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domingo, diciembre 20, 2020

EL ABUELO MATERNO Capitulo 19

                                         EL ABUELO MATERNO   Capitulo  19

 

       Los Adams residían en su vivienda en el fondo de un valle, rodeada de colinas  colindantes entre las cuales,  resaltaba la reformada construcción clásica de montaña, manteniéndose aislada de la población más cercana. Vivienda construida a principios  del siglo XVIII por los Adams, siendo habitada por varias generaciones de la familia, llegando a nuestro tiempo presente por el Sr. Williams Adams y esposa Ingrid Adams.  Por  trabajo en la capital del matrimonio, durante años la utilizaron como lugar de reposo, fue su segunda residencia durante esos años, en la cual se refugiaban para pasar sus  vacaciones, olvidándose del pesado trabajo en la capital, oficio siempre vinculado a la disciplina dadas las circunstancias de la época, en la cual el castigo corporal era habitual como medida de corrección.  

      En los últimos años la vivienda  había sido remodelada, pasando a ser su residencia al retirarse viviendo en la tranquilidad del campo, dándole una apariencia del Tirol Austriaco claramente campestre de mediados de siglo, con una construcción clásica con bonita estampa  unida a campos y prados verdes del paisaje, resaltaba al ser una vivienda de las tierras del Tirol en Austria. Por ello le habían dado aires nuevos,  con  muchos acabados realzados en madera, en las aristas verticales y horizontales que dividían las tres plantas, o haciendo resaltar las ventanas enmarcándolas en su fachada con triángulos rectángulos, con el fondo de obra pintada de blanco, el cual realzaba  los trazos en madera envejecida.  Dando así a las aristas de maderos envejecidos, remarcando sobre el fondo de obra,  su tejado puntiagudo de pizarra negra a dos aguas el cual ascendía desde la segunda planta a las buhardillas de lo alto del cuarto piso, con hasta seis salientes de Buhardillas divididas entre la tercera y cuarta planta en la fachada principal, que la hacía más acogedora, dando una apariencia diferente a las viviendas de sus vecinos, realzando el contraste con la belleza del valle,  del entorno  que la rodeaba con frondosos bosques de robles e encinas, teniendo de fondo las cumbres de altas montañas nevadas.

      El interior también había sido remodelado, reformando la planta baja de tal forma que la estancia era más acogedora, por ello tras atravesar el umbral de la puerta principal, se entraba a  un espacioso salón a la izquierda, con una chimenea de piedra que encendida era ideal para descansar o simplemente leer, con  a su derecha la cocina  estando abierta al salón.  Por lo que al hallarse en el salón o en la cocina se podía ver claramente las escaleras centrales que ascendían a la primera planta, con una baranda en ambos lados de madera torneada con faldón inferior.   Por lo cual desde el rellano de la primera planta, la visibilidad del espacio era excelente. Por ser visible tanto el salón, como la cocina desde lo alto de las escaleras, fue motivo que estuviera aun castigada Sonia, dadas las costumbres de los Adams en la férrea disciplina, castigaron a su sobrina a tener que usar pañales como castigo, en la convicción que el hacerla avergonzar de sí misma, era el castigo adecuado para corregir su falta de formalidad.

     Tras haber sido sorprendida infraganti hacia tres semanas por su tío Williams, en una situación que consideraron ser intolerable en una mujer de treinta y cuatro años.  Mientras que la sobrina preferida de los Adams absorta en el tiempo, la encontró su tío en una postura de lo más informal.   Sonia se hallaba acuclillada camuflándose entre la baranda de la escalera para no ser descubierta, espiaba a su tía Ingrid, que se encontraba sentada en una silla de la cocina,  manteniendo  boca abajo sobre sus piernas a su hija Susana,  a la cual le estaba dando una azotaina con su zapatilla, viéndose desde la posición elevada de Sonia, como enrojecía cada vez más el trasero de su prima, a cada nuevo azote que implacablemente azotaba sus muy coloradas nalgas, teniendo las braguitas de algodón blancas con dibujos llamativos bajadas a la altura medio muslo,  la contemplaba ensimismada con su mirada segura de sí misma.  Había sido testigo minutos antes el escuchar la tremenda regañina de su tía Ingrid a su hija, esperando que de un momento a otro comenzase la azotaina que se le avecinaba.  Tenía una posición envidiable para cualquier spankee como ella, el poder contemplar cómo se vieron cumplidos su presentimientos. Viendo como tía Ingrid teniendo a su hija en pie a su costado derecho, introducía las manos bajo la falda de Susana, al ver desde su posición como le bajo las braguitas, fue una visión extraordinaria para Sonia, que vio como lentamente fue enrollándoselas sobre sí mismas, hasta dejar el fondillo de las braguitas bien tenso y expuesto, el cual luego estiro del fondillo de la braguita hacia ella misma,  para ver bien el estado deplorable de las braguitas muy mojadas, motivo el cual  se unió a la tremenda regañina que le estaba echando a su hija, Sonia tuvo que agarrarse a la baranda, extasiada por su visión al ver como Susana se dejó llevar, al agarrarla de la mano izquierda su madre, la atrajo hacia sí misma obligando a dejarse caer sobre su regazo, una vez colocada y bien sujeta boca abajo, le sujeto el brazo derecho haciéndoselo colocar sobre su espalda, manteniéndoselo  por la muñeca inmovilizado, y con el arte que caracterizaba a tía Ingrid, avanzo su pie derecho mientras no cesaba de regañar a su hija, dando un ligero golpecito con la puntera de la zapatilla, la cual quedo suelta del pie quedando huérfana en el suelo, solo fue necesario encorvar lo justo su cintura a su derecha, alargando su brazo para alcanzar por el talón la zapatilla de paño azul marino, con pequeñas margaritas blancas con el polen de fondo amarillo, en el centro del empeine en relieve sobre el paño azul marino, resaltando así sus pétalos blancos con su polen amarillo en el centro.

     Al incorporarse armada su mano derecha con la zapatilla, Sonia observaba como su prima se agitaba nerviosa sobre el regazo, al ver como su madre ya tenía la zapatilla en su mano y que en breve iba a comenzar a darle azotes en el culo.  La escuchaba como decía “…Mama,… no…  Mama,… No…” Momento que al levantar el brazo en alto empuñando la zapatilla en su mano, Sonia excitada de la visión, se pasaba los dedos de su mano izquierda sobre su sexo cubierto por el fondillo de la braguita, tras pasarse los dedos tensando dicho fondillo marcaron la ranura de su sexo, extasiada ante su visión introdujo los dedos pulgar e índice, entre el fondillo de las braguitas, apartando el elástico ribeteado de la braguita, el cual  se echó a un lado apartándose la braguita, sosteniéndose en equilibrio en cuclillas, se soltó de la baranda que se sujetaba con su mano derecha, la cual se llevó a su sexo ya desprovisto de la braguita.  Viendo alucinada como la mano de tía Ingrid sobrepasaba por encima de su hombro, quedo claramente visible la zapatilla resaltando la suela de goma blanquecina en el aire a escasos metros de Sonia, así como el pequeño tacón en una pieza por el cual la empuñaba, viéndola bajar por la inercia de la fuerza empleada, bajar rápido impactando el  colorado trasero de Susana, sus nalgas tras el impacto parecieron que ambas nalgas se separaban, y milésimas después se entrechocaban una con otra al juntarse de nuevo, los rápidos y certeros azotes de la suela de goma blanca de la zapatilla, arrancaban ligeros gemidos a Susana, con el temblor de sus piernas o el cómo su cuerpo por la inercia de los azotes se movía hacia adelante unos centímetros y recuperando la posición como si su trasero fuera en busca de los azotes, la cual mantenía la posición, sobre las rodillas de su madre, con sus piernas colgando semi-flexionadas inertes en el aire, moviéndose ligeramente por el efecto de la calurosa azotaina.

     Susana al ser una mujer de treinta y dos años con un metro sesenta y cinco, su madre en cambio  su estatura cercana al metro noventa y cinco, siendo una mujer corpulenta con cuerpo robusto, hacía que Susana diera la apariencia de ser una niña de diez años sobre su regazo.  No alcanzando apenas apoyar en el suelo sus manos, y sus piernas no tocaban el suelo aunque estirase las piernas, durante varios minutos aguantó estoicamente, solamente con “Ayees” entrecortados al no tener tiempo entre azote y azote, por la rapidez que caían implacables resonando vigorosamente, sobre su ardiente trasero a esas alturas de la azotaina, pero su madre pretendía ser severa con su hija, pues estaba muy enfadada con ella, por ello centro sus azotes en la zona baja de sus coloradas nalgas, justo en el inicio de sus muslos logrando que su hija Susana, no pudiera aguantar el intenso fuego, en su coloradísimo trasero poniéndose a llorar a sus treinta y dos años como una chiquilla. Sonia muy excitada ante la escena.   Admirando el erotismo la belleza de la escena, sin tener en cuenta que no estaba sola como ella creía. Tenía  un perfecto ángulo de visión, del cual no perdía detalle alguno, sobre todo por la forma de contorsionarse de su prima en esos momentos por la severa azotaina, sobre las piernas de su madre a sus años, ante el intenso ardor que debía de sentir en el culo rojo escarlata, muy  brillante a esas alturas de la azotaina resaltando la rojez. Mientras seguían cayendo azotes certeros con la zapatilla a Susana.  

     Sonia acuclillada muy confiada de estar sola en el rellano de la primera planta, mantenía con los dedos de su mano izquierda apartada la braguita, mientras que con los dedos unidos índice y anular de la mano derecha se frotaba trazando pequeños círculos rápidos en esos momentos sobre su clítoris, al mantener  los labios exteriores separados  con los dedos pulgar e índice de su mano izquierda, siendo sorprendida gimiendo de placer, al estar masturbándose con los dedos de su mano derecha teniendo muy humedecido su sexo, tras tener un nuevo e intenso orgasmo, viéndose obligada a apretar los labios y los dientes para no aullar de placer y acabar siendo  descubierta… Pero… se quedó petrificada cuando una mano se posaba sobre su cabeza, mirando hacia atrás volviendo la cabeza se le helo la sangre de sus venas, al descubrir con cara de muy pocos amigos a su tío Williams tras ella,  para el  cual no pasó desapercibido descubrir  unas gotas de fluidos en el suelo de madera… 

Semanas después…

     Fascinada una joven de unos veintidós años, admiraba extasiada la casa de los Adams, así como sus jardines con rosales en flor con multicolores rosas, rojas, amarillentas, blancas, rosas. Parada  frente al porche de la entrada principal, como si hiciera tiempo que no las veía, teniendo una jardinera a los laterales del porche, con varias plantas de  enredadera que cubría los pilares así como los dos extremos del porche, que luego ascendían por el mismo hasta alcanzar saliente del tejado angular del techo, y ascendiendo por la pared y  toda la fachada de la casa.  La joven que rondaría el metro sesenta y ocho, se aproximó hacia la puerta principal, con la intención de llamar a la puerta, cuando se detuvo en ese instante al escuchar un sonido peculiar, llamándole su atención el sonido que acababa de comenzar en esos precisos instantes.  Un sonido que procedía del interior de la casa, el cual para nada le resulto ser desconocido para ella.

      Alguien de la casa estaba siendo castigada en esos momentos, pues la joven desconocida era buena conocedora de las costumbres de la familia Adams, así como su estricta disciplina con su hija y su nieta.  El sonido de los azotes le llegaba nítido para sus oídos procedentes del piso superior, levantando la barbilla miro hacia la primera planta para ver de donde  procedían, descubriendo con la mirada una ventana abierta, por la cual le llegaba con nitidez  el sonido, la ventana abierta  daba al largo pasillo. Claramente la joven debía de conocer la casa para tal deducción. Escuchaba sin dudas que alguna de sus amigas debía de tener el  trasero ardiendo,  pues estaba recibiendo una fuerte azotaina de buena mañana, por el sonido de sus Ayees de dolor así como su llanto.  Al ser una mañana fresca iba abrigada con un abrigo, que la cubría envuelta en él desde el cuello hasta debajo de la rodilla, lo que  imposibilitaba ver como vestía la joven bajo esa prenda.

    La joven dudaba  si llamar a la puerta o marcharse por donde había venido, de todos los habitantes de la zona, la casa del matrimonio Adams no era una casa cualquiera para la joven visitante.  Para ella no era ningún secreto lo que sucedía tras aquellas paredes.  Pues las veces que la había visitado anteriormente, sabía muy bien el cómo llegaba a la casa de los Adams, bien fuera por la mañana o por la tarde, pero desconocía como saldría de ella por sus costumbres retrogradas.  Pues muy rara vez había abandonado la vivienda al marchar de ella, sin salir con el culo abrasándole bajo sus bragas.

       La madre de la joven visitante o para otras señoras vecinas residentes en el valle,  las había escuchado hablar  en sus reuniones cuando era una niña, hablar que los Adams estaban detenidos en el tiempo de primeros de siglo, una época en la cual la disciplina en el hogar era una costumbre, la joven nunca tuvo dudas referente a las amigas de su madre, que debían de haber tenido serios tropiezos en su infancia en aquella casa, incluyendo a su propia madre en su deducción, en su presencia no solían hablar abiertamente, pero como todas las niñas era curiosa y solía parapetarse escuchando tras la puerta oír de lo que hablaban.

       Para los llamados caballeros o señores de la comarca, el orgullo o el honor era algo que estaba por encima de todo en la vida, no se les debía faltar en ningún caso el respeto.   Una ofensa causada por una chica o chico en aquella época, si esta era en las inmediaciones de la casa, tenía serias consecuencias para ella o él, siendo requerida su presencia acompañadas por sus progenitores por el señor de la casa, el cual se encargaba de aplicar  una estricta  disciplina.  Las cuales en muchos casos se tomaban medidas disciplinarias en el momento, dado que los habitantes se conocían entre ellos siendo  como una gran familia, por ello los jóvenes tenían que ir con pies de plomo, asegurándose bien por donde pisaban, metafóricamente hablando no era por la seguridad al caminar, si no, todo lo contrario debían cerciorarse de no cometer algún error, pues sus consecuencias las padecían al instante, por cualquiera de los señores de la zona, lo cual significaba volver a casa con el trasero bien caliente.

     La joven había escuchado infinidad de veces, hablar a su madre de aquellos señores, historias que la abuela le había contado a ella, así del cuidado que debía de tener cuando pasaba caminando por sus tierras, pues de ser sorprendida ella o con sus amigas, ellos aplicaban disciplina por  sus propias leyes. Tras la puerta sin ser vista las escuchaba hablar a las señoras, y en una de esas veces escucho a su madre, refiriéndose a las veces que ella había sido castigada por los padres de los Adams actuales, los cuales en aquellos años tenían su misma edad, refiriéndole a las señoras reunidas, como la ponían con el trasero al aire bajándole las bragas o calzones de la época, aunque estuvieran presentes los dos hijos varones de los señores, Williams y Jacques. 

     La joven siendo ya una adolescente había escuchado a su madre hablarle sobre los Adams, al contrario que hacían de niña que no hablaban en su presencia, por ello la joven le decía muchas veces a su madre, la suerte que tenía al no vivir en aquella época, pues la madre le había contado historias sobre esa familia, sin especificar que la castigaban en el trasero, pero ella lo sabía de otras veces que había escuchado a escondidas, por ello en su adolescencia la aterraban los Adams.

…..

     El solo pensar que debía ir ella esa mañana a su casa, apenas había podido dormir esa noche, teniendo sueños sobre una de aquellas historias, que la había hecho despertarse sobresaltada,  haciéndolo toda mojada no procediendo de  sudores precisamente, pues era su entrepierna la que se hallaba muy húmeda, viéndose obligada al levantarse a cambiarse de braguitas. Al igual que se encontraba el fondillo de sus braguitas en esos momentos, al escuchar el sonido de los azotes que resonaban por la ventana de la primera planta.  En esos instantes embriagada por el sonido de los azotes. El sueño de esa noche  le vino a la mente en esos instantes, recordándola como si la estuviera viviendo ella misma…

     Estando aun en su habitación esa mañana, en el fondo lo que realmente deseaba, era que llegase cuanto antes el momento de su partida hacia la casa de los Adams.  Por ello salió aquella mañana sin ni siquiera desayunar, haciendo oídos sordos a unas voces que la llamaban desde la cocina.

      Apenas había caminado unos cientos de metros, cuando recordó que se le olvidaba hacer algo, lo que le había comentado su padre el día anterior, al parecer debía pasarse por la farmacia a recoger un encargo.  Pero no le concedió importancia alguna, pues para ella solo tenía en su calenturienta mente, el deseo de llagar a la casa del abuelo de su mejor amiga María, la cual era casi de su misma edad, ella era un año y medio mayor que María. Al ser la vecina más cercana a su casa.   Desde la llegada de su madre Susana, ella solía ir a jugar con la pequeña María.  Por lo cual en innumerables ocasiones había tenido que aguantar el mal humor de los abuelos, por lo que era rara la visita que tanto María y ella misma no acabaran llorando en la casa, tras haber recibido sendas azotainas cada una de ellas.

      Aunque últimamente no había podido ir con la frecuencia que le gustaría, al tener que ocuparse de ayudar a su padre como enfermera, aún no había finalizado sus estudios de enfermería.  Hacía varias semanas desde su última visita, por lo que hacía varias semanas que nadie le calentaba el trasero.  Su padre el Sr. Johnson el médico de la zona era estricto con ella, al igual que su madre Penélope quien también la castigaba con frecuencia, pero sus castigos eran más psicológicos que prácticos.  Desde muy pequeña no recordaba que la hubieran colocado sobre las rodillas para darle unos azotes, a pesar que después de conocer a María hacia lo imposible para ser castigada por sus padres.  Pero estos la castigaban sin cenar o sin merienda, prohibiéndole salir a jugar, y otros castigos similares. 

    Por ello la noche anterior cuando su padre le hablo, que debería pasar en la mañana por la casa de los abuelos de María, de la alegría que sintió en esos momentos, dejo de escuchar  las palabras de su padre, dándole a conocer los motivos de su visita. No escucho nada de lo que le hablaba, pues  su mente ya comenzó a cavilar que podría hacer, para nada más llegar meterse en problemas.   Por ello había pasado tan malamente esa noche, teniendo pesadillas como dirían sus padres.  Aunque para ella no resultaron ser nada desagradables, pues no paraba de pensar que iba hacer para ser castigada nada más llegar, que era lo que anhelaba desde que había vuelto a casa.

      …Teniendo quince años, casi dieciséis  fue cuando conoció por primera vez a María, tras  enterarse su padre el Sr. Johnson,  del regreso de Susana hija de los Adams con su hija pequeña, al día siguiente el Sr. Johnson se pasaba por la casa a visitar a los Adams, llevando a su hija ya una adolescente con él.   Esa mañana que visito por primera vez a los abuelos de María, no es que pudiera jugar con ella, pues le extraño mucho que el primer día en la casa, ya la tuvieran castigada los abuelos por un asunto de estudios, por lo que solamente se pudo sentar junto a ella,  en la mesa del salón saludándose por primera vez.  Aunque esa vez le pareció que los abuelos eran unos seres odiosos, pues por estar hablando María con ella, vio como María le cambiaba su rostro y aterrada al ver como la abuela la levantaba de la silla, sentándose ella en la silla de María.  Viendo la adolecente perpleja como apenas a dos metros de ella, la abuela la ponía sobre sus rodillas levantándole la falda y bajándole las bragas a las rodillas, viendo  lo colorado que tenía el culo la joven María, así como si nada le importase a la abuela, la dio una larga azotaina con la mano poniéndole el culo más colorado aun.   Al terminar de darle la azotaina a María, la abuela le subió las bragas enviándola a un rincón castigada de cara a la pared. Ese día de regreso a casa con su padre llevaba un sabor agridulce de su primer encuentro con María.   Durante los días siguientes de esa semana, ella iba todos los días a jugar con su nueva vecina, pero no fue hasta la semana siguiente la que podría conocerla mejor, pues toda la semana María permaneció castigada sin poder salir de la casa, aunque la permitían hacerle compañía sentada junto a ella en el salón, siendo raro el día que no viera como la Sra. Adams, colocaba a Susana la madre de María sobre sus rodillas y la veía recibir una azotaina con la zapatilla o la propia María era colocada sobre sus rodillas, recibiendo una azotaina por dejarse  molestar  por ella.  Fue justamente el domingo de esa semana cuando la abuela cansada de que molestase a su nieta, coloco a María sobre sus rodillas dándole una azotaina, y cuando acabo con María de darle la azotaina, con sorpresa vio como la abuela la agarraba a ella colocándola boca abajo sobre las rodillas, dándole una azotaina sobre las bragas.  Esa noche cuando su padre fue a recogerla, no solamente fue el día que recibiera su primera azotaina, la cual la dejo con el culo ardiéndole como brasas al rojo vivo.  Esa noche al llegar su padre a recogerla, le ardieron las mejillas por primera vez al ruborizarse por la vergüenza que sintió,  pues tía Ingrid como ya la conocía en el presente, aunque en aquellos momentos aún era para ella  la Sra. Adams, le refirió con todo detalle el motivo que había causado y le hubiera dado una azotaina a su hija.  Como a la joven  su padre nunca le ponía la mano encima, esperaba que la defendiera ante tía Ingrid y le recriminase que le hubiera calentado el culo, pero para su sorpresa…

(Sr. Johnson)  -.  Ingrid! Sabes perfectamente que Angie es como tu propia hija, tu eres su madrina, por lo tanto eres como su segunda madre para ella, si le has tenido que calentar el trasero, será porque te ha dado motivos para ello, no eres una mujer que castigue a una adolescente sin tener buenos motivos para hacerlo… Angie! Despídete de tía Ingrid,  que nos vamos a casa!

