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viernes, mayo 22, 2020

EL TUTOR DE DISCIPLINA, EL Sr. LOPEZ Capitulo 9


                                EL TUTOR  DE DISCIPLINA,  EL Sr. LOPEZ     Capitulo   9

    Evelyn en compañía de su Tutor había llegado temprano a la nueva oficina.  Salir de la ciudad por la mañana era complicado debido  al tráfico  intenso, su Tutor era un hombre muy previsor y no le gustaba meterse en atascos de vehículos, por lo cual habían salido con tiempo para evitar  el  tráfico diario.  A su llegada al edificio a la oficina, aún faltaba unos cuarenta y cinco minutos  para que el Sr. Luis llegase para abrir.  El Sr. López se fue a una cafetería cercana, era su  rutina,  que seguía a diario antes  comenzar su  trabajo, tenía esa costumbre de  leer el periódico tomando un café.  Evelyn en cambio prefirió no acompañarle a la cafetería, estaba dolorida de la visita del día anterior del matrimonio Parker, estaba molesta porque esa misma mañana había tenido problemas, al serle revisada inesperadamente el estado de sus braguitas, por lo que  se sentía  incomodada al notar  problemas serios con su ropa interior,  el estar cerca de su Tutor la hacía sentirse intimidada, pues en cualquier momento, su Tutor podía encontrar un motivo para ponerla sobre sus rodillas,  como el revisar de nuevo el estado de sus braguitas, que en esos instantes las tenía muy húmedas, traspasando el tejido del fondillo de su entrepierna, notando por sus muslos como descendían unas gotas, un hecho que de darse cuenta su Tutor la metería en serios problemas.  Le dolía demasiado el trasero para acompañarlo, y mucho menos el sentarse a su lado en una dura silla, pues su Tutor se daría cuenta al mojar su asiento, esa misma mañana tuvo que obedecer a su Tutor  siguiendo sus instrucciones dadas el día anterior, el trayecto en el taxi había sido muy incómodo para ella, de buen grado se hubiera sentado de costado, pero de hacerlo le habría mostrado las braguitas al conductor, el cual no paraba de observarla por el retrovisor, ya que al subir al asiento de atrás, el conductor le había podido ver sus bragas y este no dejaba de mirar hacia atrás con  cualquier pretexto, mientras su tutor sentado tras el conductor iba leyendo el periódico. 
     Había tenido que madrugar levantándose dos horas antes de lo habitual, un hecho que la desagradaba.  Como tenían que esperar a la llegada del Sr. Luis para abrir la puerta del edificio, ella prefirió esperar dando un paseo, su Tutor la había invitado a ir con él a la cafetería, pero Evelyn no deseaba sentarse en las incomodas y duras sillas de la terraza, sobre todo sentarse teniendo el contacto directo de sus bragas en el asiento, ya que las sillas de esa cafetería eran de mimbre, teniendo la sensación de estar sentada en un avispero, era una verdadera sensación de desasosiego el permanecer cierto tiempo sentada en esas sillas, siendo mucho peor en el estado de su trasero esa mañana, porque el mimbre puede resultar confortable, pero no para sentarse posando el culo sobre el asiento al llevar tan corta la falda, la cual al ser tableada y ligera se le acampanaba, sentándose sobre sus braguitas, unos días atrás había acompañado a su Tutor justamente a esa terraza, y el sentarse en esas sillas sentía la sensación que le estuvieran dando pequeños mordiscos en sus nalgas a pesar de llevar bragas, el mimbre mortificaba su trasero inflamado, y eso que hacía unos  días desde la última azotaina que le dio su Tutor, por un pequeño problema de unos documentos extraviados, que luego resultaron que no habían sido enviados aun,  por ello se libró de una azotaina más severa,  ese día no lo tenía tan dolorido e inflamado como en esos momentos, por lo que al ser invitada por su Tutor denegó su invitación, pues el muy cínico sonreía al invitarla, pues sabía muy bien porque iba a esa terraza, en vez de ir a otra más próxima con esterillas en los asientos. 
      Esa misma mañana su Tutor había pasado a recogerla a su apartamento, siendo no muy agradable para ella el encuentro.    Mientras paseaba bordeando el edificio se encontró con los frondosos  jardines, paseando se la podía ver con que cuidado caminaba, lógicamente tras las azotainas recibidas el día anterior, tenía el trasero muy dolorido sintiendo pinchacitos molestos al andar, pero al mismo tiempo le resultaban muy agradables,  así como el molesto roce de sus braguitas en su inflamado trasero a cada paso que daba.  Pero a pesar de ello sonreía para sí misma, las sensaciones de tener el culo dolorido era molesto, pero a pesar de ello también le resultaba muy agradable el sentir como le ardía su trasero, al tacto de las yemas de sus dedos al pasarse la palma de la mano introduciéndola bajo su falda, acariciándose el culo sobre el fino tacto de las braguitas de algodón, así como sentir como emanaba a través del tejido de las braguitas, ese calor que irradiaba sintiéndolo en sus dedos. Así como notar la humedad en su entrepierna, sintiendo una sensación muy agradable, al rozar el fondillo de sus braguitas en su sexo depilado, el cual al llevarlo bien rasurado hacia que los labios sensibles de su sexo, con el roce fuera más directo sobre el fondillo de sus bragas, sintiera el movimiento del fondillo de sus braguitas a cada paso que daba, sintiendo el roce de los labios exteriores de su sexo, con la consecuencia que aumentaba la humedad mojando sus braguitas, pudiéndolas sentir muy mojadas e incluso que desbordadas de ella, entre sus piernas notaba alguna gota de líquido descender por el interior de sus muslos, sintiendo deseos de poder introducir su mano bajo sus bragas, llevándose los dedos  a su intimidad para acariciarse. Pero de ser vista por alguien la intimidaba, pues de llegar a oídos de su Tutor el castigo sería muy severo, en ciertas cosas era como un viejo anticuado y cascarrabias.  Por estar castigada desde el día anterior, y mientras fuera así, era mejor no provocar a su Tutor, aunque sabía que la apreciaba casi como a una hija, pero no se andaba con rodeos si debía colocarla sobre sus rodillas y bajarle las bragas para darle una azotaina.
     Paseando relajadamente sobándose el culo con la mano, recordaba lo sucedido esa misma mañana al pasar a recogerla su tutor.  …Ella como buena pupila que trataba de ser casi siempre, pues de no serlo sabía bien lo que la esperaba, ya le aguardaba en el rellano esperando a su Tutor que pasara a recogerla. Al aparecer este a los pocos minutos, con sus propias llaves abrió la puerta del apartamento, haciéndola entrar de nuevo a su apartamento sin decir ni buenos días, cerrando la puerta a su paso.  Pillándola totalmente de sorpresa, la hizo inclinarse doblando su cuerpo hacia adelante, quedando bajo el brazo izquierdo de su Tutor bien sujeta, pudiendo sentir como le levantaba la falda y posteriormente le bajaba las braguitas estirando de ellas hacia abajo.   Al bajárselas pudo sentir como las perneras le presionaban  los muslos, al tirar su Tutor de ellas tensando el fondillo, para poder mirárselas bien  viendo como las  llevaba de mojadas, a pesar de llevarlas recién puestas y  limpias, a pesar que solo hacía unos minutos que se las había puesto tras darse una ducha, ya volvía a tenerlas mojaditas solamente  por la presencia al tener su Tutor a su lado,  ya se sentía  mojada y  excitada bajo ese efecto  que le causaba al hallarse con su Tutor cerca de ella, al igual que al sentir la angustia de temor ante su inminente llegada, tal y como solía sucederle siempre que estaba con él, pues era impredecible  que podía suceder y esa inseguridad de ella, ante la superioridad de él,  le encantaba sentir esa angustia de temor así como de nervios.
