos ocupantes en los asientos traseros era turbadora, los ojos del caballero parecían lanzar rayos, hacia la mujer que tenía sentada enfrente de él, agradeciendo que la limusina tuviera dos asientos.  Menos mal que estaba lejos uno de otro. Pues en esos instantes por la mente del caballero le rondaban ideas, que no habrían resultado ser nada agradables para la mujer.  El caballero se le apreciaba que estaba haciendo muchos esfuerzos, para no abalanzarse sobre la mujer sentada frente a él,  había demostrado durante la última hora el saber comportarse, al igual que su paciencia pese a las circunstancias.   Para no tener que mirarla a la cara durante el trayecto, desplego un periódico del día con las ultimas noticias nacionales, manteniéndolo en alto para evitar el tener que volver a mirarla.

       La mujer se la veía muy nerviosa sin saber bien que hacer, la mampara que separaba el conductor de los asientos traseros estaba bajada, lo cual de alguna manera hacia que el nerviosismo de la mujer fuera mayor, temía la reacción del Señor McDonald si ella abría la boca para decir algo.   Ella se daba perfecta cuenta de su postura, conocía muy bien al Señor McDonald como para arriesgarse, no sería la primera vez, ni la última que pusiera sobre sus rodillas a una mujer en ese asiento, ella lo había podido ver en varias ocasiones permaneciendo dentro del habitáculo. No precisamente a su pequeñas spankee´s, también en alguna ocasión había visto enrojecer las nalgas de la Sra. Abba, aunque en esas ocasiones le había ordenado al conductor subir la mampara.

      No era un hombre que se anduviera con rodeos, si estaba molesto por algún motivo se lo hacía saber a quién  había causado su malestar.  La Sra. Stuart sabía perfectamente que se había extralimitado en sus responsabilidades esa tarde, el Sr. McDonald así se lo había advertido hasta en dos ocasiones, que sus actos tendrían serias consecuencias.  No se lo había hecho saber con esas mismas palabras, pero ella había captado la insinuación del señor.  En el caso de hallarse en casa, a esas alturas ya tendría el trasero ardiendo como brasas al rojo vivo. No era algo que no supiera ella de él, conocía perfectamente al Señor de la casa, al igual que no podía esperar de él no guardase la compostura delante de las chicas.

      Estando en el portal de la casa de Marisa, la mujer sintió como se le helaba todo su ser ante la llamada de atención, el Sr. McDonald fue claro al pedirle que midiera su comportamiento, en ese momento guardo la compostura como si no hubiera oído nada, aunque en su interior su cuerpo la traicionaba al hacerla temblar ante la amenaza. El Sr. McDonald pocas veces la llamaba Rose Mery, a veces lo hacía amistosamente al haber otras personas, pero en ciertas circunstancias cuando la llamaba por su nombre de pila, sabía muy bien que eso no era buena señal.  Lo que variaba al llamarla por su nombre era el tono de su voz, en una de esas veces de esa tarde la hizo ruborizar ante Sonia y Marisa, pues las dos jovencitas se dieron cuenta de la seria amenaza, ella pudo ver en sus rostros una tenue sonrisa aparecía en sus labios, aunque también pudo ser su propia turbación al ser regañada ante ellas.

     Cuando llegaron al parking del edificio, el Sr. McDonald se bajó el primero del vehículo encaminándose hacia el ascensor, Rose Mery tuvo que apresurarse a bajar para seguir tras sus pasos, entrando al mismo cuando ya se cerraban las puertas.  Ella pensó que era el momento perfecto para disculparse al hallarse a solas, iba a decir algo cuando la interrumpió el Sr. McDonald levantando su mano izquierda con la palma de la mano extendida en vertical, señal inequívoca de que guardara silencio.  En ese instante Rose Mery supo que estaba mucho más que en serios problemas, comenzando a temerse lo peor para ella, temió por primera vez desde que trabajaba en la casa del matrimonio McDonald, que estuviese en riesgo claro su puesto de trabajo.

       Entrando en la casa de los McDonald lo volvió a intentar, trato de disculparse de nuevo tras cerrar la puerta de la entrada, Carmen la doncella fue quien les abrió la puerta, al igual que tras entrar la Sra. Stuart la cerro caminando tras ellos.

(Sra. Stuart)   -.  Sr. McDonald podemos hablar, por favor?

(Sr. John)   -.  Rose Mery le he pedido calma, haga el favor de esperarme en mi despacho, enseguida nos reuniremos mi esposa y yo para tener una seria conversación con usted!!!  Es intolerable lo sucedido hoy, intolerable!!!   Carmen!   La Sra. Abba donde esta?

(Carmen)   -.  Está en el salón señor.

(Sr. John)   -.   Carmen!  Que maneras son esas de llevar tu uniforme, porque llevas la falda levantada y sujeta a la pretina?  Ya veo el porqué, pero si te están castigando porque llevas las bragas puestas?

(Carmen)  -.  La señora ha dicho que me las podía subir para abrir la puerta.

(Sr. John)   -.  Bien! Ahora ya has abierto la puerta, y ya sabes quien ha entrado, vuelve a bajártelas y te vas a donde estabas castigada.  Por el sonido que proviene del salón, mi esposa debe estar castigando a Dae Shung o a nuestra hija.

   Carmen obedeció inmediatamente bajándose las bragas, momento que el Sr. McDonald le propinaba un fuerte azote en el culo, haciéndola saltar por la fuerza del inesperado azote. La doncella se escurrió pasillo adelante a buen paso hacia el salón, mientras escuchaba detrás de ella los pasos del señor, sintiendo de nuevo la mano propinándole otro fuerte azote en el culo de nuevo. Tras el cual entro casi corriendo al salón, colocándose en el mismo lugar que cuando llamaron al timbre de la puerta.

     Al entrar el Sr. McDonald al salón se encontró con la escena… En el rincón del fondo donde estaba el diván, a un extremo estaba Soraya castigada de cara a la pared, tenía la falda de su vestido arremangada y sujeta a la pretina, permaneciendo cara a la pared con las bragas bajadas a la altura de las rodillas.  Al otro extremo se había colocado Carmen castigada cara a la pared, sobándose el culo con la mano derecha tras los dos fuertes azotes. Mientras en el diván estaba sentada la Sra. Abba, teniendo a la pequeña doncella Dae Shung sobre sus rodillas boca abajo, le estaba dando una azotaina con una de sus zapatillas, la doncella estaba con su falda levantada y sus bragas bajadas a sus tobillos.

(Sr. John)   -.  Hola cariño! Veo que estas muy ocupada con las chicas!  Que ha sido lo que han hecho esta vez? 

(Sra. Abba)   -.  Pues la malandrina de la niña jugando con la pelota en el salón, le ha dado un pelotazo a Dae Shung cuando llevaba en las manos los platos de la vajilla de mamá!  No ha quedado ni un solo plato sano, Carmen ha dejado que los platos los llevase ella, cuando bien sabe que solo ella tiene permiso para guardarlos, los ha sacado del montacargas Carmen y se los ha dado a Dae Shung para que los sostuviese, y tu hija jugando le ha dado con la pelota, ya ves en ese rincón la que han armado, por eso les estoy calentando el culo a las tres!!!

(Sr. John)   -.  Vaya tarde que lleváis!!!  Marisa también la ha liado parda esta tarde, se ha llevado su merecido.  Está visto que van a ser buenas hermanas!!!

(Sra. Abba)   -. Marisa?  Porque no me has llamado? Con las ganas que tengo de tenerla sobre mi regazo!  Ya sabes cómo me gusta esa joven.  Que ha hecho?

(Sr. John)   -.   Diabluras… pero hay otro problema que tenemos que resolver, te espero en mi despacho con Rose Mery.

(Sra. Abba)   -.  Bien ahora voy!   Mientras tanto tu Carmen con Dae Shung recoged todo ese desaguisado de platos rotos, y tu pequeña sinvergüenza vete a tu habitación castigada, ya podéis subiros las bragas!!!

    Soraya fue la primera en subirse las braguitas, luego lo hizo Carmen caminando hacia el otro extremo del salón, a Dae Shung le subió las bragas la propia Sra. McDonald antes de salir del salón, acompañando a su marido hacia el despacho.  Al entrar se encontraron a Rose Mery que estaba de pie delante de la mesa del despacho, el Ama de Llaves vio como el Sr. McDonald se sentaba en su sillón tras la mesa, su esposa la Sra. Abba se situó a la izquierda del marido de pie, apoyando sus manos en el respaldo del sillón.

(Sra. Abba)   -.  Me tienes en ascuas John, que ha sucedido para reunirnos en el despacho, Rose Mery tenia hoy la tarde libre por lo que no me explico esto, a que viene tanta urgencia para que debamos hablar!

(Sr. John)   -.  Tú sabías que esta tarde iba a visitar a Marisa.  Iba a comunicarle que todo está arreglado, después de todos los hilos que hemos movido para que pueda ser nuestra hija pequeña. Pues cuando he llegado me he encontrado con Rose Mery, la he encontrado que iba hacia la parada de taxis.  La he llamado al móvil, hemos hablado diciéndome que venía para casa, y le he dicho que ya que estaba yo cerca no era necesario que tomara un taxi, que esperase unos minutos y podría acompañarme. El problema ha venido después, ya que se encontraba cerca del locutorio que regenta Marisa, ella ha llegado y se la he presentado ya que estaba en el local.  La coincidencia ha sido que con la pequeña se encontraba Sonia, ya sabes que son buenas amigas tanto de Soraya, y por lo visto también es amiga de Marisa.

(Sra. Abba)   -.  Es lógico que sean amigas.  No veo ningún problema en ello… Creo que tu Rose Mery me has comentado que ibas a ver a una chica, que puede que la aceptes como tu spankee, te ha ido bien el encuentro?

(Sr. John)   -.  Adivina quién es la chica con la que se iba a ver?     Sonia!

(Sra. Abba)   -.  Bueno y que…?  Sonia es muy buena, además de una gran chica, también es una spankee experimentada, no hace muchos días la tuvimos aquí en casa, recibió de lo lindo por hacer cosas inadecuadas.  Quien sí es desagradable es su ex-spanker, a ese bestia espero no volver a verlo nunca más!  Pero Sonia es una gran chica.  Pudo haber sido nuestra spankee lo recuerdas?  Lástima que era primeriza cuando la conocimos, entonces desconocía Sonia este mundo.  En cambio ahora es la envidia para cualquier spanker, como spankee es fantástica, y si Rose Mery la acepta como su spankee, estoy segura que disfrutara mucho con ella.  Es muy traviesa eso sí, pero no hay nada que no se arregle con una buena azotaina!!!

(Sr. John)   -.  Hasta ahí estoy de acuerdo contigo Abba!  Pero resulta que ha estado con Sonia en el almacén del locutorio de Marisa, no me parece adecuado el lugar para castigar a Sonia.  Pero como tu muy bien has dicho, Abba. Era su día libre y puede hacer lo que ella considere mejor, hasta ahí solo hay un pequeño problema de irresponsabilidad. Dado que un local público no es el lugar más idóneo…  Resulta que nuestra pequeña Marisa, ha aprovechado la oportunidad para ver la escena por el ojo de la cerradura, de ahí la irresponsabilidad de Rose Mery.

(Sra. Abba)   -.  Que diablillo que es esa pequeña!!!  Pero tampoco es tan inusual, a Carmen sin ir más lejos la hemos sorprendido varias veces intentando ver como castigamos a las chicas. Eso es algo que se soluciona con unos buenos azotes, ahora comprendo porque has castigado a la peque de la casa!  Yo también la hubiera castigado!

(Sr. John)   -.  No ha sido por ese motivo únicamente por lo que ha sido castigada.  La he castigado por faltarme al respeto cuando estábamos hablando, te puedes creer que me ha llamado “Soberbio”.  Se ha llevado una buena zurra… Donde se ha visto que una niña, le diga a su papá que es un soberbio…

(Sra. Abba)   -.  Hubiera sido divertido ver tu reacción!!!

(Sr. John)   -.   No estoy para tus bromas, ABBA!!!

(Sra. Abba)   -.  Bueno, bueno… cálmate!  Sigue contándome… hasta ahora es la mar de divertida la escena! Jo! Como me gustaría haber estado presente! Veo que con esa pequeña en casa, no nos vamos a aburrir nada con ella…

(Sr. John)   -.  Cuando me ha contado lo sucedido Rose Mery, la he invitado a venir con nosotros a la casa de Marisa, así podría desquitarse con Sonia y después ocuparse de la pequeña espía.  Aunque después ya en la casa, me he enterado que la pequeña fisgona, además de espiar por el ojo de la cerradura, se estaba masturbando mientras observaba, en esas estaba cuando la puerta del almacén se ha abierto, Rose Mery la ha sorprendido con la mano en el interior de sus braguitas tocándose el sexo!!!

(Sra. Abba)   -.  Imagino que le habrás dado una merecida azotaina por cochina, no Rose Mery?  Te conozco y supongo que le has calentado el culo a base de bien!!!  Sigo sin comprender porque estamos aquí?

(Sr. John)   -.  Ahora viene cuando ha sucedido algo intolerable…  Cuando Marisa ha cerrado el locutorio, esta sinvergüenza le ha dado unos azotes a Marisa en plena calle, estando yo apenas a unos metros de distancia, y no contenta con ello, luego a agarrado a Sonia dándole azotes en el culo hasta entrar al portal, en donde ha puesto a Sonia sobre su pierna izquierda, le ha bajado las bragas y dado una azotaina delante de una señora mayor que salía del ascensor, imagínate el panorama con la calle a esas horas con gente caminando. La limusina aparcada apenas a unos metros, la gente curiosa observando como es natural al ver un vehículo de gama alta, imagínate que alguien haya hecho alguna fotografía, mi figura en medio de tal escena, y una mujer dándoles azotes en el culo a dos jóvenes adolescentes. Mañana imagino los periódicos… “Empresario famoso entre una trifulca callejera” Eso suponiendo que no aten cabos e investiguen, imagina si averiguan que es nuestra Ama de Llaves… Lo lamento Abba porque conozco tus sentimientos por Rose Mery, pero está claro que debemos despedirla inmediatamente!!!  No nos pueden vincular con ella…

(Sra. Abba)   -.   Rose Mery! En qué diablos estabas pensando!

