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viernes, abril 16, 2021

EL TUTOR DE DISCIPLINA EL SR. LOPEZ Capitulo 11

 

                        EL TUTOR DE DISCIPLINA EL SR. LOPEZ   Capitulo  11

                                           Evelyn llega tarde al trabajo

 

     Evelyn entraba por la puerta trasera a las oficinas, preocupada al desconocer el tiempo que había transcurrido, tras su paseo por los jardines de la Fundación Parker, aún no se había acostumbrado a la nueva ubicación de las oficinas. Dado los cambios que resultaban muy molestos para ella, estaba habituada a bajar las escaleras y en el mismo vestíbulo pasar de las escaleras del ala “B” al ala “A” única de las dos alas con ascensor de uso exclusivo  para  acceso  a la oficina, pudiendo acceder a ella misma sin la obligada compañía de su Tutor.  A tener que desplazarse en taxi hasta la nueva ubicación acompañada por él, ello le acarreaba el riesgo de viajar con cierta incomodidad  si se retrasaba o se quedaba dormida por la mañana.

      Algo que muy a su pesar  la llevo a descubrir el mal carácter de su Tutor por las mañanas, descubriendo también su  poca paciencia puesto que no le gustaba que le hiciera esperar ante su puerta por las mañanas. En dicho caso no dudaba ni un instante en hacerla entrar en el apartamento, llevándola agarrada  del brazo tirando prácticamente de ella, casi obligándola a arrastrar o trastabillar sus  pies, llevándola casi en volandas  al interior del apartamento, sentándose en el sofá o en una silla de tenerla más a mano, colocarla sobre sus rodillas levantándole la falda y bajándole las bragas para calentarle el culo a base de bien.  Si tal cosa sucedía de buena mañana, la vergüenza que pasaba al bajar por las escaleras era inenarrable, al bajar de la mano de su Tutor haciéndola descender  a su ritmo cada tramo de escaleras, lo que la condicionaba a tener prácticamente que saltar de dos a tres escalones de una vez, con la consecuencia de bajar frotándose el culo con fricción sobre sus bragas, tratando de mitigar el intenso fuego de su trasero.  Su Tutor en un claro estado de disgusto no perdía ni un ápice su habilidad, para caldearle el trasero con brasas al rojo vivo. Habiéndose  relajado al haber descansado bien en la noche, la enorme palma de su mano así como sus largos dedos quedaba bien marcados en sus nalgas. Viéndose en la problemática situación  de  bajar dos pisos extras de más, al tener que descender del vestíbulo al parking, con la vergüenza añadida de andar intentando ir al lado de su Tutor por el parking, andar hasta la zona del aparcamiento que la esperaba el taxi.  Las mañanas que había recibido una azotaina, debido a su intenso ardor en su trasero era incapaz de caminar a su ritmo, con lo cual la conducía por el parking a tirones del brazo obligándola a acelerar su paso, al ir frotándose el culo se quedaba  rezagada dado el intenso fuego en su trasero, lo que la acarreaba que su falda debido a su vuelo, mostrara sus bragas al taxista que los aguardaba esperando con la puerta abierta.

     Ella en esos días que iba “bien servida” expresión que su Tutor utilizaba a menudo, sobre todo ante la vieja bruja del rellano de su apartamento o cuando conversaba con el conductor del taxi, con los agentes del DDDV además del Sr. Luis el conserje.  Llego a sospechar que aquel hombre disfrutaba observándola en esas condiciones, pues dichas mañanas en vez de aguardar sentado en el interior del vehículo, se lo encontraba de pie en el exterior del vehículo, pues en dicho caso al verla acercarse e  ir dolorida se apeaba para abrirle la puerta a ella y a su Tutor, no perdiendo detalle de cómo ella iba con lágrimas en sus mejillas, y su rostro completamente encendido  por la vergüenza, pues desde la puerta subterránea del parking de acceso del edificio hasta el vehículo, la había estado contemplando como era casi conducida arrastras por su Tutor, con la vergüenza añadida que algunos de esos días, su Tutor perdía la paciencia por ir malhumorado, deteniéndose ante su resistencia asestándole unos buenos azotes, parándose haciéndola inclinar bajo su brazo bien sujeta, levantándole la falda y bajándole las bragas de un tirón, haciéndola pasar una vergüenza atroz al tener al taxista frente a ella, su Tutor la hacía girarse teniendo con ella la delicadeza de no darle los azotes, con su trasero desnudo ante la mirada del conductor, pero en cambio ella contemplaba como la miraba mientras aullaba de dolor, luego tenia que subirse las bragas ella misma  ante la mirada atenta del conductor, al cual al pasar frente a él le  veía  sonreír de forma socarrona con malicia, que la hacía desesperarse no pudiendo hacer o decir nada, no tenía más opción que bajar la mirada al suelo, pues de protestar tendría serias consecuencias para ella y su más que inflamado trasero.