      Al revisarle las braguitas encontrándolas mojadas, los acontecimientos se sucedieron automáticamente, siendo regañada severamente por como llevaba el fondillo de las braguitas, y mientras la regañaba advirtiéndola que durante los próximos días, seria revisada diariamente para comprobar el estado de sus braguitas, así como comprobar si las llevaba bien colocadas,   todo ello mientras estaba  recibiendo una buena azotaina, que aunque no se la diera muy fuerte, por el estado de su  trasero, fue lo suficientemente severo para ponerle el culo como brasas al rojo vivo, Evelyn lloraba mientras era recriminada su conducta, poniéndole  el culo bien calentito de buena mañana y la vergüenza que le subiera el mismo las braguitas, a pesar de ser algo habitual, era algo que la hacía avergonzarse al hacerla sentirse como una chiquilla,  así como voltearla  para ver cómo le quedaban,  si tenía las braguitas bien puestas, así como  colocándoselas bien tensas  subiéndoselas bien arriba y sintiendo como las perneras le presionaban por el elástico haciendo presión marcándose en el culo,  pasando su Tutor la mano por el ardiente trasero, mientras ella avergonzada trataba de cubrirse con la falda intentando bajársela sin éxito alguno, marcándole sus braguitas perfectamente el precioso trasero, así como darle un sonoro azote en el culo, mientras salían del apartamento.
    En el mismo y preciso  instante que la vecina salía de su apartamento, una mujer de unos sesenta y cinco años, que  vio como le asestaba el fuerte azote en el culo, así como lo colorado que lo llevaba  por el revuelo de su  falda, teniendo que escuchar su comentario.
(Vecina)  -. Hace usted muy bien dándole unos buenos azotes, ya la he escuchado como lloraba hace unos momentos, es la manera de que aprendan modales estas jóvenes de hoy día, ojala hubieran más hombres como usted que saben cómo educar a sus hijas!!!
(Sr. López)   -. Sra. Rodríguez… buenos días!  Tiene usted mucha razón, es la única forma de que aprendan a comportarse…así como buenos modales…
     Evelyn odiaba a esa señora, pues cuando se cruzaban en el rellano o en las escaleras,  siempre le hacía comentarios de cómo la había escuchado llorar,  o como había oído la azotaina que había recibido, haciendo comentarios de ella haciéndola avergonzarse en su presencia, teniendo que bajar la mirada de la vergüenza, sin poder replicarle a la señora.  Pues una vez la increpo respondiéndola de malas maneras, por decirle aquellas cosas, y la señora ni corta, ni perezosa se fue a contárselo a su Tutor, con las consecuencias  para Evelyn que a los pocos minutos, su Tutor llamaba a su puerta acompañado por la señora, y fue castigada por su Tutor recibiendo una buena azotaina con el cinturón, teniendo luego que ir Evelyn a su apartamento llamando ella a la puerta, para pedirle disculpas a la señora, en compañía de su Tutor que hablando con la señora, en un momento dado coloco a Evelyn bajo su brazo levantándole la falda y bajándole las braguitas, para que la señora viera como le había puesto el culo de colorado por faltarle el respeto… Desde esa ocasión Evelyn no volvió atreverse a hablarle mal, teniendo que soportar los comentarios de la Sra. Rodríguez, resignada…
     Dando su paseo matinal por los jardines, se encontró de forma inesperada a la Sra. Parker, la cual se había decidido por dar un paseo esa mañana, al encontrarse comentaron  entre ellas lo sucedido el día anterior,  por las claras dificultades que tenían las dos  al caminar, pues al andar les dolía el culo y estando solas  por los jardines a esas horas se sobaban el culo sin mirar si mostraban su prenda íntima.  Caminaban  con pasos cortos ya que así les molestaba menos el trasero, continuando  su paseo juntas conversando.

      En los días sucesivos se volvieron a encontrar  de nuevo, descubriendo que a las dos mujeres les encantaba pasear, sobre todo sintiendo las sensaciones agradables para ellas al llevar el trasero bien dolorido, así como las molestias que experimentaban al caminar,  sintiendo miles de pinchacitos agradables y a veces desagradables a cada paso que daban.  Evelyn en durante esos días se había hecho buena amiga de Jezabel, solía pasear desde el primer día cada mañana por los jardines de la Institución de Señoritas, mientras su Tutor se iba a la cafetería a tomar su café y leer el periódico.  Pues ambas mujeres en los días  después de haber sido castigadas juntas en el día de la visita, habían coincidido en sus paseos diarios haciéndose muy  amigas, pues a las dos les gustaba poder tener alguien con quien poder hablar de ese tema.  Aunque claramente  en sus paseos por motivos obvios no se sentaban en ningún banco,  aun a pesar del paso de los días de esa semana,  las dos  aun mantenían bien doloridos sus traseros, no había más que fijarse en sus andares, al igual que como las dos mujeres, sonreían pícaramente con sonrisas o miradas de complicidad entre ellas,  al acariciarse sus inflamados traseros a la más mínima oportunidad de hacerlo, e incluso girarse para verse mejor como se lo acariciaban sobre las bragas, apreciando las marcas que las bragas no cubrían, y que con el paso de los días habían pasado de morado a un azul intenso verdoso.
    Jezabel al salir a pasear cada mañana, iba vestida  con un nuevo conjunto, vestuario que Evelyn y Jezabel solían comentar entre  sus cosas, al igual que había conocido por Jezabel,  el cambio en su forma de vestir, descubriendo que eran  medidas adoptadas por su marido, por consejo expreso del nuevo Tutor Disciplina de la institución, como  medidas  disciplinarias del Sr. López.  Obligándola a vestirse con faldas cortas que apenas le cubrían las braguitas, vestuario que le hacían parecerse a una jovencita, llevando las faldas muy cortas mostrando prácticamente, el fondillo de sus braguitas por detrás con la más mínima brisa o simplemente al andar con el vaivén de sus faldas tableadas, poniéndose cada día un conjunto diferente,  desde el día siguiente de su visita al nuevo despacho del Tutor, en la cual fue disciplinada en el transcurso de esa visita.
       Su marido la llevo de compras  al día siguiente al centro de la ciudad, eligiendo no únicamente el vestuario, si no, también eligiendo las braguitas que debería utilizar desde ese momento, ya saliendo del centro comercial con unas puestas, su marido se encargó de escogerlas, siendo estas de algodón con costura con la característica añadida de ser de talle alto y perneras bajas, similares a las que le había puesto el Tutor de Disciplina el día de la visita, tras ser disciplinada Jezabel la cual comprobó lo incomodas que resultaban al llevarlas.  
   Sus paseos matutinos  se habían convertido, en paseos diarios  de cada mañana antes de que la joven secretaria iniciara su jornada laboral.  En sus encuentros matinales con complicidad comparaban entre ellas, el cómo eran las braguitas que llevaban puestas, era tema de conversación cada mañana, pues en sus andares se las podían ver la una a la otra sin esfuerzo alguno, sobre todo meteorológicamente por la brisa matinal. Solían bromear entre ellas por sus dibujos horteras riéndose las dos, viéndose claramente como sus rostros se ruborizaban avergonzadas, pues una cosa era el llevarlas puestas y otra muy distinta hablar comparándolas con una joven de apenas dieciocho años, era tema de conversación de ellas entre risas, así como la picardía de Jezabel , la cual solía bromear con la joven levantándole la falda, para verle bien las braguitas a la muchacha,  aunque la verdad de  sus intenciones era muy distinta, lo que la madura mujer deseaba realmente, era verle el trasero a la joven, así como  comprobar si había sido castigada de nuevo, pues sentía envidia de ella cuando le veía el culo rojo, por ello sin decir nada a nadie se mostraba descuidada e incluso provocaba a su marido, con la intención de volver a ser castigada por el Tutor, y para ello debía darle motivos para que ello sucediera.