      Abba se apartó de su marido caminando bordeando la mesa, yendo hacia donde se encontraba Rose Mery de pie con la mirada baja, rodeándola la Sra. Abba se colocó tras ella hurgando en la cinturilla de su falda plisada. Le desabrocho el corchete y bajo la cremallera lateral de la falda, la cual al quedar suelta se deslizo por sus piernas cayendo al suelo, formando una corona alrededor de sus pies.   Luego levanto el faldón por detrás de la blusa  blanca, rebuscando la cinturilla elástica de las bragas negras de encaje, de talle alto que le enmarcaba su rollizo trasero, se las bajo hasta los tobillos haciéndole levantar primero el pie derecho y luego el izquierdo retirando la prenda íntima, la cual abrió entre sus manos observando descaradamente el fondillo de las bragas, encontrando dicho fondillo muy mojado, así como una viscosidad en el centro amarillento reseco de haberse corrido.   La Sra. Abba mirando el fondillo de las braguitas, se lo mostro a su marido para que sacara sus conclusiones, luego dándose la vuelta hacia Rose Mery se lo mostro a ella.  La cual avergonzada cerro los ojos por la vergüenza, al ver el estado del fondillo de sus propias bragas.

(Sra. Abba)   -.  Ya te puedes ir olvidando de despedir a nuestra Ama de Llaves, John!!!  Se merece un castigo severo desde luego que sí!!!  Pero para mí eres tan culpable tú, como lo es ella misma! El Señor Matthew padre que en su gloria este, siempre te advertía que no se puede aparcar cerca del lugar, cuando vas de visita a casa de las Spankee´s, en aquellos años yo era su secretaria lo recuerdas?  El y su hijo recuerdo como te lo decían a menudo, y Matthew hijo, te lo sigue recordando todavía hoy día, recuerdo aquellos años de trabajo en la oficina, el estar horas, sentada era mi mayor suplicio, menudos eran el padre e hijo! Cuando no hacía algo mal para el padre, era el hijo quien me encontraba algún error, era raro el día que no me pusieran sobre sus rodillas.  Recuerdo en una ocasión que el Señor Matthew padre, al quitarme las bragas me mostro el estado lamentable, bueno… para él desde luego era lamentable, por su forma de pensar si lo estaban, te aseguro que después de ese día, tuve mucho cuidado con correrme en mis bragas. Les dio la vuelta poniéndolas del revés, las doblo así igual que yo hago ahora, dejando el fondillo sucio de las bragas visible, luego me las introdujo en la boca por el fondillo, fue muy desagradable tener mis propios fluidos en la boca. Lo hizo así, como estoy yo haciendo contigo Rose Mery.  Por tu bien espero que no las dejes caer…!!! Ahora inclínate hacia adelante sobre la mesa, apoyando los codos sobre la mesa, y separa los muslos en un Angulo de treinta grados…

      La Sra. Abba tras indicarle la posición que debía ponerse, se retiró hacia el fondo del despacho, hacia la biblioteca donde aparte de libros había un armario central, abriendo la puerta, extrajo del interior un Paddle de madera, como de unos setenta centímetros de largo, con una superficie plana de veinte centímetros barnizada, con un grosor de dos centímetros.  Lo curioso del instrumento es que toda su superficie plana, a excepción del mango para agarrarlo, tenía varios agujeros, con la separación entre uno y otro de unos tres centímetros, cada agujero era del diámetro que se podía pasar el dedo índice por él. Por lo que el aspecto del mismo resultaba respetable a la vista, sobre todo para quien fuera a probarlo en breve en sus carnes blandas.  Volviendo sobre sus pasos hacia la mesa del despacho, llevaba el Paddle sujeto por el mango con la mano derecha y se daba leves golpecitos en la palma de la mano izquierda…

(Sra. Abba)   -.  Te puedo garantizar Rose Mery, que este instrumento es cosa seria de verdad, es un Paddle que resulta ser muy eficiente. Yo lo conozco muy bien te lo aseguro, el Señor Matthew padre lo utilizo conmigo varias veces, aun no llego a entender que le veía en él, le encantaba sacudirme con él, cuando yo no era más que una chiquilla de dieciocho años, me había regañado muchas veces por mis errores en la oficina, sobre todo por faltas de ortografía, pero ese día me regaño como no lo había hecho nunca, pase mucha vergüenza al llamarme cochina, marrana, puerca, y no sé cuántos improperios más me lanzo, todo por haberme corrido en las bragas tras haber recibido una azotaina, que me dio esa misma mañana por llegar tarde a la oficina, te aseguro que jamás volvió a encontrar restos en mis bragas de haberme corrido, nunca olvidare ese día te lo aseguro!  Mis braguitas las hallaban mojadas con relativa frecuencia, pero no me atreví nunca a volver a correrme en ellas. Si te cuento esta anécdota, es porque hace años lo probamos las dos juntas, tú por entonces eras la secretaria del Señor Jackson, un viejo carcamal! Fuimos castigadas las dos con este mismo Paddle. Supongo que lo recuerdas bien, era tan estricto o más, que el Señor Matthew padre. Tu John debes recordarlo estabas presente esa mañana. Con treinta azotes serán suficientes, créeme!!! A mí nunca me dieron más de veinte, aunque tampoco cometí una falta tan grave… pero por la gravedad de tus faltas, serán más que suficientes…  saca más el culo… Oh! sí que estas mojada…  Nunca te había tocado el sexo Rose Mery, pero esta tan hermoso así expuesto!!!

     Rose Mery estaba avergonzadísima de sí misma, pero sobre todo por la postura que la había hecho colocarse la Sra. Abba, ella conocía por experiencia al castigar a chicas en esa posición, que el sexo al tener las piernas separadas quedaba sumamente salido a miradas, lo que la hacía sentirse muy avergonzada por ser obligada a colocarse de esa forma, con el culo hacia afuera y los muslos separados, postura que no únicamente dejaba expuesto el culo, exponía las nalgas con la media luna separando ambas, sintió como la yema de los dedos de la Sra. Abba los pasaba por su sexo, sin poder evitar el gemir al sentir la caricia en sus labios vaginales, sobre todo al notar que le introducía el dedo angular, dado a la profundidad que lo sintió entrar hasta en cuatro ocasiones, no pudiendo evitar el mojarse aún más por la caricia femenina de la señora.

(Sra. Abba)  -. Vaya si lo tienes mojado, cochina!!!   Ya que estas sentado enfrente, John! Puedes sujetarla por las muñecas, así evitaras que se levante poniéndose en pie…  Y tu sinvergüenza… quiero que cuentes los azotes en voz alta y clara, si te equivocas volveremos a comenzar de nuevo!!!

      La Sra. Abba se colocó a la izquierda de Rose Mery, extendiendo el brazo derecho para calcular la distancia, para ello poso el extremo del Paddle sobre las nalgas, viendo como la mujer se estremecía al contacto con la madera. Para situarse en posición separo sus piernas, echando hacia atrás el brazo derecho y volviendo a posar la superficie del instrumento sobre las nalgas, debía calcular bien las distancias para no azotarla en la parte baja del culo, pues podría por error al azotar a la mujer, y al hacerlo azotarla sobre el sexo al quedar expuesto. Hecho de nuevo el Paddle hacia atrás, ahora impulsándolo con fuerza hacia adelante.   El impacto sobre las nalgas hizo que Rose Mery lanzara un “Ayee”, tras el cual meneo el culo de lado a lado varias veces por el dolor, si no hubiera estado sujeta por las muñecas se hubiera levantado.  En las dos nalgas apareció una franja roja tras el tremendo azote, flexiono las rodillas levantando una pierna y luego la otra, tratando de alguna forma de aliviar el fuerte quemazón en el culo.  La Sra. Abba la tuvo que sujetar para que volviera a mantener la posición, el segundo trallazo del Paddle volvió a marcar el culo de nuevo, la marca roja iba cambiando de tono, al igual que al recibir el primero Rose Mery meneo el culo de nuevo, volviendo a ser sujetado por la señora.  Tras contar en alto el segundo azote, recibió el tercero certero entre las dos nalgas de la mujer, varios “Ayees” uno tras otro mostraban el dolor que sentía en el trasero, tardando más de lo deseado por la Sra. Abba que se mostró disgustada…

(Sra. Abba)   -. Como vuelvas a moverte de ese modo, volveremos a comenzar de nuevo…

   …Las lágrimas bañaban el rostro de Rose Mery, saltando varias veces al tiempo que se sobaba el culo con las dos manos vigorosamente, el culo de la mujer se mostraba de color rojo intenso muy brillante, al igual que tenía un tono violáceo oscuro donde el Paddle había azotado el culo treinta y cinco veces.  Pues tras el quinto azote se había soltado de las manos del Sr. John, poniéndose en pie frotándose el culo. Como castigo volvió la Sra. Abba a comenzar de nuevo. Rose Mery del dolor que sentía en el culo, se sobaba con fuerza las nalgas frotándoselas con las dos manos, o se las sujetaba por la base del culo e inicio de los muslos, durante varios minutos le permitieron frotarse el culo, hasta que fue la Sra. Abba quien le entregara las bragas para que se las pusiera, teniendo que apoyarse en la mesa del despacho, para asi poder ponerse las bragas por el fuerte dolor al inclinarse, sujetando las bragas con la mano izquierda, bajando el brazo pudo flexionar la pierna para introducir el pie por la  pernera derecha, para pasar el pie izquierdo lo hizo similar, sujetando las bragas con la mano derecha paso el pie izquierdo, se subió las bragas negras de encaje hasta la cintura, con claras muestras de dolor al pasárselas por el culo inflamado.  Para ponerse la falda lo tuvo que hacer del mismo modo, para evitar tener que agacharse articulando su cuerpo dolorido, dado que inclinarse hacia adelante le era muy doloroso, cuando salía del despacho lo hacía ligeramente encorvada hacia adelante, sobándose el culo con la mano derecha por encima de la falda, sin mirar hacia atrás hacia los señores.

 

 

Continuará…

 

jueves, octubre 27, 2022

SORAYA Y SU NUEVO HOGAR Capitulo 15

 

                                       SORAYA Y SU NUEVO HOGAR     Capitulo   15

                                             

     …Apenas entraban por la ventana los primeros rayos de luz del nuevo día,  Soraya se encontraba en su cama tras pasar una noche ajetreada, se había despertado varias veces  por las molestias en el trasero, a parte de esas molestias lo peor de todo eran los insistentes picores, la noche la había pasado prácticamente en vela, apenas había logrado conciliar el sueño dos horas seguidas, cada vez que lograba quedarse dormida por el agotamiento del día, se movía  agitada entre las sabanas inquieta, el picor que sentía bajo sus braguitas al moverse era horrible, sobre todo debido al roce con el tejido de la prenda íntima, cubriéndole la piel inflamada de sus nalgas.  

      Durante las horas que había pasado en vela sin poder coger el sueño, había deseado bajarse las bragas para aliviar ese roce. Pero gracias al estar despierta había visto en dos ocasiones entrar a la Sra. Stuart, viendo cómo se aproximaba a las camas de Carmen y de Dae Shung,  retirando las sabanas para pillarlas infraganti con las bragas bajadas, descubriendo a Dae Shung que se las había bajado a medio muslo. Momento que Soraya cerro los ojos  haciéndose la dormida, al escuchar unos susurros los abrió poco a poco. Viendo como la Sra. Stuart se llevaba en volandas bajo su brazo izquierdo a la pequeña Dae Shung, al cerrarse la puerta Soraya escucho voces en el pasillo, la voz inconfundible de la Sra. Stuart regañando a Dae Shung, también escuchaba a la pequeña tratando de disculparse, hubo un largo silencio el cual se rompió al cerrarse una puerta en el pasillo, poco después se escuchaban azotes, así como unos lastimeros sollozos acompañados por “Ayees”.

     Durante unos minutos interminables, Soraya escuchaba la azotaina que debía de estar recibiendo Dae Shung.  Soraya mirando hacia la cama de Carmen la vio despierta…

(Soraya)   -.  Estas despierta Carmen?

(Carmen)   -.  Si, mira que se lo he advertido que no lo hiciera!  Pero no me ha hecho caso. Buena le está dando…ya aprenderá!

    Minutos más tarde vio como entraba Dae  Shung entre sollozos, sobándose el culo con las dos manos, mientras detrás de ella entraba la Sra. Stuart la cual volvió a acostar a la joven, dándole una fuerte palmada en el culo…  Soraya recordaba esos hechos transcurridos durante la noche, al igual que el regaño de la Ama de llaves hablándole a ella y Carmen…

(Sra. Stuart)   -.  Como te vuelva a pillar con las bragas bajadas, veras la que te espera!!!   Y Vosotras dos a dormir si no queréis que os caliente el culo también, no hagáis que dormís, porque he escuchado como hablabais entre vosotras!!!

 

 …La azotaina que había recibido con el cinturón la tarde anterior, la había dejado muy dolorida sintiendo su trasero aun arder, a pesar de las horas que habían transcurrido, pero lo peor de todo,  era aquella sensación que sentía en su culo e inicio de sus muslos.

     Nada más acostarse se tuvo que colocar boca abajo, dado el intenso dolor que tenía en el culo.  El peor momento fue poco después de haber sido castigada, cuando comenzó a sentir más intensamente aquellas molestias o eso pensaba ella en esos momentos, no había imaginado que al pasar las horas el dolor seria aún peor.  Las marcas que le había dejado el cinturón tras recibir el castigo, no se las había podido mirar por hallarse castigada.  Su mamá enfadada por su comportamiento de esa tarde, la envió  a la cama nada más acabar de cenar llevándola la propia Sra. Stuart.  Le hubiera gustado como spankee verse el culo en el espejo, pero la Ama de Llaves no se lo consintió al no concederle ni unos minutos a solas.   Una vez en la habitación fue desnudada por la Sra. Stuart, la baño dándole una ducha en el cuarto de aseo, vistiéndola poco después con unas bragas limpias, así como su corto camisón que apenas tapaba su ropa interior.

