SORAYA Y SU
NUEVO HOGAR Capitulo 12
La Sra. Abba acababa de acostar a Carmen
en su cama, minutos antes le había
puesto crema hidratante en el trasero,
sintiendo en la yemas de sus dedos lo inflamado que lo tenía tras darle la
azotaina de mantenimiento antes de acostarla, dejando a Carmen relativamente más calmada y relajada. Durante la azotaina con el cepillo había
llorado ante los azotes, que caían incesantes uno tras otro provocando así el fuego
intenso en el trasero, durante unos minutos la Sra. Abba, la mantuvo con los
pies en el suelo a la joven entre sus piernas, abrazándola con sus manos
rodeando su cintura, acariciando con la mano derecha la espalda, subiendo su
mano bajo el camisón desde la cintura, hasta media espalda mientras con la
izquierda desde la cintura, la fue bajando lentamente acariciarle el ardiente trasero trazando
círculos suavidad y dulzura, hasta que la joven doncella se fue calmando poco a
poco dejando así de llorar, tras quedar
algo más calmada tras haberle aplicado la
crema hidratante en el culo, bajando su mano derecha acompañada de la mano
izquierda, le subió las braguitas de algodón blancas con dibujos de
florecillas, subiéndosela lentamente escuchando un leve gemido al pasarle la
prenda por su inflamadas nalgas, con delicadeza le ajusto las braguitas a su
cintura.
La arropo cubriéndola hasta el cuello
besándola en la frente dándole las buenas noches, con una dulce sonrisa en sus
labios que Carmen agradeció con una tenue sonrisa, a pesar que le había mondado
el culo a azotes. Agradecida por los
cuidados recibidos de la Sra. Abba, Carmen la vio salir apagando la luz abandonando
así la habitación tras cerrar la puerta. Carmen nada más sentir cerrarse la
puerta, se dio la vuelta colocándose boca abajo dado lo dolorida que estaba. Soraya
acostada escuchaba como Carmen, sollozaba débilmente en su cama tras haber
recibido la azotaina de mantenimiento, durante
la cual al propinársela la Sra. Abba le había dejado bien claro, su malestar a Carmen dada su fuerza al
aplicarle el cepillo. Desde su cama Soraya escuchaba los gimoteos así como los
lamentos de dolor que tenía, tras haber sido testigo de la azotaina a Carmen sobre las rodillas de mamá, aunque no podía
verla claramente al estar acurrucada entre las sabanas, imaginaba como debía de
sentirse después de ser castigada, pues ella a pesar de no haber recibido castigo
de mantenimiento alguno al acostarse, se encontraba también tan dolorida como
Carmen, mientras imitando a su buena amiga, Soraya permanecía también en su
cama boca abajo.
Ella misma estaba con lágrimas en sus ojos
desde que la Sra. Stuart hubiera abandonado la habitación, por la vergüenza que
había pasado al verse así misma sin poder hacer nada, viendo la parsimonia con
la que el Ama de llaves le ponía el pañal para dormir, así como unas braguitas
de plástico anti fugas para evitar mojar las sabanas, o en caso de accidente
grave evitar que se mojase el colchón. El verse así misma por segunda vez en
pañales en el mismo día, primero para dormir la siesta esa tarde aunque no le
apetecía nada dormir, recordando como cuando era pequeña y su mamá la hacía dormir la siesta. En esos
momentos resulto duro para ella, un
hecho que la había superado emocionalmente, tras ver entrar a quien era ya su
nueva mamá adoptiva. Al igual que era su primera mujer spanker, el momento que le estaba poniendo el pijama
abotonado a la espalda, pudo ver como a Carmen era colocada sobre las rodillas
de su mamá, desde su cama echada boca abajo, pudiendo ver fugazmente como caían
los primeros azotes, en el trasero de
Carmen por su travesura de la mañana, al no haberse vestido de forma correcta su uniforme de doncella.
Tras quedarse a solas las dos muchachas
en sus camas, Soraya trato de conciliar el sueño pero las molestias en su
inflamado trasero, la hacía sentirse incomoda por el dolor en el culo, sobre
todo al acabarse de acostar sintiéndolo muy dolorido e inflamado. Lo sentía
como palpitaba bajo la celulosa del pañal,
algo dada su extrañeza ya comenzaba a serle molesto, al ponérselo pudo sentir
la suavidad de la celulosa, por ello extrañaba ese incremento del picor sobre
todo al intentar cambiar la posición. Una y otra vez se removía dada la incomodidad
poniéndose de costado, primero hacia el lado derecho sin lograr encontrar
comodidad, luego hacia la izquierda obteniendo el mismo resultado. Pero el moverse permaneciendo boca abajo en
la cama, su situación no hacía más que empeorar por el roce de sus nalgas de la
celulosa del pañal, algo que en otras circunstancias su tacto habría sido deliciosamente
suave, pero al tener el culo magullado el simple roce del pañal, la hacía ver
las estrellas dado el intenso picor que le producía, no logrando apaciguarlo al moverse ni lo mas mínimo, si un caso todo
lo contrario siéndole más molesto aun a cada movimiento, dando la impresión de
tener granos de arena entre sus nalgas y la celulosa del pañal.