      Evelyn siempre acababa  sonrojada de  vergüenza, pues la picara señora le bajaba la braguita para verle el culo, pues casi cada mañana la joven volvía a llevar el culo colorado, teniendo la joven sus mejillas sonrojadas, muy avergonzada al tener que reconocer a Jezabel, que había sido castigada de nuevo en las últimas horas,  así como lo incomodada que estaba la joven por llevar tensas las braguitas, o lo molestas que eran llevarlas por  el roce del tejido en sus nalgas al andar, siendo este muy molesto al llevarlas ajustadas a su trasero, aunque esas molestias las experimentaban las dos por igual, siendo otro de sus variados temas de conversación, pues Jezabel sufría las mismas molestias, por lo que  entre ellas hablaban de cómo le molestaban, era tema muy grato de conversar,  así como el picor o sus molestias, ese era otro de sus temas preferidos, al igual como habían sido revisadas cada mañana el estado de sus braguitas, al igual que a Evelyn era revisada diariamente por su Tutor.  Jezabel también sufría la vergüenza de ser  revisada por  su marido el cual lo hacía  cada día varias veces,  tomando buena  nota de cómo las encontraba al revisárselas, en una pequeña agenda que llevaba encima siempre. Esas intimidades  solían ser el centro de  sus temas de conversación diaria, pues Evelyn sufría las mismas revisiones, y el no llevarlas bien puestas, así como el no llevar el elástico  bien ajustado, resultando para ella muy molesto  en las perneras apretando su trasero. De no ser así  tenían sus serias consecuencias siendo castigada al instante.  Por lo que era raro la mañana que Evelyn, no recibiera una azotaina antes de salir de casa, acabando riéndose las dos del resultado matinal, pues entre ellas hablaban contándose todos  los detalles, así el cómo le había dado la azotaina, si le había bajado las bragas o no, así como confesar  Evelyn las solía llevar mal puestas a propósito para recibir unos azotes, a pesar de lo dolorido que llevaba su trasero.
(Jezabel)  -.  Por qué ha sido hoy? -. Levantándole la corta falda tableada amarilla del uniforme de oficina, mirándole el culo que a pesar de las bragas blancas de algodón con dibujos de margaritas, se apreciaba claramente lo colorado que llevaba el culo  la joven. -. Mira por donde hoy llevamos el mismo conjunto, yo también llevo la falda amarilla como tú, es un color que me encanta es mi favorito sabes! incluido las braguitas son similares, tú las llevas de margaritas y las mías de flores del trébol  con cinco pétalos rosados, si no fueran estas bragas tan incomodas me encantaría llevarlas, son muy bonitas las florecillas.
(Evelyn)  -.  Hoy…o ayer?  Ayer fue por salir tarde de la oficina de regreso a  casa haciendo esperar al taxi, le  costó  casi 100€ la carrera del taxi porque estuvo el taxi esperando abajo, ya ves como he acabado nada más entrar al vestíbulo y lo peor de todo ha sido que me ha dado la azotaina con las braguitas bajadas  delante del Sr. Luis, el conserje…ya sabes, que cuando acaba aquí, tiene que ir a supervisar al conserje suplente al viejo edificio y esta mañana al comprobar como las llevaba, le ha molestado que las llevase mojaditas habiéndomelas puesto hacia unos minutos, y  ya ves cómo me lo ha puesto de colorado.   Pues… yo en tu lugar no estaría muy tranquila… el llevar esta falda en las oficinas para algunas clientas, es significativo de castigo. Yo de ti, no estaría tan tranquila llevándola. La has elegido tú para ponértela?
(Jezabel)  -.  Ya sabes que no!  Mi marido es quien me dice que falda he de ponerme, así como las bragas.  Desde el día de la visita a las oficinas, ha cogido esa costumbre cada día, y sabes?  No me disgusta que lo haga, es como volver a ser una niña, pero me gusta me mime tanto, incluso para ver la televisión le gusta que me siente sobre sus piernas, es como volver a ser novios de nuevo a nuestra edad, me encanta que se preocupe tanto de mi…
(Evelyn)  -.  Yo sigo opinando que no es buen augurio llevar esa falda, la verdad es que No! Yo debo llevarla cuando he sido castigada, por ello las llevo toda la semana poniéndome faldas de este color
(Jezabel)   -.  No seas pájaro de mal agüero… Como insistas te pongo sobre mis rodillas, aunque me duela el culo al sentarme, y te doy unos buenos azotes en el trasero…
     Evelyn se llevó las manos al trasero y cogiendo el elástico de las perneras se las coloco en su lugar, luego arremangándose la falda por detrás se las ajusto a la cintura, así como introduciendo el dedo índice desde la entrepierna a  la cadera se  tensó bien las perneras, y por último se aliso la falda.
(Jezabel)   -.  No es necesario que te arregles las bragas, no lo voy hacer. Aprendí la lección!  Que no debo castigarte sin autorización. Aunque me encantaría el…volver hacerlo
(Evelyn)  -.  En tu lugar me las arreglaría rápido, pues te he visto cuando salías de casa cómo te las bajabas un poco antes de llegar aquí, y por allí viene mi Tutor que acaba de salir de tu casa… mal augurio, como te decía… a estas horas debería estar tomándose el café y leyendo el periódico… es muy raro que este aquí…
(Jezabel)  -.  Como vuelvas a decir eso, me va dar igual no tener la autorización de tu Tutor para darte una azotaina!!!
      Las dos mujeres continuaron su paseo hacía el interior de una arboleda de nogales, les hubiera gustado aligerar el ritmo para perderse en los jardines, pero las molestias en sus traseros les impedía caminar más rápido. Jezabel trataba de comportarse de forma serena, pero saber que el Tutor les daría alcance en breve la preocupaba, al igual que se arrepentía el haberse bajado las braguitas, internándose en el sendero  hacia el interior de la arboleda, no tardando en darles alcance el Sr. López saludándolas  caminando a su lado por el sendero.
(Sr. López)  -.  Buenos días Jezabel… Evelyn!  Luego hablaremos tu y yo!  Que te pensabas que no iba a verte ponerte bien las braguitas cuando me has visto!!!  Vamos hacia ese banco de allá, que te voy a revisar las bragas a Jezabel!  Tu marido me ha contado que estos días has estado algo descuidada, y me ha dado una agenda de notas con ciertas irregularidades, que me debo encargar de corregir apenas lleguemos a mi oficina, te aseguro que vas aprender a ser más obediente…
      Jezabel caminaba al lado de Evelyn muy preocupada, caminaba la joven a su izquierda, la cual iba  en el centro, a la izquierda de Evelyn  lo hacia  su Tutor, que agarrándole  del lóbulo de la oreja izquierda al tiempo de regañarla, porque  la  había visto ajustarse  las braguitas, apenas fue visto por la joven que él caminaba hacia ellas.  Jezabel al caminar viendo que estaba regañando a su secretaria,  creyó que el Tutor no la podría ver, estaba muy nerviosa por el comentario de revisar su ropa interior,  Jezabel iba pensativa como podría hacer para ponerse bien sus braguitas, sin ser vista por el Tutor, por ello aprovecho la circunstancia al regañar a su secretaria,  disimuladamente cuando vio la oportunidad de hacerlo, se arregló la pernera derecha de sus braguitas, y unos pasos más adelante lo hacía con la pernera izquierda, pero le quedaba lo más complicado subirse la cinturilla. Así que tratando de fingir ponerse la falda bien, pellizco la cinturilla de las braguitas haciéndolo sobre la falda para subírselas, pero en su maniobra se le paso por alto que también se le subió la falda, dejando su trasero así como sus bragas a la vista de las miradas indiscretas, viéndosele perfectamente los dibujos de florecillas de tréboles rosadas.  Justo en el instante que  les adelantaban dos chicas haciendo footing.  Eran dos de las cinco chicas que ya habían llegado a la institución.  Al adelantar al trio formado por Jezabel, Evelyn y el Tutor lo hacían riéndose entre ellas y mirando hacia atrás se reían cubriéndose la boca con sus manos. Hecho que al Sr. López le hizo sentir intriga por el motivo de aquellas  risas.
      Quedándose un poco rezagado vio el porqué  de las risas, Jezabel sin haberse dado cuenta se le había subido la falda al subirse las braguitas, dejando a las miradas indiscretas de las internas, la parte baja del culo de la Sra. Parker, pudiéndole ver no solo las bragas, si no, también su trasero morado de la azotaina de hacía unos días, de ahí debían venir las risotadas indiscretas de las jóvenes que hacían deporte.  Pues  debió de hacerles gracia ver como llevaba el culo, bien  marcado de una azotaina a la mismísima directora.