     Estaba asimilando el tener que desplazarse cada día en compañía de su Tutor, le resultaba embarazoso  el tener que desplazarse en taxi, sobre todo por la incomodidad de la mayoría de los días al viajar sentada. En los últimos días se estaba esforzando en obedecer a su Tutor, al estar cerca el día de su cumpleaños, siendo muy aplicada en sus labores tanto en la oficina, como en la residencia del Sr. López donde residían sus pupilas incluidas como ella misma, al serle aplicada la disciplina como a la misma Evelyn…

      (“A pesar de los meses que llevaba viviendo en la residencia, no había podido averiguar quiénes eran las otras pupilas de su Tutor.  Solamente cuando eran castigadas las escuchaba aullar o el sonido de los azotes, pero había algo que la desconcertaba, porque a veces ella misma estaba siendo castigada por su Tutor y podía escuchar como lloraban otras berreaban, a través del sonido que le llegaba  procedente  de la ventana y puerta de la cocina de estar abierta como del baño que daban al tragaluz o hueco de la galería interior del edificio, en las cuales para su ventilación tenia persianas de vidrio rugoso, resultando imposible ver a través cuando el sonido procedía del apartamento de enfrente.  En una de esas ocasiones que las escuchaba llorar, estando en la sala de estar viendo la televisión, se vio sorprendida por su Tutor con la falda arremangada a la cintura y con la mano derecha entre sus muslos con las  braguitas un poco bajadas tocándose íntimamente, ese día se fue a la cama a dormir, con el culo tan caliente como la chica que había escuchado llorar, por la azotaina que le administro su Tutor con la mano sobre sus rodillas, enviándola a la cama en ese mismo instante castigada sin cenar, como si ella fuera una chiquilla traviesa a pesar de la hora temprana, al ser  apenas  media tarde”.)

    …Su cumpleaños deseaba poder celebrarlo en compañía de sus amigas, la única forma de lograr convencer a su Tutor  era portarse bien.  Consiguiendo su objetivo de obtener su permiso tras unos días de duro esfuerzo, comportándose como nunca para poder cenar y lograr su autorización para salir de fiesta esa noche. Pero aun consiguiendo su deseo, la felicidad de ese día de  libertad al tener la disponibilidad de salir sola  con sus amigas, las cuales hacía meses que no las veía, ni había podido en todo ese tiempo hablar con ellas, al estar castigada prácticamente a diario.   Acabando ese día de fiesta con un desenlace inesperado para ella, al llegar a casa más tarde de lo permitido por su Tutor, la cual por motivos ajenos a ella al no llevar reloj. Se lo estaba pasando  tan bien con sus amigas, que se le hizo el santo al cielo bailando en la discoteca sin percatarse de la hora.

      Sus amigas  observaron como  su rostro  reflejaba su preocupación, al enterarse de la hora que era, y les rogase que volvieran a casa algo que disgusto a sus amigas. Pero viéndola muy nerviosa así como muy agitada mirando hacia todas partes, accedieron a marcharse de la discoteca, aunque Evelyn se lo tuvo que rogar varias veces irse.  Mientras iban caminando por las calles de regreso intentando encontrar un taxi a esas horas de la madrugada, tardando casi una hora y media  sorprendiéndoles el amanecer del día cuando por fin apareció un taxi. Hasta ese instante de la aparición del taxi, sus amigas sonrientes hablando entre ellas animadamente, mientras Evelyn adelantada a ellas caminaba muy seria con clara preocupación, sus amigas claramente desconocían por completo lo que la aguardaba al llegar al apartamento, por lo que no comprendían al verla tan seria y airada.  Ellas lógicamente desconocían por completo que Evelyn tuviera un Tutor, y mucho menos que este la castigara a la más mínima falta, por lo cual no es necesario decir que no sabían que le esperaba una buena azotaina a su amiga Evelyn. Por lo que al verla tan preocupada les extrañaba en exceso, pues Evelyn  siempre se comportaba cuando salían de fiesta siendo la más juerguista y animada de todas ellas, saliendo de un local e entrando en otro de al lado para continuar la noche de marcha, por ello al verla con ansiedad por llegar a casa y tan seria les mosqueo que les estropeara la fiesta, despidiéndose de ella de malas maneras por fastidiarles la noche.

