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martes, noviembre 10, 2020

EL ABUELO MATERNO Capitulo 18

 

                                             EL ABUELO MATERNO    Capitulo  18

                                                     La indecisión de Carolina

 

       La noche en la madrugada era silenciosa en toda la casa,  mientras todos dormían en la casa Adams, al igual que las amigas de Sonia, a pesar de estar claramente doloridas habían conciliado el sueño.  Ya entrada la madrugada el Sr. Adams se levantó de la cama al haber escuchado un sonido extraño en la noche.  Al vivir alejados de cualquier población más cercana, no se escuchaba ningún sonido fuera de lo habitual en el campo.  Por ello él debió escuchar  un sonido que estaba fuera de lugar, a su edad tenía el sueño muy ligero, con pocas horas de sueño descansaba lo suficiente, por ello aquel sonido  anormal  le hizo despertarse en la noche, molesto por la hora que era hizo que se levantase de la cama, debía averiguar que había  provocado aquel sonido, encendiendo la lámpara de noche miro la hora en el reloj de su mesita.  Eran cerca de las cuatro de la madrugada, pensó que debía de ser  alguna de las chicas que debía de haberse levantado, bien para ir al servicio o bajar a la cocina a beber agua, las chicas  habían tenido un día muy ajetreado, y la casa les debía de resultar extraña al no dormir en sus propias camas.  A pesar de haberse visto en la necesidad de castigarlas en su primer día, eran buenas chicas al hacerse responsables de su error y habiendo aceptado sin discusión alguna, que debían ser castigadas por su grave falta de respeto, un hecho el cual las tres chicas reconocieron haberse extralimitado,   aunque no lo hicieran  de buen grado, se dieron cuenta de su error,  que estaban invitadas en casa de los tíos de Sonia,  conociendo las consecuencias que eso suponía para ellas,  por  Sonia conocían muy bien  sus reglas, así como lo estrictos que eran con la disciplina, con lo que cualquier error tendría sus consecuencias.

     Tras  incorporarse de la cama permaneció sentado al borde, abrió el primer cajón de la mesita de noche, debía  encargarse de la osada que se hubiera levantado, cogiendo del interior una regla de madera, la blandió en el aire dos, tres veces agitándola no pareciendo muy convencido, la volvió a dejar en su interior, acabando por  decidirse  extraer el cepillo de baño, resultando más eficaz  para dar su merecido correctivo de ser necesario, poniéndose en pie con el cepillo llevándolo en su mano derecha,  salió de la habitación caminando por el pasillo, bajó las escaleras hacia la segunda planta donde las muchachas dormían en sus habitaciones.  

    Abriendo puerta a puerta comprobando que estuvieran durmiendo, descubriendo que Carolina no estaba en su cama, ahora ya sabía que ella fue quien saliera sin tener permiso para ir al baño, para no asustarla dejo el cepillo en uno de los muebles del pasillo.  Pues lo había cogido de la mesita por si fueran su nieta, María o su sobrina Sonia, ellas estaban castigadas a no usar el servicio,  de haber sido  ellas les hubiera valido  un buen correctivo,  pero en cambio cualquiera de las demás si podían utilizar el servicio, aunque  habían sido avisadas del riesgo que correrían de hacerlo, pero si había una urgencia debido a ser su primera noche en la casa, los Adams estaban decididos a ser tolerantes esa noche, no sería demasiado severo con ella, con una azotaina  sería más que suficiente, para llevarla a su habitación y meterla en la cama  con el trasero bien caliente. Al doblar la esquina del pasillo vio un resplandor que salía de la habitación de Sonia.  Acercándose lentamente se quedó fuera escuchando las voces en el interior.

    …Momentos antes Carolina salía de su habitación, lo hacía con mucho sigilo tratando de no hacer ruido alguno, sabía que no debían salir de su cuarto por nada, pues tía Ingrid había sido clara al darle las buenas noches a ella… “A la que salga de la habitación, le pondré el culo como una berenjena…” antes de salir se había contemplado  unos instantes frente al espejo,  observándose el trasero viendo las marcas que asomaban por el elástico de la pernera de sus braguitas, tras bajárselas  con mucho cuidado introduciendo sus dedos por el interior del elástico de la cinturilla de las braguitas, viéndose reflejada en él espejo, que tenía el trasero muy colorado y con trazas de estar  bastante parecido al color de la berenjena, al subirse de nuevo las braguitas vio las estrellas,  le dolía el culo considerablemente tras el día que había tenido, pero en esos momentos su mente no quería pensar en ello. Al salir de su habitación tratando de no hacer ruido que la delatase.  Aunque miraba continuamente hacia atrás de ella, hacia las escaleras que ascendían a la planta superior, pues si la descubrían aparecerían por ella bien tía Ingrid o el tío Williams,  al abrir la puerta las bisagras habían chirriado más de lo esperado.  Carolina aterrada fue caminando con sigilo a oscuras, necesitaba hablar con alguien por lo cual se dirigía  a la habitación de Sonia, pero tenía que caminar con cuidado de no tropezar, su trasero le molestaba bastante acentuado por el roce de sus braguitas, siendo muy molestas a cada paso que daba.  En esos instantes varias  horas después ya con el culo  en frio, como se solía decir al pasar unas horas, pues se notaba el culo muy caliente aun al pasarse la palma de su mano,  le costaba el poder caminar por el dolor en sus nalgas, acentuado por el picor y las molestias que le producía  el roce de sus bragas al andar, era como tener una planta de ortigas bajo las bragas, ( recordando esa misma mañana que fue castigada con esa planta, por cochina y marrana, según las palabras de tía Ingrid) por ello caminaba sujetándose el culo con las dos manos, consiguiendo llegar hasta la habitación de Sonia, que al girar el picaporte hacia abajo, un sonido estridente volvió a escucharse.  Temblando de miedo entro en el cuarto de Sonia, volviendo hacer de nuevo ruido tras  golpearse contra la esquina de la cama de Sonia, la cual se despertó sobresaltada por el sonido seco, encendiendo la luz de la mesita de noche.

(Sonia)  -.  Que haces aquí? Te has vuelto loca?  Como te haya escuchado mi tío estaremos en serios problemas las dos!!!   Él tiene el sueño muy ligero, lo oye todo…

(Carolina)  -.  Por eso he venido a tu habitación, lo he pensado muy bien y a mí, no me vuelve a castigar dándome  más azotes en el culo!!!  Al amanecer me quiero ir de esta casa.  Nunca me ha dolido tanto el culo,  apenas he podido dormir algo por eso  mañana me voy.

(Sonia)  -.  Cómo dices? Pero si fuiste tú quien  convenciste a Laura de venir a casa de mis tíos, todas sabemos cuales eran tus intenciones, Laura tenía sus dudas de venir a casa de mis tíos, pues sabéis de sobras por todo lo que os he contado de ellos, y de Megan es mejor no hablar, porque ella lo dijo desde el primer momento que no quería saber nada de vuestros líos.   Y vosotras mismas  sois las que ya estabais en problemas nada más llegar, mi tío tenía toda la razón para estar enfadado con vosotras, incluso Megan que no deseaba venir a casa de mis tíos, acepto que había obrado muy mal. 

(Carolina)  -.  Y… yo lo reconozco también que nos comportamos irresponsablemente, pero… lo he estado pensando y no era necesario ser tan severos con nosotras…

(Sonia)  -. Yo os lo advertí antes de que cogierais el avión, que no hicierais ninguna tontería en presencia de mis tíos, pues ya os había hablado de lo serios que son con la disciplina.   Las azotainas que recibisteis ayer, las merecierais las tres mi tío tenía toda la razón para castigaros, ellos son muy estrictos y severos con esos temas, pero nunca castigan sin haber motivos para ello.  Estoy convencida que las azotainas que te dieron ayer te las buscaste tu solita, aunque yo no estuviera presente en todas, ellos no obran si no se les da motivos para ello. Aunque si son muy tiquismiquis y a la más mínima ya te han bajado las bragas… y te están calentando el culo a base de bien.

