EL TUTOR
DE DISCIPLINA, EL Sr. LOPEZ Capitulo
9
Evelyn en compañía de su
Tutor había llegado temprano a la nueva oficina. Salir de la ciudad por la mañana era
complicado debido al tráfico intenso, su Tutor era un hombre muy previsor y
no le gustaba meterse en atascos de vehículos, por lo cual habían salido con
tiempo para evitar el tráfico diario. A su llegada al edificio a la oficina, aún
faltaba unos cuarenta y cinco minutos para que el Sr. Luis llegase para abrir. El Sr. López se fue a una cafetería cercana,
era su rutina, que seguía a diario antes comenzar su trabajo, tenía esa costumbre de leer el periódico tomando un café. Evelyn en cambio prefirió no acompañarle a la
cafetería, estaba dolorida de la visita del día anterior del matrimonio Parker,
estaba molesta porque esa misma mañana había tenido problemas, al serle
revisada inesperadamente el estado de sus braguitas, por lo que se sentía incomodada al notar problemas serios con su ropa interior, el estar cerca de su Tutor la hacía sentirse
intimidada, pues en cualquier momento, su Tutor podía encontrar un motivo para
ponerla sobre sus rodillas, como el
revisar de nuevo el estado de sus braguitas, que en esos instantes las tenía muy
húmedas, traspasando el tejido del fondillo de su entrepierna, notando por sus
muslos como descendían unas gotas, un hecho que de darse cuenta su Tutor la
metería en serios problemas. Le dolía
demasiado el trasero para acompañarlo, y mucho menos el sentarse a su lado en
una dura silla, pues su Tutor se daría cuenta al mojar su asiento, esa misma mañana
tuvo que obedecer a su Tutor siguiendo
sus instrucciones dadas el día anterior, el trayecto en el taxi había sido muy
incómodo para ella, de buen grado se hubiera sentado de costado, pero de
hacerlo le habría mostrado las braguitas al conductor, el cual no paraba de
observarla por el retrovisor, ya que al subir al asiento de atrás, el conductor
le había podido ver sus bragas y este no dejaba de mirar hacia atrás con cualquier pretexto, mientras su tutor sentado
tras el conductor iba leyendo el periódico.
Había tenido que madrugar levantándose dos
horas antes de lo habitual, un hecho que la desagradaba. Como tenían que esperar a la llegada del Sr.
Luis para abrir la puerta del edificio, ella prefirió esperar dando un paseo,
su Tutor la había invitado a ir con él a la cafetería, pero Evelyn no deseaba
sentarse en las incomodas y duras sillas de la terraza, sobre todo sentarse
teniendo el contacto directo de sus bragas en el asiento, ya que las sillas de
esa cafetería eran de mimbre, teniendo la sensación de estar sentada en un
avispero, era una verdadera sensación de desasosiego el permanecer cierto
tiempo sentada en esas sillas, siendo mucho peor en el estado de su trasero esa
mañana, porque el mimbre puede resultar confortable, pero no para sentarse
posando el culo sobre el asiento al llevar tan corta la falda, la cual al ser
tableada y ligera se le acampanaba, sentándose sobre sus braguitas, unos días
atrás había acompañado a su Tutor justamente a esa terraza, y el sentarse en
esas sillas sentía la sensación que le estuvieran dando pequeños mordiscos en
sus nalgas a pesar de llevar bragas, el mimbre mortificaba su trasero
inflamado, y eso que hacía unos días desde
la última azotaina que le dio su Tutor, por un pequeño problema de unos
documentos extraviados, que luego resultaron que no habían sido enviados
aun, por ello se libró de una azotaina
más severa, ese día no lo tenía tan
dolorido e inflamado como en esos momentos, por lo que al ser invitada por su
Tutor denegó su invitación, pues el muy cínico sonreía al invitarla, pues sabía
muy bien porque iba a esa terraza, en vez de ir a otra más próxima con
esterillas en los asientos.
Esa misma mañana su Tutor había pasado a
recogerla a su apartamento, siendo no muy agradable para ella el encuentro. Mientras paseaba bordeando el edificio se
encontró con los frondosos jardines,
paseando se la podía ver con que cuidado caminaba, lógicamente tras las
azotainas recibidas el día anterior, tenía el trasero muy dolorido sintiendo
pinchacitos molestos al andar, pero al mismo tiempo le resultaban muy
agradables, así como el molesto roce de
sus braguitas en su inflamado trasero a cada paso que daba. Pero a pesar de ello sonreía para sí misma,
las sensaciones de tener el culo dolorido era molesto, pero a pesar de ello
también le resultaba muy agradable el sentir como le ardía su trasero, al tacto
de las yemas de sus dedos al pasarse la palma de la mano introduciéndola bajo
su falda, acariciándose el culo sobre el fino tacto de las braguitas de
algodón, así como sentir como emanaba a través del tejido de las braguitas, ese
calor que irradiaba sintiéndolo en sus dedos. Así como notar la humedad en su
entrepierna, sintiendo una sensación muy agradable, al rozar el fondillo de sus
braguitas en su sexo depilado, el cual al llevarlo bien rasurado hacia que los
labios sensibles de su sexo, con el roce fuera más directo sobre el fondillo de
sus bragas, sintiera el movimiento del fondillo de sus braguitas a cada paso
que daba, sintiendo el roce de los labios exteriores de su sexo, con la
consecuencia que aumentaba la humedad mojando sus braguitas, pudiéndolas sentir
muy mojadas e incluso que desbordadas de ella, entre sus piernas notaba alguna
gota de líquido descender por el interior de sus muslos, sintiendo deseos de
poder introducir su mano bajo sus bragas, llevándose los dedos a su intimidad para acariciarse. Pero de ser
vista por alguien la intimidaba, pues de llegar a oídos de su Tutor el castigo
sería muy severo, en ciertas cosas era como un viejo anticuado y cascarrabias. Por estar castigada desde el día anterior, y
mientras fuera así, era mejor no provocar a su Tutor, aunque sabía que la
apreciaba casi como a una hija, pero no se andaba con rodeos si debía colocarla
sobre sus rodillas y bajarle las bragas para darle una azotaina.
Paseando relajadamente sobándose el culo
con la mano, recordaba lo sucedido esa misma mañana al pasar a recogerla su
tutor. …Ella como buena pupila que
trataba de ser casi siempre, pues de no serlo sabía bien lo que la esperaba, ya
le aguardaba en el rellano esperando a su Tutor que pasara a recogerla. Al aparecer
este a los pocos minutos, con sus propias llaves abrió la puerta del
apartamento, haciéndola entrar de nuevo a su apartamento sin decir ni buenos
días, cerrando la puerta a su paso.
Pillándola totalmente de sorpresa, la hizo inclinarse doblando su cuerpo
hacia adelante, quedando bajo el brazo izquierdo de su Tutor bien sujeta,
pudiendo sentir como le levantaba la falda y posteriormente le bajaba las
braguitas estirando de ellas hacia abajo. Al bajárselas pudo sentir como las perneras
le presionaban los muslos, al tirar su
Tutor de ellas tensando el fondillo, para poder mirárselas bien viendo como las llevaba de mojadas, a pesar de llevarlas
recién puestas y limpias, a pesar que
solo hacía unos minutos que se las había puesto tras darse una ducha, ya volvía
a tenerlas mojaditas solamente por la
presencia al tener su Tutor a su lado, ya se sentía
mojada y excitada bajo ese efecto
que le causaba al hallarse con su Tutor
cerca de ella, al igual que al sentir la angustia de temor ante su inminente
llegada, tal y como solía sucederle siempre que estaba con él, pues era
impredecible que podía suceder y esa
inseguridad de ella, ante la superioridad de él, le encantaba sentir esa angustia de temor así
como de nervios.
