EL
ABUELO MATERNO Capitulo 12
Sonia permanecía en su habitación, el
nerviosismo no la dejaba pensar con lucidez. Se podría decir que había tenido
una gran victoria en sus pretensiones de lograr su objetivo…, que María fuera
castigada. Pero en sus pretensiones no entraba el verse implicada, y vaya si lo
estaba, estaba en serios problemas. No llegaba a comprender como se las
arreglaba para estar siempre metida en todos los embrollos. Era spankee de la
cabeza a los pies, le encantaba como a cualquier buena spankee meterse en
problemas, pero de tanto en tanto, tener sus nalgas blancas inmaculadas también
era agradable, y desde que su prometido John Lewiston la enviara a la casa de
sus tíos paternos, al quedar desahuciada de la casa que habitaba, por
pertenecer está, a la universidad. No
había pasado una sola semana sin estar sobre las rodillas de su tía o su tío.
No se podía decir que las azotainas que recibía fueran placenteras, más bien todo lo contrario,
acababa siempre con el culo dolorido por varios días o siendo castigada con
castigos de mantenimiento durante días, no era para nada lo que ella hubiera
podido desear.
Pero tampoco se desvinculaba de disfrutar cuando era castigada. El tener que
vivir el día a día bajo la estricta disciplina en casa de sus tíos, tampoco era
algo que no le gustase, todo lo contrario en cierta manera le encantaba, vivir
bajo sus reglas aunque fueran muy estrictas.
Desde que dejo de ser una adolescente
graduándose en la misma universidad que estaba ejerciendo como profesora, universidad donde
provoco una gran discordia entre profesores y la junta, donde había comenzado
todo el problema que estaba viviendo, por su mala cabeza, o por el contrario,
por su deseo inasumible en una sociedad moderna del siglo XXI.
Siempre que volvía al pueblo en sus
primeros años en la universidad y disponía de vacaciones o días libres,
regresaba con sus tíos, en el pueblo al cual pertenecían sus padres, procuraba pasar el tiempo con sus
tíos, era su única familia que le quedaba, una vez que fallecieron sus padres.
Mientras permanecía en su casa, siempre se las componía para hacer trastadas,
como el llegar a casa más tarde de lo debido, sabiendo que eso a sus tíos les disgustaba en extremo y no lo
llevaban nada bien, veía en sus rostros el enfado y la preocupación que les
causaba ese comportamiento, incluso llegar a casa algo pasada de alcohol.
Siempre con la esperanza de que sus tíos la regañaran y le dieran una azotaina
o era lo que ella intentaba provocar.
Pero estaban demasiado orgullosos de su
sobrina, así como de lo alto que había llegado como profesora, cuando notifico Sonia su intención de realizar un Master, fue una gran alegría para sus tíos y
eso que ese día fue de celebración alocada
por parte de Sonia saliendo con
viejas amistades de fiesta, volviendo a casa borracha como una cuba. Lo más que
llegaron hacer sus tíos, fue el
amenazarla de manera ostensible pero sin llegar la leña al fuego…
“ si tuvieras unos años menos
ibas a ver cómo te ponía el culo, desvergonzada!!!...” “ Esas son maneras de
llegar a casa? Si de mí dependiera ya te
tendría sobre mis rodillas como cuando eras una niña, y bajarte esos humos con
una buena azotaina con las bragas bajadas,… te iba poner bien caliente el
culo”… y su tía… “ Si tuvieras unos
años menos me sacaba la zapatilla e ibas a ver tú, descarada!!!...” “ Como me
saque la zapatilla vas a ver que caliente vas a dormir…” “te libras que ya no
seas una niña, si no te ponía el culo como un tomate sobre mis rodillas!!!...”
Con una sonrisa en sus labios recordaba
aquellas amenazas baldías, si ellos llegaran a descubrir que todo aquellos
quebraderos de cabeza, su sobrina Sonia lo hacía adrede para ver si la
castigaban como cuando era una chiquilla. Bueno, y no tan chiquilla, pues
recordaba con añoranza la última azotaina que recibió de su tío, contando ella
la edad de veinte años, estando estudiando en la universidad, le quedaron
cuatro suspensos, su tío enfadado y defraudado, la coloco sobre sus rodillas y
le dio una buena azotaina en el culo desnudo, pues le bajo sus bragas como
cuando era una niña. Luego Sonia pudo
escuchar la fenomenal y bronca terrible,
que le echo su tía Ingrid a su marido, sobre todo por haberle levantado la
falda y bajado las bragas, esa fue la última azotaina que recibiera en aquella
casa. Sus tíos nunca lo sabrían, pero
esa azotaina a sus veinte años fue la que despertaría en ella, sus deseos por ser
castigada, por ello era la razón que cuando volvía al pueblo de visita, hacia
lo posible por enfurecer a sus tíos y así, verse de nuevo castigada como en su
adolescencia o como esa vez con veinte años, por aquellos cuatro suspensos, que
mucho tuvo que ver la azotaina, para que aprobara esas cuatro asignaturas antes
de vacaciones. En su mente divagaban
esos recuerdos, así como el despertar en ella su sentimiento de ser spankee,
aunque ello fue algo que no descubriría hasta un tiempo después, por una
revista que cayera en sus manos por casualidad, y ello la hizo investigar el
tema, descubriendo que habían otras mujeres que sentían esos mismos
sentimientos spankos, que era el vocabulario que utilizaban.
Los últimos cinco o seis años había
creído que lograría su objetivo, Susana había regresado a casa de sus padres.
Teniendo que pasar el mes de sus
vacaciones en la misma casa y viendo lo que sucedía, escuchando como su prima
recibía severas azotainas, algunas de esas veces ella había estado presente.
Envidiaba ver a su prima Susana al verla como la obligaban a vestirse, tanto a
ella, como a su hija María. Aunque para María el vestir con aquellos cortos vestidos
o cortas faldas enseñando sus braguitas, a ella no le producía vergüenza
alguna, al fin y al cabo, aún era una niña de quince años y durante los meses
de calor del verano, la pequeña María se paseaba por la casa vestida con una
blusa o camiseta, y de cintura para abajo, solamente llevaba sus
braguitas. Pues fue a esa edad cuando
Sonia la conoció, hasta ese momento, al igual que sus abuelos ni sabía que
existiera. Ese primer verano, al ver a su prima Susana se alegró al verla,
aunque no comprendía el que fuera vestida como una chiquilla a su edad, siempre
con vestiditos cortos y mostrando la parte baja de sus braguitas, y no
solamente sus braguitas, también podía ver con frecuencia que su prima Susana
llevara la parte baja del culo como un tomate, muchas veces con marcas
recientes de haber sido castigada con el cinturón.
Durante esos años resultó ser una tortura
para Sonia, como había hecho los últimos años, cada vez que disponía de días
libres, como Navidad, Semana Santa, y vacaciones volvía a casa de sus tíos.
Cuando Susana no estaba castigada, solían salir juntas al pueblo y en algunas
de esas veces había hecho adrede hacer a su prima llegar tarde. Lo que le
suponía a Susana una buena azotaina nada más entrar en casa, ante la atenta
mirada de Sonia. una de esas veces, vio cómo su prima la colocaba su padre
sobre sus rodillas, como le levantaba la falda y como introducía los dedos por
el interior de la cinturilla de las bragas, así como se las bajaba por debajo
de las rodillas, así como su padre agarraba el cepillo de madera y le daba a su
hija Susana una buena azotaina, mientras apenas tres metros se encontraba Sonia
sobándose el trasero, pues temía que ella iba a ser la siguiente en esa
ocasión, pues su tío mientras calentaba el culo a su hija, la mirada de este,
estaba clavada en Sonia. al acabar de
darle la azotaina a Susana, y viendo como su prima se subía las bragas
llorando, Sonia vio cómo su tío se levantaba de la silla, y pasando por delante
de su sobrina, se detenía ante ella mirándola con cara de pocos amigos, después
de unos segundos que habían hecho que Sonia se estremeciera cada centímetro de
su ser, pues por fin creía que ese día no se libraba de una buena azotaina como
era su anhelo. Pero su tío indignado, después de mover la cabeza varias veces
en sentido negativo, como si se sintiera desilusionado por el comportamiento de
su sobrina Sonia, miraba hacia otro lado prosiguiendo andando hacia uno de los
sillones y sentándose negándole la mirada a su sobrina. Ese día Sonia se sintió
fatal al mirar luego a su prima Susana, pues esta, paso a su lado sin siquiera
mirarla. Sonia se sintió fatal por ello, y aunque trato de hablar con su tío
diciéndole que había sido culpa de ella y no de Susana, solamente logro que su
tío disgustado se levantara de su sillón y abandonara la estancia. Esa noche
Sonia no pudo dormir en toda la noche, en la mañana siguiente bajo a desayunar,
vestida únicamente con el camisón y en bragas, resignada a ser castigada por
haber hecho llegar tarde a su prima Susana y meterla en problemas, trato de
hablarle a su tía Ingrid y confesarle que había sido su culpa, y no de Susana. A
fin de cuentas Susana y Sonia tenían la misma edad, incluso utilizo ese
argumento para convencer a su tía, total Susana era unos meses mayor que Sonia.