 

     …Esa misma mañana mientras caminaba hacia la casa de los Adams, le vino a la mente una de aquellas historias que había escuchado su madre contar a su abuela, escuchando tras la puerta cuando aún era una chiquilla, la misma historia que su propia madre había vivido en su infancia.  Justamente había soñado esa noche con esa escena, pero  en su sueño era la protagonista ella, siendo resultado de haberse despertado con el fondillo de sus braguitas  muy húmedas. …Tras andar por entre unos matorrales creyéndose a cubierto, pudiendo observar al coronar los verdes prados al fondo del valle viendo su casa, al igual que desde lo alto podía ver la casa de los Adams en la parte Norte, estando la de sus padres ubicada al Este de las tierras de los Adams, bajando por la colina perdió de vista la casa de sus padres, dándose cuenta que entraba en las tierras de los Adams a pesar de las advertencias, pues el acceder a dichas tierras sin ser invitada por los Adams,  era una falta que consideraban como una intrusión a sus tierras, dado los casos de encontrar a rebeldes que entraban a robar. Por lo que se podía encontrar brigadas de hombres vigilando el terreno, corriendo el riesgo de ser encontrada por los vigilantes, con lo cual corría el riesgo de ser arrestada llevándola a la casa de los Adams, sobre todo si no se hacía accedía a la hacienda por el camino principal de acceso, y ella para acortar distancias iba campo a través esa mañana, dirigiéndose hacia el pueblo, ahorrándose casi treinta minutos de camino, pero si era descubierta siendo una causa  grave si la descubrían, por ello se escondía entre los matorrales.   En su sueño era sorprendida por el capataz de las tierras de los Adams, que al parecer rondaba por los límites de las tierras con algunos de sus hombres de la brigada de vigilancia.  Rodeando a la joven sin que ella se percatase de su presencia, hasta que al verlos aparecer los tenía ya detrás de ella, y apareciendo ante ella el capataz cortándole el paso, al tratar de huir se encontró rodeada.  La joven sabía que había cometido un grave error, pues al verles aparecer se percató que había sido atrapada  en sus tierras, apoderándose de ella el temor a las consecuencias de su torpeza.

      La joven trato de disculparse de todas las maneras posibles, pero ya era tarde para sus explicaciones, la habían abordado entre los hombres, y agarrándola por la cintura fue izada, levantándola del suelo en volandas y viéndose colocada sobre el hombro izquierdo del capataz, la joven pataleaba para que la soltase gritando,  a veces con esas brigadas el gritar la había salvado soltándola, pero en esta ocasión no le funciono al ser el capataz siendo la máxima autoridad en la zona, y este tomo medidas disciplinarias dándole unos buenos azotes en el culo, sintió como le ardía el trasero al sentir varios azotes de la mano derecha del hombre,  tuvo la impresión que aquella mano debía ser de granito,  por el dolor tan intenso que sintió y como le abrasaba el trasero,  mientras que con la mano izquierda le sujetaba las piernas fuertemente impidiéndola patalear.  Con sus  puños cerrados golpeaba al capataz en la parte baja de la  espalda tratando que la soltase, pero solo consiguió que arreciaran los azotes en su ya ardiente trasero, siendo estos más duros y fuertes.  Al no poder soportar el intenso fuego en el culo, dejo de aporrearle la espalda, aun sintiendo algunos  azotes más en su trasero, hasta que con un último y fuerte azote le dejo claro que debía portarse bien o recibiría más azotes en el trasero por aquella dura y pesada mano.

     Sobre el hombro del capataz fue conducida hacia la casa principal, aunque ella desconocía hacia donde la llevaban, pues escuchando las risas de sus hombres que iban tras ella, prefirió cerrar sus ojos para no verles reír.  Hasta que unos minutos después era bajada del hombro, poniéndola de pie mirando al rostro del capataz, la joven al ver unas vallas similares a las tierras de sus padres, pensó que la habían llevado hasta los límites de las tierras y que ahora la dejarían libre.   Pero en esos momentos en su hombro derecho sintió como una mano la hacía girarse, la mano desconocida le palmeaba su hombro haciéndola girarse, quedándose muda al ver ante ella al Sr. Williams Adams, poniendo cara de sorpresa en su rostro, haciéndola volver a la realidad…del momento.

(Tío Williams)  -.  Buenos días Angie!  No te esperaba tan temprano…!   Tu padre me dijo que debías pasar primero por la farmacia a recoger un encargo, has debido madrugar mucho para ya estar aquí y además viniendo andando!

    La joven recuperándose de la impresión causada en el primer momento,  por la aparición de tío Williams ante ella, tardo unos segundos en responder al encontrarse confusa consigo misma, en gran parte por su imaginación en la cual iba abstraída de la realidad, tardo unos segundos en reaccionar pues en su imaginación estaba absorta por la situación que se había creado,  estando el Sr. Adams con cierto protagonismo en su sueño, pues claramente iba tan inmersa en lo que había soñado esa noche, por ello tardo un poco en volver a la realidad tras  el sobresalto de ver al Sr. Adams de verdad ante ella.

(Angie)  -.  Buenos… Buenos días tío Williams!   No… me había dado cuenta que ha abierto la puerta… que me decía de unos…

(Tío Williams)  -.  No me iras  a decir, que se te ha olvidado pasar a recogerlos?

(Angie)  -. Oh! Es que… no se….- Tartamudeando pensó que lo mejor era decir la verdad. -.  Lo siento tío Williams pero al decirme mi padre que iba a venir hoy, de la alegría de poder ver a María no preste atención. Pero…Si era eso lo que me decía…mi padre, ayer… puedo ir ahora tío Williams a buscarlos,… mejor  voy a buscarlos…EH!

     En esos instantes un todo terreno frenaba en seco, deteniéndose delante de ellos ante la puerta de la vivienda… era su padre…y por su forma brusca de frenar iba enfadado, pues él no solía conducir de aquella forma alocada, algo que asusto a Angie pues su padre no le daría unos azotes, pero su tío si se los daría…

(Sr. Johnson)  -. Buenos días Williams! Aquí te traigo los inyectables que debía de traer esta sinvergüenza!!!  Ahora debo marcharme o llegare tarde a la consulta, por la desvergonzada de mi hija!!!   Pero antes me gustaría hablar contigo, referente a las notas de este trimestre de Angie.  Toma los inyectables Angie!  Y entra en la casa mientras hablo con tu  tío Williams de tus malas notas!!!

     Angie sorprendida de ver a su padre no abrió la boca, obedeciendo entro en la casa como alma lleva al diablo, quedándose muy sorprendida al conocer el motivo que deseaba hablar con tío Williams su padre, el mencionar sus malas notas la hizo estremecer, pues tío Williams le iba a dar seguro una buena zurra al entrar.  Al entrar en la casa se llevó otra sorpresa no esperada. Pues había dado por supuesto al llegar a la casa,  que Susana o María una de las dos estaba siendo castigada, pero al entrar las vio en la cocina acompañadas por tres chicas más, que al estar de espaldas a ella, no la escucharon entrar por hallarse la puerta abierta por tío Williams al salir,  solamente verlas desde la puerta la hizo poner un rostro de sorpresa, por el estado colorado de sus traseros al ver sus braguitas y como tras ribete de puntilla blanca, sobresaltaban sus redondeadas nalgas muy coloradas.     

   Pues su primera impresión fue de sorpresa al verlas vestidas exactamente igual, las cinco chicas entre ellas María su amiga y la madre Susana, vistiendo una blusa blanca, y una falda tableada a cuadros con celosía amarilla y negra, al estar ligeramente inclinadas hacia adelante al estar preparando el desayuno, les pudo ver  el fondillo de sus braguitas, y lo colorados que mostraban el inicio de sus muslos, bajo el ribeteado borde elástico de las perneras de sus  braguitas, fijándose en el bulto que resaltaba el trasero de dos de ellas. Tres de ellas se les veía la parte baja de sus bragas que no les cubría su corta falda y sus dibujos variados mostrando por el ribete del elástico, lo colorados que tenían el culo,  sobre todo dos de las chicas que estaban a su lado, a excepción de las otras dos  que podía verles las bragas viendo claramente sus dibujos, ya que apenas sus faldas se las cubría, por el bulto que les hacía el pañal en sus traseros, comprobando que tía Ingrid seguía con sus costumbres, y que debían de haber hecho algo grave para llevar pañales, pues recordó que en varias de sus visitas había visto a María usarlos e incluso ella misma los había llevado pasando mucha vergüenza.    

     Al parecer ninguna de ellas se había percatado de su presencia, por lo que guardando silencio, sonreía admirando sus colorados traseros y viendo como los movían pues debía de dolerles o molestarles mucho, pues aparte de lo que estuvieran haciendo,  al estar moviéndose atareadas, el trasero les debía de doler por la forma de mover sus caderas moviendo sus culos, debían de estar preparando el desayuno, pero aun así pudo ver como alguna mano se posaba sobre la falda o directamente sobre las bragas para sobarse el culo.  Pudo reconocer a María y a Susana aunque estuvieran de espaldas, pero de las otras tres no sabía quiénes podían ser, hasta que  Sonia se giró viéndola de pie en la puerta observándolas. Sonia la vio que estaba ensimismada observándolas a ellas y pendiente de las escaleras al verla mirar hacia ellas, de donde procedían los aullidos de dolor y el llanto de una chica, así como el inconfundible sonido de los azotes.

(Sonia)  -. Chicas tenemos visita!!!   Vaya… Si es la pequeña Angie… Vaya estirón que ha dado la mocosa, que cambiada estas! La última vez que te vi llevabas aun trenzas y coletas… Sácate ese abrigo que te vas asar de calor, teniendo tan cerca el fuego de la chimenea…

     Angie no se lo hizo repetir pues se encontraba acalorada, por lo que su padre pudiera contarle a tío Williams, sacándose el abrigo lo dejo sobre el respaldo del sofá el cual delimitaba el salón, de la cocina, viéndola Sonia y las demás que Angie vestía una  blusa azul celeste y una corta falda escocesa tableada a cuadros rojos con celosía negra.  

     Sonia fue hacia ella llevándose las manos al borde de su falda, estirándosela hacia abajo para no mostrar de mas, tratando de cubrir el pañal por la vergüenza que la viera la pequeña Angie, cogiendo el borde con los dedos estirándose la corta falda, iba darle unos besos a la recién llegada, cuando María se abalanzo sobre Angie abrazándose a ella, acabando las tres abrazadas, uniéndose Susana en el abrazo. Angie no perdió la ocasión para palparles el culo a María sobre su pañal y el culo, lo mismo que a Susana sobre sus braguitas, notando en sus manos el ardiente trasero de María y el de Susana  no tan caliente, pero si noto como Susana se estremeció al tocárselo, debió de dolerle el culo al presionarlo con su mano. Demostrando lo morbosa que continuaba siendo tras el tiempo trascurrido, pues al separarse Susana de ellas, aprovecho para abrazarse a Sonia manoseándole el culo a placer, comprobando que lo tenía mucho más caliente que su amiga María, pasando su mano sobre las bragas tocándole el pañal.

(Sonia)  -. Veo pequeñaja que no has cambiado, sigue gustándote sobarnos el culo, cochina! El tuyo está demasiado frio para mi gusto, pero como estés mucho por aquí!   No tardaras mucho en tenerlo igual que nosotras…

(Angie)  -.  Porque lleváis pañal?  Me muero de ganas por saber el motivo. .-  Sonia poniéndose el dedo índice sobre sus labios la hizo guardar silencio. -. Y… de lo otro,… eso espero que llegue pronto, no he pegado ojo en toda la noche…pensando en que travesura hacer para verme sobre las rodillas de tía Ingrid… .- Cambiando su semblante poniéndose seria al recordar que su padre estaba afuera, hablando con tío Williams de sus notas, con lo que era cuestión de minutos que le diera una azotaina, pero actuó como si nada ocurriera. -.  Me muero de ganas de volver a probar su zapatilla en mi culo…

(María)  -. Siempre igual… pensando con el culo, en vez de con la cabeza… No te preocupes, apenas te vea mi abuela veras, como te lo va a poner!!! Está muy enfadada contigo porque no has llamado, no has escrito ni una carta en todo este tiempo, aunque conociéndote lo habrás hecho expresamente para que te caliente el culo nada más verte…

(Angie)  -. Claro,… como a vosotras os calientan a menudo… pero a mí no me han dado azotes  desde el verano…

(Susana)  -. Ya te veo que eres la misma liante de siempre… .-  dirigiéndose a Sonia que seguía magreando el culito de Angie. -. Sonia! Acabemos de preparar el desayuno para que esté a punto cuando entre mi padre, o de lo contrario nosotras acabaremos a punto… Y preséntales tus amigas a Angie, aunque una de ellas está en compañía de mi madre! Pues buena le está dando!!! Bueno parece que ya no!  Ya no se la escucha aullar de dolor… aunque sigue llorando…ni tampoco los azotes…eso quiere decir que ha terminado de zurrarla! Pues llevaba rato llorando la muy borde…!!

(Sonia)  -. Carolina siempre ha sido una cabeza loca, y lo ha demostrado que no ha cambiado. Ven Angie te presento a Megan y Laura, son mis  íntimas amigas de la universidad, enseguida podrás ver a Carolina, no creo que tarde en bajar con tía Ingrid, te advierto que mis tíos no están de muy buen humor esta mañana….- Al decir que no estaban de buen humor los tíos, la dejo muy preocupada a Angie, pues ya se veía siendo castigada con el cinturón, si estaba su tío muy enfadado y eso la preocupo reflejándose en su cara. -. No pongas esa cara, no creo que se vayan a preocupar de ti, tienen otras preocupaciones más graves con Carolina, por eso la estaba castigando tía Ingrid.

     Angie se abrazó a Laura dándole un beso en cada mejilla, mientras sus manos al ser más bajita que Laura, la agarro del culo metiendo sus manos bajo la falda toqueteando a placer el culo de Laura, notando el ardor traspasar el tejido de sus braguitas manoseándoselo y  apretando con sus dedos, un hecho que no le gusto a Laura nada, empujando a la descarada la separo de ella, cruzándole la cara con una bofetada que le dejo los dedos marcados en la mejilla izquierda. Megan la saludo desde la distancia, pues vio como le había sobado el culo a Laura, con lo dolorido que lo tenía tras haber recibido una azotaina tanto Laura, como Megan  hacia tan solo unos minutos, al estar las dos en la misma habitación, cuando deberían de estar cada una en la suya aguardando a tío Williams fuese  a vestirlas.

     Las chicas siguieron preparando tostadas para el desayuno, mientras Angie acariciándose la mejilla bien marcada por la bofetada recibida, introducía en la nevera el paquete que le había entregado su padre, mirando de reojo a Laura con los ojos encendidos de rabia, en breves minutos ya tenían la mesa preparada y se sentaron a la mesa esperando a que se reunieran con ellas los abuelos.  Angie espero a ser la última en sentarse a la mesa, picaronamente para  ver cómo se sentaban las demás, rogando que el tío Williams entrara y viera las marcas de la mano de Laura en su mejilla, con la esperanza que ello le hiciera olvidarse de sus notas. Viendo como Sonia estando a su lado, lo hacía muy lentamente apoyando el trasero sobre el asiento de madera, al igual que Laura a la izquierda de Sonia.  Megan, María y Susana se sentaban enfrente de ellas, con vistas a las escaleras las cuales, también se sentaron con delicadeza al posar sus traseros, Susana fue la única que solamente hizo unas muecas al tener molestias, pues a las demás las vio hacer todo tipo de guiños y resoplidos como algún “Ayee” al mismo tiempo de Laura y Megan al unísono al posar el culo en el duro asiento.

     Poco después entraba por la puerta tío Williams claramente disgustado, uniéndose a ellas a la mesa sin decir nada mirando a Angie, con su rostro claramente de enfado ninguna se atrevió abrir la boca, la única que miraba en todas direcciones era Angie, pues iba mirando a cada una de las chicas como resoplaban al estar sentadas a la mesa, pues las vio que estaban muy doloridas. Angie aun en pie girando la cara mostro como el que no quiere la cosa, dejando ver la mejilla marcada aun con los dedos de la bofetada. Tío Williams no se había percatado de ello, y no lo habría hecho si Sonia no le hubiera dado un codazo a Angie, pues había visto las intenciones de esta, pues sabía que sucedería si tío Williams le veía la mejilla a su ahijada. Pero si vio el codazo de Sonia a la pequeña, y enfadado le pregunto porque…

(Tío Williams)  -. A ver Sonia!!!  Porque le has dado con el codo a Angie? -. En ese instante al mirar hacia Sonia vio la mejilla izquierda de Angie con los dedos marcados por una bofetada, al estar de pie a la derecha de Sonia en el lugar donde la joven iba a tomar asiento en esos momentos. -. Y a ti que te ha ocurrido en la cara? Quien ha sido la que te ha pegado, seguro que has sido tú! Sonia!!! Ven aquí que te voy arreglar yo bien… -. Furioso ayudándose de las manos apoyadas al borde de la mesa, se ayudó de estas para echarse hacia atrás y desplazarse  retirando así su silla hacia atrás, para poder colocar a Sonia sobre sus rodillas…la cual se le enrojeció su rostro del miedo, pero aun con temor tuvo valor para hablar…

(Sonia) -. No tío! Le ha tocado el… .- Angie respondió con rapidez cortando a Sonia, pues de haberle dicho que había sido por tocarle el culo a Laura, le hubiera dado la azotaina a Angie. En otras circunstancias se habría dejado acusar por Sonia, pues deseaba recibir una azotaina, aunque no del tío Williams pues si empeoraba su situación, no le iba a ir nada bien, pero en esos momentos sentía rabia hacia Laura, deseaba hacer que la castigara tío Williams por la bofetada que le había dado…

(Angie)  -.  Ha sido Laura!!! Tío Williams y sin hacerle nada, solo porque al abrazarla al presentármela Sonia, le he rozado el trasero sin querer… y me ha pegado…yo no sabía que la habías castigado…

     Laura que estaba justamente sentada a la izquierda de tío Williams, ella con rostro de espanto al verle echarse sobre ella, solamente sintió como tío Williams  la agarraba del lóbulo de la oreja derecha, haciéndola levantar de su silla atrayéndola hacia él, en breve se vio Laura echada boca abajo sobre las rodillas de tío Williams, el cual comenzó a darle azotes en el culo sobre las bragas blancas de algodón con dibujos de flores azules, dado que con la brusquedad la falda se le había levantado, escuchándose los sonoros azotes que le propinaba con la mano izquierda, dejando claramente patente su enfado,  dándole una azotaina con la mano  izquierda con fuerza haciéndole sentir lo enfadado que estaba.  Tío Williams fue tan rápido al colocarla sobre sus rodillas, que cuando Sonia trato de excusar a su amiga.  Su voz quedo ahogada por los azotes y los “ayees” de dolor de Laura, al tiempo que Laura era regañada. Mientras Sonia muy molesta miraba lanzándole rayos por los ojos  a Angie, dejándole claro con su mirada que no pensaba dejarlo así, aunque ella misma acabara con el culo en el mismo estado.  Espero a que acabase de darle la azotaina a Laura, y…

     En esos momentos Sonia y Angie vieron en Susana le cambio el semblante de su rostro, poniéndose muy seria, no únicamente por estar presenciando desde muy cerca  la azotaina que estaba recibiendo Laura, si no, al hallarse sentada a la derecha de tío Williams en la mesa, justamente enfrente del lugar que ocupaba  sentada momentos antes Laura, por lo cual ella estaba a medio metro escaso del rostro de Laura, la cual al estar recibiendo la azotaina. Susana pudo ver claramente su cara de sorpresa al verse sobre las rodillas, mirando Laura a Susana sorprendida, viéndola como ante los fuertes azotes que resonaban en la espaciosa estancia,  se ponía a llorar por la azotaina que estaba recibiendo, pues tenía el culo colorado e inflamado teniéndolo muy dolorido de hacía pocos minutos, Susana veía llorar a la pobre Laura que no se esperaba aquella reacción.

      En esos instantes por las escaleras bajaba tía Ingrid, con el cepillo de madera en su mano derecha,  y bajando detrás de ella a solo unos pasos de distancia, lo hacía Carolina viéndola muy compungida llorando, con su mano derecha secándose las lágrimas y con la mano izquierda se sobaba el culo por encima de sus bragas blancas de algodón con dibujos de lunares, rojos, verdes, azules, amarillos y negros.  Susana al estar sentada mirando hacia las escaleras, pudo ver a Carolina como se sobaba el culo con vigor, señal inequívoca de lo mucho que debía de dolerle, así como al ir bajando las escaleras pudo verla, como introducía los dedos entre el elástico ribeteado de las braguitas, que estiraba de él aligerando la presión, que ejercía el elástico de las perneras en sus ardientes nalgas. Compadeciéndose de ella al verla, pues sabia por experiencia propia lo molesto que era bajar las escaleras, al ir introduciéndose las perneras de las braguitas entre las dos medias lunas del trasero, lo cual provocaba que el elástico presionase el culo y diera la impresión de estar mordiéndole la nalga dolorida del culo, sobre todo tras acabar de recibir una severa azotaina con el cepillo de madera de baño.