Al revisarle las braguitas encontrándolas
mojadas, los acontecimientos se sucedieron automáticamente, siendo regañada
severamente por como llevaba el fondillo de las braguitas, y mientras la
regañaba advirtiéndola que durante los próximos días, seria revisada
diariamente para comprobar el estado de sus braguitas, así como comprobar si
las llevaba bien colocadas, todo ello mientras estaba recibiendo una buena azotaina, que aunque no
se la diera muy fuerte, por el estado de su trasero, fue lo suficientemente severo para
ponerle el culo como brasas al rojo vivo, Evelyn lloraba mientras era
recriminada su conducta, poniéndole el
culo bien calentito de buena mañana y la vergüenza que le subiera el mismo las
braguitas, a pesar de ser algo habitual, era algo que la hacía avergonzarse al
hacerla sentirse como una chiquilla, así
como voltearla para ver cómo le quedaban,
si tenía las braguitas bien puestas, así
como colocándoselas bien tensas subiéndoselas bien arriba y sintiendo como las
perneras le presionaban por el elástico haciendo presión marcándose en el culo,
pasando su Tutor la mano por el ardiente
trasero, mientras ella avergonzada trataba de cubrirse con la falda intentando
bajársela sin éxito alguno, marcándole sus braguitas perfectamente el precioso
trasero, así como darle un sonoro azote en el culo, mientras salían del
apartamento.
En el mismo y preciso instante que la vecina salía de su
apartamento, una mujer de unos sesenta y cinco años, que vio como le asestaba el fuerte azote en el
culo, así como lo colorado que lo llevaba
por el revuelo de su falda,
teniendo que escuchar su comentario.
(Vecina) -. Hace usted muy bien
dándole unos buenos azotes, ya la he escuchado como lloraba hace unos momentos,
es la manera de que aprendan modales estas jóvenes de hoy día, ojala hubieran
más hombres como usted que saben cómo educar a sus hijas!!!
(Sr. López) -. Sra. Rodríguez… buenos
días! Tiene usted mucha razón, es la
única forma de que aprendan a comportarse…así como buenos modales…
Evelyn odiaba a esa señora, pues cuando se
cruzaban en el rellano o en las escaleras, siempre le hacía comentarios de cómo la había
escuchado llorar, o como había oído la
azotaina que había recibido, haciendo comentarios de ella haciéndola
avergonzarse en su presencia, teniendo que bajar la mirada de la vergüenza, sin
poder replicarle a la señora. Pues una
vez la increpo respondiéndola de malas maneras, por decirle aquellas cosas, y
la señora ni corta, ni perezosa se fue a contárselo a su Tutor, con las
consecuencias para Evelyn que a los
pocos minutos, su Tutor llamaba a su puerta acompañado por la señora, y fue
castigada por su Tutor recibiendo una buena azotaina con el cinturón, teniendo
luego que ir Evelyn a su apartamento llamando ella a la puerta, para pedirle
disculpas a la señora, en compañía de su Tutor que hablando con la señora, en
un momento dado coloco a Evelyn bajo su brazo levantándole la falda y bajándole
las braguitas, para que la señora viera como le había puesto el culo de
colorado por faltarle el respeto… Desde esa ocasión Evelyn no volvió atreverse
a hablarle mal, teniendo que soportar los comentarios de la Sra. Rodríguez,
resignada…
Dando su paseo matinal por los jardines,
se encontró de forma inesperada a la Sra. Parker, la cual se había decidido por
dar un paseo esa mañana, al encontrarse comentaron entre ellas lo sucedido el día anterior, por las claras dificultades que tenían las dos
al caminar, pues al andar les dolía el
culo y estando solas por los jardines a
esas horas se sobaban el culo sin mirar si mostraban su prenda íntima. Caminaban con pasos cortos ya que así les molestaba
menos el trasero, continuando su paseo
juntas conversando.
En
los días sucesivos se volvieron a encontrar
de nuevo, descubriendo que a las dos mujeres les encantaba pasear, sobre
todo sintiendo las sensaciones agradables para ellas al llevar el trasero bien
dolorido, así como las molestias que experimentaban al caminar, sintiendo miles de pinchacitos agradables y a
veces desagradables a cada paso que daban. Evelyn en durante esos días se había hecho
buena amiga de Jezabel, solía pasear desde el primer día cada mañana por los
jardines de la Institución de Señoritas, mientras su Tutor se iba a la
cafetería a tomar su café y leer el periódico. Pues ambas mujeres en los días después de haber sido castigadas juntas en el
día de la visita, habían coincidido en sus paseos diarios haciéndose muy amigas, pues a las dos les gustaba poder tener
alguien con quien poder hablar de ese tema. Aunque claramente en sus paseos por motivos obvios no se
sentaban en ningún banco, aun a pesar
del paso de los días de esa semana, las
dos aun mantenían bien doloridos sus
traseros, no había más que fijarse en sus andares, al igual que como las dos
mujeres, sonreían pícaramente con sonrisas o miradas de complicidad entre
ellas, al acariciarse sus inflamados
traseros a la más mínima oportunidad de hacerlo, e incluso girarse para verse
mejor como se lo acariciaban sobre las bragas, apreciando las marcas que las
bragas no cubrían, y que con el paso de los días habían pasado de morado a un
azul intenso verdoso.
Jezabel al salir a pasear cada mañana, iba vestida
con un nuevo conjunto, vestuario que
Evelyn y Jezabel solían comentar entre sus cosas, al igual que había conocido por
Jezabel, el cambio en su forma de vestir,
descubriendo que eran medidas adoptadas
por su marido, por consejo expreso del nuevo Tutor Disciplina de la institución,
como medidas disciplinarias del Sr. López. Obligándola a vestirse con faldas cortas que
apenas le cubrían las braguitas, vestuario que le hacían parecerse a una
jovencita, llevando las faldas muy cortas mostrando prácticamente, el fondillo
de sus braguitas por detrás con la más mínima brisa o simplemente al andar con
el vaivén de sus faldas tableadas, poniéndose cada día un conjunto diferente, desde el día siguiente de su visita al nuevo
despacho del Tutor, en la cual fue disciplinada en el transcurso de esa visita.
Su marido la llevo de compras al día siguiente al centro de la ciudad,
eligiendo no únicamente el vestuario, si no, también eligiendo las braguitas
que debería utilizar desde ese momento, ya saliendo del centro comercial con
unas puestas, su marido se encargó de escogerlas, siendo estas de algodón con
costura con la característica añadida de ser de talle alto y perneras bajas,
similares a las que le había puesto el Tutor de Disciplina el día de la visita,
tras ser disciplinada Jezabel la cual comprobó lo incomodas que resultaban al
llevarlas.
Sus paseos matutinos se habían
convertido, en paseos diarios de cada
mañana antes de que la joven secretaria iniciara su jornada laboral. En sus encuentros matinales con complicidad
comparaban entre ellas, el cómo eran las braguitas que llevaban puestas, era
tema de conversación cada mañana, pues en sus andares se las podían ver la una
a la otra sin esfuerzo alguno, sobre todo meteorológicamente por la brisa
matinal. Solían bromear entre ellas por sus dibujos horteras riéndose las dos,
viéndose claramente como sus rostros se ruborizaban avergonzadas, pues una cosa
era el llevarlas puestas y otra muy distinta hablar comparándolas con una joven
de apenas dieciocho años, era tema de conversación de ellas entre risas, así como
la picardía de Jezabel , la cual solía bromear con la joven levantándole la
falda, para verle bien las braguitas a la muchacha, aunque la verdad de sus intenciones era muy distinta, lo que la
madura mujer deseaba realmente, era verle el trasero a la joven, así como comprobar si había sido castigada de nuevo,
pues sentía envidia de ella cuando le veía el culo rojo, por ello sin decir
nada a nadie se mostraba descuidada e incluso provocaba a su marido, con la
intención de volver a ser castigada por el Tutor, y para ello debía darle
motivos para que ello sucediera.
