DISCIPLINA EN LA
UNIVERSIDAD Capitulo 12
Al pasar por conserjería se acercó a la
ventanilla. Pidió la llave del despacho, al no estar el conserje, entro en
conserjería como solía hacer, cogió su llave del armario, eso era algo que
solía hacer a menudo, pues a esas horas el conserje estaba abriendo las aulas,
así como entregando a otros profesores que solían esperar que el conserje les
llevara sus llaves.
El conserje la vio que salía de
conserjería, y raudo fue hacia ella…
(Arthur) -. Señorita Adams!!! , que sea la última
vez que entra en mi oficina! , Sabe que las alumnas tienen prohibida la
entrada, y usted ya no es profesora!. .- el conserje observando que Sonia
llevaba una llave en la mano, supuso que era de su despacho-. Haga el favor de
entregarme esa llave, usted ya no tiene derecho a usar un despacho. Además ya
no hay nada en el, que le pertenezca, el director Sr. Aston, me ordeno ayer que
recogiera todas sus cosas y que se las enviara por mensajero a su casa, supongo
que esta tarde lo recibirá todo.
(Sonia) -. Bu…eno. Si así se lo han mandado
hacer, bi…en.- Para Sonia fue una desagradable e inoportuna noticia-.
(Arthur)
-. Antes de que se me olvide, el decano Lewiston la espera en su
despacho, y debo advertirla que estaba muy enfadado con usted. Por lo visto
joven, debía de pasar por tu casa esta mañana para amonestarla como
recordatorio, y no estabas, ya habías salido cuando tenías instrucciones
de esperarlo… verdad?
(Sonia)
-. Oh..., lo olvide!
(Arthur)
-. Pues te está esperando, me ha ordenado que si no acudes rápido, te
lleve yo mismo a la fuerza.
(Sonia) -. Pero… es que ahora no… puedo. He
de ir al servicio
de señoras.
(Arthur) -. Me ha advertido de que pondrías esa
escusa, y me ha dicho. “Aunque se haga pis en las bragas, la quiero ver en mi
despacho cuanto antes!!!” .- así la
agarro del antebrazo por encima del codo, y tirando de ella casi arrastras, la
condujo por los pasillos, atestados de alumnos y alumnas que asistían a sus
clases, observando perplejos como era conducida
casi arrastras, Sonia iba con sus mejillas coloradas por la vergüenza,
por ser conducida de esa manera como a una vulgar alumna que se ha metido en
líos, y así era, fue conducida hasta la
puerta del despacho del decano. Llamando a la puerta, se escuchó del interior
que decían adelante-. Aquí la tiene señor Lewiston, tal como usted había
predicho se negaba a venir, y aquí se la
traigo yo mismo!
(John) -. Bien Arthur… puede retirarse!
El conserje salió del despacho haciéndole
un guiño con el ojo derecho a Sonia, y con la mano, con la palma hacia arriba
extendida moviéndola de izquierda a derecha, le hizo a Sonia el gesto de que…
buena le esperaba!
Sonia lo miro poniéndole la peor de sus
caras, y sacándole la lengua aprovechando que el Decano no podía verla. Al
tiempo que entraba al despacho, simulando que se estaba haciendo pis, dando leves
traspiés, y poniendo su mano derecha en el pubis, una vez se detuvo frente a la
mesa, entrecruzo sus piernas para ser más vehemente que no aguantaba más y
debía ir a servicio se señoras
urgentemente, algo que la sirvio para restregar sus muslos en uno,
contra el otro y secar sus fluidos que descendían por ellos.
(Sonia) -. Por… favor….John… permíteme ir…. al
baño,…. no aguanto más…
(John) -. Porque no has ido antes de salir de
casa! O tenías mucha prisa de escapar de tu azotaina matinal, sabes que
debes recibir una
cada día, mientras
dure tu penitencia…
Sonia seguía meneándose y moviendo
las caderas para hacerse más acuciante su urgente necesidad de ir al baño, su
rostro rojo de vergüenza hacia que pareciera más real, pues se moría de
vergüenza el solo imaginar que John, la
pusiera sobre sus rodillas y viera el estado de sus bragas al bajárselas…
(Sonia) -. Por favor… John!!! No puedo aguantar
más!!! .- ahora incluso daba leves saltitos igual que una niña, cuando se le
escapa el pis-. No me hagas esto, se me olvido de verdad! No he pensado
tan siquiera que
tenías que venir
a casa, te lo prometo John!