(Sr. López)   -.   Señoritas!!!  Si!  Ustedes dos, sí! Acérquense las dos!!!
          Las dos jóvenes dejaron de reírse en el acto, al ser llamadas por el Tutor de Disciplina, caminando hacia él claramente intimidadas,  desconocían quien debía de ser aquel señor, pues hasta el día de inicio de las clases no se harían las presentaciones oficiales del claustro de profesores.  Pero se habían reído de la directora,  la cual si conocían bien del día de su llegada, momento que les soltó un sermón con las normas que debían de cumplir, así como avisadas que cualquier falta que cometieran en estos días, serian reprendidas y castigadas de ser preciso o estimado el hacerlo.  Las dos chicas iban ataviadas con unos ajustados leggings que se adaptaba a su cuerpo como una segunda piel que destacaban que ninguna de las dos chicas llevaba ropa interior, y unos tops Adidas  con el ombligo al aire, según se acercaban sus rostros se apreciaba su preocupación, al estar cerca de la directora vestida igual que la joven que caminaba a su lado, haciéndoles compañía el señor que las había llamado, quedándose contrariadas al ver la corpulencia y la altura del extraño.
(Sr. López)  -.  Jovencitas!  Esa es la educación que les han enseñado sus padres?  Les parece correcto el burlarse de la directora de esta institución, aunque la muy sinvergüenza  vaya mostrando sus bragas de esa manera tan… como podría decirlo…Indecorosa!!! Sinvergüenza!!!  Desvergonzada!!!   De lo cual también me voy a ocupar de ella, pero a ustedes dos las voy a enseñar buenos modales!!!   Como deben de haber sospechado, soy su Tutor de Disciplina en este centro, así como profesor de moralidad  y ética, así que caminen delante de nosotros hacia aquel banco, les voy a enseñar que les sucede a jóvenes maleducadas como ustedes dos!!!  Co a las mujeres despechadas y desvergonzadas!!!
       Las chicas empezaron andar en dirección al banco indicado, que estaba ubicado a unos metros de distancia, se sobaban sus traseros con las palmas de sus manos, pues bien sabían lo que les iba a suceder, pues sus progenitores ya las habían advertido del tipo de castigos que le esperaban en ese centro,  sabían que en breve no iban a poder hacerlo sin sentir dolor.  Jezabel al escuchar que iba enseñando las bragas, se llevó las manos al trasero comprobando que la falda se le había subido dejando la parte baja de sus bragas al descubierto, bajándose la falda avergonzada y muy nerviosa por las circunstancias. En breve alcanzaron el banco en el cual tomo asiento el Tutor. Quedando ante su presencia formando un coro delante de él las cuatro mujeres.  Jezabel se había colocado a su derecha del Tutor, pues deseaba poder ser espectadora en primera línea, como castigaba aquellas dos muchachas, dos chicas preciosas  una rubia y la otra morena.   La rubia de cabello largo llamada Irene Braun, mediría el metro sesenta y cinco, de veinte años de edad, cincuenta kilos con un trasero pequeño precioso bien marcadas sus nalgas en el trasero de su pantalón Leggin´s .  La morena de pelo corto de nombre  Megan Taylor   de veintiún años de edad, un metro sesenta y dos de estatura, cuarenta y cinco kilos marcando un trasero algo más carnoso e igualmente  respingón  como su compañera resaltaba sus pequeñas nalgas en el ajustado pantalón.  Pero Jezabel se llevó una sorpresa no grata para ella.
(Sr. López)  -.  Sra. Parker aquí en mi bolsillo de mi chaqueta llevo la agenda que me ha entregado su marido, para que tome medidas disciplinarias con usted…No pensaba ser necesario encargarme de usted hasta llegar a mi despacho, pero las circunstancias han variado por su insensatez al no aceptar de buen grado ser revisada su ropa interior, por lo que me ha colocado en una situación, que me hace ocuparme de usted de manera inmediata…
(Jezabel)  -.  Espere un momento no ira a…
      Jezabel no pudo acabar su frase cuando se vio sobre las rodillas del Tutor, con la falda levantada y las bragas blancas de algodón con florecillas de trébol rosadas, bajadas a las rodillas recibiendo una azotaina con la mano derecha del Tutor, fue tan rápido que apenas pudo reaccionar,  ante la sorpresa de las tres chicas, que la vieron como pataleaba intentando escapar, ante la indignación de ser castigada con una azotaina delante de tres niñas, aunque lo que más le indignaba eran las dos alumnas, protestaba continuamente rogando que parara, o diciendo… “Delante de las chicas no”… Pero eso al Sr. López poco o nada le importaba sus suplicas, estaba indignado porque le interrumpiera cuando él estaba hablando, por ello le dio la azotaina en el culo poniéndoselo colorado como un tomate maduro. Se detuvo después de ponerle el trasero ardiendo como brasas al rojo vivo, dejándola incorporarse poniéndose de pie resoplando, nada más apoyar los pies en el suelo, Jezabel se agacho a subirse las bragas. Viéndose de nuevo otra vez sobre las rodillas y con las bragas bajadas de nuevo, recibió otra larga tanda de azotes en el coloradísimo trasero, siendo regañada recriminándole que se subiera las bragas, pues  no le había dado permiso de subirselas, la nueva azotaina fue intensa de  una durada  similar a  la primera azotaina.  Al volverla a dejar incorporar poniéndose en pie, lloraba como una chiquilla, pues la segunda tanda de la azotaina fue más severa.  Al estar de pie a su costado en esta ocasión no hizo nada por subirse las bragas de nuevo, quedando al costado derecho de pie, llorando.
(Sr. López)  -.  Que esto os valga de lección a todas!!!  A mí no se me interrumpe cuando estoy hablando o regañando vuestras faltas, y si sucede vuestro trasero pagara las consecuencias. Si no me interrumpe de nuevo la desvergonzada de vuestra directora, continuare donde lo he dejado hace un momento… Martes Once de la mañana: Braguitas bajadas a medio muslo durmiendo en sofá boca abajo. A las quince y veinte minutos, braguitas mal colocadas y muy mojadas, requiere ser necesario cambio de braguitas. A las veinte y treinta minutos, sorprendida en la cocina con las braguitas bajadas, por la noche de madrugada, llamada de atención por haberse quitado las braguitas para dormir.  Miércoles se despierta de nuevo con las braguitas bajadas, dos faltas similares en la misma noche.  Al medio día antes de comer, se baja las braguitas para sentarse a comer, colocando un almohadón en la silla sin autorización. Tarde a las diecisiete y diez minutos, sorprendida en el baño tocándose sexo masturbándose, se requiere cambio necesario de braguitas tras ensuciarlas. La noche sorprendida de nuevo sin braguitas, falta que se repite dos días seguidos. Jueves se despierta con sabanas manchadas, se requiere nuevo cambio de braguitas necesario.  A medio día vuelve a bajarse las braguitas para comer, poniendo almohadón en la silla sin autorización de nuevo.  Pillada infraganti por la casa con las braguitas bajadas, mientras sube las escaleras hacia la habitación a cambiarse de braguitas, sin tener autorización de hacerlo.   Viernes…  todavía no hay anotaciones de hoy, pero habría que anotar castigada por interrumpir… la verdad es que está usted hecha una verdadera cochina a la vista de las circunstancias!!!  A la muy sinvergüenza  se merece un castigo por todas estas faltas…
     A Jezabel le ardían las mejillas casi tanto como tenía el culo de ardiente, mientras leía el Tutor las anotaciones del marido, se ponía cada vez más colorada de la vergüenza, además de su situación estando de pie con el culo al aire  bien colorado como un tomate maduro, y con sus braguitas bajadas a las rodillas. Esperando que se las dejara subir de una vez por todas… pero el tutor la volvía a sorprender de nuevo…
(Sr. López)  -.  Bien…bien!  Ahora solo nos queda tomar las medidas por todas estas faltas que su marido me ha facilitado, para que me ocupe de usted como se merece…
(Jezabel)  -.  No ira a… Otra vez… N…
(Sr. López)  -. Esta usted segura que desea interrumpirme de nuevo, póngase sobre mis rodillas boca abajo ahora mismo, o le pediré mi secretaria que me preste su cepillo, el cual lleva siempre encima en su bolso…
      Jezabel Parker con sus ojos desprendiendo rayos que hubieran fulminado al Tutor, mirando a las alumnas con la mirada baja de la vergüenza, viéndolas que estaban muy serias con sus rostros claramente muy preocupadas,  la misma Evelyn que la observaba muy apenada, así como angustiada pues conocía a su Tutor, y sabía que después de las chicas, le llegaría su turno a ella.  Ella misma roja  y llena de rabia por la vergüenza que le había hecho pasar, por darle dos severas azotainas  en tan solo unos minutos y por nombrar en voz alta las anotaciones de la agenda, estaba claramente muy indignada.  Pero ante la mirada seria del Tutor que comenzaba a impacientarse, prefirió obedecerle colocándose ella misma sobre sus rodillas, recibiendo de nuevo una azotaina que le pareció mientras la recibía que nunca iba a parar, acabando de nuevo llorando con el culo en llama viva… recibiendo una azotaina en el culo desnudo, tan larga como las dos que había recibido juntas, aunque hubiera sido solamente con la mano el culo le dolía horrores. Cuando la dejo ponerse en pie, lloraba desconsolada acariciándose el culo con sus dos manos, teniendo que soportar la vergüenza que el Tutor poco después le subiera el mismo sus bragas, levantándole la falda totalmente mostrando su sexo a las chicas, ante su sorpresa al vérselo que lo llevaba depilado.   Luego el Sr. López se dirigió preguntando a una de las chicas.
