SORAYA Y
SU NUEVO HOGAR Capitulo 15
…Apenas entraban por la ventana los primeros rayos
de luz del nuevo día, Soraya se
encontraba en su cama tras pasar una noche ajetreada, se había despertado
varias veces por las molestias en el
trasero, a parte de esas molestias lo peor de todo eran los insistentes
picores, la noche la había pasado prácticamente en vela, apenas había logrado
conciliar el sueño dos horas seguidas, cada vez que lograba quedarse dormida
por el agotamiento del día, se movía agitada entre las sabanas inquieta, el picor
que sentía bajo sus braguitas al moverse era horrible, sobre todo debido al
roce con el tejido de la prenda íntima, cubriéndole la piel inflamada de sus
nalgas.
Durante las horas que había pasado en
vela sin poder coger el sueño, había deseado bajarse las bragas para aliviar
ese roce. Pero gracias al estar despierta había visto en dos ocasiones entrar a
la Sra. Stuart, viendo cómo se aproximaba a las camas de Carmen y de Dae Shung,
retirando las sabanas para pillarlas
infraganti con las bragas bajadas, descubriendo a Dae Shung que se las había bajado
a medio muslo. Momento que Soraya cerro los ojos haciéndose la dormida, al escuchar unos
susurros los abrió poco a poco. Viendo como la Sra. Stuart se llevaba en
volandas bajo su brazo izquierdo a la pequeña Dae Shung, al cerrarse la puerta
Soraya escucho voces en el pasillo, la voz inconfundible de la Sra. Stuart
regañando a Dae Shung, también escuchaba a la pequeña tratando de disculparse,
hubo un largo silencio el cual se rompió al cerrarse una puerta en el pasillo,
poco después se escuchaban azotes, así como unos lastimeros sollozos
acompañados por “Ayees”.
Durante unos minutos interminables, Soraya
escuchaba la azotaina que debía de estar recibiendo Dae Shung. Soraya mirando hacia la cama de Carmen la vio
despierta…
(Soraya) -. Estas despierta Carmen?
(Carmen) -. Si, mira que se lo he advertido que no lo
hiciera! Pero no me ha hecho caso. Buena
le está dando…ya aprenderá!
Minutos más tarde vio como entraba Dae Shung entre sollozos, sobándose el culo con
las dos manos, mientras detrás de ella entraba la Sra. Stuart la cual volvió a
acostar a la joven, dándole una fuerte palmada en el culo… Soraya recordaba esos hechos transcurridos
durante la noche, al igual que el regaño de la Ama de llaves hablándole a ella
y Carmen…
(Sra. Stuart) -. Como te vuelva a pillar con las bragas
bajadas, veras la que te espera!!! Y
Vosotras dos a dormir si no queréis que os caliente el culo también, no hagáis
que dormís, porque he escuchado como hablabais entre vosotras!!!
…La azotaina que había recibido con el
cinturón la tarde anterior, la había dejado muy dolorida sintiendo su trasero aun
arder, a pesar de las horas que habían transcurrido, pero lo peor de todo, era aquella sensación que sentía en su culo e
inicio de sus muslos.
Nada más acostarse se tuvo que colocar
boca abajo, dado el intenso dolor que tenía en el culo. El peor momento fue poco después de haber
sido castigada, cuando comenzó a sentir más intensamente aquellas molestias o
eso pensaba ella en esos momentos, no había imaginado que al pasar las horas el
dolor seria aún peor. Las marcas que le
había dejado el cinturón tras recibir el castigo, no se las había podido mirar
por hallarse castigada. Su mamá enfadada
por su comportamiento de esa tarde, la envió
a la cama nada más acabar de cenar llevándola la propia Sra. Stuart. Le hubiera gustado como spankee verse el culo
en el espejo, pero la Ama de Llaves no se lo consintió al no concederle ni unos
minutos a solas. Una vez en la
habitación fue desnudada por la Sra. Stuart, la baño dándole una ducha en el
cuarto de aseo, vistiéndola poco después con unas bragas limpias, así como su
corto camisón que apenas tapaba su ropa interior.
Una vez acostada sentía como le abrasaba el
trasero, a pesar de los cuidados al acabar de asearla, como tras el aplicarle
una pomada hidratante la cual la había aliviado en cierta manera. Pero aquella
agradable sensación no duro mucho, a los pocos minutos transcurridos desde los
cuidados, las molestias en sus magulladas nalgas volvió a sentirlas de nuevo,
siendo estas mucho más molestas al moverse. Las sentía como palpitaban bajo el
tejido de algodón de sus braguitas, no solo, no soportaba el tacto de su mano
al tratar de mitigar las molestias, el
propio tejido de sus bragas de algodón, la hacían sentirse muy incómoda por la elasticidad de la prenda,
la cual al tener las nalgas inflamadas la presión era muy molesta, era como si
sus bragas se hubieran encogido o fueran de dos tallas menor, por la presión
que sentía en el culo inflamado, la
elasticidad de sus braguitas tan ajustadas, las hacia aun ser más molestas al
tacto o al más mínimo roce contra sus
nalgas.
Durante la noche había intentado mitigar
aquella molestia, acariciándose con la palma de su mano izquierda o derecha, pero
al pasarse la palma de su mano aun siendo con suavidad, a pesar de ejercer una leve
y tenue caricia sobre el tejido de su
ropa interior, el intentar mitigar el fuego o el dolor que sentía en su culo, la hacían gemir de dolor
con la más mínima caricia. Tenía
la impresión como si fuera un enjambre de avispas, pinchándola sin
contemplación alguna con sus aguijones
bajo sus braguitas, le parecía que le pinchaban sintiendo cierto alivio al
sentir la mano, pero no podía comprender
como podía ser tan doloroso, aun varias horas después de recibir el castigo. En los días que llevaba viviendo en la casa,
creía que no podría haber un castigo peor de los que ya había recibido, en esos
momentos se daba cuenta que si podían ser peores, pues el intenso dolor en el
culo demostraba que si era posible.
Al pasarse la palma de la mano lentamente con
suavidad, podía sentir en las yemas de sus dedos, lo duras e inflamadas que sentía sus nalgas,
pudiendo sentir como unos bultitos al
tacto, sintiendo en estos una terrible picazón resultándole muy sensible al
tacto, entre medias de ellos palpaba con
las yemas de sus dedos el tacto entre esos bultitos, notaban la dureza de sus nalgas, pero al pasar
sobre esos relieves más pronunciados el picor resultaba terrible, forzándola a
retirar la palma de su mano, a los pocos segundos volvía a sentir como
palpitaban como si fueran latidos del corazón, ese palpitar era una sensación
horrible, ya que parecían moverse como si tuvieran vida propia. El propio tejido
de sus braguitas de algodón suave al tacto, ahora tenía la sensación que sus
bragas estaban tejidas de puro granito, con una sensación como si le estuvieran aplicando papel de lijar bajo sus
bragas. Era una sensación muy similar a
cuando iba a la playa, estando sentada en la arena sintiendo como los granitos
de arena de playa, se le introducían bajo la braguita del bikini, y luego al ir
a sentarse en una silla de plástico en una terraza, se sentía en la necesidad
de sacudirse el culo sobre la braguita del bikini para así hacer salir la arena
de playa, siendo una sensación de las peores que había experimentado, aunque
esa sensación no resultaba ser la primera vez, días atrás también la había
sentido al ser castigada.
Escucho
como se abría la puerta de la habitación,
escuchando hablar a la Sra. Stuart con Carmen y también con Dae
Shung. Pudo desde la cama ver las sombras de
sus compañeras de habitación, como eran conducidas al servicio hacer sus
necesidades. Poco después sintió los
pasos de la Sra. Stuart que volvía para
hacerse cargo de ella.
(Sra. Stuart) -. Vamos pequeña es la hora de levantarse!
Primero os voy a dar un baño a las tres.
Al ser levantada de la cama por la Ama de
Llaves, siendo conducida al baño por la Sra. Stuart, al entrar vio a sus compañeras ya dentro de la ducha, viendo
por primera vez el pequeño y coloradísimo
trasero de Dae Shung, tratando de no ser observada tras quedarse ensimismada mirándola,
o que pudieran ver en su rostro su mirada lascivia, al contemplar el pequeño trasero colorado
de la joven Oriental. También
pudo ver situada al lado de la joven el amoratado trasero de Carmen, que se
encontraba dentro de la ducha. En ese momento
la Sra. Stuart la desnudo quitándole el camisón, le bajo las braguitas a Soraya
sacándoselas, lo cual la hizo volver a la realidad, por el dolor que sintió al
serle bajadas sin delicadeza alguna, fue en ese momento antes de entrar a la ducha, que pudo
ver el reflejo al pasar frente al espejo, viéndose así misma lo azulado que tenía
el culo, al igual que las trazas de unos relieves morados alineados en su
trasero, unos sobre otros y bajo ellos, los cuales los veía como se cruzaban sobre
sus pequeñas nalgas, al igual que en la base de sus nalguitas e inicio de sus
muslos, la visión la aterraba pero sin comprender por qué dolía tanto, pero a
la vez se sentía extraña por sus sentimientos, dado que por otro lado sentía una extraña
sensación agradable por la grata visión, por fortuna para ella la Sra. Stuart
no se fijó en ella, dado que por sus muslos sentía como unas gotitas se deslizaban,
avergonzándose a ver las miradas de sus compañeras, que la miraban como sentada
en el inodoro hacia sus necesidades.
Haciéndola entrar en la ducha sintió como
el agua se deslizaba por su cuerpo, Carmen y Soraya se miraban con complicidad entre
ellas, con una leve sonrisa en sus labios, al mirar ambas el pequeño trasero colorado
de Dae Shung, al igual que la visión al ser enjabonado por las manos de la Sra. Stuart. Igual cuando le tocó el turno al trasero de
Carmen, mirando con esa misma picara mirada entre Dae Shung y Soraya, a pesar
que aún no habían sido presentadas, una posible razón a que ambas su rostro se
les sonrojo de vergüenza, al hallarse una frente a otra siendo enjabonadas al
tiempo, escuchando las dos el respingo que soltó Soraya al sentir la esponja en
su culo inflamado, así como pequeños gemidos al aclararle el jabón sintiendo la
presión del agua. Después del baño
estando Soraya ya tumbada sobre su cama boca abajo, la Sra. Stuart la atendió
con sumo cuidado diciéndole…
(Sra. Stuart) -. Tu mamá debió pararle los pies a esa mujer… en mis años como Institutriz y después como
Ama de llaves, aplicando disciplina a chicas irresponsables, pocas veces he
podido ver utilizar el cinturón de esa forma tan desmesurada. Tienes el culo todo
cubierto por verdugones, está claro que no solamente utilizo para azotarte la
parte plana del cinturón, en algún momento que ni tu mamá, ni yo misma
prestábamos atención… debió darle la vuelta, utilizando la hebilla para
azotarte, el cinturón suele causar estos verdugones al azotar cruzando las
nalgas, y cuando estas se cruzan sobre otras zonas ya castigadas, en la
encrucijada al cruzarse entre sí, a las
pocas horas aparecen estos verdugones,
los cuales son sumamente muy molestos, dan la impresión que tengan vida propia
siendo una sensación desagradable. Ahora
te aplicare un ungüento el cual te aliviara un poco,… luego me ocupare de
vosotras dos también! Y tu
desvergonzada! Prepárate cuando entres
al salón, a la Señora no le ha gustado saber que te has bajado las bragas para
dormir!