(John) -. Sonia! De verdad pretendes tomarme por
estúpido? Te crees por casualidad que
puedes engatusarme? Deja de una vez de fingir que te estás meando, los dos
sabemos que no es así! Cuantos años
llevas en esta universidad? Desde los
dieciocho años? Verdad? Y qué casualidad que en estos años, nunca
has pedido a ningún profesor siendo alumna que debías ir al servicio, siempre
tan recatada en tu forma de comportarte. Incluso en algo tan normal, como pedir
permiso para ir al servicio. Algo que no hacías jamás, bien fuera por pudor o
vergüenza, eres una mujer que resultas
tan comedida y responsable, que nunca dejabas nada sin hacerlo, todo de
manera premeditada. Incluso a las horas que solías ir al aseo, siempre como un
reloj tu exactitud en todo lo que realizabas resultaba hasta insultante, todo
siempre meticulosamente calculado. Y pretendes
hacerme creer que has cambiado tus hábitos, así? Sin más? Que algo te ocurre para que hagas esta
pantomima, es claro que es destacable.
Pero no me engañas, sabes que te he visto crecer, como aquel que dice…
así que déjate de tonterías e inclínate sobre mi mesa, deberías recibir una
azotaina con la mano esta mañana, pero… Has cometido una negligencia, y que
conste, que te creo al decir que se te ha olvidado, que debías esperarme a que yo llegara a tu casa a darte esa azotaina.
No eres una mujer que mienta, pero
últimamente estoy viendo cosas que me dejan desconcertado en cuanto a tu
conducta, tengo mis ligeras sospechas al respecto. Y te aseguro que cuando
llegue el momento vamos a tener una larga conversación, pero mientras estés
castigada por la Junta de accionistas, me lo voy a guardar, y te aseguro que
como se confirmen lo que sospecho, no lo
vais a pasar nada bien, y digo vais!!!
Ahora ponte sobre la mesa que te voy a enseñar a cumplir tus
obligaciones como alumna, como una alumna que debe aguardar a que le den su
castigo. Y no voy a ser benévolo
contigo, vas a sentir de nuevo en tus nalgas una de esas varas que están detrás
de la puerta de mi despacho, que siempre las has temido o respetado, y ya sabes
de otros tiempos como se sienten!!!
(Sonia) -. Perdóname… John, de verdad que se
me olvido que debía aguardar en casa vestida con el uniforme impecable, y que
debías revisarme mi vestimenta… pero se me paso! La vara, No!!! Por favor John… no volveré a tratar de
engañarte, diciendo que tenía pis. Lo
cierto es que… resulta embarazoso… John! No llevo la ropa interior
reglamentaria, y pretendía ir a cambiármela antes de que la vieras… Es la
verdad, John!!! Mira y veras que no te
miento…
Sonia se levantó la falda por la
cadera, para que viera su ropa interior por su costado, de esa forma no vería
la verdad, por lo que Sonia no deseaba que la viera, aunque debería de haberse
fijado en sus muslos antes. Pues sus fluidos estaban más que visibles en esos
instantes, apenas John la mirase, se daría cuenta en el acto… y por supuesto miro!
(John) -.
Si, ya veo, ya! La verdad Sonia que lo veo y me cuesta creerlo. Jamás lo hubiera creído si me lo cuentan. Eres una desvergonzada! Una marrana! Una
cochina! Una guarra! No tienes vergüenza?