(Carolina)  -.  Pues a mí,… ya no me las van a bajar más las bragas!!!  Además ya tengo ganas de ponerme bragas de  las mías, estás son muy horteras y demasiado  molestas para llevarlas de continúo.

(Sonia)  -.  Y las otras que opinan? Has hablado con Laura y Megan de que os vais mañana?

(Carolina)  -. No.  Con ellas hablare mañana cuando se levanten!

    El Sr. Adams desde la puerta había escuchado casi todo lo que habían hablado, perdiendo la paciencia ya había escuchado suficiente,  encendiendo la luz apareció en el umbral de la puerta… regañándolas nada más  entrar,  Viendo cómo se sobresaltaban las dos al verle en la puerta, Sonia era la que más asustada estaba de las dos, pues al verlo aparecer vio el enfado en su rostro.

(Sr. Adams)   -.  Pues… Mañana hablas con tus amigas, y si decidís marcharos! Os llevare al aeropuerto o al hotel, si es que deseáis quedaros en el pueblo, aprovechando vuestras vacaciones. Pero si queréis ver a Sonia será en el pueblo, no en esta casa!  Cuando no este castigada y para eso van a pasar varios días por tu culpa, pues por este motivo  va a estar castigada.  Antes de volver a llevarte a tu cuarto espera aquí…  Primero voy a encargarme de Sonia!  Ya te puedes levantar de la cama, porque te voy a poner el culo bien caliente para que aprendas, te voy a dar una azotaina que no vas a olvidar, aunque quien debería recibirla sois las dos, no solamente tú, Sonia!!!  Pero como has decidido marcharte, voy a respetar tu decisión…  Sonia!  Levántate de la cama, no me lo hagas repetírtelo otra vez y ven aquí!!!  Tú conoces muy las reglas de esta casa, has desobedecido sabes que no podéis hablar durante la noche!!!  Y Yo te voy a enseñar a obedecer.

     Sonia contrariada al hallarse en problemas miraba Carolina, estaba entre enfadada con ella y decepcionada por haber causado la embarazosa situación.  No era la primera vez que fuera a ser castigada por ese motivo, sus primas en otras ocasiones la habían metido en problemas, siendo castigadas todas las culpables.  Muy nerviosa retiraba la sabana y manta con la que se cubría,  destapándose temblorosamente se levantaba de la cama, poniéndose en pie acariciándose ligeramente el trasero con la mano derecha, del pánico a ser castigada de nuevo, tuvo un accidente en su pañal,  con la mano  izquierda posándola en la entrepierna cruzando las piernas e inclinándose, pues del miedo a ser castigada pese a sus intentos, no pudo contenerse haciéndose pis en el pañal, un acto que no pasó desapercibido para Carolina que la vio muy de cerca, Sonia  avergonzada miraba a Carolina y a su tío que la esperaba sentado, temblorosa avanzo  encaminándose lentamente hacia su tío Williams, el cual al bajarle las bragas  descubriría  que el pañal lo acababa de mojar, algo que no le iba a gustar nada, dado su enfado en esos momentos.  Había tomado asiento en una  silla que estaba colocada en el rincón de la habitación, al entrar la había cogido para colocarla  en el centro de la habitación. 

      Sonia al llegar a su lado estaba aterrada y muy avergonzada, sintió como su tío introducía sus dedos bajo el elástico de la cinturilla de sus bragas, y se las bajaba de un solo tirón  a los tobillos, al tiempo que la agarraba  por las caderas levantándola del suelo, para colocarla sobre sus rodillas boca abajo, apoyando ella sus manos en el suelo. No tardo más que unos segundos en soltarle los adhesivos del pañal, dejándolo caer por detrás entre las piernas, comenzando  a darle una fuerte y sonora  azotaina  en el culo desnudo,  se la dio con su  pesada mano, la cual parecía que la tenía de granito, no desconociendo sus efectos cuando la empleaba,  dolían los azotes de lo lindo comprobando en sus nalgas el enfado, dado lo fuerte que le propinaba su tío los azotes, teniendo sus consecuencias de inmediato por la fuerza empleada y la rapidez que caían uno tras otro en el culo desnudo,  su tío estaba muy enfadado por  causa de Carolina, pagando las consecuencias con una buena azotaina  Sonia.  Al ser  fuertes y seguidos los azotes, resultando para Sonia un dolor muy intenso en su trasero con  la severa  azotaina, resultando muy dolorosa para Sonia que a los pocos azotes ya estaba llorando a mares.  En otras circunstancias a pesar del estado de su trasero, habría quizás aguantado un poco más de  tiempo antes de ponerse a llorar, pero se encontraba así misma decepcionada por el comportamiento de su amiga Carolina, lo cual la apenaba que hubiera decidido irse.  No se esperaba esa decisión de ella, pues justamente Carolina  era la más lanzada de las tres, y la que tenía las ideas más claras. Al verse echada sobre las rodillas de su tío  boca abajo, sus lágrimas ya aparecieron en sus pupilas por el temor a lo que se le venía encima.  A los pocos azotes ya lloraba desesperada del dolor por la  azotaina, aunque ella no era la culpable, su tío le dio una buena azotaina al considerarla tan culpable como Carolina, demostrando con fuertes azotes el enfado.  Para él, era claramente una falta muy grave al haberle desobedecido, pues le habían despertado sin motivo aparente, puesto que Carolina había tomado una decisión.  No tenía por qué haber ido al cuarto de Sonia a meterla en problemas, y encima con la atenuante de meterla en problemas y ella saliendo indemne de su falta.  Pues podría haber informado de su decisión al día siguiente, le molestaba en extremo tener que castigar a su sobrina, sin ser ella la única culpable de la falta. Con la azotaina al agitar sus piernas el pañal cayó al suelo, al igual que sus braguitas se desprendieron de sus pies yendo a parar cerca de la cama.  Una vez dada por terminada la azotaina, Sonia tenía el culo completamente colorado, el cual le abrasaba por lo caliente que lo tenía.  Para volver ponerle el pañal de nuevo, la levanto en sus fuertes brazos de su regazo, cargando con ella boca abajo, llevándola a la cama la dejo caer sobre ella, y le dio la vuelta colocándola boca arriba, llorando Sonia cubriéndose el rostro  de la vergüenza.

    Mientras su tío se retiraba de la habitación, volviendo poco después con una cubeta con agua y jabón para lavarla antes de ponerle el pañal limpio, lavando la entrepierna y el culo  tras haberse orinado.  Una vez la hubo aseado pasándole una esponja húmeda, la seco con una toalla de baño,  poniéndole polvos talco en la entrepierna y levantándole las piernas en alto, también en el culo colorado, esparciéndoselo con la mano derecha.  Sonia lloraba del dolor y por lo  avergonzada que estaba, pues podía ver a Carolina como la observaba mientras la lavaba y le ponía los polvos de talco, para ponerle un nuevo pañal limpio, pues el anterior se había hecho un ovillo sobre sí mismo, al desprenderse ante el frenético  agitar de sus piernas, mientras recibía la azotaina en el culo.   Luego cogiendo unas  bragas limpias se las puso, para acomodarla en la cama arropándola al tiempo que la besaba en la frente, dejándola en la cama moqueando y sollozando.  Para Sonia esos momentos fueron muy duros, se sentía morir  de la vergüenza al estar su amiga delante, y viendo como le ponía su tío el pañal como a una bebe. Sin poder cubrirse con las manos, pues ello le habría valido una nueva azotaina, pues en otras ocasiones lo había hecho, acabando sobre las rodillas de su tío de nuevo  o lo que era peor recibir una azotaina con el cinturón.