Al pronunciar las últimas
palabras desvió su atención hacia las dos doncellas, las cuales desnudas como
vinieron al mundo, se encontraban al pie de la cama con cierta pena en sus
miradas, al ver el lamentable estado del
culo de Soraya. Las dos no podían apartar la mirada del trasero de la hija de
los señores, viendo como unos finos verdugones les cruzaba las nalgas en
horizontal, así como unos más gruesos se cruzaban en diagonal, con un feo color
violáceo siendo este azulado en el centro de aquellas líneas, que se
entrecruzaban entre sí mismos al observarlos, siendo así a primera vista
dolorosos solo por su feo aspecto, ninguna de ellas podía imaginar el dolor que
debía sentir Soraya, ellas mismas sentían arder sus traseros doloridos, pero en
ninguna de las dos su trasero mostraba tan feo aspecto. La Sra. Stuart extrajo de la mesa de noche un
pequeño frasco, pareciéndose muy similar al envase de un, pinta uñas, dado que
al desenroscar el tapón este tenía en su extremo un pequeño pincel fino, con el
cual con mucha suavidad fue esparciendo una especie liquido transparente, en la
cresta de aquellos abultados verdugones, pudiendo observar como Soraya tensaba
las nalgas al tacto, muestra clara del dolor que debía sentir a pesar de la
suavidad que la Sra. Stuart aplicaba el ungüento.
Una vez termino de ocuparse de Soraya, la
dejo descansar sobre la cama, pasando a ocuparse de Dae Shung, a la cual le
aplico una crema hidratante en las coloradas nalgas, pasando poco después a
vestirla con su uniforme de doncella.
Luego se ocupó también de Carmen de igual manera, vistiéndola con su
uniforme haciéndola colocarse al lado de Dae Shung. Observándolas detenidamente permaneciendo en
silencio ante la Sra. Stuart, una vez que
a las dos muchachas fueron revisadas no
solo su vestido por la Ama de llaves, también se cercioro que las dos tuvieran
bien tensas sus braguitas, con una buena palmada en el culo sobre la prenda
íntima a cada una les dijo...
(Sra. Stuart) -. Bien pequeñas! Vosotras ya estáis arregladas! Podéis
presentaros a la cocinera, aunque tu Dae Shung debes presentarte al salón, en
donde te espera la Señora. La cocinera te dará a ti Carmen, las instrucciones pertinentes
para servir el desayuno en el salón, luego cuando le hayan calentado el culo a
Dae Shung, bajara a la cocina a ponerse a sus órdenes, yo ahora debo ocuparme de vestir a esta
jovencita, para que acuda a desayunar con sus papas al salón.
Una vez a solas con Soraya, la Sra. Stuart
la ayudo a ponerse en pie, sobre la cama tenía preparada la ropa para vestirla.
Cogiendo en primer lugar una camiseta blanca de tirantes, la cual se la paso
por la cabeza, haciéndola pasar sus brazos ajustándosela a la cintura, la joven
mostraba unos pechos firmes puntiagudos que se marcaban sobre el tejido. Luego abriendo la cinturilla de unas bragas,
la ayudo a pasar los pies por las perneras subiéndole las braguitas con mucha
suavidad, sobre todo al pasárselas por el inflamado trasero, viendo en el
rostro de Soraya como apretaba los dientes y cerraba con fuerza los parpados de
los ojos. Sintió como la Sra. Stuart le
ajustaba bien las perneras, estirando el ribete de puntilla elástico notando la
presión de este, así como podía sentir la presión en el inflamado trasero, así
mismo al volver a sentir como le ajustaba de nuevo la cinturilla de las bragas,
dejándoselas bien tirantes moldeando el trasero. Al mirarse a sí misma frente al espejo, no pudo
evitar el sonreír al verse con aquellas braguitas. Se veía así misma en ropa
interior encantadora, le agrado verse con aquellas bragas, cubriéndole el culo
enmarcado por el ribete de las perneras, así como ver como la prenda era de
talle alto cubriéndola por debajo del ombligo, le encantaba ver las braguitas
blancas con dibujos de ramilletes de florecillas azules.
(Sra. Stuart) -. Ya
sé que debes de estar incomoda con las bragas, deben ser muy molestas por el
estado que tienes el culo, pero no
olvides que es por tu bien pequeña! Puede que la Sra. Matthew se excediera al castigarte, pero
te lo tenías bien merecido, tu comportamiento no se puede decir que fuera el
más adecuado para una mujer de veintidós años, dentro de esta casa en sus
cuatro paredes, eres una niña de doce años por tu rol elegido, pero fuera de
esta casa eres toda una mujer, mearte en las bragas ante la vecina no me parece
algo adulto, fue muy desagradable… avergonzaste mucho a tu mamá. Ahora te voy a poner este vestido rosa, vas
a pasar el día castigada en casa haciendo tus deberes… Pero tu mamá va a tener visitas
y quiere que causes buena impresión ante sus amigas, has de verte bien
guapa! No estás en condiciones de ir al
trabajo hoy… Procura portarte bien durante el día, dado que hoy es mi día libre
y tengo una cita muy importante, me decepcionarías mucho, si tuviera que
quedarme en casa a cuidar de ti…!!! Algo que te aseguro que lamentarías, pues
me encargare de darte unos buenos azotes…a la mas mínima travesura…
Horas más tarde…
Marisa llego esa
tarde como era habitual en ella al acudir al locutorio, al llegar vio a tres jóvenes clientes, eran conocidos de ella
al ser habituales de casi cada día, conversaron un par de minutos de cómo les
había ido las clases, mientras tanto Marisa iba subiendo la persiana, eran compañeros estudiantes del instituto. Al abrir la puerta con la llave, entro al
interior para encender las luces, así como poner los ordenadores en marcha,
poco después abrió la puerta para que entraran sus amigos. Eran dos chicas y un
chico, teniendo de nuevo una conversación con ellos, mientras hacía fotocopias de unos apuntes, al
igual que documentos de estudio tras extraerlos de la web del centro, los
conocía del instituto de años anteriores, ambos en aquel momento asistían a
clases de último año, un curso que había asistido Marisa el año anterior, el
cual había resultado ser su último año de estudios. En el año en curso Marisa
debía haber ingresado en la universidad, pero sus tíos no podían costear sus gastos, dado que la universidad más cercana
era privada, con unos presupuestos exorbitados para su estatus económico, y la
más cercana publica estaba bastante
alejada de la ciudad, por consejo de sus
tíos empezó a trabajar haciéndose cargo del locutorio, con la intención de
ahorrar para poder alquilar un piso de la ciudad, así poder ingresar en la universidad pública.
A los pocos minutos entraba una persona, era
una mujer que aparentaba tener unos
cincuenta y tantos años. Al verla entrar
Marisa la atendió con simpatía, asignándole una cabina con ordenador. Cuando la
señora se dirigió hacia la cabina, Marisa la vio caminar hacia la cabina asignada, al ser cabinas cerradas
para privacidad de los clientes, era una innovación en ese tipo de servicios,
dado que normalmente en los locutorios solían tener mesas con ordenadores,
separados únicamente por una mampara para evitar miradas indiscretas.
Una vez que se quedó a solas ante el
mostrador, en su mente tenía la imagen de la señora que acababa de entrar, sin
saber por qué aquella imagen le vino a sus pensamientos, quizás por la edad que
aparentaba sobre la cincuentena, o
quizás por su estatura pues ello si le llamo la atención al verla ante ella,
dado que debía mirar hacia arriba para verle los ojos, lo cual le recordaba a
su posible futura mamá Spanker, la Sra. Abba
McDonald.
Su imaginación por unos instantes la hizo
imaginar, que estaba sobre sus rodillas boca abajo… desde que recibiera su
primera azotaina sobre las rodillas de la Sra. McDonald, era una imagen que le
venía varias veces al día, sobre todo cuando se encontraba a solas desocupada.
Después
de esos momentos que la tuvo en vilo con sus pensamientos más oscuros, los
minutos fueron pasando lentamente, lo cual hizo que se relajase tras el
mostrador, sentándose cómodamente en una silla, poniéndose a leer un libro de contenido
erótico. Para camuflar las portadas del
libro de miradas indiscretas, lo había forrado con papel de vivos colores, por
lo cual si se acercaba alguien al mostrador, no le sería posible descubrir qué
clase de libro leía. Pero por el rostro concentrado en la lectura debía ser
interesante, no dándose cuenta que entraba una nueva clienta.
La clienta con las manos sobre el mostrador
la observaba, para hacerse notar empezó a mover los dedos nerviosos, haciendo
un repiqueo con las uñas a dar sobre el mostrador, pero Marisa estaba al
parecer muy absorta en la lectura, viéndose obligada a hablar en voz alta para
hacerse notar.
(Sonia) -. Así es como saludas a una amiga?
(Marisa) -. Hola,… No te he oído entrar, perdona es que está muy interesante el libro…
(Sonia) -. A ver, de que trata…
Prácticamente Sonia se lo quito de las
manos cuando se lo iba a mostrar, descubriendo el encuadernado improvisado para
ver la portada original.
(Sonia) -. Esto es un plagio lo sabes, verdad? Este truco de forrar el libro, te lo enseñe yo… Humm… Ya veo porque estabas
tan interesada en su lectura… “Las Memorias de Dolly Morton” es un libro muy interesante…
Lo he leído varias veces, la historia narra las desventuras de la protagonista,
Dolly es una joven que va a vivir con una Dama del sur, para hacer de doncella
de compañía a la señora. Con el paso del tiempo descubre que la señora dirige
una estación subterránea, que es como denominaban a las casas que estaban en
contra de la esclavitud, ayudando a los esclavos fugados a escapar de sus
haciendas. Pero son descubiertas por un
caballero vecino, el cual hasta ese momento no prestaba atención alguna a dicha
Dama, a pesar que conocía que regentaba una estación subterránea, al ser una
mujer soltera no muy agraciada. A la
doncella a pesar de las advertencias de su señora, esta suele salir cada tarde
a pasear por el campo. Siendo descubierta por el caballero vecino, el cual la
descubre paseando, acercándose a ella
abordándola tratando de cortejarla. Pero
el caballero es un hombre mucho mayor, además de ser nada agraciado, por lo que
la joven rechaza al caballero educadamente.
El caballero, que de caballero tiene poco, ofendido por el rechazo,
denuncia a la Dama de la doncella a los azotacalles. Siendo abordadas en la hacienda por varios
hombres, estos desalmados solían emplumar con alquitrán hirviendo y con plumas,
a las personas que formaban parte de
estas estaciones subterráneas. Pero al tratarse de dos mujeres, el cabecilla
de los azotacalles decide azotar a la señora y a su doncella.
(Marisa) -. Hola… Vale, sí que eres una buena amiga,
sí… Me acabas de destrozar el libro.