.- Sonia lo miraba estupefacta, con la falda levantada y enseñándole por
el costado de su cadera las bragas que llevaba puestas, mostrándole la costura
de la prenda en el costado derecho, no comprendía porque la vejaba insultándola
de esa manera-. Es que te has pensado que me podrías engañar de nuevo? Es que
no te cansas de mentir? Sonia! .-
mientras decía estas palabras había cogido una silla de uno de los fondos y la
colocaba en el centro de la estancia, entre él
y Sonia, -. Sonia! Esto es algo que jamás me hubiera imaginado de
ti? .- seguía regañándola con la misma
voz cortante e hiriente, mientras se había quitado la americana y colgado del
perchero, se giró, caminando ahora hacia Sonia. Mientras con su mano izquierda
se desabrocho el puño de la manga derecha de la camisa, empezando a doblar la
manga e ir arremangándosela hasta el codo, una vez ante Sonia, la miro
fijamente. Y con la mano derecha, se aflojo la corbata y desabrocho el botón
que le presionaba el cuello de la camisa-. Esto Sonia es intolerable! Ahora que
creía que me estabas diciendo la verdad, y veo que eres una farsante, que hasta
en el último momento pretendías reírte de mí, confesándome que no te habías
puesto ropa interior reglamentaria de la universidad, algo que sé muy bien,
porque no tienes aun. Y solamente tienes esas bragas infantiles que siempre te
ha gustado usar, y que me hacen pensar, que mis sospechas son ciertas, y este
hecho de ahora, me lo confirma por completo. Ya no tengo ninguna duda al respecto.
Sonia se había quedado helada,
no sabía que decirle. Había dejado caer de nuevo su falda, y al hacerlo se
percató de algo que la asusto… al ver como John se había despojado de la
americana y arremangarse yendo hacia ella, y el haber colocado la silla entre
ellos. La hacía presagiar que iba a ser castigada sobre sus rodillas, se llevó
sus manos a su trasero y separo sus muslos, algo le decía que ya no era
necesario ocultar el estado de sus braguitas, y que era obvio que la había
descubierto, al separar los muslos, de su sexo salió más fluido vaginal del que
hubiera deseado, y sintió como varias gotas descendían por sus muslos. Sus
mejillas se colorearon de un colorado intenso.
Estaba ruborizada de vergüenza desde
la cabeza a los pies, observar tan de cerca el rostro de John, le mostraba que
no estaba enfadado como el día anterior, si no, que reflejaba incredulidad y
perplejidad. Se podía cortar la tensión entre ambos con un cuchillo, Sonia se
echó a llorar se daba cuenta que acababa de perder a un buen amigo, ya no le
preocupaba ser castigada. Bueno si, la preocupaba y mucho. El día anterior fue castigada como se
merecía por un buen amigo, el cual estaba decepcionado por cómo se había
comportado ella.
Y la castigo con la severidad que era
consecuente con la falta y osadía que ella cometiera. Pero aunque fuera severo, ella sabía que
aunque le doliera y llorase, que él no sería como el director Aston, ya que el
cuándo castigaba a un chica, siempre lo hacía a conciencia.
Pero ahora delante ya no tenía a un
amigo, había un hombre abatido por la poca personalidad y respeto que ella
misma, acababa de demostrarle sin desearlo.
Pues lo único que ella deseaba, era que no llegase a descubrir el estado
del fondillo de sus braguitas, ya que resultaba muy patente a que se
debía.
O por disfrutar de ese estado
embriagador para ella.
Quizás estas nuevas faltas hacia la
persona de un buen amigo, no habrían sido tan graves, si no, fueran por las
cometidas en el día anterior. Eso
lógicamente denotaba que la confianza entre ellos había menguado o
desaparecido, por la conducta de ella.
Lo peor era el poco respeto que ella le
hubiera demostrado en las últimas horas, todas estas ideas le pasaban a gran
velocidad por su cerebro, aunque no podía sospechar cual era la forma de
pensar, y mucho menos el estado de ánimos de John. Que muy lejos estaba de lo que la mente de
Sonia discurría.
(John) -. Mírate las piernas cochina!!! Vas perdida por completo de fluidos!!! Quítate la falda o la acabaras ensuciando….-
mientras Sonia se desabrochaba la falda y esta caía a sus pies, formando una
corona a su alrededor, John se había sentado en la silla-. Deja la falda sobre
la mesa bien doblada y acércate a mí.
