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domingo, enero 03, 2016

DISCIPLINA EN LA UNIVERSIDAD Capitulo 13


                             
                                          DISCIPLINA EN LA UNIVERSIDAD   Capitulo  13

 

 Sin mediar mas palabras Sonia se acerco lentamente colocándose sobre sus rodillas, pero  John tiro del brazo derecho de Sonia, haciéndola caer en su regazo, puso su mano sobre su trasero, Sonia se estremeció al sentir el peso de la mano sobre sus bragas, acaricio el trasero ajustándole el elástico de sus bragas, la pesada mano de John hizo a Sonia apretar los dientes, luego sentir como sus dedos ajustaban el elastico de sus braguitas hizo que sus mejillas ardieran de verguenza,  los primeros azotes  sonaron entre las cuatro paredes del despacho, empezaron a caer sin ninguna contemplación,  las bragas de Sonia blancas con ositos juguetones, apenas la protegían en nada, empezó a llorar enseguida los azotes debían de doler bastante, su culo estaba muy dolorido y apenas hacia unas horas que había recibido una serie de azotainas, por tanto sus nalgas estaban muy resentidas, el mas mínimo roce ya le causaba dolor, pues ser de nuevo castigada con severidad en el despacho del Decano, provocaba que la pobre Sonia nada pudiera hacer por contener sus lagrimas, los azotes eran pausados pero descargados con fuerza, John estaba enfadado con la ex-profesora de Química. Los azotes resonaban por las paredes, la joven únicamente agitaba sus caderas por el lacerante dolor en su culo, sus piernas semi flexionadas apenas subían y bajaban, pero era más un efecto por los reflejos al sentir como la palma del hombre , palmeaba sus ya muy sensibles nalgas, lo cual hacia que ella se estremeciera a cada azote. Recibiría como unos cincuenta azotes bien repartidos en su culo, al acabar la permitió levantarse, su trasero debía de dolerle muchísimo, pues cayó de rodillas al suelo apenas se sintió libre del brazo izquierdo de John, el cual la mantenía inmóvil sobre sus rodillas sujetándola por la cintura.   Sentía sus nalgas que le ardían como si le hubieran puesto brasas encendidas al rojo vivo, pero aun así sus manos sobaban su dolorido culo, de rodillas, acariciándose sus calientes nalgas, contemplaba con los ojos saliéndose de sus orbitas, viendo como John se había levantado de la silla, encaminándose hacia la puerta y volviendo poco después con una vara flexible en su mano derecha.

 

(Sonia)          -. Noooo... Por favor, Nooooo... Esa caña nooooo!!!

(John)        -. Si Sonia, si!!!  Antes ya te he avisado que te iba azotar el culo con la vara por desvergonzada y por marrana!!!   Además de no haber aguardado en tu casa a que yo llegara para revisar tu vestimenta, así mismo, tu aseo personal... Sabes por qué? tanto Aston como yo sabíamos que te pasaría esto, es mas, habíamos apostado una cerveza a que mis sospechas eran ciertas, y ya no es necesario esperar más. Ya tengo las pruebas necesarias.

(Sonia)          -. Pruebas? que pruebas? de que estás hablando, John.

(John)        -. Enseguida lo vas a saber pequeña desvergonzada! .- John se acerco a Sonia, la sujeto del brazo derecho ayudándola a levantarse.-  Marrana!!! inclínate sobre la mesa y apoya las manos estiradas, sujetándote en el borde del otro lado de la mesa, pero antes bájate las bragas... Te voy a quitar las ganas de volver hacer estas tonterías de nuevo...

(Sonia)         -. Pero de que me estás hablando? No te comprendo, azótame y déjame marchar...

      Sonia el día anterior ya había sospechado algo, había algo en la forma de comportarse su buen amigo, que le decía que las habían descubierto, ahora solo deseaba salir cuanto antes de ese despacho, pues estaba muy claro que las habían descubierto y deseaba marcharse cuanto antes de allí.

(John)         -. Tranquila que te voy a dejar el culo bien caliente, pero basta de juegos, ahora vamos a ver que dicen tus amigas...

      Sonia obedeció, se bajo las bragas hasta las rodillas y se inclino sobre la mesa, su trasero estaba todo morado y muy colorado los vértices  de sus nalgas, de la azotaina que acababa de recibir. Antes de poner las manos en el borde del otro extremo de la mesa, aprovecho para mitigar el picor de su culo, pero fue vista por John.

(John)            -.  Que haces cochina? Te gusta tocarte el culo, eh? Tranquila que ahora te voy arreglar a ti, pero antes tengo que hacer algo...

       El Decano se sentó en su mesa y cogió el teléfono, marco tres dígitos, por lo tanto Sonia dedujo que era un numero interior de la universidad...

(John)             -. Arthur! Avisa por megafonía que Susan Carrington  y Elisabeth Braun se presenten inmediatamente en mi despacho, bien, si, muy bien, si. También avísales y tráeme lo que me tienes guardado...

    John, cogió la vara que la había dejado sobre la mesa, junto al cuerpo de Sonia, caminando de un extremo a otro del despacho, flexionando la vara, arqueándola entre sus dos manos, trazando un semi circulo,  legando casi a unir sus extremos , y agitándola con fuerza en el aire para hacerla a esta, silbar en el aire, al ser este cortado por la vara. El cuerpo de Sonia se estremecía a cada silbido que escuchaba a sus espaldas, pues temía que al final del fino silbido, sentiría el contacto lacerante en su trasero.  John, sabía muy bien lo que en esos momentos pasaba por la mente de la muchacha,  y lo nerviosa que debía de estar, además del temor con angustia incluida, de cuando John iba a dejar de hacerla asustar más aun si podía ser posible ello,  mientras seguía haciendo que la vara hiciera aquel sonido espeluznante, que cada vez, hacia que Sonia temblara su cuerpo al son, del sonido. Sonia giro la cabeza sobre su hombro izquierdo, y al trasluz, vio como John se colocaba a su costado a un metro de distancia de ella, como la vara era erguida por encima del hombro de John, y como esta descendía perdiéndola de su mirada. Escucho su silbido, a continuación un sonido opaco, apagado, leve, susurrante... una marca fina y blanca apareció en las nalgas de la mujer, a continuación un grito desgarrador salía de la garganta de Sonia, una segunda marca aparecía igual que la anterior, apenas cinco segundos después, justamente un centímetro por debajo de la anterior, un estremecedor gemido se volvió a escuchar, tras cinco nuevos segundos, una tercera marca fina y blanca aparecía paralela a las otras dos, casi idénticas.  En apenas un solo minuto, a intervalos de cinco segundos, aparecieron en las ya muy laceradas nalgas de Sonia, diez marcas idénticas una debajo de la otra, apenas separadas por un solo centímetro, ni midiendo con un sistema métrico, podían dar una semejanza más exacta, las marcas atravesaban horizontalmente las nalgas de la muchacha, que después de cada azote, se había estremecido encogiendo sus cuerpo y el sonido de sus pulmones como aspiraban el aire como si este le faltara y deseara llenarlos de el, a cada impacto de la vara, y como después un sonido salía procedente de su garganta, eran gritos de dolor, gemidos fuertes, simples sollozos ahogados con sus lagrimas. Las diez marcas blancas, fueron lenta y progresivamente recuperando su color, primero un tono rosado, luego rojizo, y por ultimo rojizo blanquecino, la separación de las mismas había menguado, ahora apenas separaban una de otra apenas unos milímetros, pues la inflamación de las mismas se podía ver como se iban aumentando de manera abultada, pasando a ser, diez claramente verdugones, simétricos, idénticos, paralelos, e inflamados.

     Al no escuchar el sonido de la vara, Sonia movió muy lentamente su cabeza, de igual forma que hiciera antes de sentir el primer impacto.  Resignada y apaciguada, pudo ver como detrás de la puerta del despacho  una vara, se balanceaba brevemente colgada en su lugar de reposo.  Sus manos lentamente soltaron el borde de la mesa, donde se habían aferrado desde el primer azote al último,  y muy lentamente las fue llevando hacia su trasero mientras, gimoteaba sollozando. Sentía como si le hubieran dado diez mordiscos en sus nalgas, sentía un dolor lacerante que apenas  era capaz poder  aguantar su dolor. Sus manos se posaron abiertas sobre sus caderas, muy lenta y parsimoniosamente, fueron bajando hacia su trasero que sentía llamas lacerantes en el, que no se apagaban nunca, con las yemas de sus dedos fue tocándose levemente cada línea recta como trazadas por una regla, tocando cada una de esas líneas longitudinales que atravesaban su trasero, únicamente un experto en la manipulación de la vara podía realizar algo tan terrorífico, y al mismo tiempo, tan hermoso.  Sonia no movía un musculo de su cuerpo, seguía echada sobre la mesa, no se atrevía a moverse, ya no sentía que su trasero fuera de nuevo lacerado, pero sabía que levantarse de esa mesa, sería muy muy doloroso. Sabía que su cuerpo estaba más expuesto que nunca, sus piernas separadas, debían dejar su sexo completamente visible y expuesto  en todo su esplendor.  Los labios de su sexo se contemplaban nítidos, pues nada de vello enturbiaba su visión, perfectamente depilado, rasurado. Se podría ver incluso su interior dada su posición, pero una capa de liquido blanquecino formaba como una espesa niebla formadas por unas nubes bajas, que lo ocultaban. Por sus muslos descendían gotas de ese mismo liquido blanquecino, como si sus muslos fuesen unas velas, que su cera derretida, desciende por su tronco, producida por el fuego de unas llamas, estas llamas son las que lanzan un calor intenso proveniente de sus nalgas, ya que todo su trasero arde al unisonó.

 

(John)-.     Aston? Si, bien has ganado la apuesta.  Puedes venir a mi despacho?  Susan y Elisabeth ya han sido llamadas, en breve acudirán a mi despacho. No, ya no es necesario esperar más tiempo, ya no hay ninguna duda de tus sospechas, si, son spankee´s!!!   Si, tenias razón, todo fue un montaje...

 

 

(Continuará...)

 

 

DISCIPLINA EN LA UNIVERSIDAD Capitulo 12


                            DISCIPLINA EN LA UNIVERSIDAD   Capitulo  12  

 

    Al pasar por conserjería se acercó a la ventanilla. Pidió la llave del despacho, al no estar el conserje, entro en conserjería como solía hacer, cogió su llave del armario, eso era algo que solía hacer a menudo, pues a esas horas el conserje estaba abriendo las aulas, así como entregando a otros profesores que solían esperar que el conserje les llevara sus llaves.

      El conserje la vio que salía de conserjería, y raudo fue hacia ella…

(Arthur)      -. Señorita Adams!!! , que sea la última vez que entra en mi oficina! , Sabe que las alumnas tienen prohibida la entrada, y usted ya no es profesora!. .- el conserje observando que Sonia llevaba una llave en la mano, supuso que era de su despacho-. Haga el favor de entregarme esa llave, usted ya no tiene derecho a usar un despacho. Además ya no hay nada en el, que le pertenezca, el director Sr. Aston, me ordeno ayer que recogiera todas sus cosas y que se las enviara por mensajero a su casa, supongo que esta tarde lo recibirá todo.

(Sonia)        -. Bu…eno. Si así se lo han mandado hacer, bi…en.- Para Sonia fue una desagradable e inoportuna noticia-.

 (Arthur)      -. Antes de que se me olvide, el decano Lewiston la espera en su despacho, y debo advertirla que estaba muy enfadado con usted. Por lo visto joven, debía de pasar por tu casa esta mañana para amonestarla como recordatorio, y no estabas, ya habías salido cuando tenías  instrucciones  de  esperarlo… verdad?

 (Sonia)         -. Oh..., lo olvide!

 (Arthur)     -. Pues te está esperando, me ha ordenado que si no acudes rápido, te lleve yo mismo a la fuerza.

(Sonia)          -. Pero… es que ahora no… puedo.   He   de ir  al  servicio  de  señoras. 