     Salieron de la habitación el Sr. Adams llevando de la mano a Carolina, a la cual condujo a su habitación dando traspiés a cada paso que daba, por el dolor del trasero, ella no había recibido la azotaina que se merecía, pero caminaba dolorida sobándose con la mano libre, hasta llegar a su habitación dejándola en la puerta, permitiendo que entrara ella por sí sola, pues de haberla hecho entrar y metido en la cama él, no se habría podido contener sin darle su merecido. 

(Sr. Adams)  -.  Bien Carolina ahora te vas a meter en tu cama y si puedes… no causes más problemas por esta noche, ya has causado bastantes por hoy!!!  Sonia no debía de haber sido castigada, o al menos no ella sola, pues la culpable eres tú al haber salido de tu cuarto y haberte presentado en su habitación.

(Carolina)  -.  Yo…yo…

     Carolina no tenía palabras para expresar como se sentía en esos momentos, tras no haber podido evitar  tener que presenciar la azotaina a Sonia, viendo el estado de su trasero amoratado al bajarle las bragas y tras quitarle el pañal, muy similar a como ella misma tenía el suyo propio, e imaginándose lo dolorida que debía de estar.  Teniendo que permanecer en pie, viendo como se le enrojecía el culo de su amiga con la  azotaina, y como resonaban los azotes en sus oídos, viéndola como pataleaba con sus piernas en todas direcciones, y como sus bragas le trababan o se estiraban al abrir y tratar de separar   sus piernas, visión que hizo a Carolina notar como mojaba el fondillo de sus braguitas.  Hasta que al finalizar la larga azotaina, vio  como  le había puesto el culo muy colorado por su culpa, aterrada por el estado que le había dejado el culo a Sonia, llego a pensar que ahora la castigaría a ella dado el enfado de tío Williams, pero no sucedió tal cosa. En esos momentos ante la puerta de su cuarto, se sentía muy mal al haber  traicionado a Sonia.  Claramente ella se sentía culpable y era la culpable de todo, deseaba en esos momentos poder hacer algo para no sentirse tan mal. No consiguió articular palabra alguna, sintiéndose fatal por ello, tenía la esperanza o esperaba que tío Williams la castigase a ella ahora.  Se encontraba completamente cohibida y muy avergonzada de sí misma, al no poder articular palabra alguna, pues no se atrevía al tener a tío Williams frente a ella, opto como mejor salida para ella,  bajarse las  bragas a las rodillas, esperando que tío Williams la observara viéndola lo arrepentida que estaba, y que al verla con las bragas bajadas aceptando su culpa, pensó que sería  castigada ella… de haberlo hecho se abría quitado ese sentimiento de culpa, pero…

(Sr. Adams)  -. Puedes subirte las bragas!  Has tomado una decisión y ya no hay vuelta atrás…  Esta mañana al llegar a esta casa, antes de daros vuestro merecido ya fuisteis regañadas sobre este tema, vosotras podéis marcharos si lo deseáis, pero  mi sobrina, mi hija y mi nieta ellas no tienen alternativa, pues los responsables de ellas somos nosotros, somos sus Tutores legales, teniendo la obligación de encargarnos de ellas cuando es necesario y deben obedecernos o de lo contrario son castigadas. Pero vosotras tres no estáis bajo esas circunstancias. Ahora procura dormir y no causar más problemas, porque tengo que hacer verdaderos esfuerzos para contenerme y no ponerte el culo ardiendo como brasas al rojo!!!  Aunque estés bajo mi techo, has tomado una decisión…

     Carolina entro llorando a su cuarto, pues había visto en los ojos del Sr. Adams, no solo el enfado,  lo que más le dolió fue ver la decepción que demostró  hacia ella, sin darle ni las buenas noches al despedirse, como había hecho con su sobrina momentos antes, dándole un beso en la frente muy cariñoso. O Como a ella misma hacia unas horas, le diera la buenas noches al acostarla tía Ingrid, dándole un beso cariñoso haciéndola sentirse bien, a pesar de sus circunstancias…

     La madrugada transcurrió tranquila  sin más sobresaltos.  Aunque  las chicas se habían desvelado al escuchar la azotaina que recibió Sonia,  hasta la mañana siguiente no sabrían a quién habían escuchado llorar esa noche, excepto María y Susana que al dormir enfrente de su habitación, lo habían escuchado todo lo sucedido desde sus camas. 

    Ante la incertidumbre de Laura y Megan que no lo sabían a ciencia cierta cuál de las chicas lloraba, pues habían escuchado voces en el pasillo del Sr. Adams  proveniente frente la habitación de  Carolina.   Aunque esa misma mañana se iba a conocer quien fue.  A las siete y media de la mañana, entraba tía Ingrid abriendo la puerta deportándolas e haciéndolas salir al pasillo a las tres.   Saliendo de sus habitaciones bostezando y dubitativas,  encontrándose en el pasillo, con  Susana, María y Sonia que ya aguardaban de pie. Al verlas estaban sorprendidas Megan y Laura temiendo el motivo de hacerlas salir al pasillo, pues sabían que por la mañana pasaría tía Ingrid a vestirlas para el desayuno, pero el hacerlas salir las mantenía en alerta, pues algo grave debía de haber sucedido.  Viendo reflejadas en sus rostros que estaban muy preocupadas.  Laura y Megan se acariciaron sus traseros con las dos manos, imitando a María y Sonia que lo hacían sobre sus abultadas braguitas por llevar pañal.  Las seis muchachas se encontraban en camisón y bragas viendo sus dibujos de diferentes colores, pero muy similares entre sí, preocupadas por lo que pudiera suceder.  Pasado unos minutos  vieron aparecer  al Sr. Adams acompañado de tía Ingrid, con el rostro serio se acercaron hacia ellas, claramente avergonzadas de estar en braguitas, hacia pocas horas que las habían visto con el culo desnudo al darles sendas azotainas, pero a pesar de ello tanto Laura, Megan y Carolina no estaban habituadas a estar en ropa íntima ante dos adultos que podrían ser sus padres.  Colocándose ante  ellas en el pasillo, la preocupación era clara en sus rostros, fijándose la seriedad que mantenía Carolina con sus ojos rojos de haber pasado la noche llorando y con cierto brillo de sus pupilas de faltarle muy poco para ponerse a llorar, ello les hizo ver que algo grave sucedía con ella.