    Una vez acostada sentía como le abrasaba el trasero, a pesar de los cuidados al acabar de asearla, como tras el aplicarle una pomada hidratante la cual la había aliviado en cierta manera. Pero aquella agradable sensación no duro mucho, a los pocos minutos transcurridos desde los cuidados, las molestias en sus magulladas nalgas volvió a sentirlas de nuevo, siendo estas mucho más molestas al moverse. Las sentía como palpitaban bajo el tejido de algodón de sus braguitas, no solo, no soportaba el tacto de su mano al tratar de mitigar las molestias,  el propio tejido de sus bragas de algodón, la hacían sentirse  muy incómoda por la elasticidad de la prenda, la cual al tener las nalgas inflamadas la presión era muy molesta, era como si sus bragas se hubieran encogido o fueran de dos tallas menor, por la presión que sentía en el culo inflamado,  la elasticidad de sus braguitas tan ajustadas, las hacia aun ser más molestas al tacto o al más mínimo  roce contra sus nalgas.

     Durante la noche había intentado mitigar aquella molestia, acariciándose con la palma de su mano izquierda o derecha, pero al pasarse la palma de su mano aun siendo con suavidad, a pesar de ejercer una leve y tenue  caricia sobre el tejido de su ropa interior, el intentar mitigar el fuego o el dolor  que  sentía en su culo, la hacían gemir de dolor con la más mínima  caricia.   Tenía la impresión como si fuera un enjambre de avispas, pinchándola sin contemplación alguna con sus aguijones  bajo sus braguitas, le parecía que le pinchaban sintiendo cierto alivio al sentir la mano, pero no podía  comprender como podía ser tan doloroso, aun varias horas después de recibir el  castigo.  En los días que llevaba viviendo en la casa, creía que no podría haber un castigo peor de los que ya había recibido, en esos momentos se daba cuenta que si podían ser peores, pues el intenso dolor en el culo demostraba que si era posible.

     Al pasarse la palma de la mano lentamente con suavidad, podía sentir en las yemas de sus dedos,  lo duras e inflamadas que sentía sus nalgas, pudiendo  sentir como unos bultitos al tacto, sintiendo en estos una terrible picazón resultándole muy sensible al tacto, entre medias de ellos palpaba  con las yemas de sus dedos el tacto entre esos bultitos,  notaban la dureza de sus nalgas, pero al pasar sobre esos relieves más pronunciados el picor resultaba terrible, forzándola a retirar la palma de su mano, a los pocos segundos volvía a sentir como palpitaban como si fueran latidos del corazón, ese palpitar era una sensación horrible, ya que parecían moverse como si tuvieran vida propia. El propio tejido de sus braguitas de algodón suave al tacto, ahora tenía la sensación que sus bragas estaban tejidas de puro granito, con una sensación como si le  estuvieran aplicando papel de lijar bajo sus bragas.  Era una sensación muy similar a cuando iba a la playa, estando sentada en la arena sintiendo como los granitos de arena de playa, se le introducían bajo la braguita del bikini, y luego al ir a sentarse en una silla de plástico en una terraza, se sentía en la necesidad de sacudirse el culo sobre la braguita del bikini para así hacer salir la arena de playa, siendo una sensación de las peores que había experimentado, aunque esa sensación no resultaba ser la primera vez, días atrás también la había sentido al ser castigada. 

     Escucho como se abría la puerta de la habitación,  escuchando hablar a la Sra. Stuart con Carmen y también con Dae Shung.  Pudo desde la cama ver las  sombras de  sus compañeras de habitación, como eran conducidas al servicio hacer sus necesidades. Poco después  sintió los pasos  de la Sra. Stuart que volvía para hacerse cargo de ella.

(Sra. Stuart)   -.  Vamos pequeña es la hora de levantarse! Primero os voy a dar un baño a las tres.

      Al ser levantada de la cama por la Ama de Llaves, siendo conducida al baño por la Sra. Stuart, al entrar  vio a sus compañeras ya dentro de la ducha, viendo  por primera vez el pequeño y coloradísimo trasero de Dae Shung, tratando de no ser observada tras quedarse ensimismada mirándola, o que pudieran ver en su rostro su mirada lascivia, al contemplar el pequeño  trasero  colorado  de la joven Oriental.  También pudo ver situada al lado de la joven el amoratado trasero de Carmen, que se encontraba  dentro de la ducha. En ese momento la Sra. Stuart la desnudo quitándole el camisón, le bajo las braguitas a Soraya sacándoselas, lo cual la hizo volver a la realidad, por el dolor que sintió al serle bajadas sin delicadeza alguna, fue en ese  momento antes de entrar a la ducha, que pudo ver el reflejo al pasar frente al espejo, viéndose así misma lo azulado que tenía el culo, al igual que las trazas de unos relieves morados alineados en su trasero, unos sobre otros y bajo ellos, los cuales los veía como se cruzaban sobre sus pequeñas nalgas, al igual que en la base de sus nalguitas e inicio de sus muslos, la visión la aterraba pero sin comprender por qué dolía tanto, pero a la vez se sentía extraña por sus sentimientos,  dado que por otro lado sentía una extraña sensación agradable por la grata visión, por fortuna para ella la Sra. Stuart no se fijó en ella, dado que por sus muslos sentía como unas gotitas se deslizaban, avergonzándose a ver las miradas de sus compañeras, que la miraban como sentada en el inodoro hacia sus necesidades.

      Haciéndola entrar en la ducha sintió como el agua se deslizaba por su cuerpo, Carmen y Soraya se miraban con complicidad entre ellas, con una leve sonrisa en sus labios, al mirar ambas el pequeño trasero colorado de Dae Shung, al igual que la visión al ser enjabonado por las manos de  la Sra. Stuart.  Igual cuando le tocó el turno al trasero de Carmen, mirando con esa misma picara mirada entre Dae Shung y Soraya, a pesar que aún no habían sido presentadas, una posible razón a que ambas su rostro se les sonrojo de vergüenza, al hallarse una frente a otra siendo enjabonadas al tiempo, escuchando las dos el respingo que soltó Soraya al sentir la esponja en su culo inflamado, así como pequeños gemidos al aclararle el jabón sintiendo la presión del agua.  Después del baño estando Soraya ya tumbada sobre su cama boca abajo, la Sra. Stuart la atendió con sumo cuidado diciéndole…

(Sra. Stuart)   -.  Tu mamá debió pararle los pies a esa mujer…  en mis años como Institutriz y después como Ama de llaves, aplicando disciplina a chicas irresponsables, pocas veces he podido ver utilizar el cinturón de esa forma tan desmesurada. Tienes el culo todo cubierto por verdugones, está claro que no solamente utilizo para azotarte la parte plana del cinturón, en algún momento que ni tu mamá, ni yo misma prestábamos atención… debió darle la vuelta, utilizando la hebilla para azotarte, el cinturón suele causar estos verdugones al azotar cruzando las nalgas, y cuando estas se cruzan sobre otras zonas ya castigadas, en la encrucijada al cruzarse entre sí,  a las pocas horas aparecen  estos verdugones, los cuales son sumamente muy molestos, dan la impresión que tengan vida propia siendo una sensación desagradable.  Ahora te aplicare un ungüento el cual te aliviara un poco,… luego me ocupare de vosotras dos también!  Y tu desvergonzada!  Prepárate cuando entres al salón, a la Señora no le ha gustado saber que te has bajado las bragas para dormir!

     Al pronunciar las últimas palabras desvió su atención hacia las dos doncellas, las cuales desnudas como vinieron al mundo, se encontraban al pie de la cama con cierta pena en sus miradas,  al ver el lamentable estado del culo de Soraya. Las dos no podían apartar la mirada del trasero de la hija de los señores, viendo como unos finos verdugones les cruzaba las nalgas en horizontal, así como unos más gruesos se cruzaban en diagonal, con un feo color violáceo siendo este azulado en el centro de aquellas líneas, que se entrecruzaban entre sí mismos al observarlos, siendo así a primera vista dolorosos solo por su feo aspecto, ninguna de ellas podía imaginar el dolor que debía sentir Soraya, ellas mismas sentían arder sus traseros doloridos, pero en ninguna de las dos su trasero mostraba tan feo aspecto.  La Sra. Stuart extrajo de la mesa de noche un pequeño frasco, pareciéndose muy similar al envase de un, pinta uñas, dado que al desenroscar el tapón este tenía en su extremo un pequeño pincel fino, con el cual con mucha suavidad fue esparciendo una especie liquido transparente, en la cresta de aquellos abultados verdugones, pudiendo observar como Soraya tensaba las nalgas al tacto, muestra clara del dolor que debía sentir a pesar de la suavidad que la Sra. Stuart aplicaba el ungüento.

      Una vez termino de ocuparse de Soraya, la dejo descansar sobre la cama, pasando a ocuparse de Dae Shung, a la cual le aplico una crema hidratante en las coloradas nalgas, pasando poco después a vestirla con su uniforme de doncella.  Luego se ocupó también de Carmen de igual manera, vistiéndola con su uniforme haciéndola colocarse al lado de Dae Shung.  Observándolas detenidamente permaneciendo en silencio ante  la Sra. Stuart, una vez que a las dos muchachas  fueron revisadas no solo su vestido por la Ama de llaves, también se cercioro que las dos tuvieran bien tensas sus braguitas, con una buena palmada en el culo sobre la prenda íntima a cada una les dijo...

(Sra. Stuart)   -.  Bien pequeñas!  Vosotras ya estáis arregladas! Podéis presentaros a la cocinera, aunque tu Dae Shung debes presentarte al salón, en donde te espera la Señora. La cocinera te dará a ti Carmen, las instrucciones pertinentes para servir el desayuno en el salón, luego cuando le hayan calentado el culo a Dae Shung, bajara a la cocina a ponerse a sus órdenes,  yo ahora debo ocuparme de vestir a esta jovencita, para que acuda a desayunar con sus papas al salón.

    Una vez a solas con Soraya, la Sra. Stuart la ayudo a ponerse en pie, sobre la cama tenía preparada la ropa para vestirla. Cogiendo en primer lugar una camiseta blanca de tirantes, la cual se la paso por la cabeza, haciéndola pasar sus brazos ajustándosela a la cintura, la joven mostraba unos pechos firmes puntiagudos que se marcaban sobre el tejido.  Luego abriendo la cinturilla de unas bragas, la ayudo a pasar los pies por las perneras subiéndole las braguitas con mucha suavidad, sobre todo al pasárselas por el inflamado trasero, viendo en el rostro de Soraya como apretaba los dientes y cerraba con fuerza los parpados de los ojos.  Sintió como la Sra. Stuart le ajustaba bien las perneras, estirando el ribete de puntilla elástico notando la presión de este, así como podía sentir la presión en el inflamado trasero, así mismo al volver a sentir como le ajustaba de nuevo la cinturilla de las bragas, dejándoselas bien tirantes moldeando el trasero.  Al mirarse a sí misma frente al espejo, no pudo evitar el sonreír al verse con aquellas braguitas. Se veía así misma en ropa interior encantadora, le agrado verse con aquellas bragas, cubriéndole el culo enmarcado por el ribete de las perneras, así como ver como la prenda era de talle alto cubriéndola por debajo del ombligo, le encantaba ver las braguitas blancas con dibujos de ramilletes de florecillas azules.

 (Sra. Stuart)  -.  Ya sé que debes de estar incomoda con las bragas, deben ser muy molestas por el estado que tienes el culo,  pero no olvides que es por tu bien pequeña! Puede que la  Sra. Matthew se excediera al castigarte, pero te lo tenías bien merecido, tu comportamiento no se puede decir que fuera el más adecuado para una mujer de veintidós años, dentro de esta casa en sus cuatro paredes, eres una niña de doce años por tu rol elegido, pero fuera de esta casa eres toda una mujer, mearte en las bragas ante la vecina no me parece algo adulto, fue muy desagradable… avergonzaste mucho a tu mamá.   Ahora te voy a poner este vestido rosa, vas a pasar el día castigada en casa haciendo tus deberes… Pero tu mamá va a tener visitas y quiere que causes buena impresión ante sus amigas, has de verte bien guapa!  No estás en condiciones de ir al trabajo hoy… Procura portarte bien durante el día, dado que hoy es mi día libre y tengo una cita muy importante, me decepcionarías mucho, si tuviera que quedarme en casa a cuidar de ti…!!! Algo que te aseguro que lamentarías, pues me encargare de darte unos buenos azotes…a la mas mínima travesura…

     Horas más tarde…

        Marisa llego esa tarde como era habitual en ella al acudir al locutorio, al llegar vio a  tres jóvenes clientes, eran conocidos de ella al ser habituales de casi cada día, conversaron un par de minutos de cómo les había ido las clases, mientras tanto Marisa iba subiendo la persiana, eran compañeros estudiantes del instituto.  Al abrir la puerta con la llave, entro al interior para encender las luces, así como poner los ordenadores en marcha, poco después abrió la puerta para que entraran sus amigos. Eran dos chicas y un chico, teniendo de nuevo una conversación con ellos,  mientras hacía fotocopias de unos apuntes, al igual que documentos de estudio tras extraerlos de la web del centro, los conocía del instituto de años anteriores, ambos en aquel momento asistían a clases de último año, un curso que había asistido Marisa el año anterior, el cual había resultado ser su último año de estudios. En el año en curso Marisa debía haber ingresado en la universidad, pero sus tíos no podían costear sus  gastos, dado que la universidad más cercana era privada, con unos presupuestos exorbitados para su estatus económico, y la más cercana  publica estaba bastante alejada de la  ciudad, por consejo de sus tíos empezó a trabajar haciéndose cargo del locutorio, con la intención de ahorrar para poder alquilar un piso de la ciudad, así  poder ingresar en la universidad pública.