      Esa llegar al apartamento esa mañana tuvo el desencuentro con su Tutor por llegar tarde, con lo cual ir al trabajo resulto muy incómodo para ella. Debiendo  disimular en el asiento trasero del vehículo, mientras su Tutor viajaba en el asiento delantero haciendo compañía al conductor. Ello significaba que debía ir sentada a la derecha, con lo cual no podía evitar las miradas indiscretas del conductor. Para ella era muy embarazoso subir al vehículo, resultando casi tarea imposible no mostrarle las bragas al conductor, debido escasez de su falda tableada de vuelo de color amarilla, aun sujetándose la falda posando su mano en su muslo izquierdo, la falda al sentarse se le acampanaba sin remedio mostrando inevitablemente el fondillo de sus braguitas, algo que no se le pasaba desapercibido para el conductor.

     …Recordaba como  en los primeros días el taxi los recogía en la puerta principal, al hacer frio a esas horas de la mañana solía llevar el abrigo puesto resultando menos embarazoso, pero con el paso de los días al obtener  confianza su Tutor con el conductor, resultando ser siempre el mismo conductor al ser un VTC, paso a recogerlos en el parking interior del edificio y el abrigo no le era necesario llevarlo por exigencia de su Tutor debido que la chaquetilla amarilla de su uniforme abrigaba lo suficiente. Evelyn maldecía esas mañanas mentalmente  a su escabroso Tutor, que no desaprovechaba la oportunidad de hacerle pasar vergüenza, no comprendiendo por qué estando el parking prácticamente vacío de vehículos, el taxi les esperaba al otro extremo del parking viéndose obligada a tener que caminar al lado de su Tutor varias decenas de metros, cuando este les podría esperar perfectamente en la misma puerta de acceso. Resultando muy incómodo para ella los días que iba “bien servida” con el culo ardiendo como si llevara  brasas encendidas  al rojo vivo bajo sus braguitas, tras recibir una buena azotaina antes de salir, o por las molestias de haberla recibido el día o la noche anterior, lo que le suponía tener que subir al taxi con serias dificultades para ella. Lo cual le resultaba  vergonzoso y embarazoso  el subirse al vehículo al estar muy dolorida, y mucho más el hacerlo sin mostrar el fondillo de sus braguitas al entrar sentándose en el asiento trasero, tratando de evitar la mirada indiscreta del conductor, el cual siempre miraba hacia ella volviéndose para  verla entrar, sintiéndose muy airada ya que su Tutor no decía nada al conductor.

      El conductor era un hombre mayor de unos sesenta años aproximadamente, el cual al verla como entraba con sus gestos claros de dolor al sentarse, dada la confianza que tenía el conductor con su Tutor. Era tema de conversación, sonsacándole cual era el motivo de que fuera Evelyn tan dolorida, pues hablaba de ella como si fuera un familiar citándola por su nombre y preguntando como había sido castigada esa mañana,… “Buenos días Juan! Veo que la pequeña Evelyn, se ha portado mal esta mañana, observo que hoy va “Bien servida”…” resultando para su vergüenza tema de conversación durante todo el trayecto, encontrándose que en alguna ocasión  entablaban el saludo y conversación permaneciendo fuera del vehículo, manteniendo su Tutor a Evelyn sujeta de la mano a su lado, bajando  Evelyn la mirada avergonzada tallándose la falda disimuladamente, para no sobarse el culo en su presencia, pero si la conversación se alargaba de más, debido al intenso fuego y el horrible picor bajo su braguitas y tener muy  inflamado  su trasero, con su rostro colorado como un tomate maduro por la vergüenza que pasaba, se veía en la necesidad de estirar el elástico de sus bragas o acariciarse el culo sobre la falda haciéndolo muy avergonzada.  Mientras su Tutor no obviaba detalle alguno de su comportamiento, y el estado en el cual le había  dejado el culo, con detalles que resultaban para Evelyn muy escabrosos e innecesarios, como relatar  cómo le había levantado su falda y bajado sus bragas dejándola con el culo al aire, así como el estampado del dibujo de sus bragas, lo cual hacia a Evelyn enrojecer de vergüenza hasta la raíz de las orejas, escuchando como su Tutor le comentaba al conductor como le había dado la azotaina con la mano, cepillo, o cinturón, sin obviar lo colorado o morado que le había dejado el trasero.