(Arthur)        -. Me ha advertido de que pondrías esa escusa, y me ha dicho. “Aunque se haga pis en las bragas, la quiero ver en mi despacho cuanto antes!!!”  .- así la agarro del antebrazo por encima del codo, y tirando de ella casi arrastras, la condujo por los pasillos, atestados de alumnos y alumnas que asistían a sus clases, observando perplejos como era conducida  casi arrastras, Sonia iba con sus mejillas coloradas por la vergüenza, por ser conducida de esa manera como a una vulgar alumna que se ha metido en líos, y así era, fue conducida  hasta la puerta del despacho del decano. Llamando a la puerta, se escuchó del interior que decían adelante-. Aquí la tiene señor Lewiston, tal como usted había predicho  se negaba a venir, y aquí se la traigo yo mismo!

(John)           -. Bien  Arthur… puede retirarse!

    El conserje salió del despacho haciéndole un guiño con el ojo derecho a Sonia, y con la mano, con la palma hacia arriba extendida moviéndola de izquierda a derecha, le hizo a Sonia el gesto de que… buena le esperaba!

   Sonia lo miro poniéndole la peor de sus caras, y sacándole la lengua aprovechando que el Decano no podía verla. Al tiempo que entraba al despacho, simulando que se estaba haciendo pis, dando leves traspiés, y poniendo su mano derecha en el pubis, una vez se detuvo frente a la mesa, entrecruzo sus piernas para ser más vehemente que no aguantaba más y debía ir a servicio  se  señoras  urgentemente, algo que la sirvio para restregar sus muslos en uno, contra el otro y secar sus fluidos que descendían por ellos.

(Sonia)         -. Por… favor….John… permíteme ir…. al baño,…. no aguanto más…

(John)        -. Porque no has ido antes de salir de casa! O tenías mucha prisa de escapar de tu azotaina  matinal, sabes  que  debes  recibir  una  cada  día,  mientras  dure  tu  penitencia…

          Sonia seguía meneándose y moviendo las caderas para hacerse más acuciante su urgente necesidad de ir al baño, su rostro rojo de vergüenza hacia que pareciera más real, pues se moría de vergüenza el solo imaginar que  John, la pusiera sobre sus rodillas y viera el estado de sus bragas al bajárselas…

(Sonia)        -. Por favor… John!!! No puedo aguantar más!!! .- ahora incluso daba leves saltitos igual que una niña, cuando se le escapa el pis-. No me hagas esto, se me olvido de verdad! No he  pensado  tan  siquiera  que  tenías  que  venir  a  casa, te lo prometo John!

(John)          -. Sonia!   De verdad pretendes tomarme por estúpido?    Te crees por casualidad que puedes engatusarme? Deja de una vez de fingir que te estás meando, los dos sabemos que no es así!    Cuantos años llevas en esta universidad?  Desde los dieciocho años?  Verdad?   Y qué casualidad que en estos años, nunca has pedido a ningún profesor siendo alumna que debías ir al servicio, siempre tan recatada en tu forma de comportarte. Incluso en algo tan normal, como pedir permiso para ir al servicio. Algo que no hacías jamás, bien fuera por pudor o vergüenza, eres una mujer que resultas  tan comedida y responsable, que nunca dejabas nada sin hacerlo, todo de manera premeditada. Incluso a las horas que solías ir al aseo, siempre como un reloj tu exactitud en todo lo que realizabas resultaba hasta insultante, todo siempre meticulosamente calculado.    Y pretendes hacerme creer que has cambiado tus hábitos, así? Sin más?  Que algo te ocurre para que hagas esta pantomima, es claro que es destacable.  Pero no me engañas, sabes que te he visto crecer, como aquel que dice… así que déjate de tonterías e inclínate sobre mi mesa, deberías recibir una azotaina con la mano esta mañana, pero… Has cometido una negligencia, y que conste, que te creo al decir que se te ha olvidado, que debías esperarme  a que yo llegara a tu casa a  darte esa azotaina.

        No eres una mujer que mienta, pero últimamente estoy viendo cosas que me dejan desconcertado en cuanto a tu conducta, tengo mis ligeras sospechas al respecto. Y te aseguro que cuando llegue el momento vamos a tener una larga conversación, pero mientras estés castigada por la Junta de accionistas, me lo voy a guardar, y te aseguro que como se confirmen  lo que sospecho, no lo vais a pasar nada bien, y digo vais!!!    Ahora ponte sobre la mesa que te voy a enseñar a cumplir tus obligaciones como alumna, como una alumna que debe aguardar a que le den su castigo.   Y no voy a ser benévolo contigo, vas a sentir de nuevo en tus nalgas una de esas varas que están detrás de la puerta de mi despacho, que siempre las has temido o respetado, y ya sabes de otros tiempos como se sienten!!!

(Sonia)         -. Perdóname… John, de verdad que se me olvido que debía aguardar en casa vestida con el uniforme impecable, y que debías revisarme mi vestimenta… pero se me paso!  La vara, No!!!   Por favor John… no volveré a tratar de engañarte, diciendo que tenía pis.  Lo cierto es que… resulta embarazoso… John! No llevo la ropa interior reglamentaria, y pretendía ir a cambiármela antes de que la vieras… Es la verdad, John!!!   Mira y veras que no te miento…

          Sonia se levantó la falda por la cadera, para que viera su ropa interior por su costado, de esa forma no vería la verdad, por lo que Sonia no deseaba que la viera, aunque debería de haberse fijado en sus muslos antes. Pues sus fluidos estaban más que visibles en esos instantes, apenas John la mirase, se daría cuenta en el acto…  y por supuesto miro!

(John)       -.  Si, ya veo, ya! La verdad Sonia que lo veo y me cuesta creerlo.  Jamás lo hubiera creído si me lo cuentan.   Eres una desvergonzada! Una marrana! Una cochina! Una guarra! No tienes vergüenza?  .- Sonia lo miraba estupefacta, con la falda levantada y enseñándole por el costado de su cadera las bragas que llevaba puestas, mostrándole la costura de la prenda en el costado derecho, no comprendía porque la vejaba insultándola de esa manera-. Es que te has pensado que me podrías engañar de nuevo? Es que no te cansas de mentir? Sonia!  .- mientras decía estas palabras había cogido una silla de uno de los fondos y la colocaba en el centro de la estancia, entre él  y Sonia, -. Sonia! Esto es algo que jamás me hubiera imaginado de ti?  .- seguía regañándola con la misma voz cortante e hiriente, mientras se había quitado la americana y colgado del perchero, se giró, caminando ahora hacia Sonia. Mientras con su mano izquierda se desabrocho el puño de la manga derecha de la camisa, empezando a doblar la manga e ir arremangándosela hasta el codo, una vez ante Sonia, la miro fijamente. Y con la mano derecha, se aflojo la corbata y desabrocho el botón que le presionaba el cuello de la camisa-. Esto Sonia es intolerable! Ahora que creía que me estabas diciendo la verdad, y veo que eres una farsante, que hasta en el último momento pretendías reírte de mí, confesándome que no te habías puesto ropa interior reglamentaria de la universidad, algo que sé muy bien, porque no tienes aun. Y solamente tienes esas bragas infantiles que siempre te ha gustado usar, y que me hacen pensar, que mis sospechas son ciertas, y este hecho de ahora, me lo confirma por completo. Ya no tengo ninguna duda al respecto.

                Sonia se había quedado helada, no sabía que decirle. Había dejado caer de nuevo su falda, y al hacerlo se percató de algo que la asusto… al ver como John se había despojado de la americana y arremangarse yendo hacia ella, y el haber colocado la silla entre ellos. La hacía presagiar que iba a ser castigada sobre sus rodillas, se llevó sus manos a su trasero y separo sus muslos, algo le decía que ya no era necesario ocultar el estado de sus braguitas, y que era obvio que la había descubierto, al separar los muslos, de su sexo salió más fluido vaginal del que hubiera deseado, y sintió como varias gotas descendían por sus muslos. Sus mejillas se colorearon de un colorado intenso.    

         Estaba ruborizada de vergüenza desde la cabeza a los pies, observar tan de cerca el rostro de John, le mostraba que no estaba enfadado como el día anterior, si no, que reflejaba incredulidad y perplejidad. Se podía cortar la tensión entre ambos con un cuchillo, Sonia se echó a llorar se daba cuenta que acababa de perder a un buen amigo, ya no le preocupaba ser castigada. Bueno si, la preocupaba y mucho.       El día anterior fue castigada como se merecía por un buen amigo, el cual estaba decepcionado por cómo se había comportado ella.

         Y la castigo con la severidad que era consecuente con la falta y osadía que ella cometiera.     Pero aunque fuera severo, ella sabía que aunque le doliera y llorase, que él no sería como el director Aston, ya que el cuándo castigaba a un chica, siempre lo hacía a conciencia.    

       Pero ahora delante ya no tenía a un amigo, había un hombre abatido por la poca personalidad y respeto que ella misma, acababa de demostrarle sin desearlo.      Pues lo único que ella deseaba, era que no llegase a descubrir el estado del fondillo de sus braguitas, ya que resultaba muy patente a que se debía.  

         O por disfrutar de ese estado embriagador para ella.        

         Quizás estas nuevas faltas hacia la persona de un buen amigo, no habrían sido tan graves, si no, fueran por las cometidas en el día anterior.      Eso lógicamente denotaba que la confianza entre ellos había menguado o desaparecido, por la conducta de ella.      

        Lo peor era el poco respeto que ella le hubiera demostrado en las últimas horas, todas estas ideas le pasaban a gran velocidad por su cerebro, aunque no podía sospechar cual era la forma de pensar, y mucho menos el estado de ánimos de John.  Que muy lejos estaba de lo que la mente de Sonia discurría.

(John)       -. Mírate las piernas cochina!!!   Vas perdida por completo de fluidos!!!  Quítate la falda o la acabaras ensuciando….- mientras Sonia se desabrochaba la falda y esta caía a sus pies, formando una corona a su alrededor, John se había sentado en la silla-. Deja la falda sobre la mesa bien doblada y acércate a mí.

        Sonia se agacho para recoger la falda del suelo, no fue fácil para ella, intentar disimular lo mucho que le dolía el trasero al flexionar sus rodillas, y sus nalgas se le tensaran, lo que al estirársele la piel, veía estrellas que giraban en torno a su trasero maltrecho.

(John)       -. No es necesario que intentes disimular que no te duele el culo, pues lo haces de pena. Solo es necesario verte apretar los dientes u oírlos como crepitan al apretarlos, o tu labios torcidos por el dolor, por lo tanto puedes quejarte si lo deseas, pues más te dolerá cuando acabe en unos momentos contigo.

        Sonia estiro la falda asida por la cinturilla, y una vez estirada, la doblo sobre si misma lateralmente en dos dobleces, se giró dándole la espalda a John, para alcanzar la mesa para depositar la falda que portaba en su mano izquierda, mientras con la derecha se sobaba el trasero sobre sus bragas blancas con ositos juguetones.