(Sr. López)  -.  Tú, cómo te llamas?  Megan verdad, ven aquí colócate delante de mí!
      La chica avanzo temerosa hacia él, pues se sentía muy angustiada al ser ella la siguiente, colocándose delante de él entre sus piernas,  como le había ordenado, al tenerla a su alcance introdujo sus dedos entre la cinturilla de sus Leggins elásticos bajándoselos a las rodillas, quedando desnudo su trasero y su sexo con vello muy arregladito  al no llevar bragas.  Luego la hizo ponerse a su costado derecho, e inmediatamente la coloco sobre sus rodillas, dándole una sonora azotaina hasta ponerle el culo como un tomate maduro, su trasero al ser muy pequeño, la mano del Tutor abarcaba el  culo de la joven, por lo cual lo tuvo muy colorado muy rápido, al igual de rapidez que la chica se ponía a llorar.  Poco después era su compañera la que era  colocada sobre las rodillas una vez le hubo bajado los pantalones.
     Su compañera recibió la azotaina siendo más intensa, al mostrar coraje tardando en ponerse a llorar, pues su trasero era algo más rollizo, teniendo que emplearse más a fondo para lograr el mismo objetivo hasta que esta rompió a llorar.  Por último se ocupó de Evelyn dándole una azotaina por haberse arreglado las bragas cuando le vio salir de la casa yendo hacia ellas.  Luego una vez las cuatro fueron castigadas con sus respectivas azotainas, Evelyn se retiró hacia las oficinas sobándose el culo y el Tutor acompaño a la casa a Jezabel, Megan e Irene hacia  el centro de señoritas, caminado las mujeres delante de él sobándose sus traseros hasta entrar en la casa.  Encontrándose a la entrada con el Sr. Parker…que aguardaba el regreso de su esposa viniendo bien servida, con el trasero bien calentito…
(Sr. López)  -.  Vosotras dos chicas os quiero ver en mi despacho inmediatamente!!!  Espero por vuestro bien que al bajar lo hagáis con vuestros uniformes, debidamente vestidas para ser revisadas.  
      Las dos chicas subieron las escaleras hacia sus habitaciones, sobándose con las dos manos sus marcados traseros en sus pantalones Leggins, que se les marcaba a las dos perfectamente al subir las escaleras viéndolas como se le movían sus nalgas al subir las escaleras.
(Sr. Parker)  -.  Parece que ha estado usted muy ocupado ganándose su sueldo. Y tú cariño por cómo te sobas el culo, ya  veo que también te ha dado tu merecido por las travesuras de estos días…
(Jezabel)  -.  No me menciones este sociópata lo quiero fuera de esta casa!!!  Ya estas cancelando el contrato que tenemos con él, te puedes creer que este… Bestia!!!  Ha osado a golpearme ante Megan e Irene… dos alumnas!  Te lo puedes creer? Y a la vista de todo el que paseaba por el jardín…  Que respeto me van a tener las chicas!!!  Si me faltan al respeto nuestros trabajadores de  forma tan salvaje y descarada como solo haría un animal… Bestia, eso es lo que es… un bestia!!!  Despídelo inmediatamente!!!  Nunca he pasado tanta vergüenza como hoy, así como nadie me ha faltado el respeto de esa manera tan denigrantemente!!!!  Este canalla…!!! Échalo de aquí!!!
(Sr. Parker)  -.  No comprendo nada.   Sr. López puede explicarme que ha ocurrido para que un profesional como usted, haga lo que me está contando mi esposa.  Si se tratara de otra persona me limitaría a despedirle inmediatamente!  Pero está usted bien recomendado, por una persona a la que tengo una gran estima, por lo que me cuesta creer que haya cometido semejante barbaridad, sin una causa justificada para ello.
(Sr. López)  -.   Sr. Parker!!!  Solamente me he dedicado hacer mi trabajo, según consta en nuestro contrato, en el cual especifica  claramente que todo el personal de este centro está bajo mi custodia, teniendo total libertad para aplicar disciplina como yo crea conveniente, así como  las circunstancias exijan una disciplina en el acto!   Si desea que hablemos del tema en relación con la Sra. Parker la cual no fue excluida de mis funciones al ser su esposa, hablaremos en mi despacho.  Pues como mi cliente que es!   A usted le debo dar las explicaciones que sean requeridas, así como darle la información que crea conveniente que le debo dar, no tengo ninguna intención de darle en este momento las explicaciones que me solicita, pero como es mi cliente, pasemos al despacho donde le informare como corresponde.  Usted mismo hace unos días, incluyo a la Sra. Parker en dichos documentos, los cuales firmo usted!   Si desea hacer cambios en el contrato pediré al notario que redacte otros documentos, e igualmente la minuta que requiera el redactar nueva documentación…. Cuando usted desee, podemos pasar al despacho para que hablemos, pero antes voy a dedicarme a disciplinar a su esposa como corresponde por su falta de respeto e indisciplina  hacia mi persona!!!
     Con los ojos abiertos como platos por la sorpresa, Jezabel Parker vio aterrada como él, se desabrochaba la hebilla del cinturón, extrayéndolo de las presillas de su pantalón doblando el cinturón a la mitad en dos, así como con el cinturón en su mano derecha fue hacia ella caminando con paso firme y seguro hasta llegar a ella, sorprendida viéndose como agarrándola del brazo la condujo  casi arrastras hacia las escaleras, donde al llegar al pie de las mismas, el Tutor puso su pie izquierdo sobre el primer escalón y acto seguido la doblo forzándola a inclinarse sobre su muslo izquierdo, manteniéndola bien sujeta bajo su brazo, mientras con la mano que sujetaba el cinturón, le levanto la corta falda tableada amarilla, descubriendo así su trasero revestido por sus bonitas braguitas blancas, con florecillas con un tono de rosa suave que resaltaban en la prenda íntima. De forma inmediata el cinturón impactaba sobre su trasero, no había más que ver los saltos que intentaba dar Jezabel impulsándose por sus pies, los cuales tras los primeros azotes solamente hacía que patalear alocadamente en el aire, manteniéndola firme y bien sujeta bajo su brazo.
      Momento que por la puerta entraban tres de las chicas que habían sido de las primeras en llegar al centro, junto a Megan e Irene que ya bajaban las escaleras en ese momento, al cambiarse muy rápido pues no deseaban empeorar su delicada situación, quedándose paradas en el rellano del entresuelo, contemplando aterradas la escena por los gritos de la directora, pues ellas dos si la podían ver de quien se trataba. Todo lo contrario de las chicas que entraban, que únicamente veían el trasero de una chica y como pataleaba recibiendo semejante zurra con el cinturón, pensando que debía de tratarse de una de sus compañeras, que al ser rubia creían que se trataba de Irene.