Pero ni su tía quiso hablar con ella, a pesar que hubo un instante que su tía
dudo, y se acercó amenazante hacia Sonia, incluso llego a sacarse la zapatilla
con la intención de zurrarla, pero a último momento ante la mirada de su
marido, dejo caer la zapatilla al suelo volviendo a introducir su pie en ella.
El desayuno fue frio y desagradable, pues sus tíos hablaban entre ellos, y
Sonia trato de meterse en esa conversación, incluso trato de cambiar el tema
llevándolo a cuando era una niña, y sus tíos eran para ella como unos padres y
no dudaban en colocarla sobe sus rodillas para darle una azotaina, pero todos
sus intentos resultaron en vano, pues sus tíos seguían su conversación sin
tener en cuenta de sus comentarios, como si Sonia no estuviera en la mesa
sentada a desayunar. Sonia volvió a su habitación preocupada, veía en las
miradas de sus tíos que los había defraudado, de nada le sirvió bajar a sus
veintinueve años en braguitas, unas bragas como las que le hacían llevar a su
prima, bragas de algodón de pernera baja, talle alto, con dibujos de racimos de
uva color violeta. Aún estaba solamente en bragas en su habitación con la
puerta abierta, vio pasar ante la puerta a su tío claramente indignado, este se
detuvo unos instantes mirándola, Sonia ante aquella mirada, se tumbó en la cama
boca abajo y se bajó las bragas como solía tener que hacer cuando era una
chiquilla y su tío subía a castigarla a su habitación, se había tumbado con la
mejilla derecha de la cara apoyada en la almohada, mirando hacia la puerta,
aquellos ojos fijos en ella podía ver la decepción de su tío William, sus manos
incluso llegaron a desabrochar la hebilla del cinturón, y dar unos pasos hacia
adelante entrando en la habitación, Sonia cerro los ojos resignada a recibir
una azotaina, pero no pasaba nada, cuando volvió a abrirlos, su tío ya no
estaba en el umbral de la puerta, se había ido. Eso fue mucho peor que si la
hubiera calentado el culo, se sintió decepcionada de sí misma por causar aquel
malestar a sus tíos, se sentía culpable de lo sucedido.
Esas vacaciones fueron las últimas que
Sonia pasará en el pueblo, ya no volvió en años, pues su vergüenza no le
permitía volver a ver a sus tíos, viéndolos en aquel estado de decepción,
pasados los años aun recordaba el gesto de sus rostros avergonzados de ella,
aquello resulto muy duro para ella, por ello había tomado la determinación de
no volver, hasta que sucedieron los hechos ya conocidos en la universidad.
Sonia recordaba lo sucedido aquel día, de casi
tres años atrás, desde aquella última visita al pueblo, en su cabeza rondaba la
idea que quizás si con ella eran más severos, en gran parte debía deberse a
aquella gran decepción que les había causado siendo ella, su sobrina favorita. Recordaba avergonzada la poca delicadeza por
su parte, debía de haber comprendido lo difícil que se lo había puesto a sus
tíos, pero lo que más la avergonzaba, era el cómo ver a su tío en el umbral de la puerta, ella
se había echado boca abajo y bajado las bragas quedándose con el culo al aire,
siendo toda una mujer. Deambulaba por la
habitación como sonámbula, caminando por la habitación de un extremo a otro,
como un león enjaulado en su jaula, el escuchar a tía Ingrid llamar a su hija,
había sido como un milagro caído del cielo. Pero entre recuerdos de tiempos
pasados y lo ocurrido últimamente la preocupaba en extremo.
En un primer instante había respirado
tranquila, sabedora que se iba a librar de recibir una azotaina tan severa o
mucho más que la pequeña María. A fin de cuentas, para sus tíos era solo una
niña, o al menos a sus ojos. Pero la habían dado una tunda que difícilmente iba
a olvidar en bastante tiempo. No había más que ver cómo le habían puesto el
trasero, algo que no podía ver con claridad cuando estaba sobre las rodillas de
su abuela, o cuando su abuelo le dio una azotaina con el cinturón. Pero luego cuando la dejo su tía en el rincón
de cara a la pared, y le subió la falda del vestido, para luego ver cómo le
bajaba las braguitas. Viendo el estado
que le había quedado el culo, inflamado e hinchado, casi abultaba sus nalguitas
que habitualmente, lo tenía pequeñín y redondito, en cambio ahora mostraba más
abultado por la inflamación, el vérselo en tal estado le dio lastima en un momento
dado, pero luego recordó la terrible
azotaina que recibieron Susana y ella misma sin haber hecho nada para merecerla
y ello, volvió a endurecer su corazón, acercándose hacia la cómoda donde se
detuvo ensimismada observándose en el espejo.
Sonia
a sus treinta y dos años se miraba el trasero en el espejo de la cómoda,
observaba lo mona que se veía así misma con aquel conjunto de blusa de color
azul celeste y la falda blanca con las
aristas tableadas, y como bajo el dobladillo asomaban sus braguitas blancas,
podía ver el corte redondeado en la base de su trasero oculto, justo donde se
entreveía la fina costura del fondillo
de las braguitas con esa forma circular como una pequeña media luna, así como
algunos ramilletes de flores en relieve que dada, la escasez de tela en el
dobladillo de la falda dejaba entrever, se veía así misma muy hermosa, se
miraba si era visible la mancha amarillenta que destacaba en su nalga derecha
en sus braguitas, por suerte para ella no destacaba al no quedar visible,
estaba nerviosa aunque respiraba relajada por unos minutos podría no pensar en
lo que la esperaba, su tía aun tardaría en entrar por la puerta de su
habitación.
Cuando lo hiciera sus bragas ya se habrían
secado, esa era la razón que le preocupaba
en esos momentos, pues la mancha aunque estuviera seca, quedaría en sus
braguitas impregnada al secarse. Lo único que le quedaba de esperanza, era que
solamente comprobase el fondillo de sus braguitas tal y como hacia siempre
pero, que no la hiciera darse la vuelta
mostrando el trasero con la falda levantada, de hacerlo no podría evitar que
viera la mancha en la tela de algodón del trasero de sus braguitas, con el que
había restregado el asiento de la silla con asiento de madera para secarla,
aunque ahora no pensaba que hubiera sido tan buena idea haberlo hecho,
comenzaba a tener serias dudas. Podía
resultar una argucia muy buena, pero Sonia no creía que su tía pensara lo
mismo, ahora estaba arrepentida de haberlo hecho, pues para su tía sería
interpretado de otra forma muy distinta, y que habría intentado engañarla o
reírse de ella, lo que tendría graves consecuencias para Sonia.
En esos momentos ya notaba la humedad en
su entrepierna, no iba a poder disimular
el tenerlas mojadas, pues el solo pensar en la azotaina que iba a
recibir su prima Susana en breve, sumada a la angustia de librarse
temporalmente de ser castigada, no mitigaba para nada sus nervios y así mismo
el temor a recibir una azotaina a manos de su tía, aunque cierta parte de su mente,
lo deseaba con fervor, pero sus pensamientos en esos momentos la hacía estremecerse el solo pensarlo. Se acarició
el trasero con su mano izquierda introduciéndola bajo su falda por encima de
sus braguitas, poniendo la palma de su mano sobre su nalga izquierda, pasándose
los dedos por aquella costura que ribeteaba el fondillo de sus braguitas, en
forma de media luna, para pocos segundos después levantarse la falda con la
mano derecha, se veía preciosa en el espejo con la cortita falda blanca con las
aristas tableadas y sus braguitas
blancas de algodón con aquellas flores de colores en relieve que resaltaba ante
la blancura de su falda y de sus bragas haciendo un bonito contraste de colores.