Al no poder conciliar el sueño por tener
esas molestias, tratando de relajarse recordando las escenas vividas ese día, en su mente repasaba las escenas vividas… la
sorpresa que se había llevado al ver a sus nuevos papas en la puerta de su
domicilio, ella no se esperaba que fueran a recogerla ellos mismos… así como el
instante que era regañada por llegar tarde, en la misma calle como cuando era
una chiquilla… la amenaza de sus nuevos papás de castigarla nada más entrar al
interior, la hizo acurrucarse en la cama recordando tan mágico momento… sintiéndose
como una niña de doce años, siendo regañada por sus papás, en el instante justo
que su mejor amiga Marisa, iba andando tras ella apenas a unos metros sin verla venir, con lo
cual no solamente escucho la escena, si no, que tuvo que verla de cerca como
era regañada…
…La primera azotaina que había podido ver
ella misma de cerca, aunque había visto a su amiga Sonia tan solo unos días
atrás. La sensación de ver como la recibía su mejor amiga… y ver por primera
vez como le bajaban las bragas, siendo su mamá quien le daba la azotaina fue un
instante mágico, resultando una sensación inexplicable sentir la angustia, dado
que después le llegaría a ella su turno, por lo cual sintió temor a recibir
unos azotes, así como estar avergonzada esperando su momento. Siendo ella quien iba a estar boca abajo
sobre las rodillas de mamá, con la falda levantada y bragas bajadas a las
rodillas, recibiendo una azotaina en su presencia, en presencia de Marisa su
mejor amiga… así como estar las dos castigadas cara a la pared…
…Luego en el interior del coche de papá, cuando por sonreír feliz por su
amiga, su mamá malinterpreto esa acción, con lo cual le dio una breve azotaina
en el asiento trasero del vehículo… el verse así misma sobre las rodillas de mamá… con una sonrisa en
sus labios, recordaba luego lo bien que
se sintió, sentada en el regazo siendo abrazada por su mamá… Ese recuerdo la
hizo sentirse apaciguada al instante mágico para ella… recordando las palabras
de su amiga Carmen, que “para recibir cariño de sus nuevos papás no era
necesario portarse mejor o peor”.
Recuerdos que eran muy gratificantes
para Soraya, tras los cuales desaparecieron las dudas que pudiera tener, ahora
tenía claro que deseaba más que nunca quedarse en esa casa, por muy doloroso
que pudiera resultarle en el futuro. Pero
no había contado que su entrepierna actuara por cuenta propia, humedeciéndose
el fondillo de su pañal en su entrepierna, sintiendo una humedad como nunca
había sentido. Tras lo cual había logrado empeorar su situación sin desearlo,
sintiéndose nuevamente muy avergonzada con esa situación incómoda, sobre todo al
tener que permanecer boca abajo en la cama dolorida. Pero sin desearlo se había
agravado su estado, pasando a suceder
algo inesperado incrementando así sus peores temores, en el instante que sentía
un ardor intenso en su entrepierna, deseando poder introducir su mano bajo su pañal,
para acariciarse el intenso fuego de su sexo.
Sintiendo como la humedad en su entrepierna del pañal, se acentuaba avergonzándose de sí misma dado que al
cambiarla por la mañana, sería imposible ocultar esos fluidos del orgasmo que
acababa de tener de manera espontánea, aterrándole la sola idea de pensar que
la Sra. Stuart vería la mancha de su humedad,
al soltar los adhesivos laterales descubriendo la humedad de su entrepierna al retirarle el pañal. Solamente el pensarlo la hacía temblar de
miedo, por las consecuencias que significaría para su maltrecho trasero.