    …Tras bajarse del taxi esa mañana sin mirar atrás, pues todos los días su Tutor iba a la cafetería de enfrente, a veces el conductor le acompañaba a tomar el café, por lo cual  sabía que la estaban observando,  a veces al entrar por la puerta al acompañar la puerta para cerrarla, les había visto de reojo como la observaban.    Entro al edificio pasando por delante del Sr. Luis saludándole, correspondiendo al saludo de mala gana, pero no hacerlo sería arriesgado si llegaba a oídos de su Tutor.   Saliendo por la puerta del fondo del vestíbulo bajo las escaleras, se dirigió hacia los jardines de la Fundación, una vez fuera en el exterior  lejos de miradas indiscretas, respiraba tranquila mientras andaba a pasos muy cortos por las molestias de su trasero, en su paseo  recordaba mentalmente todo lo sucedido esa mañana, tras llegar de fiesta,  como había sido regañada por su Tutor por llegar a deshoras desde el rellano al verla aparecer, así como acabando recibiendo una severa azotaina con el cinturón,  debido al enfado de su Tutor, teniendo que ir al trabajo dolorida, avergonzándose de sí misma al recordar la conversación en el interior del taxi del conductor con su Tutor, sintiendo como ahora al estar sola se le humedecían sus braguitas al recordar la azotaina, como los comentarios desgarbados del conductor, sintiendo la necesidad de introducir su mano bajo su corta falda, para sobarse el trasero por encima de sus bragas con suavidad, sintiendo en la palma de su mano como emanaba el calor a través de la tela de algodón de sus braguitas, al hacerlo miraba hacia todas partes para cerciorarse que no era observada por nadie, claramente al sentir en la palma de  su mano el calor, sintió como la embargaba al sentir como su pubis mojaba el fondillo de sus braguitas, pudiendo notar claramente su  humedad así como lo mojaditas que las tenía, aprovechando el estar a solas para estirar el ribete del elástico de sus bragas y bajarse la braguita  unos centímetros para aliviar la mortificante presión del elástico, así como el roce con la tela de algodón de sus bragas contra sus doloridas posaderas, le hubiera gustado poder bajárselas o quitárselas del todo para estar más cómoda, pero de hacerlo si era sorprendida tendría funestas consecuencias, las instrucciones de su Tutor eran claras... Habiendo sido castigada no se las podía quitar por ningún motivo, a no ser para ducharse o cambiárselas una vez al día, teniendo que pasar por la terrible vergüenza que en cualquier momento se las podía revisar su Tutor, algo que le resultaba muy vergonzoso para ella, sobre todo últimamente ya que ella así misma se había descubierto al tener un lado oscuro.  Un tiempo después de estar bajo la custodia de su Tutor, había notado cambios en sí misma, no se explicaba cómo había podido ser o el porqué de ello, pero de alguna forma la excitaba, le gustaba y disfrutaba cuando la colocaba sobre sus rodillas, incluso cuando sabía seguro que iba a ser castigada, se había sorprendido así misma al tener el fondillo de sus braguitas muy húmedas sintiéndose excitada, temerosa, avergonzada y angustiada, pero lo peor para ella fue descubrir que esas sensaciones previas al castigo le encantaba experimentarlas sintiéndose muy húmeda en su entrepierna e incluso deseaba ser castigada, lo que más la sorprendía por ser azotainas muy dolorosas, lo cual no comprendía que pudiera gustarle semejante monstruosidad.    

     Viéndose a si misma paseando sonámbula por los jardines, absorta en su recuerdo de lo sucedido esa mañana desde su temor a llegar a casa.  Recordando cómo sus amigas desconociendo su estado o el motivo de su preocupación caminaban delante de ella, mientras ella rezagada no hacía más que mirar hacia atrás por si aparecía un taxi, y se descubría así misma sobándose el culo por encima de sus pantalones leggin´s, avergonzándose de sí misma al notar en sus dedos como se le marcaban las bragas a través de sus ajustados leggin´s, hasta ese momento no se había percatado,  cómo todo el mundo  había visto como se le marcaban sus braguitas, pudiendo ver  tanto el elástico de las perneras como su costura lateral eran palpables y por lo tanto visibles para todo el mundo. En esos instantes deseo morir de la vergüenza que sintió al verse reflejada ante un escaparate de una tienda, pues al estar amaneciendo con la luz del día, se sorprendió así misma al verse como sus leggin´s de color blanco trasparentaban el dibujo de sus bragas, pudiendo ver con claridad el estampado dibujo de racimos de uva con el tono de color morado.   En su sonambulismo sonreía y se avergonzaba de si misma mientras paseaba, mientras volvía a sentir como sus braguitas se humedecían de nuevo, pudiendo notar como  la intensa humedad de sus braguitas,  el fondillo de las mismas se le desbordaba notando como algunas gotas de fluidos descendían por el interior de sus muslos,  solo de imaginar lo que debía de haber pensado su tutor al verla como iba vestida.  Tenía las mejillas en esos instantes tan ardientes como su trasero, por suerte se encontraba ella en la soledad de la mañana. Agradeciendo no haberse encontrado con la Sra. Parker, la cual no se habría perdido detalle alguno, sobre todo le habría pasado sus dedos por la entrepierna para comprobar su humedad, dada la confianza que se demostraban entre ellas cuando estaban a solas.