     Angie al ver a Susana mirar atentamente hacia las escaleras, se giró viendo aparecer  a tía Ingrid, inmediatamente dejando su lugar en la mesa, se levantó yendo hacia ella como si no ocurriera nada por su culpa, tratando posiblemente de aliviar la tensión en la atmosfera con Sonia, que ella misma había creado al acusar a Laura.  Sin haber obtenido permiso de levantarse de la mesa, se levantó de su silla en la que se acababa de sentar, yendo a buen paso y con ello mostrando sus bragas blancas por el revuelo de su falda, pasando por el lado de tío Williams, deteniéndose a observar de cerca como le calentaba el culo a Laura, pero haciendo un alto unos segundos para poder verle el trasero colorado, no satisfecha de como se lo estaban poniendo, pues ella esperaba ver a Laura con las bragas bajadas y el culo colorado como un tomate maduro… viéndola como se retorcía de dolor sobre las rodillas echada boca abajo, pero poniendo cara de sorpresa al  verla con las bragas puestas, con clara decepción que no las tuviera bajadas. A quien se había atrevido a darle una bofetada, luego como si tal cosa no fuera con ella, siguió hacia donde estaba tía Ingrid  abrazándose a ella.

(Tía Ingrid)  -. Ya estás aquí!!  Hola pequeña!!  Sabes que estoy enfadada contigo, no me has llamado, no me has escrito una carta para contarme como te iba…. Pero algo si te voy a decir, puedes dar gracias a que estoy cansada… si no te iba arreglar el culo poniéndotelo como te mereces, mira que tener varios  suspensos este trimestre!!  Que has hecho estos meses en la universidad…es que no estudiaba o no prestabas atención en clase?  Te iba a poner el culo como te mereces,  como le están poniendo el culo a Laura!   Tu madre me lo conto  el otro día, tus padres están muy decepcionados contigo por tus notas! Pero… y esto que es?  Porque tienes los dedos marcados en la cara? Quien te ha abofeteado?

     Angie volviendo la mirada hacia donde le estaban dando una azotaina en el culo a Laura, a la cual se la escuchaba aullar de dolor llorando, mientras los azotes continuaban cayendo rápidos, con un sonido peculiar seco al recibir la azotaina sobre las bragas, escuchando lo fuertes que se los estaban dando por el enfado de tío Williams, resonando  uno tras otro  en su trasero.

(Angie)  -. Tía Ingrid ha sido esa….- dirigiendo con la mirada a Laura…

       Sonia conociendo a Angie muy bien, ya se esperaba lo que iba a decirle a tía Ingrid, pues trataría por todos los medios empeorar la situación a Laura, pues ya de pequeña era tan liante como la propia María, pues estando las dos juntas se las componían solas para meter en problemas a Susana y a ella misma, pues las pequeñas siempre convencían a la abuela. Por ello Sonia se le adelanto esta ocasión a Angie, dejándola cortada con la palabra en la boca… Pues Sonia al ver sus intenciones al verla levantarse, hizo lo mismo que Angie y cuando esta se disponía a mentir a tía Ingrid, para culpar a Laura tratando de empeorar su situación.  Sonia se colocó entre ambas dejando tras de sí a Angie, con cierto riesgo para ella misma al encararse con su tía…

 (Sonia)  -.  Tía Ingrid no la hagas caso!! Angie ha mentido a tío Williams!!!  Yo le he presentado mis amigas a Angie.  Eso es cierto, pero  esta sinvergüenza al entrar en silencio a la casa, nos ha visto el culo a todas, pues cuando he descubierto que había llegado y que estaba en la casa, nos estaba observando sin tan siquiera saludar al entrar, la hemos  descubierto espiándonos, nos ha visto lo colorado que  teníamos el culo todas, y cuando hemos ido hacia ella a saludarla  Susana, María y a mí misma nos ha tocado el culo, nos lo ha manoseado a conciencia al saludarnos y darnos un beso…tal…y como…hace… siempre. .- En ese instante Sonia tartamudeo varias veces, al ver que estaba metiendo en problemas a sus primas y así misma, pero a pesar de ello, no pensaba en dejar que Angie se saliera con la suya, por lo que continuo Sonia... -.  Luego… tía Ingrid… le… he presentado a Laura y ha Megan haciendo Angie lo mismo con Laura, tocándole el culo descaradamente haciéndole daño, pero… Laura no está… acostumbrada… como… nosotras… a sus… manoseos y le ha cruzado la cara… Quizás puede que no debiera habérsela dado… algo de culpa puede que tenga Laura, pues…quizás… no… debería haber actuado… así. .-  Sonia tras darse clara cuenta que se había sobrepasado, había hablado de más, trato en el último momento arreglar el desaguisado, pero viendo el semblante de tía Ingrid como cambiaba, se dio cuenta que no había hecho más que empeorar la situación. -. Quizás no ha debido dársela pero ella desconoce vuestras normas tía, pero Angie si las conoce y sabe lo que os molesta que nos manoseemos  entre nosotras…

    Tanto Susana y María fulminaron a Sonia con sus miradas, pues acababa de meterlas en serios problemas a ellas, no solamente a sí misma al confesar que se habían toqueteado el culo entre ellas, pero por defender a su amiga Laura las había implicado a ellas.  Cierto que no era culpable Laura, pero ahora todas iban a seguir su misma suerte por defenderla Sonia.

      Tía Ingrid tras las palabras de Sonia que se confesaba culpable, al mismo tiempo que había tratado de exculpar a Laura, cogiendo de la mano a Sonia haciéndola caminar a su lado, la condujo casi arrastras hacia una de las sillas de la cocina, rápidamente para encargarse de Sonia, la cual ocupando la silla que estuviera sentada Angie, ya tenía a Sonia sobre sus rodillas levantándole la falda y bajándole las bragas, comenzado a soltar los adhesivos del pañal, cuando su marido intervino deteniendo a su esposa. Cuando aún mantenía a Laura sobre sus rodillas llorando, con su mano izquierda posada sobre el ardiente trasero de la muchacha, que sollozaba por el fuego que sentía al abrasarle el trasero… tío Williams había escuchado a Sonia y por ello había dejado de calentarle el culo a Laura…

(Tío Williams)  -.  Cariño espera un momento antes de ocuparte de esa sinvergüenza, puesto que el problema va más allá, debemos ser coherentes con los hechos, por lo que debemos  ocuparnos de todas ellas, por lo cual será más idóneo que vayan al despacho todas!!! Y he dicho todas!!!  Parece mentira a la edad que tenéis! Y a pesar de ello, que sois ya todas  unas mujeres echas y derechas, nos ponéis en esta situación inverosímil para vuestra edad!  Pues nos lo dejáis muy claro!  Como así lo queréis, ya podéis ir preparando el culo  todas!!!  Vuestra tía  y yo mismo os vamos a quitar esas ganas de provocarnos, vamos  a calentaros el culo a todas, tu Megan también al despacho!!!  Estas metida en este embrollo que habéis provocado, ya podéis id todas a mi despacho y esperadnos en la puerta!!! Tu Carolina también al despacho!!!

     Mientras hablaba le subió las bragas a Laura, pues se las acababa de bajar al escuchar a Sonia, y  sentándola sobre sus piernas, la cual se abrazó a su cuello sollozando, aunque fue una acción breve.  Pues al acabar de hablar la hizo bajar de sus rodillas depositándola en el suelo poniéndola en pie, dándole un fuerte azote en el culo, enviándola hacia la puerta que daba al pasillo que conducía a su despacho. La cual sobándose el trasero con las dos manos, giro la cabeza hacia Sonia mirándola muy seria y moviendo la cabeza negativamente, al pasar a su lado…

(Laura)  -.  Más te hubiera valido estar con la boca cerrada, por defenderme cuando ya no había solución, pues ya me había calentado el culo a base de bien, me estaban castigando, y ya no tenía remedio.  Ya me hubiera yo ocupado de esa diablesa de Angie!!  Pero ahora en buen lio nos has metido a todas!!! Pues primero me has defendido!  Y luego me has echado a los tiburones como carnada!!! .- Laura le recriminaba a Sonia haber intervenido, mientras se frotaba el trasero con las dos manos por encima de las bragas. -. Primero me has defendido, y luego me echas la culpa que no debía de haberle dado la bofetada… Vaya joya estas hecha… niña!!! Si siempre defiendes así? Más te vale estar callada…  y encima, aun no nos has contado por qué llevas pañales…

    María que pasaba en esos momentos al lado de Laura, se la quedó mirándola…

(María)  -.  Aun no os lo ha contado? Aquí,… quien te ha defendido a ti, cuando ya no había solución posible tras la azotaina que te estaba dando mi abuelo! Esta podía haber estado con la boca cerrada y el coño cerrado también!!!   Justamente por tener el coño abierto masturbándose, ahí arriba en el rellano de la escalera… la atrapo mi abuelo masturbándose en cuclillas escondida, viendo como la abuela le daba una azotaina a mi madre, la sorprendió corriéndose a la muy cochina!!!  Tenías que haber visto la azotaina que le dio mi abuelo con su cinturón, le puso el culo de color negro a azotes y cuando se enteró la abuela…. Le cayó la del pulpo a esta, con la zapatilla!!! Desde entonces como castigo tiene que llevar pañales!  Yo los llevo porque se me escapo el pis, recibiendo una azotaina con el cinturón, mojando los pantalones a mi abuelo, la abuela al enterarse me puso pañales como castigo, pero a mí al menos para hacer aguas mayores lo pido y puedo usar el servicio. En cambio ella tiene que hacérselo encima todo, quizás por eso no os ha contado nada, porque le da vergüenza! Así lleva tres semanas y el tiempo que aún le queda… Pues la abuela aún está muy cabreada con ella  y esto no la va ayudar en nada…

(Sonia)  -. Estas más guapa callada!!! Lo sabias?

(Laura)  -.  Tú también, estas más guapa callada!!! Como en el despacho me vuelvan a castigar, no te vuelvo hablar…

(María)  -.  Pues lo tenemos crudo, guapa!  Incluso Megan que no tiene culpa alguna y no ha hecho nada, no se va a librar de la azotaina que nos van a dar a todas… y… encima Angie se saldrá de rositas como siempre…no sé cómo lo hace pero siempre se libra o recibe menos que nosotras!!!

    A los pocos minutos todas iban andando una detrás de otra hacia el pasillo, poco después  aguardaban en el pasillo frente a la puerta del despacho. Carolina sollozando aun y sobándose el culo suavemente con las dos manos con la falda levantada, acariciándose repetidamente una y otra vez moviendo las manos arriba y abajo frotándose por encima de sus bragas el trasero. Mirando a unas y otras sin saber porque estaba ella también en el pasillo. Susana mirando a Sonia con una mirada que la fulminaba en silencio, pues estaba claramente en ese embrollo por ella. Laura se acariciaba suavemente el trasero, mientras se frotaba un muslo contra otro, pues al tener el culo ardiéndole como brasas al rojo, no hacía más que mirar a Carolina como se sobaba ella el culo, se frotaba los muslos al tener el fondillo de sus braguitas muy mojadas, y sentía como unas gotas le bajaban por los muslos, pues aunque había llorado como no recordaba, con la azotaina que acababa de recibir, al dársela sobre las bragas le había encantado, aunque le dolió muchísimo.   Megan muy callada no decía nada, miraba al suelo por lo avergonzada que estaba consigo misma, pues mientras todos estaban pendientes de lo sucedido en la cocina, durante ese tiempo ella había pasado desapercibida por completo, y mientras su mejor amiga Laura estaba aullando de dolor con la azotaina, ella a escondidas tenía sus manos bajo la mesa tocándose, creyéndose que nadie se había dado cuenta de nada, hasta el momento que tío Williams se refirió hacia ella, enviándola al despacho como a las demás, al parecer él tío Williams sí de debió darse cuenta de ello. Y ahora Megan al estar junto a sus amigas, se sentía muy avergonzada de sí misma o si se llegaba a conocer lo que había hecho a escondidas. María por el contrario hablaba con Angie despreocupada, ambas estaban en un extremo comentando lo sucedido, mientras los minutos pasaban para las chicas muy nerviosas, temiendo unas que les llegase el momento de entrar al despacho, mientras otras como María o Angie comentaban la suerte que tenían, al ser castigadas juntas las dos en breve, mientras tanto tío Williams y tía Ingrid no aparecían por el pasillo.

    En la cocina tía Ingrid tomaba asiento en su silla con delicadeza, apoyando su trasero muy suavemente en el asiento de la silla, en ese momento Williams se levantaba de su silla, caminando los cuatro pasos que lo separaban de su esposa, a la cual la sujeto por las axilas impidiendo que se sentara.

(Tío Williams)  -.  Nada de eso mi pequeña Ingrid, estamos a solas por tanto siéntate en una de las sillas de las chicas, en un asiento duro de madera para sus doloridos traseros, al igual que tú también estas castigada como ellas… además me gusta  ver como remueves el culo en la silla, y esta silla no es para ti, está es demasiado blanda  y confortable al ser demasiado  cómoda para tu trasero…

(Tía Ingrid)  -. Willy podrías hacer la vista gorda por una vez!  No te imaginas como se removía Carolina, el trabajo así como la fuerza que he tenido que hacer para mantenerla  sobre mis piernas,  trabajo que me ha costado sujetarla para que no se escapase, pues tenías que haberla visto como removía el culo de un lado a otro, y como sus piernas pataleaban en el aire o como trataba de retorcerse con sus caderas al intentar  revolverse sobre mis piernas, intentando escapar a los azotes que le daba en el inflamado trasero con el cepillo. Ha sido una gozada verla eso sí, así como el escucharla llorar moqueando por la nariz, con nuestra hija o nieta no podemos disfrutar lo mismo que con estas chicas. Lástima que no le haya bajado las bragas, me hubiera encantado verle el culo como se iba poniendo carmesí. 

(Tío Williams)  -. Seguramente que sí! Y hubiera sido fantástico vérselo… Pero sabes perfectamente que ocurre con los poros de la piel, no hubieran aguantado una azotaina tan severa como se merecía Carolina.  La madera del cepillo es lo que tiene, que es un instrumento disciplinario único!! Pero tiene el defecto, que abre enseguida los poros de la piel, las otras chicas lo toleran bien, en cambio Carolina tiene una piel muy sensible, y los poros se le revientan enseguida, habrías acabado dejándole el culo en carne viva sangrando.  Una de las razones de hacerlas utilizar las bragas de algodón, es porque el tejido es más grueso que las braguitas que usan ellas habitualmente, aparte de que ya tienen el culo muy inflamado todas ellas y a pesar de lo que debe molestarles, se siguen comportando como chiquillas, ya has visto la última chiquillada de hoy.   A Laura a pesar de haberle dado una azotaina al ir a vestirla, pues las muy sinvergüenzas en vez de estar cada una en su habitación esperándome, se encontraban las dos en una misma habitación, sabiendo que debían de estar en la suya esperándome.   Tenías que haberlas visto como se ha asustado al verme entrar, cuando me han visto entrar por la puerta y las he regañado por desobedientes, estaban aterradas cuando he ido hacia ellas y las he puesto sobre mis rodillas, al bajarles las bragas he visto porque estaban aterradas, las tenían las dos tan mojadas que las podías escurrir de su estado.   Y esa sinvergüenza de Laura… Con las bragas limpias de tan solo diez minutos que las llevaba puestas, cuando la he puesto sobre mis rodillas en la cocina, ya volvía a tenerlas empapadas.

(Tía Ingrid)  -.  Y ahora… que vamos hacer con ellas?   Pues tú y yo sabemos de sobras que la culpable de todo ha sido Angie… he escuchado un motor antes?  Lo que imagino que Angie no ha pasado por la farmacia del pueblo, esa diablilla de nuestra ahijada desde su primera azotaina, siendo una adolescente y probó las mieles del spanking, ahora cada vez que viene se las ingenia sola para meterse en problemas…

(Tío Williams)  -.  Y que esperabas…? Si estuviste una semana castigando delante de  ella a tu hija y también a tu nieta casi todos los días, y cuando dabas una azotaina a María, ella se quedaba aterrada pensando que luego la castigarías a ella, al ser la verdadera culpable de distraer a María en sus deberes. Me acordare toda la vida de la carita inocente con la que se quedaba, mirando a nuestra nieta con el culo como un tomate, y mirándote a ti si ibas a por ella para ponerla sobre tus rodillas, ella miraba a María estar castigada cara a la pared y ella deseaba estar a su lado, pero en cambio se quedaba sentada aburrida al no poder jugar con María. Luego María hizo el resto, menuda pieza es ella.  De tal palo tal astilla, su madre era igual de niña, aunque ella no se dio cuenta que le gustaba recibir azotainas, o de lo que se había convertido hasta que se fue de casa. Por aquel entonces la Agencia Miller me hicieron el favor de investigarla, ella al no ser feliz con su marido ya que pocas veces tomo medidas, y cuando lo hacía no lo hacía correctamente, más bien lo que hacía era maltratarla y no se comportaba como ella deseaba, por ello volvió a casa al verse sin dinero con una adolescente. Lo que es la vida, eh?   Estoy de acuerdo contigo que la culpable es Angie,  la he pillado esta mañana escuchando como le dabas la azotaina a Carolina. Vaya susto se ha llevado cuando le he puesto la mano sobre el hombro… Pero que quieres hacer… Después de castigar a Laura, y con la confesión de Sonia estaba claro que todo había sido cosa de Angie, pero como siempre Sonia ha pecado de inocente.  A pesar de los años que tiene, ella misma no contenta con meterse en la boca del lobo, ha metido a las demás en problemas, confesando que se han metido mano entre ellas, y saben que eso es muy grave en esta casa.  Nosotros solemos a veces hacer la vista gorda cuando las vemos, pero si se meten ellas mismas en la boca del lobo, deben ser castigadas todas ellas y Megan no se librara, porque la he sorprendido tocándose y mordiéndose el labio, por ello me he dado cuenta que se estaba masturbando, con sus manos bajo la mesa, viendo como castigaba a Laura dándole la azotaina frente a ella. Fíjate que era la más mojigata de las tres, y ha resultado ser más spankee que ellas, al ser en esta casa la primera vez que la han castigado, siendo ya una mujer, pues creo que de niña si le daban azotes sus padres.

(Tía Ingrid)  -.  Acabamos de desayunar y nos encargamos de ellas, no?  Sabes que esta mañana tengo trabajo que atender, y que no puedo posponerlo más, ya debía de haber ido ayer a encargarme de Penélope Johnson, pues su marido me comunico que había vuelto a gastar más de lo debido, y que era necesario volver a ponerla en su lugar, ya sabes que al menos una vez al mes,  se hace la descarriada esposa que se gasta dinero en compras absurdas, he de hacerle la visita a pesar de la vergüenza que pasa, pues a pesar de los años, aun no es capaz de confesarle a su marido nada, a pesar que es el quien me llama cada vez que hace una trastada su esposa.

(Tío Williams)  -. Eso te dice ella? Bueno que se puede decir de John Alexander Johnson!!!  Quiere demasiado a su esposa y a su hija para castigarlas él mismo, pero si vas a su consulta podrás ver como a su secretaria la castiga con severas azotainas, no se libra de recibir cuando es necesario, y Penélope lo sabe porque ella y Maggie la secretaria son amigas íntimas se cuentan todo.  Cuando eran novios más de una vez, la pude ver varias veces  sobre sus rodillas, incluso al poco de casarse también le calentó el culo en mi presencia alguna vez, pero al quedarse embarazada de Angie cambio todo, desde entonces no ha vuelto a castigarla, muy a pesar que Penélope pone de su parte para que la castigue. Que dios coja confesada a Angie,  como llegue el día que haga enfadar a su padre, la quiere con locura y no la quiere lastimar, pero como siga así se va arrepentir la niña… Pues su padre con sus dos metros diez centímetros de estatura y se gasta el paisano un cincuenta y dos de pie, el día que le haga sacarse la zapatilla se va arrepentir, por ello lleva siempre la clásica espandenya catalana de paño liso de lona y suela de esparto llamada de “siete vetas” al estar fabricada a mano, la clásica de los payeses o agricultores catalanes. Porque le gusta castigar a su secretaria con la zapatilla, él es como tu Ingrid, es de usar la zapatilla.  Él tiene confianza en nuestra experiencia, pero no permite que me encargue yo de ella, porque es muy celoso y no quiere que otro hombre toque a su esposa, pero en cambio no le importa si se encarga de castigarla otra mujer, en su caso tú eres la idónea.  Y no le digas nada a Penélope, pero es John quien no la quiere castigar, porque ella se lo ha pedido varias veces y como no le hace caso malgasta el dinero que gana John! Tratando de molestarle para que la coloque sobre sus rodillas y la castigue como hacia cuando eran novios. Pero todo tiene su límite en la vida, y para avergonzar a su esposa lleva unos años que te la trae el mismo a ti.  Con ello consigue que durante unas semanas se comporte como es debido, pero a pesar de la vergüenza sigue probando a ver si logra que se canse!!!  Ya que somos familia en cierta forma al ser los padrinos de Angie. Pero no te preocupes porque deben de estar al caer, no creo que tarden mucho en llegar, luego subes a la sala de arriba a  la buhardilla que está totalmente insonorizada y las chicas no oirán nada, así te encargas de ella. 

….