Durante la madrugada el agotamiento, las
venció a las dos quedándose dormidas hasta las siete de la mañana. Hora que
paso por la habitación la Sra. Stuart para preparar su ropa, despertando a
Soraya y Carmen que se encontraban profundamente dormidas, quejándose como
niñas al ser despertadas al ser la hora de levantarse. Soraya sintió como la destapaba echando hacia
los pies el edredón, quedando echada boca abajo viendo el ir y venir hacia el
baño a la Sra. Stuart, haciendo los preparativos para bañar a las chicas. Soraya se sintió zarandeada por los fuertes
brazos del Ama de llaves, haciéndola ver las estrellas al desplazar su pequeño cuerpo,
tras despertarse en ese momento su adormecido e inflamado trasero, sintiendo
unos terribles pinchazos al colocarla boca arriba para quitarle el pañal, tras
haberle quitado primero su pijama abotonado a la espalda, quedando en la cama
boca arriba solamente con el pañal.
Sintiendo como las frías manos de la Sra.
Stuart, le hurgaban en su cinturilla bajándole las braguitas de plástico,
deslizándolas por sus muslos hasta poco
a poco sacárselas por los pies. Soraya cerro sus ojos por la vergüenza al notar
los fríos dedos de la Sra. Stuart que manipulaban los adhesivos laterales del
pañal, a Soraya le tranquilizo el hecho que en el trasero no notaba humedad, sintiéndose feliz
por haber logrado aguantar durante toda la noche, pues de madrugada le vinieron
ganas de hacer pis, pudiendo controlar mentalmente en no hacérselo encima, pero
a pesar de ello sentía su entrepierna muy húmeda avergonzada, haciéndola temerse lo peor al serle retirado
el pañal con su entrepierna húmeda. Viéndose sorprendida al ver cómo le era
retirado sin ser regañada, siendo acompañada
al baño para hacer sus necesidades matinales.
Momento que la Sra. Stuart salió para
ocuparse de levantar a Carmen, uniéndose a ella poco después en el baño ambas desnudas,
viendo Soraya como llevaba el culo de morado
Carmen. Al igual que comprobaría
poco después el suyo, al poder contemplarse ante el espejo del baño, con claras
marcas aun visibles de la vara durante
su primera clase con su profesor. Las
dos chicas avergonzadas al ser bañadas por la Sra. Stuart como niñas, viéndose
entre sí mismas como hacían gestos de dolor, cuando la esponja enjabonada pasaba,
por sus inflamados traseros con un
tono claramente violáceo.
Poco después una vez ya secas por la propia
Sra. Stuart salían del baño solo en braguitas, para vestirse con la ropa ya
preparada por la Sra. Stuart. Mientras
Soraya se vestía ella misma con una blusa verde oscura, enfundándose en unos
ajustados pantalones jean´s que extrajo ella misma del armario, a pesar de
tener sobre la cama una falda preparada para ella, viendo las estrellas al
subírselos contoneando sus caderas, para así ayudarse a subírselos por ser muy
ajustados, volviendo a ver estrellitas al ajustarse el pantalón a su inflamado
trasero, costándole abrocharse el botón del pantalón como si estos se hubieran
encogido, al tener su trasero muy inflamado sintiendo como se tensaba el trasero
en sus jean´s, contemplándose el trasero en el espejo vio sus esplendidas
redondeces marcadas por el ajustado pantalón.
Viendo como su amiga Carmen esperaba en braguitas de pie, a que la Sra.
Stuart la vistiera antes de que entrara por la puerta la Sra. Abba, que ya no
tardaría en aparecer para darles los buenos días, y propinarle a Carmen su
azotaina matinal.
Justo en el momento que entraba la Sra.
Abba, Soraya salía de la habitación acariciándose el trasero, comenzaba
arrepentirse de haberse puesto los pantalones.
Al ver a su mamá se abrazó a ella, rodeando con sus brazos la cintura
dada la estatura de la Sra. Abba.
(Sra. Abba) -. Buenos días mi pequeña! Has pasado buena
noche? Ya vas para el salón a desayunar,
muy bien… pero irías más cómoda a trabajar con falda…pero tú sabrás lo que
haces. Tu papá te espera para desayunar contigo, ahora en cuanto me ocupe de
Carmen iré a reunirme con vosotros.
Se despidieron viendo como su mamá entraba a
la habitación, escuchando como nada más entrar regañaba a Carmen. Quedándose Soraya tras la puerta escucho como
resonaban los primeros azotes, al igual que poco después escuchaba llorar a su
amiga, a los pocos minutos los azotes sonaban menos graves pasando a ser algo
más estridentes, supuso Soraya que debía de haberle bajado las bragas a Carmen.
Sin esperar a que acabase el castigo a su amiga, se encamino hacia el salón no
deseaba que al salir su mamá la
descubriera escuchando tras la puerta, ello le habría creado problemas
posiblemente.