(John)        -. No puedes hacerte una ligera idea de lo atractiva que estas, así.  Con esas braguitas de ositos que te cubren todo tu trasero, realzándolo  más aun de su redondez y belleza a pesar de esa mancha oscura que se transparenta, debes tenerlo muy morado, además de muy dolorido  y sobándote el culo, estas preciosa.  Ven, aproxímate a mí. Deseo verte de cerca para tu vergüenza el cómo llevas esas bragas de mojadas.   .- Sonia se acercó lentamente muy ruborizada y cubriéndose el sexo con ambas manos después del soez comentario de John-. Más cerca cochinilla, no te voy a morder…    .- Sonia lentamente se aproximó a John hasta colocarse delante de él, a escasos veinte centímetros de la silla donde la aguardaba sentado.  -.  Retira las manos cochina!!! .- al mismo tiempo de darle esa orden, le dio con la palma de su mano derecha en el muslo izquierdo a Sonia, que al no obedecer, se ganó un segundo cachete aún más fuerte que el primero, retirando esta vez sus manos.   -.   Veamos cómo estas desvergonzada! Mírate marrana como estas de húmeda? Debería darte mucha más vergüenza de la que refleja tu rostro!   Como te atreves a salir a la calle en ese estado? Como puede toda una profesora como tú, a tus treinta y dos años, puede llegar a comportarse como una adolescente de catorce años? Mírate! Mira cómo vas de mojada, cochina!  .- al decir estas palabras, John había puesto su mano derecha  extendida sobre el sexo de Sonia por debajo del fondillo de las bragas, mientras con el dedo anular, le frotaba con suavidad la ranura que en sus ajustadas bragas dibujaban la silueta de su sexo, Sonia solo pudo cerrar sus ojos al sentir esa caricia en su sexo, con la cual, John estaba colocando a la mujer en serias y contradictorias sensaciones, que la acabaron transportando a otro lugar, ya que le resultó imposible disimular el orgasmo intenso que la embargaba de placer. John así mismo la miraba al rostro, mientras ella seguía con los ojos cerrados, al poco sus labios se entreabrieron, expirando un gemido característico en una mujer, al llegar al clímax del momento, mientras que John sentía como el sexo de Sonia palpitaba sobre su mano, así como esta se humedecía aún más por los últimos fluidos que emanaban del sexo de Sonia.- No te da vergüenza? te acabas de correr en mi mano, con solo rozarte lo mas mínimo.  Sonia perdona por mi atrevimiento, pero debía comprobar mi corazonada, de esto ya hablaremos a su tiempo. Ahora tienes alguna pregunta que creas debes hacerme?

(Sonia)       -. Solo hay una... una cosa que me preocupa, John. Esto va a cambiar de algún modo en nuestra amistad, siempre hemos sido muy buenos amigos, me dolería muchísimo perder tu amistad, nuestra...nuestra relación con mi comportamiento de ayer te deje en mal lugar al comportarme de forma tan descarada después de todo lo que has hecho por mí, delante de los miembros de la Junta de accionistas, pero no me pude contener... Y hoy... al presentarme... así... estoy abochornada, no puedo calificar mi comportamiento infantil, no comprendo que me ha podido ocurrir para presentarme a la universidad, viniendo en este estado y mis bra...gas...así de mojadas me dejan en un mal lugar ante ti.

(John)        -. No debes preocuparte, pero son cosas que no deberías hacerlas, aunque más te vale preocuparte más por cómo vas a tener el culo en breves segundos, y lo mucho que vas a sentir tu situación, porque debes estar  muy sensible, verdad... En cuanto a nuestra amistad.   En una situación normal, no debería volver a dirigirte la palabra en la vida, después de tomarme muchas molestias para que no fueras despedida, un castigo no era gran cosa para ti, cuando eras una estudiante en el instituto nuestro director, el antecesor al Sr. Aston,  te dio más de una azotaina, y en el colegio la señora Lawton también probaste muchas veces su correa, por lo tanto seria doloroso, pero te sobrepondrías con facilidad aunque fuera un correctivo severo como ha resultado ser. Nadie me había hecho sentir tan estúpido como tu ayer, tenias que ver la cara de la presidenta, la verdad pequeña, es que me avergonzaste ante toda la junta, y todo lo que me ha costado que no te despidan, y que decidieran imponerte una sanción la cual ya no se lleva a la práctica, como bien sabes, hoy en día el castigar en el trasero a una alumna, no está muy bien visto, el hacerlo a una profesora es algo totalmente impensable. Ten en cuenta, en mi casa tengo dos criadas, cuando no hacen sus labores correctamente, lo cual es bastante a menudo teniendo que imponer mi autoridad y a las dos las castigo sobre mis rodillas cuando sucede que  cometen errores, estamos en el siglo XX, pero en este país la disciplina en el hogar aun hoy día es legal, en cambio el gobierno decidió que en los colegios e universidades no estaba bien visto fuera de nuestras fronteras, nuestros vecinos no veían con buenos ojos nuestras costumbres de educación.   Pero en cuanto a ti, eso no debe hacerte perder el sueño, aunque si lo haga tu trasero verdad? No debes de haber dormido muy plácidamente, pues vas a estar con serias molestias durante varios días.  Y volviendo a tu preocupación por nosotros, y la amistad que hemos tenido estos años, ya te lo he dicho, en otras circunstancias no volvería a hablarte más en la vida.  Pero para algo estas siendo castigada como lo sería una alumna, y por lo tanto ya estas pagando muy caro tu osadía por lo cual no debes preocuparte porque nuestra amistad acabe aquí y ahora. Pues vas a ser castigada como te mereces, tu falta cometida de agredir a dos alumnas en mi presencia aunque tuvieras motivos no quita que te tomases la justicia por tu mano, y en cuanto a  tu desvergonzado comportamiento, todas tus chiquillerías serán olvidadas en cuanto te haya puesto sobre mis rodillas y te de una azotaina  por todas y cada una de tus faltas. Así como el presentarte en este estado.  Por otro lado, comprendo tu excitación sexual por ser castigada, no es algo tan descabellado como podrías creer. Además este hecho confirma mi teoría, no me lo podía creer, Aston me lo dijo, no quise creerle. Es muy habitual en algunas chicas que  cuando son  castigadas  como a mozuelas, se sienten  húmedas mojando el fondillo de sus bragas, no es la primera vez que veo que una alumna ya esta mojando sus bragas, solo con ser regañada severamente, y ya no te digo nada, cuando las ponemos sobre nuestras rodillas y levantamos sus faldas, al bajar las bragas muchas parecéis que os habéis hecho pis encima.  Ahora basta de cháchara, y  deja de gimotear  ponte sobre mis rodillas. Ya! ven aquí!!!, Ahora vas a tener motivos para gimotear pequeña.
 
(Continuará...)

 

DISCIPLINA EN LA UNIVERSIDAD Capitulo 11


                                        DISCIPLINA EN LA UNIVERSIDAD  Capitulo 11

 

… Eran las siete de la mañana, acababa de sonar el despertador era hora la de levantarse.

 

         Sonia se dio la vuelta, aún estaba medio adormilada y al parecer no recordaba que había pasado el día anterior, aunque ese lapso fuera breve. Durante la noche había dormido boca abajo, sus trasero le dolía horrores como para poder dormir en cualquier otra posición,  pero al darse la vuelta para levantarse... Apenas sus nalgas rozaron las sabanas, dio un fuerte respingo, en ese instante lo recordó, lo que había acontecido y lo dura que había resultado esa jornada cargada de sorpresas entre otras cosas, así como  las azotainas recibidas, sobre todo la recibida antes de acostarse tal, de esa en concreto sentía sus efectos muy recientes, a pesar de haber pasado unas horas y como la Junta de accionistas había predispuesto, que sucedería durante ese mes. Sonia con claros gestos de dolor en su rostro por las molestias, se levantó de la cama con sumo cuidado, se puso en pie lentamente, a medida que se iba moviendo, el dolor en el trasero se iba incrementando, a medida que su espalda se iba poniendo recta se arrepentía de su comportamiento, una vez totalmente incorporada de pie al lado de la cama, se tuvo que medio encorvar hacia delante, pues al estar su espalda recta el dolor del trasero acrecentaba por milésimas de segundo, y  se le hacía insoportable, así que no tuvo otra alternativa que ir encorvada hacia el baño a pasos cortos y levantando los pies lo menos posible del suelo, pues al levantar los pies sus nalgas se tensaban, al igual que se movían estando muy inflamadas y agudizaban el dolor de las mismas, una vez ante el espejo del lavabo se giró para verse el trasero.

     Era una pesadilla hecha realidad, para cualquier otra persona seria horrible contemplarse las nalgas en ese estado. Tenía ambas nalgas completamente rojas, desde la parte superior de las nalgas, hasta justo el inicio de los muslos, y justo la parte central de las mismas se remarcaba de un tono más oscuro, casi todo azulado verdoso oscuro, morado en  la zona más central,  con razón le dolía horrores el culo, pero aun así, para ella resultaba toda una belleza contemplarse en el espejo su culo tan precioso, el solo hecho de vérselo así, ya hacía que se le mojasen sus braguitas, así como disfrutar de las molestias muy notables que sentía en su trasero, intento de forma infructuosa pasar la palma de sus manos por ellas para así sentir el calor que aun emanaba, pero las molestias se acentuaban al intentar hacerlo, en el espejo se reflejaba una sonrisa de sus labios. Se metió en la ducha, abriendo el grifo mitad caliente y algo de fría para graduar la temperatura. Enfoco la ducha a sus nalgas mientras el agua salía fría, y luego ya templada se ducho enjabonándose  con una esponja, pasándola suavemente al llegar a sus doloridas nalgas, se estuvo enjabonando varios minutos, se sentía muy bien con el suave tacto de la esponja con el jabón, minutos después se aclaró el cuerpo y agarrando la toalla se fue secando el cuerpo, dejando el trasero para último lugar, casi rozándose simplemente se fue secando el culo, la ducha le había sentado muy bien. Daba la impresión que le había calmado bastante el dolor. Hasta que saco un pie de la ducha.

        -. Aaaaa... Jodeeeeer  como duelee uuuuuufffffhhhh.

    Lentamente extrajo el otro pie, y caminando derecha, las molestias volvían a ser mas y mas intensas,  no soportaba el dolor del trasero, aun con sus manos sujetándose las nalgas por debajo de ellas, en sus muslos para evitar el bamboleo de estas, pues las sentía terriblemente inflamadas y más pesadas de lo habitual, debido a la inflamación,  por lo que volvió a encorvar su cuerpo un poco hacia adelante, encaminándose lentamente a su habitación, dirigiéndose  hacia la mesita de noche y abriendo el primer cajón extrajo una bragas limpias, no sin antes observar las que tenía en el interior del cajón bien colocadas, para así observar bien el dibujo de cada una de sus prendas, eligiendo unas bragas blancas de algodón con unos ositos marrones muy juguetones, en diferentes poses saltando, corriendo, sentándose.  Con los ribetes de encaje. Las desdoblo y las sujeto con los dedos índice y pulgar por la cinturilla delantera y extendiendo su mano hacia el interior de la prenda, manteniéndola tirante manteniendo el dedo meñique estirado, de manera que la abría por los laterales para poder meter sus pies, las miro, pero... Debería agacharse para poder ponérselas y eso abría sido muy doloroso, encorvar su cuerpo al tiempo que levantaba una de sus piernas flexionándola para poder ponérsela, algo que abría resultado muy doloroso para el estado de sus nalgas, tomo la decisión de hacerlo de otra forma y con la mano derecha, las sujeto por el lateral derecho, y así estiro el brazo, se agacho inclinándose un poco levantando levemente la pierna izquierda y así no tener que inclinarse más que lo justo, para pasar su pie izquierdo por la pernera izquierda de las bragas, y luego sujetando el lateral izquierdo, hizo la misma operación para pasar el pie derecho, luego con esfuerzo se agacho para alcanzar ambos laterales de las bragas se las fue subiendo, muy lentamente haciendo muecas con sus labios, apretando los dientes y  viendo las estrellas del firmamento al hacerlo, y más aún, cuando se volvió a enderezar pasando la cinturilla de las bragas por sus doloridas nalgas, aquello fue horrible sobre todo sentir la presión del tejido de algodón de las bragas en sus doloridas nalgas, le daba la impresión que le iban pequeñas, al mismo tiempo parecían ser de papel de lija, pues sentía como raspaban sobre su piel, pero era por lo inflamadas que tenía las nalgas. Se contempló en el espejo como le quedaban, estaba preciosa con aquellas bragas altas que le cubrían ampliamente, las nalgas, hasta la cintura.   Con los pantalones tejanos nadie notaria nada, hasta que recordó que debía ponerse de nuevo el uniforme de alumna. 