Evelyn siempre acababa sonrojada de vergüenza, pues la picara señora le bajaba la
braguita para verle el culo, pues casi cada mañana la joven volvía a llevar el
culo colorado, teniendo la joven sus mejillas sonrojadas, muy avergonzada al tener
que reconocer a Jezabel, que había sido castigada de nuevo en las últimas
horas, así como lo incomodada que estaba
la joven por llevar tensas las braguitas, o lo molestas que eran llevarlas por el roce del tejido en sus nalgas al andar, siendo
este muy molesto al llevarlas ajustadas a su trasero, aunque esas molestias las
experimentaban las dos por igual, siendo otro de sus variados temas de
conversación, pues Jezabel sufría las mismas molestias, por lo que entre ellas hablaban de cómo le molestaban,
era tema muy grato de conversar, así
como el picor o sus molestias, ese era otro de sus temas preferidos, al igual
como habían sido revisadas cada mañana el estado de sus braguitas, al igual que
a Evelyn era revisada diariamente por su Tutor. Jezabel también sufría la vergüenza de ser revisada por
su marido el cual lo hacía cada día
varias veces, tomando buena nota de cómo las encontraba al revisárselas,
en una pequeña agenda que llevaba encima siempre. Esas intimidades solían ser el centro de sus temas de conversación diaria, pues Evelyn
sufría las mismas revisiones, y el no llevarlas bien puestas, así como el no
llevar el elástico bien ajustado,
resultando para ella muy molesto en las
perneras apretando su trasero. De no ser así tenían sus serias consecuencias siendo
castigada al instante. Por lo que era raro
la mañana que Evelyn, no recibiera una azotaina antes de salir de casa,
acabando riéndose las dos del resultado matinal, pues entre ellas hablaban contándose
todos los detalles, así el cómo le había
dado la azotaina, si le había bajado las bragas o no, así como confesar Evelyn las solía llevar mal puestas a
propósito para recibir unos azotes, a pesar de lo dolorido que llevaba su
trasero.
(Jezabel) -. Por qué ha sido hoy? -. Levantándole la
corta falda tableada amarilla del uniforme de oficina, mirándole el culo que a
pesar de las bragas blancas de algodón con dibujos de margaritas, se apreciaba
claramente lo colorado que llevaba el culo
la joven. -. Mira por donde hoy
llevamos el mismo conjunto, yo también llevo la falda amarilla como tú, es un
color que me encanta es mi favorito sabes! incluido las braguitas son
similares, tú las llevas de margaritas y las mías de flores del trébol con cinco pétalos rosados, si no fueran estas
bragas tan incomodas me encantaría llevarlas, son muy bonitas las florecillas.
(Evelyn) -. Hoy…o ayer?
Ayer fue por salir tarde de la oficina de regreso a casa haciendo esperar al taxi, le costó casi 100€ la carrera del taxi porque estuvo el
taxi esperando abajo, ya ves como he acabado nada más entrar al vestíbulo y lo
peor de todo ha sido que me ha dado la azotaina con las braguitas bajadas delante del Sr. Luis, el conserje…ya sabes,
que cuando acaba aquí, tiene que ir a supervisar al conserje suplente al viejo
edificio y esta mañana al comprobar como las llevaba, le ha molestado que las
llevase mojaditas habiéndomelas puesto hacia unos minutos, y ya ves cómo me lo ha puesto de colorado. Pues… yo en tu lugar no estaría muy
tranquila… el llevar esta falda en las oficinas para algunas clientas, es
significativo de castigo. Yo de ti, no estaría tan tranquila llevándola. La has
elegido tú para ponértela?
(Jezabel) -. Ya sabes que no! Mi marido es quien me dice que falda he de
ponerme, así como las bragas. Desde el
día de la visita a las oficinas, ha cogido esa costumbre cada día, y
sabes? No me disgusta que lo haga, es
como volver a ser una niña, pero me gusta me mime tanto, incluso para ver la
televisión le gusta que me siente sobre sus piernas, es como volver a ser
novios de nuevo a nuestra edad, me encanta que se preocupe tanto de mi…
(Evelyn) -. Yo sigo opinando que no es buen augurio
llevar esa falda, la verdad es que No! Yo debo llevarla cuando he sido
castigada, por ello las llevo toda la semana poniéndome faldas de este color
(Jezabel) -. No seas pájaro de mal agüero… Como insistas
te pongo sobre mis rodillas, aunque me duela el culo al sentarme, y te doy unos
buenos azotes en el trasero…
Evelyn se llevó las
manos al trasero y cogiendo el elástico de las perneras se las coloco en su
lugar, luego arremangándose la falda por detrás se las ajusto a la cintura, así
como introduciendo el dedo índice desde la entrepierna a la cadera se
tensó bien las perneras, y por último se aliso la falda.
(Jezabel) -. No es necesario que te arregles las bragas,
no lo voy hacer. Aprendí la lección! Que
no debo castigarte sin autorización. Aunque me encantaría el…volver hacerlo
(Evelyn) -. En tu lugar me las arreglaría rápido, pues te
he visto cuando salías de casa cómo te las bajabas un poco antes de llegar aquí,
y por allí viene mi Tutor que acaba de salir de tu casa… mal augurio, como te
decía… a estas horas debería estar tomándose el café y leyendo el periódico… es
muy raro que este aquí…
(Jezabel) -. Como vuelvas a decir eso, me va dar igual no
tener la autorización de tu Tutor para darte una azotaina!!!
Las dos mujeres continuaron su paseo hacía
el interior de una arboleda de nogales, les hubiera gustado aligerar el ritmo
para perderse en los jardines, pero las molestias en sus traseros les impedía
caminar más rápido. Jezabel trataba de comportarse de forma serena, pero saber
que el Tutor les daría alcance en breve la preocupaba, al igual que se
arrepentía el haberse bajado las braguitas, internándose en el sendero hacia el interior de la arboleda, no tardando
en darles alcance el Sr. López saludándolas caminando a su lado por el sendero.
(Sr. López) -. Buenos días Jezabel… Evelyn! Luego hablaremos tu y yo! Que te pensabas que no iba a verte ponerte
bien las braguitas cuando me has visto!!!
Vamos hacia ese banco de allá, que te voy a revisar las bragas a Jezabel! Tu marido me ha contado que estos días has
estado algo descuidada, y me ha dado una agenda de notas con ciertas
irregularidades, que me debo encargar de corregir apenas lleguemos a mi oficina,
te aseguro que vas aprender a ser más obediente…
Jezabel caminaba al lado de Evelyn muy
preocupada, caminaba la joven a su izquierda, la cual iba en el centro, a la izquierda de Evelyn lo hacia su Tutor, que agarrándole del lóbulo de la oreja izquierda al tiempo de regañarla,
porque la había visto ajustarse las braguitas, apenas fue visto por la joven
que él caminaba hacia ellas. Jezabel al
caminar viendo que estaba regañando a su secretaria, creyó que el Tutor no la podría ver, estaba
muy nerviosa por el comentario de revisar su ropa interior, Jezabel iba pensativa como podría hacer para
ponerse bien sus braguitas, sin ser vista por el Tutor, por ello aprovecho la
circunstancia al regañar a su secretaria, disimuladamente cuando vio la oportunidad de
hacerlo, se arregló la pernera derecha de sus braguitas, y unos pasos más
adelante lo hacía con la pernera izquierda, pero le quedaba lo más complicado
subirse la cinturilla. Así que tratando de fingir ponerse la falda bien,
pellizco la cinturilla de las braguitas haciéndolo sobre la falda para
subírselas, pero en su maniobra se le paso por alto que también se le subió la falda,
dejando su trasero así como sus bragas a la vista de las miradas indiscretas,
viéndosele perfectamente los dibujos de florecillas de tréboles rosadas. Justo en el instante que les adelantaban dos chicas haciendo footing. Eran dos de las cinco chicas que ya habían
llegado a la institución. Al adelantar
al trio formado por Jezabel, Evelyn y el Tutor lo hacían riéndose entre ellas y
mirando hacia atrás se reían cubriéndose la boca con sus manos. Hecho que al
Sr. López le hizo sentir intriga por el motivo de aquellas risas.
Quedándose un poco rezagado vio el porqué
de las risas, Jezabel sin haberse dado
cuenta se le había subido la falda al subirse las braguitas, dejando a las
miradas indiscretas de las internas, la parte baja del culo de la Sra. Parker,
pudiéndole ver no solo las bragas, si no, también su trasero morado de la
azotaina de hacía unos días, de ahí debían venir las risotadas indiscretas de
las jóvenes que hacían deporte.
Pues debió de hacerles gracia ver
como llevaba el culo, bien marcado de
una azotaina a la mismísima directora.
(Sr. López) -. Señoritas!!!
Si! Ustedes dos, sí! Acérquense
las dos!!!