     No pudiendo ver de quien se trataba con seguridad, hasta que la severa azotaina con el cinturón ceso, viendo en ese momento al verla como se sobaba el trasero, al girarse ambas exclamaron de la sorpresa al ver que no era su compañera, si no, que se trataba de la mismísima directora quedándose aún más pasmadas en el umbral de la entrada.  Viendo como poco después era conducida a uno de los rincones del vestíbulo, y como la dejaba en él cara a la pared castigada, al volver sobre sus pasos el Sr. López las vio paradas a las tres chicas, que observaban aterradas como iba pasando el cinturón por las presillas del pantalón, parándose ante ellas acabo de abrocharse la hebilla pasando el pistón por el agujero pertinente, e invito a las chicas seguir su camino hacia sus habitaciones…
(Sr. López)  -.  Ustedes tres no tienen nada que hacer?  Suban a sus habitaciones o salgan, pero no se queden ahí paradas. .- En ese momento el Tutor vio a las dos alumnas que bajaban las escaleras, cambiadas de ropa llevando el correspondiente uniforme. -. Ustedes dos diríjanse a mi despacho y esperen que las llame, antes de hablar con ustedes dos, debo ocuparme de informar al director del centro aquí presente.
       El Tutor se encargó de llevar al Sr. Parker acompañándolo mientras el avanzaba con la ayuda de su andador, desapareciendo de las miradas de las chicas al entrar al despacho.  Las chicas que entraban se cruzaron con sus dos compañeras, viéndolas que estas no sonreían al saludarlas, así como al dirigirse hacia la puerta del despacho del Tutor, las vieron como sus dos compañeras se sobaban sus traseros, no pasándoles desapercibido por las cortas faldas de sus uniformes, que llevaban colorados  sus traseros  al verlas caminar y levantárseles ligeramente  sus cortas faldas por la corriente de aire al estar la puerta principal abierta.
En el interior del despacho…

(Sr. López)  -. Sr. Parker estaba usted en lo cierto en sus sospechas, su esposa al parecer se había bajado la ropa interior nada más salir de la casa, le hago entrega de su agenda para que pueda anotar en ella sus faltas, como puede ver es un buen sistema para controlar su comportamiento, el tomar anotaciones de cada una de ellas.
(Sr. Parker)  -. Tiene usted toda la razón es un buen sistema, así como también seguí sus consejos de ir de compras de vestuario adecuado.  Pero entiendo también el enfado de mi esposa, habíamos hablado que se ocuparía de ella, con la discreción correcta  en su oficina, y no en el jardín ante la posibilidad de la presencia de alumnas.
(Sr. López)  -.  Le puedo asegurar Sr. Parker que esa era mi intención, pero como bien sabe usted.  En mi contrato especifica claramente,  que de cometerse faltas ante mi presencia, soy libre de actuar como yo crea conveniente, para que la disciplina de esta institución sea la correcta.  Porque la reputación de este centro, es la seguridad de una férrea disciplina, no existiendo posibilidad alguna de controversia en ese tema, cierto?  Debo informarle que las dos muchachas que esperan fuera a ser llamadas y que me veo en la obligación de castigarlas, no han cometido falta alguna en el día de hoy.  Salvo que han faltado el respeto a la directora del centro riéndose de ella, por lo que me he visto obligado a llamarles la atención tomando medidas disciplinarias.
(Sr. Parker)  -.  Si se han manifestado riéndose de la directora. O sea de mi esposa!  Como osa usted decir que no se  merecían el castigo! O que no son culpables?  Eso es una grave ofensa…mereciendo ser disciplinadas y castigadas…
(Sr. López)  -. Séame usted sincero Sr. Parker… Si usted fuera por la calle haciendo footing con un amigo suyo, y vieran a una policía delante de ustedes andando con la falda subida por detrás por un descuido al arreglarse la falda, fuera mostrando sus bragas, y esta llevase el culo amoratado por haber recibido una azotaina, siendo una autoridad, se reirían de ella usted así como su amigo?
(Sr. Parker)  -. Pues claro que sería algo muy gracioso de ver, por supuesto que las risas serian algo imposible de evitar…
(Sr. López)  -.  Para su información le diré que esta mañana me he encontrado a su esposa en compañía de mi secretaria, tal y como en estos últimos días estaban dando su paseo, cuando me he unido a ellas.  Ya desde el umbral de la puerta he podido ver a mi secretaria arreglándose las braguitas, al unirme a ellas he regañado a Evelyn por su torpeza, siendo el momento idóneo para informar a su esposa que se dirigiera en nuestra compañía a mis oficinas, donde le serian revisadas sus bragas.  Durante el trayecto Jezabel ha debido de intentar arreglárselas por encima de la falda, haciéndolo disimuladamente para que yo no la viera, pero en su maniobra al parecer, la falda le ha debido de quedar sujeta por las bragas imagino, y llevaba la falda subida lo suficiente para que las muchachas que paseaban haciendo footing detrás nuestra, le han debido ver como llevaba el trasero, y claramente no han podido controlar las risas, a pesar que se habían cubierto su boca con las manos.  Como todo ello ha ocurrido en mi presencia me he visto obligado a tomar medidas disciplinarias con ellas, pero lógicamente no podía pasar por alto, que la verdadera culpable se quedara sin su castigo, pues de haber llevado las braguitas como debería de haberlas  llevado, nada de todo esto hubiera sucedido.  Con la atenuante que las chicas no llevaban ropa interior, siendo un hecho sin importancia dado que las chicas no han comenzado aún su actividad en el centro de carácter oficial. Por lo que pueden vestir como deseen, pero no se puede pasar por alto esa negligencia de ser descubiertas por el Tutor de Disciplina, como así ha resultado ser,  al bajarle los pantalones para darle a cada una su correspondiente azotaina.  Un hecho que no habría tenido lugar, si la directora hubiera llevado su ropa interior en condiciones como era su obligación al estar castigada.   Si no se las hubiera arreglado por el temor a ser descubierta, que las llevaba mal puestas para aligerar las molestias por el estado de su trasero.  Por su indiscreción las chicas han sido castigadas, por su indiscreción las debo castigar de nuevo en cuanto termine de hablar con usted, ya que las debo revisar de nuevo de que llevan ropa interior puesta, y como es menester las debo disciplinar al haberlas descubierto yo,  por no llevar ropa interior, además van a estar castigadas el resto del fin de semana sin salir del centro.  Si su señora no hubiera desobedecido, las chicas se les debería aplicar medida alguna, pues no sería necesario ser castigadas, podrían haber disfrutado del fin de semana y comenzado la actividad el lunes en este centro.  Pero por la culpa de su señora esposa van a estar castigadas, como puede comprender usted, el que me ocupase de ella ante las alumnas era mi obligación, así como necesario el tomar esas medidas disciplinarias, por ello al entrar al vestíbulo faltándome al respeto, a pesar de sus protestas claramente infundadas, se ha ganado una nueva azotaina mucho más severa como no podía ser de otra forma, me he encargado de dársela en su presencia.  Si ahora que está usted informado debidamente, desea cancelar mi contrato, las chicas se lo agradecerán seguramente, ya que no serán disciplinadas, y por lo tanto no estarán el fin de semana castigadas sin salir del centro.
(Sr. Parker)  -.  Le pido disculpas por mi desconfianza, desde un primer instante conociendo su reputación, tenía claras dudas del mal estar de mi señora, pues no lo veía nada claro.  En cuanto a las muchachas se puede hacer la vista gorda, ya que está claro que no eran culpables de nada, siendo mi esposa la única que se merece estar castigada todo el fin de semana.
