lunes, febrero 21, 2022

SORAYA Y SU NUEVO HOGAR Capitulo 12

 

                                 SORAYA Y SU NUEVO HOGAR   Capitulo 12

 

 

       La Sra. Abba acababa de acostar a Carmen  en su cama, minutos antes le había puesto  crema hidratante en el trasero, sintiendo en la yemas de sus dedos lo inflamado que lo tenía tras darle la azotaina de mantenimiento antes de acostarla, dejando a Carmen relativamente  más calmada y relajada.  Durante la azotaina con el cepillo había llorado ante los azotes, que caían incesantes uno tras otro provocando así el fuego intenso en el trasero, durante unos minutos la Sra. Abba, la mantuvo con los pies en el suelo a la joven entre sus piernas, abrazándola con sus manos rodeando su cintura, acariciando con la mano derecha la espalda, subiendo su mano bajo el camisón desde la cintura, hasta media espalda mientras con la izquierda desde la cintura, la fue bajando lentamente  acariciarle el ardiente trasero trazando círculos suavidad y dulzura, hasta que la joven doncella se fue calmando poco a poco dejando así  de llorar, tras quedar algo más calmada tras haberle  aplicado la crema hidratante en el culo, bajando su mano derecha acompañada de la mano izquierda, le subió las braguitas de algodón blancas con dibujos de florecillas, subiéndosela lentamente escuchando un leve gemido al pasarle la prenda por su inflamadas nalgas, con delicadeza le ajusto las braguitas a su cintura.

       La arropo cubriéndola hasta el cuello besándola en la frente dándole las buenas noches, con una dulce sonrisa en sus labios que Carmen agradeció con una tenue sonrisa, a pesar que le había mondado el culo a azotes.   Agradecida por los cuidados recibidos de la Sra. Abba, Carmen la vio salir apagando la luz abandonando así la habitación tras cerrar la puerta. Carmen nada más sentir cerrarse la puerta, se dio la vuelta colocándose boca abajo dado lo dolorida que estaba. Soraya acostada escuchaba como Carmen, sollozaba débilmente en su cama tras haber recibido la azotaina de mantenimiento, durante  la cual al propinársela la Sra. Abba le había dejado bien  claro, su malestar a Carmen dada su fuerza al aplicarle el cepillo.  Desde su cama  Soraya escuchaba los gimoteos así como los lamentos de dolor que tenía, tras haber sido testigo de la azotaina a Carmen  sobre las rodillas de mamá, aunque no podía verla claramente al estar acurrucada entre las sabanas, imaginaba como debía de sentirse después de ser castigada, pues ella a pesar de no haber recibido castigo de mantenimiento alguno al acostarse, se encontraba también tan dolorida como Carmen, mientras imitando a su buena amiga, Soraya permanecía también en su cama boca abajo. 

     Ella misma estaba con lágrimas en sus ojos desde que la Sra. Stuart hubiera abandonado la habitación, por la vergüenza que había pasado al verse así misma sin poder hacer nada, viendo la parsimonia con la que el Ama de llaves le ponía el pañal para dormir, así como unas braguitas de plástico anti fugas para evitar mojar las sabanas, o en caso de accidente grave evitar que se mojase el colchón. El verse así misma por segunda vez en pañales en el mismo día, primero para dormir la siesta esa tarde aunque no le apetecía nada dormir, recordando como cuando era pequeña  y su mamá la hacía dormir la siesta. En esos momentos resulto duro para ella,  un hecho que la había superado emocionalmente, tras ver entrar a quien era ya su nueva mamá adoptiva. Al igual que era su primera mujer spanker,  el momento que le estaba poniendo el pijama abotonado a la espalda, pudo ver como a Carmen era colocada sobre las rodillas de su mamá, desde su cama echada boca abajo, pudiendo ver fugazmente como caían los primeros azotes, en el trasero  de Carmen por su travesura de la mañana, al no haberse vestido de forma correcta  su uniforme de doncella.

