SORAYA Y SU NUEVO HOGAR Capitulo 13
La Sra. Mattew
Era la hora de volver a casa, Soraya estaba
ansiosa por llegar a casa tras acabar una larguísima jornada laboral, se había
pasado toda la mañana pensando en la preciosa Dae Sung, sentía deseos de poder
ver como la Sra. Stuart la colocaba sobre sus rodillas. Salió de la oficina caminando a buen paso
por los pasillos hasta llegar al ascensor, de alguna manera que no se explicaba
del porqué, le gustaba sentir aquellas molestias al caminar, sentir como sus
nalgas se agitaban a cada paso, el andar a paso ligero le provocaba dolor en el
culo, produciéndole muchas sensaciones
agradables, al igual que aquellos malditos pinchacitos que parecían picaduras
de avispa, por no decir el roce de sus braguitas en sus nalgas, aliviando
aquella agradable molestia pasándose la mano sobre la falda, acariciándose el
trasero disimuladamente, dado que tras ella iban otras compañeras y compañeros,
o tener la necesidad de estirar el elástico de las braguitas a través de la
falda, haciéndolo muy disimuladamente para no despertar sospechas, una vez salió del edificio al hallarse en
plena calle mezclándose entre la gente, al ser una hora que muchas salían de
sus trabajos, aunque nada podía hacer ante el roce más íntimo, el fondillo de
sus braguitas de paño se movía a cada paso
que avanzaba, sobre todo resultaba agradable al ser más íntimo al bajar o subir
escaleras, acariciándole los labios sensibles por la excitación que tenía al
mojar el fondillo de sus braguitas toda la jornada, por lo cual el tener el
sexo depilado hacia que el contacto con
el fondillo de sus braguitas fuera agradable.
Anhelaba llegar a casa lo más temprano posible, hubiera preferido volver
a casa caminando, para así continuar disfrutando de aquellas caricias en su
trasero que resultaban una delicia, pero debía obedecer a su papas, estaba lo
bastante dolorida como para no desear
que la volvieran a castigar esa mañana por desobedecerles.
Al
doblar la esquina de la avenida dejando atrás a sus compañeros, vio que ya se
encontraba el vehículo estacionado con el conductor esperándola, un grupo de
jóvenes la silbaron al verla doblar la esquina, había girado hacia la derecha bruscamente, sin
tener en cuenta la brisa que hacía a esas horas, levantándosele la falda por
completo al pasar sobre la rejilla de ventilación del metro, dejando entrever claramente
a los jóvenes sus bragas blancas con dibujos de margaritas, aunque rápidamente
se aliso el vuelo de la falda, sus mejillas se ruborizaron tras escuchar los
silbidos de los muchachos y sus piropos atrevidos, maldiciéndose así misma por
no haber tenido más cuidado al pasar sobre la reja del metro, aunque una ligera
sonrisa apareció en sus labios al recordarle la escena en una película de
Marilyn Monroe, por fortuna para ella el vehículo que la esperaba para llevarla
a casa estaba en la misma esquina, subiéndose abruptamente tomando asiento en
él, sin tener en cuenta las consecuencias al sentarse, saliendo de sus labios
un “Auuuuu” que no le pasó desapercibido al conductor, aunque este, al ser un hombre mayor de unos sesenta años no hizo,
ni dijo nada al estar ya habituado a esas situaciones.
Ya puesto en marcha el vehículo estando
más relajada, le vinieron a la mente los pensamientos de unos minutos antes,
cuando aún se encontraba sentada en su mesa de trabajo, en los cuales pensaba
en pasarse por el servicio de las chicas,
pero al bajar en el ascensor acompañada por sus compañeras, tal pensamiento se
le paso por alto al ir escuchando sus comentarios, así como ella misma
respondiéndoles despidiéndose de ellas.
Viendo como algunas de ellas se dirigían hacia los servicios, las cuales
al ir por delante de ella, pensó que de ir también debería de esperar a su
turno, pero en esos momentos en su mente solamente le rondaba una idea, ver a la preciosa Dae Sung recibiendo su
azotaina, por lo que pensando rápidamente, prefirió dejarlo para ir al servicio
al llegar a casa.
