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viernes, octubre 02, 2015

Un año sabatico, con sobresaltos... II



                                UN AÑO SABATICO CON SOBRESALTOS  II

            …La muchacha llevaba como unos treinta minutos cara a la pared en el rincón, a pesar de tener sus manos pegadas a su cuerpo inertes, en posición de firmes, ni por asomo se le ocurrió ni una sola vez acariciarse sus doloridas nalgas, la Sra. Emilia se lo había dejado bien claro. Y ella tenía la firme convicción de obedecerla, el ardor de sus nalgas no hacía más que recordárselo continuamente, y no le apetecía para nada que la volviera a castigar, para ser una mujer, la Sra. Emilia pegaba muy fuerte. Aunque se lo había dejado muy claro antes de enviarla al rincón… “…aún no he acabado contigo”.     Y eso, la hacía estremecer pues con cinco palabras se lo había dejado muy claro, su castigo aún no había terminado. Desde el rincón no podía oír nada de lo que hablaban, solo escuchaba un murmullo de palabras las cuales a pesar de su esfuerzo por enterarse por si se trataba sobre ella, pero que no captaba que significaban.
      El alcalde, el Sr. Francisco se levantó del sofá dirigiéndose hacia la muchacha, dándole un sonoro azote en cada nalga, le regaño.
        -. Que te ocurre desvergonzada? Es que no has aprendido la lección, del porque te encuentras en esta situación, que aun deseas agravar la misma…!
        -. Señor no se a qué se refiere… Ayyy  Ayyy -. Dos nuevos azotes volvieron a hacer estremecer sus rojas nalgas….- no me peguen más! No sé de qué me habla.
        -. Como que no lo sabes desvergonzada!!!  Llevas todo el tiempo poniendo orejas para escuchar nuestra conversación, es que no sabes que es de mala educación escuchar las conversaciones de los mayores?  O vas a decirme que pretendes escuchar a los pajarillos en la calle…
         -. Desde aquí no puedo oírles a ustedes, como voy a oír los pajarillos, oh! no se…ñor… no pretendía de…cir eso…
        -. Sinvergüenza mentirosa! Tu misma acabas de confesar que intentabas escucharnos, ahora vas a saber lo que les pasa a las niñas maleducadas y fisgonas. -. El señor alcalde se desabrocho el cinturón del pantalón, extrayéndolo de las presillas y acto seguido con una maestría envidiable, junto ambos extremos enrollando la hebilla a su mano derecha y con la mano izquierda sujetando el otro extremo y tensando la correa para que quedara bien tensa y lista para castigar el culo a la muchacha.- ahora vas a ver como aprendes modales…!!!
   Agarrando el brazo izquierdo de la muchacha la retiro del rincón como unos dos metros, y levantándole el brazo y manteniéndolo en alto, el Sr. Francisco empezó a darle con la correa en el culo desnudo, los azotes eran pausados pero seguidos, la muchacha no podía hacer nada por evitar que el cinturón alcanzase su culo una y otra vez, ella contorsionaba su cuerpo, barriga hacia adelante y hombros tensos hacia atrás, arqueando su cuerpo para que los azotes no dieran en su culo dolorido, pero la maestría en el uso del cinturón del señor alcalde no dejaba dudas, que lo había utilizado a menudo, pues todos y cada uno de los zurriagazos impactaban en las nalgas de la chica. Ella intento varias veces mientras sus ojos derramaban lagrimas a raudales, ya que el cinturón le causaba terribles quemazones a cada azote que recibía, bien fuera en sus nalgas o en el inicio de sus muslos, intentaba taparse con la mano libre, pero sobre ella recibió varios azotes, algo que la hizo declinar a no cubrirse de nuevo con ella. Entonces para intentar escapar, empezó a dar saltos y avanzar hacia adelante, pero solo consiguió, dar vueltas alrededor del Sr. Francisco, que seguía manteniéndole el brazo en alto a la chica, lo cual la obligaba a danzar alrededor de su castigador…
        -. Basta!!! Basta!!! Basta!!! No lo volveré hacer de verdad, señor… no maaasss no maaaaassss….
        -. Que es lo que no volverás a hacer, muchacha?
        -. Tratar de escuchar lo que… dicen… Aaaayyyyy   Aaaaayyyy Basta!!!
   El ultimo azote cayo más fuerte que los anteriores, y el señor alcalde la soltó del brazo que la mantenía sujeta.  La muchacha se llevó ambas manos a su castigado trasero, cayendo al suelo hecha un ovillo sobándose su dolorido culo, que ahora si le ardía considerablemente, y ahí permaneció unos minutos hasta que la señora Emilia la recogió del suelo, la muchacha al estar de pie, trato de abrazarse a la Sra. Emilia, pero esta vez no se lo permitió, en vez de abrazarla, le dio dos bofetadas una en cada mejilla, y agarrándola del lóbulo de la oreja izquierda, la llevo casi arrastras hasta el rincón, donde esta vez la hizo ponerse de rodillas y brazos en cruz, pero en vez del rincón, de cara a la pared, para que pudiera mantener los brazos bien estirados.
     Durante dos horas estuvo de rodillas cara a la pared. Hasta que escucho pasos a su espalda, pero no se movió aunque sintió deseos de saber quién estaba allí tras de ella.
          -. Bien muchacha puedes levantarte, y puedes ponerte las bragas de nuevo que están sobre tu ropa en la mesa.