    Tras quedarse a solas las dos muchachas en sus camas, Soraya trato de conciliar el sueño pero las molestias en su inflamado trasero, la hacía sentirse incomoda por el dolor en el culo, sobre todo al acabarse de acostar sintiéndolo muy dolorido e inflamado. Lo sentía como  palpitaba bajo la celulosa del pañal, algo dada su extrañeza ya comenzaba a serle molesto, al ponérselo pudo sentir la suavidad de la celulosa, por ello extrañaba ese incremento del picor sobre todo al intentar cambiar la posición. Una y otra vez se removía dada la incomodidad poniéndose de costado, primero hacia el lado derecho sin lograr encontrar comodidad, luego hacia la izquierda obteniendo el mismo resultado.  Pero el moverse permaneciendo boca abajo en la cama, su situación no hacía más que empeorar por el roce de sus nalgas de la celulosa del pañal, algo que en otras circunstancias su tacto habría sido deliciosamente suave, pero al tener el culo magullado el simple roce del pañal, la hacía ver las estrellas dado el intenso picor que le producía, no logrando apaciguarlo  al moverse ni lo mas mínimo, si un caso todo lo contrario siéndole más molesto aun a cada movimiento, dando la impresión de tener granos de arena entre sus nalgas y la celulosa del pañal.

      Al no poder conciliar el sueño por tener esas molestias, tratando de relajarse recordando las escenas vividas ese día,  en su mente repasaba las escenas vividas… la sorpresa que se había llevado al ver a sus nuevos papas en la puerta de su domicilio, ella no se esperaba que fueran a recogerla ellos mismos… así como el instante que era regañada por llegar tarde, en la misma calle como cuando era una chiquilla… la amenaza de sus nuevos papás de castigarla nada más entrar al interior, la hizo acurrucarse en la cama recordando tan mágico momento… sintiéndose como una niña de doce años, siendo regañada por sus papás, en el instante justo que su mejor amiga Marisa, iba andando tras ella  apenas a unos metros sin verla venir, con lo cual no solamente escucho la escena, si no, que tuvo que verla de cerca como era regañada…

     …La primera azotaina que había podido ver ella misma de cerca, aunque había visto a su amiga Sonia tan solo unos días atrás. La sensación de ver como la recibía su mejor amiga… y ver por primera vez como le bajaban las bragas, siendo su mamá quien le daba la azotaina fue un instante mágico, resultando una sensación inexplicable sentir la angustia, dado que después le llegaría a ella su turno, por lo cual sintió temor a recibir unos azotes, así como estar avergonzada esperando su momento.  Siendo ella quien iba a estar boca abajo sobre las rodillas de mamá, con la falda levantada y bragas bajadas a las rodillas, recibiendo una azotaina en su presencia, en presencia de Marisa su mejor amiga… así como estar las dos castigadas cara a la pared…

   …Luego en el interior del coche de papá, cuando por sonreír feliz por su amiga, su mamá malinterpreto esa acción, con lo cual le dio una breve azotaina en el asiento trasero del vehículo… el verse así misma  sobre las rodillas de mamá… con una sonrisa en sus labios,  recordaba luego lo bien que se sintió, sentada en el regazo siendo abrazada por su mamá… Ese recuerdo la hizo sentirse apaciguada al instante mágico para ella… recordando las palabras de su amiga Carmen, que “para recibir cariño de sus nuevos papás no era necesario portarse mejor o peor”. 

       Recuerdos que eran muy gratificantes para Soraya, tras los cuales desaparecieron las dudas que pudiera tener, ahora tenía claro que deseaba más que nunca quedarse en esa casa, por muy doloroso que pudiera resultarle en el futuro.  Pero no había contado que su entrepierna actuara por cuenta propia, humedeciéndose el fondillo de su pañal en su entrepierna, sintiendo una humedad como nunca había sentido. Tras lo cual había logrado  empeorar su situación sin desearlo, sintiéndose nuevamente muy avergonzada con esa situación incómoda, sobre todo al tener que permanecer boca abajo en la cama dolorida. Pero sin desearlo se había  agravado su estado, pasando a suceder algo inesperado incrementando así sus peores temores, en el instante que sentía un ardor intenso en su entrepierna, deseando poder introducir su mano bajo su pañal, para acariciarse el intenso fuego de su sexo.  Sintiendo como la humedad en su entrepierna del pañal, se acentuaba  avergonzándose de sí misma dado que al cambiarla por la mañana, sería imposible ocultar esos fluidos del orgasmo que acababa de tener de manera espontánea, aterrándole la sola idea de pensar que la Sra. Stuart  vería la mancha de su humedad, al soltar los adhesivos laterales descubriendo la humedad  de su entrepierna al retirarle el pañal.  Solamente el pensarlo la hacía temblar de miedo, por las consecuencias que significaría para su maltrecho trasero.