Sonia) -. No te pongas así, en el libro hay otras
escenas de azotainas a esclavas y a la misma protagonista…
(Marisa) -. Vale, vale… Prefiero descubrirlas yo
misma. Parece que no lo llevas muy bien,
que tu spanker te haya dejado…
(Sonia) -. Gracias, te
agradezco tu interés… Así es como tu ayudas a olvidar las penas a una amiga? O es
que te ha sentado mal que te cuente el argumento del libro? He venido a visitarte
y vaya formas de recibirme! Por cierto… No
he podido hablar con Soraya, has hablado tú con ella?
(Marisa) -. Conmigo tampoco ha hablado últimamente,
seguro que debe estar castigada! Para
que quieres hablar con ella, si no es una indiscreción preguntar… No vienes
mucho últimamente, pero te conozco bien, estas tramando algo!
(Sonia) -. Es que he quedado aquí con una señora y
deseaba pedirle que me dejase las llaves del piso, quizás con un poco de suerte
hacemos algo más que conversar, si estamos en el lugar discreto apropiado.
(Marisa) -. Ostras!!!
Jo! Como os las arregláis para
encontrar spanker tan rápido y mientras yo aquí a dos velas…
(Sonia) -. No digas eso, tu
estas a un solo paso de tener una pareja de spankers, vas a tener una mamá y un papá,… qué más
quisiera yo estar en tu lugar chica!
(Marisa) -. Ya! Eso
está aún por ver! Pero creo que está muy lejos que suceda… Tienen unas reglas
que dudo pueda cumplir. No está en mi
mano el poder hacerlo. A pesar de que
vivo en el piso de Soraya y que vivo yo sola en él, no les es suficiente…
(Sonia) -. Cuéntame quizás pueda ayudarte, pero si no me
lo cuentas no sé qué esperan de ti, chica!
(Marisa) -. Un milagro, eso es lo que debe ocurrir, un
milagro! Sabes bien, que no te puedo
hablar de ese tema! Soraya me advirtió
que no podía hablar de ello con nadie, ni tan siquiera con ella, que eso era un
tema delicado a tratar entre esas personas y yo misma, de forma que si hablo de
ello, y les llegara a sus oídos que he
hablado del tema, olvidaran el haberme conocido…
(Sonia) -. Eso es cierto! Yo los conozco desde hace tiempo, y si… son
muy estrictos en esos temas, para ellos la discreción es importante, Soraya tampoco me hablo de ellos, a pesar que
fui yo quien les puso en contacto… Bueno chica!
Tu podrías dejarme las llaves?
(Marisa) -. Soraya de estar aquí seguro que te las
dejaría, toma es esta con la cabeza redonda. Donde has quedado con esa señora?
(Sonia) -. He
quedado aquí con ella, no tardará mucho en llegar…
(Marisa) -. Sabes qué edad tiene? Hace unos minutos ha
entrado una señora mayor… está en la cabina cuatro.
(Sonia) -. Pues voy a pasarme por si es ella, y si ya
ha llegado, entonces llego tarde. A ver
cómo le sienta que no haya llegado a la hora, no sé lo que me espera!
(Marisa) -. Como ahora hay clientes, podéis entrar al
almacén a hablar, es la puerta del fondo… está abierta, no tiene llave, pero si
cerrojo por dentro… la pared es gruesa, lo que suceda en el interior aquí no se
escuchara…
Sonia se alejó de Marisa hacia el fondo del locutorio, Marisa observaba
a Sonia con admiración e envidia, fijándose como iba vestida de forma sugerente
para lo que le aguardaba, llevaba una blusa azul celeste de manga larga , falda
escocesa plisada de cintura alta a cuadros estilo Punk gótico, Harajuku, verde
y negro pero con vuelo que le cubría lo justo, con su contoneo de caderas dejaba
entrever el ribete de sus bragas al
andar, Marisa se la quedó mirando extasiada como contoneaba las caderas, así como movía el
trasero de manera provocativa, Marisa en esos instantes la envidia se reflejaba
en sus ojos, Sonia sabía que su amiga la estaría observando, por ello meneaba
sus caderas de manera descarada, cuyo movimiento llego a dejar entrever no solamente ver el
ribete blanco de sus braguitas, también le pudo ver el color blanco de sus
bragas, así como el contraste del dibujo de florecillas verdes. En ese momento los tres estudiantes se levantaron
cruzándose con Sonia, momento que ella ladeo la cabeza mirando hacia Marisa
guiñándole el ojo derecho al tiempo que le sacaba la lengua, haciéndole burla dado
que supuso que el chico se giró para ver a Sonia. Los tres estudiantes se detuvieron ante el
mostrador, Marisa miro el contador de sus cabinas indicándoles el coste del
servicio prestado de las cabinas. Al
salir los estudiantes del local, vio a Sonia dentro de la cabina, estaba sentada
al lado de la señora hablando, desentendiéndose de ellas se entretuvo en sus
labores.
De tanto en tanto, Marisa miraba de reojo hacia su amiga, momento
en el que Sonia se ponía en pie ante la señora, vio como Sonia se levantaba la
falda delante de la Señora, Marisa podía ver a la señora de espaldas a ella, por
lo que no la podía ver mirando la escena, en cambio Marisa si podía ver a
través del cristal, como la Señora le hacia una seña con la mano a Sonia. Observándolas disimulando hacer unas tareas,
vio esas señas de la señora le indicaban algo a su amiga Sonia, quedándose
perpleja al ver que Sonia se bajaba las
bragas. Marisa se quedó sorprendida de lo que estaba ocurriendo, viendo como su
amiga sujetándose la falda levantada, estaba de cara hacia la señora con las
braguitas bajadas, con sorpresa vio cómo su amiga le mostraba el sexo depilado
separando los muslos, sin poder apartar su mirada de la escena que estaba
presenciando, vio a la señora mover el dedo índice de su mano derecha de nuevo,
esta vez indicando a Sonia darse la
vuelta, al darse la vuelta, se levantó la falda por detrás, exponiendo su
blanco trasero expuesto con las redondeces de sus nalgas, Marisa estaba
boquiabierta ante la escena, sin poder creerse lo que estaba viendo, a Sonia
con las bragas bajadas le mostraba el sexo rasurado y ahora el trasero a la
señora, era como si estuviera revisándola para darle su visto bueno,
ensimismada observando el redondo y firme trasero desnudo de Sonia, mientras esta miraba
hacia la señora por encima del hombro, y observando a Marisa como la miraba, Sonia
al saberse observada por la jovencita de su amiga, sus mejillas se ruborizaron
de la vergüenza. Marisa vio como la
señora con el dedo índice volvía a hacer señas, las cuales claramente indicaban
a Sonia voltearse, al volver a ver a su amiga mostrando su sexo nuevamente, vio
como la señora indicaba con el dedo índice que se le acercase, Sonia obedeció
la orden quedando parada muy cerca de la señora, la cual poniendo las manos en
sus muslos, rebusco entre las braguitas blancas de Sonia, el ribete elástico de
la cinturilla, subiéndole las bragas ajustándoselas a la cintura bien tensas. Viendo
a la señora ponerse en pie, Marisa disimulando se puso de nuevo a sus
quehaceres sin atreverse a mirar hacia ellas de nuevo, pero la curiosidad de
ver lo que sucedía la hizo mirar de nuevo.
Pero al hacerlo solo pudo ver que entraban
a la trastienda. Marisa vio cerrarse la
puerta con la intriga de que iba a
suceder, tratando de despreocuparse se sentó en la silla tras el mostrador,
volviendo a coger el libro para continuar con la lectura, llevaba unos pocos
minutos leyendo, pero se notaba así misma muy nerviosa, sin poner atención a la
lectura pero sí con curiosidad, sorprendiéndose así misma levantando la mirada
por encima del libro, mirando hacia el fondo a la puerta de la trastienda, pensando
e imaginando que debía suceder en el interior. Instantes después se sorprendió así
misma mirando de nuevo hacia aquella puerta cerrada, su curiosidad la hizo
mirar en varias ocasiones, había perdido todo el interés por el libro, ahora su
mente se encontraba así misma entre nerviosa, agitada y angustiada pero sobre
todo ansiosa, tratando de imaginar lo que debía estar ocurriendo dentro de la
trastienda. Habiendo pasado varios minutos desde que Sonia y su acompañante entraran
dentro, Marisa dejo su libro bajo el mostrador cerrado sin marcar la página que
estaba leyendo.
Su
curiosidad por lo que debía de estar sucediendo, tras aquella puerta
cerrada la estaba intrigando, lo cual hizo que esa intriga pudiera más que la
voluntad de ella, sabía que debía dejar su ansiedad a un lado, por respeto
hacia Sonia al tener su confianza, sentía unas ganas locas por saber que
sucedía, pero también sabía que no estaba bien lo que le rondaba por su cabeza,
pues escuchaba su voz interior decirse
así misma… “acércate y escucha, quien se
va a enterar”… venciendo a su
mente, por lo que su voluntad de respetar a su amiga Sonia, fue anulada por
aquella voz interna, acabando sorprendiéndose así misma por la idea que se le
paso por la cabeza, por lo que dirigiéndose hacia la entrada al locutorio echo
la llave a la puerta cerrando, viendo su
propia sombra por las luces del techo, a
optadillas se fue acercando hacia la puerta de la trastienda, procurando que no
se escucharan sus pasos al acercarse. Al llegar a la puerta apoyo su oreja
izquierda sobre la madera, intentando escuchar lo que sucedía en el interior.
Pudo escuchar unas voces que susurraban sin comprender que decían, su
curiosidad fue más lejos de lo que
hubiera esperado, por lo cual se puso en
cuclillas, con la intención de mirar por el ojo de la cerradura, al ser una
puerta muy antigua de madera.
Viéndose frustrada su curiosidad por ver
lo que sucedía en su interior, al no poder ver nada a través de la cerradura. Iba
a retirarse… En eso recordó que por el otro lado de la puerta, en el ojo de la
cerradura tenía una lengüeta que tapaba dicha cerradura. Se iba a retirar derrotada cuando se le
ocurrió una idea malévola, quitándose una horquilla del cabello la introdujo en
el ojo de la cerradura, hurgando en su interior logro desplazar a un lado dicha
lengüeta, dejando la horquilla trabada para sujetar la lengüeta y esta no se volviera
a cubrir el agujero, acerco su ojo derecho para observar que sucedía al otro
lado de la puerta. Lo que pudo ver a
través del ojo de la cerradura, llegando a vislumbrar a la señora en el centro
del almacén, la vio sentada en una silla, mantenía sobre sus rodillas boca abajo a Sonia, esta se encontraba con la
falda levantada y las bragas bajadas, pudiendo escuchar el sonido de azotes y
ver como los recibía Sonia, al igual que escuchar sus lastimeros gemidos a cada azote, pocos minutos después escuchaba
a Sonia sollozar, pudiendo observar lo colorado que ya tenía el culo su amiga. Marisa mientras observaba en silencio a través del ojo de la cerradura,
instintivamente con su mano derecha se arremango la corta falda, dejando sus
braguitas al descubierto, lentamente su mano derecha fue introduciéndola por la
cinturilla de sus braguitas, descendiendo lentamente hasta acariciar la humedad
de su sexo, moviendo sus deditos abrió separando los labios exteriores,
facilitándose así con el dedo índice y medio trazando círculos sobre su
clítoris, sus gemidos eran leves al
empezar a masturbarse, pero su excitación la traiciono pasando a ser gemidos de
placer audibles, a pesar de sus esfuerzos porque no lo fueran en el interior de
la trastienda, su postura le resultaba ser algo incomoda, por lo que girando
sus caderas para ponerse más cómoda, hizo que sucediera para ella la catástrofe,
mientras trataba de acomodarse mejor forzó demasiado su incomoda postura, sucediendo lo inesperado y lo que más temía
Marisa, la puerta cedió empujándola sin querer, por lo que esta se abrió de par
en par, dejando a Marisa al descubierto en
cuclillas, que al tener la falda arremangada sus bragas quedaron visibles ante
la señora, al igual que era visible su
mano derecha introducida en el interior de sus braguitas en su entrepierna.