…Al entrar al salón…
(Sr. John) -. Buenos días mi
niña! Has pasado buena noche? Que tal te
ha ido con la cura de la mañana? Ya te han puesto la pomada y la inyección de
vitaminas? Ayer tuviste mucho desgaste
por tu mal comportamiento, veras que aunque sea dolorosa esa inyección, te
ayudara a pasar mejor la jornada de hoy y recuperarte para el resto de la
jornada…
Se quedó boquiabierta al hablarle su papá
sobre la cura, pues por sus prisas en vestirse para salir de la habitación, no
había recaído en pensar que la Sra. Stuart debía aplicarle la cura matinal, al
igual que había hecho al acostarse aplicándole crema hidratante.
(Sr. John) -. Ven aquí!
Siéntate en mis piernas y explícame a que viene esa cara de sorpresa que has
puesto, porque te han hecho la cura verdad? Me extraña que la Sra. Stuart no se
haya encargado de ello.
(Soraya) -. …No me ha hecho la
cura,… papá! Tenía tanta prisa por salir
de la habitación, que me he vestido rápido saliendo poco después, la Sra.
Stuart aún estaba en el baño recogiendo, y no me ha visto salir.
(Sr. John) -. Quieres decir que has salido de la
habitación, sin tener el permiso de la Sra. Stuart para venir al salón a
desayunar? Eso que has hecho está muy
mal!!! Por no hablar de la importancia
de efectuar curas tres veces al día como mínimo. Esto es algo que ya lo
habíamos hablado los primeros días, pues es importante para una buena
recuperación, pues de ser traviesa serás castigada en el momento que seas
descubierta, siendo necesario esas curas para poder darte tu merecido. Debo recordarte que mientras permaneces
dentro de esta casa, eres una niña que solo tienes doce añitos y no tus
veintidós años!!! No puedes hacer nada
sin el permiso de un adulto, tanto para hacer tus deberes, ir a tu habitación a
jugar, utilizar el teléfono móvil, ir al servicio, etc…etc… .- Bajándola de
sus piernas dejándola en pie entre ellas, mirándola a los ojos comenzó a
desabrocharle el botón, de la cinturilla del pantalón Jean´s bajándole la
cremallera, una vez sueltos se los fue bajando con cierta dificultad a estar
muy ajustados. -. Ahora te voy a enseñar
lo que sucede cuando no respetas las normas de la casa, así como el actuar por
cuenta propia, sin tener el permiso de papa o mamá! O de la Sra. Stuart! Y en
este caso has salido de tu habitación sin
tener el permiso de la Sra. Stuart! Y no te vuelvas a poner pantalón sin
nuestro permiso! El comportarte de este modo tan irresponsable, hace que
pierdas tus privilegios de vestir como te guste! Hoy no te lo tendré en cuenta,
pero en lo sucesivo... Si cometes nuevos errores, te quitaremos el teléfono
móvil. Sí, no me mires así. Cuando una niña pequeña de doce años no obedece a
sus papás, no todos los castigos se reducen a una azotaina, también como tus
papás que somos te retiraremos privilegios, si creemos que ello es necesario
hacerlo por tu bien.
Con cierta dificultad le saco los
pantalones totalmente, al igual que sus bragas salieron entre ellos,
haciéndoselos doblar teniendo que andar unos pasos, desnuda de cintura para
abajo, poniéndolos sobre la silla de al
lado, volviendo sobre sus pasos sobándose el culo hacia su papá, el cual al
tenerla a su lado la puso inmediatamente sobre sus piernas boca abajo, dándole
fuertes y sonoros azotes que rápidamente le puso el culo nuevamente bien
colorado, manteniendo bajo esa rojez el morado de los castigos del día anterior. Mientras Soraya se agitaba sobre sus
piernas, llorando a los pocos azotes por lo dolorido que tenía el culo, no
fueron más que una veintena de azotes pero bien fuertes, tras recibirlos dejándola
ponerse en pie sobándose con fricción el culo, haciendo todo tipo de guiños y
muecas de dolor.
(Sr. John) -. Debería calentarte el culo mucho más por
desvergonzada!!! Pero ya verás cómo te
lo va a poner tu mamá! Cuando te vea
ahora entrar así de desnuda a la
habitación, te va a dar con la zapatilla la Sra. Stuart o tu mamá con el
cepillo bien fuerte porque es lo que te mereces!!! Ahora recoge tus bragas y ya te estas
marchándote a la habitación, que buena te espera cuando tu madre se entere que
no te han hecho las curas y marchado sin tener el debido permiso!!! Seguro que ya te está esperando la Sra.
Stuart con la zapatilla en mano a que vayas!!!