     Recordaba como había entrado al portal del edificio tras despedirse de sus amigas, al ver marchar el taxi se descalzo los zapatos de tacon, para poder subir más aprisa las escaleras, bufando aliviada al no encontrarse en el vestíbulo con el Sr. Luis en su puesto de conserje.   En su recuerdo de la rapidez que subía corriendo escaleras arriba, deseando llegar a su piso rezando porque su Tutor no estuviera aguardándola en el rellano, al no llevar reloj desconocía la hora que era pero sabía que era muy tarde al ser ya de día.    Por lo que al subir el último tramo de escaleras casi le dio un espasmo, al ver a su Tutor en el rellano de espaldas a las escaleras, al escucharla subir los últimos escalones resoplando cansada, le vio volverse hacia ella viéndole su cara de sorpresa al descubrirla llegando en ese instante, aterrada pudo ver como su semblante cambiaba de estado normal, a ver cómo le cambiaba para pasar a estar muy  enfadado, se quedó pasmada y aterrada al mismo tiempo a escasos cuatro escalones del rellano. Al ver como su tutor se desabrochaba la hebilla del cinturón, viéndolo  aparecieron lagrimas descendiendo por sus mejillas, tras ver como el cinturón salía raudo de las presillas de su pantalón y muerta de pánico tras  ver como lo doblaba a la mitad en dos, enrollándolo en su mano derecha dando una vuelta, para acabar sosteniéndolo en la palma de su mano tirando del otro extremo estirándolo, al tiempo que bajaba aquellos cuatro escalones para llegar hasta  ella.

       Pudo verle como dejaba el pie izquierdo un escalón más arriba que el pie derecho, viendo su muslo flexionado al tiempo que la agarraba del brazo y la colocaba sobre el muslo boca abajo, sintió como la mano que sujetaba el cinturón rebuscaba la cinturilla de sus elásticos leggin´s, así como estos descendían por sus muslos hasta bajárselos de un tirón a las rodillas junto a ellos sus bragas blancas con dibujos de racimos de uvas moradas.   Lo siguiente que sintió fue como le abrasaba el culo una y otra vez…y otra vez… y otra vez…y otra…y otra… mientras ella se escuchaba llorar así misma, hasta desgañitarse gritando del dolor que sentía en su trasero desnudo, el culo le abrasaba tanto que no pudo recordar cuantos azotes le asesto, y mucho menos cuando los vecinos salieron de sus apartamentos, pero cuando su Tutor se detuvo el culo le abrasaba, notando como la agarraba del brazo haciéndola subir los últimos cuatro escalones hacia el rellano, mientras seguía sintiendo como le abrasaba el cinturón al restallar en su trasero.  Rápidamente abrió la puerta su Tutor con sus llaves propias, haciéndola entrar con azote va, azote viene… mientras ella se arqueaba hacia delante tratando de esquivarlos sin éxito alguno, al tenerla sujeta del brazo izquierdo el cual se lo había doblado hacia atrás sujetándolo contra su propia espalda, no podía escapar de su Tutor  o de  improlongados azotes hasta llegar a la puerta de su habitación donde recibió un último azote al entrar.  Donde la dejo regañándola severamente… “Vístete rápido con tu uniforme!!! Cámbiate de bragas!!! Te espero fuera y continuaremos hablando!!! Aún no he acabado contigo!!!...”

     Continuando su paseo por el jardín de la fundación recordaba aquellas palabras, rememoraba como le había costado deshacerse de los leggin´s y con ellos de sus braguitas sin cesar de llorar. Así como una vez desnuda comenzar a vestirse con su blusa blanca, ponerse unas bragas limpias sin fijarse de sus dibujos, para ponérselas  le costó horrores inclinarse para pasar sus pies por las perneras, acabando por ponerse la falda tableada amarilla, calcetines blancos y sus zapatos con mucho esfuerzo todo ello sin cesar de sollozar por la azotaina recibida con el cinturón.  Cuando termino de vestirse se puso ante el espejo para mirarse y examinar que estuviera bien vestida, no deseaba presentarse ante su Tutor desaliñada o mal vestida lo que le habría valido una nueva azotaina. Mirándose en el espejo se contempló el trasero, viéndose al subirse la falda las bragas blancas con dibujos en relieve estampados, eran de florecillas azules viéndose que tuviera las braguitas bien colocadas, bajo las perneras de sus  braguitas podía ver lo colorado que tenía la parte baja de su trasero, mantenía el deseo de bajarse las bragas y poder mirarse el culo como se lo había puesto su Tutor.  Pero este le aguardaba fuera para regañarla, y aún tenía que cepillarse el cabello pues estaba despeinada, por el forcejeo mientras la zurraba,  no deseaba hacer esperar más de lo debido a su Tutor, o entraría el a buscarla  ello provocaría que la castigara de nuevo,  y el culo le dolía horrores, no deseaba recibir de nuevo.