Pero… Soraya no había contado lo que iba a
tardar en llegar, este era el primer día que iba en coche a casa desde el
trabajo, andando habría llegado mucho antes sin duda alguna, dado que el tráfico
a esas horas era muy intenso. Las molestias que sentía en su trasero, la olvido
en esos instantes al sentir una molestia en su vientre, la bebida que había
tomado comiendo, estaba haciendo sus respectivos efectos, motivando ser
acuciante las ganas por ir al servicio, llegando a maldecir en voz baja por la
tardanza en llegar a casa, dado que la vejiga le estaba molestando causando
hasta dolor de vientre, juntando los muslos deseaba llegar cuanto antes a casa.
Al salir del vehículo una vez estacionado
en el parking subterráneo del edificio, ya
dentro del ascensor al no ser observada
por nadie, cruzo sus muslos apretándolos uno contra otro llevándose ambas manos
a su entrepierna, iba a llegar demasiado justo al piso once, en el cual Vivian
sus nuevos papas. Iba mirando al marcador digital que indicaba el piso que se
hallaba según subía,…Parking C,… Parking B,… Parking A,…Entresuelo,… Vestíbulo
0,… cuando este se detuvo en el vestíbulo, entrando en el ascensor una mujer
mayor a la cual no conocía de nada. Avergonzada que la hubiera podido ver con
los muslos cruzados y encogida por las molestias que sentía en el vientre,
viéndose obligada a separar las piernas disimulando, así como ponerse derecha
con rapidez. La mujer al entrar… la saludo educadamente con buenas tardes, pero
Soraya apretando sus labios no dijo nada, pues de hacerlo su concentración en
apretar el sexo habría provocado el desastre. La señora quedo sorprendida al no
ser correspondida por la joven, pasando a estar claramente airada al no recibir
respuesta a su saludo, haciendo notar su enfado, comenzó a regañarla que en sus
tiempos se educaba mejor a las jovencitas, amenazándola con subir con ella
hasta casa para quejarse a sus papas, de su mala conducta y falta de
educación. Soraya se dio cuenta que la
situación se le ponía mal para ella, debía responder rápidamente disculpándose
ante la señora, estaba segura que la comprendería al conocer el motivo de no
hablar.
Pero… al ir a decir algo, sintió como el pis
se le escapaba bajándole entre sus muslos, apareciendo al momento un pequeño
charco alrededor de sus pies, la señora al ver el suelo del ascensor trato de
apartarse de ella para no mojar sus zapatos, en esos momentos la señora
increpaba a Soraya de muy malas maneras, sobre todo la mala educación y la poca
vergüenza de la joven. Gritos que hicieron que al llegar al llegar al piso once
y abrirse las puertas, que los vecinos abrieran sus puertas alarmados, Soraya
deseo en ese momento que se la tragase la tierra, al ver como una de las
puertas aparecía su mamá, la Sra. Abba. La cual al ver lo que sucedía fue a
buen paso hacia ella, sorprendiendo a la propia Soraya al verse inclinada hacia adelante,
siendo su pequeño cuerpo colocado bajo el brazo izquierdo de su mamá, así con
el cuerpo bajo el brazo sintió como su falda era izada, sintiendo como su
trasero sentía la corriente de aire al quedarse en braguitas y pocos segundos
después sentía como le bajaba las bragas ante la señora mayor, sintiendo los
primero azotes en el dolorido culo, solamente fueron una veintena de azotes
bien dados que resonaron en las paredes, pudiendo ser escuchados por los
vecinos de todos y cada uno de los once pisos del edificio, dado que el resonar
del eco de los azotes, estos pudieron escucharse con claridad al resonar por el
hueco de las escaleras, haciendo que
resonaran expandiéndose por las ondas. Pero los vecinos que había hecho acto de
presencia en el rellano, no perdieron detalle observando sonrientes, como la
joven recibía los azotes. Soraya sintió como era agarrada del lóbulo de la oreja
izquierda, haciéndola entrar en la casa trastabillando con los pies, al llevar
sus braguitas mojadas de orina bajadas en sus tobillos, una vez dentro del recibidor
de la entrada, la Sra. Stuart apareció de la nada.