La azotaina que le acababa de dar su papá
no fue muy fuerte, pues claramente él sabía que sucedería al enterarse su mamá
o la propia Sra. Stuart, pero seguramente su esposa se encargaría de ella de
forma menos indulgente, dándole una azotaina por no cuidarse, pues era algo en
lo que siempre insistían que era importante hidratar bien la piel, como spankers
sabían que toda spankee, siempre trata de no ponerse crema, pues les gusta
sentir en su trasero esas molestias, aunque en la casa aún no se habían topado
con una spankee, que no se preocupara de hidratar la piel cuando más dolorida
esta como Soraya. Normalmente solían hacerlo cuando llevaban días sin ser
castigadas, y que sus molestias eran menores deseando mantenerlas el máximo tiempo posible,
al ser estas más llevaderas al ser leves en esos momentos, Soraya eso aún era
demasiado primeriza para saberlo, por lo que pensó el Sr. John, siendo lo más
posible que la pequeña había intentado evitar ver, la azotaina de mantenimiento
matinal a Carmen, al haberse hecho buenas amigas, algo que le gustaba de ser
así, pues otras chicas se habían portado muy mal con Carmen por ser doncella.
Soraya salía del salón hacia el pasillo
para ir a su habitación, tratando de maquinar una excusa para dar a su mamá y
que esta fuera creíble, pues viéndose en el espejo de pasillo tenía el culo
rojo siendo claramente visible, con las aureolas moradas en el centro y como en
sus vértices estaban más coloradas, lo que mostraba que acababa de recibir de
nuevo, aunque para saberlo solamente había que ver su estado, con lágrimas en
sus mejillas y viéndola desnuda de cintura para abajo llevando sus bragas en la
mano, lo cual no dejaba lugar a dudas que había recibido una azotaina. Al
llegar a la puerta de la habitación, se quedó parada ante esta, escuchando si la
azotaina a Carmen ya había cesado, debiendo ser así pues solamente la escuchaba
sollozar, mientras de fondo en el interior escuchaba a la Sra. Abba regañar al
Ama de llaves, porque Soraya se había salido sin efectuarle la cura matinal,
contestando la Sra. Stuart que la niña había salido sin tener su permiso.
En ese instante se abrió la puerta saliendo entre lágrimas Carmen,
viendo a Soraya desnuda de cintura hacia abajo y con sus braguitas en la mano.
(Carmen) -. Estas aquí? Ahora iba a buscarte al salón, tu
mamá me ha enviado a buscarte! Pero ya veo que ya te han sorprendido… Entra que te están esperando… Tu mamá esta
que echa chispas, de lo enfadada que está contigo…
(Soraya) -. No me he acordado…
(Sra. Abba) -. No te has acordado!!! Ya te voy a dar yo… “No
me he acordado”…
Al escuchar la voz de Soraya hablando con
Carmen en el pasillo, salió a su encuentro su mamá que sin mediar palabra
alguna, la agarraba del lóbulo de la oreja izquierda haciéndola entrar a la
habitación. Soraya dejo caer las bragas
al suelo que llevaba en su mano derecha. Se cerró la puerta quedándose Carmen
fuera.
En el interior…
Soraya se vio sorprendida al ver aparecer
en el umbral de la puerta, y como sin dejarla excusarse, su mamá la llevo hacia
el interior de su habitación tirándole del lóbulo de la oreja, hacia a donde se hallaba la Sra. Stuart sentada, la cual tras vestir a
Carmen se acababa de sentar, viendo como la Sra. Abba llevaba hacia ella a
Soraya, siendo colocada por su propia mamá sobre las piernas del Ama de Llaves.
(Sra. Abba) -. Sra. Stuart
hágame el favor de encargarse de corregir a esta sinvergüenza! Yo misma me encargaría de ella si no
estuviera cansada, acabo de encargarme de Carmen estoy agotada…
La cual al tener a la joven sobre su
regazo, se inclinó hacia su derecha al tiempo que daba un golpecito con la
puntera de su zapatilla en el suelo, quedando su zapatilla suelta del pie,
solamente tuvo que retirarlo hacia atrás para extraer el pie, para asirla por
el talón de la zapatilla con su mano derecha. Esa mañana tenía pensado subir a
la terraza, dado que debía recoger su ropa lavada el día anterior, no le
gustaba que el servicio pudiera ver su ropa interior, tras haber perdido sus
privilegios de utilizar prendas dignas a su edad. Por ello y para evitar accidentes llevaba
unas zapatillas con la suela de esparto. Para lo cual la zapatilla era de piel
destalonada con la suela de esparto trenzado, su sola apariencia ya resultaba
intimidante, viendo Soraya como agarraba la zapatilla, al permanecer boca abajo
sobre sus piernas su cabeza inclinada hacia el suelo, tenía visión privilegiada
del feo aspecto de la zapatilla. Al
incorporarse la Sra. Stuart comenzó a darle la azotaina a Soraya, la cual al
tener dolorido el culo a los pocos azotes de la zapatilla ya lloraba del dolor,
durante unos cinco interminables minutos que duró la azotaina.