(Sr. Adams)  -.  Buenos días, chicas!!!  Imagino que anoche todas escuchasteis lo sucedido a una de vosotras, fue castigada por culpa de otra de vosotras, que salió de su habitación sin permiso, poniéndose hablar con una de vosotras. Algo que no se debe hacer pues las noches son para dormir, sobre todo al estar castigadas en vuestras habitaciones.  Pero esa es una falta grave, recibiendo una azotaina en el culo fue castigada Sonia, la cual sin ser la única culpable de lo ocurrido, fue quien recibió una azotaina en el trasero.  Librándose la  verdadera culpable,  que fue la desvergonzada de Carolina!  Ella merecía haber sido castigada!  Pero ha tomado la decisión de abandonar la casa, a pesar de estar castigada por su comportamiento en el aeropuerto.  Ayer vuestro comportamiento no fue el más correcto, de haberos ido a un hotel, no habría sido castigada ninguna de vosotras por vuestra osadía.  Pero… Deseabais quedaros en nuestra casa con Sonia, nosotros estamos muy agradecidos que vinierais de visita durante unos días. Pero en esta casa hay unas reglas claras, la disciplina impera en ella, eso no es ningún secreto para ninguna de vosotras. En la mañana de ayer, yo dada mi edad podría haber optado por dejar vuestras maletas, lo cual muy posiblemente habría ocasionado graves problemas, pues al no recogerlas habrían ido a parar a la sección de objetos perdidos o con la confusión podrían haberlas embarcado en otro vuelo, con lo cual se habrían ocasionado muchos problemas al perderlas.  Sin ser asunto mío, me ocupe de retirar de la cinta transportadora vuestras maletas, antes que la cinta en su recorrido hubiera hecho desaparecer vuestro equipaje. Ante vuestra desfachatez me tuve que encargar de ellas, si después de vuestro acaloramiento al encontraros de nuevo después de mucho tiempo sin veros, hubierais vuelto a por ellas no estaríamos en esta situación, pues era lógico vuestra alegría por veros.  Por vuestro comportamiento irresponsable, tuve que cargar con vuestro equipaje hasta la salida, paseándome cargado de maletas por todo el aeropuerto hasta la salida, por fortuna alguien acudió a prestarme ayuda, ya que ninguna de vosotras hizo nada por volver a buscarlas.  Entramos al coche después haberlo cargado yo mismo, pues tampoco en ese momento os preocupasteis de él, hasta que al llegar a casa os regañe por vuestra despreocupación y vuestra arrogancia, comunicando a todas vosotras que erais merecedoras de un buen correctivo.   Pude ver que estabais muy avergonzadas de vuestro incorrecto comportamiento, e informe a las tres que si os quedabais en esta casa, el castigo era inminente por la gravedad de los hechos.  Muy a desgana pude ver que decidisteis aceptar las consecuencias, nadie acepta de buen grado ser castigada severamente como es natural.  Pero para permanecer en esta casa, era necesario el daros un severo correctivo, porque ya no sois ningunas niñas de doce años!!!  Sois mujeres hechas y derechas!  Aunque para mí no sois más que unas mocosas desvergonzadas!!!  Aceptasteis de buen o mal grado, que vuestro comportamiento merecía un castigo!!!   Carolina!! Ha decidido que no es merecedora de tal castigo, deseando abandonar esta casa!!!   No contenta al parecer de su irresponsabilidad, desea agravar la situación abandonando la casa! Agravando digo, porque no es de lógica el marcharse después de haber aceptado que cometió un grave error con vuestro mal comportamiento, habiendo cambiado de opinión su disposición de permanecer en esta casa, cumpliendo su merecido castigo, que sería lo más lógico de desear continuar en esta casa.  Ahora vosotras dos Megan y Laura! Debéis decidir que vais hacer, abandonar la casa como ella o permanecer en ella cumpliendo vuestro castigo?  Que decidís hacer?

       Tanto Laura como Megan no se esperaban recibir otra bronca siendo regañadas de nuevo, ya bastante avergonzadas se encontraban por lo sucedido. Con brillo de sus pupilas de estar avergonzadas tras la regañina, miraron las dos hacia Carolina viéndola que sollozaba en silencio, sus miradas se cruzaron viendo en ellas la desconformidad de sus amigas… Siendo Laura quien hablara primero…

(Laura)   -.  A… a usted que le parece tío Williams?  Que debemos hacer?  Pues usted nos castigó…a las tres por nuestra irresponsabilidad, porque cometimos una serie de errores graves, que no vimos ninguna de nosotras en un primer momento, al dejarnos llevar por la euforia de volver a ver a Sonia. Y que dadas las circunstancias por lo avergonzadas que estábamos, como usted bien nos ha recordado, estuvimos de acuerdo…bueno aceptamos sin tener otro remedio en esos momentos, ya que nos sorprendió a las tres en nuestra habitación y creo que todas estábamos tan avergonzadas, que ninguna hicimos nada por impedir ser castigadas nada más llegar a su casa.   Luego más tarde nos explicó el porqué de nuestro castigo. Yo al menos, estaba tan avergonzada que no me atreví a contradecirle, porque todo lo que nos dijo era verdad, así que aceptamos en ese momento que usted y Tía Ingrid se ocupasen de nosotras, mientras permaneciéramos en su casa.  Es su casa y son sus reglas las que debemos obedecer. Y para ello debíamos aceptar las reglas de su casa, teniendo claro lo que ello nos iba a suponer. No estoy de acuerdo con Carolina, pero es mi amiga y no puedo dejarla marchar sola. Si usted me levanta mi castigo, desearía quedarme con Sonia en su casa, pues venimos de vacaciones justamente para estar con ella, claramente aceptamos sus normas en la casa, pues estamos bajo su techo y usted manda claramente en su casa.  Ojala mis padres fueran como ustedes, a pesar de mi edad a mis treinta y un años, se preocupasen ellos de mi como han hecho ustedes, anteponiendo ante mí la realidad de la vida, y de cometer un error, este debe ser subsanado con disciplina, ojala mis padres tomasen medidas como han hecho ustedes, a pesar de que me han… castigado, hacía tiempo que no me sentía aceptada y tan querida, pues a pesar de ser muy estrictos, también han sido muy cariñosos conmigo, un cariño que hace tiempo que no sentía,  solo en un día en su casa son para mí como mis propios padres. Y si no me levanta usted mi castigo, está claro que no puedo irme, ya que estoy castigada por mi irresponsabilidad, solo espero que esto no lo tome como una rebeldía y me dé… bueno… sabe que quiero decir…por ello, se lo agradecería enormemente porque me duele horrores el culo.

(Sr. Adams)  -. Por supuesto que sigues estando castigada!!!   Pero si deseas acompañar a Carolina,  te lo tendremos en cuenta en el futuro. Pues toda falta debe ser enmendada, y aun debéis aprender lo que ello supone. Seremos anticuados para estos tiempos, pero en esta casa la disciplina es lo primero.

(Laura)  -. No señor!  Si no me retira el castigo, seguiré en la casa. 

(Megan)  -.  Yo… Me sabe mal dejar sola a mi amiga Carolina y que se marche sola, pero si usted no me levanta mi castigo, no me iré con ella.   Ayer cometimos muchos errores, no deseo cometer un nuevo error,  pues honor de las palabras que ha dicho Laura, yo también los siento a ustedes como mis padres, me han tratado muy bien con un cariño que hace años no sentía, aunque me duela el…culo… nos lo ganamos nosotras, por lo que no se lo puedo tener en cuenta, ha sido por nuestra culpa el que nos veamos en esta situación.

(Sr. Adams)  -.  Pequeña!  El castigo no se te levanta!  De hecho no se os levanta a ninguna de vosotras tres, si fuerais unas chiquillas nada de esto habría sucedido, pues al llegar al aeropuerto yo mismo me hubiera encargado de todo, pero sois unas mujeres hechas y derechas, pero el hecho que seáis mujeres no estáis exentas en mi casa de ser castigadas como corresponde.