     A los pocos minutos entraba una persona, era una mujer que aparentaba tener  unos cincuenta y tantos años.  Al verla entrar Marisa la atendió con simpatía, asignándole una cabina con ordenador. Cuando la señora se dirigió hacia la cabina, Marisa la vio caminar hacia  la cabina asignada, al ser cabinas cerradas para privacidad de los clientes, era una innovación en ese tipo de servicios, dado que normalmente en los locutorios solían tener mesas con ordenadores, separados únicamente por una mampara para evitar miradas indiscretas.

     Una vez que se quedó a solas ante el mostrador, en su mente tenía la imagen de la señora que acababa de entrar, sin saber por qué aquella imagen le vino a sus pensamientos, quizás por la edad que aparentaba  sobre la cincuentena, o quizás por su estatura pues ello si le llamo la atención al verla ante ella, dado que debía mirar hacia arriba para verle los ojos, lo cual le recordaba a su posible futura mamá Spanker, la Sra. Abba  McDonald.

         Su imaginación por unos instantes la hizo imaginar, que estaba sobre sus rodillas boca abajo… desde que recibiera su primera azotaina sobre las rodillas de la Sra. McDonald, era una imagen que le venía varias veces al día, sobre todo cuando se encontraba a solas desocupada.

      Después de esos momentos que la tuvo en vilo con sus pensamientos más oscuros, los minutos fueron pasando lentamente, lo cual hizo que se relajase tras el mostrador, sentándose cómodamente en una silla,  poniéndose a leer un libro de contenido erótico.  Para camuflar las portadas del libro de miradas indiscretas, lo había forrado con papel de vivos colores, por lo cual si se acercaba alguien al mostrador, no le sería posible descubrir qué clase de libro leía. Pero por el rostro concentrado en la lectura debía ser interesante, no dándose cuenta que entraba una nueva clienta.

    La clienta con las manos sobre el mostrador la observaba, para hacerse notar empezó a mover los dedos nerviosos, haciendo un repiqueo con las uñas a dar sobre el mostrador, pero Marisa estaba al parecer muy absorta en la lectura, viéndose obligada a hablar en voz alta para hacerse notar.

(Sonia)   -.  Así es como saludas a una amiga?

(Marisa)   -.  Hola,… No te he oído entrar,  perdona es que está muy interesante el libro…

(Sonia)   -.  A ver, de que trata…

      Prácticamente Sonia se lo quito de las manos cuando se lo iba a mostrar, descubriendo el encuadernado improvisado para ver la portada original.

(Sonia)   -.  Esto es un plagio lo sabes, verdad?  Este truco de forrar el libro,  te lo enseñe yo… Humm… Ya veo porque estabas tan interesada en su lectura… “Las Memorias de Dolly Morton” es un libro muy interesante… Lo he leído varias veces, la historia narra las desventuras de la protagonista, Dolly es una joven que va a vivir con una Dama del sur, para hacer de doncella de compañía a la señora. Con el paso del tiempo descubre que la señora dirige una estación subterránea, que es como denominaban a las casas que estaban en contra de la esclavitud, ayudando a los esclavos fugados a escapar de sus haciendas.  Pero son descubiertas por un caballero vecino, el cual hasta ese momento no prestaba atención alguna a dicha Dama, a pesar que conocía que regentaba una estación subterránea, al ser una mujer soltera no muy agraciada.   A la doncella a pesar de las advertencias de su señora, esta suele salir cada tarde a pasear por el campo. Siendo descubierta por el caballero vecino, el cual la descubre paseando,  acercándose a ella abordándola tratando de cortejarla.  Pero el caballero es un hombre mucho mayor, además de ser nada agraciado, por lo que la joven rechaza al caballero educadamente.  El caballero, que de caballero tiene poco, ofendido por el rechazo, denuncia a la Dama de la doncella a los azotacalles.  Siendo abordadas en la hacienda por varios hombres, estos desalmados solían emplumar con alquitrán hirviendo y con plumas, a las personas que formaban parte de  estas estaciones subterráneas. Pero al tratarse de dos mujeres, el cabecilla de los azotacalles decide azotar a la señora y a su doncella.

(Marisa)   -. Hola… Vale, sí que eres una buena amiga, sí… Me acabas de destrozar el libro.

Sonia)   -.   No te pongas así, en el libro hay otras escenas de azotainas a esclavas y a la misma protagonista…

(Marisa)   -.  Vale, vale… Prefiero descubrirlas yo misma.  Parece que no lo llevas muy bien, que tu spanker te haya dejado…

(Sonia)   -. Gracias, te agradezco tu interés… Así es como tu ayudas a olvidar las penas a una amiga?  O es que te ha sentado mal que te cuente el argumento del libro? He venido a visitarte y vaya formas de recibirme!  Por cierto… No he podido hablar con Soraya, has hablado tú con ella?

(Marisa)   -.  Conmigo tampoco ha hablado últimamente, seguro que debe estar  castigada! Para que quieres hablar con ella, si no es una indiscreción preguntar… No vienes mucho últimamente, pero te conozco bien, estas tramando algo!

(Sonia)  -.  Es que he quedado aquí con una señora y deseaba pedirle que me dejase las llaves del piso, quizás con un poco de suerte hacemos algo más que conversar, si estamos en el lugar discreto apropiado.

(Marisa)   -.  Ostras!!!  Jo!  Como os las arregláis para encontrar spanker tan rápido y mientras yo aquí a dos velas…

(Sonia)  -. No digas eso, tu estas a un solo paso de tener una pareja de spankers,  vas a tener una mamá y un papá,… qué más quisiera yo estar en tu lugar chica! 

(Marisa)  -.  Ya!  Eso está aún por ver! Pero creo que está muy lejos que suceda… Tienen unas reglas que dudo pueda cumplir.  No está en mi mano  el poder hacerlo. A pesar de que vivo en el piso de Soraya y que vivo yo sola en él, no les es suficiente…

(Sonia)  -.  Cuéntame quizás pueda ayudarte, pero si no me lo cuentas no sé qué esperan de ti, chica!

(Marisa)   -.  Un milagro, eso es lo que debe ocurrir, un milagro!  Sabes bien, que no te puedo hablar de ese tema!  Soraya me advirtió que no podía hablar de ello con nadie, ni tan siquiera con ella, que eso era un tema delicado a tratar entre esas personas y yo misma, de forma que si hablo de ello, y les llegara  a sus oídos que he hablado del tema, olvidaran el haberme conocido…

(Sonia)   -.  Eso es cierto!  Yo los conozco desde hace tiempo, y si… son muy estrictos en esos temas, para ellos la discreción es importante,  Soraya tampoco me hablo de ellos, a pesar que fui yo quien les puso en contacto… Bueno chica!  Tu podrías dejarme las llaves?

(Marisa)  -.  Soraya de estar aquí seguro que te las dejaría, toma es esta con la cabeza redonda. Donde has quedado con esa señora?

(Sonia)   -.  He quedado aquí con ella, no tardará mucho en llegar…

(Marisa)   -.   Sabes qué edad tiene? Hace unos minutos ha entrado una señora mayor… está en la cabina cuatro. 

(Sonia)   -.   Pues voy a pasarme por si es ella, y si ya ha llegado,  entonces llego tarde. A ver cómo le sienta que no haya llegado a la hora,  no sé lo que me espera! 

(Marisa)   -.   Como ahora hay clientes, podéis entrar al almacén a hablar, es la puerta del fondo… está abierta, no tiene llave, pero si cerrojo por dentro… la pared es gruesa, lo que suceda en el interior aquí no se escuchara…

     Sonia se alejó de Marisa hacia el fondo del locutorio, Marisa observaba a Sonia con admiración e envidia, fijándose como iba vestida de forma sugerente para lo que le aguardaba, llevaba una blusa azul celeste de manga larga , falda escocesa plisada de cintura alta a cuadros estilo Punk gótico, Harajuku, verde y negro pero con vuelo que le cubría lo justo, con su contoneo de caderas dejaba entrever  el ribete de sus bragas al andar, Marisa se la quedó mirando extasiada  como contoneaba las caderas, así como movía el trasero de manera provocativa, Marisa en esos instantes la envidia se reflejaba en sus ojos, Sonia sabía que su amiga la estaría observando, por ello meneaba sus caderas de manera descarada, cuyo movimiento  llego a dejar entrever no solamente ver el ribete blanco de sus braguitas, también le pudo ver el color blanco de sus bragas, así como el contraste del dibujo de florecillas verdes.  En ese momento los tres estudiantes se levantaron cruzándose con Sonia, momento que ella ladeo la cabeza mirando hacia Marisa guiñándole el ojo derecho al tiempo que le sacaba la lengua, haciéndole burla dado que supuso que el chico se giró para ver a Sonia.  Los tres estudiantes se detuvieron ante el mostrador, Marisa miro el contador de sus cabinas indicándoles el coste del servicio prestado de las cabinas.  Al salir los estudiantes del local, vio a Sonia dentro de la cabina, estaba sentada al lado de la señora hablando, desentendiéndose de ellas se entretuvo en sus labores.

      De tanto en tanto,  Marisa miraba de reojo hacia su amiga, momento en el que Sonia se ponía en pie ante la señora, vio como Sonia se levantaba la falda delante de la Señora, Marisa podía ver a la señora de espaldas a ella, por lo que no la podía ver mirando la escena, en cambio Marisa si podía ver a través del cristal, como la Señora le hacia una seña con la mano a Sonia.  Observándolas disimulando hacer unas tareas, vio esas señas  de  la señora le indicaban algo a su amiga Sonia, quedándose perpleja al ver que Sonia  se bajaba las bragas. Marisa se quedó sorprendida de lo que estaba ocurriendo, viendo como su amiga sujetándose la falda levantada, estaba de cara hacia la señora con las braguitas bajadas, con sorpresa vio cómo su amiga le mostraba el sexo depilado separando los muslos, sin poder apartar su mirada de la escena que estaba presenciando, vio a la señora mover el dedo índice de su mano derecha de nuevo, esta vez  indicando a Sonia darse la vuelta, al darse la vuelta, se levantó la falda por detrás, exponiendo su blanco trasero expuesto con las redondeces de sus nalgas, Marisa estaba boquiabierta ante la escena, sin poder creerse lo que estaba viendo, a Sonia con las bragas bajadas le mostraba el sexo rasurado y ahora el trasero a la señora, era como si estuviera revisándola para darle su visto bueno, ensimismada observando el redondo y firme  trasero desnudo de Sonia, mientras esta miraba hacia la señora por encima del hombro, y observando a Marisa como la miraba, Sonia al saberse observada por la jovencita de su amiga, sus mejillas se ruborizaron de la vergüenza.  Marisa vio como la señora con el dedo índice volvía a hacer señas, las cuales claramente indicaban a Sonia voltearse, al volver a ver a su amiga mostrando su sexo nuevamente, vio como la señora indicaba con el dedo índice que se le acercase, Sonia obedeció la orden quedando parada muy cerca de la señora, la cual poniendo las manos en sus muslos, rebusco entre las braguitas blancas de Sonia, el ribete elástico de la cinturilla, subiéndole las bragas ajustándoselas a la cintura bien tensas. Viendo a la señora ponerse en pie, Marisa disimulando se puso de nuevo a sus quehaceres sin atreverse a mirar hacia ellas de nuevo, pero la curiosidad de ver lo que sucedía la hizo mirar de nuevo.

    Pero al hacerlo solo pudo ver que entraban a la trastienda. Marisa vio cerrarse  la puerta con la  intriga de que iba a suceder, tratando de despreocuparse se sentó en la silla tras el mostrador, volviendo a coger el libro para continuar con la lectura, llevaba unos pocos minutos leyendo, pero se notaba así misma muy nerviosa, sin poner atención a la lectura pero sí con curiosidad, sorprendiéndose así misma levantando la mirada por encima del libro, mirando hacia el fondo a la puerta de la trastienda, pensando e imaginando que debía suceder en el interior. Instantes después se sorprendió así misma mirando de nuevo hacia aquella puerta cerrada, su curiosidad la hizo mirar en varias ocasiones, había perdido todo el interés por el libro, ahora su mente se encontraba así misma entre nerviosa, agitada y angustiada pero sobre todo ansiosa, tratando de imaginar lo que debía estar ocurriendo dentro de la trastienda. Habiendo pasado varios minutos desde que Sonia y su acompañante entraran dentro, Marisa dejo su libro bajo el mostrador cerrado sin marcar la página que estaba leyendo.  

     Su  curiosidad por lo que debía de estar sucediendo, tras aquella puerta cerrada la estaba intrigando, lo cual hizo que esa intriga pudiera más que la voluntad de ella, sabía que debía dejar su ansiedad a un lado, por respeto hacia Sonia al tener su confianza, sentía unas ganas locas por saber que sucedía, pero también sabía que no estaba bien lo que le rondaba por su cabeza, pues  escuchaba su voz interior decirse así misma… “acércate y escucha, quien se va a enterar” venciendo a su mente, por lo que su voluntad de respetar a su amiga Sonia, fue anulada por aquella voz interna, acabando sorprendiéndose así misma por la idea que se le paso por la cabeza, por lo que dirigiéndose hacia la entrada al locutorio echo la llave a la puerta cerrando, viendo  su propia sombra por  las luces del techo, a optadillas se fue acercando hacia la puerta de la trastienda, procurando que no se escucharan sus pasos al acercarse. Al llegar a la puerta apoyo su oreja izquierda sobre la madera, intentando escuchar lo que sucedía en el interior. Pudo escuchar unas voces que susurraban sin comprender que decían, su curiosidad fue más lejos  de lo que hubiera esperado,  por lo cual se puso en cuclillas, con la intención de mirar por el ojo de la cerradura, al ser una puerta muy antigua de madera.