Mientras con la derecha mantenía la corta falda
blanca tableada levantada a su cintura, dejando a su mirada la nalga izquierda,
mientras la falda cubría la otra mitad, la palma de su mano izquierda trazaba
círculos lentos sobre la nalga izquierda sintiendo en las yemas de sus dedos,
el tejido de sus bragas de algodón así como su suavidad, ahora recordaba la
breve tanda de azotes que había recibido, al bajar las escaleras saltando,
conocía a su tía, así mismo que ello la enfadaría en extremo, la breve azotaina
si se le podía llamar así, porque aunque
fuera breve sabía cuál sería el efecto que causaría en la pequeña María, ya que
esa misma sensación la experimentaba ella misma, cuando sentía su mano como la
azotaba en el culo, sentía cada azote sobre sus braguitas, y como la brisa
causada por la fuerza del azote sentía arder el trasero, y como su corta falda tableada blanca se levantaba
por la fuerza del azote, dejando
expuesto su culo al siguiente, la cual antes de bajarse por su ligereza, volvía
a sentir de nuevo la mano en su trasero. Su tía era así, no se ponía de armas
en jarras para uno o dos azotes, aunque apenas habían unos metros desde el pie
de las escaleras a la mesa, donde aguardaban sus primas y su tío, con su mano izquierda la sujetaba del brazo
izquierdo reteniéndola, al tiempo que la conducía hacia su silla, pero su tía
manteniéndola bien sujeta, con su cuerpo ligeramente encorvado hacia delante, y
con la derecha asestando unos buenos y seguidos azotes sobre las braguitas
blancas de algodón con flores, así era su tía Ingrid. Si algo hacia bien, era
dar unos buenos azotes…
Sonia así mismo iba dando saltitos hacia
adelante propulsada por la fuerza de la mano, al sentir los azotes en el culo,
pero aunque trataba de acercarse lo más rápido posible ante el ardor en su
trasero a su lugar en la mesa, sentía la presión de su antebrazo izquierdo como
era sujetada, y al tiempo era retraída hacia atrás, para así impedir su avance,
aunque fuera una azotaina breve, en apenas cuatro metros recibiría unos treinta
buenos azotes bien seguidos y bien dados, aunque Sonia no tuvo ocasión de verse
el culo en ese instante, lo notaba que este le ardía como si le pusieran brasas
candentes entre la caliente piel de sus nalgas y sus bragas por lo caliente que se lo acababa
de poner su tía, de habérselo podido mirar, seguro que debía de estar muy
colorado, aunque su cerebro intentaba hacerla avanzar rápido, lo único que
podía hacer Sonia era encorvar su cuerpo hacia atrás, al tiempo que al dar
aquellos saltitos, sacando su tripita hacia delante, al tiempo que el culo hacia
adelante, para tratar de librarse de los azotes, pero la mano de tía Ingrid era
muy diestra cuando se trataba de calentar un trasero a sus pequeñas, como ella
las llamaba cuando estaba de buen humor, algo que sucedía en muy pocas
ocasiones. Sonia en su habitación se imaginaba la escena pintoresca que debía
de parecer, pero no se podía sacar la imagen de su cabeza, viendo a su tía al
pie de las escaleras esperándola como
cuando era una chiquilla, aunque con el tiempo transcurrido ya apenas sentía un
leve ardor. En aquellos años solía siempre bajar las escaleras de dos en dos,
incluso de tres en tres, recordaba como su tía la esperaba al pie de la
escalera, a veces ya con la zapatilla en la mano. El resultado en aquellos
años, era que Sonia acababa llorando y con el culo abrasándole por la azotaina
que le había dado su tía. Pues en aquellos años, su tía tenía el carácter mucho
más fuerte, y no dudaba un instante en colocarla bajo su brazo, bajarle las
braguitas y en volandas le daba una buena y severa azotaina.
Así era su tía Ingrid…
Sonia de alguna manera añoraba aquellos
años, aunque en ellos aún no sentía los deseos de ser traviesa para acabar con
el culo caliente, su ardor por ser castigada, fue algo que surgiría años
después, justamente cuando su tío le dio aquella ultima azotaina por sus malas
notas. Simplemente sucedían aquellos actos de disciplina, por la disciplina que
siempre había existido en aquella casa. Pero la nostalgia de sentimiento
spankeee, le hacía recordar aquellos tiempos, en los que tía Ingrid la colocaba
bajo su brazo, y como le bajaba sus braguitas para darle una azotaina en
volandas. Era una posición en la cual había recibido muchas veces de niña, sucedía
cuando su tía Ingrid no tenía una silla cerca donde sentarse, y poner a su
sobrinita sobre sus rodillas, ya entonces Sonia prefería que su tía la colocase
bajo su brazo, pues en esa posición acababa cansándose y la azotaina resultaba
menos intensa, en cambio cuando se sentaba en una silla y la colocaba sobre sus rodillas, la azotaina solía
ser mucho más larga y Sonia acababa llorando por bastante más tiempo echada
sobre las rodillas. Añoraba aquellos años, hoy día la mano de tía Ingrid
continuaba siendo fuerte, y sus azotainas con la mano dolorosas en extremo,
pero aun así, no era nada comparado como siendo niña. Ahora acababa tanto Sonia
como sus primas llorando si su tía les daba una azotaina con la mano, pero para
hacerlas llorar les tenía que dar mucho más tiempo que entonces. En aquellos
recuerdos, Sonia recordaba que solo era ser levantada del suelo, o colocarla
sobre sus rodillas, tanto ella como su prima Susana, ya estaban llorando con
solo ver lo que se les venía encima.
Sonia teniendo tales recuerdos en su
mente, sumado a lo que se le avecinaba, temblaba de temor con solo imaginarse
sobre el regazo de su tía. Tenía nostalgia de aquellos años, ahora solamente su
tío William tenia fuerza para colocarla bajo su brazo, aunque con su tío solo
verse cerca de él, ya hacía que las lágrimas emanaran de sus pupilas como
cuando era una chiquilla, pues la mano de su tío era casi más fuerte, más
templada, más dura y temida ahora que en aquellos años, pues en aquellos años,
su tío se apiadaba de ella apenas empezaba
llorar, en cambio ahora no era nada piadoso cuando la castigaba. Con
tanta añoranza sintió que se estaba mojando, sentía la humedad en su
entrepierna, de continuar así, no tardaría en mojar sus braguitas, y de nada le
habría servido el secar la silla
restregando su culo y secar el asiento de la silla de sus fluidos, pronto
tendía el fondillo de sus braguitas empapado. Por lo que decidió que sería
mejor bajarse las bragas y evitar así el mojarlas. Aunque se bajó sus bragas a
las rodillas, para no humedecerlas con sus recuerdos y en breve escuchar la azotaina que iba a
recibir su prima Susana. En esos momentos escucho pasos afuera, en el pasillo.
Debía tratarse de Susana que se dirigía al salón, Sonia no pudo evitar
acercarse a la puerta y abrirla lo justo para poder mirar, aun le dio tiempo
ver a Susana antes de disponerse a bajar las escaleras, con su corto vestido de
flores, llevando sus manos por debajo de su falda y acariciándose de arriba abajo y de abajo arriba su trasero
por encima de sus bragas, un trasero robusto pero precioso, bien redondeado y a
pesar de su madurez aún muy turgente, nada parecido al de Sonia, ya que Sonia
era más delgada, tenía el trasero más pequeño y respingón, muy similar al de la
pequeña María. El cual era más pequeño pero redondeado como el de su madre,
aunque algo respingón, solamente había que ver a Sonia haciendo lo propio que
su prima, aunque esta, llevaba las bragas bajadas a las rodillas, mirando por
la pequeña abertura de la puerta, temía que su tía subiera por las escaleras a
buscar a su hija y pudiera verla estar espiando. Lo que le habría supuesto a
Sonia, adelantar acontecimientos.
En breve perdió de vista a Susana, que ya
bajaba las escaleras lentamente. Sonia
escucho un sonido característico de su tía Ingrid, le acababa de soltar dos
bofetadas a Susana, y múltiples improperios clásicos en ella cuando estaba
enfadada. Era un sonido que reconoció, la misma Sonia las había recibido en sus
mejillas sintiéndolas arder al instante. La bronca que le largo fue apoteósica,
aunque Sonia desde su escondite trataba de escuchar pero no llegaba a escuchar
con claridad. Por lo que opto por abrir la puerta lo justo para que su cuerpo
pudiera escurrirse y salir en cuclillas,
con sus bragas bajadas en sus rodillas caminó a pasos cortos hasta la baranda
de la escalera, desde ese punto podía ver lo que ocurría abajo en el salón, sin
ser vista. Pero Sonia no había visto entrar a su tío momentos antes de que ella
subiera a su habitación, este apareció por detrás de ella sin que se diera
cuenta. Susana ya estaba sobre las rodillas de su madre recibiendo la azotaina,
le había bajado las bragas nada más colocarla en el regazo, y Susana ya estaba
llorando, pues su madre la estaba azotando con el cepillo de baño.