         Williams estaba en lo cierto al decir que Penélope,  detestaba que su marido John la llevase o llamase a tía Íngrid para ocuparse de ella.  La primera vez fue una encerrona que John preparo en su casa, al no saber qué hacer con su querida esposa que no hacía más que despilfarrar dinero, utilizando a Ingrid que tampoco estaba enterada de sus planes. El artífice de la encerrona fue Williams en combinación de John que le había pedido su ayuda.  Pero debía de ser sin que ninguna de ellas lo sospechase, algo que no fue difícil por el fuerte carácter de Ingrid.  Pues para ella veía a Penélope como a una niña caprichosa y consentida, pues era cerca de veinticinco años más joven al tener cuarenta y un años.  John tenía cuarenta y cinco años cuando se casó con Penélope de veinte años, John tenía la misma edad que Ingrid.  En aquellos años John era profesor de Penélope que estudiaba medicina, a la cual en la universidad tuvo que castigarla varias veces, en aquellos años aún estaba vigente el castigo corporal, acabando por enamorarse de su profesor. Tuvieron por aquel entonces marcharse los dos, al quedar desprestigiado en la universidad al casarse con una alumna y ella abandono su carrera.  

      Dicho día habían quedado para cenar en casa de matrimonio, pero Williams acudiría a la hora de la cena.   Williams como buen conocedor de su esposa, sabía que si la picaba un poco John, esta acabaría con su límite de paciencia, no siendo nada difícil que ocurriera si lo hacía bien, por ello estando en las habitaciones John pico a Penélope que le hiciera a Ingrid, un pase de los modelitos que se había comprado. Diciéndoselo en un tono socarrón a su esposa, aprovechando que se había comprado un monto de vestidos sin hacerle falta, justamente hacia una hora que habían discutido, teniendo una fuerte discusión justo poco antes de llegar Ingrid, Penélope hizo un  intento hacerle enfadar para ocuparse de ella, en ese momento llegaba Ingrid entrando en la casa encontrándose con el panorama, la cual se enteró por el propio John de la discusión, y al pedirle a su esposa que le hiciera el pase de modelitos, estando aun enfadada al no lograr su objetivo, se puso a cambiarse de modelitos delante de Ingrid, la cual viendo con el descaro que desfilaba, como Williams había sospechado perdería la compostura, acabando Penélope sobre sus rodillas boca abajo recibiendo una azotaina con su zapatilla, pues ya en aquellos años ya la utilizaba como nadie, llevando una en el bolso por si era necesario tener que utilizarla.   Desde ese día para la vergüenza de Penélope, cada vez que se excedía comprando John llamaba a Ingrid, acudiendo a darle su castigo a Penélope.  La descabellada argucia de John y Williams salió a las mil maravillas.

(Tía Ingrid)  -. No exageres tanto… si nos lo pasamos nosotros mejor que ellas, no hay más que verte lo fogoso que estas estos días…en la cama!!!

(Tío Williams)  -. Cuida ese  vocabulario o veras como te dejo el culo!!!

     En esos momentos entraba por la puerta la pareja que esperaban…

(Sr. Johnson)  -.  Quien es más fogoso…? Porque como me saque la zapatilla Ingrid…Veras tú!

(Tía Ingrid)  -.  Nooo… Que me das miedo! Pero desde que tenemos invitadas en casa, cualquier día nuestra cama se va a partir en dos!!! Hace horas extra!!!

(Tío Williams)  -. Ingrid!!! Se acabó!!! Te he avisado, ya que estas aquí John, llegas justo a tiempo,… Haz los honores y que pruebe tu famosa zapatilla, justamente estábamos hablando de ellas.

(Sr. Johnson)   -. Pues por mí no hay problema, veras como va a bailar sobre mis rodillas!!!

    Ingrid al ver a su marido serio, vio que no estaba bromeando así que se levantó de la silla, avanzando hacia las escaleras huyendo de la recién llegada pareja, parándose a escasos metros rezando para sí misma que John no le tomase la palabra a Williams.  Pero este conocía bien al marido de Ingrid, sabía que no lo decía en broma por su tono de voz. John Alexander Johnson con paso decidido, avanzo hasta donde estaba Ingrid, la cual vio con sorpresa, como acabo bajo su brazo sujeta en volandas por la cintura,  cargando con ella bajo su brazo derecho mientras Ingrid pataleaba fingiendo estar aterrada, ya que se reía al llevarla así…como si fuera una niña.   Así la llevo hasta una de las sillas en la que tomo asiento dejando en el suelo a Ingrid de pie a su costado, la cual se quedó algo perpleja pues esperaba que la hubiera colocado sobre sus amplias piernas boca abajo, pero lo comprendió rápido el porqué. Ya que John con decisión se subió la pernera derecha del pantalón por debajo de la rodilla, viendo ensimismada Ingrid como se desataba de la pantorrilla los cordones entrelazados y atados a media pantorrilla, descalzándose sacándose  la famosa zapatilla, observando Ingrid con los ojos abiertos  como platos al blandirse en el aire en forma de  vaivén por su flexibilidad, la zapatilla era gigantesca al ser del número de pie de talla del cincuenta y dos, agarrándola por el talón con su mano derecha, se incorporó rodeando con su brazo derecho armado con la zapatilla,  la cintura de Íngrid al tiempo que la atraía hacia él, dejándose ella que la atrajera hacia él, la hizo echarse sobre sus rodillas boca abajo.  En breve ya tenía la falda tableada plisada por debajo de la rodilla, la cual se la levanto con las dos manos tras dejar la zapatilla sobre su espalda. Con parsimonia fue levantada y doblada en varios dobleces la larga falda sobre su espalda, dejándola con las bragas de algodón blancas con rosas amarillas de buen tamaño, siendo unos colores muy llamativos y horteras por lo chillonas que resultaban sus bragas cubriéndole el trasero, pero solo fueron por unos instantes, ya que introduciendo los dedos en la cinturilla le bajo las bragas a las rodillas, sin más, sintió de buenas a primeras lo que abrasaban sus nalgas con la zapatilla de suela de siete vetas de esparto, sintiendo porque su marido le había hablado de ella, dándole la razón que resultaban temibles, pues la estaba sintiendo en su todo  trasero, comprobando como se lo abrasaba a cada azote que recibía.  John al verla como tenía el culo de morado, no se extrañó nada que lo tuviera en ese estado, pues conocía bien a Williams y lo experto que era en su trabajo, no sintió ninguna lastima por ponerle en breves instantes el culo como un tomate maduro a Ingrid, la cual trato de soportar el aluvión de azotes con aquella zapatilla del cincuenta y dos, la cual por su enorme tamaño le abarcaba prácticamente  las dos nalgas a pesar de la robustez de sus nalgas, resultándole imposible a los pocos azotes no ponerse a patalear igual, que hacía unos minutos al hablar ella misma de cómo pataleaba Carolina, pues en esos momentos Ingrid aún se movía mucho más,  sintiendo arder su trasero a cada impacto de aquella zapatilla, maldiciendo como siendo tan ligera le  pudiera arder tanto el culo con esa zapatilla. Las lágrimas de toda una señora de sesenta y cinco años no se hicieron de rogar, pues la zapatilla estaba causándole estragos en su trasero, que lo sentía arder como el mismísimo infierno. 

      Después de diez largos minutos la dejo incorporarse de sus rodillas,  poniéndose en pie al tiempo que se inclinaba y subiéndose las bragas con cuidado al pasárselas por el trasero, dejando caer la falda por su propio peso, sobándose posteriormente con vigor el culo, haciendo todo tipo de guiños que se dibujaban en su rostro congestionado, pues le ardía horriblemente, maldiciendo para sus adentros aquella zapatilla endiablada,  que la había zurrado a base de bien, comprobando ella misma las palabras de Williams y de lo estricto que era en el uso de la maldita zapatilla.  Cuando pasado unos minutos cogió resuello…y llenando sus pulmones de aire, pues tenía pensado decir algo que no le iba a sentar nada bien a John Alexander Johnson, sabiendo que eso le podría costar una nueva azotaina, pero le había gustado y deseaba probarla de nuevo…

(Tía Ingrid)   -.  Llévate esas malditas zapatillas o les pego fuego, guau como duelen…Son odiosas les voy a pegar fuego como las dejes por ahí…!!!

    No pudo seguir hablando Ingrid, pues sus palabras molestaron a John Alexander Johnson, tal y como Ingrid esperaba, lo cual al tenerla aun  a su lado la hizo inclinar bajo su brazo izquierdo, al tiempo que él arqueaba su pierna para sostener a Ingrid sin poderse mover, levantándola en volandas del suelo, Williams que estaba a dos pasos se le acercó a ella y le ayudo a John  a levantarle la falda a su esposa y bajarle las bragas de nuevo a las rodillas, nuevos azotes de la zapatilla volvieron hacer abrasar el culo a Ingrid, la cual se vio sorprendida que su marido le sujetase la falda, mientras John le asestaba fortísimos azotes en el culo de nuevo, volviendo las lágrimas aparecer en sus ojos,  fue una azotaina en toda regla que hacía a Ingrid patalear como una mocosa, agitando sus piernas arriba y abajo o lanzando patadas al aire, siendo muy muy rápidos y certeros los azotes que resonaban en la cocina y el salón. Al dejarla en el suelo se sobaba con desesperación el culo sobre la falda subiendo y bajando sus manos frotándose con fuerza, sintiendo como al incorporarse sus bragas caían a sus pies por sus saltos que daba por la manera que le ardía el culo, acabando por salírsele las bragas por sus pies pisándolas.

(Sr. Johnson)  -. Vuelve a referirte así a las zapatillas y te pongo sobre mis rodillas de nuevo!!!

     Penélope fue la que recogió sus bragas del suelo, riéndose al ver como se frotaba el culo, se las entregó a Ingrid, aunque tuvo que esperar a que se las pudiera entregar,

(Penélope)  -. Me ha gustado verte que te hagan patalear, igual como me haces a mi patalear cuando me zurras!  Que rápido has logrado que John te zurre, y yo en cambio nada de  nada…

      Ingrid viéndola sonreír porque la había zurrado su marido, puso rostro severo mirándola, y una vez que Ingrid dejo de estar ocupada durante unos segundos  sobándose el culo, antes de corresponder del gesto y aceptar sus bragas.  Le hablo a Penélope esposa de John,  pero antes de hablar  miro a ver dónde estaban los hombres por si acaso…

(Tía Ingrid)  -.  Vaya marido tienes hija, “AUuuu” como duelen las condenadas zapatillas, yo no le llego ni a las suelas con las mías…

(Penélope)  -.  Ya me gustaría sentirlas como tú, pero conmigo no las quiere usar…

(Sr. Johnson)  -.  Os estoy escuchando!!! Y si contigo no te doy con ellas, es porque cuando me enfado no respondo, no puedo controlar mi mal humor… Sabes que no te quiero lastimar…

(Penélope)  -. Excusas! siempre las mismas excusas…!!  Si me tiene alguien que castigar prefiero que seas tú, aunque no te controles… veintidós años escuchando la misma escusa, si eres severo será porque lo merezco, y eso que hago méritos a postas!!!

(Tío Williams)  -. John!!  Tu esposa te está hablando de una forma que yo no se lo consentiría a Ingrid…

(Sr. Johnson)  -. No creas que no tengo que hacer esfuerzos para no ponerla sobre mis rodillas…

(Penélope)  -. No cal que insistas Williams, siempre está igual, que si esto o que si aquello, o no me controlo… siempre igual… o es que se cree que cuando me trae a que  Ingrid, se ocupe de mí!!!   No me hace llorar cuando se encarga ella de castigarme? Porque lloro a mares…y me deja el culo morado varios días…

(Sr. Johnson)  -.  En casa hablaremos…

(Penélope)  -. Es que no dices siempre que esta es nuestra casa? O solamente lo es cuando te interesa, no le has visto el culo a Ingrid…? Qué más da me lo vea a mi Williams que es de la familia!!! No dices eso siempre, que Williams es como un hermano para ti…

(Tío Williams)  -. Penélope perdona que te lo diga, pero te has pasado…

(Penélope)  -.  Porque me he pasado? Es que cuando éramos novios no me sacudió más de una vez en tu presencia, y entonces tenía el culo más bonito  o  igual que ahora…N…

     No pudo Penélope continuar hablando, porque John la agarro causando el revuelo de su falda ondulada circular del coqueto vestido, la cual se le levanto al llevar el vestido ajustado a su cintura por el cinturón de mismo vestido que ceñía su esbelta figura, viéndosele las bragas blancas así como sus bien torneadas piernas sin medias, llevándola arrastras hacia la silla, que había ocupado hacia unos instantes con Ingrid, colocando a su esposa sobre sus rodillas a la cual le levanto la falda negra ondulada circular, dejándola en braguitas azules color que le encantaba a él y por eso se las ponía ella, introduciendo los dedos en la cinturilla se las bajo apareciendo unas preciosas nalgas blancas, a las cuales comenzó a zurrar con la zapatilla vigorosamente, haciendo llorar a su esposa desde los tres primeros azotes, aunque no es que fuera por el dolor, es que siempre lloraba enseguida incluso cuando la castigaba Ingrid, soportaba muy mal el dolor y esa mañana le estaba doliendo como nunca, por lo que estuvo llorando durante toda la azotaina, la cual duro varios minutos poniéndole el culo muy colorado, durante casi quince largos minutos estuvo llorando a lagrima viva, pero al contrario que Ingrid que había pataleado y separado las piernas, Penélope aceptaba sumisa la azotaina sin apenas agitarse, aunque la azotaina le dolió horrores mientras la recibía.  Cuando el marido la dejo levantarse con el culo completamente de un colorado escarlata brillante, lloraba a mares mientras se acariciaba el culo a dos manos, su rostro bañado en lágrimas que descendían por sus mejillas, pero en sus labios se dibujaba una tenue sonrisa de felicidad, abrazándose a al cuello de su marido el cual la consoló acariciándole la espalda, mientras ella no paraba de sobarse el trasero del fuego abrasador que sentía en él. 

(Tía Ingrid)  -.  Como estas Penélope? Como te encuentras?

     Penélope trato de responder a Ingrid, aunque al estar sollozando e hipando tras recibir la azotaina con la zapatilla, comprobó lo severo que era su marido y que él tenía razón, pues la azotaina le dolió demasiado, pues hacía años que no la colocaba sobre sus rodillas, pero a pesar de tener el culo abrasándole como si tuviera brasas al rojo vivo, se vio en la necesidad de esperar unos segundos y  coger aire respirando hondo, pues a pesar de lo que le había dolido la azotaina y lo mucho que había llorado recibiéndola, se sentía así misma muy bien, con la mirada perdida recordaba cómo había actuado Williams con su esposa, así como había incitado a John su marido,  para que le diera la azotaina a su esposa Ingrid.  En esos momentos recordando esa situación con Ingrid y recordando cómo le había puesto el culo, respondió a su amiga Ingrid sonriendo pícaramente…

(Penélope)  -.  Ingrid. Que como me encuentro? UFFF… Pica…pica el culo…  Estoy para que John me coja bajo su brazo y en volandas me lleve corriendo a casa  y ver si partimos la cama…

   Al responder a Ingrid de esa manera tan descarada, Penélope se sintió zarandeada mirando a su amiga, pues a espaldas de ella John la había agarrado del brazo y atrayéndola hacia él, arrojándola tal y como la hacía girarse,  bruscamente la coloco sobre sus rodillas nuevamente, levantándole la falda ondulada negra con rapidez. Aún mantenía en su mano derecha la zapatilla, comenzando a propinarle de nuevo una azotaina a su esposa, la cual aún tenía las bragas bajadas en sus rodillas. Acabo igual que Ingrid al llegar a la casa, sobre las rodillas de nuevo de John, dándole una nueva azotaina tras levantarle la falda, en esta ocasión si pataleo con sus piernas, pues su marido estaba muy furioso con ella por utilizar ese vocabulario, con lo cual esta vez le daba la azotaina con más fuerza que la anterior, haciéndola retorcerse sobre su regazo y agitando las piernas alocadamente por lo mucho que le dolían los azotes en su ya muy abrasado trasero, llorando nada más colocarla sobre sus rodillas.   A pesar de la envergadura de su cuerpo, tenía serios problemas para mantener a su esposa sobre sus rodillas, con lo cual la coloco sobre su muslo izquierdo,  subiéndole la falda totalmente por encima de la cintura, con lo cual deposito a su esposa sobre su pierna izquierda,   Penélope con su sexo apoyado por encima de la rodilla de su marido, se frotaba el sexo sobre el pantalón, separándole así sus piernas quedando su sexo muy expuesto.  Con la pierna derecha de John, se la paso por encima de las de su mujer inmovilizándoselas para que no pudiera patalear, la zapatilla caía a los  pocos segundos una y otra vez sobre el totalmente indefenso trasero, haciéndola aullar de dolor a cada azote de la zapatilla que se blandía sobre sus nalgas, doblándose la zapatilla juntándose la puntera del empeine, con la mano derecha con la cual   sujetaba la zapatilla.  En esta ocasión la azotaina duro mucho más que la primera, dejándole el trasero con claras zonas del color de una berenjena. Cuando la ayudo a reincorporarse la coloco sobre sus piernas sentada, Penélope le pasó la mano derecha por el cuello a John abrazándose a él, apoyando la cabeza sobre su pecho, mientras lloraba desconsolada por el intenso dolor de su culo desnudo, mientras  su mano izquierda se lo sobaba así misma.  John Alexander Johnson la acurrucaba contra su pecho, con su mano derecha habiendo dejado caer la zapatilla, le acariciaba la espalda suavemente, mientras con la izquierda le acariciaba el culo ardiente, al tener la falda toda arrugada por encima de su cintura, por lo que mostraba Penélope su cuerpo desnudo de cintura hacia abajo sin importarle.

(Sr. Johnson)  -. Ya ves lo que ocurre si me haces enfadar, te he puesto el culo morado! .- John le hablaba en el oído a su esposa en susurros, que Williams y Ingrid que estaban a pocos metros no le escuchaban, aunque John les veía como les miraban. -. Ya ves lo que me has obligado hacerte…

(Penélope)  -.   Gracias… Pero aun así… prefiero que seas tú, quien me… ya me entiendes…

(Sr. Johnson)  -.  Ahora mi pequeña te vas avergonzar? Después de lo descarada que te has comportado, obligándome a zurrarte de nuevo…

(Penélope)  -. Ha valido la pena esperar veintidós años… a que te decidieras como hacías cuando éramos novios, entonces no lo dudabas… y no dabas nada flojo.

(Sr. Johnson)  -. Sabes que me has mojado el pantalón? Eres una cochina!!

(Penélope)  -.  Y que esperabas…

(Sr. Johnson)  -. Pues prepárate al llegar a casa… te voy a dar una de bien buena por estar desnuda delante de los voyeur  de Williams e  Ingrid que nos están mirando!

(Penélope)  -. Oh!

      En ese instante trato de bajarse la falda cubriéndose, John la dejo en el suelo. Agachándose él para subirle las bragas a su esposa ajustándoselas a la cintura, siendo necesario volver a mostrar su desnudez para subírselas levantándole la falda…

(Tío Williams)  -. Para cuando pareja…?  Parecéis tortolitos hablando en susurros!  Vosotras dos deberíais ir a arreglaros esas caras llorosas, así no podéis presentaros ante las chicas, aunque no vais a poder sentaros cuando nos ocupemos de ellas… deberías encargarte de tu hija, ya va siendo hora que conozca a su padre, sobre todo cuando se saca la zapatilla… Antes habíamos hablado que me encargase yo por sus malas notas, pero el más indicado de hacerlo eres tú, será una sorpresa para ella. Y no debes preocuparte por lo que pueda pensar tu hija, ella es más spankee que tu esposa o al menos igual…

(Tía Ingrid)  -. Menuda sorpresa se va a llevar, y no te dejes influir porque se ponga a llorar enseguida, es como tu esposa! Se pone a llorar enseguida pues no soporta nada el dolor, pero en cambio ella lo hace porque es demasiado picara!  Se cree que no nos damos cuenta, piensa que así se libra de recibir como las demás, pero hoy de nada le va a servir llorar, porque hoy tenemos sobrados motivos para castigarla de verdad, y todos estamos muy  enfadados con ella por sus malas notas!!!

(Sr. Johnson)  -. Siempre he pensado que erais equitativos a la hora de castigar vuestras pequeñas, y que tratabais por igual a Angie, al igual que tu sobrina, tu hija o tu nieta!