     Viéndose frustrada su curiosidad  por  ver lo que sucedía en su interior, al no poder ver nada a través de la cerradura. Iba a retirarse… En eso recordó que por el otro lado de la puerta, en el ojo de la cerradura tenía una lengüeta que tapaba dicha cerradura.  Se iba a retirar derrotada cuando se le ocurrió una idea malévola, quitándose una horquilla del cabello la introdujo en el ojo de la cerradura, hurgando en su interior logro desplazar a un lado dicha lengüeta, dejando la horquilla trabada para sujetar la lengüeta y esta no se volviera a cubrir el agujero, acerco su ojo derecho para observar que sucedía al otro lado de la puerta.  Lo que pudo ver a través del ojo de la cerradura, llegando a vislumbrar a la señora en el centro del almacén, la vio sentada en una silla,  mantenía sobre sus rodillas  boca abajo a Sonia, esta se encontraba con la falda levantada y las bragas bajadas, pudiendo escuchar el sonido de azotes y ver como los recibía Sonia, al igual que escuchar sus lastimeros gemidos  a cada azote, pocos minutos después escuchaba a Sonia sollozar, pudiendo observar lo colorado que ya tenía el culo su amiga.  Marisa mientras observaba en silencio  a través del ojo de la cerradura, instintivamente con su mano derecha se arremango la corta falda, dejando sus braguitas al descubierto, lentamente su mano derecha fue introduciéndola por la cinturilla de sus braguitas, descendiendo lentamente hasta acariciar la humedad de su sexo, moviendo sus deditos abrió separando los labios exteriores, facilitándose así con el dedo índice y medio trazando círculos sobre su clítoris,  sus gemidos eran leves al empezar a masturbarse, pero su excitación la traiciono pasando a ser gemidos de placer audibles, a pesar de sus esfuerzos porque no lo fueran en el interior de la trastienda, su postura le resultaba ser algo incomoda, por lo que girando sus caderas para ponerse más cómoda, hizo que sucediera para ella la catástrofe, mientras trataba de acomodarse mejor forzó demasiado su incomoda postura,  sucediendo lo inesperado y lo que más temía Marisa, la puerta cedió empujándola sin querer, por lo que esta se abrió de par en par,  dejando a Marisa al descubierto en cuclillas, que al tener la falda arremangada sus bragas quedaron visibles ante la señora, al igual que era visible  su mano derecha introducida en el interior de sus braguitas en su entrepierna.

     La señora sorprendió claramente a Marisa acuclillada, observándola como al estar con las rodillas separadas, podía ver como la joven espía no solo mostraba sus braguitas, también los movimientos de su mano introducida  en sus braguitas.  Marisa rápidamente se puso en pie, extrayendo su mano de sus braguitas, arreglándose la falda intentaba articular palabra de disculpa, pero se encontraba tan avergonzada que solo se escucharon balbuceos.  La señora miraba dejando claro a la joven voyeur, el enfado en su rostro muy serio que helo la sangre a Marisa.

     Pero ante la severa mirada de la señora, la joven estaba claramente paralizada sin saber cómo reaccionar.  Vio como la señora rebuscaba algo con su mano derecha, poco después veía como de su bolso extraía un viejo cepillo.

    Sonia ante la pausa al no recibir  azotes en el trasero, al encontrarse echada boca abajo sobre sus rodillas, busco con su mirada girando su cabeza hacia su derecha, viendo a su amiga de pie ante la puerta abierta, la vio justo en el instante que se extraía la mano del interior de sus braguitas, por lo que pudo verle lo húmedas que las tenía.  Sonia iba decir algo posiblemente al abrir la boca, pero el único sonido que salió de ella, fueron varios “Ayees” de fuerte dolor en su trasero, su experiencia le dejo claro inmediatamente con que la estaban azotando, sin duda alguna era el cepillo de madera. A los pocos minutos solamente se escuchaban los azotes, así como los desgarradores “Ayees” de dolor, como el escucharla poco después llorar desconsolada, por la severa azotaina que estaba recibiendo.

     Marisa estaba aterrada sin atreverse a moverse bajo el umbral de la puerta, podía ver como su amiga se estremecía meneando sus caderas de lado a lado, la  veía como se retorcía con claras muestras del intenso dolor que sentía con cada azote, así como sus piernas subían y bajaban,  sin tener control alguno sobre ellas pataleando en todas direcciones alocadamente, lo que llamo más la atención a la joven, era el ver como las braguitas de algodón de Sonia bajadas a la altura de las rodillas se tensaban, estas se estiraban al separar sus piernas hasta no dar más de sí de su elasticidad, manteniendo sus piernas separadas por unos cuarenta centímetros, al ser trabadas las piernas por sus propias bragas, vio como estas se le iban bajando por si solas, ante el alocado agitar de sus piernas hacia todos los lados, tanto las agitaba de abajo a arriba como las abría separándolas todo lo que sus braguitas se lo permitían, hasta que descendieron a sus tobillos, viendo en esos momentos como sus piernas al abrirse separando sus muslos, podía verle el sexo depilado a Sonia con lo cual en esos momentos, veía sorprendida como los labios de su sexo quedaban expuestos, sintiendo vergüenza al ver su sexo, recordando cómo lo mostraría ella misma el suyo el día que fue castigada.  Al igual que ver como la humedad brillaba por la luz, siendo la primera vez que veía como una chica destilaba fluidos. 

     En ese instante se vio así misma confundida, sin saber por qué su mirada se centró en ver el fondillo de las braguitas de Sonia, quizás porque sus propia entrepierna la sentía muy húmeda, así como notar lo mojadas que ella misma las tenía, pero en ese momento no le sería posible ver correspondida  su curiosidad, dado el intenso pataleo de las piernas de Sonia.  Por ello volvió a centrarse en mirar aterrada como caían los implacables azotes en el culo, el cual había pasado del colorado a un rojo muy intenso casi con un tono violáceo, con los vértices de sus nalgas de un colorado escarlata brillante, a tener las bonitas redondeces muy oscuras.

    Marisa respiraba agitadamente, ante  el temor  a que le llegase su turno, el cual se acentuó aún más al ver que la señora detenía su brazo derecho, viendo como Sonia estaba totalmente desmadejada, llorando a moco tendido echada boca abajo sobre su regazo. Momento que la señora desconocida para Marisa, ayudo con sus manos a incorporarse a Sonia poniéndola en pie.   Marisa perpleja no se perdía detalle alguno de los movimientos de aquella señora, pues ella no pensaba en otra cosa, al estar segura que ahora le llegaba su turno a ella, vio como le subía las bragas a Sonia ajustándoselas a la cintura, teniendo que levantarle en alto la falda para ajustárselas bien.

     La señora se puso en pie caminando hacia Marisa, al acercarse a ella a menos de un metro de distancia, Marisa bajo la mirada avergonzada al tener a escasos centímetros el cuerpo de la señora. Pero… su sorpresa fue mayúscula, al ver que la señora se volvía hacia la silla, recogía su bolso colgado en el respaldo de la silla, abriéndolo guardo el cepillo en su interior.  Se colgó su bolso del hombro izquierdo, acercándose a Sonia que la observaba como se le acercaba hacia ella, gimoteando con sus dos manos sobándose el culo por encima de la corta falda, con claros gestos de dolor en su rostro al tener el trasero muy dolorido. 

     La señora se detuvo a escasos centímetros del rostro de Sonia, con su mano derecha le levanto la barbilla para mirarla a los ojos, Sonia pudo ver en ellos decepción y así se lo confirmo las palabras de la señora…

(Señora)   -.  No he debido hacerte caso, al hacerme entrar a la trastienda, que tu amiga era de total confianza, ese ha sido mi error… No he debido confiar en ti, pero eso no volverá a suceder de nuevo, ya hablaremos en otro momento de lo sucedido, en estos momentos no puedo decirte nada, solo… que me has decepcionado, Sonia…

     La señora se retiró… Pasando por delante de Marisa a la cual ni siquiera miro, caminando se fue hacia la salida a paso firme, mientras atrás quedaban Sonia y Marisa mirándose entre ellas, aunque la joven veía los ojos de su amiga que la miraba con clara decepción, a pesar de sus muecas de dolor intenso en su culo, la cual a ver marchar a la señora aprovecho para introducir sus manos bajo la falda, para sobarse el culo con vigorosidad por encima de sus bragas, dado el fuego que se acumulaba bajo la prenda de algodón, al igual que el tratar de mitigar el dolor que sentía. Sonia al fin a pesar de sus gemidos de dolor, pudo articular unas palabras…

(Sonia)   -.  En serio Marisa?  Tenías que hacerlo… espiarnos…!   Te había dicho que con suerte, esa señora podría ser mi nueva spanker, ahora dudo mucho que me acepte… Al menos ha dicho que ya hablaremos, ya veré si puedo solucionarlo después de tu metida de pata!!!  Igual con castigarme le sea suficiente, pero tal como me ha dejado el culo, es lo que menos deseo ahora mismo, que me vuelva a sacudir de firme como ha hecho hace un momento. “Auuch”  no puedo ni tocarme de lo que me duele…

     Sonia salía de la trastienda sobándose el culo, masajeándose las nalgas doloridas. Marisa salía detrás de ella disculpándose una y otra vez, aunque se sentía mal por lo sucedido, al caminar detrás de su amiga Sonia, no podía apartar su mirada del culo de ella, viéndola como se masajeaba el culo frotándose las nalgas por encima de las bragas, al igual que la observaba como introducía el dedo índice bajo el ribete, y como estiraba del mismo ahuecando la presión de sus bragas.  Marisa caminaba tras Sonia, sin poder apartar la mirada del trasero de ella, viendo como meneaba sus caderas de lado a lado, viéndole como se le movía el culo marcado por el ribete de sus bragas, viendo claramente la rojez que asomaba bajo la prenda íntima de Sonia.

(Marisa)   -.  Lo siento… No he pensado, pero… es que escuchando los azotes la intriga ha podido más, deseaba ver… No esperaba  se abriera la puerta.

      En ese instante ya se encontraban en la puerta que daba al exterior, Sonia se arregló la falda alisándosela, ya que desde la calle la podían ver si pasaba alguien, momento que un vehículo se detenía frente al locutorio.

(Sonia)   -.  Mira quien llega en ese coche… Igual soy yo quien ve cómo te zurran ahora… Voy a quedarme a mirar.

      Se abrió la puerta trasera de la limusina negra, bajando del vehículo un caballero bien trajeado, al ver a través del escaparate del locutorio, a Marisa y Sonia entro al local saludando a las dos jóvenes…

(Sr. John)   -.  Buenas tardes!   Vaya sorpresa!  No esperaba encontrarte aquí Sonia. Que tal te va? Escuche que se marchó el Sr. Felipe, es una lástima que te dejase de esa forma, pero no eres a la primera que se lo hace, siempre acaba volviendo a su país por motivos personales.  Pero he oído decir a mi esposa que te veías hoy con Rose Mery, que tal te ha ido? Pero… mirándote el rostro me basta, tu cara habla por ti misma, ha sido dura verdad?  Ella siempre es muy perseverante en todo, es una mujer muy eficiente, verdad?

(Sonia)   -.  Hubiera ido bien, si no fuera por ell… Bueno podría haber estado mejor…

(Sr. John)   -.  Cualquiera que te escuchase diría que ha sucedido algo, se puede saber qué es?  Hace un rato he visto a Rose Mery ir hacia la parada de taxis, acabo de llamarla por teléfono para decirle que me dirigía hacia aquí, no tardara en aparecer de un momento a otro. Total apenas hay quinientos metros, si no me decís vosotras lo ocurrido, me lo dirá ella…

     Marisa no comprendía nada de lo que hablaban, se preguntaba quién sería aquella Sra. Rose Mery, viéndola en esos precisos instantes que acababa de cruzar la calle y la veia entrar de nuevo al locutorio, saludando al Sr. McDonald lo que aun sorprendió más a Marisa…

(Sr. John)   -.   Buenas tardes Sra. Stuart!  Parece que ha tenido algún problema con Sonia, ya que se encuentra usted aquí, le quiero presentar a Marisa la amiga de Soraya!  En breve la tendremos en casa.  Mi esposa y yo tenemos la intención de adoptarla como nuestra hija pequeña de ocho años, Abba ya le había hablado de ello, verdad?

(Sra. Stuart)   -. Así que esta pequeña fisgona, es Marisa?  Tienes suerte pequeña! Si lo hubiera sabido hace unos minutos, ahora te encontrarías con el culo en brasas como tu amiga…

(Sr. John)   -.  Fisgona!!!   A ver… Que es lo que me he perdido? A ver qué quiere decir usted, explíqueme con detalle ese asunto!!!

      La Sra. Stuart comenzó a narrar todo lo sucedido, mientras se le podía ver el rostro al Sr. McDonald como se encendía mientras escuchaba atentamente.  Marisa veía al fondo del locutorio al Sr. McDonald y la Sra. Stuart, dado que caminando se habían retirado separándose de las chicas, tanto Sonia como Marisa los veían hablar, aunque solo llegaban a sus oídos susurros de la conversación, aparte de ver como la Sra. Stuart gesticulaba con sus manos. 

     Ambas chicas se miraban entre ellas, asombrándose Marisa por el rostro de preocupación de su amiga, pues en ella se le reflejaba un temor que no comprendía, así como con los dedos de sus manos se estiraba el borde de su corta  falda, la veía estar muy nerviosa al igual que veía cierta angustia en ella, su nerviosismo era visiblemente en Sonia.  Aunque en esos momentos Marisa se sentía así misma, con cierta intriga por ver a su papá cambiaba su semblante al mirarla.  

     Acababa de conocer en persona a la severa Ama de Llaves la Sra. Stuart.  Había escuchado nombrar su nombre varias veces a su amiga Soraya, al igual que el apelativo que su amiga le había dado de ella, “La Montaña”.  Le había hablado de lo alta que era y pocos detalles más, por los malditos motivos de discreción,  Soraya no le conto mucho más, por lo cual conocía bien poco sobre ella, aparte de ser la Ama de Llaves de la casa de los McDonald. Minutos después vio cómo se volvían acercar hacia ellas, en ambos adultos  reflejaba su malestar en sus rostros, sobre todo el del Sr. McDonald era todo un poema.