      Durante la madrugada el agotamiento, las venció a las dos quedándose dormidas hasta las siete de la mañana. Hora que paso por la habitación la Sra. Stuart para preparar su ropa, despertando a Soraya y Carmen que se encontraban profundamente dormidas, quejándose como niñas al ser despertadas al ser la hora de levantarse.   Soraya sintió como la destapaba echando hacia los pies el edredón, quedando echada boca abajo viendo el ir y venir hacia el baño a la Sra. Stuart, haciendo los preparativos para bañar a las chicas.  Soraya se sintió zarandeada por los fuertes brazos del Ama de llaves, haciéndola ver las estrellas al desplazar su pequeño cuerpo, tras despertarse en ese momento su adormecido e inflamado trasero, sintiendo unos terribles pinchazos al colocarla boca arriba para quitarle el pañal, tras haberle quitado primero su pijama abotonado a la espalda, quedando en la cama boca arriba solamente con el pañal.

     Sintiendo como las frías manos de la Sra. Stuart, le hurgaban en su cinturilla bajándole las braguitas de plástico, deslizándolas por sus muslos hasta  poco a poco sacárselas  por los pies.  Soraya cerro sus ojos por la vergüenza al notar los fríos dedos de la Sra. Stuart que manipulaban los adhesivos laterales del pañal, a Soraya le tranquilizo el hecho que en el  trasero no notaba humedad, sintiéndose feliz por haber logrado aguantar durante toda la noche, pues de madrugada le vinieron ganas de hacer pis, pudiendo controlar mentalmente en no hacérselo encima, pero a pesar de ello sentía su entrepierna muy húmeda avergonzada,  haciéndola temerse lo peor al serle retirado el pañal con su entrepierna húmeda. Viéndose sorprendida al ver cómo le era retirado sin ser regañada, siendo acompañada  al baño para hacer sus necesidades matinales.

     Momento que la Sra. Stuart salió para ocuparse de levantar a Carmen, uniéndose a ella poco después en el baño ambas desnudas, viendo Soraya como llevaba el culo de morado  Carmen.  Al igual que comprobaría poco después el suyo, al poder contemplarse ante el espejo del baño, con claras marcas aun visibles  de la vara durante su primera clase con su profesor.  Las dos chicas avergonzadas al ser bañadas por la Sra. Stuart como niñas, viéndose entre sí mismas  como hacían gestos de  dolor, cuando la esponja enjabonada pasaba, por sus inflamados  traseros con un tono  claramente violáceo.

      Poco después una vez ya secas por la propia Sra. Stuart salían del baño solo en braguitas, para vestirse con la ropa ya preparada por la Sra. Stuart.  Mientras Soraya se vestía ella misma con una blusa verde oscura, enfundándose en unos ajustados pantalones jean´s que extrajo ella misma del armario, a pesar de tener sobre la cama una falda preparada para ella, viendo las estrellas al subírselos contoneando sus caderas, para así ayudarse a subírselos por ser muy ajustados, volviendo a ver estrellitas al ajustarse el pantalón a su inflamado trasero, costándole abrocharse el botón del pantalón como si estos se hubieran encogido, al tener su trasero muy inflamado sintiendo como se tensaba el trasero en sus jean´s, contemplándose el trasero en el espejo vio sus esplendidas redondeces marcadas por el ajustado pantalón.  Viendo como su amiga Carmen esperaba en braguitas de pie, a que la Sra. Stuart la vistiera antes de que entrara por la puerta la Sra. Abba, que ya no tardaría en aparecer para darles los buenos días, y propinarle a Carmen su azotaina  matinal.

     Justo en el momento que entraba la Sra. Abba, Soraya salía de la habitación acariciándose el trasero, comenzaba arrepentirse de haberse puesto los pantalones.  Al ver a su mamá se abrazó a ella, rodeando con sus brazos la cintura dada la estatura de la Sra. Abba.

(Sra. Abba)  -.  Buenos días mi pequeña! Has pasado buena noche?  Ya vas para el salón a desayunar, muy bien… pero irías más cómoda a trabajar con falda…pero tú sabrás lo que haces. Tu papá te espera para desayunar contigo, ahora en cuanto me ocupe de Carmen iré a reunirme con vosotros.

    Se despidieron viendo como su mamá entraba a la habitación, escuchando como nada más entrar  regañaba a Carmen.  Quedándose Soraya tras la puerta escucho como resonaban los primeros azotes, al igual que poco después escuchaba llorar a su amiga, a los pocos minutos los azotes sonaban menos graves pasando a ser algo más estridentes, supuso Soraya que debía de haberle bajado las bragas a Carmen. Sin esperar a que acabase el castigo a su amiga, se encamino hacia el salón no deseaba que al salir  su mamá la descubriera escuchando tras la puerta, ello le habría creado problemas posiblemente.