(Tío Williams)  -. Por supuesto que somos equitativos por igual.  Pero eso no tiene nada que ver con la forma de corregirlas, es sencillamente que Angie es más inteligente que ellas, se las sabe ingeniar como ella sola, cuando hace las travesuras es como si las tuviera calculadas antes de hacerlas, se las ingenia para que ella sea la inocente, siempre cogemos a las demás con las manos en la masa, mientras Angie aparece ante nuestros ojos como la víctima, siendo culpable por estar al lado de las demás, pero manteniéndose al margen de ellas.   En alguna ocasión la hemos pillado infraganti, y esas ocasiones ha recibido ella sola por las dos.  Pues en esos tiempos Sonia aun no vivía con nosotros. Pero Angie nunca es acusada por las demás, pues ellas conocen bien que si culpan a alguna de algo que hayan hecho,  deben de estar bien seguras de ello, porque de lo contrario el castigo lo reciben ellas. Excepto esta mañana… Pues se ha ido a meter con una de las amigas de Sonia, Laura. Y esta le ha cruzado la cara a tu hija.  Cuando he entrado después de hablar contigo, la he encontrado con la mejilla marcada con los dedos de una mano, he preguntado qué había sucedido, y Sonia iba a hablar, pero Angie más viva la ha cortado diciendo que había sido Laura.  Para la desgracia de la muchacha, ella estaba sentada a mi lado, nada más enterarme la he colocado sobre mis rodillas inmediatamente.  Cuando ha bajado mi esposa Ingrid de ocuparse de Carolina, tu hija ha ido a saludarla corriendo.  Ingrid al abrazarla no se le ha pasado por alto, cómo tenía la mejilla marcada. Tu hija debería estar muy desairada con ella por la bofetada e iba a excusarse de nuevo culpando a Laura, pero en esta ocasión Sonia se había puesto entre medias de tu hija y su tía Ingrid contando lo ocurrido de verdad.    Al parecer al ver en la entrada a tu hija, mi sobrina, mi hija y sobre todo María, mi nieta!  Han ido abrazarla y tu hija ni corta ni perezosa les ha magreado el culo a las tres, algo que tienen totalmente prohibido hacer entre ellas. Siempre y cuando no nos enteremos son libres de actuar, pues es normal que chicas spankee´s como ellas, se masturben e incluso se puedan acariciar, pero eso sí! Que nosotros no nos enteremos, porque de enterarnos se ganan una buena…  Como te iba diciendo… Sonia le ha presentado  sus amigas a Angie, y por lo que hemos sacado en claro, Angie ha abrazado a Laura tocándole el culo a conciencia como a las otras tres había hecho poco antes, pero Laura que acababa de recibir una azotaina en su habitación por mí, tenía el culo dolorido y se ha separado de Angie empujándola, al tiempo que le cruzaba la cara.  Por lo que se puede deducir, que yo he puesto a Laura sobre mis rodillas calentándole el culo bien, sin tener culpa de nada la muchacha, pues… hablando  y que quede entre nosotros, es una reacción lógica la que ha tenido Laura al cruzarle la cara…   Sonia como era su amiga íntima, la ha defendido a capa y espada ante nosotros.  Angie al mantenerse callada al ser acusada, nos ha desvelado claramente quien de las cinco era la verdadera culpable.  Por lo que ahora será  castigada seriamente por ese motivo, sumándole las malas notas que ha sacado este trimestre en la universidad.   Pero ya ves lo que son las cosas…  Sonia al defender a Laura, no se ha dado cuenta que al defenderla explicándonos lo sucedido, acababa de poner en riesgo a mi hija, mi nieta y así misma al reconocer que se habían magreado el culo, pues conociéndolas bien, ellas no se habrán quedado dejándose tocar. También se lo habrán tocado a tu hija. Así que ahora tenemos a siete chicas entre los veinte y treinta y cuatro años para zurrarles el culo en mi despacho donde nos aguardan, esperándonos que vayamos y nos ocupemos de ellas…

(Sr. Johnson)  -. Deberías ir al colegio Williams!  Yo  cuento cuatro chicas solo, pues esa Laura ya ha sido castigada por error, y la otra que desconozco su nombre no ha hecho nada al parecer pues no  la mencionas, al igual que la séptima que no sé quién es…

(Tío Williams)  -.  Son siete John! Son siete!!  Además no estaría mal que me echases una mano con ellas, pues Ingrid ya la has visto como lleva el culo de morado, y con la azotaina que la acabas de dar, no creo que este en situación de encargarse ellas.  Te cuento…  A Laura se ha ganado unos azotes, porque la muy cochina… se ha corrido estando sobre mis rodillas, es una acción obvia no lo podemos negar, pero está muy feo que lo haya hecho tan descaradamente!!!  Suspirando y estremeciéndose de placer estando sobre mis rodillas.  En cuanto a tu hija Angie ya conoces los motivos. También he de encargarme de Sonia, al igual  y por el  mismo motivo mi hija Susana, como no, mi nieta María.  Carolina por que anoche castigue a Sonia por su culpa y ella se libró de malas maneras.  Que ella es de la que no sabes nada, y luego la que llamas desconocida, es Megan, porque mientras estaba dándole la azotaina a su amiga y compañera, la muy cochina se estaba masturbando a escondidas teniendo las manos bajo la mesa, entre el escándalo que se ha formado, se ha debido creer  que nadie la había visto.

(Sr. Johnson)  -. Estoy de acuerdo que se la merecen todas ellas, pero porque tienes que ocuparte tu solo, yo podría ocuparme de alguna o de todas ellas.

(Tío Williams)  -. Debes de estar cansado después de haberle dado dos azotainas a Ingrid y dos azotainas más intensas a Penélope en pocos minutos…

(Sr. Johnson)   -. Sabes?  Me gustaría encargarme de las siete, no siempre tengo el placer de poder ocuparme de siete mujeres, con perdón por hablar así de tu hija y nieta.  Estoy pensando que a Angie le vendría bien esa lección de ser la última en recibir, la angustia de esperar su turno la carcomerá por dentro, que te parece Williams?

     En esos momentos bajaban las escaleras Ingrid y Penélope las dos muy sonrientes sobándose el trasero descaradamente mirando hacia sus maridos, los cuales al tenerlas a su lado, tío Williams le dio una palmada en el culo a Ingrid y John lo imito dándosela a Penélope.

(Sr. Johnson)  -. Muy descaradas bajáis las dos, no os parece desvergonzadas?  Creo que os merecéis otra azotaina, tu qué piensas Williams? 

(Tío Williams)  -. Si no estuvieran las siete muchachas esperando nerviosas, nos podríamos  ocupar de estas dos sinvergüenzas…

(Penélope)  -. A saber lo que estaban organizando estos dos…pájaros!  John le he pedido prestadas unas bragas  a Ingrid, las mías que llevaba estaban…

(Sr. Johnson)  -. Pero que descarada te estas volviendo tú! .- Levantándole la falda les hecho una ojeada a las bragas, dándole una sonora palmada sobre ellas. -. Bonitas braguitas… desconocía esa faceta de ti Ingrid, no sabía que las usaras tan coloridas…

(Tía Ingrid)  -. No son mías John!  Las mías le van grandes a tu mujercita, se le caerían por si solas al suelo, tu mujer  tiene talla de niña, esas braguitas son de mi sobrina Sonia… Y no digas eso de mis bragas porque ya las has visto lo chillonas que son, así le gustan a este…

(Tío Williams)  -. Este tiene un nombre, Eh! “Está claro”!!!  Bromas aparte! Pues cuando estabais en el baño arreglándoos, estábamos hablando como ocuparnos de las chicas o el volver a daros una azotaina a cada una de vosotras, por lo sinvergüenzas que sois!!!  Pero después de calentar vuestros traseros, John Alexander Johnson me estaba proponiendo ocuparse el de todas ellas!!!  Que te parece a ti, Ingrid? Así nosotros estaríamos observando cómo se encarga de las muchachas, estaremos muy cómodos en el sofá sentados, al menos yo!!! Vosotras no creo que estéis muy cómodas!  Lo único que te pediría  John, es que con Laura y Sonia no seas muy estricto con ellas, van bien servidas las dos! Laura no es tan grave lo que ha hecho, de Sonia esta madrugada ha recibido una buena azotaina, por haberme despertado en mitad de la noche, aunque la culpable ha sido Carolina, y encima ella se ha librado por comunicar su deseo de marcharse de la casa. Pero esta mañana estaba muy arrepentida y la hemos dejado quedarse. Por ese motivo ya ha sido castigada, pero queda pendiente que Sonia haya recibido esta noche una azotaina por su culpa, al presentarse de madrugada en su habitación.  Y de las demás solo tienes que poner en especial atención con Carolina, pues Ingrid le acaba de calentar el culo de buena mañana con el cepillo, pero ya sabes lo que ha hecho y es algo que no está nada bien, lo dejo a tu criterio ya te he contado los motivos porque deben ser castigadas todas ellas, en cuanto a tu hija… como creas conveniente ocuparte de ella, pero va a ser toda una sorpresa cuando conozca que te vas a encargar tú, cuando vea que es su papá quien le va a calentar el culo… Pues nunca le has dado unos azotes, y no será porque no se los mereciera… las has consentido demasiado todos estos años… al igual que a tu esposa Penélope!  Espero que después de hoy se te hayan abierto los ojos, ya has visto la muy… “Cochina”  como te ha dejado la pernera del pantalón de mojada… Bueno y no solo ella, Ingrid también te la ha dejado buena…

(Sr. Johnson)  -. No me lo recuerdes!! Mira como los llevo!!!  Si fuera por mí… os volvía a poner sobre mis rodillas…

(Penélope)   -. Por mi cuando quieras… .- Al hablarle  se levantó la falda por detrás, dejando verle las bragas de algodón blancas con florecillas rojas visibles, y segundos después se las bajaba ella misma, mostrándole el culo que ya se le estaba poniendo morado, el cual fue hacia ella, pero ella subiéndose las bragas hecho a correr, teniendo que detenerse a los pocos metros por el dolor en el trasero, teniendo que sobárselo por las punzadas que sintió en las inflamadas nalgas… -. “Ayee”  como duele…!!!   Pero me encanta…

(Sr. Johnson)   -. Os dais cuenta!!!  Me habéis pervertido a mi esposa, pero la veo tan guapa como cuando tenía veinte años… tiene él mismo aura de felicidad en su rostro, después de haberle calentado el culo, esta tan preciosa como Ingrid, también tiene ese aura en su rostro que refleja lo feliz que esta, a pesar del estado de su trasero…

(Tía Ingrid)  -. No te creas que siempre una está de esta manera, cuando hago una trastada y la hago yo, espero que luego Williams se ocupe de corregirme, al igual que deberías hacer tu con Penélope, a la cual hacia virguerías para llamar tu atención y no se la prestabas.   Eso es similar cuando tengo un error, el cual es real sin yo provocarlo, lo cual no es buscar las consecuencias, es simplemente porque ocurren cosas.   Y… esta Williams que aunque no sea provocado, me arregla igualmente quiera yo o no quiera!  Entonces te aseguro que no tengo esta aura como dices, pero es a lo que te arriesgas cuando vives con un spanker.   Pero luego cuando lo recuerdo y el culo ya no me duele, reconozco que me lo merecía aunque el motivo no lo hubiera provocado para ser castigada.

(Tío Williams)  -. Quien te dice que cuando no lo deseas y cometes un error fortuito  yo no me doy cuenta?  Te has parado a pensar cuando esas situaciones se dan, porque no soy tan estricto contigo?  Aunque con la azotaina te haga llorar igualmente? Primer síntoma notorio que hace que me dé cuenta, lloras enseguida en esos casos! Segundo síntoma visible, tus bragas están secas! Y no estas nada mojada en esos casos!   Pero estés mojada o tus bragas secas o llores enseguida!!!  Si haces algo que está mal, aunque esto sea sin desear castigo, acabas de reconocer que has hecho algo mal, y en ese caso es indiferente si lo has hecho a cosa hecha o no, el castigo es merecido de todas…todas!!!

(Tía Ingrid)  -. Vale… GRRR.. Eso es lo peor de todo! Que siempre tiene la razón!! Bueno Penélope vienes conmigo?  Mientras vosotros acabáis de hablar, que tal si nosotras dos nos adelantamos a quitarles los pañales a Sonia y María, para ser castigadas y cambiarles las bragas si están mojados sus pañales,  me acompañas Penélope?

….

     Llevaban casi una hora esperando en el pasillo, estaban muy nerviosas mirando continuamente hacia la puerta de acceso al pasillo desde el salón, habían podido escuchar ruidos que procedían desde la cocina, algo que acababa por ponerlas más nerviosas, pues aquellos ruidos eran inconfundibles… eran azotes con toda seguridad, al igual que habían escuchado aullidos de dolor, y sobre todo llorar durante varios minutos.  Pero ninguna de ellas se atrevió acercarse a la puerta y así averiguar quién lloraba al otro lado.  Al llegar hasta ellas el silencio al otro lado de la puerta, comenzaron a ponerse cada vez más nerviosas y temerosas de que les hubiera llegado la hora. Durante unos primeros minutos se habían estado culpando las unas a las otras, haciéndose todo tipo de reproches entre ellas. Incluso se habían llegado a empujar entre ellas por su enfado.  Sobre todo Angie culpaba a Laura por su situación, al estar aún muy disgustada por la bofetada. Aunque la realidad para Angie era diferente, pues ya sabía que tía Ingrid estaba decidida a castigarla por sus malas notas, lo que la avergonzaba más al saberlo las chicas y sobre todo María que se había metido con ella.  Mientras Susana recriminaba a Sonia haberlas metido en problemas, a su hija y a ella, mientras Sonia se mantenía callada al tener razón su prima, al recriminarle la situación que se encontraban.   Megan y Carolina se mantenían calladas mirándose entre ellas, viendo Megan como carolina se acariciaba el culo por encima de sus braguitas blancas de algodón con dibujitos de florecillas azules, pues tanto una, como la otra no sabían que estaban haciendo allí con las otras chicas. Cuando en realidad lo que hacían era fingir que no sabían el porqué.  Las cuales sabían muy bien por lo que estaban en el pasillo, pero ellas dos… se preguntaban del porque…  Carolina se miraba el trasero viendo lo colorado que lo tenía, además sentía en las palmas de sus manos el intenso calor que emanaba de sus bragas al tener el culo en llamas, todo el tiempo prácticamente se estuvo sobando su dolorido trasero, y estirándose del elástico de las braguitas blancas de algodón, pues según pasaban los minutos se le iba calmando el intenso fuego de su trasero, pero el dolor se acentuaba con los picores terribles que sentía, aparte de las molestias de llevar puestas las bragas, sintiendo la presión que ejercían en sus nalgas, al tenerlas estas inflamadas por la azotaina con el cepillo, notándolas más hinchadas que de costumbre, dándole la impresión que se habían encogido la prenda íntima, siéndole muy molesto para ella llevar las bragas puestas, siendo observada por las demás como se sobaba el culo, lo cual provocaba que Carolina enfadada por sus miradas, les sacaba la lengua para chincharlas, pero quien estaba peor de todas era ella sollozando sin venir a cuento por el dolor que sentía.

    Al ver como se abría la puerta a todas les dio un vuelco el corazón, viendo que les había llegado la hora a ellas. Cada una de ellas al ver aparecer a tía Ingrid se pusieron rectas apoyadas contra la pared del pasillo, abriendo así pasó para que tía Ingrid pudiera pasar entre ellas.  Dado que todas estaban en el pasillo apoyadas entre las dos paredes, de derecha a izquierda Susana, María y Sonia a uno de los lados del pasillo y enfrente de la puerta del despacho.  En cambio Carolina, Megan, Laura y Angie de derecha a izquierda estaban arrimadas en la misma pared que debía entrar tía Ingrid por la puerta, quedando está a la izquierda de Angie, la cual cuando nadie la observaba miraba la puerta con temor, por lo cual tía Ingrid debía pasar entre ellas para poder llegar a la puerta del despacho.   Todas las chicas colocadas de pie en el pasillo, al ver acceder a tía Ingrid al pasillo, sus miradas estaban cabizbajas mirando el suelo, pues ninguna de ellas se atrevió a levantar la mirada, aunque todas sabían del porque se encontraban en dicho pasillo, estaban Megan, Carolina y Laura, que no lo tenían del todo claro del porque se encontraban haciéndoles compañía a ellas, pues Megan no había hecho nada absolutamente, en cambio Megan se la podía ver temblando de temor, lo cual sus compañeras no llegaban a comprender del porqué.   Por otro lado estaba Carolina que acababa de recibir una severa azotaina, en su habitación siendo muy severa con ella tía Ingrid, lo que la hacía estar muy nerviosa al no comprender el porqué de encontrarse en el pasillo, pero estaba extrañada que tía Ingrid al castigarla había hablado de lo acontecido tras su decisión de marcharse, pero no la había regañado por haber provocado que castigaran a Sonia, y eso la tenía muy preocupada.  Por ultimo Laura acababa de ser castigada por tío Williams en la cocina, por lo que ninguna de ellas comprendía nada.  Pero a pesar de sus dudas, ninguna levanto su mirada hacia tía Ingrid, por lo cual ninguna de las siete chicas vieron que tía Ingrid no estaba sola, no se dieron cuenta hasta pasar entre ellas y detenerse ante Sonia y María.  Las tres amigas al verla delante de ellas no sabían quién era, en cambio Angie se la quedó mirando fijamente extrañada al ver a su madre, al igual que Susana, María y Sonia se preguntaban que hacia la Sra. Johnson en el pasillo.

      Quedándose asombradas sobre todo Sonia y después María, pues tía Íngrid le levanto la falda a Sonia, al tiempo que vio como la Sra. Johnson le levantaba la falda a María, y como a  las dos le bajaron sus bragas, y al unísono les sacaban el pañal a las dos al tiempo, volviéndoles a subirles las braguitas ajustándoselas a su cintura y dejando caer sus cortas faldas a cuadros con celosía amarilla y negra, viéndolas poco después entrar al despacho sin siquiera  hablarles a ninguna de ellas, llevando en sus manos los pañales de Sonia y de María.

    …Una vez dentro del despacho…

(Tía Ingrid)  -.  Has visto cómo estaban todas? Están temblorosas temiéndose lo que les espera…

(Penélope)  -.  Pues igual que estaba yo cuando me traía mi marido en su coche, temblando de miedo ante la azotaina que me esperaba y que tú me ibas a dar, yo estaba aterrada solo de pensarlo… Ya sabes que aunque me guste, me da verdadero pánico venir a esta casa!

(Tía Ingrid)  -. Porque tú eres una llorica, a los cuatro azotes ya estas llorando, no aguantas nada!  Aunque a decir verdad voy a echar de menos ponerte sobre mis rodillas, pues eres un cielo, castigarte a ti es toda una gozada pues no pataleas, ni te mueves por fuerte que te de los azotes o lo larga e intensa que sea la azotaina…

(Penélope)  -. Pues tú no te quedas atrás chica!!!  Cuando John te ha puesto sobre las rodillas bien que llorabas, y no te han hecho falta muchos azotes para ponerte a llorar, no sé qué hablas tú!!!

(Tía Ingrid)  -. Pero no has visto como llevaba el culo, guapa?  Lo tenía muy dolorido e inflamado… Ayer Williams me dio dos azotainas con el cepillo de madera, vi las estrellas cuando me las daba, y esta mañana antes de llegar vosotros a casa, acababa de tener sobre mis rodillas a una de las muchachas, no te imaginas lo mal que lo he pasado teniendo el culo tan dolorido y teniendo que soportar el peso de su cuerpo mientras pataleaba y se contorsionaba sobre mis rodillas, teniendo el culo como lo tengo!!!

(Penélope)  -.  Si ya te he visto en el baño… tan mal lo has pasado y llevabas las bragas chorreando, he visto como secabas el fondillo de tus bragas, lo que no entiendo porque no te las has cambiado como yo! Las llevas que van chorreando de mojadas!

(Tía Ingrid)  -. Si no me las he cambiado, es porque Williams me lo tiene prohibido. Me trata igual que a las niñas!!  Si me cambio de bragas sin su permiso me pone el culo como un tomate y por hoy, ya voy bien servida con las dos que me ha dado tu marido!  Yo tengo zapatillas con esa suela de esparto, pero no son tan ligeras, no las había vuelto a probar desde que era joven, mi suegra cuando me agarraba siendo descarada con Williams, se sacaba la zapatilla y delante de mi suegro me daba azotainas muy dolorosas, pero las zapatillas de tu marido duelen muchísimo más!!! 

(Penélope)  -. No cal que me lo digas!  Yo también las he probado, sabía que mi marido castiga a su secretaria con ellas, pero ella nunca me ha hablado de lo que duelen! Y eso que me lo cuenta todo, somos muy buenas amigas como sabes! Me ha dejado el culo molido!!!   La primera azotaina la he podido tolerar sin apenas moverme, pero la segunda no me podía quedar quieta aunque quería hacerlo!  Como me ha dejado el culo el muy bestia!!! Pero no me importaría que me diera otra azotaina!  Tenía muchas ganas que volviese a zurrarme, desde que me quede embarazada de Angie no ha vuelto a tocarme.  Esas zapatillas son las que usan los payeses en Cataluña, las llaman las siete vetas o algo similar, porque llevan siete hiladas de esparto, son muy ligeras y muy flexibles lo que las hacer ser muy cómodas.

(Tía Ingrid)  -.  Y muy… dolorosas!!! Además podría usar un cuarenta como todo el mundo y no ese cincuenta y dos de pie…

(Penélope)  -. Calla!! Que ya están ahí fuera!!! Les oigo regañar a las niñas…

     A los pocos segundos se abría la puerta del despacho entrando los dos hombres, pillándolas infraganti con las faldas levantadas y sobándose el culo las  dos mujeres sobre las bragas, pues les molestaban las braguitas a ambas… aunque se las acababan de levantar expresamente para que las sorprendieran en braguitas, y así provocarlos de nuevo… estaban juguetonas…

(Tío Williams)   -. Podríais ser más recatadas no? Y si llegan a entrar las chicas con nosotros, que hubieran pensado de veros sobándoos de esa manera el culo… Que respeto iban a teneros de saber cómo lleváis el culo las dos! Sobre todo tu Ingrid que eres quien las tiene que enseñar buenos modales, luego hablaremos contigo!!!

(Sr. Johnson)   -.  Con las dos!!! Williams las dos!!!

(Tío Williams)  -.  Me ayudas John?   Vamos a trasladar aquí el sofá, lo colocaremos delante de la mesa del despacho, así las chicas al entrar será lo primero que vean, al vernos de espectadores se avergonzaran, aun mas al estar presenciando su castigo cuando les bajes las bragas quedando expuestas, teniéndonos delante de ellas observándolas, viéndonos nada más traspasar la puerta y viendo la silla desde la puerta aislada de muebles en la cual te ocuparas de ellas, teniéndonos de fondo como meros espectadores!!   Sera una decepción para ellas y  su vergüenza al descubrir que no seremos yo y mi esposa quien nos encarguemos de ellas, si no tú, les causaras una gran impresión con tu envergadura del cuerpo, sobre todo a ver tus manos y tu grueso cinturón.