Sonia
estaba tan abstraída viendo como su
prima se debatía sobre las rodillas de
su madre, que no se percató que su tío había aparecido tras de ella. Este, no
decía nada, simplemente guardo silencio observando a su sobrina que es lo que hacía en
cuclillas y con las bragas bajadas a la altura de sus rodillas, para cualquiera
que la viera podría decir que estaba haciendo pis, pues la posición era similar.
Pero su tío no dudaba un instante que hacia la desvergonzada de su sobrina. Pues su tío no podía ver desde detrás de ella
lo que Sonia hacía con su mano derecha, pero si veía que está desaparecía bajo
su corta falda blanca tableada, la mano izquierda si la divisaba, pues con
esta, Sonia se agarraba a uno de los barrotes de madera rustica de la escalera,
para así mantener el equilibrio. Lo que si destacaba en el suelo de piedra, era
unas pequeñas gotitas que caían manchando el suelo, estas apenas fueron dos o
tres gotitas, pero al ser el suelo de piedra, resaltaban sobremanera.
Pero no únicamente resaltaba esas pequeñas
gotitas, lo que más resaltaba era el trasero de Sonia, al estar en cuclillas,
la corta falda blanca se le había subido de tal manera que está quedaba a la
altura de su cintura, dejando totalmente el culo abultado y redondo al aire, aun algo sonrosado por los azotes
recibidos hacía ya casi una hora. Justamente por algo que ver con la escalera,
y mira por donde, ahora no presagiaba que lo fuera a pasar muy bien, pero su
tío, se mantenía en silencio observándola.
Sonia totalmente abstraída viendo como su
prima era castigada, seguía jugando con sus dedos anular e índice, totalmente
absorta en lo que estaba sintiendo en su entrepierna, la posición era
claramente incomoda, pero viendo como el trasero de su prima se enrojecía cada
vez más y más, teniendo una visión de él privilegiada, pues la visión desde lo
alto de la escalera, era fascinante en ese primer plano desde lo alto, viendo
como su prima echada boca abajo sobre el regazo de su madre, y como la mano
subía sin poder ver a que altura llegaba, para luego aparecer bajando una, otra y otra vez. Pues dado su
ángulo de visión, solamente podía ver a su tía desde el pecho hacia abajo, la
cabeza y hasta donde levantaba el brazo, el techo del salón no le daba
visibilidad a más, en cambio, si tenía total visibilidad de su prima. Así como
se debatía teniendo las bragas bajadas a la altura de sus rodillas, el agitar
de sus piernas, que vistas desde lo alto, era una visión fabulosa como se
abrían y cerraban dejando su sexo rasurado plenamente a su oculta mirada desde
lo alto. Tan fabulosamente fantástica, que Sonia no pudo reprimir un gemido de
placer al llegar a un orgasmo intensísimo. Llegando incluso a perder el
equilibrio por un momento, cambio sus pies de posición abriendo así mas sus
rodillas, haciendo al mismo tiempo que sus bragas se estirasen aún más,
entonces hubo un momento de necesidad por la forzada posición, que la obligo a
cambiar ambos pies, al hacerlo tuvo que contonear sus caderas de lado a lado,
estirando el brazo izquierdo con el que se ayudaba para no caerse de culo al
suelo. Al realizar ese cambio de posición, vio una sombra tras ella…
(Sonia) -. María… no hagas ruido o nos va a pillar tu
abuela. .- Lo dijo sin mirar atrás, creyendo que era su primita… pero una
voz, la saco de su error en el acto.
(Sr. Adams) -. Su abuela no te
va a pillar… pero si lo ha hecho su abuelo!!!
Sonia al escuchar la voz del tío, casi se
hizo pis del susto que se había llevado, se levantó sobresaltada en el acto subiéndose las bragas, sabiendo que iba a
resultar imposible buscar una explicación, difícil explicar que estaba haciendo
en cuclillas y espiando.
(Sonia) -. Tío William!!!... No
es lo que parece… estaba… en la habitación y he oído… gritos de la tía… y…
(Sr. Adams) -. De verdad crees
que vas a poder explicarme esto? Te piensas que tu tío se chupa el dedo? Ya
hace años que deje de chuparme el dedo, niña!!! Crees que vas hacerme creer,
que has salido de la habitación con las bragas bajadas enseñando el culo,
cochina!!! y que has salido alarmada
por escuchar gritar a tu tía, de verdad que crees que me vas a convencer… Y
esas gotas en el suelo? Te has fijado en el suelo, marrana!!! Es que te piensas
que tienes quince años para masturbarte como una adolescente!!! Eres toda una
mujer y te comportas como una chiquilla… en qué diablos estás pensando Sonia!!!
Tienes treinta y tres años…!!! Y no aparentas más de catorce!!! Pero ya te voy
a enseñar yo hacer cochinadas!!! .- Sonia estaba muy avergonzada, la habían
pillado infraganti. No había manera o forma de encontrar una buena excusa o
razón para definir lo que hacía. La había sorprendido masturbándose en
cuclillas y con las bragas bajadas a la altura de sus rodillas, eso era imposible
de explicar. Sonia miraba a su tío William aterrada, pues se había desabrochado
la boca manga de su camisa a cuadros, y para más temor para Sonia, se la estaba
arremangando hasta por encima del codo, primero lo hizo con la derecha, y luego
con la izquierda. Luego lo vio como tomaba asiento en un taburete pequeño que
estaba tras él. -. Bien desvergonzada!!!
Vas a venir aquí? O voy a tener que ir a buscarte!!! Te voy a poner el culo más
colorado que un tomate maduro, y luego tu tía ya te arreglara a ti, sinvergüenza!!!
A ver que le explicas a ella, no creo que le guste saber lo que hacías… de
hecho puedes escuchar como recibe tu prima, y ella no ha hecho tal cochinada
como tú! Buena te espera cuando se entere!!! De la manera que berrea tu prima,
de la azotaina que le está dando en el culo con el cepillo, te puedes preparar,
DESVERGONZADA!!! Luego será tu culo el que reciba… Pero ahora vas a ver
cochina!!! Trae ese culo aquí, ya!!!
Sonia miraba a su tío
asustada, con su mano derecha introducida bajo su falda, se acariciaba el culo
por encima de sus braguitas blancas de algodón con flores de colores en
relieve, estaba muy avergonzada. Mientras avanzaba dando pasos cortos hacia su
tío, pronto estaba arrimada a su muslo derecho, y sintió como las manos de este,
la sujetaba de su cintura aupándola para colocarla sobre sus rodillas, pronto
se vio acomodada sobre ellas, sintiendo como le levantaba la falda, quedando su
sobre su espalda estirada, podía sentir el peso ligero de la falda arremangada
e introducida en la pretina de su cintura para que se quedara sujeta y no se le
bajase al darle los azotes. Sonia temía que de un momento a otro le iba a bajar
sus bragas, pues sentía como la mano derecha de su tío se introducía en el
elástico ribeteado de puntilla fina. Pero lo que hizo fue subirle bien las
bragas y luego hizo igual con el elástico de las perneras de sus bragas,
sintiéndolas bien tensas y tirantes, de manera que cubría bien su trasero. Avergonzada de sentir como las manos de su
tío la manoseaba el trasero, acariciándoselo
con la palma de su gran mano abarcando
su pequeño y abultado trasero que resaltaba
por la postura.
El taburete era bajo para la estatura de
su tío, por lo que en tal posición su
tío apoyaba sus pies por el talón cruzando uno sobre otro en el suelo, mientras
su espalda quedaba apoyada en la pared con firmeza, con lo cual permanecía en
relativa comodidad y plena libertad de
movilidad para su brazo derecho, quedando relativa postura incómoda para él,
dada su elevada estatura, cualquiera diría que
teniendo las piernas semi
estiradas no estaría cómodo, pues las tenía que estirar en un Angulo de unos
setenta grados en la articulación de sus rodillas, en vez de los noventa que
estaría en una silla más cómoda para él y su estatura, en tal posición el
costado de Sonia quedaba retirado del estómago de él, como unos veinte
centímetros de separación, estando
echada boca abajo sobre el regazo de su tío, su cabeza colgaba y sus brazos a
la altura del codo tocaban el suelo, así como sus manos, podía notar como sus rodillas se apoyaban al suelo. Pero dada la posición, lo que realmente
facilitaba era el que su brazo derecho, no tuviera problemas para darle una
buena azotaina a su sobrina, pues al quedar su cuerpo separado de su barriga
unos veinte centímetros, no tendría nada que le estorbase o resultara molesto
para él, en una silla convencional, tendría que entre girar su cuerpo hacia su
costado derecho, para así, separar la cintura de su sobrina y poder alcanzar a
azotar la nalga izquierda, en cambio así en el taburete, no le costaría trabajo
alguno el calentarle el culo como debía hacerlo.