     Pues el resto del curso no volvería a dar clases, entonces se pregunto así misma si valía la pena lo que habían realizado Elisabeth, Laura y ella misma para lograr ser castigada a sus treinta y dos años. Entonces sus manos se posaron sobre sus nalgas acariciándose el trasero por encima de sus bragas…

      -. Huuuummmm que delicia sentirse así, con mi culo tan dolorido así como ese calor que aun habiendo pasado unas horas, aun puedo sentir en el trasero y disfrutar de ese ardor que emana a través del algodón de mis bragas, y tener el tacto de mis castigadas nalgas tan duras por el castigo. Aunque me duela el culo horrores, ya lo creo que valió la pena el arriesgar mi carrera. Volvería hacerlo por sentir de nuevo este placer… mmmmmmm que delicia oooohhhh . Viéndome en el espejo así como se trasparenta el morado de mi culo en mis bragas, es toda una pasada, estas sensaciones que estoy volviendo a disfrutar, como solía hacer en mis años de colegiala e universitaria, ya en aquellos años solía provocar los castigos. Lo que daría por sentir de nuevo en mi culo desnudo la fea correa de la Sra. Lawton, como me gustaba ser castigada por esa bruja, aunque luego estuviese una semana sin poder apoyar mis nalguitas en una silla.  Aaaaaahhhh y la mano de mi buen amigo y director Aston, hasta ayer no había tenido el placer de disfrutar de ella y la de veces que he deseado estar sobre sus rodillas con mis bragas bajadas, y que me diera una azotaina, la verdad, es que, duele tanto como recordaba.   Con su mano izquierda se sobaba el trasero con suavidad, mientras con su mano derecha utilizando el dedo anular, había retirado hacia la izquierda un poco el fondillo de sus braguitas  y con el dedo anular se frotaba los labios del sexo, se hallaban muy mojaditos, lentamente lo fue escondiendo en el interior de sus labios, llegando a acariciar levemente el granito superior de su sexo y…. Oooohhhh , me voy a correeeeeerrrrr. Jo! Me he mojado las bragas de nuevo… aunque haya arriesgado mi carrera bien ha valido la pena… .- Una segunda oleada de placer la embargo de nuevo-.   oooooohhhhh  otra veeezzzz… Correrse así es una locura.... de ....placer.... aaaaaaaaahhhhhh....

     Sonia abrió el segundo cajón,  sacando un sujetador blanco, poniéndoselo acto seguido, se dirigio hacia el armario y  saco una blusa blanca  se la puso brevemente en un par de minutos, y fue al salón  en busca de la falda tableada gris, pues debía de estar donde se la quitó el día anterior, la encontró sobre el sofá y se la puso. Lo complicado ahora, sería ponerse los calcetines, volvió a la habitación, abriendo el tercer cajón esta vez,  resignada se sentó con sumo cuidado sobre la cama, al sentarse cerró los ojos y apretó los dientes, los calcetines estaban sobre la mesita de noche, por lo visto los había sacado anteriormente y se los había dejado ahí. Levanto su pierna derecha y se puso el calcetín, miles de pinchacitos se concentraron  en el centro de sus nalgas, al inclinar el cuerpo para ponérselo, era un deleite de sensaciones sentir tantas a la vez al vestirse, sin apenas moverse, hizo lo propio con el pie izquierdo. Se reincorporo lentamente poniéndose de pie, se calzo los zapatos que los tenia al pie de la cama. Ya vestida, se dirigió hacia el salón donde  recogió unos libros que tenía ya preparados y se dispuso a salir por la puerta, alisándose por última vez el trasero de su falda, que delicia era pasarse las manos por su trasero.  Salió de la casa, antes de bajar la escalera, miro en todas direcciones, nadie la observaba, así podría bajar aquellos escalones con suavidad y sin disimular el martirio que iba a resultar descender aquellos escalones. Al bajar los pocos escalones lo hizo lentamente, de uno en uno, una vez bajados todos y cada uno de ellos, volvió de nuevo a sobarse el culo con la mano libre y se dirigió andando hacia la universidad, deseaba caminar y así disfrutar de las molestias inenarrables que sus nalgas al andar le producían. Le resultaba tan maravilloso, volver a experimentar aquellas deliciosas sensaciones de caminar con su culito tan deliciosamente castigado. Otros estudiantes la adelantaban y saludaban al pasar por su lado, pues aunque su caminar era disimulado, no podía hacerlo a largas zancadas, debía andar a pasos medios, y así no fuera por nadie visible que le resultaba difícil el caminar. Ya llegando a la universidad se percató que la humedad de sus bragas había ido en considerable aumento, entonces cayó en la cuenta que debía de haber cogido una o varias de repuesto, tal y como hacía en sus años siendo una adolescente, cuando había sido castigada, al día siguiente ponía en su mochila varias bragas para cambiárselas cuando las tenía empapadas de sus fluidos. Tal y como las llevaba, no aguantarían todo el día, sin calar a través del tejido de algodón de sus bragas, pudiendo manchar la falda.

        -. Bueno, pues tendré que sentarme sobre mis bragas para no manchar la falda.- lo que no había pensado es que la humedad del fondillo de sus bragas era tal, que sus fluidos empezaron a traspasar la tela de la prenda íntima, y chorrillos de fluido empezaban a deslizarse por sus muslos-. Ostras!! Esto no lo había pensado...

      …”Con este nuevo problema en el fondillo mis bragas, en ello no había pensado”... Por lo cual, acelero el paso para llegar a la universidad antes que se acumularan estudiantes en la puerta de entrada, e ir al servicio, para solucionar ese problemilla, lo solucionaría rápido yendo a su despacho de profesora, aún tenía sus cosas allí, aunque en él no tenía ropa interior para cambiarse, pero si tenía compresas para los días rojos y utilizando una, tenía el problema resuelto, y al día siguiente ya llevaría en el bolso bragas para cambiarse, el caso estaba en solucionar el pequeño problema que tenía ahora. Y debería ser rápido o llegaría tarde a clase.
 
(Continuará...)

 

Un año sabatico, con sobresaltos III


                              
 
 
                                                UN AÑO SABATICO CON SOBRESALTOS  III

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      Alison Stuart dormía en su cama, se encontraba destapada desde sus muslos a su cabello ondulado rubio, cubierta por un camisón corto y transparente de color rosa fucsia. Apenas le cubría el cuerpo o durmiendo se le había subido por encima de la cintura, dejando al descubierto unas braguitas rosas de encaje a juego con el camisón. Se hallaba claramente sudorosa y con ligeras  convulsiones, estaba teniendo una pesadilla, sus manos, posadas en su trasero se lo sobaba como si algo la molestara, como si intentase protegerse de algo que la amenazara a su integridad, tumbada de costado dormía inquieta. Algo terrible debía suceder en su pesadilla, por la posición incómoda que se encontraba echada sobre la cama, en su parte intima cubierta por la ropa interior, se vislumbraba una pequeña sombra de humedad que amarilleaba el fondillo de sus braguitas, se podía divisar que dicha humedad habría sido durante la noche, pues el fondillo de las braguitas estaban secas por lo tanto llevaba unas horas. En un brusco movimiento corporal, su mano derecha apareció desde atrás de su espalda, donde segundos antes se sobaba el trasero, su mano se posaba en su entrepierna y con el dedo anular se acariciaba lentamente, marcándose ahora una ranura de su sexo en la tela sus braguitas por la presión, por el roce del dedo en la misma. Una nueva mancha de humedad volvía a aparecer y que oscurecía la tela de sus rosas braguitas, humedeciendo el fondillo de la prenda intima, de su garganta broto un gutural gemido, acompañado de un grito ahogado apenas milésimas de segundo después. Bueno, al parecer no era precisamente una pesadilla, pues era muy preciso lo que acababa de suceder, había tenido un orgasmo estando aun dormida...

    Algo la despertó inesperadamente...

    El timbre de la puerta acababa de sonar, Alison se sentó en la cama moviendo su cuerpo hacia el almohada quedando apoyada su espalda en el respaldo de la cama y se desperezo estirando sus manos todo lo que sus brazos daban de sí mismos, abriendo la boca de par en par, como si quisiera atrapar todo el oxigeno de la habitación. Se levanto girándose sobre si misma quedando sentada sobre el borde de la cama. Y volvió a desperezarse estirando los brazos de nuevo, tenía en sus labios una alegre sonrisa... (este narrador estaba muy equivocado, no era una pesadilla, si no, un sueño muy agradable por su manera de sonreír)...

   El timbre volvió a sonar, ahora repetidamente como si desearan quemarlo, manteniéndolo pulsado.

      -. Ya voyyyy, jodeeerrrr...!!!  Porque no van a joder a su puta madre...!!!  Vaya mierda de pueblo, no hay quien pueda dormir tranquila en su casa...!!!

    Ahora su sonrisa se había borrado de su rostro, estaba claramente muy disgustada... Sus exclamaciones e improperios hubieran hecho sonrojar a cualquiera de ser escuchada...

     -.  Con el sueño tan rico que estaba teniendo, y tienen que venir a joderme...!!!  Ya voooyyy!!!  coño...yaa!!!  Ya voyyyyy... mierda!!!

   Alison llego a la puerta y manteniendo la cadena puesta, abrió lo justo que esta permitía, sin cesar en sus insultos, que ahora si eran escuchados por quien estuviera al otro lado de la puerta.

       -.  Vaya, es usted... Qué coño desea ahora...!!! después de dos semanas que me golpeo en su casa lo que quiso...

             Al otro lado de la puerta había aparecido la Sra. Emilia, vestía de manera sencilla una blusa color azul claro, una falda ajustada de tubo, por debajo de sus rodillas, con un fino estampado color canela, acompañada de una chaqueta igual tejido y color, era un traje bastante pasado de su temporada, medias color carne, y unos zapatos de tacón de unos tres centímetros, bastante hortera para Alison.

       -.  Ya veo muchacha que no fui lo suficientemente severa contigo!!! Estos son los modales que te ha enseñado tu abuela?

       -. Y a usted que cojones le importa cómo me haya educado mi abuela, al menos ella, nunca me golpeo salvajemente como usted!!!

      -.  Abre esta puerta ahora mismo...!!! Te voy a enseñar como debes tratarme...!!!

      -. Lo tiene claro, bruja!!! si cree que le voy abrir la puerta!!! estoy en mi casa y aquí mando yo!!! ya se está marchando con viento fresco, Bruja, más que Bruja...!!!

      -.  Abre esta puerta desvergonzada, como te atreves hablarme en ese tono, es que no respetas a tus mayores?  Bruja!!! a mi... Como te atreves a llamarme así en mi propia cara, vas a ver cómo te voy a dejar ese culo, deslenguada!!!

      -.  NO LE VOY ABRIR, DIGA LO QUE DIGA, BRUJA...!!!

      -. A mi no me hables en ese tono jovencita!!!  Vas desnuda? como te atreves a salir abrir la puerta así en bragas?

      -.  Abro la puerta como me sale del coño, vieja remilgada y anticuada !!! Váyase al cuerno bruja!!!

    Una voz, se escucho a través de la piel del bolso que llevaba en la mano la Sra. Emilia...

     -.  Que ha salido abrir la puerta desnuda?  Esa que habla en ese leguaje deslenguada es Alison?

     -.  Si, Sra. Stuart, ya lo ha oído como va su nieta y su manera de hablar tan soez que tiene, es una desvergonzada, y así lleva tratando esta semana a todo el pueblo, cuando ha salido a la calle en esta última semana, todos los vecinos han ido a quejarse de su mala forma de expresarse. El señor Felipe el alguacil del pueblo ha venido varias veces para hablar con ella y ni siquiera le ha abierto la puerta. Por ese motivo me he visto en la obligación de hacérselo saber y la he llamado, porque esta situación es insostenible, mi marido como alcalde del pueblo no puede permanecer impasible ante estos hechos por más tiempo y por eso le he sugerido  de dejar el teléfono en el bolso con el altavoz conectado, la tecnología moderna a veces sirve para algo de más provecho, como en este caso,  para que pudiera usted escucharla directamente... De otra manera su nieta Alison, nos habría dejado de embusteros pues no nos creería a unos extraños, así, usted misma ha podido escucharla...

     Alison se quedo con la boca abierta y muda del susto al escuchar la voz de su abuela... su expresión era todo un poema, estaba claro que estaba metida en un lio de nuevo...