…Al entrar al salón…

(Sr. John)  -. Buenos días mi niña! Has pasado buena noche?  Que tal te ha ido con la cura de la mañana? Ya te han puesto la pomada y la inyección de vitaminas?  Ayer tuviste mucho desgaste por tu mal comportamiento, veras que aunque sea dolorosa esa inyección, te ayudara a pasar mejor la jornada de hoy y recuperarte para el resto de la jornada…

    Se quedó boquiabierta al hablarle su papá sobre la cura, pues por sus prisas en vestirse para salir de la habitación, no había recaído en pensar que la Sra. Stuart debía aplicarle la cura matinal, al igual que había hecho al acostarse aplicándole crema hidratante.

(Sr. John)   -. Ven aquí! Siéntate en mis piernas y explícame a que viene esa cara de sorpresa que has puesto, porque te han hecho la cura verdad? Me extraña que la Sra. Stuart no se haya encargado de ello.

(Soraya)  -. …No me ha hecho la cura,… papá!  Tenía tanta prisa por salir de la habitación, que me he vestido rápido saliendo poco después, la Sra. Stuart aún estaba en el baño recogiendo, y no me ha visto salir.

(Sr. John)  -.  Quieres decir que has salido de la habitación, sin tener el permiso de la Sra. Stuart para venir al salón a desayunar?  Eso que has hecho está muy mal!!!   Por no hablar de la importancia de efectuar curas tres veces al día como mínimo. Esto es algo que ya lo habíamos hablado los primeros días, pues es importante para una buena recuperación, pues de ser traviesa serás castigada en el momento que seas descubierta, siendo necesario esas curas para poder darte tu merecido.  Debo recordarte que mientras permaneces dentro de esta casa, eres una niña que solo tienes doce añitos y no tus veintidós años!!!  No puedes hacer nada sin el permiso de un adulto, tanto para hacer tus deberes, ir a tu habitación a jugar, utilizar el teléfono móvil, ir al servicio, etc…etc… .- Bajándola de sus piernas dejándola en pie entre ellas, mirándola a los ojos comenzó a desabrocharle el botón, de la cinturilla del pantalón Jean´s bajándole la cremallera, una vez sueltos se los fue bajando con cierta dificultad a estar muy ajustados. -. Ahora te voy a enseñar lo que sucede cuando no respetas las normas de la casa, así como el actuar por cuenta propia, sin tener el permiso de papa o mamá! O de la Sra. Stuart! Y en este caso has salido de  tu habitación sin tener el permiso de la Sra. Stuart! Y no te vuelvas a poner pantalón sin nuestro permiso! El comportarte de este modo tan irresponsable, hace que pierdas tus privilegios de vestir como te guste! Hoy no te lo tendré en cuenta, pero en lo sucesivo... Si cometes nuevos errores, te quitaremos el teléfono móvil. Sí, no me mires así. Cuando una niña pequeña de doce años no obedece a sus papás, no todos los castigos se reducen a una azotaina, también como tus papás que somos te retiraremos privilegios, si creemos que ello es necesario hacerlo por tu bien.

    Con cierta dificultad le saco los pantalones totalmente, al igual que sus bragas salieron entre ellos, haciéndoselos doblar teniendo que andar unos pasos, desnuda de cintura para abajo,  poniéndolos sobre la silla de al lado, volviendo sobre sus pasos sobándose el culo hacia su papá, el cual al tenerla a su lado la puso inmediatamente sobre sus piernas boca abajo, dándole fuertes y sonoros azotes que rápidamente le puso el culo nuevamente bien colorado, manteniendo bajo esa rojez el morado de los castigos del día anterior. Mientras Soraya se agitaba sobre sus piernas, llorando a los pocos azotes por lo dolorido que tenía el culo, no fueron más que una veintena de azotes pero bien fuertes, tras recibirlos dejándola ponerse en pie sobándose con fricción el culo, haciendo todo tipo de guiños y muecas de dolor.

(Sr. John)  -.  Debería calentarte el culo mucho más por desvergonzada!!!  Pero ya verás cómo te lo va a poner tu mamá!  Cuando te vea ahora entrar así  de desnuda a la habitación, te va a dar con la zapatilla la Sra. Stuart o tu mamá con el cepillo bien fuerte porque es lo que te mereces!!!  Ahora recoge tus bragas y ya te estas marchándote a la habitación, que buena te espera cuando tu madre se entere que no te han hecho las curas y marchado sin tener el debido permiso!!!  Seguro que ya te está esperando la Sra. Stuart con la zapatilla en mano a que vayas!!!