(Si
alguien se pregunta por qué esta descripción, es la explicación porque a las
spankee´s se les marca más la nalga derecha que la izquierda, debido a que el
spanker no puede azotar de la misma manera, la nalga izquierda que queda más arrimada
a su cuerpo, y la derecha al estar más retirada es la que queda más marcada
utilizando la mano derecha para azotar el spanker)
No tardo Sonia en sentir la mano como
caía una y otra vez sobre su trasero, los primeros azotes fueron calentando su
trasero de manera progresiva, no tardó mucho en sentir el ardor en el culo, y
como ese ardor se iba volviendo cada vez más y más intenso. Los azotes dolían
de lo lindo, el fuerte brazo de su tío William se hacía patente a medida que la
azotaina se iba haciendo mas intensa. A pesar de tener las bragas aun
puestas, la azotaina en el culo estaba
haciendo mella en ella, trato varias veces de taparse el culo con la mano
derecha, pero sus intentos resultaron infructuosos ya que su mano acabo sujeta
a su espalda, ahora ya nada podía hacer para intentar cubrirse el ardiente
trasero. Sonia pudo darse cuenta que su tío no estaba siendo tan severo como en
otras ocasiones, aunque el culo lo sentía arder como si tuviera fuego prendido
en él, su mano derecha inmovilizada, su mano izquierda le resultaba imposible
pasarla por delante del cuerpo de su tío que se interponía, sus piernas estando
con sus rodillas tocando el suelo, le resultaba difícil el agitarlas, por lo
que solamente podía forcejear intentando mover sus caderas, algo que lograba a
veces, pero los azotes caían en esos momentos más fuertes sobre su ya muy
caliente trasero. A medida que la azotaina se estaba intensificando, debido a
que el ardor del culo se acrecentaba por momentos haciendo resultar para Sonia
imposible de soportar aquel intenso fuego. Las lágrimas no tardaron en aparecer
en sus pupilas, para poco después comenzar
a llorar descontrolada.
La azotaina estaba siendo muy dura para
Sonia, ahora sus piernas se levantaban del suelo, agitándolas de manera
alocada, su cuerpo se retorcía sobre el regazo de su tío William, pero para
esté, no resultaba problema alguno, por lo que intensifico la azotaina siendo
más rápidos los azotes en el culo de su sobrina, apenas tenía Sonia resuello
entre azote y azote. Algo que entre llorar de manera incontenible, lo peor era
la mucosidad mezclada con la saliva, lo que hacía que de la boca al tenerla
abierta con sus protestas, esa mucosidad salía por su boca.
Sonia sintió en cierto momento tener
libre su mano derecha, algo que aprovecho para llevársela al ardiente trasero.
Pero no tardo en percatarse del porque tenía su mano derecha libre, su tío
había aflojado por unos instantes el mantenerla bien sujeta sobre sus rodillas.
Pero inmediatamente sintió como los dedos de sus manos, se introducían en el
interior del elástico de la cinturilla de sus bragas, y como procedía a bajárselas.
Al sentir la brisa fresca en el culo a medida que le bajaba las bragas, Sonia
por acto de auto reflejo, pudo llevarse al trasero su mano izquierda, y antes
de que su tío le bajara las bragas más abajo del inicio de sus muslos, intento
sujetarse las bragas con las manos, lo que le costó recibir varios azotes en
los muslos e interior de ellos, con lo que ante el vivo dolor en sus muslos,
soltó sus bragas, llevándose ambas manos a ellos para protegerse. Y su tío
volvió a introducir sus manos bajo sus bragas, y de un tirón brusco se las bajo
a las rodillas. Continuando la azotaina sobre su trasero ahora desnudo,
mostrando a sus ojos lo colorado que ya le había puesto el culo. La azotaina
aún se prolongó durante varios minutos, algo que a Sonia le parecieron horas,
aunque apenas fueron unos veinticinco minutos de duración, sobre su culo
desnudo, al tener sus bragas bajadas a sus rodillas.
Sonia agotada de patalear y llorar, no pudo hacer nada más que
mantenerse sobre las rodillas de su tío, rindiéndose a la azotaina que estaba
recibiendo. Su tío al ver que ya no ponía resistencia alguna, siguió
calentándole el culo a su sobrina sin tregua. Cuando dio por finalizada la
azotaina, Sonia tenía el culo muy colorado. Su tío la libero dejándola exhausta
sobre su regazo. Ella al sentir que ya no caía mas azotes sobre su trasero
desnudo, se quedó quieta llorando, con sus manos sobre su trasero. Hasta que
fue sacada de su sopor al hacerla levantar del regazo, colocándose de pie junto
a su tío, sin dejar de sobarse el culo.
(Sr. Adams) -. Bien!!!
Sinvergüenza!!! Ya estas metiéndote en tu habitación, tienes suerte que no me
saque el cinturón y te deje bien arreglada!!! Pero estoy seguro que a tu tía
cuando se entere subirá a por ti… y ya te puedes preparar para la que te
espera!!! Y si no me quito el cinturón
es por tu tía, pues ella te dará tu merecido tanto si te pongo el culo morado
con el cinturón, como si no!!! Ella subirá a darte una de buena, la conozco y
se va a enfurecer mucho… entra rápido antes de que me arrepienta… cochina!!!
Sobándose
el culo con la mano derecha, mientras con la izquierda se secaba las lágrimas,
Sonia entro en su habitación llorando, aun con la falda sujeta a la pretina de
la falda y llevando el culo al aire, pues sus bragas aún permanecían a la
altura de sus rodillas bajadas. Como se movía con lentitud por el dolor del
culo, su tío William fue tras ella dándole unos buenos azotes con la correa,
pues ante la parsimonia que Sonia se dirigía a su habitación, su tío acabo
sacándose el cinturón y entrando tras ella dándole unos buenos correazos en el
culo desnudo… no contento con arrearle
con el cinturón, se aseguró de que no estuviera nada cómoda, y el mismo le subió
las bragas y al hacerlo lo hizo con tal fuerza, que levanto a Sonia del suelo
unos centímetros al ajustarle las bragas a la cintura, luego le bajo la falda…
y salió de la habitación cerrando la puerta de un portazo…
Sonia estaba muy adolorida, acababa de
recibir una azotaina de las buenas, y los pocos correazos que recibió en el
culo desnudo, acentuó sobre manera el ardor intenso del trasero. Estaba muy
preocupada por lo que se le avecinaba o lo que se le venía encima, su tía
Ingrid apenas el marido la informara aparecería por la puerta de su habitación
de manera inmediata… estaba muy nerviosa. Sentía una enorme angustia, sobre
todo sentía como en su estómago revoloteaban miles de mariposas, y sentía que
lo tuviera vacío, pues sonaban sus intestinos del miedo que tenía.
En apenas unos minutos se escuchó que por
las escaleras subía alguien con mucha prisa, la puerta de su habitación se
abrió de golpe, de la fuerza que empleo quien entraba, la puerta golpeo en la
pared haciendo arrancar del suelo, el tope que este debía impedir que la puerta
llegara a dañar la pared. Era su tía Ingrid con cara de muy pocos amigos, rauda
fue hacia Sonia y le cruzo la cara hasta en cuatro ocasiones, de las cuatro
bofetadas que le dio su tía, cuatro, que fueron ocho, ya que primero le dio con
la palma en la mejilla izquierda y luego
con el revés en la mejilla derecha, y así hasta cuatro veces. Luego la agarro
con fuerza del lóbulo de la oreja, y tirando de ella la llevo escaleras abajo
al salón, cuando se rezagaba, la soltaba de la oreja y volvía a cruzarle la
cara, y no contenta con ello le soltaba varios azotes en el culo por encima de
la falda, su tía estaba muy enfadada con su sobrina, entre bofetadas y azotes
en el culo llegaron al salón… donde al soltarla ante su tío, aun se llevó dos
bofetadas más, con lo que se cumplía las advertencias que le hizo a Sonia su
tío William.