(Sr. John)   -.  Marisa!  Creo que ya te disponías a cerrar, verdad?  Estábamos citados en tu casa ahora.  He llegado un poco antes de la hora, pero dadas las circunstancias de última hora. Creo usted Sra. Stuart! Debería unirse a nosotros, igual que esta jovencita debe aclarar cierta situación incómoda, usted debe encargarse de hablar con ella, por los motivos que me ha referido hace unos instantes, mientras yo y la pequeña Marisa también debemos conversar…en privado…

      Seguidamente Marisa contemplaba como el Sr. McDonald, acompañado por la Sra. Stuart salían al exterior, quedándose afuera esperando a unos metros de la puerta.  Apago las luces, ordenadores, así como la maquina fotocopiadora y demás equipo electrónico, saliendo poco después con  Sonia al exterior donde las esperaban.  Bajo la persiana echando la llave a los dos candados de la persiana.   Mientras tanto aguardaban el Sr. McDonald y la Sra. Stuart que  conversaban entre ellos, Sonia permanecía a la espera dando la espalda a Marisa, la cual al estar acuclillada poniendo el último candado, levanto su mirada fugazmente hacia quien iba a ser su nuevo papá, al hacerlo se quedó prendada al ver a Sonia de pie delante de ella, como introducía su mano izquierda bajo su falda, viendo como disimuladamente se estiraba el ribete de la pernera izquierda de sus braguitas , que se le había introducido entre la media luna del trasero, un hecho que no pasó desapercibido para la joven, que al encontrarse acuclillada pudo verle las bragas a su amiga, así como ver lo colorado que tenía el culo.

    Marisa que se había quedado absorta por la visión del culo colorado  de su amiga, salió de su ensimismamiento en el instante que una sombra se cernía sobre ella,  cogiéndola de sorpresa al ser puesta en pie  zarandeándola, sujetada por el brazo izquierdo por la Sra. Stuart, la había sujetado a Marisa por el por el antebrazo izquierdo haciéndola levantarse, sintiendo una fuerte palmada en su trasero, llevándose la mano derecha al culo para protegerse, dado que vio claramente las intenciones de la Sra. Stuart de propinarle más azotes, su corta falda plisada se le levanto sintiendo la mano de la mujer que la azotaba de nuevo sobre sus bragas, así como escuchar de nuevo el fuerte azote que acababa de recibir.  Marisa sobándose el culo se la quedó mirando extrañada…

(Sra. Stuart)   -.  Niña sinvergüenza!!! Aun te quedan más ganas de fisgonear…!!

     El Sr. McDonald meneaba negativamente la cabeza, mientras se alejaba dirigiéndose hacia  la vivienda, mientras aun pudo escuchar esos tres azotes  de fondo, que la propia Sra. Stuart le había propinado a la pequeña Marisa en plena calle…  Marisa logrando soltarse camino hacia el portal, protegiéndose haciéndolo arrimada a la pared, mientras la enfadada Sra. Stuart en esos momentos, le daba unos buenos azotes en el culo a Sonia.   El Sr. McDonald miraba hacia atrás meneando negativamente la cabeza, viendo como en esos momentos era a Sonia a quien le estaba dando azotes en plena calle, disgustado claramente se dirigió hacia el portal entrando raudo.  Quedándose parado  tras subir el primer tramo de las escaleras, tras escuchar como ya en el interior del portal, la Sra. Stuart regañaba a las dos chicas, mientras sujetaba a Sonia a la cual le estaba propinando unos buenos azotes en el culo. 

    La Sra. Stuart a pie de las escaleras, tenía ya sobre su muslo izquierdo a Sonia.  Para ello había colocado el pie izquierdo en el segundo escalón, teniendo el derecho pisando firme aun en el rellano del portal, en tal posición  había aupado a Sonia colocándola boca abajo sobre su muslo, ante la forzada postura, la falda de Sonia se le había levantado dejando entrever sus bragas, la mano derecha de la Sra. Stuart había actuado con rapidez bajando sus bragas a la joven. Resonando en el hueco de las escaleras, el eco del sonido de los azotes en el interior del portal…

(Sr. John)   -.  Por el amor de dios, Rose Mery!  Se da cuenta usted de lo que está haciendo?  No estamos solos!!!

    Una señora mayor que caminaba apoyándose en un bastón, salía en esos momentos del ascensor, la cual miro la escena de la señora Stuart con una muchacha boca abajo sobre su muslo izquierdo, no le podía ver el rostro a la joven, aunque si escuchaba sus “Ayees” claramente audibles, teniendo está el culo muy colorado e incluso unas zonas de un color violáceo, la anciana se detuvo unos instantes observando la escena, con la cabeza hacia signos claros de  aprobación  por la escena.

(Señora?)  -.  Hace usted bien educando a su hija, ojala hoy día hubieran más padres responsables como usted, unos buenos azotes a tiempo, pueden resultar muy beneficiosos en un futuro…

    La señora Stuart tras la advertencia del Sr. McDonald, le subió las bragas a Sonia ajustándosela a la cintura, depositándola en el suelo al tiempo que le arreglaba la falda plisada, tallándosela con la mano y así cubrir el trasero a la joven, tratando de minimizar la escena de la azotaina en público. Sonia por otro lado estaba muy avergonzada, se acariciaba el culo sin atreverse a levantar la mirada hacia la anciana, sobre todo tras haber escuchado su comentario, cuando al fin se atrevió a mirar a la anciana, está ya le daba la espalda a todos, que la vieron salir por la puerta a la calle.

(Sr. John)   -.  Rose Mery!!!  Es que no sabe comportarse como es debido?  Usted sabe muy bien las graves consecuencias de una acción en público!  Piénseselo dos veces antes de actuar, este hecho tendrá sus consecuencias!!!

     Marisa con la cabeza gacha paso rauda protegiéndose el trasero con sus manos, pasando por delante de la Sra. Stuart y de Sonia, pasando por su lado dejándolas atrás, subiendo las escaleras adelanto al Sr. McDonald antes de que este llegase al segundo rellano, abrió la puerta del piso entrando en él, protegiéndose esperando tras la puerta a que entraran por ella la Sra. Stuart, al igual que a su amiga Sonia, la cual entro  sobándose el culo con la mano izquierda y tras ella entro el Sr. McDonald.  Caminaban por el pasillo hacia el salón… Rose Mery por delante de Sonia, que caminaba a unos pasos por detrás sobándose el culo con las dos manos.

(Sr. John)  -.  Rose Mery!  A su izquierda tiene la habitación de Marisa, entre en ella para encargarse de su muchacha, espero que acabe lo que ha empezado en el portal.  Cuando termine con ella, reúnanse las dos con nosotros en el salón.

    El Sr. McDonald al entrar al comedor por la puerta de enfrente, retirando una silla tomo  asiento junto a la mesa del comedor, retirando  una de las cuatro sillas de la mesa del salón, frente a él a unos dos pasos en el sofá tomo asiento Marisa,  manteniendo la espalda recta al sentarse, en el borde del sofá erguida esperando nerviosa.

(Sr. John)   -.  Nos hemos quedado a solas, la Sra. Stuart como debes de suponer, tiene que  hablar con Sonia sobre lo sucedido en el locutorio.  Antes como has podido ver, la Sra. Stuart me ha informado de cierto infortunio, la verdad es que me cuesta creer que hayas obrado de manera tan inconsciente, debería darte vergüenza por tu falta de inmadurez.   Al finalizar con Sonia su conversación, imagino que hablara también contigo, y su conversación no será muy amena créeme, por si te preguntas si ella puede hacerlo, ya le dado mi autorización para actuar como considere.   Está muy ofendida por lo sucedido, ha confiado en vosotras y la habéis defraudado,  sobre todo Sonia ha sido la que más decepción le ha causado, además de meterla a ella misma en serios problemas.  Cambiando de tema….   hablemos de lo que nos atañe a nosotros…  Me pediste que te ayudara si me era posible, ello me demostró que de verdad tienes interés por ser nuestra spankee.   

(Marisa)   -.   No deseo desaprovechar la oportunidad que me han brindado, pero tal y como le comente en un principio, no veía posible hacerla realidad por mis propios medios, usted y su esposa son exigentes en ciertas bases.  Veo difícil que se me presente otra oportunidad como esta.  Mi amiga Soraya tuvo mucha suerte al encontrarles a ustedes como sus spankers, la experiencia de Sonia me ha sido de muchísima utilidad, explicándome lo complicado que resulta este mundo, encontrar a la persona o hallar a las personas correctas, así como el riesgo que se corre si se va a la aventura.

(Sr. John)    -.   Este mundo dentro del llamado BDSM, hay personas que lo viven de formas diferentes, las hay que solamente buscan una relación esporádica de un día, al igual que una relación continuada con sesiones de una o dos veces al mes.  Luego por otro lado, estamos aquellos que consideramos que es un estilo de vida, lógicamente en este ámbito somos pocos los que lo vivimos, dado que no todos pueden realizar o permitirse lo que llamamos un 24/7.  Veinticuatro horas, los siete días de la semana.  Es el convivir con las personas, aparte de separar sus vidas privadas tanto en lo laboral, como a la hora de la convivencia.  Lógicamente esta vida requiere cierto sacrificio, por ello es muy importante el conocer el mundo al que te sometes.  Por nuestra parte cuando llevamos estas relaciones, no puedes evitar el coger afecto a las personas que tenemos a nuestro cargo, así como un cariño muy especial hacia ellas.  Por esa razón hacemos ciertas pruebas, el pasar unos días en nuestra compañía viviendo su rol elegido.  No resulta ser lo mismo el jugar un par de horas cada quince días, que jugar diariamente unos días en nuestra compañía, teniendo en cuenta la estricta disciplina existente en nuestra casa.  Resulta muy fácil el recibir una azotaina cuando te esperas que así sea, y es muy distinto el recibir una azotaina por una falta realizada, en un momento en el que no deseas ser castigada.   Pero  la disciplina está por encima de ello, por lo que ser castigada cuando no lo deseas, no todas las chicas que lo han vivido, son capaces de hallarse sometidas a esa disciplina.

(Marisa)    -.  Eso es justamente lo que me hace tener algunas dudas, aunque por lo que me han explicado, eso es lo que más nos atrae a las spankee´s, a pesar de temer esas consecuencias, aunque esa incertidumbre me hace temer el castigo, pero por otro lado es mi mayor deseo.   Aunque encuentro algo fuera de lo común, al igual que una singularidad el  tener tanta  soberbia al llamarlo un estilo de vida…

(Sr. John)    -.  Pocas chicas cuando lo viven de manera real en sus vidas, acaban por quedarse con nosotros, por ello es una de nuestras reglas el tener un lugar al cual poder volver, dado que aunque solamente estén unos días con nosotros, el afecto y cariño que les tomamos nos afecta.  Cuando las mimas con cariño, las vistes con la vestimenta de su rol, las tienes en el baño observando sus inquietudes, al verse así mismas siendo bañadas como si ellas no lo pudieran realizar por si solas, verlas como disfrutan viéndose así mismas realizando su mayor fantasía, así como observarlas cuando están en graves problemas y saben lo que les espera en breve, todo ello en conjunto es algo más que un simple juego.  Por esa razón te explique lo que conllevaría si nosotros te prestáramos esa ayuda,  nunca solemos entrometernos en la vida ajena, así como los riesgos a los que te verás sometida sin remedio.

     El Sr. McDonald se levantó de la silla, Marisa al verlo en pie ante ella como le había cambiado su semblante dulce y comprensivo, se puso muy nerviosa al ver cierto enfado en él. Sorprendida con gran sorpresa el Sr. McDonald la hizo ponerse en pie, al tiempo que él tomaba asiento en el sofá, colocándola de pie a su derecha posando su mano derecha, justo por encima de la cintura.

(Sr. John)   -.   Sabes Marisa lo que nunca una niña de ocho años puede hacer?  Lo sabes?  Es faltarle el respeto a papá, en ninguna circunstancia me puedes faltar al respeto, si lo haces tiene graves consecuencias, ahora vas a sentirlas como de graves resultan para ti!!!

      Marisa no acertaba a saber que había hecho, pero sintió la presión de la mano de papá en su cintura, así como ejercía fuerza con esa mano haciéndola tumbarse sobre las rodillas boca abajo. Viéndose echada sobre sus rodillas, sintió como le subía la falda descubriendo su trasero, cubierto únicamente por las bragas de algodón de color rosa. La enorme mano de su papá la sintió por primera vez en muchos días, el fuerte “Ayee” que broto de sus labios al sentir en el culo el primer azote, al igual que sintió como le ardía el culo con el tremendo azote, el dolor que siguió la dejo perpleja de la sorpresa, aun fue mucho mayor cuando nuevos y fuertes azotes caían implacables sobre su trasero. En los primeros instantes de la azotaina que estaba recibiendo, recordó la primera azotaina que recibió el día que les presentaron, la sorpresa aun no comprendía como podía dolerle tanto el culo. En aquella ocasión fue dolorosa para ella, pero ahora se daba cuenta que no era tan real como creyó en aquellos momentos. Le dolía tanto el culo que apenas podía pensar ya en recuerdos, solo se escuchaba a ella misma con sus “Ayees” de dolor por la azotaina, al verse desbordada por lo fuertes que eran los azotes que le daba papá, rompiendo a llorar como una chiquilla a sus dieciocho años, aun sin comprender él porque estaba siendo castigada. Hubo unos segundos de pausa tras los cuales solo se escuchaba así misma llorar, momento que papá la regañaba severamente…

(Sr. John)    -.  Con que tus papás somos unos soberbios!!!   De verdad te crees que puedes faltarnos al respeto de ese modo?  Como te atreves a juzgar a tu papá!!! Quien te has creido que eres!!!  Pero ya te enseñare yo modales!!!  Está visto que te las has arreglado hasta ahora, porque te librabas de las azotainas que te merecías!!!  Pero ahora tienes un papá que no va a dudar en ponerte sobre las rodillas y ponerte el culo como un tomate cuando sea necesario!!!   Te aseguro que vas aprender a respetarme!!! Que es eso de llamarme soberbio!!!  Vas a ver cómo te pongo el culo!!!