Las dos jóvenes dejaron de reírse en el acto,
al ser llamadas por el Tutor de Disciplina, caminando hacia él claramente
intimidadas, desconocían quien debía de
ser aquel señor, pues hasta el día de inicio de las clases no se harían las
presentaciones oficiales del claustro de profesores. Pero se habían reído de la directora, la cual si conocían bien del día de su
llegada, momento que les soltó un sermón con las normas que debían de cumplir, así
como avisadas que cualquier falta que cometieran en estos días, serian
reprendidas y castigadas de ser preciso o estimado el hacerlo. Las dos chicas iban ataviadas con unos
ajustados leggings que se adaptaba a su cuerpo como una segunda piel que
destacaban que ninguna de las dos chicas llevaba ropa interior, y unos tops
Adidas con el ombligo al aire, según se
acercaban sus rostros se apreciaba su preocupación, al estar cerca de la
directora vestida igual que la joven que caminaba a su lado, haciéndoles
compañía el señor que las había llamado, quedándose contrariadas al ver la
corpulencia y la altura del extraño.
(Sr. López) -. Jovencitas!
Esa es la educación que les han enseñado sus padres? Les parece correcto el burlarse de la
directora de esta institución, aunque la muy sinvergüenza vaya mostrando sus bragas de esa manera tan…
como podría decirlo…Indecorosa!!! Sinvergüenza!!! Desvergonzada!!! De lo cual también me voy a ocupar de ella, pero
a ustedes dos las voy a enseñar buenos modales!!! Como deben de haber sospechado, soy su Tutor
de Disciplina en este centro, así como profesor de moralidad y ética, así que caminen delante de nosotros
hacia aquel banco, les voy a enseñar que les sucede a jóvenes maleducadas como
ustedes dos!!! Co a las mujeres
despechadas y desvergonzadas!!!
Las chicas empezaron andar en dirección al
banco indicado, que estaba ubicado a unos metros de distancia, se sobaban sus
traseros con las palmas de sus manos, pues bien sabían lo que les iba a suceder,
pues sus progenitores ya las habían advertido del tipo de castigos que le
esperaban en ese centro, sabían que en
breve no iban a poder hacerlo sin sentir dolor.
Jezabel al escuchar que iba enseñando las bragas, se llevó las manos al
trasero comprobando que la falda se le había subido dejando la parte baja de
sus bragas al descubierto, bajándose la falda avergonzada y muy nerviosa por
las circunstancias. En breve alcanzaron el banco en el cual tomo asiento el
Tutor. Quedando ante su presencia formando un coro delante de él las cuatro
mujeres. Jezabel se había colocado a su
derecha del Tutor, pues deseaba poder ser espectadora en primera línea, como
castigaba aquellas dos muchachas, dos chicas preciosas una rubia y la otra morena. La rubia de cabello largo llamada Irene Braun,
mediría el metro sesenta y cinco, de veinte años de edad, cincuenta kilos con
un trasero pequeño precioso bien marcadas sus nalgas en el trasero de su
pantalón Leggin´s . La morena de pelo
corto de nombre Megan Taylor de
veintiún años de edad, un metro sesenta y dos de estatura, cuarenta y cinco
kilos marcando un trasero algo más carnoso e igualmente respingón como su compañera resaltaba sus pequeñas
nalgas en el ajustado pantalón. Pero
Jezabel se llevó una sorpresa no grata para ella.
(Sr. López) -. Sra. Parker aquí en mi bolsillo de mi
chaqueta llevo la agenda que me ha entregado su marido, para que tome medidas
disciplinarias con usted…No pensaba ser necesario encargarme de usted hasta
llegar a mi despacho, pero las circunstancias han variado por su insensatez al
no aceptar de buen grado ser revisada su ropa interior, por lo que me ha
colocado en una situación, que me hace ocuparme de usted de manera inmediata…
(Jezabel) -. Espere un momento no ira a…
Jezabel no pudo acabar
su frase cuando se vio sobre las rodillas del Tutor, con la falda levantada y
las bragas blancas de algodón con florecillas de trébol rosadas, bajadas a las
rodillas recibiendo una azotaina con la mano derecha del Tutor, fue tan rápido
que apenas pudo reaccionar, ante la
sorpresa de las tres chicas, que la vieron como pataleaba intentando escapar,
ante la indignación de ser castigada con una azotaina delante de tres niñas,
aunque lo que más le indignaba eran las dos alumnas, protestaba continuamente
rogando que parara, o diciendo… “Delante
de las chicas no”… Pero eso al Sr. López poco o nada le importaba sus
suplicas, estaba indignado porque le interrumpiera cuando él estaba hablando,
por ello le dio la azotaina en el culo poniéndoselo colorado como un tomate
maduro. Se detuvo después de ponerle el trasero ardiendo como brasas al rojo
vivo, dejándola incorporarse poniéndose de pie resoplando, nada más apoyar los
pies en el suelo, Jezabel se agacho a subirse las bragas. Viéndose de nuevo
otra vez sobre las rodillas y con las bragas bajadas de nuevo, recibió otra
larga tanda de azotes en el coloradísimo trasero, siendo regañada recriminándole
que se subiera las bragas, pues no le
había dado permiso de subirselas, la nueva azotaina fue intensa de una durada similar a la primera azotaina. Al volverla a dejar incorporar poniéndose en
pie, lloraba como una chiquilla, pues la segunda tanda de la azotaina fue más
severa. Al estar de pie a su costado en
esta ocasión no hizo nada por subirse las bragas de nuevo, quedando al costado
derecho de pie, llorando.
(Sr. López) -. Que esto os valga de lección a todas!!! A mí no se me interrumpe cuando estoy hablando
o regañando vuestras faltas, y si sucede vuestro trasero pagara las
consecuencias. Si no me interrumpe de nuevo la desvergonzada de vuestra
directora, continuare donde lo he dejado hace un momento… Martes Once de la
mañana: Braguitas bajadas a medio muslo durmiendo en sofá boca abajo. A las
quince y veinte minutos, braguitas mal colocadas y muy mojadas, requiere ser necesario
cambio de braguitas. A las veinte y treinta minutos, sorprendida en la cocina
con las braguitas bajadas, por la noche de madrugada, llamada de atención por
haberse quitado las braguitas para dormir.
Miércoles se despierta de nuevo con las braguitas bajadas, dos faltas
similares en la misma noche. Al medio
día antes de comer, se baja las braguitas para sentarse a comer, colocando un almohadón
en la silla sin autorización. Tarde a las diecisiete y diez minutos, sorprendida
en el baño tocándose sexo masturbándose, se requiere cambio necesario de
braguitas tras ensuciarlas. La noche sorprendida de nuevo sin braguitas, falta
que se repite dos días seguidos. Jueves se despierta con sabanas manchadas, se
requiere nuevo cambio de braguitas necesario.
A medio día vuelve a bajarse las braguitas para comer, poniendo almohadón
en la silla sin autorización de nuevo.
Pillada infraganti por la casa con las braguitas bajadas, mientras sube
las escaleras hacia la habitación a cambiarse de braguitas, sin tener
autorización de hacerlo. Viernes…
todavía no hay anotaciones de hoy, pero habría que anotar castigada por
interrumpir… la verdad es que está usted hecha una verdadera cochina a la vista
de las circunstancias!!! A la muy
sinvergüenza se merece un castigo por
todas estas faltas…
A Jezabel le ardían las mejillas casi
tanto como tenía el culo de ardiente, mientras leía el Tutor las anotaciones
del marido, se ponía cada vez más colorada de la vergüenza, además de su
situación estando de pie con el culo al aire bien colorado como un tomate maduro, y con sus
braguitas bajadas a las rodillas. Esperando que se las dejara subir de una vez
por todas… pero el tutor la volvía a sorprender de nuevo…
(Sr. López) -. Bien…bien!