    -.  Abu...ela... No creas... nada de lo que te diga esta arpía... Si conocieras como me trato el día que llegue a este pueblo de mala muerte... te escandalizarías abuela...!

    -.  Si soy yo...Tu abuela! Daria lo que fuera por poder moverme de esta maldita silla de ruedas, e iría a darte una buena azotaina, deslenguada!!!   Estoy avergonzada, jamás me había sentido peor en la vida, esto no me lo hubiera imaginado de ti, que podrías hacer esta majadería... Hacerme quedar así y que llames pueblo de mala muerte a mi propio pueblo, donde me vieron crecer y con la hija de mi mejor amiga en mi niñez, abre la puerta a Mili... y ves a ponerte algo decente, rápido...!!!

    -.  Mili...?

    -.  Si! Mili!  Me has oído mencionarla en casa miles de veces, es como mi propia hija te lo he dicho miles de veces. Y sabes las ganas que he tenido siempre de poder volver a mi País de nacimiento e ir a mi pueblo, para poder conocer y abrazar a Mili, a la cual quiero como si fuera mi propia hija.  Es que te habías creído que te iba a dejar viajar a España a ti sola? , y sin que nadie te controlara, que te creías? Que fue la agencia de viajes la que te recomendó ese pueblo, yo pague a la agencia de viajes para que te dijeran eso, deseaba asegurarme que ya eres toda una señorita, que podía dejarte viajar sola, como vivir una vida en calma, sin hacer de las tuyas como siempre. Está claro que me tenias engañada, que solamente era una argucia tuya mas para salirte con la tuya una vez más, me has avergonzado e humillado en el pueblo que me vio nacer y crecer, donde mis amigas eran como mis propias hermanas, que no dudaron un segundo cuando les dije que les enviaba a mi nieta además de única descendencia de mi hija Laura, que fallecieron en un accidente aéreo cuando Alison no contaba más que seis años, te he criado, te he mantenido dándote estudios y una carrera como deseabas, aunque últimamente te portabas muy bien, siempre has creado problemas, pero esta vez te has sobrepasado en tus actos y ya te puedes ir preparando... Pero ahora abre esa puerta!!! ahora vamos hablar, jovencita!!!

    Alison cerró la puerta con lentitud lo justo para retirar la cadena, y abrió la puerta dejando entrar a la Sra. Emilia.

    -. Yo..yo... Usted perdone señora Emil...ia...

      PLAFFF

     Una sonora bofetada hizo silenciar a Alison.

      -. Ahora obedece y ves a ponerte ropa decente... Luego te ajustare las cuentas niña!!! ...

    La mano izquierda de Alison se la puso en las dolorida mejilla, la marca de los dedos había quedado marcada en ella. La Sra. Emilia con su mano derecha alzada, y su rostro descongestionado por el enfado, esperaba que Alison se girase para asestarse unos azotes sobre su trasero revestido con las braguitas rosas... Alison la contemplaba asustada, sabía que apenas dejara el culo al alcance de la bruja, le asestaría tantos azotes como le fuera posible darle. Retrocedía  a pasos cortos hacia atrás de espaldas, pero paso que ella retrocedía, la Sra. Emilia avanzaba y con su vista clavada en aquella mano derecha que aguardaba alzada que ella se girase.  Alison se cubría el culo con su mano derecha, por su mente pensaba en echarse a correr muy rápido y no pudiera darle con aquella mano en su culo.  Nada mas girarse para ir a su cuarto, salto arqueando su cuerpo hacia atrás, sus nalgas desprotegidas había sentido una dolorosa palmada en el culo,  sintió en su trasero como la mano de la Sra. Emilia la alcanzaba una y otra vez, se pudieron escuchar varios azotes seguidos en el culo de Alison, y como raudas fueron sus manos a cubrirse el trasero...pero de nada le sirvió, pues fueron sus muslos lo que recibieron de nuevo...sobándose culo y muslos, echo a correr a su habitación... La Sra. Emilia avanzo igual de rápido que Alison, y a cada paso los azotes se sucedían hasta lograr atravesar la puerta, y la cruzo lo mas rápido que sus pies descalzos podían dar de si...

     -.  De nada te va a servir correr, ya te voy a dar yo a ti, en cuanto salgas de ahí... Ya que esta casa no la vas a olvidar fácilmente, buena te espera cuando salgas...!!!  si tu abuela acepta mi solución al problema que tienes de educación... .- al cerrarse la puerta, quedando fuera de la habitación-. Date una ducha fría, no hay más que verte la entrepierna para ver que estabas haciendo, cochina...!!!

     Recordando en su mente como Alison  había sujetado sus nalgas a dos manos, y corría sobándose el trasero, hacia su habitación como alma que lleva al diablo...  La Sra. Emilia volvió sobre sus pasos y entrecerró la puerta de la entrada,  entornándola pero sin que llegara a cerrarla, quedando atrancada nada mas,  y sacando el teléfono del bolso, desconecto el altavoz y se lo puso al oído derecho. Continuando hablando ahora de manera que solo escuchase ella a la Sra. Stuart, abuela de Alison.

     -.  Y bien, que me tiene que decir ahora? usted misma Sra. Stuart ha oído a la desvergonzada de su nieta. Qué medidas piensa tomar?...Hubiera podido creer lo que le decía si no lo hubiera escuchado usted misma?...  Si, ya se lo Decía... Y no me quería usted creer,...Si tiene usted razon, pero ya ha oído... si... pero... Ya!, pero algo hay que hacer con ella,...Que me encargue yo misma de ella? No señora Stuart, ya no es una niña!!!  En el pueblo no se puede quedar,... No, de ninguna manera,... Que usted no puede hacerse cargo de ella en su estado,... Si, lo comprendo, pero,.... Sí, pero,... Si, ya se que,... Ya le he comentado como esta de revolucionado todo el vecindario,... Si, Sra. Stuart, pero comprenda que una situación así para el Alcalde, mi marido. No puede hacer nada, está atado de pies y manos, su nieta tiene que irse,... Si, la comprendo,... Qué?, que haría yo en su lugar? Huuuyy    Sra. Stuart, si de mí dependiera no se iba a poder sentar en una semana! ... Algo que es lo que voy hacer apenas salga de su cuarto...  Su nieta iba andar mas derecha que una vela,... No, Sra. Stuart, no puede ser, su nieta es mayor de edad, y no se la puede retener por la fuerza,... No, señora,... Comprenda que sería muy embarazoso si se llegase a conocer, que la retenemos en contra de su voluntad,... No,  le vuelvo a repetir que no es posible,... Estamos en el siglo XXI señora,... Eso es, completamente impensable,... Claro que el otro día la castigué,...Y ahora mismo lo voy a volver a hacer de nuevo...   Pero fue un acto muy distinto,... Si, Sra. Stuart,... Estaban presentes varios vecinos y aprobaron mi actuación en ese momento,... No, Sra. Stuart,... Claro que pienso calentarle el culo ahora, y una azotaina bien dada que se va a llevar su nieta,... Nadie me habla a mí, de ese modo!!  Y usted me autorizo a castigarla si lo creía conveniente, y eso hice el otro día, y eso voy hacer apenas salga de su habitación,...  Lo que usted me pide no lo puedo hacer, una cosa es que después de cómo me ha insultado, me ocupe de darle una lección, pero lo que usted me habla, es un secuestro, no puedo retenerla,... Porque?  Porque mi marido es el Alcalde del pueblo, y eso acabaría con su carrera política,... Ya!, que usted se ocupara de que no nos falte de nada,... Cree, que con su fortuna lo puede comprar todo...? Es que a caso a podido con su fortuna educar como se merece a Alison?    Que,... Que dice,... Como le he comentado a usted antes de salir de mi casa?  Claro,... Claro,... Claro que me haría cargo de ella, por supuesto,... Si,... Sí, pero,... Sí, pero el problema es cómo va lograr que ella acceda voluntariamente?,... Alison, ya no es una chiquilla Sra. Stuart, a sus veinticinco años como va a acceder un programa de esa magnitud? Ninguna chica de su edad, aceptaría un plan de reeducación juvenil.  Claro que si, Sra. Stuart,... Claro que estoy preparada para un caso especial como el de su nieta,... Haría falta comenzar desde cero, y ese sería el problema, su nieta no aceptaría jamás algo tan descabellado,... Porque...? Porque sería necesario medicarla para iniciar el proceso, y ello, la dejaría como una bebe de veinticinco años, comprende ahora? Quien se iba a dejar realizar una tortura para ella misma voluntariamente, claro que es un método infalible... Claro que funcionaria,... Por supuesto,...

      ...Durante una media hora estuvieron hablando por el teléfono, hasta que Alison salió de la habitación apareciendo en el salón, vestía una blusa rosa clara y una falda muy corta tableada blanca, como si fuera a jugar un partido de tenis, apenas le cubría las braguitas, ya que al andar la falda se balanceaba enseñando unas bragas blancas, calcetines blancos cortos por encima de los tobillos y una zapatillas de deporte, en el cabello se había hecho dos trenzas que la hacían parecer una chiquilla que no ha roto un plato en la vida.

     La Sra. Emilia seguía hablando por teléfono, pero había bajado el tono de voz lo suficiente para que Alison solo escuchase un murmullo. Sin dejar de hablar y con el teléfono en la oreja, se dirigió a la muchacha.

      -.  Alison ven aquí ahora mismo!!!... Quiero que sepas que tu abuela y yo... . Que es esa ropa que llevas puesta?... Tu abuela y yo  hemos llegado a un acuerdo sobre tu futuro inmediato, ya veo que ni estando tu abuela al teléfono eres capaz de vestirte decentemente...   Si? Sra. Stuart. La desvergonzada de su nieta va vestida como si fuera a jugar al tenis, con una faldita que apenas cubre sus vergüenzas. Si,... Ahora mismo lo vuelvo a conectar.... Ya puede usted hablar Sra. Stuart. Su nieta ya está a la escucha...

      -.  Allie, mi pequeña... como te atreves a vestirte de ese modo?

      -.  Y como debo vestirme para ir a jugar al tenis? Pues con ropa de deporte para jugar al tenis, abuelita...

      -.  Ve usted, Sra. Stuart. La he mandado darse una ducha y vestirse decentemente,  para darle una lección por su forma de hablarme e insultarme, y hace como si tal cosa no fuera con ella, ya la puede usted oír, es una desvergonzada que no obedece a  nadie, así como no la respeta ni a usted misma, esta jovencita a la cual le hace falta mucha disciplina, y mano de hierro.

     -.  Mili..., si ya veo que tienes toda la razón, la culpa en parte es mía el no haberla educado como debía, pero postrada en una silla de ruedas poco es lo que he podido hacer. Pero todo eso va a cambiar desde luego... Y va a ser desde este momento, mismo... Mili...!!! Encárgate de ella, quiero oírla como recibe esta desvergonzada de mi nieta, un poco de buenos modales... Y  por favor Mili, deja de llamarme Sra. Stuart, llámame Magda como suele hacer tu madre, ella siempre me ha llamado así, era la única de mis amigas de niñez, que no me llamaba Magdalena.

     -. Como desee usted Sra. Stuart, digo...Magda.     Y tu niña, ven aquí ya!!! te voy a enseñar a faltarme al respeto de esta manera, desvergonzada!!!

     -.  Vas lista, bruja!!! si crees que voy a dejar que me agarres  de nuevo... Ahora no estoy en tu casa, indefensa... estoy en la mía y aquí mando yo, mi abuela puede cantar misa si lo desea, ya estoy cansada de sus normas, dentro de poco voy a heredar todo lo que mis padres me dejaron y que ella administra hasta que cumpla los veintisiete años, es una clausula que mis padres pusieron, porque decían que era incorregible, pero  van listas si creen que me voy a dejar coger, además yo me voy ahora mismo a jugar al tenis, he quedado con un monitor del polideportivo para que me enseñe a jugar.