(Tía Íngrid)   -.  El castigo no se os puede quitar, igual que tampoco se lo hemos levantado a Carolina.  Pero si ella no quiere estar en esta casa, no podemos hacer nada ante esa realidad.   Ella es libre de decidir cómo lo sois vosotras dos… Pero… tampoco podemos consentir, que una amiga de nuestra sobrina se quede sola en un hotel, al llegar a nuestra casa os aceptamos como si fuerais nuestras hijas, pues en esta casa nosotros debemos velar por vuestra seguridad, de sucederos algo vuestros padres nos lo reprocharían con razón.  Al venir a visitar a Sonia, estamos muy contentos que hayáis venido de visita. Siendo vosotras unas adolecentes, nos habíamos conocido hace años cuando Sonia estaba estudiando en la universidad e íbamos a su casa, vosotras  cuatro siempre correteabais por la casa jugando, a pesar que ya no erais ningunas chiquillas, si conocemos algo de  vuestros padres, es  por mis cuñados, el hermano de Williams y de su esposa, una lástima que ya no estén entre  nosotros.  Aunque no nos hubieran presentado anteriormente o visto en persona.  Pero si ninguna la acompañáis, deberá quedarse en la casa, pues no permitiremos que se vaya sola al hotel.  Eso sí, no será castigada haga, lo que haga de ahora en adelante, y podrá vestirse como ella quiera.  Pero la cambiaremos de habitación dándole una del fondo del pasillo  que tiene servicio, totalmente insonorizada por lo que no escuchara nada.   Y tiene salida al exterior de la casa por las escaleras de servicio, por lo que podrás entrar y salir cuando quieras, como si te vas de fiesta y  volver a la hora que quieras.  Te parece bien? Sera como estar en un hotel, la comida también se te subirá arriba.  No estamos de acuerdo con tu marcha, pero tampoco te vamos a obligar cumplir con nuestras reglas si no lo deseas.  Debes  de comprender que tampoco, te permitiremos asistir  cuándo tus amigas sean castigadas o el escuchar lo que suceda, no nos parece bien a mi marido y a mí misma, que te puedas masturbar al escucharlas llorar, o al escuchar cuando son castigadas… Lógicamente eres spankee, y cuando pasen unas horas o unos días desearas poder volver, si no lo deseas ya en estos momentos.  Pero ya te anticipamos de antemano que ello no será posible.  Esta casa no es un club como a los que sabemos que sueles visitar, tanto mi marido como yo misma conocemos vuestras andanzas, pues mi sobrina tiene derecho de utilizar internet, pero está controlada por nosotros con la autorización de John, que al parecer son algo más que buenos amigos.  Aquí no puedes venir cuando la adrenalina te suba, y que desees ser castigada de nuevo, aunque vuestra travesura del aeropuerto no fuera provocada, pero conocíamos vuestras intenciones, queríais provocar el castigadas en vuestra estancia.  Lo sabemos porque revisamos el móvil de Sonia cada día.  Al desear marcharte, ya no hay vuelta atrás.  Anoche cuando entraste en la habitación de Sonia, ya habías decidido que deseabas hacer,  debías de haber sido castigada tú y por supuesto también mi sobrina, pero no fue así, solo recibió su castigo Sonia.  Lo que significa que ya tomaste tu decisión, y eso que cinco minutos después, deseabas que mi marido te diera una azotaina,  porque te sentías culpable de lo que habías provocado, incluso como no te atrevías a pedírselo verbalmente, y  te bajaste tu misma las bragas, Williams me lo explico todo al volver a la cama, pero ya era tarde, tu decisión ya estaba tomada.  Ahora solo te queda la opción de indicarnos si te quedas en la nueva habitación del fondo del pasillo o prefieres irte a un hotel…  Nosotros para que Sonia y tus amigas estén tranquilas, preferimos que te quedes en la habitación del pasillo, no podemos consentir el dejarte marchar sola, pero tampoco podemos impedirlo, por lo que significa… que… o  te quedas en la habitación o te llevamos al aeropuerto en el primer vuelo que salga de regreso, llamando a tus padres para que te recojan al llegar, así como explicarles que te hemos castigado y la causa de ello. 

    Carolina desde que había escuchado hablar a Laura, había roto a llorar angustiada por su delicada situación, pues se daba perfecta cuenta de su error,  había sido en un momento de debilidad, decidiendo algo que realmente se daba cuenta que no sentía, pero sus dudas la habían metido en un atolladero, del que no sabía cómo salir de él, pues se había dado cuenta que no era algo que ella pudiera decidir.  Estaba castigada en la casa de forma real, no por un mero capricho de ella, la habían castigado por su irresponsable comportamiento, ahora lo veía claro la seriedad de su posición. No teniendo nada que ver con los encuentros, que pudiera haber vivido previamente de forma voluntaria, ella misma había aceptado ser castigada y ahora se comportaba como una niña caprichosa que no deseaba seguir jugando, cuando su situación para nada se trataba de un juego. Pero había sido un lapsus en el tiempo, sin detenerse a pensar que no era decisión de ella, había sido castigada durante los diez días de estancia de sus vacaciones, por lo que había decidido aceptar a los Adams como a sus propios padres, igual que sus amigas habían coincidido al dar su opinión, demostrándole que marcharse era su falta de inmadurez, pues a pesar de lo estrictos que era el matrimonio, también había habido momentos de un cariño muy especial  y en un momento de debilidad no pensó con claridad lo que hacía, su mente le había gastado una mala jugarreta, creando en ella un momento de indecisión, tras el cual durante esos momentos estaba complemente segura de su decisión, y en cambio al ver castigar a Sonia, comprendió en ese momento que su castigo era por su mala conducta. Ahora se encontraba fatal y hundida consigo misma.  Porque no solo había metido en problemas a Sonia, ahora se daba cuenta que no deseaba irse.  Por ello al escuchar a Laura, al igual que las palabras de responsabilidad hacia ella por tía Ingrid, lo que le demostraba el cariño que la procesaban a pesar de no ser su hija, no consintiendo dejarla marchar sola de la casa.  Tía Ingrid volvía a demostrarle su cariño al no dejarla marchar sola. Rompiendo  a llorar desesperadamente, pues no deseaba ser castigada de nuevo,  pero se daba cuenta que sus amigas Laura y Megan se encontraban en la misma situación que ella, pero aceptaban que debían de ser castigadas por su mala conducta, y que ella había hecho que empeorase su situación,  al haber causado un problema y  hecho castigar a su amiga Sonia.  Ahora se daba cuenta que estaba decepcionando a sus dos amigas Laura y Megan, como también se sentía Sonia decepcionada por su forma de mirarla, al igual que tía Ingrid y tío Williams porque en sus rostros veía esa decepción, no vio enfado en ellos por su decisión.  Todos estaban esperando su respuesta, pero se encontraba tan mal consigo misma, que era incapaz de hablar por sí misma, nunca se había encontrado en una situación tan extraña… No deseaba irse, pero tampoco deseaba ser castigada, pero ese mismo sentimiento lo observo en sus amigas, siendo un comportamiento lógico por parte de ellas, pero la demostraban que se equivocaba ella, por ello se arrepentía de su decisión y no sabía cómo podría arreglarlo… o si habría posibilidad de arreglo.