Ahora solo nos queda tomar las medidas por todas estas faltas que su
marido me ha facilitado, para que me ocupe de usted como se merece…
(Jezabel) -. No ira a… Otra vez… N…
(Sr. López) -. Esta usted segura
que desea interrumpirme de nuevo, póngase sobre mis rodillas boca abajo ahora
mismo, o le pediré mi secretaria que me preste su cepillo, el cual lleva
siempre encima en su bolso…
Jezabel Parker con sus
ojos desprendiendo rayos que hubieran fulminado al Tutor, mirando a las alumnas
con la mirada baja de la vergüenza, viéndolas que estaban muy serias con sus
rostros claramente muy preocupadas, la
misma Evelyn que la observaba muy apenada, así como angustiada pues conocía a
su Tutor, y sabía que después de las chicas, le llegaría su turno a ella. Ella misma roja y llena de rabia por la vergüenza que le había
hecho pasar, por darle dos severas azotainas en tan solo unos minutos y por nombrar en voz
alta las anotaciones de la agenda, estaba claramente muy indignada. Pero ante la mirada seria del Tutor que
comenzaba a impacientarse, prefirió obedecerle colocándose ella misma sobre sus
rodillas, recibiendo de nuevo una azotaina que le pareció mientras la recibía
que nunca iba a parar, acabando de nuevo llorando con el culo en llama viva…
recibiendo una azotaina en el culo desnudo, tan larga como las dos que había
recibido juntas, aunque hubiera sido solamente con la mano el culo le dolía
horrores. Cuando la dejo ponerse en pie, lloraba desconsolada acariciándose el
culo con sus dos manos, teniendo que soportar la vergüenza que el Tutor poco
después le subiera el mismo sus bragas, levantándole la falda totalmente
mostrando su sexo a las chicas, ante su sorpresa al vérselo que lo llevaba
depilado. Luego el Sr. López se dirigió preguntando a
una de las chicas.
(Sr. López) -. Tú, cómo te llamas? Megan verdad, ven aquí colócate delante de
mí!
La chica avanzo temerosa hacia él, pues se
sentía muy angustiada al ser ella la siguiente, colocándose delante de él entre
sus piernas, como le había ordenado, al
tenerla a su alcance introdujo sus dedos entre la cinturilla de sus Leggins
elásticos bajándoselos a las rodillas, quedando desnudo su trasero y su sexo
con vello muy arregladito al no llevar
bragas. Luego la hizo ponerse a su
costado derecho, e inmediatamente la coloco sobre sus rodillas, dándole una
sonora azotaina hasta ponerle el culo como un tomate maduro, su trasero al ser
muy pequeño, la mano del Tutor abarcaba el culo de la joven, por lo cual lo tuvo muy
colorado muy rápido, al igual de rapidez que la chica se ponía a llorar. Poco después era su compañera la que era colocada sobre las rodillas una vez le hubo
bajado los pantalones.
Su compañera recibió la azotaina siendo
más intensa, al mostrar coraje tardando en ponerse a llorar, pues su trasero
era algo más rollizo, teniendo que emplearse más a fondo para lograr el mismo
objetivo hasta que esta rompió a llorar.
Por último se ocupó de Evelyn dándole una azotaina por haberse arreglado
las bragas cuando le vio salir de la casa yendo hacia ellas. Luego una vez las cuatro fueron castigadas
con sus respectivas azotainas, Evelyn se retiró hacia las oficinas sobándose el
culo y el Tutor acompaño a la casa a Jezabel, Megan e Irene hacia el centro de señoritas, caminado las mujeres
delante de él sobándose sus traseros hasta entrar en la casa. Encontrándose a la entrada con el Sr. Parker…que
aguardaba el regreso de su esposa viniendo bien servida, con el trasero bien
calentito…
(Sr. López) -. Vosotras dos chicas os quiero ver en mi
despacho inmediatamente!!! Espero por
vuestro bien que al bajar lo hagáis con vuestros uniformes, debidamente
vestidas para ser revisadas.
Las dos chicas subieron
las escaleras hacia sus habitaciones, sobándose con las dos manos sus marcados
traseros en sus pantalones Leggins, que se les marcaba a las dos perfectamente
al subir las escaleras viéndolas como se le movían sus nalgas al subir las
escaleras.
(Sr. Parker) -. Parece que ha estado usted muy ocupado
ganándose su sueldo. Y tú cariño por cómo te sobas el culo, ya veo que también te ha dado tu merecido por
las travesuras de estos días…
(Jezabel) -. No me menciones este sociópata lo quiero
fuera de esta casa!!! Ya estas
cancelando el contrato que tenemos con él, te puedes creer que este… Bestia!!! Ha osado a golpearme ante Megan e Irene… dos
alumnas! Te lo puedes creer? Y a la
vista de todo el que paseaba por el jardín…
Que respeto me van a tener las chicas!!!
Si me faltan al respeto nuestros trabajadores de forma tan salvaje y descarada como solo haría
un animal… Bestia, eso es lo que es… un bestia!!! Despídelo inmediatamente!!! Nunca he pasado tanta vergüenza como hoy, así
como nadie me ha faltado el respeto de esa manera tan denigrantemente!!!! Este canalla…!!! Échalo de aquí!!!
(Sr. Parker) -. No comprendo nada. Sr. López puede explicarme que ha ocurrido
para que un profesional como usted, haga lo que me está contando mi
esposa. Si se tratara de otra persona me
limitaría a despedirle inmediatamente!
Pero está usted bien recomendado, por una persona a la que tengo una
gran estima, por lo que me cuesta creer que haya cometido semejante barbaridad,
sin una causa justificada para ello.
(Sr. López) -. Sr.
Parker!!! Solamente me he dedicado hacer
mi trabajo, según consta en nuestro contrato, en el cual especifica claramente que todo el personal de este centro
está bajo mi custodia, teniendo total libertad para aplicar disciplina como yo
crea conveniente, así como las
circunstancias exijan una disciplina en el acto! Si desea que hablemos del tema en relación
con la Sra. Parker la cual no fue excluida de mis funciones al ser su esposa,
hablaremos en mi despacho. Pues como mi
cliente que es! A usted le debo dar las
explicaciones que sean requeridas, así como darle la información que crea
conveniente que le debo dar, no tengo ninguna intención de darle en este
momento las explicaciones que me solicita, pero como es mi cliente, pasemos al
despacho donde le informare como corresponde.
Usted mismo hace unos días, incluyo a la Sra. Parker en dichos
documentos, los cuales firmo usted! Si
desea hacer cambios en el contrato pediré al notario que redacte otros
documentos, e igualmente la minuta que requiera el redactar nueva
documentación…. Cuando usted desee, podemos pasar al despacho para que
hablemos, pero antes voy a dedicarme a disciplinar a su esposa como corresponde
por su falta de respeto e indisciplina hacia mi persona!!!
Con los ojos abiertos
como platos por la sorpresa, Jezabel Parker vio aterrada como él, se
desabrochaba la hebilla del cinturón, extrayéndolo de las presillas de su pantalón
doblando el cinturón a la mitad en dos, así como con el cinturón en su mano
derecha fue hacia ella caminando con paso firme y seguro hasta llegar a ella, sorprendida
viéndose como agarrándola del brazo la condujo
casi arrastras hacia las escaleras, donde al llegar al pie de las
mismas, el Tutor puso su pie izquierdo sobre el primer escalón y acto seguido
la doblo forzándola a inclinarse sobre su muslo izquierdo, manteniéndola bien
sujeta bajo su brazo, mientras con la mano que sujetaba el cinturón, le levanto
la corta falda tableada amarilla, descubriendo así su trasero revestido por sus
bonitas braguitas blancas, con florecillas con un tono de rosa suave que
resaltaban en la prenda íntima. De forma inmediata el cinturón impactaba sobre
su trasero, no había más que ver los saltos que intentaba dar Jezabel
impulsándose por sus pies, los cuales tras los primeros azotes solamente hacía
que patalear alocadamente en el aire, manteniéndola firme y bien sujeta bajo su
brazo.
Momento que por la puerta entraban tres
de las chicas que habían sido de las primeras en llegar al centro, junto a
Megan e Irene que ya bajaban las escaleras en ese momento, al cambiarse muy
rápido pues no deseaban empeorar su delicada situación, quedándose paradas en
el rellano del entresuelo, contemplando aterradas la escena por los gritos de
la directora, pues ellas dos si la podían ver de quien se trataba. Todo lo
contrario de las chicas que entraban, que únicamente veían el trasero de una
chica y como pataleaba recibiendo semejante zurra con el cinturón, pensando que
debía de tratarse de una de sus compañeras, que al ser rubia creían que se
trataba de Irene.