     Era la señora Emilia la que le había hablado y dado permiso para levantarse. La muchacha con dificultad se levantó, tenía las rodillas y las piernas dormidas por permanecer  tanto tiempo castigada de rodillas, con ambas manos se sobo las rodillas para sentirlas de nuevo, y al estirar su cuerpo para ponerlo recto, fue cuando unos pinchazos terribles  abordaron su maltrecho y castigado trasero, con claros gestos de dolor se encamino hacia la mesa y cogió sus bragas, desdoblándolas y  las abrió con ambas manos para agacharse para meter por las perneras de la prenda íntima, primero pie izquierdo y luego el derecho, con mucha dificultad consiguió ir subiéndose las bragas muy poco a poco, sobre todo al pasar la cinturilla elástica por su trasero, y al estar en posición erguida de nuevo los pinchazos volvieron a estremecer sus nalgas, una vez la cinturilla de sus bragas bien tensa ocupo su lugar, introdujo sus dedos por el interior del elástico de las perneras para ajustarla bien a sus nalgas, cuando fue a coger sus shorts. La señora Emilia no se lo permitió.
         -. Ni se te ocurra ponerte esos pantaloncitos otra vez!!! Ponte el polo, y acompáñame a mi despacho que tenemos que hablar de algunos temas jovencita!!!
   El hecho que no le hubiera permitido cubrir su desnudez, y que tuviera que acompañarla a su despacho en ropa interior, como un auto reflejo sus manos fueron  lentamente a su trasero, sobándoselo suavemente de arriba a abajo, mientras salían del salón y caminaban por el largo pasillo hasta llegar a la entrada del despacho. Una vez dentro, la señora se sentó en una silla que estaba situada delante de la mesa del escritorio, casi apoyando el respaldo sobre el borde de la mesa, quedando sentada de tal forma, que era como invitarla a colocarse de nuevo sobre sus rodillas. La muchacha dejo de frotarse el culo con las dos manos, y paso a hacerlo únicamente con la mano derecha, mientras la izquierda intentaba cubrir su desnudez tirando del polo hacia abajo, pero apenas cubria su barriguita, asi que no logro su objetivo.
             -. Bien jovencita, ha llegado la hora de las presentaciones oficiales, como te llamas?
          -. Allison Stuart, señora.
          -. Bonito nombre Allison y de dónde eres?
          -. Vivo con mi abuela materna en Washington, señora.
         -. Estudias?
         -. No, acabo de acabar la carrera de medicina.
         -. Entonces no eres ninguna chiquilla, verdad?
         -. Tengo veinticinco años señora.
         -. Y tan joven has acabado una carrera de medicina, no estarás mintiendo otra vez, verdad?
         -. Noooo… señora. Aun me queda hacer uno o dos años de prácticas, pero deseo hacerlas en el Hospital Monte Sinaí   y hasta el año que viene no tienen plaza vacante, por lo cual me he tomado un año sabático para relajarme y prepararme para las prácticas.
         -. Eso está muy bien, y como fuiste a parar a este pueblo?
        -. Lo vi en una agencia, que era un lugar muy tranquilo para… descansar y relajarme, con varios parques y zonas verdes para… pasear.
        -. Eso está muy bien pequeña, has venido a un pueblo pequeño de España y crees que pasear medio desnuda es la mejor forma para hacerlo, descansar y relajarte?
         -. No, señora. Ya intente decirles que lo había hecho sin querer y que no me había dado cuenta de cómo se me trasparentaban los shorts, y que mostraba mi ropa interior…
         -. Otra vez con la misma monserga desvergonzada!!!
         -. Pero es la verdad, no me di cuenta de verdad…
         -. No puedo creerte!!! Eres una mujer de veinticinco años, no una niña o jovenzuela. Una niña si vistiera así, nadie lo interpretaría como una ofensa, pues su inocencia y candidez, no serían tomadas en cuenta. Pero en una mujer que ya no es, ni por asomo una adolescente puede vestir de manera tan vergonzosa y decir que no se ha dado cuenta. Eso es imposible de creer!!! Y por si fuera poco, al decirme tal barbaridad me estas insultando a mi inteligencia, tratando de engañarme de nuevo!!! Sepa usted que no va a salir de rositas de este despacho, y que el castigo que le la dado mi marido con la correa, había pensado que habría sido más que suficiente, y que se mostraría usted joven, más inteligente, sobre todo no volviendo a mencionar la misma escusa estúpida, pero ya veo, que aún no aprendido la lección y que es necesario recordarle que en este pueblo puede que seamos brujas! Como nos ha llamado hace unas horas a mi madre y a mí misma!!!  Pero sabemos tratar a las chicas descaradas y golfas como tú.
   De los ojos de Allison volvieron aparecer unas lágrimas, en su mente no hacía más que repetirse que era una estúpida soberbia, y no comprendía que no hubiera aprendido la lección, con lo mucho que le dolía el culo, y lo caliente que aún lo tenía. Y por soberbia, ahora iba a ser castigada de nuevo, todo su cuerpo era un flan gelatinoso de la angustia que estaba sintiendo en esos momentos, y el temor que le hacía estremecerse con solo recordar lo fuerte que castiga esa señora.