La
señora sorprendió claramente a Marisa acuclillada, observándola como al estar
con las rodillas separadas, podía ver como la joven espía no solo mostraba sus
braguitas, también los movimientos de su mano introducida en sus braguitas. Marisa rápidamente se puso en pie, extrayendo
su mano de sus braguitas, arreglándose la falda intentaba articular palabra de
disculpa, pero se encontraba tan avergonzada que solo se escucharon
balbuceos. La señora miraba dejando
claro a la joven voyeur, el enfado en su rostro muy serio que helo la sangre a
Marisa.
Pero ante la severa mirada de la señora,
la joven estaba claramente paralizada sin saber cómo reaccionar. Vio como la señora rebuscaba algo con su mano
derecha, poco después veía como de su bolso extraía un viejo cepillo.
Sonia ante la pausa al no recibir azotes en el trasero, al encontrarse echada
boca abajo sobre sus rodillas, busco con su mirada girando su cabeza hacia su
derecha, viendo a su amiga de pie ante la puerta abierta, la vio justo en el
instante que se extraía la mano del interior de sus braguitas, por lo que pudo
verle lo húmedas que las tenía. Sonia
iba decir algo posiblemente al abrir la boca, pero el único sonido que salió de
ella, fueron varios “Ayees” de fuerte dolor en su trasero, su experiencia le
dejo claro inmediatamente con que la estaban azotando, sin duda alguna era el
cepillo de madera. A los pocos minutos solamente se escuchaban los azotes, así
como los desgarradores “Ayees” de dolor, como el escucharla poco después llorar
desconsolada, por la severa azotaina que estaba recibiendo.
Marisa estaba aterrada sin atreverse a
moverse bajo el umbral de la puerta, podía ver como su amiga se estremecía
meneando sus caderas de lado a lado, la
veía como se retorcía con claras muestras del intenso dolor que sentía
con cada azote, así como sus piernas subían y bajaban, sin tener control alguno sobre ellas
pataleando en todas direcciones alocadamente, lo que llamo más la atención a la
joven, era el ver como las braguitas de algodón de Sonia bajadas a la altura de
las rodillas se tensaban, estas se estiraban al separar sus piernas hasta no
dar más de sí de su elasticidad, manteniendo sus piernas separadas por unos
cuarenta centímetros, al ser trabadas las piernas por sus propias bragas, vio
como estas se le iban bajando por si solas, ante el alocado agitar de sus
piernas hacia todos los lados, tanto las agitaba de abajo a arriba como las
abría separándolas todo lo que sus braguitas se lo permitían, hasta que
descendieron a sus tobillos, viendo en esos momentos como sus piernas al
abrirse separando sus muslos, podía verle el sexo depilado a Sonia con lo cual
en esos momentos, veía sorprendida como los labios de su sexo quedaban
expuestos, sintiendo vergüenza al ver su sexo, recordando cómo lo mostraría
ella misma el suyo el día que fue castigada. Al igual que ver como la humedad brillaba por
la luz, siendo la primera vez que veía como una chica destilaba fluidos.
En
ese instante se vio así misma confundida, sin saber por qué su mirada se centró
en ver el fondillo de las braguitas de Sonia, quizás porque sus propia
entrepierna la sentía muy húmeda, así como notar lo mojadas que ella misma las
tenía, pero en ese momento no le sería posible ver correspondida su curiosidad, dado el intenso pataleo de las
piernas de Sonia. Por ello volvió a
centrarse en mirar aterrada como caían los implacables azotes en el culo, el
cual había pasado del colorado a un rojo muy intenso casi con un tono violáceo,
con los vértices de sus nalgas de un colorado escarlata brillante, a tener las
bonitas redondeces muy oscuras.
Marisa respiraba agitadamente, ante el temor a que le llegase su turno, el cual se acentuó aún
más al ver que la señora detenía su brazo derecho, viendo como Sonia estaba
totalmente desmadejada, llorando a moco tendido echada boca abajo sobre su
regazo. Momento que la señora desconocida para Marisa, ayudo con sus manos a
incorporarse a Sonia poniéndola en pie.
Marisa perpleja no se perdía detalle alguno de los movimientos de
aquella señora, pues ella no pensaba en otra cosa, al estar segura que ahora le
llegaba su turno a ella, vio como le subía las bragas a Sonia ajustándoselas a
la cintura, teniendo que levantarle en alto la falda para ajustárselas bien.
La señora se puso en pie caminando hacia
Marisa, al acercarse a ella a menos de un metro de distancia, Marisa bajo la
mirada avergonzada al tener a escasos centímetros el cuerpo de la señora. Pero…
su sorpresa fue mayúscula, al ver que la señora se volvía hacia la silla,
recogía su bolso colgado en el respaldo de la silla, abriéndolo guardo el
cepillo en su interior. Se colgó su
bolso del hombro izquierdo, acercándose a Sonia que la observaba como se le
acercaba hacia ella, gimoteando con sus dos manos sobándose el culo por encima
de la corta falda, con claros gestos de dolor en su rostro al tener el trasero
muy dolorido.
La señora se detuvo a escasos centímetros
del rostro de Sonia, con su mano derecha le levanto la barbilla para mirarla a
los ojos, Sonia pudo ver en ellos decepción y así se lo confirmo las palabras
de la señora…
(Señora) -. No he debido hacerte caso, al hacerme entrar a
la trastienda, que tu amiga era de total confianza, ese ha sido mi error… No he
debido confiar en ti, pero eso no volverá a suceder de nuevo, ya hablaremos en
otro momento de lo sucedido, en estos momentos no puedo decirte nada, solo… que
me has decepcionado, Sonia…
La señora se retiró… Pasando por delante de Marisa a la
cual ni siquiera miro, caminando se fue hacia la salida a paso firme, mientras
atrás quedaban Sonia y Marisa mirándose entre ellas, aunque la joven veía los
ojos de su amiga que la miraba con clara decepción, a pesar de sus muecas de
dolor intenso en su culo, la cual a ver marchar a la señora aprovecho para
introducir sus manos bajo la falda, para sobarse el culo con vigorosidad por
encima de sus bragas, dado el fuego que se acumulaba bajo la prenda de algodón,
al igual que el tratar de mitigar el dolor que sentía. Sonia al fin a pesar de
sus gemidos de dolor, pudo articular unas palabras…
(Sonia) -. En serio Marisa? Tenías que hacerlo… espiarnos…! Te había dicho que con suerte, esa señora
podría ser mi nueva spanker, ahora dudo mucho que me acepte… Al menos ha dicho que
ya hablaremos, ya veré si puedo solucionarlo después de tu metida de pata!!! Igual con castigarme le sea suficiente, pero
tal como me ha dejado el culo, es lo que menos deseo ahora mismo, que me vuelva
a sacudir de firme como ha hecho hace un momento. “Auuch” no puedo ni tocarme de lo que me duele…
Sonia salía de la
trastienda sobándose el culo, masajeándose las nalgas doloridas. Marisa salía
detrás de ella disculpándose una y otra vez, aunque se sentía mal por lo
sucedido, al caminar detrás de su amiga Sonia, no podía apartar su mirada del
culo de ella, viéndola como se masajeaba el culo frotándose las nalgas por
encima de las bragas, al igual que la observaba como introducía el dedo índice
bajo el ribete, y como estiraba del mismo ahuecando la presión de sus
bragas. Marisa caminaba tras Sonia, sin
poder apartar la mirada del trasero de ella, viendo como meneaba sus caderas de
lado a lado, viéndole como se le movía el culo marcado por el ribete de sus
bragas, viendo claramente la rojez que asomaba bajo la prenda íntima de Sonia.
(Marisa) -. Lo siento… No he pensado, pero… es que
escuchando los azotes la intriga ha podido más, deseaba ver… No esperaba se abriera la puerta.
En ese instante ya se encontraban en la
puerta que daba al exterior, Sonia se arregló la falda alisándosela, ya que
desde la calle la podían ver si pasaba alguien, momento que un vehículo se
detenía frente al locutorio.
(Sonia) -. Mira quien llega en ese coche… Igual soy yo
quien ve cómo te zurran ahora… Voy a quedarme a mirar.
Se abrió la puerta trasera de la limusina
negra, bajando del vehículo un caballero bien trajeado, al ver a través del
escaparate del locutorio, a Marisa y Sonia entro al local saludando a las dos
jóvenes…
(Sr. John) -. Buenas tardes! Vaya sorpresa! No esperaba encontrarte aquí Sonia. Que tal te
va? Escuche que se marchó el Sr. Felipe, es una lástima que te dejase de esa
forma, pero no eres a la primera que se lo hace, siempre acaba volviendo a su
país por motivos personales. Pero he oído
decir a mi esposa que te veías hoy con Rose Mery, que tal te ha ido? Pero…
mirándote el rostro me basta, tu cara habla por ti misma, ha sido dura
verdad? Ella siempre es muy perseverante
en todo, es una mujer muy eficiente, verdad?
(Sonia) -. Hubiera ido bien, si no fuera por ell… Bueno
podría haber estado mejor…
(Sr. John) -. Cualquiera que te escuchase diría que ha
sucedido algo, se puede saber qué es?
Hace un rato he visto a Rose Mery ir hacia la parada de taxis, acabo de
llamarla por teléfono para decirle que me dirigía hacia aquí, no tardara en
aparecer de un momento a otro. Total apenas hay quinientos metros, si no me
decís vosotras lo ocurrido, me lo dirá ella…
Marisa no comprendía nada de lo que hablaban,
se preguntaba quién sería aquella Sra. Rose Mery, viéndola en esos precisos
instantes que acababa de cruzar la calle y la veia entrar de nuevo al
locutorio, saludando al Sr. McDonald lo que aun sorprendió más a Marisa…
(Sr. John) -. Buenas tardes Sra. Stuart! Parece que ha tenido algún problema con
Sonia, ya que se encuentra usted aquí, le quiero presentar a Marisa la amiga de
Soraya! En breve la tendremos en casa. Mi esposa y yo tenemos la intención de adoptarla
como nuestra hija pequeña de ocho años, Abba ya le había hablado de ello,
verdad?