(Sra. Abba) -. Sra. Stuart puede
parar usted! Ya imagino que está usted disgustada porque la he regañado a
usted, porque Soraya ha salido de la habitación sin hacerse las curas, pero ya
hablaremos con ella por la tarde… Ahora atiéndala usted sobre la cama, mientras
busco unas bragas para la niña…
La Sra. Stuart se levantó de la silla cargando
bajo su brazo a la pequeña Soraya, depositándola sobre la cama con cuidado
colocándola boca abajo, la Sra. Stuart se encargó de aplicarle crema hidratante
refrescándole así el culo, mientras su mamá iba hacia la cómoda para coger unas
bragas limpias, pues las que llevaba anteriormente y que su papá la había
obligado a ir a su habitación con ellas en la mano, habían quedado en el
pasillo en suelo, tras haberlas dejado caer Soraya ante la sorpresa de verse
agarrada por el lóbulo de la oreja, estás estaban tiradas en el suelo del
pasillo resaltando su blancura sobre el oscuro mosaico.
A los pocos minutos de aplicarle la
crema, la piel colorada de las pequeñas nalguitas de Soraya habían absorbido toda
la crema hidratante, su mamá le puso las bragas sin miramiento alguno dado su
disgusto con su pequeña, pasándolas por sus pies y poniendo en pie a la pequeña
se las ajusto a su cintura de forma brusca, dejándoselas bien subidas por encima del ombligo, de lo tensas
que se las había puesto. Lo cual el
elástico deformaba el inflamado trasero, al quedar muy tenso el elástico de las
perneras de las braguitas de algodón blancas. Permaneciendo Soraya con lágrimas
en sus ojos, viendo que su mamá iba hacia ella con una falda que acababa de
extraer del armario, espero de pie que su mamá le pusiera la falda tableada a
cuadros verdes esmeralda con los bordes entrecruzados en negro.
Momento que se vio sorprendida por la Ama
de llaves, la cual sin avisar estiro de la pernera de sus braguitas de la nalga
derecha, levantándosela por encima de la nalga clavándole la aguja de la
inyección de vitaminas de hierro sin más, el alarido de Soraya al sentir el
pinchazo resonó en la estancia, así como un “Ayee” al sentir de dolor al notar
como el líquido entraba en la zona muscular de la nalga derecha, así como otro
“Ayee” al sentir como extraía la aguja y con un algodón mojado en alcohol
masajeaba su nalga dolorida. En breve
estuvo vestida de nuevo con la falda
tableada, que le había puesto su mamá subiendo la cinturilla de la falda algo
más arriba de su cintura, dejando la parte baja de sus braguitas a la vista, cogiéndola de la mano como a una niña, su mama
se la llevo hacia el salón. Soraya
llorando se había llevado su mano derecha libre a su nalga derecha,
introduciéndola bajo su falda de manera que al caminar con pasos rápidos hacia
el salón, la imagen era trágica y graciosa al tiempo, pudiéndose ver el culo
coloradísimo asomando bajo el elástico de las braguitas blancas, con la mano
derecha de Soraya posada en el culo sobre sus bragas, masajeándose la zona dolorida tras la
inyección de vitaminas de hierro, siendo el líquido inyectado sumamente
doloroso por sus contra indicaciones del medicamento, mientras su mamá tiraba
de ella llevándola cogida de la mano izquierda, entrando en el salón siendo
recibidas por su papá.
El cual estaba ocupado al atender a una
visitante, era una jovencísima chica de unos dieciocho años, la cual se
apreciaba estar aterrada ante la visión que tenía ante ella. Dado que a su lado estaba Carmen con sus ojos
llorosos, acariciándose el culo bajo su corta falda plisada negra, por delante
el delantal blanco anudado a su espalda, así como la blusa negra y una cofia en
la cabeza, con unos calcetines blancos hasta
la rodilla que hacían resaltar la rojez de sus nalgas, bajo sus braguitas de
algodón blancas con dibujos de florecillas verdes. La joven estaba sentada en una silla,
teniendo ante ella la visión de las braguitas de Carmen, en esos momentos entraba la Sra. Abba,
llevando de la mano a Soraya la cual entraba llorando, colocándola su mamá delante de la joven
invitada, la cual veía con los ojos agrandados las braguitas blancas de Soraya,
así como bajo el elástico que asomaba bajo su corta falda, viendo sus nalgas al
estar el elástico de las perneras muy ajustadas, la rojez escarlata muy
brillante contrastada con las marcas violáceas del trasero.