       Tanto el tío Williams, como tía Ingrid su esposa, se percataron dándose cuenta enseguida de lo que le sucedía a Carolina, y ambos se alejaron sin mediar palabra alguna con las chicas, por el pasillo hasta entrar al servicio cerrando la puerta…

(Tía Ingrid)  -.  Que te parece su comportamiento?  Creo que está muy arrepentida de haber tomado esa decisión,  sin habérselo pensado bien, la veo muy arrepentida y  avergonzada al ver que sus amigas no apoyan su marcha, ya de adolescente estudiando en la universidad,  la madre de Sonia me había hablado de lo cambiante que era Carolina, siempre provocando travesuras, que luego las reparaba antes de ser descubierta, tu cuñada me lo había comentado que en alguna ocasión, había castigado a Sonia al igual que a Carolina, Laura y Megan dándoles una azotaina a las cuatro. Ya por aquellos años Sonia pago los platos rotos por ella… Tenías razón anoche al decir que se había arrepentido.  Pero debe aprender la lección y es que continúe pensando en que la dejamos marchar… cuando en realidad lo que se merece, es una buena azotaina. Pero deberá reparar esta afrenta que nos ha hecho, eso desde luego le va a costar caro…

(Sr. Adams)  -.  Pues… Lo que hablamos ayer noche cuando volví a la cama, después de darle la azotaina a Sonia.   La muchacha al acostarse en la cama se puso a pensar en lo sucedido, en vez de ponerse a dormir y la mente le gasto una mala pasada, está muy claro que no desea marcharse, pero ahora está totalmente bloqueada, porque no sabe cómo salir de esta. Se siente acorralada…y si, como bien dices es necesario dejarla que se dé cuenta ella misma, se la debe castigar seriamente por provocar este contratiempo… Deberás hablar con ella con calma, dudo que ponga mucha resistencia cuando le digas lo que le va a suceder. No solamente nos ha decepcionado a nosotros, también ha decepcionado a sus amigas, solo hay que verla como esta desecha por ese motivo.

(Tía Ingrid)  -.  Y que podemos hacer ahora, porque está claro que está muy arrepentida…le damos la oportunidad de que decidamos nosotros por ella? Eso es algo que ella no se espera…

(Sr. Adams)   -.  Todos cometemos errores alguna vez en la vida, está claro que no desea marcharse, pues de lo contrario se marcharía sin más. Aunque no la dejaríamos marchar sola desde luego, pues sus amigas se quedarían intranquilas, aunque la metiéramos en un avión de regreso.  Y si tenía alguna duda, Laura y Megan han sido muy claras al hablar, dejando claramente que ellas aceptaron las consecuencias de su error, al igual que comprenden que deben acatar las reglas que tenemos en esta casa, si desean quedarse en ella con Sonia.    Ahora te la llevas a su habitación para que se calme, hablas con ella cuando se  haya calmado y deje de llorar.  Ahora cuando salgas, en el mueble del pasillo está el cepillo que deje yo ayer noche, llévatelo a su habitación y hablaba con ella, si lo haces tú se tranquilizara mucho más que conmigo, cuando este más tranquila le dices lo que va a ocurrir, y que la espera una buena azotaina  por este error, el cual es muy grave e imperdonable…  Hazle comprender que no aceptaremos un nuevo error.  Si desea realmente  quedarse no pondrá objeciones y acatara las reglas al estar castigada aun. 

(Tía Ingrid)  -.  No crees que bastaría se la diera con la zapatilla?  Esta desecha en un manojo de nervios, creo que el cepillo de baño es excesivo para ella en estos momentos…

(Sr. Adams)  -. Ya te estas ablandando de nuevo? Te voy a tener que enviar al despacho de nuevo? Carolina es buena chica, de eso no tengo duda alguna.  Pero anoche seguro que se hizo algo que tenía prohibido hacer… y ya sabes por propia experiencia, que alguna vez te has masturbado, cuando tienes un orgasmo tras otro, llega un momento en que la mente al estar relajada, se pierde el interés momentáneamente por ser castigada o cualquier otro interés sexual, al quedarte apaciguada tras el clímax.  Ella seguramente se masturbaría una o varias veces, por lo húmedas que tenía las braguitas ayer noche cuando se las bajo, las pude observar como las llevaba de mojadas.  Sabes por experiencia propia que esa situación, una vez estas relajada, la mente juega malas pasadas, y sería muy posible que así le sucediera a ella.  Para mí no es excesivo el castigo, pues las seis tenían prohibido tocarse por estar castigadas.  Seguro que tu sobrina no pensara lo mismo, con la azotaina que le di yo anoche por culpa de Carolina.  O… Es que has olvidado esa cuestión, que justamente es la que hace necesaria que reciba una severa azotaina con el cepillo…entre otras causas…  Ya sabes lo que debes hacer, antes de dársela la preparas para bajar a desayunar, si lo deseas no le bajes las bragas para darle la azotaina, le dolerá igual con bragas, que sin ellas…, Deben estar vestidas y desayunadas  antes de que llegue Angie a ponerles la inyección, ya que ayer no se las pudo poner el doctor, al no llevar en su maletín las dosis necesarias, pues no tenía programado que fueran tres chicas de mas, solo venía con las necesarias para Susana, Sonia y María.  Y se encontró con tres chicas extras.  Hoy Angie se pasara por la farmacia a comprar antes de venir.  Me llamo Johnson ayer tarde antes de la cena que no las tenía en casa, por lo que Angie se demorara  un poco. Salgamos antes de que se nos haga más tarde, ya me ocupo yo de arreglar a las pequeñas Sonia y María!!!  Susana que se vista hoy sola, y baje a preparar el desayuno.

      Salieron del baño andando por el pasillo, tía Ingrid siguiendo las instrucciones, recogió el cepillo de madera de baño del mueble, llevándolo en su mano derecha, reuniéndose con  las chicas que al verles volver dejaron de atender a Carolina, las cuales estaban todas tratando de calmarla puesto  que continuaba llorando.   Al verles aparecer en el pasillo se separaron de Carolina, arramblándose a la pared protegiendo sus traseros,  al ver a tía Ingrid que venía con el cepillo en la mano. Al unirse a ellas… ella fue quien hablo ordenando lo que debían de hacer las chicas.

(Tía Ingrid)  -.  Susana!  Encárgate de vestirte tú misma hoy!  Luego tu padre te revisara que estés bien vestida, pobre de ti como no sea así!!!  Luego bajas a la cocina a preparar el desayuno como de costumbre.  Vosotras dos Laura y Megan volved a vuestra habitación, enseguida pasara Tío Williams a vestiros, ahora debe encargarse de cambiarles el pañal a María y Sonia, que lo deben tener el pañal mojado, siendo necesario un cambio de pañal y debe por ello  ocuparse de ellas en primer lugar.   Tu y yo Carolina tenemos que hablar a solas un momento, antes de tomar una decisión final.

     Tanto María como Sonia se les encendió sus mejillas, poniéndoseles muy coloradas de la vergüenza, al referirse a ellas primeramente para hacerles el cambio de pañal, y para más vergüenza para ellas, que fuera tío Williams quien se encargase de ellas dos.  Pero sin responder nada,  se encaminaron  en silencio hacia sus habitaciones, acariciándose el abultado trasero por el pañal, bien visible bajo el corto camisón que apenas les cubría la rabadilla, llevando sus braguitas descubiertas  cubriendo su pañal a las miradas de las demás. Laura y Megan entraron a su cuarto mirándose entre ellas antes de entrar, tío Williams se retiró acompañando a Sonia y María, momento antes se había retirado Susana obedeciendo a su madre.  Quedando Tía Ingrid a solas en el pasillo con Carolina, abriendo la puerta de la habitación…

(Tía Ingrid)  -.  Vienes con tía Ingrid y hablamos tu y yo con calma? Venga preciosa entras? O te hago yo entrar por las malas!!!  Tío Williams no te castigo ayer, conmigo no habrías tenido esa suerte!!!

    Carolina con la mano derecha trataba de secarse las lágrimas de su rostro, y con la izquierda se sobaba el dolorido trasero, entrando por la puerta poniendo su trasero contra el marco de la puerta, pues estaba aterrada por las palabras de tía Ingrid, sobre todo después de haber visto el instrumento en la mano derecha  de tía Ingrid, sin dejar de llorar sin atreverse a mirar  a tía Ingrid, que aguardaba en el umbral de la puerta que ella entrara primera, llevando el cepillo en la mano derecha, aunque en otras circunstancias estaría aterrada por ver el cepillo. Pero se hallaba demasiado preocupada por tener que marcharse de la casa, algo que ya no deseaba hacer.