(Sra. Stuart) -. Así que esta
pequeña fisgona, es Marisa? Tienes
suerte pequeña! Si lo hubiera sabido hace unos minutos, ahora te encontrarías
con el culo en brasas como tu amiga…
(Sr. John) -. Fisgona!!! A ver… Que es lo que me he perdido? A ver qué
quiere decir usted, explíqueme con detalle ese asunto!!!
La Sra. Stuart comenzó a narrar todo lo
sucedido, mientras se le podía ver el rostro al Sr. McDonald como se encendía
mientras escuchaba atentamente. Marisa
veía al fondo del locutorio al Sr. McDonald y la Sra. Stuart, dado que
caminando se habían retirado separándose de las chicas, tanto Sonia como Marisa
los veían hablar, aunque solo llegaban a sus oídos susurros de la conversación,
aparte de ver como la Sra. Stuart gesticulaba con sus manos.
Ambas chicas se miraban entre ellas,
asombrándose Marisa por el rostro de preocupación de su amiga, pues en ella se le
reflejaba un temor que no comprendía, así como con los dedos de sus manos se estiraba
el borde de su corta falda, la veía estar
muy nerviosa al igual que veía cierta angustia en ella, su nerviosismo era
visiblemente en Sonia. Aunque en esos
momentos Marisa se sentía así misma, con cierta intriga por ver a su papá
cambiaba su semblante al mirarla.
Acababa de conocer en persona a la severa
Ama de Llaves la Sra. Stuart. Había
escuchado nombrar su nombre varias veces a su amiga Soraya, al igual que el
apelativo que su amiga le había dado de ella, “La Montaña”. Le había hablado de lo alta que era y pocos
detalles más, por los malditos motivos de discreción, Soraya no le conto mucho más, por lo cual
conocía bien poco sobre ella, aparte de ser la Ama de Llaves de la casa de los
McDonald. Minutos después vio cómo se volvían acercar hacia ellas, en ambos
adultos reflejaba su malestar en sus
rostros, sobre todo el del Sr. McDonald era todo un poema.
(Sr. John) -. Marisa!
Creo que ya te disponías a cerrar, verdad? Estábamos citados en tu casa ahora. He llegado un poco antes de la hora, pero
dadas las circunstancias de última hora. Creo usted Sra. Stuart! Debería unirse
a nosotros, igual que esta jovencita debe aclarar cierta situación incómoda,
usted debe encargarse de hablar con ella, por los motivos que me ha referido
hace unos instantes, mientras yo y la pequeña Marisa también debemos conversar…en
privado…
Seguidamente Marisa contemplaba como el Sr. McDonald, acompañado por la Sra.
Stuart salían al exterior, quedándose afuera esperando a unos metros de la
puerta. Apago las luces, ordenadores,
así como la maquina fotocopiadora y demás equipo electrónico, saliendo poco
después con Sonia al exterior donde las
esperaban. Bajo la persiana echando la
llave a los dos candados de la persiana.
Mientras tanto aguardaban el Sr. McDonald y la Sra. Stuart que conversaban entre ellos, Sonia permanecía a la
espera dando la espalda a Marisa, la cual al estar acuclillada poniendo el
último candado, levanto su mirada fugazmente hacia quien iba a ser su nuevo
papá, al hacerlo se quedó prendada al ver a Sonia de pie delante de ella, como
introducía su mano izquierda bajo su falda, viendo como disimuladamente se estiraba
el ribete de la pernera izquierda de sus braguitas , que se le había
introducido entre la media luna del trasero, un hecho que no pasó desapercibido
para la joven, que al encontrarse acuclillada pudo verle las bragas a su amiga,
así como ver lo colorado que tenía el culo.
Marisa que se había quedado absorta por la
visión del culo colorado de su amiga,
salió de su ensimismamiento en el instante que una sombra se cernía sobre
ella, cogiéndola de sorpresa al ser
puesta en pie zarandeándola, sujetada
por el brazo izquierdo por la Sra. Stuart, la había sujetado a Marisa por el por
el antebrazo izquierdo haciéndola levantarse, sintiendo una fuerte palmada en
su trasero, llevándose la mano derecha al culo para protegerse, dado que vio
claramente las intenciones de la Sra. Stuart de propinarle más azotes, su corta
falda plisada se le levanto sintiendo la mano de la mujer que la azotaba de
nuevo sobre sus bragas, así como escuchar de nuevo el fuerte azote que acababa
de recibir. Marisa sobándose el culo se
la quedó mirando extrañada…
(Sra. Stuart) -. Niña sinvergüenza!!! Aun te quedan más ganas
de fisgonear…!!
El Sr. McDonald meneaba negativamente la
cabeza, mientras se alejaba dirigiéndose hacia la vivienda, mientras aun pudo escuchar esos
tres azotes de fondo, que la propia Sra.
Stuart le había propinado a la pequeña Marisa en plena calle… Marisa logrando soltarse camino hacia el
portal, protegiéndose haciéndolo arrimada a la pared, mientras la enfadada Sra.
Stuart en esos momentos, le daba unos buenos azotes en el culo a Sonia. El Sr. McDonald miraba hacia atrás meneando
negativamente la cabeza, viendo como en esos momentos era a Sonia a quien le
estaba dando azotes en plena calle, disgustado claramente se dirigió hacia el
portal entrando raudo. Quedándose parado
tras subir el primer tramo de las
escaleras, tras escuchar como ya en el interior del portal, la Sra. Stuart
regañaba a las dos chicas, mientras sujetaba a Sonia a la cual le estaba
propinando unos buenos azotes en el culo.
La Sra. Stuart a pie de las escaleras,
tenía ya sobre su muslo izquierdo a Sonia.
Para ello había colocado el pie izquierdo en el segundo escalón,
teniendo el derecho pisando firme aun en el rellano del portal, en tal posición
había aupado a Sonia colocándola boca
abajo sobre su muslo, ante la forzada postura, la falda de Sonia se le había
levantado dejando entrever sus bragas, la mano derecha de la Sra. Stuart había
actuado con rapidez bajando sus bragas a la joven. Resonando en el hueco de las
escaleras, el eco del sonido de los azotes en el interior del portal…
(Sr. John) -. Por el amor de dios, Rose Mery! Se da cuenta usted de lo que está
haciendo? No estamos solos!!!
Una señora mayor que caminaba apoyándose en
un bastón, salía en esos momentos del ascensor, la cual miro la escena de la
señora Stuart con una muchacha boca abajo sobre su muslo izquierdo, no le podía
ver el rostro a la joven, aunque si escuchaba sus “Ayees” claramente audibles,
teniendo está el culo muy colorado e incluso unas zonas de un color violáceo,
la anciana se detuvo unos instantes observando la escena, con la cabeza hacia
signos claros de aprobación por la escena.
(Señora?) -. Hace usted bien educando a su hija, ojala hoy
día hubieran más padres responsables como usted, unos buenos azotes a tiempo,
pueden resultar muy beneficiosos en un futuro…
La señora Stuart tras la
advertencia del Sr. McDonald, le subió las bragas a Sonia ajustándosela a la
cintura, depositándola en el suelo al tiempo que le arreglaba la falda plisada,
tallándosela con la mano y así cubrir el trasero a la joven, tratando de
minimizar la escena de la azotaina en público. Sonia por otro lado estaba muy avergonzada,
se acariciaba el culo sin atreverse a levantar la mirada hacia la anciana, sobre
todo tras haber escuchado su comentario, cuando al fin se atrevió a mirar a la
anciana, está ya le daba la espalda a todos, que la vieron salir por la puerta
a la calle.
(Sr. John) -. Rose Mery!!!
Es que no sabe comportarse como es debido? Usted sabe muy bien las graves consecuencias
de una acción en público! Piénseselo dos
veces antes de actuar, este hecho tendrá sus consecuencias!!!
Marisa con la cabeza
gacha paso rauda protegiéndose el trasero con sus manos, pasando por delante de
la Sra. Stuart y de Sonia, pasando por su lado dejándolas atrás, subiendo las
escaleras adelanto al Sr. McDonald antes de que este llegase al segundo rellano,
abrió la puerta del piso entrando en él, protegiéndose esperando tras la puerta
a que entraran por ella la Sra. Stuart, al igual que a su amiga Sonia, la cual
entro sobándose el culo con la mano
izquierda y tras ella entro el Sr. McDonald. Caminaban por el pasillo hacia el salón… Rose
Mery por delante de Sonia, que caminaba a unos pasos por detrás sobándose el
culo con las dos manos.
(Sr. John) -. Rose Mery!
A su izquierda tiene la habitación de Marisa, entre en ella para
encargarse de su muchacha, espero que acabe lo que ha empezado en el
portal. Cuando termine con ella, reúnanse
las dos con nosotros en el salón.
El Sr. McDonald al entrar
al comedor por la puerta de enfrente, retirando una silla tomo asiento junto a la mesa del comedor,
retirando una de las cuatro sillas de la
mesa del salón, frente a él a unos dos pasos en el sofá tomo asiento Marisa, manteniendo la espalda recta al sentarse, en
el borde del sofá erguida esperando nerviosa.
(Sr. John) -. Nos hemos quedado a solas, la Sra. Stuart como
debes de suponer, tiene que hablar con
Sonia sobre lo sucedido en el locutorio.
Antes como has podido ver, la Sra. Stuart me ha informado de cierto
infortunio, la verdad es que me cuesta creer que hayas obrado de manera tan inconsciente,
debería darte vergüenza por tu falta de inmadurez. Al finalizar con Sonia su conversación,
imagino que hablara también contigo, y su conversación no será muy amena créeme,
por si te preguntas si ella puede hacerlo, ya le dado mi autorización para
actuar como considere. Está muy
ofendida por lo sucedido, ha confiado en vosotras y la habéis defraudado, sobre todo Sonia ha sido la que más decepción
le ha causado, además de meterla a ella misma en serios problemas. Cambiando de tema…. hablemos
de lo que nos atañe a nosotros… Me
pediste que te ayudara si me era posible, ello me demostró que de verdad tienes
interés por ser nuestra spankee.
(Marisa) -. No deseo desaprovechar la oportunidad que me
han brindado, pero tal y como le comente en un principio, no veía posible
hacerla realidad por mis propios medios, usted y su esposa son exigentes en
ciertas bases. Veo difícil que se me
presente otra oportunidad como esta. Mi
amiga Soraya tuvo mucha suerte al encontrarles a ustedes como sus spankers, la
experiencia de Sonia me ha sido de muchísima utilidad, explicándome lo
complicado que resulta este mundo, encontrar a la persona o hallar a las
personas correctas, así como el riesgo que se corre si se va a la aventura.
(Sr. John) -. Este mundo dentro del llamado BDSM, hay
personas que lo viven de formas diferentes, las hay que solamente buscan una
relación esporádica de un día, al igual que una relación continuada con
sesiones de una o dos veces al mes.