     En apenas unos minutos lo tuvieron todo predispuesto, solo restaba tomar asiento en el sofá, tío Williams invito con una sonrisa socarrona a sentarse ellas primero, con todo descaro colocándose él detrás del sofá, entre el respaldo y su mesa con claras intenciones malévolas, las cuales quedaron patentes al instante. Al  sentarse Ingrid se vio sorprendida, al notar como Williams le sujetaba el vuelo de la falda acampanándosela, con lo cual poso su trasero directamente sobre las bragas sobre el frio cuero negro del tapizado del sofá, con un “Ayee” al notar el frio cuero en su inflamado y dolorido trasero a pesar de llevar las bragas.   Al ir a sentarse Penélope, Williams ya situado detrás de ella, Penélope ya esperaba que le sujetase de la falda ondulada circular acampanándola, pero aun así no pillándola de sorpresa, el “Ayee” se escuchó al posar su trasero sobre el frio cuero, al contraste de frio y calor de su trasero. Luego Williams rodeo el sofá tomando asiento en medio de las dos mujeres, así las podría observar a ambas viendo como arrugaban sus labios o se los mordían tratando de mitigar el dolor de sus traseros, así como el intenso ardor se iba a ir acumulando bajo sus nalgas.

(Tío Williams)  -. Cuando quieras puedes hacer entrar a la primera, según el orden que creas tu  conveniente…

     El Sr. Johnson fue hacia la puerta abriéndola manteniéndose en el mismo umbral, para que las chicas no pudieran ver nada del interior del despacho.

(Sr. Johnson)  -. Cual de vosotras tres es Laura? .- Laura al escuchar su nombre se puso muy seria, sobándose el culo una última vez dio un paso al frente. -.  Eres tú?  Entra, serás la primera!

      Laura abriendo los ojos como platos miro hacia la puerta, luego a sus compañeras para finalmente caminar lentamente hacia la puerta, alistándose la falda con las palmas de las manos muy nerviosa, sobre todo sobándose el ardiente trasero dolorido tras la azotaina en la cocina, la cual el Sr. Johnson se echó a un lado para dejarla entrar, cerrándola la puerta una vez dentro, cogiendo a la muchacha del lóbulo de la oreja  izquierda, tirando del lóbulo  la condujo hacia la silla que estaba en el centro,  pasando por su  costado derecho deteniéndose mirando hacia adelante, en donde estaban sentados tía Ingrid con el tío Williams, viendo Laura aterrada y muy avergonzada al ver que se sentaba en la silla el Sr. Johnson, al cual solo conocía del día anterior al hacerle la revisión médica, viendo como tomo asiento en la silla dejando a la muchacha de pie a su costado derecho..

(Sr. Johnson)  -. Bien Laura, sabes porque estás aquí, en el despacho de tío Williams? .- Laura claramente avergonzada al haber tantas personas en el despacho, a pesar que les fueran conocidas, negó con la cabeza negativamente. -. Bien pues yo te lo voy a decir el porqué.  Una chica tiene necesidades en la vida, sobre todo de forma intima, pero esas cosas se deben hacer cuando una chica está sola, está muy mal en una chica de tu edad que debes tener unos treinta y un años verdad?  Pues que esas necesidades fisiológicas propias de una joven, están muy feas que las haga delante de su Tutor, sobre todo si se tiene en cuenta, que estabas sobre su regazo recibiendo una azotaina en el culo. Se ha demostrado después, que esa azotaina no te la merecías, pero ello no resta el que este mal tener un desahogo fisiológico en su presencia y estando siendo castigada, estás de acuerdo? .- El rostro de Laura cambio de color poniéndose muy colorada de vergüenza, sin atreverse a contestar pues veía que tío Williams se había dado cuenta, pero la avergonzaba en extremo que se lo hubiera comentado aquel señor. -.  Bien, bájate las bragas!!!

    Laura no se esperaba que le dijera se bajase las bragas ella misma, estaba tan avergonzada por las causas por las que se encontraba en esa situación, que ni tan siquiera se atrevió a moverse, de sus pupilas brotaron unas lágrimas de la vergüenza, pero aunque trato de mover las manos, doblando el dobladillo de la corta falda a cuadros con celosía negra y amarilla e  introducir sus manos en el bajo de la falda, no se atrevió a bajarse las bragas ella misma pues verían lo mojadas que las llevaba y ello confirmaría necesario su castigo pudiendo ser más severo con ella, la avergonzaba sobre manera tener que bajárselas ella misma, y no se atrevió a obedecer temiendo las consecuencias de su negativa.

(Sr. Johnson)  -. Bien, muy bien… además debemos sumar desobediencia!! Pues te aseguro que vas aprender a cómo comportarte, de ahora en adelante…!!!

     El Sr. Johnson bruscamente estiro sus brazos hacia Laura, agarrándola de la cintura  acercándola hacia él. Bajo sus manos por las caderas deslizando las manos por la falda, hasta el dobladillo de esta, luego subiendo sus manos introduciéndolas bajo la corta falda, introdujo sus dedos en las perneras de las braguitas tirando de ellas hacia abajo, Laura puso sus manos evitando que se las bajase, por lo que el Sr. Johnson extrayendo su mano derecha de debajo de su falda, le asesto un fortísimo azote en el culo sobre la falda.  Al llevarse la mano izquierda a la nalga que había recibido el azote, la izquierda para sobarse el culo, de sorpresa de un tirón le bajo las bragas a las rodillas. La mano derecha del Sr. Johnson la rodeo por la cintura atrayéndola hacia él, haciéndola caer de bruces deteniendo su caída por la mano izquierda, colocándola sobre sus rodillas boca abajo. La inercia hizo que se le levantase la falda, quedando sobre su espalda acampanada formando una corona circular, mientras con la mano derecha la sujetaba de los muslos estabilizándola, para subir poco a poco su mano por sus muslos al trasero muy colorado, acariciándole el culo trazando círculos sobre las nalgas ardientes, sintiendo Laura su pesada mano haciéndola estremecerse de temor, ante la azotaina que iba a recibir en breve. Sus piernas temblequeaban de temor, pues aún le dolía el trasero de la azotaina que había recibido hacia poco, pero ahora se avergonzaba de sí misma, no solo por haberla sorprendido al tener un orgasmo, si no, porque se lo hubiera contado al Sr. Johnson un total desconocido para ella, en esos instantes sentía una oleada de calor en sus mejillas de la vergüenza.  Cuando la mano ceso de sus caricias apretó las nalgas temiendo los azotes, los cuales no se hicieron de rogar, pues inmediatamente resonaban en sus nalgas desnudas, haciéndola aullar del dolor por la fuerza que la enorme mano le azotaba el culo, siendo los azotes más fuertes que los que le había dado tío Williams, doliéndole tanto como para hacerla llorar de nuevo, con apenas una docena de azotes en su ardiente trasero.  El cual poco después solamente sentía un enorme fuego en sus nalgas, extrañándose que al poco se detuviera aquella mano pesada de darle azotes en el culo.       

(Sr. Johnson)  -.  Esto ha sido por tu desahogo fisiológico, que a pesar de todo no era motivo de castigo, si no fuera por hacerlo sobre las rodillas de tu Tutor, ahora vas a recibir por tu desobediencia…

     Reanudándose la azotaina sorprendió a Laura pillándola de sorpresa, que pudieran doler más intensamente, el culo de Laura que denotaba un tono rojizo intenso, tras los nuevos azotes paso a ponérsele de color rojo escarlata muy brillante, así como las sombreadas zonas que aparecían de un tono violáceo o azulado, por la azotaina de hacia una hora que había recibido, más ciertas aureolas moradas de otras posteriores del día anterior, creando un contraste encantador a los ojos de su Tutor en esos instantes el Sr. Johnson, el cual prolongo unos minutos más la azotaina, para cesar poco después de darle azotes por la desobediencia, ayudándola a incorporarse aun en lagrima viva, poniéndola en pie pero encorvando su espalda por el dolor del trasero.  Conduciéndola agarrándola por el brazo la llevo a la pared del fondo,  a su espalda dejándola castigada de cara a la pared, colocándole las manos sobre la cabeza.  Luego le levanto la falda que se le había bajado, sujetándosela a la pretina de la cinturilla de su falda manteniéndola con el coloradísimo trasero al aire y con las braguitas bajadas a la altura de sus rodillas.

     El Sr. Johnson tras dejar a la muchacha llorando, se encamino hacia el sofá colocándose detrás apoyándose en el respaldo, observando a Laura de fondo cuatro pares de ojos, pero la escusa real fue admirar a su esposa Penélope que ya comenzaba a sentir los efectos caloríficos de estar sentada veinte minutos, con lo cual apoyaba las manos en el asiento del sofá para ahuecar el trasero y así airear el intenso calor que emanaba de su trasero, en cambio Ingrid se mordía los labios pues Williams la estaba observando muy de cerca y no deseaba satisfacer a su mirada levantando su trasero del sofá, que al igual que Penélope ya le molestaba bastante al abrasarle el estar sentada, sumando lo pegajoso que resultaba el cuero ante el calor del culo, que se quedaba pegado al cuero, así como las molestias de sus braguitas que presionaban sus perneras en sus muslos.

   El Sr. Johnson tras haber satisfecho su curiosidad por el estado de su esposa, se dirigió hacia la puerta a llamar a la siguiente chica. Abriendo la puerta sorprendió a las chicas que estaban reunidas en un coro entre ellas, hablando, curioseando o tratando de escuchar tras la puerta posiblemente.

(Sr. Johnson)  -.  No quiero volver a sorprenderos juntas, os quiero ver unas en una pared y las otras en la de enfrente, como vuelva a pillaros os podéis preparar todas.   Sonia! Eres la siguiente! 

     Al igual que hiciera con Laura, nada más traspasar la puerta, la agarro del lóbulo de la oreja  llevándola hacia el interior, al igual que a Laura le sorprendió ver a sus tíos sentados en el sofá, y como el Sr. Johnson la condujo hacia la silla viendo como él tomaba asiento. Ante ese hecho Sonia se la podía apreciar muy nerviosa, pues no tenía dudas de quien la iba a castigar.

(Sr. Johnson)  -.  Bueno Sonia!  Sabes perfectamente porque estas en esta situación, verdad? Al igual que sabes porque vas a ser castigada! Las normas están para cumplirse, no para saltárselas! Así que no nos vamos andar con rodeos, bájate las bragas y colócate sobre mi regazo para darte tu merecido castigo…

     Sonia se quedó perpleja unos instantes, pues no esperaba ser castigada por un extraño para ella, aunque siendo niña lo había visto en ocasiones en casa de sus tíos,  conocía su buena amistad entre su tío y el Sr. Johnson siendo como hermanos, al igual que lo fue del padre de Sonia pues de niños se criaron juntos, pero Sonia al vivir en el extranjero con sus padres, no había tenido trato alguno con el Sr. Johnson, aunque muchas veces había oído hablar de él. Sus tíos eran los padrinos de Angie, pero al verle que se impacientaba por no obedecer, rápidamente se bajó ella misma las bragas y dubitativa se echó apoyando sus brazos primero sobre la pierna izquierda del Sr. Johnson y posteriormente posando su cuerpo sobre su regazo, quedando echada boca abajo sobre sus rodillas, notando como la brisa refrescaba su caliente trasero al levantarle la falda dejando su trasero desnudo a la atenta mirada del Sr. Johnson, completamente avergonzada por tener que bajarse las braguitas ella misma, pero estaba claro que sus tíos aprobaban lo que estaba sucediendo y Sonia pensó que era mejor no empeorar su situación.

     La mano del Sr. Johnson comenzó a azotarle el trasero a Sonia, la cual inmediatamente al tener su trasero aun claramente dolorido ante la severa azotaina que le había dado su tío Williams esa noche, el dolor era claramente más intenso al haber transcurrido unas horas del castigo, todo lo contrario de Laura que lo tenía dolorido, pero de tan solo hacia una hora por lo que aún estaba muy caliente, en cambio para Sonia al hacer varias horas tenía el trasero muy sensible, al igual que lo debía tener la misma Laura a primera hora de esa mañana, tras las azotainas que había recibido la jornada anterior, siendo efectos que se tienen cuando ha transcurrido un tiempo determinado, puesto que el dolor de las azotainas de la jornada anterior, al volver a ser castigada los efectos que prevalecen son los últimos recibidos, si después de estas azotainas no volvieran durante esta jornada a recibir, entonces es cuando unos efectos y los antiguos es cuando se suman unos a otros teniendo el culo mucho más dolorido, por ello Laura pataleo poco en esta última azotaina.  Pero en cambio ahora Sonia pataleaba alocadamente bajo el aluvión de azotes que estaba recibiendo, ya que el tener el culo muy sensible, le hacían que los azotes le dolieran mucho más, aunque no fueran estos tan intensos como parecían ser, por las protestas de Sonia en esos instantes.  Los ayees de Sonia eran a cada azote que recibía en su trasero, pues dolían mucho al tenerlo dolorido, a pesar que no se  empleara afondo usando la mitad de la fuerza el Sr. Johnson, comprendiendo lo sensibilizado que lo tenía.  Apenas a los diez minutos ceso la azotaina a Sonia, que lloraba desmadejada sobre sus rodillas, muy dolorida tras la azotaina recibida, aunque el Sr. Johnson no se empleara a fondo con ella, por recomendación de su tío Williams.  Pues su falta como la de la misma Laura no exigía severidad mayor. Si Laura recibió de más, fue por su desobediencia.   John sentó sobre sus rodillas a Sonia, la cual se abrazó a su cuello sollozando, pasados unos minutos Sonia ya estaba más tranquila, momento que la condujo a la pared del fondo a colocarla castigada junto a  Laura.

     Ingrid después de ver cómo había sido castigada Sonia, estaba algo molesta con su marido Williams, y sin pensarlo dos veces se lo hizo saber, de haberlo pensado no lo habría hecho. Y le hablo en susurros a Williams…

(Tía Ingrid)   -. Williams conmigo no has sido tan considerado! Y a mí me castigaste ayer más severamente que a Sonia!!!

(Tío Williams)  -. Esas tenemos desvergonzada!!!  Tú te has pasado tres pueblos al decir que casi partimos la cama, John es como de la familia, pero no tiene por qué conocer nuestras intimidades, tú te has pasado de la raya de largo y ahora mismo estoy pensando que hemos sido benévolos contigo… A Sonia le han tocado el culo, y lo ha confesado al instante de suceder, cierto que lo ha hecho por defender a su amiga, a la cual yo he castigado dándole una azotaina sin existir motivos, pero lo que ha hecho posteriormente merece ser castigada, si no se hubiera tenido un orgasmo sobre mis piernas, no estaría aquí ahora!   O sea que no me compares lo que has hecho tu que es muy grave, a lo que ha hecho tu sobrina que es una falta menor, teniendo en cuenta que ayer fue castigada sin tener culpa, y que la verdadera culpable se libró de su castigo. Carolina se merecía la azotaina que tú le has dado, y se merece la que va a recibir ahora!!!  Por ello con ella no voy a tener contemplaciones, pero Sonia y Laura no se merecían un castigo más severo… Y vete preparando… porque cuando acabemos con las chicas vas  ver tu lo que es bueno…

(Tía Ingrid)  -. Pero tu hija y tu nieta no tienen culpa tampoco, pero en cambio las vas a castigar más severamente…

(Tío Williams)  -. Dime Ingrid cuantas veces has sorprendido a tu hija y tu nieta tocándose entre ellas, y no precisamente el culo, eh?  Cuantas!!!  Y cuantas a Sonia… Ninguna puede ser? Ahí tienes la diferencia de unas y de otra!!!

(Tía Ingrid)  -.  Vaya! Perdona Williams… en eso tienes toda la razón, ellas  a la más mínima se masturban entre madre e hija algo que está muy feo además de ser Incesto, y Sonia no lo ha hecho nunca. Al menos que la hayamos pillado, pero sabemos que lo hace…

(Tío Williams)  -. Pero no es lo mismo una sospecha… que un hecho probado y además con alevosía reincidiendo en la falta…!!!

(Sr. Johnson)  -. Vamos chicos y chicas controlaos!   Voy a por la siguiente y dejad de discutir…

(Tío Williams)  -. Ya te puedes ir preparando…!!!  Y… como cuando te levantes del sofá este, esté mojado, ya os podéis preparar las dos!!!

(Sr. Johnson)  -.  Carolina!!!  Tu turno!!!

    Al traspasar la puerta la cogió del brazo tirando de ella hacia arriba, como si fuera arrancarle el brazo al levantárselo, lógicamente estaba enfadado con ella, como si le hubiera afectado el conocer el motivo que causaba que fuera a ser castigada…  Carolina estaba claramente aterrada y con la mano derecha se iba acariciando el culo, pues no veía claro que fuera a salir bien parada… Viendo a sus compañeras de cara a la pared con el culo más colorado que un tomate maduro, las dos con las manos sobre la cabeza y con las bragas bajadas a las rodillas… se temía lo peor… cuando vio como el Sr. Johnson se sentaba en la silla, y a ella la dejaba a su costado derecho, estaba muerta de miedo pues ya sabía seguro que la iba a castigar él, mientras tío Williams lo vio sentado a su derecha en el sofá mirándola con cara de pocos amigos, le costaba tragar la saliva pues esa situación resultaba muy incómoda, sentía presión en el estómago como si lo tuviera este vacío, y en verdad lo tenía, ya que no había desayunado esa mañana, desde que se había levantado de la cama, solo había hecho que llorar y ser castigada por tía Ingrid sobre sus rodillas.

(Sr. Johnson)  -.  Carolina!!!  Conocer por Williams lo que has hecho, la verdad me parece que es algo indignante, hasta tal extremo que me cuesta creer como hombre, el solo imaginar que una mujer hecha y derecha, le haga a su mejor amiga lo que tú le has hecho!!! Pues una muchacha si se porta mal, algo que es posible que suceda, pues a veces se cometen errores sin tener conocimiento de ello. Como lo sucedido en el aeropuerto, un hecho inverosímil pero que dadas las circunstancias de vuestra euforia por volver a veros, se puede comprender perfectamente, no siendo ese hecho un motivo de castigo.  Pero eso sí, siempre y cuando al volver a la realidad del momento, se agradezca que otra persona que no tenía por qué hacerlo, se preocupara de recoger vuestro equipaje.  Vosotras sois de alta alcurnia y tenéis criados que os atiendan?  No verdad?  Pues eso perdonaría vuestro comportamiento, si una persona es de alta cuna está habituada a que le hagan los trabajos rutinarios. Como recoger el equipaje o encargarse de cargar con él sin que las señoras se preocupen, pero aun así en ese caso, darían las gracias por ocuparse. Puesto que la educación es lo último que se debe perder, pues el ser educado no ocupa lugar.  Sabes… Mis abuelos tenían servicio pues eran los señores de estas tierras, recuerdo que en una ocasión una doncella hizo mi cama por la mañana, yo entonces tenía unos catorce años más o menos, al llegar del colegio me puse a saltar sobre la cama, luego al salir de la habitación le dije a la doncella que hiciera la cama, mi abuelo estaba presente y al ver la escena no dijo nada, pues espero que yo le pidiera a la doncella con modales, que por favor me arreglase la cama.  Yo me marche como si tal cosa,  al bajar al vestíbulo mi abuelo me llamo a su despacho, me explico que la doncella hacia un trabajo, y por ese trabajo cobraba un sueldo, que yo era el señor y heredero, pero eso no me daba autoridad para deshacer el trabajo de la doncella, y si lo hacia lo menos era pedirlo con modales, ya que ese era su trabajo, pero me recalco que no era un perro al que se le arroja un hueso, y para que no lo olvidase me bajo los pantalones dándome una severa azotaina con su cinturón, aun me duele el trasero al recordar ese momento.   La moraleja… es que aun siendo el señor, los buenos modales no se deben perder nunca, ni siquiera con el servicio…   A vosotras se os dio a escoger, quedaros en la casa o ir a un hotel.  Decidisteis quedaros en la casa, bien! Pero como es natural al estar bajo su techo, debía enseñaros lo que significa la buena educación, dado que vosotras no tuvisteis la decencia de al menos ser agradecidas, de haberlo sido, no estaríais en estas condiciones, al menos no por esa causa!  Es lógico y legitimo tener miedo a las consecuencias de tus actos!!!  El hecho que tuvieras dudas aún me deja más estupefacto, no porque tuvieras dudas, pues es de pura lógica el tener dudas, y más lógica tiene el temer a ser castigadas, pero ello no limita que se pueda decir me voy!  Marcharte puedes cuando quieras como es natural, pero siempre y cuando hayas acabado tu castigo, y está claro que este no había acabado, porque estabas castigada en tu habitación!!!  Y no contenta con saltarte el castigo, vas a la habitación de Sonia metiéndola en problemas, y luego te crees con el derecho de decidir por ti misma, si estas castigada o no lo estas!!!  Por lo que he podido saber de ti, es que has aceptado servicios de adultos para, digamos que vale, se puede aceptar que pueda darse el caso de pagar por un servicio! Pero en esta casa no hay servicio que valga pequeña!!! Si te portas mal sabes las consecuencias que eso conlleva y si no lo deseas, nadie te dijo que vinieras a esta casa… Y si vienes, lo haces bajo tu responsabilidad.  Si cometes una falta, sabes lo que va a suceder, y lo sabias muy bien por Sonia.  Sabes que te van a calentar el culo como te corresponde.  Si yo hubiera estado aquí ayer noche, te hubieras ido a la cama bien caliente, tanto si querías como si no!!! Yo mismo en mi trabajo como médico, si cometo un error me despiden y me sancionan, tanto si me gusta, como si no me gusta!!! No puedo decir bueno me voy.  No!!! Si me despiden pierdo mi carrera como médico, lo pierdo todo.  Si tú haces una trastada en tu trabajo, te despiden si te gusta, como si no!!!  Mi hija que tiene once años menos que tú!  Cuando a dormido en esta casa, sabe que no se puede levantar por la noche, y si lo hace le calientan el culo, lo que además lo sabe muy bien!!! Tu sinvergüenza!!! Sabías muy bien que sucedería si te sorprendían despierta!!! Pero es la escusa más burda que he oído, a mí no me castigan porque me quiero ir? Esto no es una casa de citas!!! Aquí no existe palabra de seguridad!!! Aquí si la cagas, te calientan el culo a base de bien, Williams ha sido blando contigo por ser amiga de su sobrina preferida, y ahora bájate las bragas!!! O de lo contrario te las bajare yo mismo!  Y créeme,  te ira mucho peor de lo que ya te va a ir!!!