        -. Ven Allison y colócate a mi derecha, más te vale que no me hagas levantarme e ir a por ti, pues será mucho peor para ti pequeña. -.Al decir esas palabras la señora Emilia movió su pie derecho hacia adelante, liberando así su zapatilla. Era una zapatilla muy simple, claramente una clásica como lo era el pueblo, la parte que enfundaba en el pie, de simple paño. Pero al inclinarse para agarrarla por el talón y levantarla, dejaba a la visión de la mirada de Allison, una suela muy poco convencional, era una suela confeccionada totalmente a mano y de manera muy artesanal, era, “de esparto y cuerda del mismo material, para tejerla”.- Ven pequeña no me hagas ir por ti.- Allison observaba como la Sra. se daba golpecitos con la zapatilla sobre su muslo derecho, invitándola con ese gesto a acomodarse sobre sus rodillas, pero con ambas manos de frotaba sus ya muy doloridas nalgas, y miraba como aquella zapatilla se balanceaba sobre el muslo de la señora Emilia, Allison estaba petrificada. Quería obedecer pues el no hacerlo iba a sentirlo de verdad, y lo sabia. Pero no se podía mover.
      -. Que te ocurre? es que no me oyes lo que te estoy diciendo? no me hagas levantarme!!!
Allison en vez de acercarse a ella, sollozando y cayendo lagrimas por sus mejillas, asustada retrocedía a pasos cortos, mientras asustada, contemplaba como la Señora Emilia se levantaba de su silla y en tres pasos se planto ante Allison, blandiendo su zapatilla en su mano derecha, sujeto a Allison del brazo izquierdo, forzándola a entre girar su cuerpo hacia la derecha, la zapatilla no tardo en impactar sobre el trasero de la muchacha cubierto con sus bragas blancas de algodón y con florecillas de margaritas, los zapatillazos golpeaban implacables sus nalgas, a lo que ella comenzó a danzar hacia adelante, al ritmo de los azotes.  Su cuerpo a cada impacto de la zapatilla en su indefenso culo, aunque intentaba cubrirse con sus manos, pero entonces la zapatilla caía implacable sobre sus manos, las cuales las retiraba en el acto, de nuevo su culo sintió varios y  fuertísimos azotes que por el dolor la obligaba a retorcerse y balancear su cuerpo encorvado hacia delante, para escapar de los zapatillazos, pero de nada le valió todos sus esfuerzos por librarse.
 La señora Emilia se detuvo unos instantes pasando su zapatilla a su mano izquierda, y aprovecho al tener la derecha libre, apara agarrar a Allison de la oreja tirando de ella, fue hacia la silla mientras con la mano izquierda con la que sujetaba la zapatilla, le daba a la joven en los muslos para que no se entorpeciera y avanzase mas rápido.
    -. Ahora sinvergüenza vas a saber lo que es bueno!!! te he dicho que no te atrevieras a hacerme levantar e ir a buscarte, te voy a poner ese culo mas caliente que las brasas de una estufa de leña, y leña es lo que vas a recibir en el culo... A mi nadie se atreve a desobedecerme, me has oído, desvergonzada? vas a lamentar este día... Te lo aseguro que lo vas a lamentar, iba a darte una azotaina bien dada, pero ahora por hacerme levantar te voy a mondar ese culo a base de zapatilla, te aseguro que cuando yo te diga que vengas, vas a venir ipsofacta!!!
Al llegar a la silla, la señora Emilia se sentó rauda, y tal como conducía a la joven de la oreja, tiro de ella haciéndola caer sobre su regazo, la acomodo sobre sus rodillas y agarrando de nuevo la zapatilla con la mano derecha, aprovecho con la izquierda a sujetar la espalda de la joven firmemente, al tiempo que la zapatilla caía implacable sobre las bragas de la joven, que aullaba de dolor al sentir el fuerte impacto en su trasero, aun con las bragas puestas, nada la protegían de esos tremendos azotes que seguían cayendo seguidos y muy rápidos así como certeros. La joven solamente sollozaba y gemía con la tremenda azotaina que estaba recibiendo, la zapatilla se erguía por encima del hombro de la Señora Emilia, luego dejándola caer con toda la fuerza que le era posible. La azotaina se prolongo por varios minutos, y debajo de las perneras de las bragas, sobre la parte baja de las nalgas que las bragas no le cubrían se podía ver como de rojo y morado estaba el trasero de la pobre muchacha. La zapatilla aunque mas lentamente por cansancio de la Sra. Emilia, continuaban azotando las maltrechas nalgas de la muchacha, el ardor era tan intenso que la muchacha ya hacia rato que había dejado de debatirse pataleando o meneando sus caderas, para librarse como fuera de aquellos terribles azotes, agotada por el forcejeo se resigno al castigo sollozando. Pero aunque pausadamente la Sra. Emilia siguió azotándola varios minutos mas, aunque ya los azotes no eran tan severos, pero seguían haciendo que la joven se estremeciera con cada uno de ellos, pues el dolor tan intenso de sus nalgas no cesaba un ápice.
Ya habría pasado como unos treinta largos minutos, siendo castigada la joven sin apenas resuello por parte de su castigadora la Sra. Emilia, cuando por fin la zapatilla ceso de darle azotes en el pobre y muy dolorido culo de la muchacha. La Sra., dejo caer su zapatilla al suelo, volviendo a calzar en ella su pie derecho, durante unos cinco minutos permitió que la muchacha siguiera sobre su regazo, sin dejar de llorar amargamente.