Luego por otro lado, estamos aquellos que consideramos que es un estilo
de vida, lógicamente en este ámbito somos pocos los que lo vivimos, dado que no
todos pueden realizar o permitirse lo que llamamos un 24/7. Veinticuatro horas, los siete días de la
semana. Es el convivir con las personas,
aparte de separar sus vidas privadas tanto en lo laboral, como a la hora de la
convivencia. Lógicamente esta vida
requiere cierto sacrificio, por ello es muy importante el conocer el mundo al
que te sometes. Por nuestra parte cuando
llevamos estas relaciones, no puedes evitar el coger afecto a las personas que
tenemos a nuestro cargo, así como un cariño muy especial hacia ellas. Por esa razón hacemos ciertas pruebas, el
pasar unos días en nuestra compañía viviendo su rol elegido. No resulta ser lo mismo el jugar un par de
horas cada quince días, que jugar diariamente unos días en nuestra compañía,
teniendo en cuenta la estricta disciplina existente en nuestra casa. Resulta muy fácil el recibir una azotaina
cuando te esperas que así sea, y es muy distinto el recibir una azotaina por
una falta realizada, en un momento en el que no deseas ser castigada. Pero
la disciplina está por encima de ello, por lo que ser castigada cuando
no lo deseas, no todas las chicas que lo han vivido, son capaces de hallarse
sometidas a esa disciplina.
(Marisa) -. Eso es justamente lo que me hace tener
algunas dudas, aunque por lo que me han explicado, eso es lo que más nos atrae
a las spankee´s, a pesar de temer esas consecuencias, aunque esa incertidumbre
me hace temer el castigo, pero por otro lado es mi mayor deseo. Aunque encuentro algo fuera de lo común, al
igual que una singularidad el tener
tanta soberbia al llamarlo un estilo de
vida…
(Sr. John) -. Pocas chicas cuando lo viven de manera real
en sus vidas, acaban por quedarse con nosotros, por ello es una de nuestras
reglas el tener un lugar al cual poder volver, dado que aunque solamente estén
unos días con nosotros, el afecto y cariño que les tomamos nos afecta. Cuando las mimas con cariño, las vistes con
la vestimenta de su rol, las tienes en el baño observando sus inquietudes, al
verse así mismas siendo bañadas como si ellas no lo pudieran realizar por si
solas, verlas como disfrutan viéndose así mismas realizando su mayor fantasía,
así como observarlas cuando están en graves problemas y saben lo que les espera
en breve, todo ello en conjunto es algo más que un simple juego. Por esa razón te explique lo que conllevaría
si nosotros te prestáramos esa ayuda, nunca
solemos entrometernos en la vida ajena, así como los riesgos a los que te verás
sometida sin remedio.
El Sr. McDonald se levantó de la silla,
Marisa al verlo en pie ante ella como le había cambiado su semblante dulce y
comprensivo, se puso muy nerviosa al ver cierto enfado en él. Sorprendida con gran sorpresa el Sr.
McDonald la hizo ponerse en pie, al tiempo que él tomaba asiento en el sofá,
colocándola de pie a su derecha posando su mano derecha, justo por encima de la
cintura.
(Sr. John) -. Sabes Marisa lo que nunca una niña de ocho
años puede hacer? Lo sabes? Es faltarle el respeto a papá, en ninguna
circunstancia me puedes faltar al respeto, si lo haces tiene graves
consecuencias, ahora vas a sentirlas como de graves resultan para ti!!!
Marisa no acertaba a saber que había
hecho, pero sintió la presión de la mano de papá en su cintura, así como
ejercía fuerza con esa mano haciéndola tumbarse sobre las rodillas boca abajo.
Viéndose echada sobre sus rodillas, sintió como le subía la falda descubriendo
su trasero, cubierto únicamente por las bragas de algodón de color rosa. La
enorme mano de su papá la sintió por primera vez en muchos días, el fuerte
“Ayee” que broto de sus labios al sentir en el culo el primer azote, al igual que
sintió como le ardía el culo con el tremendo azote, el dolor que siguió la dejo
perpleja de la sorpresa, aun fue mucho mayor cuando nuevos y fuertes azotes
caían implacables sobre su trasero. En los primeros instantes de la azotaina
que estaba recibiendo, recordó la primera azotaina que recibió el día que les
presentaron, la sorpresa aun no comprendía como podía dolerle tanto el culo. En
aquella ocasión fue dolorosa para ella, pero ahora se daba cuenta que no era
tan real como creyó en aquellos momentos. Le dolía tanto el culo que apenas
podía pensar ya en recuerdos, solo se escuchaba a ella misma con sus “Ayees” de
dolor por la azotaina, al verse desbordada por lo fuertes que eran los azotes
que le daba papá, rompiendo a llorar como una chiquilla a sus dieciocho años,
aun sin comprender él porque estaba siendo castigada. Hubo unos segundos de
pausa tras los cuales solo se escuchaba así misma llorar, momento que papá la
regañaba severamente…
(Sr. John) -. Con que tus papás somos unos
soberbios!!! De verdad te crees que
puedes faltarnos al respeto de ese modo?
Como te atreves a juzgar a tu papá!!! Quien te has creido que
eres!!! Pero ya te enseñare yo
modales!!! Está visto que te las has
arreglado hasta ahora, porque te librabas de las azotainas que te
merecías!!! Pero ahora tienes un papá
que no va a dudar en ponerte sobre las rodillas y ponerte el culo como un
tomate cuando sea necesario!!! Te
aseguro que vas aprender a respetarme!!! Que es eso de llamarme
soberbio!!! Vas a ver cómo te pongo el culo!!!
Marisa apenas había podido entender lo que su
papá le decía, sintió como las dos manos de su papá hurgaba en la cinturilla de
sus braguitas, así como con ambas manos le bajo las bragas hasta casi las
rodillas, luego sin pausa alguna de más tiempo, los fuertes azotes volvían a
caer sobre su ardiente trasero, pues solamente podía llorar así como sus
fuertes “Ayees” del intenso dolor en el culo.
Cuando su papa se detuvo de darle la
azotaina, Marisa lloraba desconsolada. Durante un tiempo indeterminado que no
llego a poder saber, permaneció echada sobre las rodillas de su nuevo papá.
Sintió los dedos de papa como le subían las bragas, aunque no podía precisar en
qué momento lo hizo, dado el intenso dolor que sentía en el trasero. Cuando solamente sollozaba aun echada sobre
las rodillas, fue el momento en que su papa la ayudo a reincorporarse,
sentándola sobre su pierna derecha a pesar de lo que le dolía el culo, momento
que ella se le abrazo pasando sus manos alrededor del cuello de papá. Abrazo
que él le devolvió rodeándole la cintura con la mano derecha, mientras la
izquierda le acariciaba la espalda, Marisa con el abrazo de su nuevo papá
sintiéndose querida, dejo de sollozar pasando a gemir, durante varios minutos
permanecieron abrazados, hasta que la pequeña Marisa fue recuperando el
resuello, volviendo a ser ella misma de hacia tan solo unos minutos, antes de
colocarla sobre las rodillas y de darle la tremenda azotaina en el culo.
Cuando papá la hizo soltarse del cuello
al cual continuaba abrazada, Marisa se vio como con la ayuda de él la bajaba de
sus piernas, para colocarla ante él de pie mirándola a los ojos…
(Sr. John) -. Espero por tu bien que esto te sirva de
lección! Tienes que tener más cuidado
con tus palabras! Debes hacerte a la
idea que has dejado de ser una mujer de dieciocho años de edad, ahora según el
“Rol” que tú misma has elegido, solo tienes ocho años de edad. Una niña de ocho
años no puede hablarle a su papá como si fuera una mujer adulta. Debes pensar mejor tus palabras, o esta
azotaina que te he dado no será la última que recibas!!! Al igual que debes
medir ese carácter, has comprendido? .- Marisa asintió con la cabeza. -. Por tu bien así lo espero…
Aun por unos minutos
más el Sr. McDonald, permitió a Marisa que se recuperase de la azotaina
recibida, mientras aun alguna lagrima descendía por sus mejillas, se las secaba
papá con su pañuelo, mientras ella se sobaba el culo con una u otra mano, dado
el intenso ardor que emanaba del trasero de la joven… Una vez ya calmada y
relajada, aunque sus manos tímidamente aún se las iba pasando por el culo, a
pesar de estar su papá observándola como lo hacía…
(Marisa) -. Cuando leí su E:mail dándome… detalles de estos
riesgos, por un lado me pareció una locura por mi parte… aceptar su ayuda, pero por otro… lado es mi mayor deseo verme
en esa situación… estuve dos días que me costaba dormir… Su oferta me parecía descabellada el solo
poder contemplarla… .- La joven hablaba con cierta dificultad, las
molestias del trasero y el dolor se hacían patentes con su tartamudeo… .- dado que me supondría estar unos años de
mi vida, pero los pros y los contras a aceptar su propuesta eran mayores, dado
que me supondría el poder graduarme con una carrera universitaria. Por otro lado, tendría la posibilidad de
devolverle una vida de sacrificio a mi tío.
Ya que al venir yo al mundo, el hermano de mi madre no se lo pensó ni un
momento, sacrifico su vida por criarme como a una hija más. Con el paso de los años, he podido descubrir lo mucho que sacrifico por mí. También debo contemplar el hecho de no
haberme comportado como una buena sobrina o buena hija, pues han sido como unos
padres para mi, les he dado muchos quebraderos de cabeza, de niña les daba
muchos problemas… también a mis primos, pues yo me daba cuenta de mi estado,
siendo niña apenas me castigaban, entonces desconocía que si no me daban
azotainas como a mis primas. No sabía a qué se debía el que no lo hicieran
conmigo, pero con el tiempo me llegue a conocer los motivos, que ello era
debido al acuerdo que mantenían con mi padre biológico. Por lo que siendo una niña, mi soberbia o mi
malicia me aprovechaba de esas circunstancias, con la mala suerte para mis
primas que ellas si eran castigadas, mientras yo observaba como lloraban cuando
les daban esas azotainas. Mis tíos me
hacían presenciarlas, como si se tratara de un castigo psicológico, para que supiera las consecuencias, dudo mucho
que tuvieran esa delicadeza conmigo, de saber que esas situaciones las
provocaba yo a sabiendas, para ver como recibían mis primas su castigo. Ya por
aquellos años sentía cierta tendencia, quien sabe, igual las provocaba por mi
deseo de verme en su lugar, eso es algo que quizás nunca llegue a descubrirlo. Pero lo que en esos años podría ser
inocencia o las travesuras de una niña caprichosa, años después ya cumplidos
los quince años, seguía metiendo en problemas a mis primas, incluso cuando mi
tía las colocaba sobre las rodillas, deseaba ver cómo le bajaba las bragas, y
luego en la intimidad durmiendo solía levantarme con las bragas húmedas, al
principio desconocía el motivo por qué me sucedía, supongo que es algo que
descubre toda adolescente en algún momento. La cosa cambio con el tiempo, sobre todo cuando empecé a darme placer yo sola, cada noche me tocaba
antes de dormir, en mis pensamientos eróticos veía a mis primas con las bragas
bajadas, y con sus traseros colorados como tomates maduros, al igual que verme a
mí misma, con mi trasero en el mismo
estado que el de ellas. Por ello es por lo que decidiera dar el paso y aceptar
su ayuda… Por mis tíos que obtendrán la vida que podían haber llevado, y… mis
primos que puedan acceder a la universidad…
(Sr. John) -. Pero me preocupa el método empleado para
lograr el objetivo, es poco ortodoxo que una joven se exponga de este modo, ya
habíamos hablado de este asunto estando de acuerdo, pero no es lógico que no
quieras la vida que vas a dejar atrás, es cierto que vas a tener la oportunidad
de labrarte un futuro, pero vas a pagar un precio elevado y ya no hay vuelta
atrás.