      Marisa apenas había podido entender lo que su papá le decía, sintió como las dos manos de su papá hurgaba en la cinturilla de sus braguitas, así como con ambas manos le bajo las bragas hasta casi las rodillas, luego sin pausa alguna de más tiempo, los fuertes azotes volvían a caer sobre su ardiente trasero, pues solamente podía llorar así como sus fuertes “Ayees” del intenso dolor en el culo.

      Cuando su papa se detuvo de darle la azotaina, Marisa lloraba desconsolada. Durante un tiempo indeterminado que no llego a poder saber, permaneció echada sobre las rodillas de su nuevo papá. Sintió los dedos de papa como le subían las bragas, aunque no podía precisar en qué momento lo hizo, dado el intenso dolor que sentía en el trasero.  Cuando solamente sollozaba aun echada sobre las rodillas, fue el momento en que su papa la ayudo a reincorporarse, sentándola sobre su pierna derecha a pesar de lo que le dolía el culo, momento que ella se le abrazo pasando sus manos alrededor del cuello de papá. Abrazo que él le devolvió rodeándole la cintura con la mano derecha, mientras la izquierda le acariciaba la espalda, Marisa con el abrazo de su nuevo papá sintiéndose querida, dejo de sollozar pasando a gemir, durante varios minutos permanecieron abrazados, hasta que la pequeña Marisa fue recuperando el resuello, volviendo a ser ella misma de hacia tan solo unos minutos, antes de colocarla sobre las rodillas y de darle la tremenda azotaina en el culo.

       Cuando papá la hizo soltarse del cuello al cual continuaba abrazada, Marisa se vio como con la ayuda de él la bajaba de sus piernas, para colocarla ante él de pie mirándola a los ojos…

(Sr. John)   -.  Espero por tu bien que esto te sirva de lección!   Tienes que tener más cuidado con tus palabras!  Debes hacerte a la idea que has dejado de ser una mujer de dieciocho años de edad, ahora según el “Rol” que tú misma has elegido, solo tienes ocho años de edad. Una niña de ocho años no puede hablarle a su papá como si fuera una mujer adulta.  Debes pensar mejor tus palabras, o esta azotaina que te he dado no será la última que recibas!!! Al igual que debes medir ese carácter, has comprendido? .- Marisa asintió con la cabeza. -. Por tu bien así lo espero…    

      Aun por unos minutos más el Sr. McDonald, permitió a Marisa que se recuperase de la azotaina recibida, mientras aun alguna lagrima descendía por sus mejillas, se las secaba papá con su pañuelo, mientras ella se sobaba el culo con una u otra mano, dado el intenso ardor que emanaba del trasero de la joven… Una vez ya calmada y relajada, aunque sus manos tímidamente aún se las iba pasando por el culo, a pesar de estar su papá observándola como lo hacía…

(Marisa)   -.   Cuando leí su E:mail dándome… detalles de estos riesgos, por un lado me pareció una locura por mi parte… aceptar su ayuda,  pero por otro… lado es mi mayor deseo verme en esa situación… estuve dos días que me costaba dormir…   Su oferta me parecía descabellada el solo poder contemplarla… .- La joven hablaba con cierta dificultad, las molestias del trasero y el dolor se hacían patentes con su tartamudeo… .- dado que me supondría estar unos años de mi vida, pero los pros y los contras a aceptar su propuesta eran mayores, dado que me supondría el poder graduarme con una carrera universitaria.   Por otro lado, tendría la posibilidad de devolverle una vida de sacrificio a mi tío.   Ya que al venir yo al mundo, el hermano de mi madre no se lo pensó ni un momento, sacrifico su vida por criarme como a una hija más.  Con el paso de los años, he podido descubrir  lo mucho que sacrifico por mí.   También debo contemplar el hecho de no haberme comportado como una buena sobrina o buena hija, pues han sido como unos padres para mi, les he dado muchos quebraderos de cabeza, de niña les daba muchos problemas… también a mis primos, pues yo me daba cuenta de mi estado, siendo niña apenas me castigaban, entonces desconocía que si no me daban azotainas como a mis primas. No sabía a qué se debía el que no lo hicieran conmigo, pero con el tiempo me llegue a conocer los motivos, que ello era debido al acuerdo que mantenían con mi padre biológico.  Por lo que siendo una niña, mi soberbia o mi malicia me aprovechaba de esas circunstancias, con la mala suerte para mis primas que ellas si eran castigadas, mientras yo observaba como lloraban cuando les daban esas azotainas.   Mis tíos me hacían presenciarlas, como si se tratara de un castigo psicológico,  para que supiera las consecuencias, dudo mucho que tuvieran esa delicadeza conmigo, de saber que esas situaciones las provocaba yo a sabiendas, para ver como recibían mis primas su castigo. Ya por aquellos años sentía cierta tendencia, quien sabe, igual las provocaba por mi deseo de verme en su lugar, eso es algo que quizás nunca llegue a descubrirlo.   Pero lo que en esos años podría ser inocencia o las travesuras de una niña caprichosa, años después ya cumplidos los quince años, seguía metiendo en problemas a mis primas, incluso cuando mi tía las colocaba sobre las rodillas, deseaba ver cómo le bajaba las bragas, y luego en la intimidad durmiendo solía levantarme con las bragas húmedas, al principio desconocía el motivo por qué me sucedía, supongo que es algo que descubre toda adolescente en algún momento. La cosa cambio con el tiempo,  sobre todo cuando empecé  a darme placer yo sola, cada noche me tocaba antes de dormir, en mis pensamientos eróticos veía a mis primas con las bragas bajadas, y con sus traseros colorados como tomates maduros, al igual que verme a mí misma, con mi trasero  en el mismo estado que el de ellas. Por ello es por lo que decidiera dar el paso y aceptar su ayuda… Por mis tíos que obtendrán la vida que podían haber llevado, y… mis primos que puedan acceder a la universidad…

(Sr. John)   -.  Pero me preocupa el método empleado para lograr el objetivo, es poco ortodoxo que una joven se exponga de este modo, ya habíamos hablado de este asunto estando de acuerdo, pero no es lógico que no quieras la vida que vas a dejar atrás, es cierto que vas a tener la oportunidad de labrarte un futuro, pero vas a pagar un precio elevado y ya no hay vuelta atrás.

(Marisa)  -.  No creo que sean las palabras más idóneas… No solamente estoy pensando en mi misma, también es mi deseo que mi tío pueda ver realizados sus sueños, los cuales abandono para hacerse cargo de mí al nacer yo.  Usted puede que lo vea desde otro punto de vista, puede que piense que  sea una chica inmadura, y que esté tomando una decisión precipitada, pero creo que les debo esa oportunidad a ellos,  también a mis primos que podrán ir a la universidad, así como llevar una vida mucho más acomodada.  Yo voy hacer realidad mi fantasía, además  el año que viene entrare  a la universidad a la cual  mis tíos no me  podían pagar.     Además todo esto no me viene de un capricho, hace un tiempo  que me ronda por la cabeza, quizás el conocer a Soraya y  poco después el conocer a Sonia, ha hecho que tomara esta decisión al tener por primera vez claras mis ideas, todo comenzó a rondarme la cabeza cuando…    Tenía yo unos catorce o quince años cuando escuche por casualidad discutir a mis tíos,  mi tía estaba enfadada como de costumbre cuando hacíamos travesuras, a mis primas les dio una buena tunda a las dos. La verdad es que nos sorprendieron a las tres en un centro comercial comiéndonos unos pastelitos, era una travesura inocente que habíamos hecho en otras ocasiones, sin haber pasado por la caja a pagarlos.  Nos sorprendieron infraganti con los pastelitos en nuestras manos, la verdad es que no era la primera vez,  la supervisora ya nos había sorprendido en otras dos ocasiones, pero en esa ultima la supervisora decidió darnos un escarmiento.  La supervisora del centro comercial llamo a la policía, el representante llamo por teléfono a sus padres, mi tía tuvo que salir del trabajo para venir a buscarnos a la comisaria.  Cuando nos llevaba en coche de camino a casa, su rostro era un poema, nos regañó de firme amenazándonos con darnos una buena  zurra, que no nos  íbamos a poder sentar en un mes.  No la había visto nunca tan enfadada, nos decía mientras nos regañaba que nunca había pasado tanta vergüenza.  Al llegar a casa nos dejó claro su enfado, nos cruzó la cara a las tres con dos o tres bofetadas a cada una.  Luego nos envió a comedor dándonos un buen azote en el culo al pasar por su lado, mis primas y yo estábamos aterradas por la que nos esperaba.  Minutos  después apareció ante nosotras, se había cambiado de ropa, y venia descalza de un pie con la zapatilla ya en la mano derecha. Primero agarro a mi prima Laura llevándola hasta una silla del rincón, se sentó en ella teniendo a mi prima de pie a su lado,  le bajo las bragas de un tirón a los tobillos, inmediatamente la coloco sobre sus rodillas, comenzando a azotarle el culo desnudo, nunca la había visto utilizar la zapatilla.  Nos había dado uno o dos azotes con la zapatilla, en alguna ocasión que la hacíamos enfadarse con nosotras, pero sobre sus rodillas con las bragas bajadas y tantos azotes, eso  nunca lo había hecho.  Luego le tocó el turno a mi prima Isabel, tuvo que dar dos vueltas a la mesa del comedor para conseguir agarrarla, le bajo las bragas cuando consiguió alcanzarla, colocándola bajo su brazo izquierdo se dirigió hacia la silla del rincón, las bragas que le habían quedado a medio bajar, se las acabo de bajar a los tobillos antes de colocarla  sobre sus rodillas, la tunda con la zapatilla las dejo a las dos con el culo como un tomate maduro.  Nunca había visto a mi tía bajarles las braguitas, muchas veces la he visto castigar a mis primas, pero solamente en dos ocasiones he visto que les bajase las braguitas, y esa ocasión fue una de ellas.  Cuando acabo con mi prima, me agarro a mí e hizo lo mismo, me bajo las bragas estando de pie ante ella antes de colocarme sobre sus rodillas, me estaba dando una buena zurra.  El culo me dolía horrores por la fuerza que empleaba.  En ese momento llego  mi tío del trabajo, la detuvo nada más ver la escena al entrar al comedor, enviándonos a mis primas y a mí a nuestra habitación.  

(Sr. John)   -.  Por lo que dices aunque fuerais unas niñas, os merecíais una buena azotaina las tres.  Tu tío sabía lo que habíais hecho?

(Marisa)   -.  Sí que lo sabía, la policía le llamo al trabajo. Imagino que alguien fue a informarle al laboratorio donde trabaja, tuvo que salir antes de hora por la misma razón que mi tía.   Pero el salió antes, porque sabía lo que haría ella con nosotras nada más llegar a casa. Pero a pesar de su llegada, recibí una buena zurra de mi tía. Esa fue la única vez que me castigo mi tía, la única siendo tan severa conmigo.  Ese día tuvieron una fuerte discusión por mí causa.  Al contrario de otras veces que discutían, ese día lo hicieron en el pasillo justo delante de la puerta de mi habitación, mi tía aún seguía enfadada conmigo y con mis primas.  Primero escuche a mis primas Laura e Isabel que lloraban de nuevo, primero fue a la mayor de ellas, Laura, mi tío debió darle una zurra con el cinturón, pues el sonido de los azotes pude deducirlo, aunque a mí nunca me había castigado con él, si lo había escuchado y presenciado  al utilizarlo con mis primos.  Después de castigar a mi prima Isabel, salieron de su habitación cerrando la puerta de un portazo.  Escuche sus pasos dirigiéndose a mi habitación, mi tía le decía que debía de hacer lo mismo conmigo, sobre todo por ser yo la mayor de las tres y la responsable de ellas.  Pero mi tío le decía que bien sabía ella que no podía ser, que el acuerdo con mi padre biológico lo prohibía y que de enterarse  podría hacer que nos separasen.

(Sr. John)   -.  Ha transcurrido varios años de esa circunstancia, pero la verdad, es que te la merecías desde luego, no hubiera sido correcto el no darte una buena lección como a tus primas.  Si una fechoría como esa la hicierais tú y tu hermana Soraya, aparte del correspondiente castigo, habríais tenido una semana de castigo de mantenimiento como spankee´s.  En estos momentos desconoces que es, pero viviendo con nosotros lo averiguaras no te quepa duda alguna de ello, Soraya también lo averiguo hace unos días, aunque fuese antes de hora, pues fue durante su prueba en el fin de semana.  Que es lo que escuchaste de tus tíos. Que es lo que hablaron…?

(Marisa)   -.  No recuerdo muchas cosas de las que se dijeron esa tarde, pero algo que me dejo con preguntas, fue escucharles decir que él había perdido la oportunidad de su vida, por quedarse en este país para hacer las gestiones de adopción. Al parecer le habían hecho una gran oferta de trabajo, ese día me entere que mi tío no solo era un Ingeniero, si no, que era un Ingeniero  Aeronáutico, y que perdió la posibilidad de trabajar en la N.A.S.A. Sobre todo, se lo echó mi tía en cara que ahora llevarían otro tipo de vida de no haberse quedado y que por mi culpa habían perdido su vida.

      En esos momentos en la habitación de enfrente, el sonido que llegaba a los oídos de la joven, le resultaba perturbador para su mente.  Marisa debido al sonido característico de los azotes, la hacía encontrarse incomoda consigo misma,  sobre todo por las molestias que sentía ella misma, se acariciaba el culo sobre  su corta falda. En su rostro se reflejaba su turbación e  incomodidad, viéndose mordiéndose el labio inferior manteniendo su mirada pérdida, hacia aquella puerta situada justamente enfrente a la del comedor.