No pudiendo ver de quien se trataba con
seguridad, hasta que la severa azotaina con el cinturón ceso, viendo en ese
momento al verla como se sobaba el trasero, al girarse ambas exclamaron de la
sorpresa al ver que no era su compañera, si no, que se trataba de la mismísima
directora quedándose aún más pasmadas en el umbral de la entrada. Viendo como poco después era conducida a uno
de los rincones del vestíbulo, y como la dejaba en él cara a la pared
castigada, al volver sobre sus pasos el Sr. López las vio paradas a las tres
chicas, que observaban aterradas como iba pasando el cinturón por las presillas
del pantalón, parándose ante ellas acabo de abrocharse la hebilla pasando el
pistón por el agujero pertinente, e invito a las chicas seguir su camino hacia
sus habitaciones…
(Sr. López) -. Ustedes tres no tienen nada que hacer? Suban a sus habitaciones o salgan, pero no se
queden ahí paradas. .- En ese momento el Tutor vio a las dos alumnas que
bajaban las escaleras, cambiadas de ropa llevando el correspondiente uniforme. -. Ustedes dos diríjanse a mi despacho y
esperen que las llame, antes de hablar con ustedes dos, debo ocuparme de
informar al director del centro aquí presente.
El Tutor se encargó de
llevar al Sr. Parker acompañándolo mientras el avanzaba con la ayuda de su
andador, desapareciendo de las miradas de las chicas al entrar al despacho. Las chicas que entraban se cruzaron con sus
dos compañeras, viéndolas que estas no sonreían al saludarlas, así como al
dirigirse hacia la puerta del despacho del Tutor, las vieron como sus dos
compañeras se sobaban sus traseros, no pasándoles desapercibido por las cortas
faldas de sus uniformes, que llevaban colorados sus traseros al verlas caminar y levantárseles ligeramente sus cortas faldas por la corriente de aire al
estar la puerta principal abierta.
En el interior del despacho…
(Sr. López) -. Sr. Parker estaba
usted en lo cierto en sus sospechas, su esposa al parecer se había bajado la
ropa interior nada más salir de la casa, le hago entrega de su agenda para que
pueda anotar en ella sus faltas, como puede ver es un buen sistema para
controlar su comportamiento, el tomar anotaciones de cada una de ellas.
(Sr. Parker) -. Tiene usted toda
la razón es un buen sistema, así como también seguí sus consejos de ir de
compras de vestuario adecuado. Pero
entiendo también el enfado de mi esposa, habíamos hablado que se ocuparía de
ella, con la discreción correcta en su
oficina, y no en el jardín ante la posibilidad de la presencia de alumnas.
(Sr. López) -. Le puedo asegurar Sr. Parker que esa era mi
intención, pero como bien sabe usted. En
mi contrato especifica claramente, que
de cometerse faltas ante mi presencia, soy libre de actuar como yo crea
conveniente, para que la disciplina de esta institución sea la correcta. Porque la reputación de este centro, es la
seguridad de una férrea disciplina, no existiendo posibilidad alguna de
controversia en ese tema, cierto? Debo
informarle que las dos muchachas que esperan fuera a ser llamadas y que me veo
en la obligación de castigarlas, no han cometido falta alguna en el día de
hoy. Salvo que han faltado el respeto a
la directora del centro riéndose de ella, por lo que me he visto obligado a
llamarles la atención tomando medidas disciplinarias.
(Sr. Parker) -. Si se han manifestado riéndose de la
directora. O sea de mi esposa! Como osa
usted decir que no se merecían el
castigo! O que no son culpables? Eso es
una grave ofensa…mereciendo ser disciplinadas y castigadas…
(Sr. López) -. Séame usted
sincero Sr. Parker… Si usted fuera por la calle haciendo footing con un amigo
suyo, y vieran a una policía delante de ustedes andando con la falda subida por
detrás por un descuido al arreglarse la falda, fuera mostrando sus bragas, y
esta llevase el culo amoratado por haber recibido una azotaina, siendo una
autoridad, se reirían de ella usted así como su amigo?
(Sr. Parker) -. Pues claro que
sería algo muy gracioso de ver, por supuesto que las risas serian algo
imposible de evitar…
(Sr. López) -. Para su información le diré que esta mañana
me he encontrado a su esposa en compañía de mi secretaria, tal y como en estos
últimos días estaban dando su paseo, cuando me he unido a ellas. Ya desde el umbral de la puerta he podido ver
a mi secretaria arreglándose las braguitas, al unirme a ellas he regañado a
Evelyn por su torpeza, siendo el momento idóneo para informar a su esposa que
se dirigiera en nuestra compañía a mis oficinas, donde le serian revisadas sus
bragas. Durante el trayecto Jezabel ha
debido de intentar arreglárselas por encima de la falda, haciéndolo
disimuladamente para que yo no la viera, pero en su maniobra al parecer, la
falda le ha debido de quedar sujeta por las bragas imagino, y llevaba la falda
subida lo suficiente para que las muchachas que paseaban haciendo footing
detrás nuestra, le han debido ver como llevaba el trasero, y claramente no han
podido controlar las risas, a pesar que se habían cubierto su boca con las
manos. Como todo ello ha ocurrido en mi
presencia me he visto obligado a tomar medidas disciplinarias con ellas, pero
lógicamente no podía pasar por alto, que la verdadera culpable se quedara sin
su castigo, pues de haber llevado las braguitas como debería de haberlas llevado, nada de todo esto hubiera sucedido. Con la atenuante que las chicas no llevaban
ropa interior, siendo un hecho sin importancia dado que las chicas no han
comenzado aún su actividad en el centro de carácter oficial. Por lo que pueden
vestir como deseen, pero no se puede pasar por alto esa negligencia de ser
descubiertas por el Tutor de Disciplina, como así ha resultado ser, al bajarle los pantalones para darle a cada
una su correspondiente azotaina. Un
hecho que no habría tenido lugar, si la directora hubiera llevado su ropa
interior en condiciones como era su obligación al estar castigada. Si no
se las hubiera arreglado por el temor a ser descubierta, que las llevaba mal
puestas para aligerar las molestias por el estado de su trasero. Por su indiscreción las chicas han sido
castigadas, por su indiscreción las debo castigar de nuevo en cuanto termine de
hablar con usted, ya que las debo revisar de nuevo de que llevan ropa interior
puesta, y como es menester las debo disciplinar al haberlas descubierto yo, por no llevar ropa interior, además van a
estar castigadas el resto del fin de semana sin salir del centro. Si su señora no hubiera desobedecido, las
chicas se les debería aplicar medida alguna, pues no sería necesario ser
castigadas, podrían haber disfrutado del fin de semana y comenzado la actividad
el lunes en este centro. Pero por la
culpa de su señora esposa van a estar castigadas, como puede comprender usted,
el que me ocupase de ella ante las alumnas era mi obligación, así como
necesario el tomar esas medidas disciplinarias, por ello al entrar al vestíbulo
faltándome al respeto, a pesar de sus protestas claramente infundadas, se ha
ganado una nueva azotaina mucho más severa como no podía ser de otra forma, me
he encargado de dársela en su presencia.
Si ahora que está usted informado debidamente, desea cancelar mi
contrato, las chicas se lo agradecerán seguramente, ya que no serán
disciplinadas, y por lo tanto no estarán el fin de semana castigadas sin salir
del centro.
(Sr. Parker) -. Le pido disculpas por mi desconfianza, desde
un primer instante conociendo su reputación, tenía claras dudas del mal estar
de mi señora, pues no lo veía nada claro.
En cuanto a las muchachas se puede hacer la vista gorda, ya que está
claro que no eran culpables de nada, siendo mi esposa la única que se merece
estar castigada todo el fin de semana.