(Marisa) -. No creo que sean las palabras más idóneas… No
solamente estoy pensando en mi misma, también es mi deseo que mi tío pueda ver
realizados sus sueños, los cuales abandono para hacerse cargo de mí al nacer yo. Usted puede que lo vea desde otro punto de
vista, puede que piense que sea una
chica inmadura, y que esté tomando una decisión precipitada, pero creo que les
debo esa oportunidad a ellos, también a
mis primos que podrán ir a la universidad, así como llevar una vida mucho más
acomodada. Yo voy hacer realidad mi
fantasía, además el año que viene
entrare a la universidad a la cual mis tíos no me podían pagar. Además todo esto no me viene de un
capricho, hace un tiempo que me ronda
por la cabeza, quizás el conocer a Soraya y
poco después el conocer a Sonia, ha hecho que tomara esta decisión al
tener por primera vez claras mis ideas, todo comenzó a rondarme la cabeza
cuando… Tenía
yo unos catorce o quince años cuando escuche por casualidad discutir a mis
tíos, mi tía estaba enfadada como de
costumbre cuando hacíamos travesuras, a mis primas les dio una buena tunda a
las dos. La verdad es que nos sorprendieron a las tres en un centro comercial
comiéndonos unos pastelitos, era una travesura inocente que habíamos hecho en
otras ocasiones, sin haber pasado por la caja a pagarlos. Nos sorprendieron infraganti con los
pastelitos en nuestras manos, la verdad es que no era la primera vez, la supervisora ya nos había sorprendido en
otras dos ocasiones, pero en esa ultima la supervisora decidió darnos un
escarmiento. La supervisora del centro comercial
llamo a la policía, el representante llamo por teléfono a sus padres, mi tía
tuvo que salir del trabajo para venir a buscarnos a la comisaria. Cuando nos llevaba en coche de camino a casa,
su rostro era un poema, nos regañó de firme amenazándonos con darnos una buena zurra, que no nos íbamos a poder sentar en un mes. No la había visto nunca tan enfadada, nos decía
mientras nos regañaba que nunca había pasado tanta vergüenza. Al llegar a casa nos dejó claro su enfado,
nos cruzó la cara a las tres con dos o tres bofetadas a cada una. Luego nos envió a comedor dándonos un buen azote
en el culo al pasar por su lado, mis primas y yo estábamos aterradas por la que
nos esperaba. Minutos después apareció ante nosotras, se había
cambiado de ropa, y venia descalza de un pie con la zapatilla ya en la mano
derecha. Primero agarro a mi prima Laura llevándola hasta una silla del rincón,
se sentó en ella teniendo a mi prima de pie a su lado, le bajo las bragas de un tirón a los
tobillos, inmediatamente la coloco sobre sus rodillas, comenzando a azotarle el
culo desnudo, nunca la había visto utilizar la zapatilla. Nos había dado uno o dos azotes con la
zapatilla, en alguna ocasión que la hacíamos enfadarse con nosotras, pero sobre
sus rodillas con las bragas bajadas y tantos azotes, eso nunca lo había hecho. Luego le tocó el turno a mi prima Isabel,
tuvo que dar dos vueltas a la mesa del comedor para conseguir agarrarla, le
bajo las bragas cuando consiguió alcanzarla, colocándola bajo su brazo
izquierdo se dirigió hacia la silla del rincón, las bragas que le habían
quedado a medio bajar, se las acabo de bajar a los tobillos antes de colocarla sobre sus rodillas, la tunda con la zapatilla
las dejo a las dos con el culo como un tomate maduro. Nunca había visto a mi tía bajarles las
braguitas, muchas veces la he visto castigar a mis primas, pero solamente en
dos ocasiones he visto que les bajase las braguitas, y esa ocasión fue una de
ellas. Cuando acabo con mi prima, me
agarro a mí e hizo lo mismo, me bajo las bragas estando de pie ante ella antes
de colocarme sobre sus rodillas, me estaba dando una buena zurra. El culo me dolía horrores por la fuerza que empleaba. En ese momento llego mi tío del trabajo, la detuvo nada más ver la
escena al entrar al comedor, enviándonos a mis primas y a mí a nuestra
habitación.
(Sr. John) -. Por lo que dices aunque fuerais unas niñas,
os merecíais una buena azotaina las tres.
Tu tío sabía lo que habíais hecho?
(Marisa) -. Sí que lo sabía, la policía le llamo al
trabajo. Imagino que alguien fue a informarle al laboratorio donde trabaja,
tuvo que salir antes de hora por la misma razón que mi tía. Pero el salió antes, porque sabía lo que
haría ella con nosotras nada más llegar a casa. Pero a pesar de su llegada,
recibí una buena zurra de mi tía. Esa fue la única vez que me castigo mi tía,
la única siendo tan severa conmigo. Ese
día tuvieron una fuerte discusión por mí causa.
Al contrario de otras veces que discutían, ese día lo hicieron en el
pasillo justo delante de la puerta de mi habitación, mi tía aún seguía enfadada
conmigo y con mis primas. Primero
escuche a mis primas Laura e Isabel que lloraban de nuevo, primero fue a la
mayor de ellas, Laura, mi tío debió darle una zurra con el cinturón, pues el
sonido de los azotes pude deducirlo, aunque a mí nunca me había castigado con
él, si lo había escuchado y presenciado al utilizarlo con mis primos. Después de castigar a mi prima Isabel, salieron
de su habitación cerrando la puerta de un portazo. Escuche sus pasos dirigiéndose a mi
habitación, mi tía le decía que debía de hacer lo mismo conmigo, sobre todo por
ser yo la mayor de las tres y la responsable de ellas. Pero mi tío le decía que bien sabía ella que
no podía ser, que el acuerdo con mi padre biológico lo prohibía y que de
enterarse podría hacer que nos separasen.
(Sr. John) -. Ha transcurrido varios años de esa
circunstancia, pero la verdad, es que te la merecías desde luego, no hubiera
sido correcto el no darte una buena lección como a tus primas. Si una fechoría como esa la hicierais tú y tu
hermana Soraya, aparte del correspondiente castigo, habríais tenido una semana
de castigo de mantenimiento como spankee´s.
En estos momentos desconoces que es, pero viviendo con nosotros lo
averiguaras no te quepa duda alguna de ello, Soraya también lo averiguo hace
unos días, aunque fuese antes de hora, pues fue durante su prueba en el fin de
semana. Que es lo que escuchaste de tus
tíos. Que es lo que hablaron…?
(Marisa) -. No recuerdo muchas cosas de las que se
dijeron esa tarde, pero algo que me dejo con preguntas, fue escucharles decir
que él había perdido la oportunidad de su vida, por quedarse en este país para
hacer las gestiones de adopción. Al parecer le habían hecho una gran oferta de
trabajo, ese día me entere que mi tío no solo era un Ingeniero, si no, que era
un Ingeniero Aeronáutico, y que perdió
la posibilidad de trabajar en la N.A.S.A. Sobre todo, se lo echó mi tía en cara
que ahora llevarían otro tipo de vida de no haberse quedado y que por mi culpa
habían perdido su vida.
En esos momentos en la habitación de
enfrente, el sonido que llegaba a los oídos de la joven, le resultaba
perturbador para su mente. Marisa debido
al sonido característico de los azotes, la hacía encontrarse incomoda consigo
misma, sobre todo por las molestias que
sentía ella misma, se acariciaba el culo sobre su corta falda. En su rostro se reflejaba su
turbación e incomodidad, viéndose
mordiéndose el labio inferior manteniendo su mirada pérdida, hacia aquella
puerta situada justamente enfrente a la del comedor.
(Sr. John) -. Veo
que tu tía estaba muy resentida en esos momentos, claramente tú no tenías culpa
alguna del acuerdo vinculado a tu educación, las circunstancias la sobrepasaron
aunque tenía toda la razón para estar enfadada, merecías ser castigada por
vuestra travesura, tu tío a pesar de ese acuerdo hizo mal al castigar a tus
primas y no castigarte a ti, pero eso ocurrió hace tiempo. Tu tío trabaja para
una empresa de uno de mis asociados más importantes, he podido averiguar que el
mismo hace veinte años le hizo una buena oferta de trabajo, la cual rechazo tu
tío por motivos familiares, aunque solo
fue una excusa, dada la realidad del
momento, por esas fechas tu tío esperaba una oferta mejor, desde la graduación le habían acosado varias empresas interesadas,
por los fantásticos proyectos que había llevado a cabo, como asignatura de
estudio en su carrera, esa oferta que esperaba le llego dos años después,
coincidiendo con tu llegada al mundo. La
trágica situación al fallecer tu madre, unida a su responsabilidad al ser tu
único familiar, hizo que rechazara esa oferta de trabajo. He investigado por medio de uno de mis bufetes
de abogados, informándome que tu padre biológico, es un hombre casado y con
cuatro hijos, les puso muchas trabas a tus tíos para tu adopción, tu padre
deseaba hacerse cargo de ti, por ello llevo a tus tíos a juicio lucharon por
conseguir tu adopción, pero su abogado de oficio no pudo hacer nada en el
juicio, lo perdieron. La verdad es que
los abogados de tu padre biológico se
interpusieron, evitando así la adopción. Pero a pesar de ganar el juicio tu padre, lo
que el no contaba fue la negativa de su
esposa a que vivieras con ellos, a pesar de sus deseos no podía hacerse cargo
personalmente de ti, no lo sé con certeza como transcurrió el tema, pero creo
que su esposa fue quien lo impidió que
se hiciera cargo de su hija. Es un
asunto muy enrevesado, al final aconsejado por sus abogados, acepto un acuerdo privado
con el hermano de tu madre, o sea con tu tío, pero fue un acuerdo mutuo de
palabra entre las partes sin la debida documentación, o sea tu tío, obtuvo la
tutoría de la niña hasta los dieciocho años, pero sin los derechos legales de
la adopción. Por ello les pasaba una
manutención hasta tu mayoría de edad, hasta hace unos meses todo fue bien, pero
tu padre biológico falleció. Tu madrastra a la cual desconoces, les ha privado
de esa manutención al dejar de hacerla efectiva, y no haber ninguna
documentación sobre ese acuerdo, tu tío no ha podido hacer ninguna reclamación,
aunque esa mujer pese a sus intentos no ha podido impugnar el testamento, para
evitar que te dejase cierta cantidad de dinero, la cual consta en su
testamento, pero no tendrás acceso a ese dinero hasta que cumplas los
veinticinco años. Esa es una maniobra de
tu madrastra, sus abogados son demasiado escurridizos, han hallado no sé qué
cláusula, de no sé qué ley… Con otra de sus cláusulas de poder de persuasión,… no puedes
abandonar el país, en caso de hacerlo perderías esa herencia…
John McDonald se percató que sus palabras no eran
escuchadas, quedando el comedor en silencio, solamente eran audibles los azotes
que estaba recibiendo Sonia, al permanecer en silencio observo a la joven
Marisa, tenía la mirada fijada en la puerta de enfrente, parecía que ella no estaba en la misma estancia que él, la
jovencita solo prestaba atención al sonido de los azotes. Ella desde que se levantara del regazo de su
nuevo papá, tras haberle propinado la severa azotaina en el trasero, había
permanecido de pie a su lado hablando y escuchándolo hablar.