(Sra. Adams) -. Ahora
desvergonzada!!! Me vas a contar que hacías cuando tu tío te ha sorprendido… serás
cochina!!! Marrana!!! Desvergonzada!!! Sinvergüenza!!!
Sonia miraba a todas
partes, no sabía a donde mirar… en uno de los rincones vio a María aun con las
bragas bajadas y el culo como un tomate maduro de colorado que lo tenía… En el
otro rincón, estaba su madre Susana. Tenía el culo completamente amoratado de
la terrible azotaina que había recibido hacia unos instantes con el cepillo de
madera… El cual estaba sobre la mesa del salón, y al cual, Sonia no podía
apartar sus ojos de él.
(Sra. Adams) -. Vas a hablar
cochina!!! .- Dos bofetadas se volvieron a escuchar. -. Desvergonzada!!! Me vas a contar que estabas haciendo de una vez…
COCHINA!!!
Sonia miraba al suelo, no se atrevía a
mirarles a la cara, ni a su tío, y mucho menos a su tía Ingrid… Nunca la había
visto tan enfadada como en esos momentos… el lóbulo de su oreja volvió a sentir
la presión de los dedos de su tía, no contenta, le volvió a cruzar la cara con
otras dos bofetadas bien dadas, e insatisfecha, se acercó a donde estaba el cepillo y lo agarro de la
mesa del salón, y se lio a cepillazos en el culo de Sonia por encima de la
falda. Esta saltaba a cada fuerte azote de cepillo manteniéndose de pie en el
salón, que fueron varios los que recibió y bien dados…
(Sra. Adams) -. No vas a hablar
desgraciada!!! Bien tú te lo has buscado, sácate la falda, quítatela…
COCHINA!!!
Sonia no se atrevía a mirar a tía Ingrid,
pero se sentía avergonzada y la vergüenza de tener que quitarse la falda ella
misma, era algo nuevo para ella. Había estado desnuda en las últimas semanas
muchas veces delante de sus tíos. Incluso la habían conducido al baño hacer sus
necesidades, le habían cambiado pañales y eso si resultaba muy vergonzoso para
ella. la habían desnudado para ir a dormir, había tenido que esperar a que
vinieran sus tíos para vestirse, incluso no había podido cambiarse ella misma
de braguitas, tenía que aguardar a que se las quitaran y se las pusieran
limpias, todo ello resultaba para ella súper vergonzoso. Pero ahora debía
quitarse ella misma la falda, y eso la avergonzaba terriblemente. Pero a pesar
de todo no tenía más remedio, se las tenía que quitar y quedarse en braguitas.
Los dedos temblorosos se desabrocho el botón de la falda y bajo la cremallera
lateral, la falda cayo a sus pies formando una corona.
(Sra. Adams) -. Bien pequeña
sinvergüenza!!! Ya veo que no
aprendes!!! Ahora sácate las bragas!!!
El quedarse ante sus
tíos en bragas era algo que le producía mucha vergüenza, pero tener también que
quitarse las bragas, eso era superior a sus fuerzas. Introduciendo los dedos entre la cinturilla
de sus braguitas, iba a bajárselas ella misma. Pero la vergüenza de tener que hacerlo
ella misma resultaba superior a sus fuerzas, había estado desnuda ante su tía
muchas veces, así como también en presencia de su tío, no hacía más que unos
minutos que había tenido sus bragas bajadas delante de su tío y este la había
podido ver desnuda, incluso verle sus partes íntimas, pero no era lo mismo que
le bajasen las bragas y enseñar su sexo, así como mostrar su trasero desnudo
y todo colorado como un tomate después
de recibir una azotaina. Pero tener que bajárselas ella misma no lo había hecho
nunca, o al menos no lo recordaba. Cierto que había tenido que ponérselas en
ocasiones, después de haber salido sus braguitas despedidas por el pataleo o el
agitar de sus piernas y haber salido
estás por si mismas de sus pies. Pero
ello había sucedido de manera accidental o por causas ajenas a sus deseos,
durante el transcurso de una azotaina.
Muerta de vergüenza se las bajo
un poco a la altura de su ombligo, ya que hacía unos minutos que su tío se las
había subido, y lo había hecho de manera
brusca subiéndoselas por encima de su ombligo, ya que las bragas de algodón se
daban bastante de sí mismas si eran
forzadas, pero ahí se detuvo poniendo su rostro colorado, aunque esto no era
visible, pues tenía coloradas las mejillas de las bofetadas recibidas. Pero al ver que su tía se acercaba a ella con
el cepillo en la mano, se las bajo de inmediato a medio muslo, no se las pudo
bajar más, no por la vergüenza que sentía, que era mucha. Si no, porque su tía
Íngrid ya la estaba azotando de nuevo con el cepillo ahora en su culo desnudo.
Entre veinte y treinta buenos azotes le hizo bajarse las bragas y quitárselas,
a pesar que su tía la estaba calentando el culo, y como Sonia se agacho para
sacarse las braguitas, también recibió varios azotes en sus muslos, incluso más
abajo.
Sonia estaba muy nerviosa, así mismo muy
avergonzada, se hallaba desnuda de cintura para abajo y lo peor de todo, lo
había tenido que hacer ella misma intimidada por los azotes que recibía en el
culo al no obedecer. Tu tía estaba muy enfadada con ella…
(Sra. Adams) -. Ahora que estas
sin falda y bragas, vas a ser buena
chica y me vas a contar que hacías cuando tu tío te ha descubierto haciendo
algo que no debías de estar haciendo… o te lo saco yo a base de cepillo…
Solo le faltaba a Sonia
que encima su tía le recalcara una y otra vez en qué estado de desnudez se
encontraba. La vergüenza que sentía ya de por sí, era demasiada para ella, y no
hacía más que pasar por su mente, el cómo habían sucedido los acontecimientos.
Estaba muy avergonzada, tenía las mejillas que le ardían de las bofetadas que había
recibido, y por si no fuera suficiente, tenía el culo que le abrasaba por la
azotaina que le acababa de dar su tío William, y si no fuera suficiente,
acababa de recibir más azotes en el culo con el cepillo de baño a manos de su
tía, y estos le habían dejado el trasero aún más dolorido así como el fuerte
ardor que le quemaba el culo. A todo
ello, se encontraba desbordada por el momento tan forzado, pues si contestaba
diciendo que estaba haciendo, le iban a dar la azotaina de su vida. Y si no
decía nada, iba a correr la misma suerte o quizás mucho peor. La situación era desesperada para Sonia,
hiciera lo que hiciera no se presagiaba nada bueno. Además la vergüenza que la
embargaba era tanta que no sabía a donde mirar, a sus treinta y dos años, casi
treinta y tres, y se encontraba en una situación muy delicada para ella.
A más tenía a su lado a su tía, que no
hacía más que darle azotes en el culo desnudo, haciéndola bailar una danza,
pues como no respondía rápido a sus demandas, esta no hacía más que descargar
certeros azotes en el culo, o el inicio de sus muslos, al tiempo que la mano
libre, la izquierda, le daba bofetadas cuando se ponía las manos en el trasero
para tapárselo y que su tía no la pudiera seguir dando aquellos tremendos
azotes a golpe de cepillo.
Sonia tenía el culo amoratado y muy
colorado en los rebordes de sus nalgas, así como sus caderas se iban también
tiñendo de color rojo, pues Sonia se movía desesperada a cada azote que su tía
le administraba y Sonia meneando sus caderas, así como saltando para evitar
recibir tan dolorosos azotes, que sin intención por parte de su tía le daba
azotes en muslos y caderas, pues a donde iban claramente dirigidos era a su muy
adolorido trasero desnudo.
(Sra. Adams) -. Vas a responder
de un condenada vez? Vas a decirme que estabas haciendo? Que es eso cochina desvergonzada
de estar espiando en el hueco de las escaleras, mientras estaba dando una
azotaina a tu prima!!! Y con las bragas bajadas marrana!!! Tocándote como una
posesa mientras tu prima lo estaba pasando muy mal…!!! Es que no tienes
remordimientos de conciencia? Te crees que es eso justo, sinvergüenza!!! Tu
prima Susana llorando mientras yo la estaba castigando, dándole una buena
azotaina, y tu cochina espiando desde arriba… Tenías buena vista verdad
desvergonzada!!! Pero ya te voy a arreglar cochina!!! Marrana!!! Pero te voy a
enseñar yo!!! No vas a responder… Pues vas a ver sinvergüenza!!!