(Sra. Abba) -. Sra. Stuart llévese a esta desvergonzada al
baño, cuando la haya aseado y vestido me la sube al salón, donde estaré
aguardándola para darle su merecido. Envíame a Carmen!!! Para que arregle el
desaguisado que ha formado la niña en el ascensor, y el rellano… esta
cochina!!! Lo mojado todo la muy sinvergüenza!!!
La Sra. Stuart agarro a Soraya por la cintura
cogiéndola por sorpresa, cuando se quiso dar cuenta se vio en volandas bajo el
fuerte brazo de la Sra. Stuart, viéndose colgando asida por el brazo izquierdo,
posición en la que podía ver por debajo de su propio cuerpo, como los vecinos
en coro hablando a la Sra. Abba, la veían como mostraba su culo desnudo así
como las braguitas blancas con los dibujos de margaritas, por lo que con su
mano izquierda trato de bajarse la falda para cubrir sus vergüenzas a las
miradas. Al entrar a la habitación fue llevada al baño, donde fue desnudada por
la Sra. Stuart dejándola a solas metida en la bañera.
(Sra. Stuart) -. Enseguida
vuelvo a bañarte, cochina!!! Voy avisar
a Carmen para que salga a fregar el suelo. Tu mamá te arreglara a base de bien
por el bochorno que le estas causando!!! -. La Sra. Stuart al salir de la
habitación se encontró con la nueva doncella. -. Ah! Dae Sung estas aquí! Ves al armario de los utensilios de
limpieza y coge la fregona, luego sales al rellano a fregar el desaguisado que
ha liado la hija de los señores!!!
Salía cargada con el cubo y la fregona, una
vez lleno de agua con lejía en la mano derecha, llevando en la izquierda la
fregona cuando se cruzó en el pasillo con Carmen. Al verla ir cargada salió con ella para
ayudarla, Carmen tenía la orden de la Sra. Abba de enseñar a Dae Sung, por tal
motivo salió con ella al rellano, al ver a la muchedumbre que se encontraba en
el rellano, dado que el escándalo había
hecho subir a otros vecinos curiosos. Las dos doncellas se miraron entre sí,
abochornadas al poder ver a cerca de diez mujeres de entre los cuarenta o
sesenta años y otros tantos de hombres maduros, que al verlas aparecer con sus
cortas faldas no perdían detalle al ser visibles sus braguitas, al inclinarse
para dejar el cubo en el suelo la preciosa Dae Sung, o como Carmen al mojar el
mocho al introducirlo en el cubo, o poco después al inclinarse con la fregona
en mano para ponerse a fregar el suelo del rellano, avergonzadas al saberse
observadas sabiendo que su corta falda tableada, dejaba a sus obscenas miradas de los hombres
el estado de su trasero, pudiendo verles
las braguitas a las dos doncellas, así como sus dibujos variados de florecillas
verdes o florecillas azules, además inocentemente mostraban el estado de sus
traseros, muy colorado en el caso de Dae Sung y claras marcas moradas en Carmen
bajo el ribete de las perneras de las braguitas, la parte baja e inicio de sus
muslos colorados en ambas doncellas.