     -.  Felipe!!!  Ya puedes entrar en la casa!!!     Que decías niña? Donde decías que ibas?  Tu abuela me ha prevenido que intentarías escabullirte como siempre, por eso he venido preparada...   El otro día en casa, parecías muy bien educada. Pero ya veo que solo era porque no tenias otra alternativa, bien nos engañaste a todos, dabas la impresión de que solamente había sido un despiste, y así lo interpretamos todos, pero ya hemos podido comprobar estos días que únicamente era pura fachada, eran las consecuencias de que el hecho que fueras castigada las que te hicieron comportarte como una buena muchacha, y tu trasero te hacia recordar que no era prudente portarte tal y como eres, aunque tu trasero debía de dolerte bastante por su estado, igual que lo vas a tener en breves minutos y luego hablaremos de tu futuro...

     Alison miraba en todas direcciones, quería escapar de esa casa, pero solamente había una salida posible, y el alguacil Felipe cubría con su cuerpo la puerta de escape, entonces empezó a comprender que su situación era complicada, y desesperada. Su mano izquierda se poso en su muslo izquierdo, se lo acariciaba con suavidad, parada frente a Felipe mirándolo, viendo como se aproximaba hacia ella, su mano fue subiendo por el muslo, y su corta y plisada faldita, ascendía descubriendo su nalga, cubierta por una braguita blanca con margaritas, se había puesto las mismas bragas de algodón que el día que hacia footing por el parque... se acariciaba como un reflejo la nalga izquierda, como si pensara o sintiese que ya ardía. La mano derecha la puso sobre su barriguita, su estomago se removía en su interior, como si cientos de mariposas revolotearan en su interior, acompañada por una sensación de vacío.   Su rostro empezó a cambiar, antes de esos instantes, tenía una aureola de seguridad de si misma, con un rostro de completa seguridad de escapar a su destino inminente, ahora ya no mostraba dicha seguridad de sí misma, ahora se mostraba un rostro compungido, pues se veía atrapada, se daba cuenta que no tenia escapatoria posible. Sus pies se quedaron como clavados en el suelo, ahora era obvio su temor. Su mirada quedo fija observando al alguacil que se acercaba a ella, de reojo desviando brevemente su mirada, vio a la Sra. Emilia o Mili, que se había sentado en una silla acomodando su falda y con dedo índice y pulgar, pellizco la tela o tejido de su falda para aflojarla con el fin de ahuecar la  tela, y estar más cómoda, con más movilidad poder separar sus rodillas, para sostener mejor en breve al cuerpo sobre su regazo de Alison, seguidamente extendió su brazo derecho con la mano cerrada estirando el dedo índice, haciendo la indicación flexionándolo y estirando varias realizando un gesto clarividente de que se acercara a ella. Era claro que Mili le indicaba que se colocara sobre sus rodillas, pero aunque Alison no tenia intención de obedecer, tampoco sus pies hubieran reaccionado, su mente recordaba como había sido el día del parque, además de aquel intenso ardor en sus nalgas, el terror de lo que se le avecinaba le resultaba cada vez mas obvio, cada vez era más claro e intenso, la tensión en el salón era tan espesa y densa, que se podía cortar con un cuchillo.

     Alison, se hallaba en esos instantes sin poder centrar sus pensamientos. Cuando sintió que alguien la sujetaba del lóbulo de su oreja derecha y tiraba fuerte de ella, haciéndola inclinar su cabeza hacia esa dirección, mitigando en algo la presión, sin lograrlo.  

            Ay,Ay,Ay,Ayyyy, Ayyyy Ayyyy

    Era el alguacil el que la tenia bien sujeta por el lóbulo de su oreja derecha, y la obligaba a avanzar hacia el centro del salón, donde la aguardaba sentada en la silla la Sra. Emilia. Que ahora con la mano abierta con la palma hacia arriba, le hacia un claro gesto moviendo la palma de su mano repetidamente, de izquierda a derecha.

       -. Felipe! Tráeme a esta desvergonzada!! que le espera una azotaina que no olvidara... Hay que comenzar a enseñarle que en este pueblo ella no es más, que una más, y que no estamos en el pueblo, para soportar y aguantar sus impertinencias. Debes aprender niña!!! Que todo los actos tienen sus consecuencias, que mas tarde o más temprano, llegara la hora de asumir tus actos y ser castigada por ellos... Vas a aprender Niña!!! que no te puedes reír de los conciudadanos de este pueblo, sin que esas impertinencias tuyas queden impunes a la más estricta disciplina. Y la única que tu mal comportamiento, como tu conducta, te llevan por un camino erróneo.

       El alguacil dejo a Alison al costado derecho de la Sra. Emilia. Pero sosteniéndola por el brazo para que no pudiera escapar, pues ahora si forcejeaba por librarse de la tenaza del fuerte brazo del alguacil. Que la mantenía firme de su brazo derecho, mientras la Sra. Emilia la sujetaba del izquierdo. Alison por su parte, retrocedía hacia atrás tratando de alejarse de la Sra. Emilia, acto que resultaba infructuoso, intentaba revolviéndose hacia ambos costados librarse de los brazos que la mantenían al costado derecho de la Sra. Emilia. Al final fueron los brazos de ambos los que la impulsaron hacia delante, cayendo bruscamente sobre el regazo.

     Alison ya echada boca abajo sobre las rodillas de la Sra. Emilia, no ceso de contonearse removiéndose desesperadamente por escapar de la posición disciplinaria sobre las rodillas, su falda quedo por encima de su cintura debido al revuelo ligero de su falda tableada, mostrando sus hermosas braguitas de algodón con flores de margaritas, que resaltaban sobre el tejido de la prenda intima, con el circulo amarillo del polen, y sus pétalos alrededor blancos de un tono algo más oscuro, sobre el blanco inmaculado del algodón de sus bragas, y por debajo, un pequeño tallo  con un par de hojas  verdes.

    -. Nooooo... Suéltenme... No quieroooo, nooooo ,... Nooooo!!!

     Las piernas de Alison junto con sus brazos, se movían alocadamente en cualquier dirección, intentándose encontrar un punto de apoyo para librarse como fuera y levantarse del regazo de la Sra. Emilia. Algo que dicha señora no estaba dispuesta a permitir, las manos de Alison fueron cazadas al vuelo en su forcejeo por escapar, y dobladas sobre su espalda siendo sujetadas ambas por la mano izquierda de la Sra. Emilia con cierta facilidad. Ya apenas tenía movilidad la muchacha, únicamente sus piernas pataleaban en el aire, pero estas únicamente hacían que Alison se fuera agotando por el esfuerzo realizado.

   -. Que dices?  que te suelte? que te lo has creído tu eso! cómo diablos piensas que vas a poder librarte, me lo quieres decir...?  Llevas unas braguitas muy monas lo sabías? Resulta extraño que te hayas ido a poner las mismas que la primera vez que te puse este culo colorado como un tomate maduro. Ahora vas a comprobar que de nuevo te voy a calentar este travieso trasero como esa primera vez en el parque... .- sus braguitas con el forcejeo se habían reunido en el centro de su trasero, en donde la línea que dibuja la separación circular de las nalgas, hacen que su pequeño y precioso trasero respingón. Cobardemente sus braguitas se habían cobijado en la raja del culo, reluciendo así, el contraste de la blancura de su piel, con las piernas de un tono más oscuro por los rayos solares, la Sra. Emilia a muy pesar de los esfuerzos de Alison, con el dedo índice y pulgar, busco  el delicado ribete de encaje del borde de sus braguitas, extrayéndolas y acomodándolas bien estiradas cubriendo el magnífico trasero de Alison, así como hacer lo propio con la cinturilla y dejar la prenda bien tensa, cubriendo y realzando mas la prenda intima cubriendo ese travieso trasero. -. Así te quedan mejor tus braguitas, tienes un trasero muy lindo cubierto por dicha prenda. Sabes pequeña, ahora vas aprender que no se puede ser tan petulante con los vecinos de este pueblo, vas aprender lo que una buena azotaina en el culo, y sus efectos que unos buenos azotes pueden lograr en una muchacha tan sinvergüenza como tú, esta semana, he recibido innumerables protestas en el ayuntamiento. Sabes por lo visto una chica de unos veinticinco años, con muy mal carácter y una educación deplorable, los había insultado de muy malas maneras, cual ha sido mi decepción al conocer quién era esa joven y la causante del problema. Con lo modosita que estabas el otro día en casa, hubo momentos en que pensé en dejarte marchar, que ya habías recibido tu castigo y estaba segura que ya no volveríamos a escuchar tu nombre, pues al irte ibas muy compungida, además de muy avergonzada. Cuando el alguacil me ha comunicado tu nombre, no me lo podía creer que fuera la muchacha que me rogaba que parase de azotarla en el culo con la zapatilla.  Que me rogaba una y otra vez que no lo volvería hacer nunca mas, parecías una niña perdida que no había roto jamás un plato, y mira lo has resultado ser, una pelantrusca de tres al cuarto.

    ...(Esas palabras causaron una reacción en Alison que no esperaba ni ella misma, dejando de forcejear, se daba cuenta que había obrado mal, y la rabia que había descargado en los vecinos, como una forma de vengarse del trato que había recibido. Aunque eso solamente fueron unos segundos, cuando a la mente volvieron las imágenes de cómo fue enviada por la Sra. Emilia a su casa, llevando únicamente el polo, y de la cintura hacia abajo, solamente llevaba las braguitas. La obligaron a ir hasta su casa desnuda prácticamente, y lo peor, con el culo muy rojo que resaltaba sobre el inicio de sus muslos, parte que las bragas no le cubrían, teniendo que soportar las burlas y risas de los vecinos que se detenían a mirarla y como el alguacil la sujetaba del brazo, por lo cual no pudo echar a correr a su casa y encerrarse en ella a llorar. Y tuvo que soportar la terrible humillación y vergüenza de caminar lentamente mientras ella iba llorando mas por la vergüenza que por el terrible ardor y dolor de sus nalgas que le resultaban un martirio el caminar. Y al conducirla el alguacil sujetándola de un brazo, solamente podía usar una mano para tirar del polo hacia abajo y cubrir su parte intima, y cada vez que lograba soltar el brazo que la llevaba el alguacil, para cubrirse el trasero, el tal Felipe le daba dos o tres azotes en el culo delante de todos, y la volvía a agarrar del brazo, siguiendo caminando a la casa de Alison.  Durante los días que estuvo sin apenas salir de casa por la vergüenza que sentía, cuando pasaba cerca de algún vecino pues murmuraban en su manera de caminar, pues resultaba obvio los días siguientes a la azotaina recibida, que debía de sentir serias molestias cuando caminaba. Cuando creía que nadie la observaba se detenía a sobarse el trasero. Y luego a buen paso, se volvía a encerrar en casa. Durante esos días, los paso en la cama tumbada boca abajo, con las bragas bajadas pues no soportaba su tacto y menos aun, el elástico de las mismas pues daban la impresión que abultaban dos y tres veces su tamaño original, y se le quedaban las marcas del elástico imprimidas en la piel. Los primeros días no pensaba en nada mas, que apenas pudiese caminar sin que se le notase lo que le molestaba el trasero y pudiera sentarse con comodidad, no era otra cosa, que en marchar de ese infierno de pueblo de trogloditas que Vivian en el.