      …Paseando se frotaba un muslo contra otro al andar, pues notaba como unas gotas se deslizaban por el interior de sus muslos  procedentes del fondillo de sus braguitas, se sobaba el trasero con ambas manos con suavidad sobre sus braguitas, subiendo y bajando sus manos hasta la base de sus nalgas masajeándoselas, para volver a subir frotándose el culo dolorido y ardiente.

    …Al salir de su habitación pudo ver que su Tutor estaba sentado en el salón, con la silla mirando hacia ella viendo su rostro de enfado, manteniendo  tras el respaldo de la silla la mesa del salón, sobre ella había un objeto que la molesto  dejándola helada, pero más le molesto ver quien le hacía compañía a su Tutor.   Era la vieja bruja del apartamento de al lado, la Sra. Lerner, era una mujer de unos setenta años, con cabello blanquecino cubierto de canas por la edad, de rostro desagradable con un fuerte temperamento, lo que la hacía aún más desagradable si cabe,  siendo tan alta como su Tutor rozando el metro noventa, frondosa y entrada en carnes debiendo pesar los noventa kilos, para Evelyn el verla ante su Tutor dedujo que seguramente habría estado metiendo cizaña, para que la castigara más severamente como era habitual en ella.  Aunque a Evelyn en su fuero interno no le desagradaba aquella mujer, pues muchas noches en sueños había soñado estar boca abajo, sobre sus rodillas recibiendo una azotaina con aquellas viejas zapatillas de paño que solía utilizar a diario.  Pero en esos instantes estaba Evelyn molesta al ver a la Sra. Lerner en compañía de su Tutor, seguramente al ver la puerta abierta de la entrada debía de haberse colado, era una vieja chismosa que se entretenía en animar a su Tutor a castigarla aún más…

(Sra. Lerner)  -. Ya tiene aquí a la desvergonzada!!! Si estuviera en mis manos se iba a enterar esta niña!!!  Vaya horas de llegar!!! A saber que habrá estado haciendo esta sinvergüenza!!! Seguro se habrá dejado sobar por algún chico!!! Estas niñas de hoy día no saben lo que es la decencia!!! Vaya horas de llegar!!! Si mi Virgilio saliera de casa y la viese, le daba con la vara hasta hacerla sangrar el culo!!!  Mis hijas son mayores y aun prueban la vara aunque estén casadas, cuando vienen a casa más les vale comportarse o les baja las bragas y las pone finas, al igual que a mis nietas que son de la edad de esta golfa!!! Menudo es su abuelo!!! Y mi zapatilla también la prueban a menudo!!! Buena zapatilla le hace falta a esta desvergonzada!!!

    Evelyn recordando aquellas palabras en su paseo, le hubiera gustado que la vieja bruja hubiera cumplido su amenaza de darle con la zapatilla, y si recibió pero no como le hubiera gustado en esos instantes en su recuerdo. Al aproximarse a su Tutor se vio como la colocaba sobre su regazo boca abajo, comenzando a darle una azotaina con la mano sobre las bragas, mientras escuchaba de fondo a la vieja bruja de la Sra. Lerner…

(Sra. Lerner)  -. Señor!!! Sobre la mesa le he dejado el cepillo!!! Tómelo no se vaya a lastimar la mano, tome el cepillo para darle a la desvergonzada bien fuerte en el culo y bájele las bragas que ya no es ninguna niña!!!

     …De buena gana le hubiera retorcido el cuello a aquella entrometida, Evelyn no podía verla, pero si escucharla con claridad cómo le ofrecía el cepillo y segundos después podía notar que ya no era la mano de su Tutor, si no el cepillo con lo que le estaba dando la azotaina, rompiendo a llorar poco después de nuevo… Recordaba cómo le dolía y ardía el cepillo en su trasero, escuchando a la vieja bruja de la Sra. Lerner de fondo, pero con sus alaridos de dolor no entendía lo que hablaba, pero en esos momentos en su mente tenía la imagen de la Sra. Lerner increpando y su voz si la mantenía en su mente nítida, como había azuzado a su Tutor que le diera más fuerte.  Sonreía para sí misma sorprendiéndose a pesar del dolor en su trasero, pues en su mente se veía sobre las rodillas de la señora con las bragas bajadas, recibiendo una severa azotaina con el cepillo, viendo un banco cercano se acurruco en él colocándose sobre él echada de costado, reposando la cabeza sobre el reposabrazos de madera, con la pierna izquierda flexionada y la derecha flexionada posando el pie sobre el asiento del banco, su mano la introdujo bajo su falda bajándola a su entrepierna, pasándose la mano izquierda por su sexo pasando  sus dedos sobre el fondillo de sus braguitas, mientras su mano derecha se frotándose  el ardiente trasero sobre sus bragas, dada su excitación retiro a un lado  el fondillo de su braguitas con los dedos la mano izquierda e introducir el índice y medio, en su sexo abriéndolo los labios con suavidad descubriendo su clítoris y masajeándolo entre sus dedos trazando pequeños círculos sobre él, no tardando en estremecerse todo su cuerpo al tener un  orgasmo que mojando sus dedos de fluidos, Evelyn quedo muy relajada ante ese momento de placer, la cual ante el agotamiento de no haber dormido en toda la noche, se quedó  dormida acurrucándose en el banco.   