La Sra. Abba conversaba con la vecina de
setenta años que había subido con Soraya, disculpándose por lo sucedido, prometiéndole que no volvería a suceder un
hecho similar en lo sucesivo. Dado que la Señora no hacía más que recordarle
que en sus tiempos eso no sucedía, aparte de la falta de respeto hacia ella por
parte de la joven, indicando una y otra vez que esperaba unas disculpas
inmediatas de la joven desvergonzada…
(Sra. Abba) -. Sra. Matthew lamento lo sucedido, le ruego
que me acompañe al interior y usted misma pueda ver el correctivo! -. En
ese instante uno de los curiosos intervino, lo cual hizo que la Sra. Abba se
girase hacia los demás curiosos quedando sorprendida al ver a tantos tras ella,
observando que sus lascivas miradas prestaban más atención a sus doncellas…
Siendo la propia Sra. Matthew quien interviniera indignada…
(Sra. Matthew) -. Serán ustedes puercos!!! Que son esas miradas al servicio!!! Es que no
tienen decencia? Sinvergüenzas se les debería caer esos rostros de cerdos
lascivos, y ustedes vuelvan a sus casas marujas indecentes!!! Aquí no tienen nada que hacer, ni nada que ver…
Rostros avergonzados por las palabras de la
Sra. Matthew desfilaron escaleras abajo, en breve el rellano quedo despejado,
quedándose únicamente la Sra. Matthew y
la Sra. Abba, que en esos momentos regañaba a sus empleadas. Las dos jóvenes
doncellas tenían sus rostros claramente colorados por la vergüenza, ya que
veían como las estaban devorando con las miradas los hombres, pero ninguna de
las dos se había mostrado indignada haciendo conocer los hechos a su señora y
por ello estaban siendo regañadas las dos.
(Sra. Abba) -. Carmen que te tengo dicho que debes hacer
cuando atraviesas esa puerta!!! Que si hay chismosos debes hacérmelo saber,
vuestro vestuario es el requerido dentro de la casa, pero fuera de esa puerta
para fregar la escalera debes ponerte una bata que cubra las vergüenzas!!!
(Carmen) -. Perdón Sra. Abba,
he visto a Dae Sung que salía y he salido a ayudarla, desconocía que había
ocurrido en el rellano…
(Sra. Matthew) -. Esa no es una
respuesta adecuada jovencita, debías de haberla hecho entrar de nuevo a poneros
una bata, mis doncellas en casa van vestidas con ese mismo vestuario, pero
jamás se atreverían a salir al rellano sin cubrirse adecuadamente!!! Si
cualquiera de mis doncellas saliera de esa guisa al rellano, esa noche se irían
a dormir bien calentitas a la cama!!!
(Sra. Abba) -. Tiene usted toda
la razón Sra. Matthew… Entrad a poneros una bata inmediatamente, cuando acabéis
de fregar este desaguisado os espero en el salón, esto no quedara así para
ninguna de vosotras dos. Dae Sung es tu primer día de trabajo en la casa, y
después de haber pasado la prueba de rigor en el día de hoy, yo misma te he
informado de cómo no se debe salir de casa, al haber sido convenientemente
informada, vas a recibir tu primer castigo real!!!
(Sra. Matthew) -. Es su primer día? Me encantaría poder encargarme de esta
preciosidad de muchachita!
(Sra. Abba) -. Pasemos al interior Sra. Matthew! Carmen! Acabad rápido y subid al salón.
Dae Sung miraba a Carmen mientras estaban
terminando de limpiar el rellano y el ascensor, poco después entraban cerrando
la puerta de la entrada, despojándose de las batas colgándolas en el armario de
recibidor, destinado a útiles del servicio. Mirándose la una a la otra con
rostro de resignación, dado que Carmen sabía bien lo que las esperaba en el salón.
(Dae Sung) -. Tan malo va a ser?
(Carmen) -. Hace dos horas que te han hecho la toma de
contacto como les gusta llamarle a la primera azotaina… Que te ha
parecido? Yo no estaba presente en el
salón, pero conozco a la Sra. Stuart, has llorado verdad?
(Dae Sung) -. Sí, es que me ha dolido de verdad el culo, su
mano parece ser de madera, con que fuerza pega la Sra. Stuart!!!
(Carmen) -. Vas a tener suerte al ser la primera falta
que cometes, y el hecho que no sea muy grave puede que no sea muy severa la
Señora.
(Dae Sung) -. Pero la señora de al lado ha mencionado que
le gustaría encargarse de mi ella, tú crees que la dejara la señora?
(Carmen) -. Tú quieres que sea ella?