      Pero, después de cinco largos días con un dolor horrible en su trasero el cual jamás había sentido nada igual, pues nunca la habían puesto la mano encima, y mucho menos dado unos simples azotes, ni cuando era pequeña. Pero... fue entonces cuando ese ardor en sus nalgas y las molestias habían menguado, quedando solo unas ligeras molestias, no comprendía que sucedía pero su cuerpo estaba comportándose de forma extraña para ella. Sus bragas las sentía húmedas, y no era porque se le hubieran escapado unas gotas al ir al servicio, pues llevaba horas sin haber ido, pero en cambio cuando se acariciaba el trasero por encima de sus bragas, o se contemplaba en el espejo las marcas moradas que le habían quedado, por la terrible azotaina que había recibido.  Y ese solo hecho, de alguna manera sentía unas oleadas de placer que jamás había sentido antes, y poco después el fondillo de sus bragas estaban empapadas de fluidos, como si se hubiera orinado en ellas, y con unas ganas tremendas de acariciarse ahí abajo. Los días siguientes sus sueños cuando dormía, siempre terminaba soñando lo mismo, se imaginaba que de nuevo estaba sobre el regazo de la Sra. Emilia, con la falda levantada y las bragas bajadas, pataleando como una descosida, recibiendo una azotaina con aquella zapatilla, o con aquel feo cepillo para el cabello de madera, o  con aquella regla... luego de nuevo se veía siendo llevada arrastras por las calles por el alguacil el Sr. Felipe. Los deseos de ser castigada de nuevo iban siendo cada día que pasaba mas y mas claros para ella. Había días que volvía a salir a la calle haciendo Footing con el mismo short blanco transparente y con esas bragas con flores de margaritas, pasando por el parque expresamente para ser descubierta y castigada de nuevo, pero cuando entraba al parque, su estomago empezaba a sentir como si le dieran pequeños mordiscos, su angustia a ser sorprendida de nuevo, la hizo detenerse en la entrada del parque, de repente se veía tapándose el culo, para que nadie la viera así vestida,  el miedo a ser castigada era mucho mayor que las ganas de sentir arder sus nalgas de nuevo, retrocediendo sobre sus pasos, se bajo el polo que llevaba puesto para cubrirse el trasero, y nadie la pudiera ver de esa manera vestida y volvía a su casa corriendo antes de que fuera observada por alguien y mandaran al alguacil a buscarla. Luego se estaba todo el día encerrada en casa, con el temor de que en cualquier momento sonara el timbre de la puerta.  Pero la angustia de la espera era mayor de lo que ella creía, pero poco a poco su seguridad volvía a ella, por lo cual con el miedo en el cuerpo, fue desapareciendo hasta que se decía así misma, ..."nadie a podido verme"... poco después acaba atravesada sobre una silla, como si estuviera sobre las rodillas de la Sra. Emilia, y ella se bajaba las bragas, subiéndose la falda, se acariciaba el culo frio, comenzando a darse azotes así misma, mientras sus nalgas iban adquiriendo un tono rosáceo, sentía sus nalgas arder por sus propios azotes,  hasta que lo dejaba, para acabar tocándose y llegando al orgasmo, pero todo aquello no bastaba, y le creaba una sensación de vacío, como si algo mas necesitase... si, necesitaba sentir de nuevo en su trasero aquel intenso ardor de nuevo. La semana siguiente paso algo inesperado, estando en la panadería, el panadero se hallaba sirviendo a una señora, y Alison estaba tras ellos, pero dicha señora no la había visto entrar, hablaba de como la chica que corría por el parque, había sido castigada con una azotaina en medio de una muchedumbre, Alison al escucharla hablar no se pudo contener, y contesto a la señora si no tenía otra cosa en que fijarse, llamándola bruja y otras lindezas, que hizo que la mujer saliera por la puerta avergonzada sin comprar el pan. El panadero regaño a Alison por hacerle perder una clienta y ella acabo insultándole de malas maneras. Los días siguientes las mañanas eran iguales, se vestía con ese short blanco y salía a correr de nuevo, pero al llegar a la entrada, volvía a sucederle lo mismo, el miedo se apoderaba de ella, acabando volviendo a toda prisa a casa. Las noches eran siempre igual, se levantaba por las mañanas con el fondillo de sus braguitas húmedas, a veces incluso en las sabanas aparecía una clara mancha. Dos días después en el supermercado habían unas señoras, al pasar Alison por el pasillo colindante, escucho a las señoras reírse y hablar de ella, enfurecida apresuro su paso, pasando por donde estaban la mujeres, se detuvo frente a ellas llamándolas brujas cotorras y mas insultos, siendo llamado el encargado y la echaron de allí, acabando insultando también al encargado. Al día siguiente al pasar por una tienda de frutas, paso algo muy similar, acabando a insultos con los dueños y otras clientas que esperaban ser atendidas.  

         Ahora se encontraba sobre las rodillas de la Sra. Emilia, comprendía de golpe todo lo sucedido y una ligera sonrisa apareció en sus labios, sin buscarlo directamente había encontrado lo que ella deseaba, aunque ahora si estaba muerta de miedo, y va a volver a ser castigada por la Sra. Emilia dos semanas después de su castigo por ir provocativa por el parque.  Ella que había intentado provocar de nuevo para recibir una azotaina, y ahora la iba a recibir, pero sin haberla buscado deliberadamente, pero agravando en mucho su situación según se iba a enterar en unos minutos. Escuchaba que la regañaban de fondo, pero mientras ella había retrocedido en el tiempo en los hechos que la imputaban que había estado creando todos esos problemas a los vecinos, entonces sintió una humedad en el fondillo de sus braguitas. Pero ahora su mente, clara a lo que acontecía la hizo estremecer de temor...)...

      ...Luego con tu abuela hablaremos de todo ello con detenimiento.  Pero ahora todos y cada uno de tus insultos a mi persona los vas a lamentar haberlos dicho...

     Alison escucho esas palabras en su mente, cuando algo la hizo salir de la especie de letargo que la había embargado y distraído su mente por unos minutos sin poner atención a la regañina tremenda que la Sra. Emilia no cesaba de gritarle. Pero Alison no había escuchado ni una de aquellas frases que no hacían mas que decirle lo mal que se había comportado.   Pero ahora si las oía de nuevo, así como sus nalgas aun cubiertas por sus braguitas, iba sintiendo como comenzaban a arder e ese ardor iba en aumento progresivamente.

     -.  Desvergonzada vas a aprender buenos modales, por las buenas o por las malas, si es lo que prefieres...

        Alison sentía como su trasero ardía mas y mas a cada nuevo azote que recibía, su culo iba aumentando su temperatura. Había pasado unos días intentando ganarse una azotaina de nuevo, y no lo había logrado. Había sido demasiado para ella, no era tan valiente como para provocar para que la azotasen en el culo, eso dolía...(pensaba)...  Y recordaba aun muy recientemente lo mucho que había llorado, así como la muchísima vergüenza que había pasado por no decir lo mucho que la había dolido aquella azotaina. Esos días después de ser castigada, revivía unas situaciones que la confundían. Había sentido unas sensaciones que jamás había sentido, mientras aun sentía los efectos de la azotaina, teniendo unos orgasmos que quitaban el hipo a cualquier chica,  pero tenía que estar loca para dejarse azotar de nuevo... y... ahora lo estaba siendo de nuevo.   Aunque sentía el calor de como en sus nalgas le ardían cada vez mas. Esta vez, estaba dispuesta a disfrutar mientras su cuerpo pudiera aguantar.  Que no sería mucho, la Sra. Emilia estaba poniendo mucho énfasis a sus azotes, cada vez dolían y dolían  mas. Y cada vez que impactaba un nuevo azote sobre su trasero cubierto por las bragas de margaritas, no podía evitar el patalear con sus piernas, a su mente cada vez le costaba más mantenerse serena. Y poder disfrutar de la situación, le encantaba estar sobre las rodillas boca abajo, no sabía el porqué, pero le gustaba esa sensación de impotencia. Verse a sí misma en esa situación, sobre las rodillas de la Sra. Emilia, con sus manos sujetas e inmovilizadas a su espalda, sentir sus piernas como pataleaban de manera inconsciente, sin poder evitarlo. Le resultaba una escena sencillamente excitante, y el fondillo de sus braguitas con margaritas, o así lo presagiaba. Las tenia completamente mojadas, sentía una oleada de intenso placer en su sexo, había sido algo sublime, sensacional, maravilloso, fantástico, único, acababa de tener un orgasmo como jamás hubiera podido sospechar, bien valía la pena una azotaina...como la que estaba recibiendo... Ahora sentía vergüenza, pues sus braguitas estaban muy mojadas, era imposible que nadie lo descubriera. Sus bragas tan mojadas, Alison notaba como sus fluidos bajaban por entre sus muslos, la falda de la mujer que la estaba castigando, por fuerza debía de notar su humedad sobre ella.

      Después del orgasmo se había quedado como desganada, como si ya no sintiera el deseo impetuoso de ser castigada, ahora ante esta nueva situación los azotes dolían mucho mas, no comprendía que había pasado. Ahora no quería seguir siendo castigada, y la azotaina la notaba insoportable y comenzó a llorar, no comprendía que había ocurrido, estaba disfrutando muchísimo mientras sentía como su culo ardía como ascuas encendidas al rojo, y de golpe aquella sensación había desaparecido.

     La señora Emilia se había enardecido dando azotes bien sonoros en aquellas nalgas, sobre las bragas blancas de algodón, con florecillas de margaritas con su polen amarillo, con sus pétalos  y su tronco y hojitas verdes, le parecían simplemente preciosas. Por eso no se las bajaba, y seguía azotando el culo de Alison sobre las bragas. El color rojo intenso se comenzaba a ver cada minuto que pasaba mas y mas rojo, por el borde de las perneras de encaje de puntilla ondulada sobre todo su ribete, cuyo ribete asoman la parte baja de sus nalgas, que las bragas no cubrían, su rojez de la piel era muy notable. De vez en cuando se detenía, y dejaba su mano posada sobre el culo de la joven, era una delicia sentir en la palma de su mano, como emanaba aquel fuego que desprendían las nalgas a través del algodón de las bragas. Así como escuchar al detenerse de darle azotes, la joven gimoteaba imperceptiblemente o mejor dicho, muy perceptiblemente... Emilia o Mili, desde niña había disfrutado de los recuerdos que como su madre solía castigarla, y como solían arder sus nalgas en aquellos recuerdos. Por eso ahora le gustaba sentir como en su mano podía tener ese tacto del ardor que percibía del culo de Alison.  Ahora sentía deseos de ver en qué estado estaba aquel travieso trasero, por lo que, volvió a levantar su mano derecha por encima de su cabeza, y le sacudió a aquellas dos medias lunas protegidas por las braguitas, una verdadera somanta de azotes con todas sus fuerzas. Veía como esas hermosas nalgas, se notaban mullidas al impactar su mano sobre ellas, en la forma que su mano, formaba una onda ondulada a cada azote, su mano se sumergía en la mullida nalga, y la onda subía y bajaba en forma circular y se detenía al llegar a su muslo, para retornar a su protuberancia de la nalga abultada y forma natural. Una forma deliciosa....huuuummmm la niña la verdad es que tenía un trasero hecho para ser azotado, resultaba todo un placer azotarla en  el  trasero.

        Emilia era un ser humano, no disfrutaría castigando a  Alison si esta no lo disfrutara. Pero podía ver el fondillo de sus braguitas lo húmedas que estas estaban, además de sentirlo en su muslo, pues los fluidos de la joven habían traspasado la tela de algodón de las bragas mojando su falda, y era tan intenso el orgasmo que Alison acababa de tener, había visto como sus muslos se convulsionaban por si solos, y no por los azotes que le estaba propinando. Y sentía como su falda mojada había traspasado esta, y había mojado su muslo. Lo cual no dejaba dudas, la chica se lo estaba pasando de puro vicio. Aunque ello no quisiera decir que no le doliera el culo bastante, una azotaina debe de ser así, tiene que doler, ya que es un castigo. Y como lo propio, no sabe mal azotar el culo a una joven si esta, lo disfruta como Alison estaba disfrutando...

 

      -.  Bien Magda! que le parece como su nieta deja bien claro que sus nalgas estan recibiendo los efectos de una soberana azotaina como  la que le  acabo de dar una buena zurra? Ha oído bien como llora? ya no es tan impertinente. Verdad pequeña que ya no lo eres?

      -.  Muy bien Mili... Veo que sabes cómo se debe corregir a una muchacha incorregible. Espero que...

       Mili, cogió el teléfono y apretó el botón de colgar y corto la llamada.   entrego el teléfono a Felipe el alguacil, y hablo con él....

      -.  Felipe, toma el teléfono y sal fuera, debo hablar seriamente con esta joven... Si vuelve a sonar no me lo pases hasta que te lo pida yo.

      -.  Si señora alcaldesa, como usted ordene.