(Sr. John) -. Ah! Ya
estáis aquí las dos! Desayuna rápido pequeña, el chofer ya lleva varios minutos
esperándote para llevarte al trabajo! …Cariño
mira a quien tenemos aquí? Es Dae Sung, la chica coreana que entrevistamos hace unos
meses, la recuerdas? La entrevistamos hace tres meses más o menos, entonces era
menor de edad le faltaban unos días para cumplir los dieciocho, es una monada
de chica el que sea tan bajita un metro cincuenta apenas, ello la hace ser
ideal para colocarla sobre nuestras rodillas. Está algo asustada al ver vuestra
entrada, al parecer no esperaba estar presente ante otras chicas, tras
presentarle a Carmen que será quien le enseñara la casa, viendo como tiene el
culo de colorado la ha sorprendido, solo le faltaba ver tu entrada con nuestra hija
pequeña, Soraya. Como puedes ver Dae… Si
no se te hacen las debidas curas cuando seas castigada, te sucederá lo mismo
que a nuestra hija de doce añitos Soraya, como puedes ver tu misma Dae, ella no
tiene doce añitos, es algo mayor claro está. Pero ese es el rol que ella eligió. Ah! …Ya
está usted aquí Sra. Stuart! Llévese a
esta jovencita a su habitación, dele su vestuario e instrucciones de cuál será
su trabajo. Al mediodía cuando Soraya
vuelva del trabajo, después de comer le daremos la bienvenida a Dae Sung, ella
como spankee eligió su propio rol cuando
la entrevistamos, será nuestra doncella en la casa y ayudara a Carmen en las labores.
(Sra. Abba) -. Parece no tener
más de trece años, pero ese es el perfil que buscábamos al responderte, parece
una muñequita con ese rostro tan precioso… Sra. Stuart ocúpese de ella como de
costumbre, al mediodía usted se ocupara de ella para mostrarle como serán sus
castigos, tu primera azotaina no será muy severa jovencita! Pero tal
como acordamos es necesaria para que puedas comprobar por ti misma, así podrás
decidir si deseas continuar en la casa o decides por el contrario marcharte. Tal y como habíamos hablado debes pasar esta prueba, si… dejáramos esta cuestión
para tu primera falta, y te castigáramos en consonancia con la falta, podrías
encontrarte con un castigo superior de lo que hubieras esperado, dado que una
falta debe aplicarse según su gravedad.
En esta casa nos gusta dejar las cosas claras desde un principio, si
estás de acuerdo acompaña a nuestra Ama de Llaves. Sra. Stuart su uniforme lo
mandamos hacer unos días atrás, encárguese de ella aseándola adecuadamente. …Y
tu desvergonzada!!! Ya te está esperando
el chofer para llevarte al trabajo!
(Dae Sung) -. Cuando hablamos en
la entrevista Sra. Abba, ya me lo
dejaron bien aclarado, que no se andan por las ramas a la hora de aplicar un
correctivo, espero estar a la altura de lo que ustedes esperan de mí.
… Soraya estaba pasando
una mañana horrible, viendo las estrellas dado que su trabajo le exigía
levantarse de la silla varias veces, pero lo peor de todo le resultaba el
regresar a su puesto, teniendo que sentarse ante sus compañeras de trabajo, actuando con disimulo al posar su trasero en
el asiento de la, teniendo que forzar una sonrisa si la observaba la compañera
de al lado como si no le doliera el culo,
sujetándose los bordes de la falda para no mostrar las bragas al sentarse,
puesto que al acampanarse con el vuelo de la falda podía dejar a la vista el
estado de su trasero.