Sonia no se atrevía a
responder, estaba en un estado de terror o pánico, sabía perfectamente que nada
la iba a librar de una buena zurra. Estaba asustada como pocas veces había
estado, pero su tía Ingrid le infundía un miedo atroz. Si hablaba y explicaba
que hacía, estaba perdida, como se puede explicar a una mujer como ella de
firmes convicciones, tanto morales, como religiosas, por no hablar de su forma
de creer en una férrea disciplina, y que la mejor disciplina solamente
aplicándola sobre la carne era posible lograr un comportamiento ejemplar. Como
podía explicarle que todo lo que le había contado su marido, era totalmente
cierto. Que la había sorprendido en cuclillas espiando, como ella, tu tía… le
estaba propinando una buena azotaina a su hija, con las bragas bajadas y
dándole una terrible azotaina con el cepillo de madera, y… Que esas imágenes,
para ella… Su sobrina Sonia de treinta y dos años, la habían excitado sobre manera y estaba en el
piso superior espiando en el hueco de la escalera, como ella le calentaba el
trasero con firmeza a su hija Susana, y Sonia su sobrina predilecta, se estaba
masturbando y teniendo uno de sus orgasmos más evocadores y placenteros de su
vida. Que se había bajado las bragas momentos antes, no para masturbarse, si no
para asi no humedecer sus braguitas blancas de algodón con florecillas, y
engañarla a ella, su tía. Cuando subiera a revisarle las bragas. Como era
posible confesar todo eso, seria ganarse a ciencia cierta la mayor de las
azotainas posibles e imaginables…
Sonia prefería esperar como salía de aquel
atolladero, antes que buscarse un castigo que no podía ni imaginarse como
podría acabar, era mejor para ella seguir recibiendo azotes o bofetadas, antes
que confesar que todo lo que su tía Ingrid había comentado por referencia de su
marido era cierto. Sobre todo no deseaba volver a estar una temporada siendo
castigada, sabía que si hablaba demostraría que se había comportado como una
adolescente, y algo así no era a su juicio salir bien parada del problema.
Sobre todo deseaba evitar que su tía, viera en ella que su comportamiento había
sido infantil y desafiante a ella. Conocía muy bien a su tía Ingrid, demasiado
bien. Por mucho menos de lo que había hecho, había estado casi tres semanas
teniendo que dormir todas las noches con pañales, con la terrible humillación y
degradación que era para ella.
La primera vez que su tía la castigo de
esa manera, disfruto sobremanera de tener que dormir con sus pañales puestos,
incluso se podría decir que ello hizo realidad una de sus más oscuras y ocultas fantasías. Pero eso era algo que
cuando nunca ha ocurrido, se puede llegar a disfrutar, incluso gustar vivir esa
experiencia. Pero cuando se ha vivido durante varias veces, ese mismo castigo a
modo de disciplina, o así lo interpretaba su tía Ingrid, una práctica necesaria
para una buena disciplina. Era una experiencia que no deseaba vivirla de nuevo,
ya le había sucedido más veces de las que ella podría contar y que para nada se
podía encontrar algo erótico en ellas.
Sonia no pensaba en nada, bastante tenía
con verse desnuda ante sus tíos, mantenía sus manos cruzadas ocultando su sexo,
no es que no la hubieran visto desnuda, pues recientemente a sus treinta y dos
años, había pasado tres semanas teniendo que soportar ser bañada, secada y
vestida por sus tíos. Y para más inri… había soportado que la embardunara su
sexo de polvos talco cuando le ponían un pañal limpio y seco. Pero en esta
ocasión había algo que resultaba completamente diferente para ella, podría
resultar una tontería quizás a ojos de sus tíos. Pero para ella el tener que
desnudarse ella misma, era su peor experiencia vivida, desde que vivía en la casa con sus tíos, que
nunca la permitían vestirse sola, o que ella eligiera la ropa que se iba a
poner ese día, o cualquiera de los días en aquella casa. Habían días que por
buen comportamiento la permitían vestirse sola y por sí misma. Pero la ropa que
debía ponerse, siempre era sacada del armario por su tía, incluso la ropa
interior, ni unas bragas se las podía poner por libre albedrio. El tener que
sacarse la falda y las bragas por ella misma, había resultado demasiado
vergonzoso para ella.
Su tío permanecía sin decir nada apoyando
su espalda en la pared del salón con los brazos cruzados, no perdía detalle de
lo que sucedía en el salón. Sonia cubriéndose el sexo con sus manos, no había
estado apenas cuatro minutos sin recibir unos azotes o bofetadas por su tía.
Sus ojos en la casi media hora que llevaba en el centro del salón, no habían
dejado ni in instante de llorar, pero ahora había transcurrido unos minutos de
relativa calma, pues su tía claramente estaba agotada, miraba a su sobrina con
la mirada encendida de ira, estaba furiosa con Sonia, y esta la miraba asustada
sin dejar de cubrirse su sexo, sus mejillas la ardían de las bofetadas que
había recibido que habían sido unas cuantas, el trasero lo tenía ardiendo en
llamas. Ahora que llevaba unos minutos de relativa calma, con la mano derecha
se cubría el sexo desnudo, mientras con la izquierda se la pasaba por las
mejillas secándose las lágrimas, y disimuladamente bajaba sus mano por su
cadera y la posaba en su ardiente culo, acariciándoselo con suavidad, pues este
le picaba horrores, así como lo sentía arder intensamente, pero al pasar su
mano sentía el calor que desprendía el culo en la palma de su mano.
Miraba en todas las direcciones,
preocupada veía en el rincón de la derecha a María aun con sus braguitas
bajadas desde la mañana y castigada cara a la pared, por haberse masturbado en
la mesa, mientras Sonia recibía unos buenos azotes. Susana son el culo
amoratado estaba castigada igual que su hija, mirando a la pared. Y en el
centro del salón estaba Sonia siendo regañada y recibiendo azotes alternos al
negarse a contestar. En definitiva, las tres tenían sus traseros sumamente
doloridos y muy colorados. Pero se destacaba el amoratado trasero de Susana,
aunque Sonia no podía vérselo en esos instantes, pero también lo tenía muy
colorado e incluso con algunas marcas recientes moradas, por los azotes fuertes
que había recibido con el cepillo, y que no iban a ser los últimos, tanto
Susana, María y la propia Sonia, sabia está perfectamente que aún no había
acabado de recibir, pues lo que había recibido hasta el momento, la única
azotaina bien dada era la que le había dado su tío William en el rellano del
piso de arriba, y la razón que llevara el culo colorado como un tomate
maduro...
(Sra. Adams) -. A ver vosotras
dos… Subiros las bragas y subid a vuestra habitación!!! Y en cuanto a ti,
pequeña sinvergüenza!!! Recoge tu falda y tus bragas y vete a tu habitación,
ahora estoy demasiado cansada para darte tu merecido, luego subiré a encargarme
de ti, no creas que te vas a librar de esta tan fácilmente… William puedes
encargarte de ella por mí, no quiero que piense que nos hemos ablandado. Dale
una tunda bien dada con el cinturón, y la metes en la cama con un pañal… Ya que
no sabe comportarse como la mujer que es, le enseñaremos a ser una buena
niña!!!
Susana fue la primera en subirse las
braguitas, y sin bajarse la falda que la llevaba sujeta en la pretina, así se
encamino hacia las escaleras. María se las subió lentamente, hasta ajustarse
bien las braguitas en su cintura y pasando la mano derecha atrás, soltó la
falda que la tenía sujeta a su cintura. Sonia recogió la falda del suelo con la
mano derecha, luego con la izquierda recogió sus bragas. Llevando falda y
bragas en sus manos, se encamino hacia las escaleras, las tres coincidieron a
la hora de empezar a subirlas, era todo un cuadro vistas desde abajo, quien
tenía plena visibilidad de ellas era el padre, abuelo y tío de ambas chicas.
Que subía detrás de ellas, viéndolas como ascendían las escaleras, Susana con
la falda aun sujeta sobre la pretina de su cintura y sus braguitas blancas de
algodón con lunares de colores, eran una visión de lo más evocadora… En cambio
María subía al costado derecho de su madre, con la falda bajada y mostrando
bajo la corta falda sus braguitas blancas de algodón igual que las de su madre,
con lunares de colores. Sonia subía detrás de ellas llevando sus bragas en su
mano izquierda, y la falda en la derecha, mostrando claramente su rojo trasero.
Susana con una mano en el culo, iba subiendo lentamente las escaleras, a su
costado, subía su hija María también con una de sus manos sobándose el culo
bajo la falda, Sonia tras de ellas, se pasaba la mano izquierda por el culo que
debía de molestarla al subir las escaleras, al igual que les molestaba a sus
primas Susana y María.