     Varios minutos después…

     Recuperándose se miró la muñeca derecha para ver la hora en su reloj, descubriendo que no lo llevaba puesto poniendo cara de preocupación,  había perdido la noción del tiempo que podía haber pasado.  Se reincorporo sobre el banco quedando sentada aullando de dolor… “AUUU” Como duele coño!!!”, se levantó con rapidez apoyando ambas manos sobre el asiento del banco, haciendo todo tipo de guiños y muecas por la incomodidad por el estado de su trasero.   Echando a  caminar hacia las oficinas, se ajustó las bragas a su cintura y de mala gana estiro el elástico de sus braguitas, ya que este volvía a presionar las perneras en la base de su trasero al tensar sus bragas, sintiendo como de molesto resultaba el ribete de puntilla del elástico, el cual daba la impresión al sentir como pequeños mordisquitos al andar, alisándose la falda se encamino hacia las oficinas viendo lo mucho que se había alejado y que tardaría al menos unos diez minutos en volver a la entrada por el sendero.  A pesar del dolor en el culo al caminar, se apresuró acelerando su paso pues le preocupaba en extremo el  desconocer la hora que debía ser.  Iba rezando que no se hubiera entretenido más de la cuenta, si su Tutor hubiera llegado antes que ella a la oficina, estaría en serios problemas algo que la hizo estremecerse de temor, significaría para ella más que una buena regañina teniendo suerte, de no tenerla se masajeaba el culo con las dos manos ya que se esperaba lo peor…

     Al entrar por la puerta disimulo ante el Sr. Luis encaminándose hacia el ascensor ubicado bajo las escaleras de estructura circular de mármol blanco, no le apetecía nada subir por las escaleras, pero al presionar el botón del ascensor las puertas correderas no se le abrieron, mirando con la mirada hacia el conserje poniéndole ojitos y dibujando una sonrisa en su rostro, vio con sorpresa para ella como el Sr. Luis negaba con la cabeza, lo que significaba que tendría que subir por las escaleras.  De muy mala gana se encamino pasando por debajo de las escaleras hasta el mostrador, tras él se encontraba el Sr. Luis que la observaba con claro disgusto, ella lejos de mostrar su clara preocupación dio los buenos días.

(Evelyn)  -.  Buenos Días Sr. Luis.

(Sr. Luis)  -. Buenos días? Sabes la hora que es? El Sr. López ha bajado tres veces preguntando por ti buscándote… Al menos podías haber dejado sobre tu mesa las llaves del archivo, hay clientes que llevan dos horas esperando al no poder acceder a su expediente, hoy te la has buscado buena…!!!

    Las palabras del Sr. Luis la dejaron muy preocupada.

    En esos instantes se escuchó de fondo el interfono sobre el mostrador de la conserjería  la voz del Sr. López que preguntaba por ella…

(Sr. Luis)  -.  Si Señor ya está subiendo…

     Evelyn al escuchar la voz empezó preocuparse en exceso no era buen augurio, y más aún cuando al pasar por delante de la sala de espera, habían sentados dos mujeres que ya conocía de haberlas visto antes, eran dos agentes del DDDV y entre ellas había una chica joven de unos dieciocho o veinte años sentada esposada con las manos sobre sus rodillas, enfrente de ellas vio un hombre y una mujer que aguardaban también el ser atendidos muy molestos. Paso por delante de ellas encaminándose hacia los primeros escalones, al girarse para acceder a las escaleras, el vuelo de su falda se le levanto más de lo que ella hubiera deseado, quedando visible para las agentes la parte baja de las bragas de Evelyn viendo la rojez de su trasero, que asomaba bajo el ribete de las braguitas.

     En ese preciso instante se escuchaba en el piso superior un tremendo portazo, y pocos segundos después aparecía en el rellano de la primera planta el Sr. López con cara de pocos amigos, asomándose por la baranda desde el rellano dirigiéndose a las agentes gritando los nombres de las agentes a pleno pulmón, percatándose de su exceso de tono…

(Sr. López)   -. Sras. Carmen e Isabel!!!   Perdónenme!  Ustedes no tienen la culpa de mi mal humor. Ya pueden Subir ustedes con sus clientes, enseguida les atiendo apenas me haya ocupado de un pequeño problema…

    Evelyn al ver a su jefe se apresuró a subir por las escaleras, pasando por su lado sin siquiera saludarle desapareciendo tras la puerta, imitándole su jefe traspasando la puerta tras ella.  Las agentes ya subían las escaleras con la chica detenida que iba esposada, detrás de ellas subían el supuesto matrimonio.