(Dae Sung) -. Es una ancianita muy dulce, me recuerda
a mi abuelita, ella vive en Seúl y no la
veo desde que era muy pequeña, antes de venir con mis padres a vivir aquí.
(Carmen) -. No la conozco apenas, solamente me la he
encontrado en el ascensor alguna vez con sus doncellas, y solamente nos hemos
saludado al encontrarnos, pero alguna vez he tratado de hablar con sus
doncellas, y antes de responder miraban a su señora. Hace tiempo la más joven estaba hablando
conmigo, salió su señora al rellano sorprendiéndola hablando, ella se calló al
instante de verla, entro en la casa sin despedirse de mí, al cerrarse la puerta
escuche como la regañaba, poco después pude oír azotes y la escuche a ella llorar a mares durante
bastante rato… Mejor será que no nos
demoremos, si no, vendrá a buscarnos…
Carmen empezó andar hacia el salón
acariciándose el trasero, Dae Sung la miro como se sobaba el culo sobre sus
bragas blancas con florecillas rojas, caminando detrás de ella por el pasillo
entraron al salón, llamando Carmen a la puerta antes a pesar de estar está
abierta de par en par.
(Sra. Abba) -. Ya estáis aquí! Bien, esperad junto a la
puerta en el pasillo hasta ser requeridas!
Le parece a usted bien, Sra. Matthew?
Primero desearía hablar con mi hija, en cuanto la Sra. Stuart la acompañe
a nuestra presencia, deseo escuchar que explicaciones nos da le lo sucedido,
antes de castigarla por su desliz en el ascensor!
(Sra. Matthew) -. Cuando se han abierto las puertas del
ascensor en el vestíbulo, la he visto que tenía los muslos cruzados y mantenía
sus manos apretándose la entrepierna, no comprendo que una joven de su edad sea
tan descarada en público!
(Sra. Stuart) -. Sra. Abba, da usted su permiso?
(Sra. Abba) -. Ya está usted aquí! Bien acerca a mi hija a
nosotras, va a tener que darnos muchas explicaciones…
La Sra. Stuart entro al salón llevando de la mano
izquierda a Soraya, la cual iba vestida con un corto vestidito amarillo. Dae Sung y Carmen entraban tras ellas
permaneciendo bajo el umbral de la puerta del salón, ambas observaban a la alta
Sra. Stuart llevando a la pequeña Soraya, que al caminar a su lado parecía una
chiquilla de doce años, pues apenas le llegaba algo más arriba de la cintura.
Las dos doncellas la observaban como caminaba hacia su mamá y hacia la Sra.
Matthew, pudiendo verle la parte baja de las braguitas ya que la corta falda
del vestido ondulada, apenas se las cubría pudiendo ver que llevaba las
braguitas blancas, con dibujos de flores con sus pétalos azules que resaltaban
sobre unos tallos verdes con hojitas. Momento que Soraya se llevó la mano al
trasero posándola sobre sus bragas, mirando de reojo hacia ellas con rostro
triste sabiendo lo que la esperaba.
La Sra. Abba al ver que ya estaban enfrente
de ellas, llamo con la mano a Soraya, la cual fue hacia ella con pasos torpes y
lentos hasta colocarse entre sus piernas, posando sus manos en las rodillas de
mamá. Momento que su mamá le dio una palmada en el culo, al tiempo que la izaba
del suelo por la cintura sentándola sobre sus piernas.
(Sra. Abba) -. Espero por tu bien mi niña, que tengas una
buena explicación por lo sucedido. La
Sra. Matthew está muy enfadada por tu conducta, al igual que tu mamá también lo
está contigo, ha sido algo bochornoso lo que ha ocurrido en el rellano. Cuando papá se entere de lo sucedido, no me
extrañaría que se saque el cinturón y té caliente el culo a base de bien,
tienes suerte que no esté en casa, pues ha salido para encontrarse con tu
hermanita Marisa.
(Sra. Matthew) -. Van ustedes a adoptar a otra niña?