 

    La azotaina que le acababa de dar su papá no fue muy fuerte, pues claramente él sabía que sucedería al enterarse su mamá o la propia Sra. Stuart, pero seguramente su esposa se encargaría de ella de forma menos indulgente, dándole una azotaina por no cuidarse, pues era algo en lo que siempre insistían que era importante hidratar bien la piel, como spankers sabían que toda spankee, siempre trata de no ponerse crema, pues les gusta sentir en su trasero esas molestias, aunque en la casa aún no se habían topado con una spankee, que no se preocupara de hidratar la piel cuando más dolorida esta como Soraya. Normalmente solían hacerlo cuando llevaban días sin ser castigadas, y que sus molestias eran menores  deseando mantenerlas el máximo tiempo posible, al ser estas más llevaderas al ser leves en esos momentos, Soraya eso aún era demasiado primeriza para saberlo, por lo que pensó el Sr. John, siendo lo más posible que la pequeña había intentado evitar ver, la azotaina de mantenimiento matinal a Carmen, al haberse hecho buenas amigas, algo que le gustaba de ser así, pues otras chicas se habían portado muy mal con Carmen por ser doncella.

    Soraya salía del salón hacia el pasillo para ir a su habitación, tratando de maquinar una excusa para dar a su mamá y que esta fuera creíble, pues viéndose en el espejo de pasillo tenía el culo rojo siendo claramente visible, con las aureolas moradas en el centro y como en sus vértices estaban más coloradas, lo que mostraba que acababa de recibir de nuevo, aunque para saberlo solamente había que ver su estado, con lágrimas en sus mejillas y viéndola desnuda de cintura para abajo llevando sus bragas en la mano, lo cual no dejaba lugar a dudas que había recibido una azotaina. Al llegar a la puerta de la habitación, se quedó parada ante esta, escuchando si la azotaina a Carmen ya había cesado, debiendo ser así pues solamente la escuchaba sollozar, mientras de fondo en el interior escuchaba a la Sra. Abba regañar al Ama de llaves, porque Soraya se había salido sin efectuarle la cura matinal, contestando la Sra. Stuart que la niña había salido sin tener su permiso.

     En ese instante se abrió  la puerta saliendo entre lágrimas Carmen, viendo a Soraya desnuda de cintura hacia abajo y con sus braguitas en la mano.

(Carmen)  -.  Estas aquí? Ahora iba a buscarte al salón, tu mamá me ha enviado a buscarte! Pero ya veo que ya te han sorprendido…  Entra que te están esperando… Tu mamá esta que echa chispas, de lo enfadada que está contigo…

(Soraya)  -. No me he acordado…

(Sra. Abba)  -.  No te has acordado!!! Ya te voy a dar yo… “No me he acordado”…

    Al escuchar la voz de Soraya hablando con Carmen en el pasillo, salió a su encuentro su mamá que sin mediar palabra alguna, la agarraba del lóbulo de la oreja izquierda haciéndola entrar a la habitación.  Soraya dejo caer las bragas al suelo que llevaba en su mano derecha. Se cerró la puerta quedándose Carmen fuera.

     En el interior…

     Soraya se vio sorprendida al ver aparecer en el umbral de la puerta, y como sin dejarla excusarse, su mamá la llevo hacia el interior de su habitación tirándole del lóbulo de la oreja,  hacia a donde se hallaba  la Sra. Stuart sentada, la cual tras vestir a Carmen se acababa de sentar, viendo como la Sra. Abba llevaba hacia ella a Soraya, siendo colocada por su propia mamá sobre las piernas del Ama de Llaves.

(Sra. Abba)  -. Sra. Stuart hágame el favor de encargarse de corregir a esta sinvergüenza!  Yo misma me encargaría de ella si no estuviera cansada, acabo de encargarme de Carmen estoy agotada…

     La cual al tener a la joven sobre su regazo, se inclinó hacia su derecha al tiempo que daba un golpecito con la puntera de su zapatilla en el suelo, quedando su zapatilla suelta del pie, solamente tuvo que retirarlo hacia atrás para extraer el pie, para asirla por el talón de la zapatilla con su mano derecha. Esa mañana tenía pensado subir a la terraza, dado que debía recoger su ropa lavada el día anterior, no le gustaba que el servicio pudiera ver su ropa interior, tras haber perdido sus privilegios de utilizar prendas dignas a su edad.  Por ello y para evitar accidentes llevaba unas zapatillas con la suela de esparto. Para lo cual la zapatilla era de piel destalonada con la suela de esparto trenzado, su sola apariencia ya resultaba intimidante, viendo Soraya como agarraba la zapatilla, al permanecer boca abajo sobre sus piernas su cabeza inclinada hacia el suelo, tenía visión privilegiada del feo aspecto de la zapatilla.   Al incorporarse la Sra. Stuart comenzó a darle la azotaina a Soraya, la cual al tener dolorido el culo a los pocos azotes de la zapatilla ya lloraba del dolor, durante unos cinco interminables minutos que duró la azotaina.