(Sr. López) -. Pues si queda todo bien aclarado voy hacer
entrar a las chicas, puede que usted como director y responsable del centro,
pueda aligerar el castigo de las muchachas si lo desea, pero dada mi reputación
no puedo consentir, que la falta cometida por las muchachas, y aunque me sabe
mal tener que ocuparme de ellas, pues reconozco que no son culpables. Pero una vez descubierta su negligencia de no
llevar ropa interior, no puedo consentir que se libren de ser debidamente
disciplinadas, pues fueran culpables o no al hacer footing en sus momentos de
ocio, el hecho de haber sido descubiertas, la negligencia la han cometido las
dos chicas, mereciendo ser castigadas de forma pertinente dado el caso, pues no
desconocían ese riesgo, y a pesar de conocerlo iban las dos sin ropa interior,
por lo tanto debo ocuparme de ellas. Al
igual que ahora que ya está usted informado, voy a salir al vestíbulo a
levantarle la falda a su esposa, y bajarle las bragas para que este bien
expuesta para su vergüenza, ya que ella está castigada por mi persona como su
Tutor. Encargándome de ella durante el
fin de semana, al igual que de las dos alumnas, pues tanto la falta cometida de
su esposa, y la falta cometida por las alumnas son similares, por lo tanto
estarán bajo el mismo tratamiento de mantenimiento de su castigo.
El tutor salió del
despacho recorriendo el pasillo hacia el vestíbulo, lugar donde debería estar
la Sra. Parker. Debería haber estado…
permaneciendo castigada cara a la pared, pero al aparecer en el vestíbulo el
Tutor, no vio por lugar alguno a la directora.
Subiendo las escaleras hasta la
primera planta hacia el ala sur donde estaba ubicada las habitaciones del
matrimonio Parker, encontrando a la Sra. Parker echada sobre su cama boca abajo
llorando…
En el despacho… El director el Sr. Parker
escamado por la tardanza en volver del Tutor de disciplina, salió hacia el
vestíbulo no viendo a nadie. Pero hasta
sus oídos si llegaba el sonido característico de azotes, alguien estaba
recibiendo una azotaina en el piso superior, siendo los gritos que escuchaba
reconocibles para él. Era su esposa la
que estaba llorando y gritando a pleno pulmón, algo que se confirmó al ver
aparecer en las escaleras al Sr. López, que las bajaba llevando sobre su hombro
izquierdo a Jezabel, viendo como su esposa con el culo completamente colorado,
estaba siendo castigada con buenos azotes en el culo desnudo, mientras el Tutor
bajaba las escaleras llevándola sobre el hombro, con la falda levantada descubriendo
su colorado trasero, al llevar las bragas bajadas a las rodillas. Pasando por delante de él, su esposa con el
cuerpo colgando sobre la espalda del tutor, mientras seguía dándole sonoros
azotes, ella miraba contrariada a su marido, viendo en su rostro lo molesto que
estaba con ella, pues él estaba
aprobando el trato que recibía viendo como el Tutor volvió a llevar a Jezabel hasta
el rincón, volviéndola a dejar cara a la pared castigada, con la falda
levantada sujeta en la pretina, y las bragas bajadas, dejándola llorando
haciéndole poner sus manos sobre la cabeza.
Al girarse el Tutor hacia el director, este pudo fijarse que el Sr.
López se abrochaba la hebilla del cinturón.
(Sr. López) -. Jezabel!!!
Si no deseas sentir de nuevo mi cinturón, más te vale que no te vuelvas
a mover de ese rincón, si no, te volveré
a dar otra azotaina con el cinturón… vas a permanecer ahí castigada el resto de
la mañana y pobre de ti, como te vuelvas a escapar a tu habitación sin
autorización de nuevo…!!!
(Sr. Parker) -. Sr. López ha
hecho usted muy bien! Apruebo
perfectamente que se encargue de mi esposa, pues después de haberme informado
de lo sucedido, la pongo en sus expertas manos. Espero que la desvergonzada de mi esposa no se
atreva de nuevo a desobedecerle, y mucho menos a escaparse otra vez! Le notificó a usted, que a pesar del estado
de mi enfermedad vuelvo a ser el director activo del centro, y que debido a las
circunstancias de las últimas horas, he decidido que mi esposa ingrese en el
centro como una alumna más! Hasta que
este capacitada para volver a ocupar la dirección. Hasta dicho momento yo
ocupare el puesto de director. Ahora Sr.
López tenemos otros asuntos que resolver en su despacho con dos alumnas.
Jezabel escucho asombrada a su marido, pero no se movió del rincón para
nada. Sentía como el trasero le abrasaba
de una forma horrible, en pocos minutos había recibido dos azotainas con el
cinturón, y sentía como le ardía el culo de una manera que hacía años no lo
sentía así, al igual que el dolor del trasero era tal que solo deseaba poder
mitigar como fuera, por ello al no poder bajar sus manos, movía los muslos
adelante y atrás tratando de frotar una nalga contra otra, pero ello aun
resultaba peor dado el estado del trasero, por lo dolorido e inflamado que lo
tenía. Sintiendo miles de pinchazos que sentía como palpitaban resultando muy
molesto, bajando sus manos para acariciárselo cuando escucho que se cerraba la
puerta del despacho, y que en esos momentos no había nadie que la pudiera ver
sobarse el culo.
En el interior del despacho ya habían
entrado las dos alumnas, mirándose entre ellas preocupadas por que en breve
iban a ser castigadas, a su llegada habían sido informadas de las normas del
centro, y conocían lo que sucedería si las descubrían, lo que no podían haberse
imaginado era el encontrarse en los jardines, con nada menos que con la
directora prácticamente con el culo al aire, pudiéndole ver como de morado lo
llevaba, no pudiendo contener las risas al verla, de haber sido una alumna se
habrían sentido apenadas por ella, pero quien les iba a decir que iban a
encontrarse con la mismísima directora enseñando las bragas, y viéndole las
marcas en el culo de haber recibido una azotaina. Aun a pesar de su situación,
al mirarse entre ellas aun sonreían al recordar la imagen en sus mentes, sobre
todo al haber presenciado como le daban tres
azotainas ante ellas en el jardín, y poco después verla de nuevo recibir
otra azotaina con el cinturón del Tutor en el vestíbulo.
(Sr. Parker) -. Bien señoritas! El Tutor el Sr. López me ha informado de su
desliz. Estoy de acuerdo con él que no
son culpables de haber sido desconsideradas con la ex-directora, pero muy a mi
pesar, no puedo evitar que se ocupe de ustedes dos, por lo que deben serle
aplicados un correctivo y posterior castigo a las dos durante el fin de semana,
al igual que su nueva compañera la Sra. Jezabel Parker. Se las dejo en sus manos!
(Sr. López) -. No es necesario
que se retire, puede permanecer para presenciar el castigo de estas dos
jovencitas, aunque primero vamos a proceder a revisar su vestuario, pueden
comenzar a desnudarse y quedarse en ropa interior, a que esperan? Necesitan un
incentivo para obedecer…
Las muchachas confundidas
por el cariz de los acontecimientos, pues esperaban que les revisaran las
braguitas, pues era de esperar tras lo sucedido, pero no se esperaban que las
hicieran desnudar por completo. Empezaron
por quitarse la chaqueta de uniforme
nerviosas, para luego sacarse un
jersey de punto, bajo el cual debían de llevar puesta una blusa blanca, la cual
no llevaban. Bajo el jersey solo llevaban el top con el cual habían salido
hacer footing por los jardines, luego se desabrocharon la falda dejándola caer
a sus pies formando una corona circular, para agacharse a recogerla
depositándola sobre la mesa del despacho, al igual que la chaquetilla y el
jersey.
(Sr. López) -. Me pueden explicar porque no llevan puesto el
sujetador blanco de su vestuario, al igual del porque no llevaban la blusa
reglamentaria. Sáquense ese top que no
deberían llevar puesto… .- Las dos chicas se quitaron el top, cubriéndose
los pechos con las manos al cruzar sus brazos. -. Nada de cubrirse! Las manos
pegadas al cuerpo por favor… Bien… y ahora quítense las braguitas y
muéstrenmelas que las revise, espero por su bien que estén bien secas, sería un
hecho fatal que lo sucedido las hubiera gustado, y se hubieran mojado sus
braguitas. El algo que podría comprender, pues ha sido una mañana muy
sugerente, pero es algo que me molesta en extremo, pues una grave falta de
moralidad, y como saben esa es mi asignatura, al igual que la ética, no estaría
nada bien para ustedes tener el fondillo de sus braguitas húmedas, pues ante el
temor al castigo entiendo que puedan aligerar la vejiga, pero no veo que sea ese
el problema, pues desde aquí puedo ver que sus bragas están secas, pero el
fondillo de ellas no puedo apreciarlo, pero si veo sus rostros de preocupación,
y eso es sinónimo de que saben cómo las llevan de húmedas, verdad?