     Entraron en la habitación ambas, pasándole tía Ingrid el brazo derecho por los hombros a Carolina, abrazándola acurrucándola hacia sí misma, apoyando la cabeza en la barriga de tía Ingrid, dada la estatura  con su metro noventa para la joven, que se empequeñecía a su lado en esos instantes,  llevándola hacia la cama se sentó sobre ella, acomodando a Carolina sentándola  sobre sus piernas continuando abrazada a tía Ingrid, ahora con la cabeza apoyada  a su pecho, dejando a la joven que se relajara acurrucada a ella mientras le hablaba… tratando de calmarla, durante varios minutos estuvo hablando en susurros con ella, hasta que Carolina dejo de llorar pasando a sollozar únicamente.

(Tía Ingrid)  -.  Ahora pequeña ya estas más tranquila?  tenemos que hablar de lo sucedido.  Tío Williams y yo creemos que todo este lio que has organizado no es más que un embrollo de cuidado.  Pensamos en lo que ha podido suceder,  a veces podemos  tener  dudas de las circunstancias por las que atravesamos, no pudiendo evitar el obrar de forma errónea, algo que puede resultar en casos comprensible, debida a la tensión en  que nos podemos encontrar.  Yo misma las he experimentado en muchas ocasiones, sobre todo cuando era más joven que tú era muy impulsiva, lo cual me metía yo misma en serios problemas, acabando lamentando mi propio comportamiento y causando el estar sin poder sentarme en varios días con comodidad.  Pero luego veía las cosas con más calma, al pensar en todo lo sucedido  y demostrándome a mí misma que estaba equivocada, y que mi estado en el que me encontraba, había sido resultado por mi forma de comportarme, sin ponerme a pensar con detenimiento en las graves consecuencias que me iban acarrear.   Creo que tú te encuentras en esa misma situación en estos momentos, pensabas que podías tomar otra alternativa, no pensando en el problema que habías provocado. Quizás el estar en esta casa te lo hace más difícil…es muy probable que así sea, pues no somos nada indulgentes cuando sucede un hecho similar, pero te guste o no te guste en esta casa las cosas son así. Pero no puedes huir como estás haciendo, debes afrontar que el permanecer en nuestro estilo de vida, ello supone el tener que plantearte con carácter reflexivo, lo que sientes por cómo eres tú. Teniendo en cuenta que aunque no te apetezca ni lo mas mínimo, el acabar el día con un dolor excesivo en tu trasero, son consecuencias de tu forma de comportarte, para nada es que seamos tío Williams o yo intolerantes, lo somos claramente lo sabemos bien, pero solamente obramos de esta forma, porque para nosotros es la forma adecuada de educar.  Y como bien sabes ahora deben haber las consabidas consecuencias por tu comportamiento, por ello en mi mano derecha tengo el cepillo de baño, para castigarte severamente por tu errónea decisión.  Pero no puedo obligarte a que te pongas sobre mis rodillas para darte tu merecido, debes decidir tú misma lo que debes hacer.  Comprendo cómo te encuentras en estos instantes, en un momento de debilidad te has dejado llevar, pero en cambio tras meditarlo con la almohada has visto tu error, por ello hemos decidido darte la posibilidad de una salida de esta situación, en estos momentos no eres capaz de articular palabra alguna, es muy comprensible al sentirte culpable de lo sucedido anoche, tras presenciar la azotaina que recibió Sonia, viste claramente que la culpable fuiste tú, causando problemas serios a Sonia, que bastante dolorida ya debía de estar, como para recibir una azotaina más sin ser la culpable. Con lo que te has pasado la noche pensando que podrías estar equivocada en tu decisión, viendo al amanecer esta mañana tu situación de forma distinta. Dicho todo esto, siendo lo que hemos acordado tío Williams y yo, te vamos a dar la posibilidad de cambiar tu situación si lo deseas. Por lo tanto te voy a proponer una solución sencilla para ti, ya que te encuentras muy avergonzada en estos momentos, la situación es esta!  Frente a nosotras se haya la cómoda como puedes ver, a cada lateral de la misma hay una silla.  En la derecha he colocado tu ropa, la cual te he preparado esta mañana mientras aun dormías, para marcharte de esta casa.  En la de la izquierda he colocado tu uniforme con el que vestirás hoy en la casa, pues cada día vestirás uno diferente.  Debes colocarte de pie frente  a la silla con la decisión tomada, si escoges la silla de la derecha con tu ropa, yo saldré de la habitación sin añadir palabra alguna, si te pones frente a tu uniforme de estar por casa, me levantare a cogerla para vestirte como si esto no hubiera sucedido, siendo regañada por lo sucedido, te prepararé para bajar a desayunar como si nada hubiera sucedido, pero antes  hablare contigo de forma muy diferente a la que estoy hablando ahora, te advierto que no te gustara nada mi forma de hablarte.  Para que no te sientas cohibida, yo me pongo en pie también al igual que tú, pero te daré la espalda contando hasta diez, entonces me volveré y actuare según hayas decidido… tu tío Williams y yo misma, hemos decidido darte esta oportunidad, porque comprendemos que te ha superado esta contingencia, pero te anticipo, que no te toleraremos otra situación como está a la cual has provocado. Bien veamos…!   1…2…3…4…5…6…7…8…9…10…

      Al volverse tía Ingrid vio a la joven Carolina frente a la silla de la izquierda, con una tenue sonrisa en sus labios, por la oportunidad que le habían propuesto, aunque sabía que no se la merecía. Estaba aterrada por lo que le esperaba, pero feliz por poder quedarse en la casa.  Desde que presencio la azotaina frente a ella de Sonia, no había podido conciliar el sueño durante la noche, llorando el resto de la madrugada echada en la cama, maldiciéndose así misma por ser tan estúpida, hasta quedarse dormida por estar agotada.  Después de las palabras de tía Ingrid, se había visto sorprendida que le dieran esa oportunidad, después de lo sucedido durante la noche, quitándose un gran peso sobre sí misma, aunque al mismo tiempo se daba cuenta de la situación.  Aterrada dejo de sonreír al ver como tía Ingrid iba hacia ella, sin mediar palabra alguna recogió su ropa de la silla.  Al volver sobre sus pasos en la mano izquierda llevaba la ropa del uniforme, y en la otra mano  el lóbulo de la oreja izquierda de Carolina del cual tiraba de ella,  llevándola trastabillando con sus pies hacia la cama, viendo cómo se sentaba en el borde colocándola sobre sus rodillas boca abajo,  tras soltarle  el lóbulo de la oreja, comenzando a darle fuertes azotes sobre las braguitas blancas de algodón con florecillas verdes.  Tras darle una buena tanda de buenos azotes en el culo, la acomodo sobre sus rodillas de nuevo, sentándola en sus piernas abrazándola con cariño. Carolina se dejó abrazar con aquel cariño, mientras sollozaba sobre su pecho. Luego tras unos minutos la hizo incorporar para desnudarla sacándole el camisón y bajarle las bragas hasta sacárselas por sus pies al tiempo que la regañaba y la preparaba para el desayuno.

(Tía Ingrid)  -.  Has visto cochina como llevas las bragas? Esta es forma de llevar el fondillo de tus  braguitas, cochina!!!  Ven que te las saque, vas a ver la que te voy a dar desvergonzada!!!  Pero quien te has creído que eres?   Te voy a poner el culo como un volcán en erupción, de lo caliente que te lo voy a poner, pequeña sinvergüenza!!!  Pensabas que en esta casa se te iba a consentir todo por ser la amiga de Sonia!!!  Pues jovencita estabas muy equivocada, pues te espera una buena azotaina que no se te olvidara en mucho tiempo!!!  Ven que te ponga unas bragas limpias… Marrana!!! Que te has creído tú con tu mala cabeza, EH!!!  Que te ibas a librar de recibir una azotaina?  Pues verás cómo no!!!