Poco a poco la joven fue dejando de llorar, y con sus manos se frotaba sus enrojecidos ojos de tanto llorar, parecía que la azotaina se había terminado, o eso creyó Allison cuando intento levantarse de las rodillas de la Sra. Emilia. Durante ese espacio de tiempo había sentido las caricias de la Sra. Emilia,  la cual la había estado acariciando en su maltrecho y dolorido trasero, a veces dejando la mano quieta sobre el trasero, notando en la palma de su mano, como a través de la prenda intima de la muchacha, emanaba un intenso ardor que abrasaba su mano.  Pero la muchacha se equivocaba, pues la Sra. Emilia no le permitió levantarse, es mas, introduciendo sus dedos por el elástico en la cintura de sus bragas , se las bajo hasta las rodillas y apoyando la palma de su mano derecha sobre sus desnudas nalgas, la levanto a una altura media, y reanudo la azotaina ahora con la mano, los azotes volvieron a ser rápidos e intensos, la muchacha por toda respuesta rompió a llorar de nuevo,  el ardor en su trasero era muy intenso, pero no tenia fuerzas para debatirse de nuevo, esa mañana había sido castigada como nunca hubiera imaginado que se podía castigar a una chica y ella era esa chica.
    -. Que esto te sirva de lección desvergonzada...!
La Sra. Emilia con estas palabras dejo de azotarle el culo a la muchacha, que seguía llorando ahora de manera persistente e incontrolada.
   -. Levántate, o te vas a quedar sobre mis rodillas? no has tenido bastante!
Allison con breve ayuda por parte de la Sra. Se levanto con gran esfuerzo de sus rodillas, dando pasos muy cortos, pues el dolor de su trasero era muy intenso y apenas podía dar un paso sin sentir como su trasero le pinchaba a cada paso que intentaba dar, era como miles de avispas la estuvieran picando a la vez, ligeramente encorvada hacia delante dio unos pasos para separarse de aquella estricta mujer, que la acababa de dar tan tremenda paliza. se giro hacia la Sra.
    -. Bien Allison, espero que hayas aprendido que en este pueblo no puedes vestir como lo harías en tu ciudad, espero que tu comportamiento de hoy no vuelva a repetirse, pero, ese sexo lo quiero ver rasurado, la próxima vez no quiero ver un solo vello en tu entrepierna. ya que estoy segura de que vas a volver en días próximos a ser castigada de nuevo, es algo que no sabéis comportaros las chicas de ciudad, estoy convencida de ello. Ahora súbete las bragas y vete a tu casa a la cual estas hospedada, tal y como estas ahora. si no te ha importado enseñar las bragas esta mañana, porque ha de molestarte ahora. Además no iras sola.
Allison con claros gestos de dolor se agacho para subirse las bragas, pasándolas muy lentamente al pasarlas por sus muy doloridas nalgas, ajustándolas así a su cintura, tenia el culo tan inflamado que las bragas le macaban con las costuras en la parte baja de sus nalgas, donde el elástico de las perneras mordían sobre ellas, haciéndole que marcara mas descaradamente su castigado trasero.
La Sra. Emilia se acerco a un mueble en el cual había un teléfono, en el cual marco un numero.
    -. Felipe!  puedes venir a casa ahora... Bien, estas en la puerta, bien ahora salgo con la joven.
   -. Vamos niña, nuestro policía del pueblo te conducirá a casa, para que ningún viejo verde se tome ciertas libertades por ir por la calle en bragas...
Acercándose a la joven, la agarro nuevamente de la oreja y así la saco a la calle donde esperaba el policía del pueblo. Abriendo la puerta de la calle allí estaba el agente.
    -. Felipe! acompaña a esta desvergonzada a su casa, si se revela o se niega, tienes permiso para darle unos azotes en el culo.
   -. Vámonos niña...
 El agente la sujeto del brazo izquierdo y la obligo a caminar hacia su casa, Allison agarrando la parte baja del polo que llevaba puesto lo estiro todo lo que pudo para cubrirse, pero aunque la parte delantera consiguió cubrirse, el trasero quedaba a la vista de los transeúntes, que podían apreciar lo colorado y partes moradas de su culo, así como sus bragas blancas con margaritas...

(Continuará…)
     



Un año sabatico, con sobresaltos... I



                                                                                  AÑO SABATICO CON SOBRESALTOS…


       Salió de casa por la mañana a eso de las 09,00h, iba vestida con un short muy ajustado blanco, liviano, y  transparente, se le veían a través de la tela perfectamente las bragas blancas, con unos dibujitos de florecillas de margaritas, dada la transparencia de los shorts, se podía apreciar sin esfuerzo alguno por la visión más avispada, el tallo verde, los pétalos blancos, y el polen amarillo circular. Un polo con capucha azul celeste, amplio hasta la cintura, que dado el contraste aún hacia resaltar mucho más la ropa interior. Con unas bambas blancas Nike y unos pequeños calcetines blancos de deporte, hacían resaltar sus hermosas piernas así como unos firmes muslos y un prieto trasero que a cada paso que daba palpitaba como si tuviera vida propia.
       La muchacha entro al parque municipal, colocándose unos pequeños auriculares en los oídos, ya que en interior del parque no había peligro de atropello por algún posible vehículo, del cuello le colgaba un pequeño MP3, lo puso en marcha y metiéndoselo por dentro del polo, y cubriéndose con la capucha empezó a correr.
      Hacia una mañana preciosa para hacer deporte, con un cielo azul y un sol que radiaba una temperatura excelente.