(Sr. López)  -.  Pues si queda todo bien aclarado voy hacer entrar a las chicas, puede que usted como director y responsable del centro, pueda aligerar el castigo de las muchachas si lo desea, pero dada mi reputación no puedo consentir, que la falta cometida por las muchachas, y aunque me sabe mal tener que ocuparme de ellas, pues reconozco que no son culpables.  Pero una vez descubierta su negligencia de no llevar ropa interior, no puedo consentir que se libren de ser debidamente disciplinadas, pues fueran culpables o no al hacer footing en sus momentos de ocio, el hecho de haber sido descubiertas, la negligencia la han cometido las dos chicas, mereciendo ser castigadas de forma pertinente dado el caso, pues no desconocían ese riesgo, y a pesar de conocerlo iban las dos sin ropa interior, por lo tanto debo ocuparme de ellas.   Al igual que ahora que ya está usted informado, voy a salir al vestíbulo a levantarle la falda a su esposa, y bajarle las bragas para que este bien expuesta para su vergüenza, ya que ella está castigada por mi persona como su Tutor.  Encargándome de ella durante el fin de semana, al igual que de las dos alumnas, pues tanto la falta cometida de su esposa, y la falta cometida por las alumnas son similares, por lo tanto estarán bajo el mismo tratamiento de mantenimiento de su castigo.
    El tutor salió del despacho recorriendo el pasillo hacia el vestíbulo, lugar donde debería estar la Sra. Parker.  Debería haber estado… permaneciendo castigada cara a la pared, pero al aparecer en el vestíbulo el Tutor, no vio por lugar alguno a la directora.   Subiendo las escaleras hasta la primera planta hacia el ala sur donde estaba ubicada las habitaciones del matrimonio Parker, encontrando a la Sra. Parker echada sobre su cama boca abajo llorando…
    En el despacho… El director el Sr. Parker escamado por la tardanza en volver del Tutor de disciplina, salió hacia el vestíbulo no viendo a nadie.  Pero hasta sus oídos si llegaba el sonido característico de azotes, alguien estaba recibiendo una azotaina en el piso superior, siendo los gritos que escuchaba reconocibles para él.  Era su esposa la que estaba llorando y gritando a pleno pulmón, algo que se confirmó al ver aparecer en las escaleras al Sr. López, que las bajaba llevando sobre su hombro izquierdo a Jezabel, viendo como su esposa con el culo completamente colorado, estaba siendo castigada con buenos azotes en el culo desnudo, mientras el Tutor bajaba las escaleras llevándola sobre el hombro, con la falda levantada descubriendo su colorado trasero, al llevar las bragas bajadas a las rodillas.  Pasando por delante de él, su esposa con el cuerpo colgando sobre la espalda del tutor, mientras seguía dándole sonoros azotes, ella miraba contrariada a su marido, viendo en su rostro lo molesto que estaba con ella,  pues él estaba aprobando el trato que recibía viendo  como el Tutor volvió a llevar a Jezabel hasta el rincón, volviéndola a dejar cara a la pared castigada, con la falda levantada sujeta en la pretina, y las bragas bajadas, dejándola llorando haciéndole poner sus manos sobre la cabeza.  Al girarse el Tutor hacia el director, este pudo fijarse que el Sr. López se abrochaba la hebilla del cinturón.
(Sr. López)  -.  Jezabel!!!  Si no deseas sentir de nuevo mi cinturón, más te vale que no te vuelvas a mover de ese rincón, si no,  te volveré a dar otra azotaina con el cinturón… vas a permanecer ahí castigada el resto de la mañana y pobre de ti, como te vuelvas a escapar a tu habitación sin autorización de nuevo…!!!
(Sr. Parker)   -. Sr. López ha hecho usted muy bien!  Apruebo perfectamente que se encargue de mi esposa, pues después de haberme informado de lo sucedido, la pongo en sus expertas manos.  Espero que la desvergonzada de mi esposa no se atreva de nuevo a desobedecerle, y mucho menos a escaparse otra vez!   Le notificó a usted, que a pesar del estado de mi enfermedad vuelvo a ser el director activo del centro, y que debido a las circunstancias de las últimas horas, he decidido que mi esposa ingrese en el centro como una alumna más!  Hasta que este capacitada para volver a ocupar la dirección. Hasta dicho momento yo ocupare el puesto de director.  Ahora Sr. López tenemos otros asuntos que resolver en su despacho con dos alumnas.
   Jezabel escucho asombrada a su marido, pero no se movió del rincón para nada.  Sentía como el trasero le abrasaba de una forma horrible, en pocos minutos había recibido dos azotainas con el cinturón, y sentía como le ardía el culo de una manera que hacía años no lo sentía así, al igual que el dolor del trasero era tal que solo deseaba poder mitigar como fuera, por ello al no poder bajar sus manos, movía los muslos adelante y atrás tratando de frotar una nalga contra otra, pero ello aun resultaba peor dado el estado del trasero, por lo dolorido e inflamado que lo tenía. Sintiendo miles de pinchazos que sentía como palpitaban resultando muy molesto, bajando sus manos para acariciárselo cuando escucho que se cerraba la puerta del despacho, y que en esos momentos no había nadie que la pudiera ver sobarse el culo.
     En el interior del despacho ya habían entrado las dos alumnas, mirándose entre ellas preocupadas por que en breve iban a ser castigadas, a su llegada habían sido informadas de las normas del centro, y conocían lo que sucedería si las descubrían, lo que no podían haberse imaginado era el encontrarse en los jardines, con nada menos que con la directora prácticamente con el culo al aire, pudiéndole ver como de morado lo llevaba, no pudiendo contener las risas al verla, de haber sido una alumna se habrían sentido apenadas por ella, pero quien les iba a decir que iban a encontrarse con la mismísima directora enseñando las bragas, y viéndole las marcas en el culo de haber recibido una azotaina. Aun a pesar de su situación, al mirarse entre ellas aun sonreían al recordar la imagen en sus mentes, sobre todo al haber presenciado como le daban tres  azotainas ante ellas en el jardín, y poco después verla de nuevo recibir otra azotaina con el cinturón del Tutor en el vestíbulo.
(Sr. Parker)  -.  Bien señoritas!  El Tutor el Sr. López me ha informado de su desliz.  Estoy de acuerdo con él que no son culpables de haber sido desconsideradas con la ex-directora, pero muy a mi pesar, no puedo evitar que se ocupe de ustedes dos, por lo que deben serle aplicados un correctivo y posterior castigo a las dos durante el fin de semana, al igual que su nueva compañera la Sra. Jezabel Parker.  Se las dejo en sus manos!
(Sr. López)  -. No es necesario que se retire, puede permanecer para presenciar el castigo de estas dos jovencitas, aunque primero vamos a proceder a revisar su vestuario, pueden comenzar a desnudarse y quedarse en ropa interior, a que esperan? Necesitan un incentivo para obedecer…
    Las muchachas confundidas por el cariz de los acontecimientos, pues esperaban que les revisaran las braguitas, pues era de esperar tras lo sucedido, pero no se esperaban que las hicieran desnudar por completo.  Empezaron por quitarse la chaqueta de uniforme  nerviosas,  para luego sacarse un jersey de punto, bajo el cual debían de llevar puesta una blusa blanca, la cual no llevaban. Bajo el jersey solo llevaban el top con el cual habían salido hacer footing por los jardines, luego se desabrocharon la falda dejándola caer a sus pies formando una corona circular, para agacharse a recogerla depositándola sobre la mesa del despacho, al igual que la chaquetilla y el jersey.
(Sr. López)  -.  Me pueden explicar porque no llevan puesto el sujetador blanco de su vestuario, al igual del porque no llevaban la blusa reglamentaria.  Sáquense ese top que no deberían llevar puesto… .- Las dos chicas se quitaron el top, cubriéndose los pechos con las manos al cruzar sus brazos. -. Nada de cubrirse!  Las manos pegadas al cuerpo por favor… Bien… y ahora quítense las braguitas y muéstrenmelas que las revise, espero por su bien que estén bien secas, sería un hecho fatal que lo sucedido las hubiera gustado, y se hubieran mojado sus braguitas. El algo que podría comprender, pues ha sido una mañana muy sugerente, pero es algo que me molesta en extremo, pues una grave falta de moralidad, y como saben esa es mi asignatura, al igual que la ética, no estaría nada bien para ustedes tener el fondillo de sus braguitas húmedas, pues ante el temor al castigo entiendo que puedan aligerar la vejiga, pero no veo que sea ese el problema, pues desde aquí puedo ver que sus bragas están secas, pero el fondillo de ellas no puedo apreciarlo, pero si veo sus rostros de preocupación, y eso es sinónimo de que saben cómo las llevan de húmedas, verdad?