Sonia se agacho para recoger la falda
del suelo, no fue fácil para ella, intentar disimular lo mucho que le dolía el
trasero al flexionar sus rodillas, y sus nalgas se le tensaran, lo que al
estirársele la piel, veía estrellas que giraban en torno a su trasero
maltrecho.
(John) -. No es necesario que intentes
disimular que no te duele el culo, pues lo haces de pena. Solo es necesario
verte apretar los dientes u oírlos como crepitan al apretarlos, o tu labios
torcidos por el dolor, por lo tanto puedes quejarte si lo deseas, pues más te
dolerá cuando acabe en unos momentos contigo.
Sonia estiro la falda asida por la
cinturilla, y una vez estirada, la doblo sobre si misma lateralmente en dos
dobleces, se giró dándole la espalda a John, para alcanzar la mesa para
depositar la falda que portaba en su mano izquierda, mientras con la derecha se
sobaba el trasero sobre sus bragas blancas con ositos juguetones.
(John) -. No puedes hacerte una ligera idea de
lo atractiva que estas, así. Con esas
braguitas de ositos que te cubren todo tu trasero, realzándolo más aun de su redondez y belleza a pesar de
esa mancha oscura que se transparenta, debes tenerlo muy morado, además de muy
dolorido y sobándote el culo, estas
preciosa. Ven, aproxímate a mí. Deseo
verte de cerca para tu vergüenza el cómo llevas esas bragas de mojadas. .- Sonia se acercó lentamente muy ruborizada
y cubriéndose el sexo con ambas manos después del soez comentario de John-. Más
cerca cochinilla, no te voy a morder…
.- Sonia lentamente se aproximó a John hasta colocarse delante de él, a
escasos veinte centímetros de la silla donde la aguardaba sentado. -.
Retira las manos cochina!!! .- al mismo tiempo de darle esa orden, le
dio con la palma de su mano derecha en el muslo izquierdo a Sonia, que al no
obedecer, se ganó un segundo cachete aún más fuerte que el primero, retirando
esta vez sus manos. -. Veamos cómo estas desvergonzada! Mírate
marrana como estas de húmeda? Debería darte mucha más vergüenza de la que
refleja tu rostro! Como te atreves a
salir a la calle en ese estado? Como puede toda una profesora como tú, a tus
treinta y dos años, puede llegar a comportarse como una adolescente de catorce
años? Mírate! Mira cómo vas de mojada, cochina!
.- al decir estas palabras, John había puesto su mano derecha extendida sobre el sexo de Sonia por debajo
del fondillo de las bragas, mientras con el dedo anular, le frotaba con
suavidad la ranura que en sus ajustadas bragas dibujaban la silueta de su sexo,
Sonia solo pudo cerrar sus ojos al sentir esa caricia en su sexo, con la cual,
John estaba colocando a la mujer en serias y contradictorias sensaciones, que
la acabaron transportando a otro lugar, ya que le resultó imposible disimular
el orgasmo intenso que la embargaba de placer. John así mismo la miraba al
rostro, mientras ella seguía con los ojos cerrados, al poco sus labios se
entreabrieron, expirando un gemido característico en una mujer, al llegar al
clímax del momento, mientras que John sentía como el sexo de Sonia palpitaba
sobre su mano, así como esta se humedecía aún más por los últimos fluidos que
emanaban del sexo de Sonia.- No te da vergüenza? te acabas de correr en mi
mano, con solo rozarte lo mas mínimo.
Sonia perdona por mi atrevimiento, pero debía comprobar mi corazonada,
de esto ya hablaremos a su tiempo. Ahora tienes alguna pregunta que creas debes
hacerme?