La muchacha absorta en la música de su MP3, iba haciendo footing y no se percataba de nada, paso por delante de unos hombres que jugaban una partida de ajedrez, al pasar por delante del banco en que estaban sentados, las piezas cayeron al suelo,  uno muy mayor de unos 80 años le calculo ella, y el que jugaba con él estaría sobre los 50 años, que  al verla pasar se la quedo mirando, sin percatarse que al hacerlo el tablero se le cayó al suelo, admirando la belleza y las preciosas piernas de la joven, la muchacha giro la cabeza con una sonrisa coqueta en sus labios, el señor mayor le hizo un gesto con la mano característico de regaño y con cara de pocos amigos, mientras se agachaba con claro esfuerzo y recogía las piezas del suelo, el otro seguía mirándola, más bien ahora miraba su trasero. La muchacha volvió a mirar al frente con una picara sonrisa en sus labios. En otro banco habían dos señoras con el rostro claro de indignación, que le decían algo...
                  -. Desvergonzada...!!!
                  -. Sinvergüenza...!!!
                Una de las señoras la que parecía algo más joven le gritó;
                  -. ... Como vuelvas a pasar, tu culo lo lamentará...!!! Descarada!!! Desvergonzada!!!
               La muchacha con la música no escucho nada, pero giro la cabeza hacia ellas, mirándolas y con una picara sonrisa y vio que las señoras se levantaban del banco, y que gesticulaban pero no les prestó más atención siguiendo el camino del parque.
              Las señoras indignadas la siguieron a paso ligero con el rostro claro de indignación:
                 -. Será descarada! La niña!!! Vamos madre! nadie se ríe de nosotras...!!! Y se queda tan fresca!!! A esa le voy a      enseñar modales y a vestir como es debido, habrase visto! va casi desnuda la muy golfa!!!
                 -. Que poca vergüenza! Reírse de una anciana, que podría ser su abuela!!! Vamos hija! Como la coja va a ver…
             Caminando detrás de ella...observaron que había cogido un sendero a la derecha.
                 -. Emilia hija,  acortaremos por aquí... Va a saber esa desvergonzada lo que es bueno...
             Los dos hombres también se levantaron y salieron detrás de las dos mujeres... El hombre mayor se ayudaba con un bastón.
                 -. Emilia, hija! Que sucede?  Antonia... Que os pasa?
                 -. Es que no habéis visto a esa pelantrusca como va vestida! Semejante desfachatez de esa sinvergüenza? Va medio desnuda con esa ropa! Y encima se reía de nosotras, y no contenta, se ha burlado de nosotras. Cuando la coja no se va a poder sentar en una semana...
            La muchacha seguía a lo suyo escuchando música y corriendo sin percatarse que estaba escandalizando a todo el parque con su indumentaria. Ya eran varias las personas que avanzaban, detrás indignadas o por curiosidad por saber cómo terminaba aquello. La muchacha al ver un grupo de personas que iban haciendo aspavientos con las manos y llamándola para que fuera hacia ellos.  Alarmada e inconsciente de lo que realmente sucedía, y el revuelo que había armado con su ropa tan provocativa, se detuvo y andando  se acercó hacia ellos pensando que algo grave sucedía, sin percatarse absolutamente de nada. Cuando estuvo delante de las dos mujeres, encogiéndose de hombros y con los brazos encorvados y las palmas de las manos hacia arriba, les pregunto sin quitarse los auriculares.
                 -. Qué ocurre?
            Como llevaba los auriculares no se dio cuenta que había gritado más de lo debido al preguntar.
            Algo que fue malinterpretado;
                -. Tendrá descaro la niña encima!
            Dijo el padre de Emilia, el Sr. José;
                -. Ven aquí descarada!  Te voy a enseñar yo modales! Y a vestirte decentemente!
           Emilia regañándola se acerco a la joven y sujetándola de un brazo, tiro de ella conduciéndola hacia un banco que estaba cerca. Una mujer de armas tomar, alta, como de un metro ochenta de estatura, y unos 70 kilos de peso, llevaba una blusa negra y chaquetilla azul marino de hilo, y una falda negra por debajo de las rodillas.
           Protestó…
                -. Señora! Que hace, porque me sujeta del brazo. Suélteme señora…
          La chica iba tropezando con sus propios pies, por intentarse soltarse de la mano que la mantenía sujeta del brazo izquierdo.
               -. Ya puedes forcejear lo que quieras niña! Te voy a enseñar a reírte de las personas mayores, así como hacer burla. Vas aprender modales ahora mismo, ya que no te los enseñaron tus padres…
         A pesar de sus intentos por liberarse no le sirvieron de nada, a trompicones y tirones llego la Sra. Emilia hasta el banco tomando asiento en él. La chica intentaba en ese momento  explicar que llevaba unos auriculares en los oídos y que no podía oír lo que la estaban hablando, acción que fue mal interpretada, pues parecía que insinuaba algo que no le pareció correcto a la señora.
               -. Esas tenemos desvergonzada! Además te atreves a insinuar que estoy loca? Ahora vas a sentir el haber hecho eso… ya lo creo que lo vas a lamentar…
         Tirando del brazo la hizo caer sobre su regazo, colocándola boca abajo sobre sus rodillas quedando su trasero bien expuesto, la señora la sujeto firmemente con su brazo izquierdo asiéndola de la cintura y aprovechando el peso de su antebrazo para mantenerla firme e inmovilizada, levanto su brazo derecho y empezó a azotarla fuertemente en el culo, indecorosamente  protegido por aquellos shorts obscenos.