(Sra. Abba) -. Si Sra. Matthew. En cuanto se solucionen unos pequeños
problemillas, a los cuales esperamos se arreglen pronto. La muchacha vive con unos familiares que la
acogieron desde bebe, mientras la situación no cambie, no será posible
adoptarla. No podemos acogerla entre
nosotros, mientras no cambien las cosas, ya que no podemos tolerar que se quede
en la calle desamparada, en el caso de desear su marcha de esta casa.
(Sra. Matthew) -. Ustedes y sus prejuicios…
(Sra. Abba) -. Sra. Matthew, perdone pero eso no es el
asunto por el que estamos en estos momentos.
Bien mi niña… que ha ocurrido para organizar semejante desastre y
hacerme pasar por el bochorno y la vergüenza que he pasado? Más te vale que nos des una buena excusa, si
no deseas que se lo diga a tu papá cuando llegue a casa!!!
(Soraya) -. Mamá… no ha sido mi culpa, de haber sabido
que iba a haber tanto tráfico a esas horas, habría ido al servicio antes de
salir del trabajo.
(Sra. Matthew) -. Vaya sandez!!! Ahora va a resultar que la culpa es del
tráfico de la ciudad, a esta niña lo que le hace falta es una buena zurra!
(Sra. Abba) -. Soraya! Tendrás que esforzarte un poco más,
porque a mí tampoco me convence esa excusa!
(Sra. Matthew) -. Esa explicación es la que daría una niña,
pero para una jovencita de tu edad, esa no es una explicación creíble… tiene que haber por fuerza un hecho más
importante, para no ir al servicio cuando hay la necesidad, posponiéndolo o anteponiéndolo
a una causa mayor… Jovencita yo a mi edad he vivido muchas situaciones, y no te
creo ni una sola palabra de lo que has dicho…
Soraya bajo la cabeza mirando al suelo,
pues de ninguna manera podía decirle a mamá lo que había sucedido, pues ello
sería darle la razón a la anciana Sra. Matthew, la cual había dado justo en el
clavo. Porque el motivo que había sido
realmente, había sido por sus ansias de llegar a casa para presenciar el
castigo a la preciosa Dae Sung.
(Sra. Abba) -. No bajes la mirada y responde a mamá!!!
(Sra. Matthew) -. Abba me acuerdo muy bien cuando solo eras una
niña a mis ojos, cuando mi marido aún vivía, cuando hacías algo malo actuabas
igual que esta niña, escondiendo la cara para que no te vieran que estabas
mintiendo… y… ya sabes cuál era el resultado…
Esta niña no va hablar, porque el motivo real es tan vergonzoso para
ella que no lo reconocerá… Lo que necesita es una buena azotaina para que
aprenda…!!! Yo te voy a enseñar a ti
modales!!!
La Sra. Matthew se puso en pie avanzando
hacia Abba, agarrando a Soraya bajo las axilas la levanto de las rodillas de su
mamá, cogiéndola en brazos como a una chiquilla, Soraya apoyaba su cabeza sobre
el hombro de la Sra. Matthew, mientras esta la mantenía en brazos habiéndole
pasado su brazo izquierdo bajo sus muslos,
llevándola en brazos hasta el otro extremo del salón, donde abriendo un
armario extrajo un grueso cinturón, con él en su mano derecha volvió sobre sus
pasos hacia el diván, sobre el cual puso su pie izquierdo apoyado, quedando así
su rodilla flexionada en un ángulo de noventa grados, con la mano derecha se
subió la falda para estar cómoda, tras lo cual ayudándose de su mano derecha
bajo a Soraya posándola sobre su muslo izquierdo boca abajo, la corta falda
ondulada del vestido de Soraya caía sobre su espalda, dejando bien expuesto su
trasero revestido únicamente por las bragas blancas de algodón por encima de la
cintura, resaltando en el culo de la joven los dibujos de flores con los
pétalos azules y sus tallos verdes con pequeñas hojitas. Doblando el cinturón en dos a la mitad del
mismo, se enrollo en su mano dándole una vuelta, mientras en la palma de su
mano sujetaba la hebilla y el extremo del cinturón. Sin más empezaron a escucharse restallar los
azotes del cinturón, mientras Soraya pataleaba alocadamente a cada azote que
cruzaba su pequeño trasero, a pesar de llevar las bragas puestas poco podía
mitigar el intenso escozor de los azotes.