(Sr. John)
-. Marisa! Ya veo que no me prestas atención,
deja de sobarte el culo, mejor será que entrelaces tus manos sobre la cabeza y
permanezcas así castigada hasta que la Sra. Stuart termine con Sonia!!!
La joven obedeció a su papá colocando sus
manos sobre la cabeza, entrelazando sus dedos de ambas manos, aunque ahora lo
miraba a él tras la orden dada por él.
(Sr. John) -. Y bien… ahora si me prestas atención! No
tienes nada que decirme o no me estabas escuchando?
(Marisa) -. Ahora mismo… no sé qué decir…
(Sr. John) -. Pues iremos directos a la cuestión que nos
lleva… Los abogados de tu madrastra, han llevado en estos días la negociación
de un acuerdo que te beneficia. A partir de unos diez días aproximadamente,
firmaran dicho acuerdo. Desconozco el
motivo que tu padre biológico impidiera en tu educación, tus tíos pudieran
castigarte mediante castigo corporal.
Pues he averiguado que sus tres hijas e un hijo, fueron educados en
internados en los cuales, el castigo corporal era el método de disciplina. En dicho acuerdo hay un documento adjunto, en
el cual consta que debes ingresar en los próximos diez días, en una academia
para señoritas aquí en la ciudad, los abogados de la empresa que asesoran a tu
tío en este asunto, han logrado que no seas internada en dicha academia, si no,
que unos tutores arbitrales se harán cargo de ti hasta que cumplas los
veinticinco años.
(Marisa) -. Tutores arbitrales…? Eso en que me
beneficia…?
(Sr. John) -. Ahí es justamente cuando mi asociado al cual
conocerás en breve, dado que es el director de la academia para señoritas donde
vas a ingresar. El Sr. Matthew es quien se ha encargado de asesorar a tu tío,
mejor digamos que sus abogados se han encargado del tema. Los tutores arbitrales seremos mi esposa y yo
mismo, seremos tus tutores legales hasta que cumplas tus veinticinco años de
edad. Deberás asistir a la firma de ese acuerdo, dada tu mayoría de edad. Comprendes ahora en que te beneficia ese acuerdo?
(Marisa) -. Pero mi tío… es consciente… de que… me van…
a… castigar?
(Sr. John) -. He podido leer dichos documentos, en ellos no
se especifica claramente la disciplina.
Pero hay cláusulas que especifican, que no se descartan posibles métodos
de castigos corporales, en los que tu madrastra ha insistido que se añadan al documento. Una de sus demandas al elegir a tus tutores,
es que fueran estrictos a la hora de aplicar la disciplina. Dichas clausulas solamente constaran en los
documentos que te atañen a ti, en los que se harán entrega a tu tío, en ninguno
queda reflejada la disciplina. Por ello
debes firmar esos documentos sin leerlos, al menos no, en presencia de tu
pariente próximo.
(Marisa) -. Entonces serán ustedes mis padres adoptivos?
(Sr. John) -. Si!!!
Algo que no podrás revelar a tus compañeras en la academia, como tampoco
a tus amigas más cercanas como Soraya o Sonia!
Marisa ante estas
palabras trago saliva con cierta dificultad, como si se atragantara con su
propia saliva, por un lado se mostraba sonriente al conseguir su propósito,
pero por otro lado estaba preocupada por su futuro.
(Sr. John) -. Bueno… Aprovecharemos estos días que vas a
estar sola sin la compañía de tu familia, para que te vayas haciendo a la idea,
mañana a eso de las diez de la mañana, te recogerá mi chofer del aeropuerto, una
vez haya salido el vuelo de tus tíos hacia su destino, así desde mañana vivirás
en nuestra casa con tu hermanita mayor Soraya.
Imagino que eso si te alegrara, hace muchos días que no la has podido
ver, dado que ella permanece estos días castigada tras su última travesura. Y… Ahora esperemos a que Rose Mery acabe con
Sonia, la Sra. Stuart tiene muchos deseos de hablar contigo por lo sucedido…
En esos momentos el Sr. McDonald se
levantó del sofá, encaminándose hacia el pasillo abriendo la puerta de la
habitación de Soraya. Marisa al encontrarse de pie con las manos sobre su
cabeza, podía ver con claridad la imagen dentro de la habitación, así como lo
que estaba sucediendo. El Sr. John McDonald había entrado situándose a la
derecha, apoyado en la puerta de la misma contemplando la escena. Desde el comedor Marisa veía a la Sra. Stuart
sentada en la cama, estaba situada de forma oblicua en la esquina de la misma,
de tal forma que la joven tenía plena visión de su amiga Sonia, la cual por la
posición estaba sobre las rodillas echada boca abajo, sus piernas flexionadas
rozaban el suelo con las rodillas, y sus brazos colgaban inertes por el costado
izquierdo de la Sra. Stuart, con las manos apoyadas en el suelo. La falda la tenía arremangada a su cintura,
exponiendo su desnudo trasero muy enrojecido por la azotaina, desde su posición
Marisa veía la escena, viendo como su amiga tenía las bragas bajadas a la
altura de las rodillas. Durante aun unos
largos e interminables minutos, la Sra. Stuart continuaba azotando el rojo
trasero de Sonia. Al terminar de
propinarle la azotaina a la joven Sonia, la Sra. Stuart envió a la muchacha
claramente dolorida al rincón del otro lado de la cama, no sin antes haberle
sujetado la falda a la pretina para que no se le bajase, con las bragas a la
altura de las rodillas la joven camino hacia el rincón indicado, haciéndolo con
pasos cortos al tener la traba de sus braguitas en sus rodillas, una vez
colocada castigada cara a la pared, entrelazo sus manos sobre su cabeza para impedir
que pudiera sobarse el colorado y ardiente trasero.
(Sr. John) -. Bien Rose Mery! Ya veo que la joven ha
recibido su merecido! No hay más que
verle el culo como se lo ha puesto! Hermosa imagen…por cierto! Ha pensado en hacerla su spankee personal. Hace unos días me entere que a Sonia, su
spanker el Sr. Felipe la ha dejado, por motivos personales según he oído…
(Sra. Stuart) -. La verdad Sr. McDonald es que era mi
intención, estaba pensando en una relación con visitas esporádicas por el
momento. La muchacha bien lo vale la verdad, como spankee no se puede negar que
es buena. Pero después del comportamiento de hoy, voy a tener que pensármelo
bien.
(Sr. John) -. No debería ser usted tan estricta consigo
misma, a la joven tampoco debería juzgarla teniéndoselo en cuenta, usted y yo
mismo, conocemos muy bien la conducta de estas chicas. Sonia es una mujer con la mente abierta, ha
aceptado su castigo sabiendo que se lo merecía, a pesar de no ser la culpable
de esa falta. Aunque como bien sabe
usted, esto no va acabar aquí! Pero esa circunstancia ya no la puede solucionar
usted, como tampoco es el lugar idóneo para hablar de ello… Cambiando de tema… Marisa!
A ver pequeña quieres hacernos el favor de acercarte.
Marisa se fue acerando entrando en la
habitación, la Sra. Stuart continuaba sentada en la esquina de la cama, al
llegar ante ella se detuvo con la mirada baja hacia el suelo. A su derecha tenía la figura de su papá con
los brazos cruzados, esperaba ser regañada por su conducta en el
locutorio. Teniendo la esperanza que no
dijese nada la Sra. Stuart, en qué circunstancias había sido sorprendida al abrirse la puerta
del almacén. Marisa se moriría de la
vergüenza si le fuera contado a su papá, que estaba haciendo aparte de estar
espiando.
(Sr. John) -. Pequeña! No esperamos, ni la Sra. Stuart ni
yo mismo, que nos expliques porque les estabas espiando. Es algo obvio para nosotros porque lo estabas
haciendo, la curiosidad que puedas tener es algo normal en una jovencita como
tú. Estas explorando cosas nuevas para
ti, es lógico que te sientas atraída hacia ellas. Lo que no es nada normal es espiar tras las
puertas, lo cual tiene sus consecuencias…graves consecuencias…
(Sra. Stuart) -. Perdone que le interrumpa, pero usted la está
regañando por habernos espiado tras la puerta, observándonos por el ojo de la
cerradura, no siendo esa la única falta grave que ha cometido esta niña!!!
(Sr. John) -. Como dice usted? Es que acaso hay algo que
no me ha contado?
(Sra. Stuart) -. La niña no se ha conformado con observarnos,
cuando se ha abierto la puerta, la muy cochina estaba en cuclillas con la falda
arremangada, con las rodillas separadas, y con la mano derecha introducida bajo
sus braguitas, MASTURBANDOSE!!!
(Sr. John) -. Es eso cierto? …Imagino conociéndola a usted, que en su
bolso debe llevar un cepillo de madera, verdad?
Utilícelo!!!
Marisa vio aterrada como la Sra. Stuart
rebuscaba tras su espalda su bolso, del cual extrajo un cepillo de madera
curvado por la parte de las cedras, apenas lo tenía empuñado en su mano
derecha. Cuando el Sr. McDonald agarraba
a la pequeña por la cintura, colocándola boca abajo sobre las rodillas de la
Sra. Stuart. Su papá enfadado
claramente, le subió la falda descubriéndole el culo colorado, pero no se quedó
impasible, acto seguido le bajo sus braguitas rosas por las piernas hasta
extraerlas por completo. La joven aterrada al verse sobre el regazo de la Sra.
Stuart, sintió en su ardiente trasero desnudo los primeros azotes, era la
primera vez que era castigada con él.
Recordando a su amiga Sonia como pataleaba cuando era castigada, ahora
entendía por qué se contorsionaba de aquella manera. Jamás hubiera pensado que
algo pudiera doler de esa manera, se sentía así misma como se agitaba sobre las
piernas, luchaba con todas sus fuerzas por escapar de la azotaina que
recibía. Pero no se esperaba que le
sujetasen por las piernas, miro hacia atrás con el rostro bañado en lágrimas,
viendo como su papá se las sujetaba, quedando a merced de la mano de la Sra.
Stuart que la azotaba con fuerza con el cepillo en el culo.
Horas después Sonia estaba echada del
costado derecho sobre el sofá, tenía las bragas bajadas a medio muslo, al otro
extremo del sofá se encontraba Marisa entrelazando sus piernas entre las de
Sonia, al igual que ella también con las bragas bajadas echada del costado
izquierdo, sobándose el trasero a dúo, ambas se observaban sonriendo entre si,
mientras veían en la televisión una película.
Continuará…