              -. Señora que hace…no puede hacerme esto…que he hecho yo! Señora! Señora! Au! Au! Au! Noooo… por favor señora! Sueltemeeeeeee me está haciendo dañoooo! Au! Auuuu!
        Se retorcía la chica intentando ponerse en pie, pero todos sus intentos eran evitados con destreza por la Sra. Emilia, que continuaba de manera firme dándole azotes en el culo y en la base de los muslos los cuales, hacían a la chica aullar de dolor… 
              -. Noooo noooooo nooooo... Que me hacen ay ay ay! Ay! Ayyyyy! No me peguen! Ay! Ay! Ay! Pero que les hecho... Ayyyyy!!! Ayyyy!!! Ayyyy!!! Porqueeee... Ayy! Ayyy! , me hace dañoooo!!! Ohhhh no por favorrrrr...!!! Que les he hecho yoooo...! Ay! Ay! Ay! Ay! Bastaaa! Bastaaaa...!!! Noooo ay! AAAAYYYY...!!!
       La Sra. Emilia la azotaba fuerte muy fuerte, sin pausa sin apenas dejar a la muchacha coger aire. Que meneaba el trasero y agitaba sus piernas alocadamente en todas las direcciones, con las manos intentaba forcejear para escapar, para poco después intentar taparse el culo de los tremendos azotazos que la estaban golpeando en el culo... Entonces intervino la Sra. Antonia la madre sujetando las manos a la joven y manteniéndolas tirantes, y su yerno el Sr. Francisco le sujetó de un pie, el Sr. José hizo lo propio con el otro inmovilizando por completo a la joven.
             -. Ayyyyy! Ayyyy! Ayyyy! Porqueeee! Ayyyyy! Basta! Basta! No me peguen más! Ayyyy! Ayyyy! Ayyyy! Ayuyyyyyyy!
       La Sra. Emilia se detuvo un instante, e introdujo los dedos por la cinturilla del pantaloncito blanco...
             -. Nooooooooooo...!!! Eso Noooooooooo... Con tanta gente Nooooooo... Por favoooorrrr... Noooooo...!!!
       La muchacha al sentir como sus shorts iban a ser bajados, rompió a llorar más de la vergüenza e humillación, que del dolor de sus nalgas. Entonces la Sra. Emilia levantó la mirada, y vio muchas caras sonrientes, sobre todo de hombres y se abstuvo de desnudar el trasero de la muchacha...
             -. Madre!, vamos a  casa! Allí castigaremos a esta descarada...!!! Aquí esto se ha convertido en un circo y esta desvergonzada se merece que le demos más que una soberana azotaina, una buena paliza!!! Pero no está bien que la desnudemos en público, por muy grosera y maleducada que haya sido…
La muchacha pudo al fin levantarse, pero continuaba bien sujeta por las manos, y se puso a dar saltitos como último recurso para mitigar el intenso ardor de su pobre culo, muy dolorido. Con los saltitos se habían desprendido ambos pequeños auriculares de sus oídos, pudiendo escuchar por primera vez...
            -. Vamos a casa descarada!!!
      La muchacha perpleja mientras era casi llevada arrastras por la Sra. Emilia de su mano izquierda y la madre de la mano derecha.
           -. Yo... Descarada...? Y ustedes Brujas!!! Se puede saber porque me han pegado...?
           -. Como nos has llamadooo...!!!
     Mientras pronunciaba esto la madre, con la mano derecha le quitó la capucha y dándole dos bofetadas tremendas...
           -. Sinvergüenza...!!! Te parece bonito pasearte medio desnuda, y coquetear con mi marido que podría ser tu abuelo!!!
           -. Tranquila madre! Enseguida llegamos a casa, y esta descarada con sus veinti...pocos años va aprender modales! Buenos modales!!!
     La joven se resistía a que la condujeran a esa casa, a pesar del dolor que sentía en el culo, y el intenso ardor. Pero si no hacia algo por escapar, en breve el culo le iba doler mucho más, y ya era mucho lo que le dolía, además de la vergüenza que había pasado, siendo azotada como una niña pequeña ante tanto viejo verde.
          -. Deja de forcejear golfa!!! No te va a servir de nada intentar escapar... Ahora vas a ver ya me has hartado!!!
     La Sra. Emilia se plantó delante de la joven, y agachándose la cogió por sorpresa de las piernas, y con una habilidad envidiable se la coloco sobre el hombro izquierdo, izándola del suelo, la joven indignada y avergonzada empezó a patalear y pegarle con las dos manos en la espalda, pero la Sra. Emilia respondió dándole unos fuertes azotes en el culo, con su mano derecha, y luego agarro el pantalón y las bragas de la joven tirando hacia abajo...
          -. Ayyyyyy ayyyyy ayyyyy ayyyyy ayyyyy ayyyyy ayyyy ayyyyy... Nooooooo eso Noooooo!!!
          -. Te vas a estar quietecita...!!!
          -. Siiiiiiiiiiii...
          -. Bien, vamos para casa! te voy a dar una... Que no la vas a olvidar mientras vivas...
          -. Ay! Ay! Ay! Ay! Ayyyyyy...!!!
    Cinco azotes más, la terminaron por convencer que debía portarse bien, y empezó por primera vez a sollozar, pero era más por el temor de lo que le esperaba, de lo que el culo le ardía y dolía, ahora además por primera vez, mientras era transportada se podía frotar las doloridas nalgas.