(Sra. Abba)  -. Sra. Stuart puede parar usted! Ya imagino que está usted disgustada porque la he regañado a usted, porque Soraya ha salido de la habitación sin hacerse las curas, pero ya hablaremos con ella por la tarde… Ahora atiéndala usted sobre la cama, mientras busco unas bragas para la niña…

          La Sra. Stuart se levantó de la silla cargando bajo su brazo a la pequeña Soraya, depositándola sobre la cama con cuidado colocándola boca abajo, la Sra. Stuart se encargó de aplicarle crema hidratante refrescándole así el culo, mientras su mamá iba hacia la cómoda para coger unas bragas limpias, pues las que llevaba anteriormente y que su papá la había obligado a ir a su habitación con ellas en la mano, habían quedado en el pasillo en suelo, tras haberlas dejado caer Soraya ante la sorpresa de verse agarrada por el lóbulo de la oreja, estás estaban tiradas en el suelo del pasillo resaltando su blancura sobre el oscuro mosaico. 

      A los pocos minutos de aplicarle la crema, la piel colorada de las pequeñas nalguitas de Soraya habían absorbido toda la crema hidratante, su mamá le puso las bragas sin miramiento alguno dado su disgusto con su pequeña, pasándolas por sus pies y poniendo en pie a la pequeña se las ajusto a su cintura de forma brusca, dejándoselas  bien  subidas por encima del ombligo, de lo tensas que se las había puesto.  Lo cual el elástico deformaba el inflamado trasero, al quedar muy tenso el elástico de las perneras de las braguitas de algodón blancas. Permaneciendo Soraya con lágrimas en sus ojos, viendo que su mamá iba hacia ella con una falda que acababa de extraer del armario, espero de pie que su mamá le pusiera la falda tableada a cuadros verdes esmeralda con los bordes entrecruzados en negro.

      Momento que se vio sorprendida por la Ama de llaves, la cual sin avisar estiro de la pernera de sus braguitas de la nalga derecha, levantándosela por encima de la nalga clavándole la aguja de la inyección de vitaminas de hierro sin más, el alarido de Soraya al sentir el pinchazo resonó en la estancia, así como un “Ayee” al sentir de dolor al notar como el líquido entraba en la zona muscular de la nalga derecha, así como otro “Ayee” al sentir como extraía la aguja y con un algodón mojado en alcohol masajeaba su nalga dolorida.  En breve estuvo vestida de nuevo  con la falda tableada, que le había puesto su mamá subiendo la cinturilla de la falda algo más arriba de su cintura, dejando la parte baja de sus braguitas a la vista,  cogiéndola de la mano como a una niña, su mama se la llevo hacia el salón.  Soraya llorando se había llevado su mano derecha libre a su nalga derecha, introduciéndola bajo su falda de manera que al caminar con pasos rápidos hacia el salón, la imagen era trágica y graciosa al tiempo, pudiéndose ver el culo coloradísimo asomando bajo el elástico de las braguitas blancas, con la mano derecha de Soraya posada en el culo sobre sus bragas,  masajeándose la zona dolorida tras la inyección de vitaminas de hierro, siendo el líquido inyectado sumamente doloroso por sus contra indicaciones del medicamento, mientras su mamá tiraba de ella llevándola cogida de la mano izquierda, entrando en el salón siendo recibidas por su papá.

     El cual estaba ocupado al atender a una visitante, era una jovencísima chica de unos dieciocho años, la cual se apreciaba estar aterrada ante la visión que tenía ante ella.  Dado que a su lado estaba Carmen con sus ojos llorosos, acariciándose el culo bajo su corta falda plisada negra, por delante el delantal blanco anudado a su espalda, así como la blusa negra y una cofia en la cabeza,  con unos calcetines blancos hasta la rodilla que hacían  resaltar  la rojez de sus nalgas, bajo sus braguitas de algodón blancas con dibujos de florecillas verdes.  La joven estaba sentada en una silla, teniendo ante ella la visión de las braguitas de Carmen,  en esos momentos entraba la Sra. Abba, llevando de la mano a Soraya la cual entraba llorando,  colocándola su mamá delante de la joven invitada, la cual veía con los ojos agrandados las braguitas blancas de Soraya, así como bajo el elástico que asomaba bajo su corta falda, viendo sus nalgas al estar el elástico de las perneras muy ajustadas, la rojez escarlata muy brillante contrastada con las marcas violáceas  del trasero.