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     Tanto Megan como la propia Irene estaban muy avergonzadas, estaban completamente desnudas ante el Tutor y el director, permaneciendo de pie con las braguitas en sus manos para entregárselas al Tutor, en espera que este le indicara cuál de ellas se las debía entregar primero, jamás habían pasado tanta vergüenza ninguna de las dos, y miraban a sus interlocutores con unas miradas que los habrían fulminado, por la vergüenza que les estaban haciendo pasar.
(Sr. López)  -. Jovencitas!   Más les vale no mirarme de esa manera tan descarada, sé que están molestas por haberlas hecho desnudar, pero esto es culpa de ustedes dos. Si hubieran llevado la ropa entregada a su llegada, no les habría hecho desnudar por completo, las braguitas era algo inevitable, dado que por no llevarlas están en este despacho, ósea que si están desnudas es por el error que han cometido, les he ordenado presentarse en este despacho con el uniforme, no que lo hicieran de cualquier manera, por lo tanto es un error de ustedes dos, y que tendrá serias repercusiones en breve, pues iban a ser castigadas con una azotaina, pero esto agrava su comportamiento de forma considerable.   Entréguenme la ropa interior, usted primera Megan! Y luego usted!
    La joven avanzo el escaso metro y medio que la separaba de la mesa, pasando por delante del director, el cual no perdió detalle al poder ver lo colorado que llevaba el trasero, tras la azotaina recibida en los jardines. Tendiendo su mano el Tutor cogiendo las braguitas de Megan al entregárselas, en sus manos les dio la vuelta poniéndolas del reverso, mirando detenidamente el fondillo de las braguitas, encontrando cierta humedad en él, siendo mostrado a la muchacha el estado del fondillo, poniéndolas de nuevo del derecho se las entregó a Megan, está bajo la mirada avergonzada al devolvérsela. 
(Sr. López)  -. Ya puede vestirse! Ahora las de usted Irene!
     La muchacha avergonzada avanzo hacia la mesa, quedando su coloradísimo trasero a la atenta mirada del director, apreciando lo pequeño que tenía el culo, comprendiendo por qué lo tenía más colorado que su compañera, denotando que la enorme mano del Tutor dejo las marcas de sus dedos.  Avergonzada entrego sus braguitas al Tutor, siendo revisadas igual que las de su amiga, poniéndolas del reverso y mirando el estado del fondillo de las braguitas, mostrándoselas a la chica, pues también las llevaba algo más húmedas que Megan, e igualmente poniéndolas del derecho le fueron devueltas a la joven Irene.
(Sr. López)  -. Puede vestirse también! El top lo dejan sobre mi mesa, para serle entregado en otro momento. Ya que no forma parte de su vestuario…
    Las dos alumnas se vistieron con cierta rapidez, una vez ya vestidas esperaban ser castigadas y temían lo que les esperaba al haber cometido un grave error, pues al no ir vestidas adecuadamente  temían el castigo, pues lo que más deseaban era abandonar cuanto antes aquel despacho… Se mantuvieron de pie tras vestirse nerviosas y angustiadas tallándose el trasero de sus faldas, acariciándoselo pasando sus manos sobre sus braguitas al tener el trasero bien calentito las dos y preocupadas por su castigo. En los jardines habían comprobado lo dolorosa que fue la azotaina que recibieron, y temían que no solo fuera una azotaina, tal y como les había anunciado que iba a darles a cada una, hasta el momento de ver que ellas mismas al no ir vestidas convenientemente las consecuencias serían más serias, por lo que muy angustiadas se miraban entre ellas preocupadas. Aterradas vieron lo que extraía del primer cajón de la mesa de su despacho…
(Sr. López)  -.  Bien jovencitas!  Es el momento de que reciban su correspondiente correctivo, como les he anunciado tenía pensado daros una azotaina, que os la merecéis bien las dos, por incumplimiento de las normas del centro, pero… no solamente no llevaban ropa interior, si no, que además se han presentado en este despacho de forma irrespetuosa, lo cual agrava su travesura.
     Levantándose de su sillón bordeo la mesa hasta la esquina de la misma, en la cual se sentó de costado posando su pierna izquierda sobre la mesa, manteniendo su pierna derecha recta apoyada al suelo. Indicando a Irene que se le acercara a él… La cual temblorosa se acercó lentamente pues su mirada, la tenía fijada en la mano derecha del Tutor, en la cual sujetaba un paddle de madera de unos cuarenta centímetros, por una superficie plana de quince centímetros, así como dos centímetros de grosor.  Pero lo que la aterraba era la superficie plana la cual tenía dos hileras de agujeros lineales, en total diez agujeros pues pudo  contar a pesar de su miedo.
     Siendo izada por la mano izquierda acomodándola sobre su muslo izquierdo, quedando su trasero bien expuesto al levantarle la falda.  Sobre su pequeño trasero sin bajarle las bragas comenzó la azotaina con el paddle, la muchacha lloraba de dolor golpeando con sus manos sobre la mesa, pataleando con sus piernas abriéndolas y cerrándolas, a cada azote que recibía en el culo  con un ruido hueco y de sonido basto, cada vez que recibía uno de los veinte azotes que recibió. Cuando la incorporo poniendo en pie, la cual al apoyar sus pies, cayó al suelo hecha un ovillo sobándose el culo con vigor por el intenso dolor de su trasero.
     Megan horrorizada contemplaba angustiada la escena, siendo horrible el saber que luego le iba a tocar a ella, al llegar su turno colocándola sobre el muslo, recibiendo una azotaina con aquella pala de madera, viendo como su amiga se retorcía del dolor, el pensar que luego sería su turno era lo peor, hubiera preferido ser la primera en ser castigada, que tener que ver como su amiga la recibía, escuchándola llorar de aquella manera, y lo peor era que después iba a ser ella quien se encontrara igual que su compañera llorando.
    Le llegó el turno a Megan, al igual que a Irene al hallarse ante el tutor, fue izada y colocada sobre su muslo izquierdo, a ella si le bajo las bragas hasta las rodillas, comenzando la azotaina al instante con dicho paddle, al igual que Irene palmeaba sobre la mesa con sus manos, y sus piernas pataleaban abriéndolas y cerrándolas, pero al tener las bragas bajadas le trababan las piernas, no pudiéndolas separar, y al igual que  su compañera Irene al acabar la azotaina, posando sus pies en el suelo, se acuclillo encogida por el dolor que sentía en el culo. Mientras Irene permanecía en pie sobándose el culo sobre las bragas, angustiada al ver como su compañera recibía su castigo.
(Sr. López)  -.  Señor director!   Tiene usted alguna referencia hacia estas jovencitas, como que le hagan compañía a su esposa en el vestíbulo?
(Sr. Parker)  -.  Pues la verdad es que si!   Llévelas al vestíbulo hacer compañía a la alumna Jezabel, si se hubieran presentado correctamente con su uniforme, las enviaría a su habitación, pero dadas las circunstancias así aprenderán en lo sucesivo, hasta la hora de comer permanecerán castigadas en el vestíbulo…
      El tutor las agarro de las manos a cada una de ellas, llevándoselas hacia la salida del despacho, las muchachas trastabillaban con sus andares torpes, pues se sobaban el culo con la mano libre, teniendo el Tutor que tirar de ellas forzándolas a andar, así las llevo al vestíbulo colocándolas a cada una separadas a unos dos metros de Jezabel  y a dos metros entre ellas, pero antes les subió sus faldas sujetándola en la pretina de su cintura  y posteriormente le bajo las bragas a las dos, dejándolas castigadas cara a la pared.


(Continuará…)