      Mili, observo como Felipe el alguacil salía del piso y cerraba la puerta de la calle. Entonces permitió a Alison levantarse de su regazo, una vez de pie, la atrajo hacia sí misma y la sentó sobre su muslo derecho, sobre la falda...

      -. Bien Alison... Toma este pañuelo y sécate las lagrimas, cariño... tenemos que hablar muy seriamente muchacha. Ya esta, pequeña. Ya esta... Ya no te voy a castigar mas por ahora, sabes? te hace falta mucha disciplina... Y estoy empeñada en dártela como nunca podrías imaginar en tu pequeño cerebro, y estoy dispuesta a encargarme de educarte como debes comprender, no será, muy placentero para tus nalgas, o quizás sí!

      -.  No sé a qué se refiere, señora!

      -.  No? No lo sabes? No me seas impertinente, o te vuelvo a colocar sobre mis rodillas y te doy una azotaina con este cepillo que no vas a olvidar mientras vivas...!

      -.  Pero, es que no lo sé. De verdad? Por favor no me castigue de nuevo.

     -.  Mira Alison, no soy tonta. Se como esta tu entrepierna de mojada, tus bragas están mojadas, ves? desvergonzada el estado de tu humedad te delata.

    Mili, separo sus rodillas a la joven. Y poso sus dedos en el fondillo de las braguitas de algodón de Alison, que al sentir la caricia en su sexo, cerro las rodillas. Pero la Sra. Emilia no se lo permitió.

     -.  Ves como estas de mojada mi niña? Esta clarísimo que te gusta que te den azotes en tu culito travieso.

     -.  No entiendo, que quiere decir...

     -.  Mira Alison. Las dos sabemos que te gusta que te ponga sobre mis rodillas y te de una azotaina y no me mientas!!!   Que te crees, que no te he visto esta semana que ibas al parque vestida igual que hace dos semanas, y al entrar te daba miedo, dándote la vuelta y volviendo a casa corriendo sobre tus propios pasos.  Además he notado como te has corrido mientras estabas sobre mis rodillas, y has mojado mi falda...Y ha sido tan intenso niña, que me ha traspasado la falda y mojado mi muslo, o has pensado que no me iba a dar cuenta.  Ahora me entiendes? .- Alison asintió con la cabeza, poniéndose muy ruborizada-. Mira, resulta que tu abuela está harta de tu mal comportamiento, sabes? Y me ha pedido que me ocupe de ti.  Y estoy dispuesta a hacerlo, está muy claro que eres una spankee Alison, quizas aun no has tenido tiempo de descubrir que ese aspecto de nueva vida se le denomina de ese modo. Una spankee, es una chica que le gusta que la disciplinen, con severas azotainas cuando así indica su conducta que sea  necesario, ya que si tu travesura no las has tenido en cuenta a la hora de idearla, la gravedad de la misma, así como, sus consecuencias seran muy graves, comprendes? Y otras azotainas, que te pueden resultar muy placenteras, porque calculas hasta el último detalle el urdirla para simplemente te calienten el trasero, y no acabar sin poder sentarte en dos semanas. Y la persona que disciplina es un spanker y disfruta dando azotainas, así como disciplinando a jovencitas como tú. Yo por si no te has percatado, soy una spanker.    A tu abuela, le he sugerido un plan de reeducación para ti, algo así como, un rejuvenecimiento a una edad más joven, y volver a proceder a enseñarte educación, lógicamente vistiendo con ropa adecuada a esa edad, aunque seguirás teniendo interiormente tu edad de veinticinco años. Pero exteriormente, parecerás una niña de diez años.  Algunos nos gustan esos fetichismos, o juegos de rol. Algunos a los cuales les gusta poner nombres a las practicas que practicamos algunos desde el inicio de los tiempos, lo llaman algo así como " Little girl Babe". Veo que te gusta usar ese tipo de bragas, por lo cual, ese seria tu fetichismo, comprendes ahora...  Lógicamente serán las que usarías a partir de ahora, si decides aceptar. Yo, no podría acarrear con esos gastos, ya que esa ropa te la tendrán que hacer a medida, así como hacerte las bragas, además de buscarte a un profesor o profesora. Si decides aceptar te informare de más cosas, pero esto es lo que debes conocer por el momento. Tu abuela será quien corra con todos los gastos de tu rejuvenecimiento, así como sus medicamentos necesarios, lo que tu abuela no sabe, es que podemos nosotras hablarlo y hacerlo bien hecho, sobre todo muy consensuado, lo que te ahorrara el tener que tomar esos medicamentos,  pero debes estar de acuerdo voluntariamente.  Tu abuela, para que aceptes te va amenazar con desheredarte y que no veas un céntimo de su fortuna. Pero para este tipo de tratamiento, estaría mucho mejor si aceptases tu, por propia voluntad. Bien qué opinas?

     -.   Y si... digo que no?

     -.  Si dices que no. Entonces lo tendré que hacerlo en contra de tu voluntad, yo soy spanker como te he reconocido, y para mi será todo un gran placer ocuparme de ti, porque tu abuela está decidida a que te sometas a ese tratamiento. Pero ella no tiene porque saber que te gusta ser castigada... comprendes? En cuanto hacerlo en contra de tu voluntad, no me gustaría tener que hacerlo. Pero entiéndeme, si tu abuela te obliga a obedecerla, es cosa suya, no mía. A mi acudirás por tu propia voluntad, aunque esta sea forzada por los intereses que puedas tener, con tal de heredar a tu abuela. Esa no es mi cuestión, comprendes? Y tu abuela me va a pagar muy bien por hacer algo que me encanta hacer... Que puede haber de malo en ello?

    -.   Es que no se. Si, es cierto que me gusta que usted me casti...gue, pero ser una niña... no se eso si me gustaría. Esto es muy nuevo para mí, hasta hace dos semanas no sabía que me pudiera gustar que me...azo...ten en el culo. Sí, me gusta usar braguitas de niña, aunque son muy pocas las que encuentro de ese estilo, esas las vi en un tendedero y... las...ro...be. Siempre me he visto como una niña, de esa edad aproximadamente, eso es verdad. Pero serlo....    No sé.  cuanto tiempo debería de serlo?  O cuánto tiempo aguantaría vivir bajo esa disciplina.  Sería muy... severa... usted... conmigo?  y Como serian?

     -.   Cuando te portases mal, si, serias castigada severamente según acorde a tu falta. Si, vestirías de niña siempre, incluso para salir a la calle, cuando tuvieras permiso para salir por tu cuenta, podrías vestir como mujer de tu edad, pero con normas estrictas, claro. El tiempo, oscilara de los años que pueda vivir aun tu abuela... Pues no hemos hablado de cuánto tiempo deberás vivir bajo ese régimen.  Otra cosa que no te puedo decir aun. Seria cuestión de negociarlo... Pero tu abuela, no accederá a una negociación... Por lo visto tu comportamiento durante estos años no ha sido... digamos... muy de una joven de tu edad. Mas bien, le has dado muchos quebraderos de cabeza... Y por lo que me ha dado a entender, no vas ver un céntimo de euro, hasta que ella no deje este mundo... qué decisión tomas?

     -.   Tengo alguna otra opción alternativa?

     -.   Mucho me temo que no tienes otra alternativa, si deseas heredar a tu abuela. A no ser, que te pongas a trabajar y vivas por tu cuenta.  Eso, significaría ser pobre el resto de tu vida.

     -.   No, tanto. La fortuna no era, ni es, de mi abuela. Es mía, es la herencia de mis padres, por lo que tengo una asignación para mis gastos que mi abuela no puede quitarme, aunque si tiene el recurso de donar esa herencia si yo no soy merecedora de ello. Mis padres ya me conocían como era, por eso pusieron esa clausula. Ellos no querían que a mi abuela le faltara de nada, mientras viviera, por eso mientras ella viva, yo no puedo hacerme cargo de la herencia, a pesar de ser mayor de edad. Por eso si se pone así de borde la vieja, no tendré otra salida que aceptar su propuesta.  Y ahí debe estar su secreto, con lo que puede amenazarme, Y los abogados no creo que lograran nada, mi conducta no ha sido muy aceptable estos últimos años.

     -.   Entonces no tienes ninguna necesidad de aceptar sus condiciones, no? Solo debes cambiar tu forma de ser y ser muy atenta... Sin necesidad de someterte a esta disciplina... Si tu abuela vive los años suficientes podrás demostrar por medio de tus abogados que has cambiado... Y que tu conducta es ejemplar...

     -.    Si, tiene mucha razón usted en hablar así. Pero mi abuela lleva en silla de ruedas desde antes que yo viniera al mundo. Tiene hipertensión, su circulación sanguínea es muy precaria, fue operada de la aorta hace dos años, y desde entonces, ha sufrido dos infartos, es diabética, solo le funciona un riñón, tiene a dos enfermeras que no la dejan sola ni un minuto del día. Ya me había hecho la idea que había perdido toda esperanza de recibir esa herencia, y ahora, pactando con mi abuela podría tener alguna baza a mi favor, no soy tonta, podría cambiar mi vida si acepto?

     -.     Niña...!  Si te lo pones así de complicado tu misma, la disciplina no te va ir nada mal. La verdad y hablando sinceramente te hace mucha falta el tener un comportamiento digno a tu edad. Y no, el que has llevado hasta ahora. Ha sido una verdadera vergüenza, te han expulsado de varias escuelas en tu infancia, es más que posible que la muerte repentina de tus padres, te haya influenciado a comportarte como hasta ahora, no es precisamente una buena escusa, pues tienes veinticinco años, las chicas suelen ser más sensatas y más maduras a esa edad, tú en cambio has sido todo lo contrario, completamente inmadura. Entonces levántate de mis rodillas y vete aquel rincón colócate de rodillas en el, con los brazos en cruz. Mientras yo saldré a por Felipe y que me devuelva el teléfono para hablar con tu abuela.

       La Sra. Emilia salió al exterior unos minutos, al cabo de ellos volvió a entrar con el teléfono en la oreja derecha.

      -.    ...Magda... Si he hablado con Alison. Ahora se encuentra castigada cara a la pared de rodillas. Pongo el teléfono en altavoz, así podrá hablar con ella... Si está de acuerdo en aceptar sus condiciones. Pero creo que igual le pide algo a cambio, como que restablezca o se extravié el informe de su mala conducta, el cual podría hacer que no pudiera heredar su derecho a recuperar lo que sus padres le dejaron al fallecer...

      -.    De que estás hablando si se puede saber Mili?  Sus padres fallecidos? Herencia de sus padres?  Qué demonios significa esto, Alison?

      -.     Abuela... No te comprendo, a que te refieres?

      -.     Magda.... qué diablos sucede aquí....? ahora quien no comprende nada soy yo.

      -.     Mira Mili... Por lo visto Alison te ha contado un montón de mentiras de las suyas. Mi hija tuvo a Alison estando soltera, y falleció al dar a luz. Desde bebe la hemos criado mi marido y yo, el pobre falleció de un infarto mientras conducía, y yo desde entonces voy en silla de ruedas, Alison salió ilesa del accidente pues veníamos de hacer un viaje a Sevilla.

      -.   Entonces eso que me ha contado que es usted, diabética, que tiene hipertensión, circulación de la sangre precaria, etc...

     -.    Estoy imposibilitada en una silla de ruedas, eso sí es verdad. Pero gozo de una salud bastante buena, a pesar de mi minusvalía.  Entonces Alison has vuelto a hacer de las tuyas de nuevo, que mentiras le has contado más? que te expulsaron de varios colegios!  Siempre igual, es que no vas a cambiar nunca?  dejemos este tema... Alison me tienes más que cansada con tus jueguecitos, pero esta vez se te ha acabado todos tus entremediados problemas.  Aceptas, tu proceso de rejuvenecimiento? No voy a volver a preguntártelo...

     -.     Si abuela, acepto.

     -.     Mili, mañana mismo te enviare a mi modista a tomar las medidas de Alison, ya le diras como deben ser los vestidos que debe hacerle... A partir de este instante,  Alison esta bajo tu custodia.

(Continuará...)