    El Sr. Johnson ante la mirada de sorpresa de Carolina, comenzó a subirse la pernera derecha del pantalón hasta la rodilla, dejando ver a carolina las zapatillas que llevaba puestas, llevándose la mano derecha a la boca para cubrirse, pues le hizo gracia ver las zapatillas atadas alrededor de la pantorrilla.  A carolina le costaba tragar la saliva, al ver lo gigantesca que era la  zapatilla, solo de verla ya sentía arder su trasero.  Contemplando como se desataba las dos tiras que llevaba entrelazadas a la pierna, y una vez desecho el nudo que la mantenía sujeta, viendo cómo se sacaba la zapatilla del pie, aterrorizada por el tamaño del pie. Así como viendo que al cogerla por el talón, la zapatilla se dobló o se blandió  sobre sí misma como si fuera goma, apuntando al suelo la puntera moviéndose en vaivén por si sola hasta quedar detenida y suspendida de la mano derecha que la mantenía bien sujeta, al posarla sobre su muslo vio que era una zapatilla de paño o lona muy simple muy sencilla, pero lo que más la aterro fue ver su suela de esparto.  Por  Sonia conocía lo dolorosas que eran las zapatillas de suela de esparto, pues Sonia había sido castigada por su tía Ingrid, la cual les había hecho saber lo que dolía por lo rígida, además siendo muy pesada por lo cual dolía tanto, y claramente esa era todo lo contrario en cuanto a la rigidez, pero  era de suela de esparto, y eso la hizo temblar todo su cuerpo, por ello, por el miedo que le daba esa zapatilla, lentamente comenzó a bajarse las bragas muy avergonzada al hacerlo y bajárselas a las rodillas,  le temblaban tanto las piernas que se le deslizaron a los tobillos.

     Al agacharse para subirse las bragas a las rodillas,  sintió como tiraban de ella de su muñeca izquierda, viéndose echada sobre las rodillas boca abajo, quedando sus bragas en el suelo ante su sorpresa, momento que la zapatilla impactaba sobre su parte baja del culo, el “Ayee” fue de la sorpresa al sentir el primer azote, sin tener tiempo de coger aire sintió el siguiente azote en el centro del trasero, soltando otro “Ayee” más alto del dolor, inmediatamente sintió el tercer azote justo la parte alta de las nalgas, su aullido de dolor resonó entre las paredes del despacho.   Los  azotes se sucedieron uno tras otro, eran tan rápidos que le costaba coger aire en sus pulmones entre azote y azote. Tras los primeros aun podía su mente divagar e imaginar ver como la azotaba el culo, lo peor de todo era como sentía que  la zapatilla la notaba que le abarcaba cada azote en sus dos nalgas, imaginando en su mente que era por su tamaño, lo que resultaba mucho más doloroso pensó.  Aunque pocos azotes después ya no tenía opción de saber o imaginarse lo que sucedía en su trasero, pues solo sentía como su trasero no cesaba de dolerle y arderle cada vez más intensamente. Era un ardor tan atroz como si le hubieran echado una olla de agua hirviendo sobre el culo, dada la rapidez con la que se sucedían los azotes, ardiéndole cada vez más la azotaina en el culo que estaba recibiendo, ya no podía ni pensar, ni siquiera sabía que sucedía, solamente notaba que el culo le dolía horrores, sus piernas se agitaban en todas direcciones sin tener noción alguna de moverlas ella, ya que la zapatilla era  tan grande que era como recibir dos azotes al mismo tiempo, pues la azotaba en las dos nalgas al tiempo, sus brazos no los controlaba, solo los veía fugazmente que bailoteaban en el aire, tratando de agarrarse a alguna parte, su cabello rubio tanto lo notaba en la cara no dejándola ver nada, como lo notaba sobre su hombro derecho o izquierdo o lo sentía ligero al estar suspendido en el aire. Carolina no sabía que estaba sucediendo, solamente que el culo la quemaba como no recordaba y sus ayees eran tan altos de tono, que se notaba la garganta seca de gritar, y los mocos de la nariz colgaban de sus labios como hilos, era horrible lo que estaba viviendo en esos instantes, lloraba sin cesar por el dolor en el culo tan intenso, perdiendo toda noción del tiempo que llevaba agitando su cuerpo…. Cuando dejo de sentir azotes en su culo, sentía como si no hubieran parado por lo muchísimo que le abrasaba, quemaba, picaba, dolía… Poco a poco se fue calmando aquel inmenso fuego de su trasero, pero aun así apenas se podía mover, dado que sus piernas continuaban retorciéndose, debido al dolor del culo,  a pesar de que ya no recibía azotes. Pero poco a poco agotada se quedó desmadejada sobre las rodillas llorando, y en ese instante se llevó las dos manos al culo dejándolas posadas sobre él, le abrasaba tanto el centro del trasero, que la única manera de apaciguar el fuego, era dejando sus manos sobre su culo muy dolorido y muy inflamado. Si se hubiera podido verse el culo, vería que lo tenía prácticamente amoratado, por ello debía de dolerle tanto, pues no se podía ni mover del dolor. Aun llorando sin cesar, fue conducida al fondo del despacho, viendo a su izquierda que estaban sus compañeras, Laura y Sonia siendo obligada a mantener sus manos sobre su cabeza, aunque lo que más deseaba era poder masajearse el culo, por ello bajo sus manos desobedeciendo la voz tras ella, que decía que no podía tocarse.   Viéndose al instante como todo giraba a su alrededor, siendo zarandeada así como la colocada bajo su brazo izquierdo, sintiendo nuevos azotes en su dolorido trasero, cuando la volvió a colocar contra la pared, no volvió a intentar llevarse las manos al trasero, aunque movía sus piernas y giraba sus caderas bajándosele la falda, pero sintió como era de nuevo levantada y sujetada introduciéndola entre la pretina de la  cintura de la falda, al tiempo que sentía como varios azotes más en el culo la hacían bailar intentando escapar de ellos, ya que la mantenía sujeta del brazo para que no se escapase de los azotes, mientras la voz le decía que se estuviera quieta o iba a volver a las rodillas a recibir la zapatilla.

    El Sr. Johnson dejo a las muchachas tras él, que nada más girarse Carolina al ver por el rabillo del ojo que no la miraba, bajo sus manos para sobarse el culo con fricción, aunque las volvió a colocar sobre la cabeza rápidamente. Se encamino hacia el sofá donde seguían el castigo con detenimiento.

(Sr. Johnson)   -. Por aquí como andáis?  Esos traseros bien?

(Tía Ingrid)   -. Muy gracioso el muchacho!  Te podrías preocupar que no se te volvieran las niñas, alguna ha bajado sus manos a sobarse el culo…

(Tío Williams)  -. No le hagas caso, no paran de menearse sobre el asiento, ya quisieran ellas poder sobarse el culo, lo que tienen es envidia de las chicas, que alguna baja sus manos de cuando en cuando…

(Sr. Johnson)  -. Bueno voy a por la siguiente, y vosotras iréis después cuando acabemos…

     Al abrir la puerta las cuatro chicas que aguardaban en el pasillo, se miraron entre sí a ver cuál de ellas le tocaba entrar… Vieron como el Sr. Johnson las miraba a las cuatro, como si estuviera pensando cuál de ellas le había llegado su turno.

(Sr. Johnson)  -.  Megan! Eres la siguiente!!!

      Tallándose el trasero de la falda echo andar hacia la puerta, entrando. Una vez dentro se vio agarrada del brazo izquierdo siendo llevada al interior, viendo aterrada a los tíos de Sonia sentados en el sofá, al igual que en otro extremo del sofá estaba la madre de Angie. Luego miro a la derecha viendo a las chicas cara a la pared, fijándose en la rojez de sus traseros que resaltaba al tener las bragas bajadas, excepto Carolina que no las llevaba puestas, viéndolas en el suelo al lado de la silla.  El Sr. Johnson se acomodó en la silla e inclinándose hacia la derecha se agacho para recoger las bragas de Carolina.

(Sr. Johnson)  -.  Penélope… Ven acércate y recoge las bragas de Carolina y se las pones, bajadas a las rodillas como sus compañeras!

   Penélope agradeció con una sonrisa en sus labios el poder levantarse del sofá, simulando arreglarse la falda se acarició el trasero disimuladamente, y meneando sus caderas camino hacia donde estaba su marido, recogiendo las bragas de la mano de John fue hacia donde estaba Carolina, a la cual palmeando en su muslo derecho se lo hizo levantar, al tiempo que ella se acuclillaba para ponérselas, al levantarse haciendo muecas por el dolor del trasero al enderezar la espalda, girándose sobre si misma hacia la derecha.  Momento que aprovecho disimuladamente, para coger el elástico de las bragas y a través de la falda, para aliviar la presión del elástico ribeteado de sus braguitas. Al llegar de nuevo al sofá, Williams la observaba muy serio haciéndole señas con la mano muy claras, Penélope las debió de captar, pues al ir a sentarse se acampano la falda para sentarse sobre las bragas, no sin fijarse que el sofá en donde había estado sentada hacia unos instantes, había una mancha de humedad, por lo que se sentó encima para así secar el sofá con las bragas y que luego al levantarse no fuera visible siendo causa de ser castigada de nuevo, pues el culo se le iba bajando la temperatura, notando el intenso dolor que se acumulaba creciente en el culo.

    Megan estaba de pie al costado derecho del Sr. Johnson, sin dudas tenía claro que iba a ser castigada, entre otras cosas porque no iba a ser tío Williams quien se encargase de ella, pues  permanecía sentado en el sofá, y quien ocupaba la silla era el Sr. Johnson, lo cual la hacía estar muy nerviosa porque no sabía que podía tener contra de ella para tenerla a su lado, y mucho menos el motivo de estar a su costado derecho, por ello intrigada y nerviosa se secaba las manos sobre la falda en sus caderas al tenerlas sudorosas.  Porque una cosa estaba clara para ella iba a recibir una azotaina… lo que la hacía preocuparse era el porqué de estar ella a su costado. Si hubiera sido tío Williams tenía claro el porqué, pues de la forma que la había mirado era porque se había dado cuenta de lo que hacía con las manos bajo la mesa… recordarlo la hacía ruborizarse avergonzada…no de haberse masturbado mientras recibía una azotaina Laura, si no, porque la habían pillado haciéndolo…

(Sr. Johnson)  -. Bueno Megan ya estoy contigo… sabes por qué has sido enviada a este despacho..- Megan negó con la cabeza. -. Sabes que opino yo sobre el porqué estas aquí? .-  Sorprendiendo a Megan le levantó la falda por delante introduciéndosela en la cintura para que se aguantase, mostrando avergonzada las bragas blancas de algodón con dibujos de florecillas azules, y más se avergonzó al notar los dedos del Sr. Johnson que rebuscando entre su cintura introdujo los dedos en la cinturilla del elástico de sus bragas y se las bajo dejando su sexo a la vista a pesar que ella junto los muslos y más aún cuando con las yemas de los dedos anular y índice juntos se los paso en la entrepierna frotándolos en su sexo y exponiéndoselos a su mirada. -. Ves que es esto desvergonzada?  Esto viene a cuento que has tenido hace poco un orgasmo, sabes hay algunas mujeres que tienen orgasmos espontáneos, todo es posible desde luego, y esto no sería motivo para darte una buena azotaina en el culo… verdad?  .- Megan suspiro aliviada, aunque muy avergonzada de que le hubiera bajado las bragas un total extraño para ella, e introducido los dedos en su sexo, mostrándole el fluido que había extraído de él.-. No comprendo porque o a que viene ese suspiro, cochina!!! Me puedes explicar que es esto?  .-  Con la mano izquierda estiro del fondillo de las braguitas, entre girando la pernera derecha observando el fondillo de las bragas de Megan. -. Me puedes explicar como si tenías el sexo en el centro de la braguita, pues es el lugar donde se supone que lo cubre la prenda íntima, como puede estar el fondillo de la braga mojado de este fluido por la parte exterior y el ribete de puntilla del elástico? Porque la única forma de llegar hasta ahí, es que tú!!!  Marrana!!! Tenías los dedos masturbándote y te habías apartado la braguita a un lado, es la única forma que este fluido este por debajo del exterior de las bragas.  Sabes que te estuvieras tocando no es una falta grave, si no te descubren! Pero a ti te han pillado infraganti cuando lo estabas haciendo, pero lo peor de todo, es que ha sido cuando tu amiga que está en esa pared castigada, estaba recibiendo una azotaina, cuando no tenía culpa alguna de lo que se le había acusado.  Esa es la solidaridad que tienes a tus amigas?

      Aun la estaba regañando cuando ya la tenía boca abajo sobre sus rodillas, dándole fuertes azotes con la mano por encima de la falda, cuando acabo las últimas palabras le levanto la falda, continuando la azotaina sobre las bragas blancas de algodón con dibujos de florecillas azules.  Desde el sofá podían ver como Megan parpadeaba al sentir cada azote que recibía en el culo, y exclamaba un “AUU” con cada uno de los azotes coincidiendo con su parpadeos, durante diez minutos estuvo recibiendo la azotaina sobre las bragas, añadiendo a sus “Auch” y sus guiños, muecas de dolor dibujada en la comisura de sus labios, contrayéndose su rostro con cada fuerte azote, al igual que sus pupilas brillaban de estar a punto de llorar. En uno de esos momentos, Megan sintió como unos dedos hurgaban en la cinturilla de sus braguitas, y como se deslizaban por sus muslos bajándole las bragas y descubriendo su colorado trasero. Megan sintió como las piernas del Sr. Johnson hacían un movimiento extraño, sintiendo la barriga presionar en su caliente trasero, bajando la cabeza hacia el suelo vio porque aquel movimiento, al mirar por debajo de la silla viendo como recogía del suelo la zapatilla. Ya no pudo ver más… sintió que el culo le abrasaba ante la reanudación de la azotaina, y que ahora los azotes dolían mucho más, siendo rápidos y concisos azotándole todo el trasero al tiempo, poniéndose a llorar a los pocos azotes puesto que el culo le abrasaba horriblemente, fuera lo que fuera, le ardía todo el culo a cada azote, al tener el culo pequeño la zapatilla la azotaba cubriendo el pequeño trasero al completo, por lo que sus piernas pataleaban del dolor tan intenso, y su cuerpo se retorcía sobre el regazo del Sr. Johnson, al cesar la azotaina con la zapatilla, la incorporo poniéndola en pie, sin tener consideración hacia ella cuando se estaba sobando el culo con las dos manos, llevándola del brazo hacia la pared donde estaban sus compañeras, caminando llorando y encorvada hacia adelante mientras se acariciaba el culo con la mano derecha, poco después estaba cara a la pared del fondo con las manos sobre su cabeza llorando y con el culo completamente colorado con zonas que aparecían granates o más oscuras tirando a violáceas.

  Dejando a Megan en el rincón cara a la pared llorando, el Sr. Johnson como la vez anterior se acercaba al sofá, todo sudoroso por el trabajo intenso que estaba teniendo con las chicas.

(Tío Williams)  -.  Te veo cansado John!  Quieres que me ocupe yo de mi hija y mi nieta, así recuperas el aliento para ocuparte de tu hija tú mismo…?

(Sr. Johnson)  -. Hare entrar a las dos, tú te ocupas de tu nieta María y yo de tu hija, le hará bien probar mi zapatilla que es más dolorosa que la de su madre!!!  Voy a hacerlas entrar…?

(Tía Ingrid)  -.  A mí no me parece bien, pues has estado todo este tiempo provocándoles la incertidumbre de aguardar su turno, de cuál de ellas va a ser la siguiente en entrar por esa puerta, y ahora estáis hablando de hacer entrar a dos a la vez, con lo que las vais a desconcertar a la que quede afuera, pues tendrá claramente que ella es la última, y permanecerá esperando sabiendo que es la siguiente y eso no lo veo nada bien pues en mi opinión han de pasar todas por lo mismo.  Yo haría entrar ahora a tu hija, que siguiendo las directrices que habéis seguido, las tres que han entrado ultimas han sido castigadas por las faltas más graves, para no perder ese orden ahora lo ideal sería hacer entra a Angie, y si luego aun deseáis hacer entrar a dos, hacéis entrar a madre e hija unidas.  Porque la que quede en último lugar no padecerá esa incertidumbre, pues será la última y punto.

(Penélope)  -.   Tiene razón Ingrid… además no creo que Susana y María merezcan un castigo más severo que Sonia o Laura las implicadas en manosearse, además sería un simple saludo lo que se han dado, a excepción de nuestra hija que iba con las peores intenciones posibles, para afectar a una de ellas la cual ha respondido, como haríamos cualquiera de nosotras si nos hacen daño.  Además y no porque sea mi hija, pero no contenta con meter en problemas a Laura, al hablar con tía Ingrid su intención era de las peores, pues deseaba que la castigasen de nuevo y más severamente, cuando ha sido ella misma al tocarle el culo a una desconocida, quien se ha buscado y ganado la bofetada, seré su madre pero lo veo muy correcto la forma de actuar de Laura, teniendo en cuenta como me duele el culo, si alguna me lo tocase le sacudiría sin pensármelo.

(Tío Williams)  -.  Respeto vuestra opinión pero en esta casa quien pone las normas soy yo!  Y en esta casa si hay un problema con alguna de las chicas, se me viene a mí y se me cuenta ese problema, si hay que castigar a alguna de las chicas lo hago yo! O lo hace mi mujer! No lo hace ninguna de las chicas que están bajo mi techo, por algo hay normas establecidas.  Si Laura hubiera venido a mí a contarme lo sucedido con Angie, yo habría castigado a Angie, pero Laura se ha saltado esas normas impuestas por el cabeza de familia.  Y si Laura ha sido castigada injustamente, ha sido por actuar de malas maneras, al igual que ha actuado de malas maneras Angie, por lo tanto deben ser castigadas las dos, si tienen un problema me lo deben de contar a mí, y yo actuare como convenga el hacerlo, castigando a una o las dos si lo veo necesario. Pero en ningún caso se enzarzaran entre ellas, o llegaría el día que habría una batalla campal en la casa, y posiblemente habiendo alguna desgracia, pues es así cuando estas suceden!!!  Si Angie tras la bofetada me lo hubiera contado a mí, siendo sincera por el motivo que recibió la bofetada, habría castigado a Angie por cometer un acto no permitido en esta casa, y habría castigado a Laura por darle la bofetada, pero en esta casa si alguien a de pegar a alguien, ese alguien soy yo como cabeza de familia, y en mi ausencia mi esposa es quien corrige las malas conductas, pero nadie se toma la justicia por su mano.  Pero las palabras de Ingrid las veo justas, han de pasar por la misma incertidumbre, todas y cada una de ellas pues forma parte del castigo, ósea que ahora lo correcto es hacer entrar a Angie. Luego al no haber esa incertidumbre con la última, será conveniente que entren juntas las dos.   Y luego vosotras dos también, cuando ellas hayan subido a sus habitaciones!!!

(Sr. Johnson)  -. Entonces está muy claro quién debe de entrar ahora…

     El Sr. Johnson se sentó en el reposabrazos del sofá, calzándose la zapatilla anudándosela a la pantorrilla tal y como la llevaba puesta al entrar al despacho, con el beneplácito de tío Williams que comprendió por qué lo hacía. Claramente para provocar la angustia y temor a la siguiente muchacha que no era otra que su hija Angie, pues la visión de verle quitarse la zapatilla, y el uso que le va a dar en su trasero es algo que intimida de verdad. Una vez puesta se encamino hacia la puerta abriéndola contemplando a las tres chicas que aguardaban fuera temerosas de cuál de ellas le había llegado su turno. Sorprendiéndole lo que vio en ellas al verlas… Pues madre e hija se las veía nerviosas, en cambio Angie se la veía calmada, viendo como al abrir la puerta le pareció ver que su hija se colocaba frente a la puerta, como si tuviera ansias por entrar y ser castigada por los Williams, algo que le molesto ver en su hija que tenía impaciencia por entrar y ser castigada. Lo deseaba…  Eso no le hizo ninguna gracia al Sr. Johnson ver en Angie esa devoción por ser castigada, pues daba la impresión de que estaba ansiosa por entrar ella.  En ese instante en su mente le daba la razón a su amigo Williams, tenía razón que debía de encargarse de castigar a su hija, y viéndola se lamentaba no haber tomado medidas disciplinarias antes con ella.  La sorpresa que la esperaba dentro iba a ser monumental a la pequeña Angie.