Al llegar al rellano, Susana y María
continuaron a sus habitaciones, se les notaba que les molestaba el trasero al
caminar, al igual que le molestaba a Sonia. La primera puerta del rellano era
la habitación de Sonia, esta miro hacia atrás y vio que detrás de ella iba su
tío William, y para su asombro, detrás de él iba su tía Ingrid. Al entrar en su
habitación fue hacia la cama depositando sobre la cama la falda y sus bragas
que prácticamente las arrojo sobre las sabanas. William su tío, entro poco
después ya con sus manos en la hebilla de su cinturón, detrás entraba su tía
Ingrid que cerró la puerta a su paso.
Sonia tenía los ojos abiertos como platos,
viendo como su tío se desabrochaba el cinturón, este no tardo más que unos
segundos en liberar el cinturón de las presillas del pantalón. Y teniéndolo en
su mano derecha, con la izquierda unió ambos extremos a su mano derecha, una
vez unidos, dio una vuelta del cinturón sobre su muñeca y pasando el resto
sobre la palma de su mano derecha la cual cerro apretándolo con fuerza. Sonia
solamente tenía ojos para mirar el cinturón en su mano derecha, ella ahora
lejos de sentir pudor por mostrar su sexo, le preocupaba más su trasero, por
ello tenía sus dos manos posadas sobre su pequeño culito. Tenía ante ella a su
tío William con el cinturón colgando de su mano derecha, su tía Ingrid se había
quedado en la puerta en la cual se había apoyado.
(Sr. Adams) -. Sonia!!! tu tía
y yo sabemos que ya no eres ninguna niña. Eres toda una mujer, pero no llegamos
a comprender este comportamiento tuyo. Tienes treinta y dos años, en un mes,
vas hacer los treinta y tres años, es incomprensible que te sigas comportando
como una niña pequeña, ya deberías haber aprendido que en esta casa no nos
gusta tu comportamiento, eres una mujer, pero… para nosotros siempre serás
nuestra pequeña, te hemos criado como a nuestra propia hija, y nos cuesta tener
que ser duros contigo, pero no nos dejas otro remedio más que castigarte
siempre y cuando lo creamos conveniente. Y en esta ocasión has ido demasiado
lejos pequeña!!! Es algo que está muy feo, lo que estabas haciendo hace unos
momentos, cuesta comprender que te comportes de esta manera, pero es
intolerable lo que estabas haciendo en el rellano, junto al hueco de la
escalera. Tu tía si te llega a ver ella, ahora mismo habría cogido una buena
vara y te habría dejado el culo en carne viva con ella. Si no lo ha hecho, es
porque no se lo he permitido, una cosa es dejarte el culo morado o colorado
como un tomate, y que no te puedas sentar en una semana, pero una muy diferente
es arrancarte la piel con una fina vara. Pero debes comprender que es muy grave
lo que estabas haciendo, ¡¡¡joder Sonia!!! Susana es nuestra hija!!! Como se te
ocurre ponerte en cuclillas con las bragas bajadas y masturbarte de una manera
indecente, mientras nuestra hija es castigada por hacer lo mismo que tú,
masturbarse!!! Pero ella lo ha hecho de manera no menos indecente que tú!!! Y
por ello ha recibido una buena zurra, y durante días se va a acordar de este
día, no creo que lo vuelva hacer en un tiempo… Pero como se te ha ocurrido
hacerlo de una manera tan indecente? No te pienses ni por un momento que nos
chupamos el dedo tu tía o yo!!! Sabemos lo que sois las tres!!! Y que os gusta
recibir azotainas en el culo, dicho de otra manera, “sois unas spankee´s desde
la cabeza a los pies”. Nosotros somos
spankers los dos, entiendes? Por lo tanto sabemos que el masturbaros es algo
obvio y natural. El hacerlo no es algo que se prohíba en esta casa, pero si os
pillamos con las bragas mojadas, lo normal es castigaros por ello con una buena
azotaina… Pero… Joder!!! Sonia!!! No delante nuestra y de manera tan descarada
como lo has hecho tú, eso SINVERGUENZA!!! NO SE DEBE HACER!!! Y si os pillamos
haciéndolo se os castiga como corresponde, por eso ahora nos vemos en la
obligación de darte una buena azotaina de escarmiento, no creo que sea
necesario añadir nada más!!! Prepárate!!!
Sonia estaba avergonzada como nunca lo
había estado, no era capaz de mirarlos a la cara a ninguno. Pues sabía que
tenían razón para darle una buena azotaina, era verdad, se estaba masturbando
descaradamente mientras que la castigada era su prima e hija de sus tíos, y se
estaba tocando con sus dedos cuando su tío estaba detrás de ella, en un lugar
donde era claramente visible una acción así.
María había sido castigada porque ella misma se había chivado que lo
estaba haciendo, pero ninguno de sus abuelos la había visto hacerlo. Con Susana
la habían descubierto por mojar el asiento donde estaba sentada, y por tanto la
habían pillado infraganti, y en su caso la gravedad para la severidad de su
castigo, era porque lo hacía al ser castigada su propia hija, por cual era
menester aplicarle una azotaina más severa. Y ella… ella… ella había sido
sorprendida haciéndolo descaradamente…
Sonia mientras su mente daba vueltas a
todo lo sucedido, vio cómo su tío se acercaba a ella sin mediar más palabras,
le levanto el brazo izquierdo hacia arriba y con la derecha comenzó a descargar
certeros azotes con el cinturón en el culo desnudo. El cinturón restallaba al
impactar sobre sus nalgas desnudas, los primeros impactos los aguanto sin
apenas moverse del lugar, pero a medida que se iban incrementando los azotes
bien sonoros en sus nalgas, Sonia empezó a dar saltos a cada impacto y avanzaba
hacia adelante al impacto de cada azote del cinturón, acabando como estaba
sujeta del brazo, dando círculos alrededor de su tío, el cual la mantenía con
su brazo en alto, ella solamente podía saltar pataleando en el aire con sus
piernas, mientras los azotes se centraban en su culo desnudo, en el cual sentía
como los azotes del cinturón le abrasaban sus nalgas y varios azotes caían
sobre sus muslos, así como en la parte baja de su trasero, haciéndola ver todas
las estrellas del firmamento. En uno de esos círculos que trazaba alrededor de
su tío, saltando a cada nuevo impacto del cinturón en sus nalgas las cuales le
ardían de manera continuada, pues los azotes eran certeros como no podía ser de
otra forma, pues su tío demostraba ser un experto en su uso y en cómo dar un
severo correctivo. Al saltar de manera descontrolada al tiempo que pataleaba en
el aire al hacer esos saltos incontrolados, pero bien sujeta por el fuerte
brazo de su tío, el cual al levantarle el brazo izquierdo, Sonia quedaba a
merced suya para administrarle los azotes controlados y certeros en su culo, el
cual comenzaba a estar muy marcado ya, dejando los trazos de la correa en sus
nalgas bien marcados, en ese alocado saltar y patalear, acabo por rendirse
agotada, y en un último azote con el cinturón, fue a caer boca abajo sobre la
cama. Al hacerlo, para no lastimarla del brazo, su tío la soltó, pero no por
ello dejo de azotarla en el trasero, que ahora al estar quieta sobre la cama,
eran más certeros y más fuertes, apareciendo marcas del cinturón azuladas.
Sonia se movía sobre sus caderas de manera que dificultaba a su tío acertar de
pleno en el culo, por lo que su tía Ingrid entro en acción, sentándose al otro
lado de la cama, y así sujetarla de los brazos. Ahora solamente podía mover sus
caderas de un lado a otro, pero no así voltearse y ponerse boca arriba como
hacía en uno de sus intentos por librarse del intenso ardor de su culo, muy
adolorido por la zurra que recibía.
Sonia poco después quedaba echada sobre
la cama boca abajo, mientras su tío volvía aponerse el cinturón, como había
estado toda la azotaina desnuda de cintura para abajo, quedo echada sobre la
cama. Minutos después sintió como era dada la vuelta a su cuerpo, dejándola
boca arriba, por el contrario Sonia arqueaba el culo para que este no rozara en
las sabanas… Cuando se quiso dar cuenta, su tía le había levantado sus piernas
y colocado bajo su trasero un pañal, diestra como era su tía Ingrid, apenas
cuando quiso darse cuenta, ya tenía el pañal colocado y le había puesto unas
ajustadas bragas por encima del pañal para que no pudiera aflojárselo, luego fue
metida en la cama y tapada. El resto de la jornada lo paso metida en cama
castigada…
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