     En pocos minutos ya estaba vestida Carolina con su uniforme, comenzando por ponerle  unas bragas blancas de algodón con dibujos de margaritas, ajustándoselas bien tensas casi cubriéndole la cinturilla elástica el ombligo, al subírselas tan tirantes le marcaba el pequeño pero robusto trasero por la presión del elástico de puntilla de las perneras,  alzando así sus nalgas marcando su trasero,  por las cuales sobresalía el tono colorado de la azotaina que le acababa de dar antes de desnudarla. Sentándola en sus piernas como si fuera una muñeca por su ligereza, le puso los calcetines subiéndoselos hasta casi las rodillas, para volver a colocarla con los pies en el suelo, pasando a ponerle la camisola y la blusa blanca, así como una vez abotonada, le paso un lazo azul celeste bajo el cuello de la blusa, anudándoselo a modo de corbatín. Cogiendo la falda sobre la cama, la desbrocho los laterales y pasándola por los pies se la subió, siendo una  Falda plisada de celosía amarilla y negra ajustada por un cinturón a juego.   Una vez ya vestida solo faltaba ponerle los zapatos unos modelo Merceditas, abrochado lateralmente con una correílla sobre el empeine, siendo de terciopelo azul marino, con suela de goma blanda, muy apropiados para andar por casa o salir de paseo.

(Tía Ingrid)  -.  Ahora te vas a enterar de lo que has provocado con tu mal comportamiento, te voy a dar tu  azotaina que no recibiste anoche, pero por lo sucedido esta noche, así como  nos has creado problemas a todos, pues en esta casa todos tenemos nuestras responsabilidades, no solamente el ocuparnos de vosotras.  Por ello vas a ser castigada añadiendo lo que no recibiste anoche.

      Carolina la miraba con el brillo de las pupilas de sus ojos a punto de echarse  llorar, se dejó manejar por tía Ingrid colocándola sobre sus rodillas boca abajo, la falda corta  dejaba claramente el fondillo de sus bragas blancas con florecillas de margaritas al descubierto, levantándole la falda doblándola con varios dobleces sobre la espalda, dejando expuesto totalmente su trasero revestido con las braguitas.  Tía Ingrid agarro del cepillo que había dejado a su espalda sobre la cama, sin más preámbulos comenzó a darle rápidos azotes con el cepillo en el culo, a pesar que no le bajo sus braguitas, no tardo apenas unos azotes en ponerse a  llorar del intenso dolor en el ardiente trasero, pues tía Ingrid se estaba empleando a fondo, deseaba calentarle el culo a conciencia.  Carolina así lo comprobaba por el intenso fuego que le abrasaba el culo, siguiendo las instrucciones de su marido. Carolina trato de no cubrirse con sus manos, no deseaba molestar más a tía Ingrid de lo que ya la había provocado, pero el trasero le ardía demasiado como para aguantar, y sus manos obraron por cuenta propia bajo el intenso fuego que sentía.  Levándoselas al trasero  cubriéndoselo poniendo las palmas de sus manos hacia arriba, pero en un rápido movimiento  de tía Ingrid se las unió a su espalda sobre su cintura, sujetándoselas con la mano izquierda con firmeza.  Al no poder cubrirse el culo con las manos, flexiono sus piernas cubriéndose con los pies, teniendo tía Ingrid que apartarlos varias veces, acabando con desplazar a Carolina hacia su costado izquierdo, de forma que la muchacha paso de tener su cuerpo sobre las rodillas, a tenerlo  su pecho posado sobre la cama, tía Ingrid moviendo su rodilla derecha lateralmente hacia la derecha, estiro la pierna con toda  intención, con esa maniobra las piernas de Carolina quedaron entremedias de  las suyas, con lo cual solo tuvo que pasar su pierna  derecha, por encima  de las piernas de Carolina inmovilizándoselas, ahora sin ningún obstáculo prosiguió la azotaina, que al tener el cuerpo de la joven sobre su pierna izquierda, le permitía echar el brazo derecho más atrás, con lo que podía emplear más fuerza para darle con más intensidad los azotes de la severa azotaina que estaba propinando en el culo a Carolina. La cual se estremecía contoneando sus caderas, tratando así de eludir los azotes, al igual que sus “Ayees” o sus alaridos de dolor,  por la manera que le abrasaba el culo a esas alturas, pues la azotaina aun continuaría varios minutos más, no enterneciendo a tía Ingrid sus gritos y lloros  de dolor. Cuando dejo de darle azotes en el culo, Carolina permaneció llorando echada sobre la cama boca abajo, mientras tía Ingrid salía de la habitación hacia el baño.

     Minutos después volvía a entrar en la habitación, haciendo levantar a Carolina llevándola al baño para asearla, aunque lo primero fue bajarle  las bragas para que hiciera sus necesidades, al no haber ido al servicio esa mañana al levantarse, tía Íngrid la puso sentándola sobre el inodoro viendo las muecas de dolor de la muchacha al posar su trasero, permaneciendo ante ella hasta que acabase.  Cortando un trozo de papel higiénico espero… luego aseo íntimamente y le subió las bragas sin miramiento alguno, quejándose y retorciéndose Carolina de dolor a subirle las braguitas, tras pasárselas por el inflamado trasero, el rebelarse al subirle las braguitas le valió a Carolina, que tía Ingrid la colocara bajo su brazo izquierdo, recibiendo  nuevos azotes sobre sus bragas en el culo.  Luego le lavo la cara y cepillo el cabello rubio  peinándoselo, pocos minutos después salían del baño llevándola de la mano izquierda, mientras Carolina se frotaba el culo sobre las bragas directamente, hasta el hueco de las escaleras, las cuales  Carolina las bajaba sin dejar de sobarse el culo, sintiéndolo  arder por como  emanaba,  el intenso calor en la  palma de la mano, atravesando el tejido de sus braguitas tras el intenso fuego,  bajando las escaleras para desayunar en la cocina con las demás, que la vieron aparecer llorando de la mano de tía Ingrid, pues el dolor en el culo  era muy intenso tras la azotaina con el cepillo de baño.   Al sentarse a la mesa sonreía a sus amigas,  a pesar del dolor que sintió al sentarse haciendo muecas mordiéndose los labios, mirándolas sonriente a todas ellas, pues el haber sido  castigada por su irresponsabilidad, significaba que se quedaba en la casa.   Aunque sus amigas la miraban con recelos, tras la que había montado esa mañana.  Sobre todo por hacer que las tuviera que vestir tío Williams, cuando ellas hubieran preferido que lo hubiera hecho tía Ingrid, pues con ella habrían pasado menos vergüenza…

    Frente a ella estaba sentada Sonia, al verla bajo la cabeza avergonzada, se la podía ver en su cara que estaba arrepentida, pero sus gestos de dolor en su trasero eran muy significativos.  Todas habían escuchado la azotaina que le había dado tía Ingrid, fueron minutos interminables de escuchar los azotes, así como los alaridos de dolor o como el escucharla llorar sin cesar  durante toda la azotaina y cuando cesaron los azotes, y  la vieron bajar las escaleras sobándose el culo sobre las bragas, introduciendo su mano bajo la falda tableada con celosía amarilla y negra, al igual que todas ellas vestían el mismo uniforme esa mañana.  

 

 

(Continuará…)