La Sra. Abba desde su posición podía
contemplar como su niña, abría sus labios aullando de dolor al igual que sus
lágrimas deslizarse por sus mejillas, dado que desde su posición veía la
espalda de la Sra. Matthew y el rostro de la pequeña Soraya. En cambio la Sra.
Stuart gozaba de una visión plena del trasero de Soraya, viendo como pataleaban
sus piernas, o como sus nalgas se contraían a cada azote de la gruesa
correa. Al otro extremo del salón, Dae
Sung tragaba con dificultad la saliva, aterrada viendo la tremenda zurra que
Soraya estaba recibiendo, lamentándose de sus propias palabras de hacia tan
solo unos minutos, al haber llamado a la Sra. Matthew una dulce ancianita. Solo
había que ver como sujetaba a Soraya únicamente con su brazo izquierdo sobre su
muslo, así como la maestría que demostraba al usar el grueso cinturón, azotando
con fuerza el culo de la joven Soraya.
Soraya sintió como era depositada sobre el
diván, dejándola de rodillas en el suelo posando su cuerpo sobre el diván,
mientras sus dos manos se posaban en su dolorido trasero, subiendo y bajando
lentamente las palmas de sus manos sobre su ardiente trasero. La Sra. Matthew dejo el cinturón al lado del
cuerpo de Soraya, dirigiéndose con pasos firmes hacia donde se hallaban las dos
doncellas, cogiendo a ambas de sus brazos las condujo hasta el extremo de la
mesa del salón, justamente donde se encontraba la Sra. Stuart a la cual hizo
sujetar a Carmen, mientras ella separando una silla de la mesa, tomo asiento en
ella acomodando sobre sus rodillas a Dae Sung, levantándole la corta falda
tableada de su uniforme de doncella, para pasar los dedos de sus manos bajo la
camisola, buscando la cinturilla de las braguitas las cuales se las bajo hasta
las rodillas. Comenzando a darle fuertes
azotes con su mano derecha, los cuales fueron acusados por Dae Sung, al estar
claramente dolorida por la azotaina de toma de contacto, poniéndose a llorar a
los veinte primeros azotes.
La Sra. Abba percatándose de que la Sra.
Matthew daba síntomas de agotamiento por la edad, le hizo un claro gesto a su
Ama de Llaves la cual interpreto lo que deseaba decir, agarrando a Carmen la
coloco sobre sus rodillas levantándole la falda y bajándole acto seguido sus
bragas, dándole a Carmen una azotaina con la mano. La Sra. Stuart cuando Carmen pataleaba
alocadamente llorando, se detuvo dejando incorporar a la doncella. Al ponerse en pie el Ama de Llaves, vio que
la Sra. Mathew seguía dándole azotes a la joven Dae Sung, que se retorcía sobre
su regazo por el intenso fuego en su trasero.
Tuvo que detenerla la Sra. Abba poniéndose en pie yendo hacia ella,
siendo necesario sujetarle la mano para que cesara de azotar a la pequeña
doncella.
(Sra. Abba) -. Sra. Matthew ya es suficiente para esta pobre
muchacha, su falta no ha sido tan grave para recibir una azotaina severa…
(Sra. Matthew) -. Como se atreve a detenerme!!! Yo sé muy bien cuando es suficiente
castigo!!!
(Sra. Abba) -. Baje ese tono conmigo Sra. Matthew! Esta usted en mi casa!!!
(Sra. Matthew) -. Esto no se quedara así… hablare con su marido
en cuanto llegue!!!
(Sra. Abba) -. Puede usted hacer lo que guste o considere
mejor, pero en esta casa soy yo quien manda!!!
Y he dicho que ya basta!!!
(Continuará…)