Entraron todos en la casa, la Sra. Emilia dejo en suelo a la joven que miraba asustada en todas direcciónes, estaba en una casa extraña para ella.
   Y para que...la joven estaba muy nerviosa, era cierto había coqueteado con aquellos dos viejos, pero debía de haber algo más.
   Su cabeza le daba vueltas a lo sucedido, no puede ser, no puede ser, no puede ser...
  La madre. La cogió del brazo..,
       -. Vamos, entremos al salón...buena te espera niña…!
       -. Por favor no me peguen más, ya he aprendido la lección, no volveré hacerlo.
       -. Hacer el que?
       -. Coquetear con...sus maridos...lo siento...perdón... Pero ya me han pega...castigado por ello.
       La joven se arma de valor y...
          -. Saben que podría...denunciarles por lo que tratan de...hacerme...
       En ese momento suena el timbre..,
Se levanta la Sra. Antonia del sofá donde se había sentado con los dos hombres para ir abrir...
          -. No madre, usted descanse ya voy yo abrir...
      Unos instantes después entra seguida de un policía local...
          -. Es Felipe el J.E.F.E de la policía local...
     Y mira a la joven, esta sonríe al saber quién es, esta salvada piensa...
     El Sr. Francisco se levanta, ahora la joven lo observa, no es tan mayor, tendrá la edad de la Sra. Emilia o quizás algo más joven, sobre el metro ochenta de estatura y unos 55 años.
         -. Hola Felipe que asunto te trae por aquí?
     La joven sigue sonriendo, alguien debe haber denunciado que la estaban maltratando.
         -. Sr. Me han avisado que una joven andaba por el parque municipal, escandalizando a los ciudadanos en ropa interior, y que se había mofado y burlado públicamente además de insultado gravemente a la Sra. Alcaldesa y de su madre de 88 años, alguien con tan pocos escrúpulos no puede quedar sin ser encerrada en la cárcel durante varios días, Sr. Alcalde, ah! Sr. José  lamento lo sucedido, lo que ha hecho esa joven es imperdonable, esa falta de irresponsabilidad de ir casi desnuda y pasar por delante de usted varias veces con su delicado estado de salud, y más teniendo en cuenta que su  yerno es el alcalde de este pueblo...
    La muchacha se quedo paralizada, su semblante de cambio, pasando a ser de preocupación y entonces fue cuando bajo la vista y se miró como iba vestida, comprobó levantándose el polo que era verdad, iba casi desnuda y se bajó el polo estirándolo hacia abajo intentando cubrir lo que ya era en balde, el mal estaba hecho no habiendo posibilidad de reparar, exclamo...
         -. Oooohhh... Lo lamento mucho Sra. Emi...lia...
         -. Puedes estar segura que lo vas a lamentar...
         -. ...ah! Esta aquí...!!! Señorita queda arrestada!!!
         -. Tranquilo Felipe!!! La joven se queda aquí! Mi esposa se encargara en persona de castigarla, y puedes estar seguro que preferiría la joven, que te la llevaras detenida. Cariño acompaña a nuestro jefe de policía a la puerta, y Felipe... quiero que olvides el escándalo que ha habido hoy en el parque.
         -. Si señor alcalde... Es que ha ocurrido algo en el parque hoy...?
     Diciendo esto abandono el salón, seguido por la Sra. Emilia detrás, antes de abandonar el salón la Sra. Volvió la cabeza hacia la joven...
        -. Jovenzuela! Cuando vuelva quiero ver esos ridículos pantaloncitos, doblados sobre esa mesa, y ese polo también!!! Y que estés colocada junto a esa silla de pie y con las manos sobre la cabeza...
     La muchacha estaba muy avergonzada, sus manos temblorosas, y con la mirada buscaba el perdón de la Sra. Antonia y de su marido el Sr. José...
        -. Joven como venga mi hija y no estés como te ha ordenado, lo vas a lamentar y mucho.
        -. Sra. Yo...lo siento...mucho...
     Estaba muy arrepentida de como se había comportado, sólo había hecho que empeorarlo todo aún más, con las manos temblando de miedo por lo que la esperaba, empezó a quitarse el polo pasándoselo por la cabeza, se lo quito y lo doblo depositándolo sobre la mesa del salón, quedando con una fina camiseta de tirantes. Luego introdujo sus dedos por la cinturilla de los shorts blancos, y fue deslizándolos por sus muslos, rodillas, tobillo y extrayendo un pie y después el otro, lo doblo y lo puso encima del polo. Ya quedando sólo con las bragas y camiseta se puso al lado de la silla y puso sus manos entrelazadas sobre la cabeza.
     A los pocos minutos apareció la Sra. Emilia, en su mano derecha llevaba una regla de madera de medio metro, y en la izquierda un cepillo de cabello. Llego hasta la mesa depositando en ella la regla y el cepillo. Luego pasando por detrás de la joven rodeándola y se sentó en la silla. La escena parecía de mediados de siglo XVIII, la señora sentada en la silla, a su derecha la muchacha solo en ropa interior con las manos sobre la cabeza, y enfrente de ellos con una posición envidiable para observar con todo detalle, el Sr. Alcalde, la Sra. Antonia a su lado sentados en el sofá y un poco más a la derecha sentado en un sillón el Sr. José. Todos observando a la infractora fijamente.