Por fortuna esa mañana
encontró en el vestíbulo un cojín en uno de los sofás, el cual recogió
disimuladamente para colocarlo bajo su trasero. Andar por los pasillos tampoco le
resultaba nada cómodo, pues andar con el
trasero dolorido le resultaba agradable por una parte, como muy molesto por
otra, al sentir el roce de sus braguitas ajustadas sobre sus inflamadas nalgas,
dado que el simple roce de la tela de algodón, en otras circunstancias seria
comodidad por su suavidad, en esos momentos resultaban de lo más incomodas, al
parecerle llevar entre sus bragas granitos de arena, los cuales rascaban sobre
la inflamada piel, causándole una impresión de llevar puestas unas bragas de
papel de lijar. Sobre todo por el tener
que caminar como si estuviera perfectamente, caminando erguida lo cual hacia que las molestias fueran más
difíciles de ocultar, pero por su trabajo debía ir de despacho en despacho
entregando sus informes, una vez recibía los datos del laboratorio, debía
escribir los informes para luego ser entregados. Lo cual era su peor pesadilla
en esos momentos, el tener que acudir a dichos despachos, no únicamente con el
dolor en el trasero al caminar, que a fin de cuentas no le era totalmente desagradable
sentir esa sensación, lo difícil para ella era andar como si no tuviera el culo
dolorido, sumándole a ello su preocupación por evitar el vuelo de su corta
falda, dado que al girarse o cuando debía inclinarse para coger material de
oficina, al estar guardados en el archivador inferior, la parte alta estaba
destinada a documentos, y la parte baja para el material de oficina, por lo que
era obvio tratar de no mostrar sus braguitas blancas, así como que nadie se
percatara de cómo llevaba el culo de colorado, sus compañeras no la prestaban
demasiada atención, pero los hombres al verla pasar no le apartaban sus
miradas, algunos disimulaban con la cabeza baja para no ser observados al
hacerlo, en cambio otros la miraban con toda la mala intención y descaro
tratando de no perder detalle para verle
las bragas. unos días antes de conocer a
sus papás de adopción, para extraer dicho material se ponía en cuclillas cuando
llevaba falda, y a pesar de su timidez le agradaba sentirse observada. Pero en
las condiciones que tenía su trasero ponerse en cuclillas le resultaba muy
doloroso, el agacharse era dentro de lo que cabe fácil, pero a la hora de
levantarse era lo complicado al enderezarse la espalda.
Otra de sus preocupaciones que la
preocupaban esa mañana eran sus bragas, ya se las había cambiado en dos
ocasiones al tener el fondillo de sus braguitas empapadas. Por fortuna para ella por consejo de Carmen, había
puesto en el bolso varias bragas de repuesto, dado que la mañana se le haría
muy larga y le sería necesario cambiarse más de una vez. Pues en el fondillo de sus braguitas sentía
su humedad, dado que en cuanto se ponía a recordar lo sucedido esa mañana o lo
ocurrido el día así mismo como la tarde anterior, se humedecía con facilidad
dejando la marca de humedad en el cojín, teniendo cuidado de secarlo cada vez
que se levantaba, teniendo cuidado al sentarse acampanando su falda, para
sentarse sobre las braguitas, a pesar de las molestias que representaba
sentarse sobre el cuero del cojín, pero de hacerlo sobre la falda corría el
riesgo que su humedad quedara reflejada en la falda, a pesar de la incomodidad
por el cojín al formar unos cuadros con un botón en el centro, cada cuadro
tenia uno de cabeza curvada circular el cual se le clavaba en el culo,
causándole dolor por la presión de su
propio peso, a pesar de sus braguitas blancas que nada amortiguaban esa
molestia.
A la hora del almuerzo a
mediodía, en dos turnos iban bajando el personal al restaurante de la planta
baja. Mientras sus compañeros hacían cola para bajar en ascensor, ella dejando
a sus compañeras se fue al servicio,
sentía la imperiosa necesidad de cambiarse de braguitas, pues el fondillo de
sus braguitas hacia varios minutos que ya no retenía su humedad, sintiendo como
varias gotas descendían por el interior de sus muslos. Soraya ansiaba el momento de acabar su
jornada de trabajo, deseaba que llegase
el momento de regresar a casa, pues en su mente tenia grabada la imagen de la
nueva doncella, sentía deseo por presenciar la prueba que le harían a Dae Sung
a su llegada…
Continuará…
Gracias por continuar! Lo leí a los pocos días y te comenté pero no se publicó o no se que ocurrió. Quisiera ya saber si adoptan o no a Marisa y que tal es la nueva doncella, y me encanta que sean relatos largos y con una historia en cada personaje, me super engancha. De nuevo gracias!
ResponderEliminarGracias a ti y a todos los que siguen mis historias, sin vosotros resultaría mas difícil continuar, sobre todo en estos tiempos que no resultan fáciles para nadie. Como suelo decir mis historias son roles en los que he jugado alguna vez en real, y en un rol, son varias las desventuras que se corren por parte de las protagonistas. Hay quienes les gusta jugar simplemente por jugar, yo en ello no encuentro aliciente alguno, pero respeto a quienes lo practican y disfrutan...
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