(Sr. John)  -.  Ah!  Ya estáis aquí las dos! Desayuna rápido pequeña, el chofer ya lleva varios minutos esperándote para llevarte al trabajo!   …Cariño mira a quien tenemos aquí?  Es Dae Sung,  la chica coreana que entrevistamos hace unos meses, la recuerdas? La entrevistamos hace tres meses más o menos, entonces era menor de edad le faltaban unos días para cumplir los dieciocho, es una monada de chica el que sea tan bajita un metro cincuenta apenas, ello la hace ser ideal para colocarla sobre nuestras rodillas. Está algo asustada al ver vuestra entrada, al parecer no esperaba estar presente ante otras chicas, tras presentarle a Carmen que será quien le enseñara la casa, viendo como tiene el culo de colorado la ha sorprendido, solo le faltaba ver tu entrada con nuestra hija pequeña, Soraya.  Como puedes ver Dae… Si no se te hacen las debidas curas cuando seas castigada, te sucederá lo mismo que a nuestra hija de doce añitos Soraya, como puedes ver tu misma Dae, ella no tiene doce añitos, es algo mayor claro está. Pero  ese es el rol que ella eligió.  Ah!  …Ya está usted aquí Sra. Stuart!  Llévese a esta jovencita a su habitación, dele su vestuario e instrucciones de cuál será su trabajo.  Al mediodía cuando Soraya vuelva del trabajo, después de comer le daremos la bienvenida a Dae Sung, ella como  spankee eligió su propio rol cuando la entrevistamos, será nuestra doncella en la casa y  ayudara a Carmen en las labores.

(Sra. Abba)  -. Parece no tener más de trece años, pero ese es el perfil que buscábamos al responderte, parece una muñequita con ese rostro tan precioso… Sra. Stuart ocúpese de ella como de costumbre, al mediodía usted se ocupara de ella para mostrarle como serán sus castigos,  tu primera  azotaina no será muy severa jovencita! Pero tal como acordamos es necesaria para que puedas comprobar por ti misma, así podrás decidir si deseas continuar en la casa o decides por el contrario marcharte.  Tal y como habíamos hablado debes  pasar esta prueba, si… dejáramos esta cuestión para tu primera falta, y te castigáramos en consonancia con la falta, podrías encontrarte con un castigo superior de lo que hubieras esperado, dado que una falta debe aplicarse según su gravedad.  En esta casa nos gusta dejar las cosas claras desde un principio, si estás de acuerdo acompaña a nuestra Ama de Llaves. Sra. Stuart su uniforme lo mandamos hacer unos días atrás, encárguese de ella aseándola adecuadamente. …Y tu desvergonzada!!!  Ya te está esperando el chofer para llevarte al trabajo!

(Dae Sung)  -. Cuando hablamos en la entrevista Sra. Abba,  ya me lo dejaron bien aclarado, que no se andan por las ramas a la hora de aplicar un correctivo, espero estar a la altura de lo que ustedes esperan de mí.

 

      Soraya estaba pasando una mañana horrible, viendo las estrellas dado que su trabajo le exigía levantarse de la silla varias veces, pero lo peor de todo le resultaba el regresar a su puesto, teniendo que sentarse ante sus compañeras de trabajo,  actuando con disimulo al posar su trasero en el asiento de la, teniendo que forzar una sonrisa si la observaba la compañera de al lado  como si no le doliera el culo, sujetándose los bordes de la falda para no mostrar las bragas al sentarse, puesto que al acampanarse con el vuelo de la falda podía dejar a la vista el estado de su trasero. 