    Desde las escaleras mientras subían por ellas, pudieron escuchar un sonido de fondo muy característico para las agentes, las cuales al traspasar la puerta les quedo claro al contemplar la escena.  El señor López estaba semisentado de costado en el borde de la mesa de su secretaria,  con la pierna izquierda flexionada posada sobre la mesa, mientras la pierna izquierda la mantenía perpendicular a la mesa con su pie posado  en el suelo, manteniendo sus piernas ligeramente abiertas y entre ellas tenia a Evelyn echada boca abajo sobre su muslo de la pierna izquierda, en ese momento que entraban vieron como le estaba dando una azotaina sobre las bragas a su secretaria, mientras la regañaba severamente por su demora. 

    La joven que estaba parada junto a las dos agentes viendo aterrada la escena, justo en el momento que le bajaba las bragas a la secretaria, viendo desde apenas dos metros de distancia lo colorado que tenía el culo, con claras trazas de tono morado.  Aterrada contemplaba la escena de la azotaina que le estaban dando a la secretaria, viendo la rapidez de los azotes como caían una y otra vez sobre el culo desnudo, mientras la chica lloraba desconsolada, observando como a cada azote las nalgas subían al azotar la parte baja del colorado trasero o como se agitaban al azotar en el centro del culo, el sonido de los azotes era ensordecedor dada la fuerza con la que castigaban a la joven secretaria, y lo cerca de la joven detenida al estar  situada muy cerca.   Evelyn mientras estaba recibiendo la azotaina echada con su cuerpo sobre su mesa de trabajo, no se había percatado que había más personas ante ella viendo como era castigaba, en su agitar dado por cómo se removía sobre la mesa moviendo sus brazos tratando de cubrirse el culo, mientras su barriga se apoyaba sobre el muslo de su tutor, que la mantenía bien sujeta con la mano izquierda, en esos forcejeos su cara miro hacia atrás hacia su izquierda, viendo muy avergonzada como el hombre y la mujer en el umbral de la puerta la estaban observando complacidos por lo que veían. Durante cerca de quince minutos aproximadamente, estuvo recibiendo la severa azotaina Evelyn la cual resignada solamente lloraba desmadejada sobre su propia mesa de trabajo.  Cuando sus bragas le fueron subidas ajustándoselas a la cintura, y sintiendo como su corta falda le era bajada, para poco después ser depositada posando sus pies en el suelo quedando frente a su jefe, el cual se bajaba las mangas de su camisa después de haberle dado la azotaina.

(Sr. López)   -. Luego ya me explicaras que ha ocurrido para demorarte, ahora tráeme a mi despacho el expediente (0005488/08) el cinco mil cuatrocientos ochenta y ocho, barra cero ocho. Luego seguiremos hablando tu y yo!!! No creas ni por un momento que he terminado contigo, pero ahora debo atender a los clientes…  Señoras… me acompañan? Sres. Hidalgo… si me hacen el favor de acompañarme a mi despacho, perdonen las molestias ocasionadas, este era un asunto que exigía que me ocupara de manera urgente, como pueden comprender no puedo tolerar el comportamiento de mi secretaria, ya que les ha perjudicado a ustedes directamente y seguramente tendrán ustedes que atender otros asuntos, posiblemente le habrá causado problemas esta demora al tener  que esperar, perdonen de nuevo las molestias.

(Sr. Hidalgo)  -. La verdad Sr. López que teníamos dudas mi esposa y yo mismo, que las agentes nos hubieran traído al lugar idóneo, pero lo que hemos presenciado nos aclara todas nuestras dudas, estoy seguro que hemos venido donde solucionaran el problema de nuestra hija, siendo de la forma más oportuna para encontrar la respuesta que buscamos y esperamos!

 

 

(Continuará…)  

 

 


Nota; Debido al estado actual que nos encontramos, el estado de ánimo del autor no es muy elevado como es natural, lo que me ha llevado a tardar más de lo habitual a actualizar mi Blog.  Hace tiempo que no veo a mi amiga spankee o mis amigas spankee´s con las que suelo hablar y chatear, la seguridad del estado que atravesamos es primordial, por lo que las visitas a casa son claramente limitadas a los que vivimos en ellas, ante la escasa posibilidad de recibir visitas, pues no se desea que puedan haber casos de virus.   Ya llegaran mejores momentos... En los que volver a jugar no sea estado de riesgo.   También deseo agradecer a todos mis amigos y amigas que me siguen leyendo su amistad, y desearos todo lo mejor en estos momentos difíciles, esperando volver a saber de todos vosotros y saber que todos estáis bien.   Gracias y mucho ánimo... Ya queda menos...