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Tanto Megan como la
propia Irene estaban muy avergonzadas, estaban completamente desnudas ante el
Tutor y el director, permaneciendo de pie con las braguitas en sus manos para
entregárselas al Tutor, en espera que este le indicara cuál de ellas se las
debía entregar primero, jamás habían pasado tanta vergüenza ninguna de las dos,
y miraban a sus interlocutores con unas miradas que los habrían fulminado, por la
vergüenza que les estaban haciendo pasar.
(Sr. López) -. Jovencitas! Más les vale no mirarme de esa manera tan
descarada, sé que están molestas por haberlas hecho desnudar, pero esto es
culpa de ustedes dos. Si hubieran llevado la ropa entregada a su llegada, no
les habría hecho desnudar por completo, las braguitas era algo inevitable, dado
que por no llevarlas están en este despacho, ósea que si están desnudas es por
el error que han cometido, les he ordenado presentarse en este despacho con el
uniforme, no que lo hicieran de cualquier manera, por lo tanto es un error de
ustedes dos, y que tendrá serias repercusiones en breve, pues iban a ser
castigadas con una azotaina, pero esto agrava su comportamiento de forma
considerable. Entréguenme la ropa interior,
usted primera Megan! Y luego usted!
La joven avanzo el escaso
metro y medio que la separaba de la mesa, pasando por delante del director, el
cual no perdió detalle al poder ver lo colorado que llevaba el trasero, tras la
azotaina recibida en los jardines. Tendiendo su mano el Tutor cogiendo las
braguitas de Megan al entregárselas, en sus manos les dio la vuelta poniéndolas
del reverso, mirando detenidamente el fondillo de las braguitas, encontrando
cierta humedad en él, siendo mostrado a la muchacha el estado del fondillo,
poniéndolas de nuevo del derecho se las entregó a Megan, está bajo la mirada
avergonzada al devolvérsela.
(Sr. López) -. Ya puede
vestirse! Ahora las de usted Irene!
La muchacha avergonzada avanzo hacia la
mesa, quedando su coloradísimo trasero a la atenta mirada del director,
apreciando lo pequeño que tenía el culo, comprendiendo por qué lo tenía más
colorado que su compañera, denotando que la enorme mano del Tutor dejo las
marcas de sus dedos. Avergonzada entrego
sus braguitas al Tutor, siendo revisadas igual que las de su amiga, poniéndolas
del reverso y mirando el estado del fondillo de las braguitas, mostrándoselas a
la chica, pues también las llevaba algo más húmedas que Megan, e igualmente
poniéndolas del derecho le fueron devueltas a la joven Irene.
(Sr. López) -. Puede vestirse
también! El top lo dejan sobre mi mesa, para serle entregado en otro momento.
Ya que no forma parte de su vestuario…
Las dos alumnas se
vistieron con cierta rapidez, una vez ya vestidas esperaban ser castigadas y
temían lo que les esperaba al haber cometido un grave error, pues al no ir
vestidas adecuadamente temían el
castigo, pues lo que más deseaban era abandonar cuanto antes aquel despacho… Se
mantuvieron de pie tras vestirse nerviosas y angustiadas tallándose el trasero
de sus faldas, acariciándoselo pasando sus manos sobre sus braguitas al tener
el trasero bien calentito las dos y preocupadas por su castigo. En los jardines
habían comprobado lo dolorosa que fue la azotaina que recibieron, y temían que
no solo fuera una azotaina, tal y como les había anunciado que iba a darles a
cada una, hasta el momento de ver que ellas mismas al no ir vestidas
convenientemente las consecuencias serían más serias, por lo que muy angustiadas
se miraban entre ellas preocupadas. Aterradas vieron lo que extraía del primer
cajón de la mesa de su despacho…
(Sr. López) -. Bien jovencitas! Es el momento de que reciban su
correspondiente correctivo, como les he anunciado tenía pensado daros una
azotaina, que os la merecéis bien las dos, por incumplimiento de las normas del
centro, pero… no solamente no llevaban ropa interior, si no, que además se han
presentado en este despacho de forma irrespetuosa, lo cual agrava su travesura.
Levantándose de su
sillón bordeo la mesa hasta la esquina de la misma, en la cual se sentó de
costado posando su pierna izquierda sobre la mesa, manteniendo su pierna
derecha recta apoyada al suelo. Indicando a Irene que se le acercara a él… La
cual temblorosa se acercó lentamente pues su mirada, la tenía fijada en la mano
derecha del Tutor, en la cual sujetaba un paddle de madera de unos cuarenta
centímetros, por una superficie plana de quince centímetros, así como dos
centímetros de grosor. Pero lo que la
aterraba era la superficie plana la cual tenía dos hileras de agujeros
lineales, en total diez agujeros pues pudo
contar a pesar de su miedo.
Siendo izada por la mano izquierda
acomodándola sobre su muslo izquierdo, quedando su trasero bien expuesto al levantarle
la falda. Sobre su pequeño trasero sin
bajarle las bragas comenzó la azotaina con el paddle, la muchacha lloraba de
dolor golpeando con sus manos sobre la mesa, pataleando con sus piernas
abriéndolas y cerrándolas, a cada azote que recibía en el culo con un ruido hueco y de sonido basto, cada
vez que recibía uno de los veinte azotes que recibió. Cuando la incorporo
poniendo en pie, la cual al apoyar sus pies, cayó al suelo hecha un ovillo
sobándose el culo con vigor por el intenso dolor de su trasero.
Megan horrorizada contemplaba angustiada
la escena, siendo horrible el saber que luego le iba a tocar a ella, al llegar
su turno colocándola sobre el muslo, recibiendo una azotaina con aquella pala
de madera, viendo como su amiga se retorcía del dolor, el pensar que luego
sería su turno era lo peor, hubiera preferido ser la primera en ser castigada,
que tener que ver como su amiga la recibía, escuchándola llorar de aquella
manera, y lo peor era que después iba a ser ella quien se encontrara igual que
su compañera llorando.
Le llegó el turno a Megan, al igual que a
Irene al hallarse ante el tutor, fue izada y colocada sobre su muslo izquierdo,
a ella si le bajo las bragas hasta las rodillas, comenzando la azotaina al
instante con dicho paddle, al igual que Irene palmeaba sobre la mesa con sus
manos, y sus piernas pataleaban abriéndolas y cerrándolas, pero al tener las
bragas bajadas le trababan las piernas, no pudiéndolas separar, y al igual que su compañera Irene al acabar la azotaina,
posando sus pies en el suelo, se acuclillo encogida por el dolor que sentía en
el culo. Mientras Irene permanecía en pie sobándose el culo sobre las bragas,
angustiada al ver como su compañera recibía su castigo.
(Sr. López) -. Señor director! Tiene usted alguna referencia hacia estas
jovencitas, como que le hagan compañía a su esposa en el vestíbulo?
(Sr. Parker) -. Pues la verdad es que si! Llévelas al vestíbulo hacer compañía a la
alumna Jezabel, si se hubieran presentado correctamente con su uniforme, las
enviaría a su habitación, pero dadas las circunstancias así aprenderán en lo
sucesivo, hasta la hora de comer permanecerán castigadas en el vestíbulo…
El tutor las agarro de las manos a cada una de
ellas, llevándoselas hacia la salida del despacho, las muchachas trastabillaban
con sus andares torpes, pues se sobaban el culo con la mano libre, teniendo el
Tutor que tirar de ellas forzándolas a andar, así las llevo al vestíbulo
colocándolas a cada una separadas a unos dos metros de Jezabel y a dos metros entre ellas, pero antes les
subió sus faldas sujetándola en la pretina de su cintura y posteriormente le bajo las bragas a las
dos, dejándolas castigadas cara a la pared.
(Continuará…)