 (Sr. John)   -.  Veo que tu tía estaba muy resentida en esos momentos, claramente tú no tenías culpa alguna del acuerdo vinculado a tu educación, las circunstancias la sobrepasaron aunque tenía toda la razón para estar enfadada, merecías ser castigada por vuestra travesura, tu tío a pesar de ese acuerdo hizo mal al castigar a tus primas y no castigarte a ti, pero eso ocurrió hace tiempo. Tu tío trabaja para una empresa de uno de mis asociados más importantes, he podido averiguar que el mismo hace veinte años le hizo una buena oferta de trabajo, la cual rechazo tu tío  por motivos familiares, aunque solo fue una excusa,  dada la realidad del momento, por esas fechas tu tío esperaba una oferta mejor, desde la graduación  le habían acosado varias empresas interesadas, por los fantásticos proyectos que había llevado a cabo, como asignatura de estudio en su carrera, esa oferta que esperaba le llego dos años después, coincidiendo con tu llegada al mundo.  La trágica situación al fallecer tu madre, unida a su responsabilidad al ser tu único familiar, hizo que rechazara esa oferta de trabajo.  He investigado por medio de uno de mis bufetes de abogados, informándome que tu padre biológico, es un hombre casado y con cuatro hijos, les puso muchas trabas a tus tíos para tu adopción, tu padre deseaba hacerse cargo de ti, por ello llevo a tus tíos a juicio lucharon por conseguir tu adopción, pero su abogado de oficio no pudo hacer nada en el juicio, lo perdieron.   La verdad es que los abogados de tu padre biológico  se interpusieron, evitando así la adopción.  Pero a pesar de ganar el juicio tu padre, lo que el no contaba fue  la negativa de su esposa a que vivieras con ellos, a pesar de sus deseos no podía hacerse cargo personalmente de ti, no lo sé con certeza como transcurrió el tema, pero creo que su esposa fue quien  lo impidió que se hiciera cargo de su hija.   Es un asunto muy enrevesado, al final aconsejado por sus abogados, acepto un acuerdo privado con el hermano de tu madre, o sea con tu tío, pero fue un acuerdo mutuo de palabra entre las partes sin la debida documentación, o sea tu tío, obtuvo la tutoría de la niña hasta los dieciocho años, pero sin los derechos legales de la adopción.  Por ello les pasaba una manutención hasta tu mayoría de edad, hasta hace unos meses todo fue bien, pero tu padre biológico falleció.  Tu  madrastra a la cual desconoces, les ha privado de esa manutención al dejar de hacerla efectiva, y no haber ninguna documentación sobre ese acuerdo, tu tío no ha podido hacer ninguna reclamación, aunque esa mujer pese a sus intentos no ha podido impugnar el testamento, para evitar que te dejase cierta cantidad de dinero, la cual consta en su testamento, pero no tendrás acceso a ese dinero hasta que cumplas los veinticinco años.  Esa es una maniobra de tu madrastra, sus abogados son demasiado escurridizos, han hallado no sé qué cláusula, de no sé qué ley… Con otra de sus  cláusulas de poder de persuasión,… no puedes abandonar el país, en caso de hacerlo perderías esa herencia…

        John McDonald  se percató que sus palabras no eran escuchadas, quedando el comedor en silencio, solamente eran audibles los azotes que estaba recibiendo Sonia, al permanecer en silencio observo a la joven Marisa, tenía la mirada fijada en la puerta de enfrente, parecía que ella  no estaba en la misma estancia que él, la jovencita solo prestaba atención al sonido de los azotes.  Ella desde que se levantara del regazo de su nuevo papá, tras haberle propinado la severa azotaina en el trasero, había permanecido de pie a su lado hablando y escuchándolo hablar.

      (Sr. John)    -.   Marisa! Ya veo que no me prestas atención, deja de sobarte el culo, mejor será que entrelaces tus manos sobre la cabeza y permanezcas así castigada hasta que la Sra. Stuart termine con Sonia!!!

      La joven obedeció a su papá colocando sus manos sobre la cabeza, entrelazando sus dedos de ambas manos, aunque ahora lo miraba a él tras la orden dada por él.       

(Sr. John)   -.  Y bien… ahora si me prestas atención! No tienes nada que decirme o no me estabas escuchando?

(Marisa)   -.  Ahora mismo… no sé qué decir…

(Sr. John)   -.  Pues iremos directos a la cuestión que nos lleva… Los abogados de tu madrastra, han llevado en estos días la negociación de un acuerdo que te beneficia. A partir de unos diez días aproximadamente, firmaran dicho acuerdo.  Desconozco el motivo que tu padre biológico impidiera en tu educación, tus tíos pudieran castigarte mediante castigo corporal.  Pues he averiguado que sus tres hijas e un hijo, fueron educados en internados en los cuales, el castigo corporal era el método de disciplina.  En dicho acuerdo hay un documento adjunto, en el cual consta que debes ingresar en los próximos diez días, en una academia para señoritas aquí en la ciudad, los abogados de la empresa que asesoran a tu tío en este asunto, han logrado que no seas internada en dicha academia, si no, que unos tutores arbitrales se harán cargo de ti hasta que cumplas los veinticinco años.

(Marisa)    -.  Tutores arbitrales…? Eso en que me beneficia…? 

(Sr. John)   -.  Ahí es justamente cuando mi asociado al cual conocerás en breve, dado que es el director de la academia para señoritas donde vas a ingresar. El Sr. Matthew es quien se ha encargado de asesorar a tu tío, mejor digamos que sus abogados se han encargado del tema.  Los tutores arbitrales seremos mi esposa y yo mismo, seremos tus tutores legales hasta que cumplas tus veinticinco años de edad. Deberás asistir a la firma de ese acuerdo, dada tu mayoría de edad.  Comprendes ahora en que te beneficia ese acuerdo?

(Marisa)    -.  Pero mi tío… es consciente… de que… me van… a… castigar?

(Sr. John)   -.  He podido leer dichos documentos, en ellos no se especifica claramente la disciplina.  Pero hay cláusulas que especifican, que no se descartan posibles métodos de castigos corporales, en los que tu madrastra ha insistido que se añadan al documento.  Una de sus demandas al elegir a tus tutores, es que fueran estrictos a la hora de aplicar la disciplina.  Dichas clausulas solamente constaran en los documentos que te atañen a ti, en los que se harán entrega a tu tío, en ninguno queda reflejada la disciplina.  Por ello debes firmar esos documentos sin leerlos, al menos no, en presencia de tu pariente próximo.

(Marisa)   -.   Entonces serán ustedes mis padres adoptivos?

(Sr. John)   -.  Si!!!  Algo que no podrás revelar a tus compañeras en la academia, como tampoco a tus amigas más cercanas como Soraya o Sonia!

      Marisa ante estas palabras trago saliva con cierta dificultad, como si se atragantara con su propia saliva, por un lado se mostraba sonriente al conseguir su propósito, pero por otro lado estaba preocupada por su futuro.

(Sr. John)   -.  Bueno… Aprovecharemos estos días que vas a estar sola sin la compañía de tu familia, para que te vayas haciendo a la idea, mañana a eso de las diez de la mañana, te recogerá mi chofer del aeropuerto, una vez haya salido el vuelo de tus tíos hacia su destino, así desde mañana vivirás en nuestra casa con tu hermanita mayor Soraya.  Imagino que eso si te alegrara, hace muchos días que no la has podido ver, dado que ella permanece estos días castigada tras su última travesura.   Y… Ahora esperemos a que Rose Mery acabe con Sonia, la Sra. Stuart tiene muchos deseos de hablar contigo por lo sucedido…

     En esos momentos el Sr. McDonald se levantó del sofá, encaminándose hacia el pasillo abriendo la puerta de la habitación de Soraya. Marisa al encontrarse de pie con las manos sobre su cabeza, podía ver con claridad la imagen dentro de la habitación, así como lo que estaba sucediendo. El Sr. John McDonald había entrado situándose a la derecha, apoyado en la puerta de la misma contemplando la escena.  Desde el comedor Marisa veía a la Sra. Stuart sentada en la cama, estaba situada de forma oblicua en la esquina de la misma, de tal forma que la joven tenía plena visión de su amiga Sonia, la cual por la posición estaba sobre las rodillas echada boca abajo, sus piernas flexionadas rozaban el suelo con las rodillas, y sus brazos colgaban inertes por el costado izquierdo de la Sra. Stuart, con las manos apoyadas en el suelo.  La falda la tenía arremangada a su cintura, exponiendo su desnudo trasero muy enrojecido por la azotaina, desde su posición Marisa veía la escena, viendo como su amiga tenía las bragas bajadas a la altura de las rodillas.  Durante aun unos largos e interminables minutos, la Sra. Stuart continuaba azotando el rojo trasero de Sonia.  Al terminar de propinarle la azotaina a la joven Sonia, la Sra. Stuart envió a la muchacha claramente dolorida al rincón del otro lado de la cama, no sin antes haberle sujetado la falda a la pretina para que no se le bajase, con las bragas a la altura de las rodillas la joven camino hacia el rincón indicado, haciéndolo con pasos cortos al tener la traba de sus braguitas en sus rodillas, una vez colocada castigada cara a la pared, entrelazo sus manos sobre su cabeza para impedir que pudiera sobarse el colorado y ardiente trasero.

(Sr. John)   -.   Bien Rose Mery! Ya veo que la joven ha recibido su merecido!  No hay más que verle  el culo como se lo ha puesto!  Hermosa imagen…por cierto!  Ha pensado en hacerla su spankee personal.   Hace unos días me entere que a Sonia, su spanker el Sr. Felipe la ha dejado, por motivos personales según he oído…

(Sra. Stuart)   -.  La verdad Sr. McDonald es que era mi intención, estaba pensando en una relación con visitas esporádicas por el momento. La muchacha bien lo vale la verdad, como spankee no se puede negar que es buena. Pero después del comportamiento de hoy, voy a tener que pensármelo bien.  

(Sr. John)    -.  No debería ser usted tan estricta consigo misma, a la joven tampoco debería juzgarla teniéndoselo en cuenta, usted y yo mismo, conocemos muy bien la conducta de estas chicas.  Sonia es una mujer con la mente abierta, ha aceptado su castigo sabiendo que se lo merecía, a pesar de no ser la culpable de esa falta.   Aunque como bien sabe usted, esto no va acabar aquí! Pero esa circunstancia ya no la puede solucionar usted, como tampoco es el lugar idóneo para hablar de ello…   Cambiando de tema…  Marisa!  A ver pequeña quieres hacernos el favor de acercarte. 

    Marisa se fue acerando entrando en la habitación, la Sra. Stuart continuaba sentada en la esquina de la cama, al llegar ante ella se detuvo con la mirada baja hacia el suelo.  A su derecha tenía la figura de su papá con los brazos cruzados, esperaba ser regañada por su conducta en el locutorio.  Teniendo la esperanza que no dijese nada la Sra. Stuart, en qué circunstancias  había sido sorprendida al abrirse la puerta del almacén.   Marisa se moriría de la vergüenza si le fuera contado a su papá, que estaba haciendo aparte de estar espiando.  

(Sr. John)    -.  Pequeña! No esperamos, ni la Sra. Stuart ni yo mismo, que nos expliques porque les estabas espiando.  Es algo obvio para nosotros porque lo estabas haciendo, la curiosidad que puedas tener es algo normal en una jovencita como tú.  Estas explorando cosas nuevas para ti, es lógico que te sientas atraída hacia ellas.   Lo que no es nada normal es espiar tras las puertas, lo cual tiene sus consecuencias…graves consecuencias…

(Sra. Stuart)   -.  Perdone que le interrumpa, pero usted la está regañando por habernos espiado tras la puerta, observándonos por el ojo de la cerradura, no siendo esa la única falta grave que ha cometido esta niña!!! 

(Sr. John)    -.   Como dice usted? Es que acaso hay algo que no me ha contado?

(Sra. Stuart)   -.  La niña no se ha conformado con observarnos, cuando se ha abierto la puerta, la muy cochina estaba en cuclillas con la falda arremangada, con las rodillas separadas, y con la mano derecha introducida bajo sus braguitas, MASTURBANDOSE!!!

(Sr. John)    -.  Es eso cierto?  …Imagino conociéndola a usted, que en su bolso debe llevar un cepillo de madera, verdad?  Utilícelo!!!

     Marisa vio aterrada como la Sra. Stuart rebuscaba tras su espalda su bolso, del cual extrajo un cepillo de madera curvado por la parte de las cedras, apenas lo tenía empuñado en su mano derecha.  Cuando el Sr. McDonald agarraba a la pequeña por la cintura, colocándola boca abajo sobre las rodillas de la Sra. Stuart.  Su papá enfadado claramente, le subió la falda descubriéndole el culo colorado, pero no se quedó impasible, acto seguido le bajo sus braguitas rosas por las piernas hasta extraerlas por completo.  La joven  aterrada al verse sobre el regazo de la Sra. Stuart, sintió en su ardiente trasero desnudo los primeros azotes, era la primera vez que era castigada con él.  Recordando a su amiga Sonia como pataleaba cuando era castigada, ahora entendía por qué se contorsionaba de aquella manera. Jamás hubiera pensado que algo pudiera doler de esa manera, se sentía así misma como se agitaba sobre las piernas, luchaba con todas sus fuerzas por escapar de la azotaina que recibía.  Pero no se esperaba que le sujetasen por las piernas, miro hacia atrás con el rostro bañado en lágrimas, viendo como su papá se las sujetaba, quedando a merced de la mano de la Sra. Stuart que la azotaba con fuerza con el cepillo en el culo.

     Horas después Sonia estaba echada del costado derecho sobre el sofá, tenía las bragas bajadas a medio muslo, al otro extremo del sofá se encontraba Marisa entrelazando sus piernas entre las de Sonia, al igual que ella también con las bragas bajadas echada del costado izquierdo, sobándose el trasero a dúo, ambas se observaban sonriendo entre si, mientras veían en la televisión una película.

 

 

Continuará…