           -. Bien muchacha! Baja las manos y colócate boca abajo en mi regazo, ha llegado el momento de ajustarte las cuentas jovenzuela... Venga no me hagas esperar o...
           -. Por favor Sra. Noooo... Nooo me pegue más, ... Lo siento mucho, de verdad. Llegue ayer al pueblo, con intención de pasar un año sabático después de haber terminado la carrera, y hoy es el primer día que salgo por el pueblo...y no me he fijado en la ropa que llevaba puesta, hasta que le he oído hablar al agente, no sabía que iba vestida tan...
           -. Mira niña!!! Todos somos responsables de nuestros actos, esos pantaloncitos tan descarados te los compraste tu?
           -. Si señora...
           -. Entonces sabias que eran muy provocativos, o no?
           -. Si lo sabía...per...
           -. Y aún sabiéndolo, en vez de ponerte unas bragas blancas para pasar desapercibida, te has puesto unas con flores de margaritas, y quieres hacerme creer que no lo sabias? Eres una descarada y una sinvergüenza. Ven aquí ahora mismo...!!!!
           -. Pero no he pensado en ell...
       La Sra. perdió su paciencia y levantándose agarro de la mano a la joven tirando de ella, se sentó en la silla y arrojo sobre sus rodillas a joven...
           -. Ven aquí desgraciada, ahora vas a ver lo que les ocurre en este pueblo, a chicas descaradas como tu... Tus escusas...no sirven...de...nada...desver...gonzada...
       La muchacha en vez de forcejear como hiciera en el parque, se dejó llevar por la evidencia de su culpabilidad, no poniendo resistencia cuando la Sra. Emilia la tumbo sobre sus rodillas. Los primeros azotes enseguida cayeron sobre su trasero. Sus piernas colgaban semi flexionadas sin tocar el suelo, mientras sus manos se agarraban a las patas de la silla. Los azotes no paraban de golpear su trasero cubierto por las bragas de algodón , con fuerza y rapidez, no tenía tiempo de recuperarse de un azote, que ya sentía uno de nuevo. La muchacha se dejaba azotar en el culo sin moverse, sabía que tenía bien merecida la azotaina que le estaban dando, tenía la cara congestionada por el dolor que le causaba cada azote que recibía, lo único que de su cuerpo se movía eran los párpados de sus ojos que los apretaba con fuerza a cada azotazo que sentía en sus nalgas, y sus labios se contraían y sus dientes apretados para no gritar del intensísimo ardor y el dolor en su culo. Sus manos se aferraban a las patas.
        Había recibido no menos de 50 azotes, en sólo unos minutos, que a ella le parecieron horas, ya que la mano de la Sra. Emilia no cesaba de azotarla y recriminarla por su comportamiento indecoroso. La muchacha ya no podía mantener la compostura por más tiempo, su culo empezó a menearlo de un lado a otro, sus piernas se abrían y cerraban, subía la izquierda y bajaba la derecha, para volver a separarlas y abrirlas todo lo que la posición expuesta en la que se encontraba le permitían. Sus lágrimas empezaron a caer por sus mejillas, y sus lamentos ahora eran ahogados por sus sollozos. Pero nada parecía enternecer a la Sra. Emilia, que seguía y seguía azotándola en su enrojecido culo. Durante diez minutos interminables para la muchacha que ya se debatía sobre el regazo de la Sra.
Al fin detuvo la severa azotaina pero el alivio de la chica duro muy poco. Ya que sólo se detuvo para bajarle las bragas hasta las rodillas, la chica completamente derrotada no protesto siquiera, aunque de poco le habría servido, el culo tenía un color rojo intenso.
Y reanudo la Sra. La azotaina ahora sobre las nalgas desnudas, con la misma intensidad y con la misma fuerza.
               -. AYY! Ay! Ay! Ayyyy! Ayyyyy!!! Ay! Ay! Ay! Ay! Ayyyyyyy!!! Ayyy! Ayyy! Ayyyy!!! Ay! Ay! Ay! Ayyyyyyy!!! Ay! Ay! Ay! Ay! Ay! Ay! Ay! Ay! Ayyyyy!!!!
        Las nalgas y el principio de los muslos estaban muy muy rojos, igual que los ojos de la chica de tanto llorar. Sus piernas seguían pataleando sin control, las abría y cerraba todo lo que la traba de sus bragas a la altura de las rodillas le permitían. Durante otros diez largos minutos la señora la estuvo azotando severamente, su mano subía por encima de su hombro y lo dejaba caer con toda la fuerza que su brazo era capaz de impulsar, los azotes sonaban muy fuertes desde el primero que le diera sobre las bragas, hasta el último azote que le acababa de propinar sobre el culo desnudo...
La Sra. Emilia una vez había dado por terminada la severa azotaina, a siéndola por los hombros la ayudo a incorporarse, la muchacha al estar de pie, apoyo la cabeza en el hombro de la señora y se abrazó llorando a todo llorar, sollozando y haciendo ruidos con la nariz, ya que la mucosidad le dificultaba la respiración. La señora le acariciaba con ambas manos las nalgas muy a doloridas de la joven, le permitió permanecer así consolándola unos minutos.
       Al cabo de unos minutos la separo de ella y...
               -. Basta...!!! Ahora tal y como estas con las bragas en las rodillas, te vas a aquel rincón a reflexionar y que no se te ocurra girarte o tocarte el culo, jovencita... Aún no he acabado contigo...!!!