      Por fortuna esa mañana encontró en el vestíbulo un cojín en uno de los sofás, el cual recogió disimuladamente para colocarlo  bajo su  trasero. Andar por los pasillos tampoco le resultaba nada cómodo, pues andar  con el trasero dolorido le resultaba agradable por una parte, como muy molesto por otra, al sentir el roce de sus braguitas ajustadas sobre sus inflamadas nalgas, dado que el simple roce de la tela de algodón, en otras circunstancias seria comodidad por su suavidad, en esos momentos resultaban de lo más incomodas, al parecerle llevar entre sus bragas granitos de arena, los cuales rascaban sobre la inflamada piel, causándole una impresión de llevar puestas unas bragas de papel de lijar.  Sobre todo por el tener que caminar como si estuviera perfectamente, caminando erguida  lo cual hacia que las molestias fueran más difíciles de ocultar, pero por su trabajo debía ir de despacho en despacho entregando sus informes, una vez recibía los datos del laboratorio, debía escribir los informes para luego ser entregados. Lo cual era su peor pesadilla en esos momentos, el tener que acudir a dichos despachos, no únicamente con el dolor en el  trasero al caminar,  que a fin de cuentas no le era totalmente desagradable sentir esa sensación, lo difícil para ella era andar como si no tuviera el culo dolorido, sumándole a ello su preocupación por evitar el vuelo de su corta falda, dado que al girarse o cuando debía inclinarse para coger material de oficina, al estar guardados en el archivador inferior, la parte alta estaba destinada a documentos, y la parte baja para el material de oficina, por lo que era obvio tratar de no mostrar sus braguitas blancas, así como que nadie se percatara de cómo llevaba el culo de colorado, sus compañeras no la prestaban demasiada atención, pero los hombres al verla pasar no le apartaban sus miradas, algunos disimulaban con la cabeza baja para no ser observados al hacerlo, en cambio otros la miraban con toda la mala intención y descaro tratando de no perder detalle para  verle las bragas. unos días  antes de conocer a sus papás de adopción, para extraer dicho material se ponía en cuclillas cuando llevaba falda, y a pesar de su timidez le agradaba sentirse observada. Pero en las condiciones que tenía su trasero ponerse en cuclillas le resultaba muy doloroso, el agacharse era dentro de lo que cabe fácil, pero a la hora de levantarse era lo complicado al enderezarse la espalda.

    Otra de sus preocupaciones que la preocupaban esa mañana eran sus bragas, ya se las había cambiado en dos ocasiones al tener el fondillo de sus braguitas empapadas.  Por fortuna para ella por consejo de Carmen, había puesto en el bolso varias bragas de repuesto, dado que la mañana se le haría muy larga y le sería necesario cambiarse más de una vez.   Pues en el fondillo de sus braguitas sentía su humedad, dado que en cuanto se ponía a recordar lo sucedido esa mañana o lo ocurrido el día así mismo como la tarde anterior, se humedecía con facilidad dejando la marca de humedad en el cojín, teniendo cuidado de secarlo cada vez que se levantaba, teniendo cuidado al sentarse acampanando su falda, para sentarse sobre las braguitas, a pesar de las molestias que representaba sentarse sobre el cuero del cojín, pero de hacerlo sobre la falda corría el riesgo que su humedad quedara reflejada en la falda, a pesar de la incomodidad por el cojín al formar unos cuadros con un botón en el centro, cada cuadro tenia uno de cabeza curvada circular el cual se le clavaba en el culo, causándole  dolor por la presión de su propio peso, a pesar de sus braguitas blancas que nada amortiguaban esa molestia.

     A la hora del almuerzo a mediodía, en dos turnos iban bajando el personal al restaurante de la planta baja. Mientras sus compañeros hacían cola para bajar en ascensor, ella dejando a sus compañeras  se fue al servicio, sentía la imperiosa necesidad de cambiarse de braguitas, pues el fondillo de sus braguitas hacia varios minutos que ya no retenía su humedad, sintiendo como varias gotas descendían por el interior de sus muslos.  Soraya ansiaba el momento de acabar su jornada  de trabajo, deseaba que llegase el momento de regresar a casa, pues en su mente tenia grabada la imagen de la nueva doncella, sentía deseo por presenciar la prueba que le harían a Dae Sung a su llegada…

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Gracias por continuar! Lo leí a los pocos días y te comenté pero no se publicó o no se que ocurrió. Quisiera ya saber si adoptan o no a Marisa y que tal es la nueva doncella, y me encanta que sean relatos largos y con una historia en cada personaje, me super engancha. De nuevo gracias!

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  2. Gracias a ti y a todos los que siguen mis historias, sin vosotros resultaría mas difícil continuar, sobre todo en estos tiempos que no resultan fáciles para nadie. Como suelo decir mis historias son roles en los que he jugado alguna vez en real, y en un rol, son varias las desventuras que se corren por parte de las protagonistas. Hay quienes les gusta jugar simplemente por jugar, yo en ello no encuentro aliciente alguno, pero respeto a quienes lo practican y disfrutan...

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