(Sonia) -. Solo hay una... una cosa que me preocupa,
John. Esto va a cambiar de algún modo en nuestra amistad, siempre hemos sido
muy buenos amigos, me dolería muchísimo perder tu amistad, nuestra...nuestra
relación con mi comportamiento de ayer te deje en mal lugar al comportarme de
forma tan descarada después de todo lo que has hecho por mí, delante de los
miembros de la Junta de accionistas, pero no me pude contener... Y hoy... al
presentarme... así... estoy abochornada, no puedo calificar mi comportamiento
infantil, no comprendo que me ha podido ocurrir para presentarme a la
universidad, viniendo en este estado y mis bra...gas...así de mojadas me dejan
en un mal lugar ante ti.
(John) -. No debes preocuparte, pero son cosas
que no deberías hacerlas, aunque más te vale preocuparte más por cómo vas a
tener el culo en breves segundos, y lo mucho que vas a sentir tu situación,
porque debes estar muy sensible,
verdad... En cuanto a nuestra amistad.
En una situación normal, no debería volver a dirigirte la palabra en la
vida, después de tomarme muchas molestias para que no fueras despedida, un
castigo no era gran cosa para ti, cuando eras una estudiante en el instituto
nuestro director, el antecesor al Sr. Aston,
te dio más de una azotaina, y en el colegio la señora Lawton también
probaste muchas veces su correa, por lo tanto seria doloroso, pero te
sobrepondrías con facilidad aunque fuera un correctivo severo como ha resultado
ser. Nadie me había hecho sentir tan estúpido como tu ayer, tenias que ver la
cara de la presidenta, la verdad pequeña, es que me avergonzaste ante toda la
junta, y todo lo que me ha costado que no te despidan, y que decidieran
imponerte una sanción la cual ya no se lleva a la práctica, como bien sabes,
hoy en día el castigar en el trasero a una alumna, no está muy bien visto, el
hacerlo a una profesora es algo totalmente impensable. Ten en cuenta, en mi
casa tengo dos criadas, cuando no hacen sus labores correctamente, lo cual es
bastante a menudo teniendo que imponer mi autoridad y a las dos las castigo
sobre mis rodillas cuando sucede que
cometen errores, estamos en el siglo XX, pero en este país la disciplina
en el hogar aun hoy día es legal, en cambio el gobierno decidió que en los
colegios e universidades no estaba bien visto fuera de nuestras fronteras,
nuestros vecinos no veían con buenos ojos nuestras costumbres de
educación. Pero en cuanto a ti, eso no
debe hacerte perder el sueño, aunque si lo haga tu trasero verdad? No debes de
haber dormido muy plácidamente, pues vas a estar con serias molestias durante
varios días. Y volviendo a tu
preocupación por nosotros, y la amistad que hemos tenido estos años, ya te lo
he dicho, en otras circunstancias no volvería a hablarte más en la vida. Pero para algo estas siendo castigada como lo
sería una alumna, y por lo tanto ya estas pagando muy caro tu osadía por lo
cual no debes preocuparte porque nuestra amistad acabe aquí y ahora. Pues vas a
ser castigada como te mereces, tu falta cometida de agredir a dos alumnas en mi
presencia aunque tuvieras motivos no quita que te tomases la justicia por tu
mano, y en cuanto a tu desvergonzado
comportamiento, todas tus chiquillerías serán olvidadas en cuanto te haya
puesto sobre mis rodillas y te de una azotaina
por todas y cada una de tus faltas. Así como el presentarte en este estado. Por otro lado, comprendo tu excitación sexual
por ser castigada, no es algo tan descabellado como podrías creer. Además este
hecho confirma mi teoría, no me lo podía creer, Aston me lo dijo, no quise
creerle. Es muy habitual en algunas chicas que
cuando son castigadas como a mozuelas, se sienten húmedas mojando el fondillo de sus bragas, no
es la primera vez que veo que una alumna ya esta mojando sus bragas, solo con
ser regañada severamente, y ya no te digo nada, cuando las ponemos sobre
nuestras rodillas y levantamos sus faldas, al bajar las bragas muchas parecéis
que os habéis hecho pis encima. Ahora
basta de cháchara, y deja de gimotear ponte sobre mis rodillas. Ya! ven aquí!!!,
Ahora vas a tener motivos para gimotear pequeña.
(Continuará...)
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