(Sr. Johnson)  -.  Bien chicas! Pronto habremos acabado!  Es tu turno hija, tira para adentro!!!

     Angie se puso recta como una vela, mirando a Susana y María se encamino resuelta y orgullosa de sí misma al llegarle su turno. Verla como entraba decidida le hizo al padre cambiar su semblante, pues viéndola con esas ganas de ser castigada le molesto, ver esa imagen en su hija, por segunda vez en unos segundos se volvía a avergonzar de su hija, arrepintiéndose de no haber tomado medidas más serias y estrictas con su hija. Pues ser castigada debería causarle desazón y temor al castigo. Las chicas que habían entrado hasta ese instante, eran claramente spankee´s por tanto les gustaba en cierta forma ser castigadas, pero al entrar por la puerta al despacho, lo hacían temblorosas de miedo a ser castigadas, supieran que se la merecían o no, pero mostraban temor y vergüenza al entrar por la puerta viéndolas angustiadas, como temerosas de lo que les aguardaba en el interior. Su hija entraba orgullosa de hacerlo haciendo revuelo de la falda mostrando sus pequeñas braguitas ofendiéndolo en su honor y orgullo de padre.  Pues veía claramente lo mal padre que había sido al no educar a su hija con más firmeza, como habían hecho sus padres con él.  Al traspasar la puerta y cerrarla le hizo saber a su hija su error al entrar orgullosa.

    Agarrándola del lóbulo de su oreja izquierda le hizo saber a qué entraba al despacho, que no entraba a jugar como le parecía a ella, su respuesta fue una sorpresa para todos…

(Angie)  -, Suéltame!!! Que haces!!! Es que te has vuelto loco!!! Sueltame!!!

    Tirándole con más fuerza del lóbulo la hizo avanzar, con el revuelo de su falda mostrando sus bragas blancas pequeñas que apenas le cubrían sus vergüenzas, pudiendo ser visible lo mojadas que las llevaba, al igual que por los muslos descendían fluidos por ellos, al llegar frente el sofá pues no la condujo hacia la silla… hacia a donde sería de esperar…

(Sr. Johnson)  -.  Ingrid tienes a mano unas bragas de María para esta desvergonzada? .- Ingrid respondió afirmativamente con la cabeza a John. -. Penélope! Que Ingrid te de unas bragas y se las pones a tu hija, no quiero volver a verla con ese tipo de ropa interior a mi hija… tan indecente apenas le cubren nada…

    Penélope se levantó claramente airada como si no tuviera molestias en su trasero, estaba airada como enfadada tras haber escuchado a su hija, como si no le molestara el culo, cogiendo a su hija Angie de la mano tirando de ella,  acompañando a tía Ingrid al servicio que estaba al fondo del despacho justo a la derecha del sofá al fondo.   Nada más entrar al servicio la madre le bajo las bragas rompiéndolas una vez se las hubo sacado por sus pies.

(Angie)   -. Que le pasa a papá? Es que se ha vuelto loco o que!!!

(Tía Ingrid)  -. Desvergonzada!!! Levanta los pies que te ponga estas bragas, vas a saber hoy lo que te espera, y mira como llevabas las bragas… Cochina!!! Te parece bonito a tu edad? Estas causando muchos problemas  hoy!!! Y esas formas de hablarle a tu padre, te puedes ir preparando porque te van a calentar el culo como te mereces…

      Para ponerle las bragas tuvo que levantarle la falda, al ser tan descaradamente corta la falda mostraba la parte alta de las bragas que sobresalían por la cintura, por lo que le saco la falda de malas maneras, tía Ingrid al verla sacarle la falda también, extrajo una del armario del servicio del que había extraído las bragas, haciéndole poner una falda de María tableada con cuadros grises y celosía negra, tirando de la mano haciéndola salir del servicio. Afuera la esperaba su padre claramente airado por cómo se lo tomaba la muy sinvergüenza, que en vez de ser un castigo, era un juego para ella, pero estaba muy equivocada y no iba a tardar en comprobarlo!!! El cual la cogió de la cintura levantándola del suelo, cargando con ella bajo su brazo derecho, mientras su hija se lo tomaba como si su padre se hubiera trastornado o le ocurriera algo, su hija iba pataleando alocadamente tratando de alcanzarle con sus patadas sin éxito alguno, al igual que tratando de soltarse de su brazo, pero pronto se le fueron todas las tonterías al tomar asiento su padre atravesándola sobre sus rodillas, comenzando a azotarla en el culo con fuerza inusitada, empleándose a fondo en darle a su hija una buena azotaina. Al tener pequeño su trasero, y la mano de su padre la cual era enorme, dándole azotes en el centro del culo, pues su manaza abarcaba totalmente el culo de su hija Angie, que no tardó en darse cuenta del error que había cometido, pues estaba llorando desesperadamente con la azotaina que estaba recibiendo de su propio padre, el cual nunca le había puesto la mano encima, durante varios minutos estuvo calentándole a base de bien el trasero a su hija con su mano derecha, a pesar de que no le había bajado las bragas.  Cuando considero que era el momento de dejar respirar a su hija, la hizo ponerse de pie dejándola a su costado derecho cerca de él, mientras ella lloraba y se sobaba el culo sobre las bragas con sus dos manitas, sintiendo puro fuego en el culo, pero mirando a su padre sumisamente extrañada pues no lo reconocía.  La de veces que había intentado ser castigada por él, y en estos momentos solo deseaba salir del despacho por lo mucho que le abrasaba el culo.

(Sr. Johnson)   -.  Ahora vas a escuchar a tu padre? .- Dijo si, moviendo la cabeza afirmativamente sin dejar de sollozar, no había más que mirarla para ver lo dolorida, al tiempo que se encontraba muy avergonzada viendo frente a ella a su madre, la cual permanecía de pie frente a ella, claramente muy enfadada con ella, Angie nunca la había visto tan enfadada con ella, viendo como ella miraba a su padre y que con su mirada aprobaba la azotaina que le estaba dando su padre.-. Para comenzar estas castigada sin salir de casa hasta que yo lo decida. Y ahora me vas a explicar porque has provocado, que castiguen a Laura cuando sabes que lo que hacías estaba mal, ella tiene el trasero dolorido y tu desvergonzada se lo has tocado causándole dolor,  has sido tu quien te has sobre pasado con ella!!! Estoy esperando!!! No dices nada? Bien…

   Angie con su rostro de sorpresa, volvió a verse de nuevo echada boca abajo sobre las rodillas de su padre, sintiendo de nuevo arder su trasero, como si tuviera las brasas de la chimenea colocadas bajo sus bragas, pues aun las mantenía puestas ante su sorpresa, llorando del dolor en su pequeño trasero por los azotes. Fueron en esta segunda tanda de fuertes azotes, apenas diez minutos de azotaina en el culo, pudiéndose observar como entre el ribeteado de puntilla blanca, asomaba una rojez intensa de su trasero, cuando  volvió a sentirse liberada y de pie al lado de su padre, observándola como se sobaba y se frotaba el culo moviendo rápido sus manos, así como dando pequeños saltos de dolor en su trasero, pues trataba de mitigar su intenso fuego, al tener que frotarse el culo del intenso ardor, el cual podía sentir en las palmas de sus manos como quemaban, al emanar ese ardor intenso  a través de sus bragas a sus manos.

(Sr. Johnson)  -.  Ahora me vas a contar con pelos y señales que ha ocurrido en la universidad este trimestre para traer seis suspensos de siete asignaturas, pues solo has aprobado gimnasia!!!   Aparte de muy mala conducta en clase, con un rotundo cero en conducta. Todas las comodidades que tenías y derechos se han terminado, nada de salir de casa, nada de juegos, nada de móviles y estarás estudiando todas tus vacaciones…

    Al no responderle, el Sr. Johnson se arremango el pantalón de la pierna derecha, soltándose los cordones entrecruzados a la altura de la pantorrilla teniendo atada la zapatilla por encima de sus tobillos a media pierna, sacándose la zapatilla del pie y cogiéndola con la mano derecha.  Angie al ver la enorme zapatilla en la mano de su padre, daba pasos cortos hacia atrás aterrada, pues nunca se había parado a mirar detenidamente lo grande que era su zapatilla, las había visto muchas veces pero nunca se había imaginado sentirla en su trasero, ya que su padre nunca le había dado una azotaina como en esos momentos, ni la había amenazado con dársela.   

(Sr. Johnson)  -. No vas a responder a Papá?  Bien, tú lo has querido!  Bájate las bragas, ya!!! Y ven aquí que te voy a arreglar a ti, desvergonzada!!!  Hoy me has avergonzado al hablarme con tan poco respeto ante los Adams!!! Pero va a ser la primera y la última vez que te vas atrever a hablarme de esa forma, pues a partir de ahora vas a probar a menudo esta zapatilla… Te vas a bajar las bragas? O  te las bajo yo… y te ira mucho peor!!!

   Angie aterrada, en esos momentos solo deseaba salir corriendo, tenía los pies clavados en el suelo, pues no se atrevía ni a moverse, únicamente sus manos las movía ante el ardor para frotarse el culo dolorido e inflamado sin atreverse a pensar en nada, pues estaba aterrada de ver el enfado de su padre y aquella enorme zapatilla en su mano.  En ese instante se sintió aliviada, al ver como su madre iba hacia ella.  Siempre la había mimado desde pequeña, y la veía que se iba a enfrentar a su padre, para que no le pegase más al verla tan dolorida, así como lo colorado que debía de tener el trasero, se le aproximaba a ella colocándose detrás de ella a su espalda, pero Angie se quedó helada y muda sin poder creerse lo que hizo su madre.  Pues con las dos manos le bajo las bragas a las rodillas, y luego sujetándola por los hombros la empujaba hacia adelante acercándosela colocándola cerca del alcance de las manos de su padre, que al tenerla a su lado la atravesó sobre sus rodillas comenzando una nueva azotaina con la zapatilla, los “Ayees” de dolor no se hicieron de esperar, así como las lágrimas descender a raudales por sus mejillas del dolor en el culo… Mientras su madre arrodillada a sus pies, le sujetaba las piernas mientras su padre hacia restallar una y otra vez la suela de esparto en sus nalgas desnudas.   Haciéndola gritar del dolor tan intenso que sentía en el trasero. Las chicas que estaban castigadas de cara a la pared, volvieron sus cabezas al escuchar sus gritos y sus aullidos del dolor, al igual que el estrepitoso sonido de la zapatilla al azotarla en el culo, viendo aterradas la severa azotaina que le estaban dando sobre las rodillas de su padre. Cuando su padre acabo de darle la azotaina, sentía el culo tan inflamado y tan dolorido siendo la primera azotaina que le daba su padre, sintiéndose como si estuviera sentada en la boca de un volcán en erupción… cuando su padre la llevo a donde estaban las demás chicas colocándole las manos sobre la cabeza, con la falda arremangada sujeta a la pretina de su falda, teniendo las bragas bajadas a los tobillos, las cuales se le bajaron al retorcer sus piernas tratando se soltarse de la tenaza de las manos de su madre, cuando su padre la ordeno que no se moviera… Obedeció sin rechistar sin atreverse a moverse, a pesar de lo muchísimo que le dolía su trasero, lo único que se le paso por su mente, es que ni tío Williams pegaba tan fuerte y duro como su padre.  Lo que no se esperaba Angie es que poco después se le acercase a ella su madre,  y agarrándola del brazo izquierdo, con la mano derecha, le dio varios azotes en el culo bien fuertes, que hicieron a Angie saltar de dolor alrededor  de su madre tratando de escapar de recibir más azotes en el culo, la cual mientras se le daba  azotes la regañaba…

(Penélope)  -. Que sea la última vez, que le hablas así a tu padre o seré yo quien te ponga en mis rodillas y té caliente el culo con su zapatilla… A partir de ahora tendré una siempre cerca… Van a haber muchos cambios en casa!!!  Tu padre y yo nunca hemos querido ponerte la mano encima, pero eso ha pasado a la historia de los Johnson!!! Pues a partir de ahora vas a probar mucho “Jarabe de palo”!!!

   John, Williams y Ingrid estaban fascinados viendo como Penélope le dio una serie de unos treinta o cuarenta buenos azotes en el culo a su hija, pues era la primera vez que la veían estar tan enfadada, y más raro fue para ellos ver la fuerza que tenía en la mano, por como saltaba Angie alrededor de ella… Penélope debía de estar muy enfadada con su hija, pues cuando ceso de darle azotes, la obligo a ponerse de rodillas en el suelo, poniendo bajo sus rodillas una vara, que había cogido de la mesa del despacho un haz de varas, las cuales las fue repartiendo al obligar al resto de las chicas a ponerse de rodillas también, subiéndoles las bragas a todas ellas,  dejándoselas bien tensas marcándoles el culo, por cómo les apretaba el elástico de las perneras en sus nalgas, lo cual debía de serles muy molesto a las chicas.

    … Una acción que debió molestar a todas, pues todas según les iba subiendo las bragas, protestaban con “Ayees” de dolor. Y para que no se atrevieran a arreglarse las braguitas, se quedó detrás de ellas con una vara en su mano derecha y la que movía una mano o trataba de bajarla de su cabeza, le asestaba fuertes azotes en el culo hasta volver a colocar sus manos sobre la cabeza. Las cinco chicas incluida su hija Angie sintieron, los azotes de la vara varias veces, la cual siguió detrás de ellas observándolas.

    El Sr. Johnson se dirigía hacia la puerta para hacer entrar a las siguientes, solo quedaban en el pasillo Susana y María. Mientras iba hacia la puerta volvió la cabeza varias veces, tras escuchar la vara en el trasero de alguna de las chicas, y sus “ayees” de dolor de la chica que había recibido los azotes, sonriendo para sí mismo, viendo como había cambiado su esposa. Después de todo, el comportamiento de su hija con su desplante a su padre, les había decepcionado a ambos por igual. Al poco tiempo volvía con las dos chicas asustadas al ver la escena, viendo cómo se paseaba la Sra. Penélope Johnson con una vara en la mano, de izquierda a derecha asestando azotes a la que se movía, mientras padres y abuelos observaban desde el sofá complacientes de la escena, viendo como su hija y nieta era traídas cogidas una por la oreja por el Sr. Johnson, fue la Sra. Penélope Johnson quien avanzo hacia la pequeña María, a la cual cogió de la mano llevándosela a la silla sentándose, y ante la sorpresa de todos, la coloco sobre sus rodillas boca abajo levantándole la falda, y bajándole las bragas a las rodillas.  Segundos después levantaba su brazo derecho por encima de su hombro, con la mano extendida hacia arriba, girando el cuello hacia atrás mientras que con su mirada hacia su marido esperaba con la mano en alto.  María que se esperaba que comenzara a darle la azotaina. Al no sentir los azotes en su trasero desnudo, miro hacia atrás girando su cabeza a la izquierda de su cuerpo, viendo como la Sra. Johnson mantenía su mano levantada con la palma hacia arriba.  Su marido tardo unos segundos en saber que esperaba su esposa, captando su espera se agacho sacándose la zapatilla del pie derecho, cogiéndola por la puntera, y se la alargo hacia ella ofreciéndosela por el talón, su esposa la agarro del talón fuertemente, descargando con fuerza empezó a darle azotes a María, que no tardo en gritar al sentir la zapatilla en su trasero y como le abrasaba el sentir la enorme zapatilla en su culo.

     Mientras el Sr. Johnson se agachaba a desatarse la otra zapatilla, sacándosela y agarrándola por el talón, tal como estaba con una rodilla en tierra, y la izquierda flexionada coloco a Susana sobre su muslo izquierdo, bajándole las bragas de algodón con dibujos a Susana comenzando a darle azotes en el culo.  Madre e hija tenían sus cabezas a escasos centímetros, María sobre las rodillas de la Sra. Johnson, y Susana mirando hacia la esposa, con su marido  rodilla en tierra a su lado izquierdo, los azotes de las zapatillas resonaban al unísono como uno solo, mientras las lágrimas de las muchachas no se hicieron rogar, madre e hija por cómo le estaban calentando el trasero a las dos, una frente a la otra, dado que ninguna de ellas se podría esperar ese resultado. Pues las sorprendió que fueran los padrinos de Susana, quienes la castigaran a ellas a madre e hija al tiempo a las dos, mientras sus padres y abuelos contemplaban su castigo desde los sofás sentados tan cómodamente. Pocos minutos después las siete chicas permanecían de rodillas caras a la pared con las palmas de sus manos sobre sus cabezas, mientras la Sra. Johnson desfilaba a lo largo del despacho, de izquierda a derecha atenta a la que se moviera, permaneciendo detrás de las chicas con la enorme zapatilla de su marido en su mano derecha, y la que se movía sentía la zapatilla en su trasero.

      Durante unos minutos interminables para las siete muchachas, el matrimonio Adams hablaban con el Sr. John entre ellos, ante la repentina revelación del cambio de Penélope, y como caminaba vigilante tras las muchachas, repartiendo azotes a las chicas cuando se movían o cuando estimaba necesario al no cesar de regañarlas, mientras seguían estando arrodilladas con la vara que debía de hacer estragos de dolor bajo sus rodillas.  Durante una hora las chicas estuvieron todas castigadas cara a la pared del fondo del despacho.  Penélope agotada se había acomodado al lado de Ingrid sentadas en el sofá, mientras John en compañía del tío Adams preparaban en la parte del despacho, la cual estaba destinada a la enfermería en la que atendieron a las tres jóvenes en la jornada anterior, haciéndoles la revisión médica a Carolina, Megan y Laura. Las dosis de inyectables que debían poner a las muchachas, las cuales no fueron puestas la jornada anterior, una vez todo estuvo preparado fue tía Ingrid quien se levantó del sofá, dirigiéndose hacia las chicas haciéndoles levantar a las tres, a Carolina, Megan y Laura siendo llevadas tras las cortinas en fila una tras la otra, haciéndolas esperar ante el Sr. John que ya tenía la primera inyección preparada.

    Fue Carolina la primera en entrar al descorrer las cortinas, conducida por tía Ingrid llevándola de la mano, a la cual hizo inclinarse sobre la camilla posando su pecho sobre ella, sintiendo como los dedos de tía Ingrid le bajaba las bragas a medio muslo, mientras Megan y Laura veían como el doctor con un algodón desinfectaba la parte alta de la nalga derecha con un algodón con alcohol, que hizo que carolina ante el escozor se estremeciera, pues teniendo el culo tan inflamado por la azotaina, el algodón con alcohol escoció quemándole la zona mojada, sintiendo como la aguja se clavaba en la nalga y como lentamente presionaba el embolo lentamente haciendo entrar el líquido causando mucho dolor, pues el grito  y aullido de dolor de Carolina se escuchó en todo el despacho, una vez colocada la inyección extrajo la aguja, volviendo a desinfectar y presionando con el algodón en la zona que había puesto la inyección, subiéndole las bragas a Carolina la hicieron incorporar.

      La siguiente fue Megan en entrar e inclinarse sobre la camilla, bajándole la braguita tía Ingrid, al igual que Carolina se estremeció al sentir el algodón con alcohol que le escocia el culo, lanzando un “Ay” al sentir entrar la aguja, y aullaba de dolor al presionar de nuevo el embolo inyectándole en el culo inflamado, volviendo a aullar al escocerle el culo al pasar el algodón, siéndole subida la braguita. Siendo Laura la siguiente en inclinarse sobre la camilla, sintiendo como le bajaban las bragas, haciéndola aullar al pasar el algodón en la parte alta de nalga, y sintiendo el pinchazo, e igual que las amigas lanzo un “Ay” y luego lloraba aullando de dolor cuando el líquido entraba al empujar el embolo en el interior del tubo de la jeringa, presionando con el algodón con otro “Ay” de escozor por el alcohol, subiéndole las bragas.

     Tía Ingrid se encargó de llevarse a las chicas del despacho, llevándose a Carolina, Megan, Laura, Sonia, Susana, María, y Angie las cuales todas sin excepción caminaban con claras dificultades sobándose sus inflamados traseros, dando pasos cortos por lo doloridas que iban todas, y unas más que otras como Carolina, Megan y Angie que fueron castigadas más severamente.   Fue dejando una a una en sus habitaciones correspondientes metiéndolas en las camas, tras desnudarlas colocarles el camisón metiéndolas en las camas arropadas, a excepción de Sonia que le puso su pañal limpio de nuevo al estar aún castigada a llevarlo, y también la pequeña María le puso el pañal.

    Una vez las había dejado a todas bajo a la planta baja, entrando al despacho encontrándose con una escena que no se esperaba o no se recordaba después del tiempo transcurrido. Penélope se encontraba sobre las rodillas de su marido boca abajo, con la falda de su vestido levantada y las bragas bajadas recibiendo una azotaina con la mano gimoteando, escuchando los azotes en su culo desnudo…

(Tío Williams)  -. A ti te estaba esperando yo!

     Tío Williams se encontraba sentado en el sofá esperándola, al llegar a su lado la puso sobre sus rodillas boca abajo, le levanto la falda doblándosela en dos veces sobre su espalda, y lentamente procedió a bajarle las bragas a Ingrid, comenzando a calentarle el culo con buenos azotes con la mano en el trasero, no tardando en gimotear al igual que lo hacia Penélope sobre las rodillas de su marido…

(Sr. Johnson)   -.  Ya os habíamos avisado que luego os iba a tocar a vosotras dos recibir una azotaina en vuestro trasero por desvergonzadas…

 

 

(Continuará…)