EL
TUTOR DE DISCIPLINA
EL SEÑOR LOPEZ
Cap. 5
Evelyn se había levantado ese día de muy buen humor, en los últimos días
se había mostrado muy eficiente en su trabajo, por lo cual, su Tutor el Sr.
López, no había tenido motivos serios para apenas darle unos azotes por faltas
menores, sin necesidad de bajarle las braguitas, unos simples azotes sobre las
bragas, para Evelyn a esas alturas en la
oficina le resultaban una nimiedad, estaba habituada a severas azotainas,
empezaba a echar de menos que la pusiera sobre sus rodillas y le bajase las
bragas hasta las rodillas, no se podía explicar el porqué, pero el solo
imaginarse sobre las rodillas de su Tutor con la falda levantada y que le
bajase sus braguitas la ponían a mil por hora, subiéndole la adrenalina a cotas
insospechadas o inimaginables. Las últimas noches había tenido sueños muy
morbosos, en los que se veía así misma sobre las rodillas de su Tutor con las
bragas bajadas y llorando a moco tendido, siendo castigada con el cepillo de madera, algo que
le resultaba extraño, porque odiaba ese maldito cepillo. Esos días… había hecho
travesuras, pero siempre se arrepentía a última hora, por lo que sus faltas
eran de carácter menor, acabando con el culo caliente y colorado, pero al
llegar a su apartamento y mirarse al espejo bajándose las bragas, el trasero ya
estaba blanquito como últimamente. Incluso había llegado a pensar que su Tutor
pasaba de ella, y eso la preocupaba. No llegaba a comprender como podía ser ese
deseo de ser castigada, debía de estar loca de atar, pero cada día ese
pensamiento era más fuerte, acabando masturbándose en la intimidad de su alcoba,
o incluso cuando iba al baño estando en la oficina, en su mesa no se atrevía
hacerlo por las cámaras de vigilancia, aunque un par de veces la había
sorprendido tocándose, siendo regañada de manera seria, alguna de esas veces
había acabado sobre las rodillas o bajo el brazo en volandas, recibiendo unos
azotes sobre las bragas.
Había
esa noche repasando una y otra vez como organizar una nueva travesura, llegando
al fin a una conclusión de que era lo que podía hacer. Esa mañana estaba contenta, su
trasero apenas tenía molestia alguna. Algo que en los últimos días era
todo un acontecimiento, al no haber sido castigada, se sentía con ánimos de ser
traviesa, aunque al mismo tiempo temía por sus resultados, iba a resultar
dolorosa en extremo la azotaina, eso lo sabía muy bien, su Tutor no era un
hombre que se tomase la disciplina a broma, temía no solamente lo que iba a
suceder, también temía por la vergüenza que la iba hacer pasar, y ello hacia
que el fondillo de sus braguitas de algodón blancas con dibujitos de margaritas
se humedeciera solo de pensar en ello, por eso se las había tenido que cambiar
esa mañana más de una vez, ya que no había manera de conciliar el sueño, pues
solo de pensar cómo acabaría ese día sus nalgas, estás las volvía a mojar, había
urdido un plan que le iba a ocasionar serios problemas, eso era algo que la
hacía sentirse prudente, pero al mismo tiempo malévola, el fondillo de sus
braguitas le decían lo contrario, su travesura la hacía estar húmeda desde la
noche anterior, cuando su mente retorcida había empezado a buscar la manera de
que su Tutor le calentara bien el culo, en los últimos días había descubierto
que aunque le aterraba recibir una nueva azotaina sobre las rodillas de su
Tutor, por otro lado lo deseaba con todo su ser, la azotaina en si misma le
daba pánico como no podía ser de otra manera, pero en cambio, el llevar su
trasero bien calentito sintiendo aquel ardor en las palmas de sus manos al
acariciarse, el solo imaginárselo colorado y ardiente le hacía hervir de emoción,
sentir aquellas terribles molestias al sentarse la excitaban sobre manera, así
mismo al levantarse del sofá, de la cama, o de la silla de la oficina y sentir aquellos horribles pinchazos al
enderezar su cuerpo, como si miles de avispas picotearan furiosas, dolían desde
luego en ese momento, pero luego en la intimidad de su apartamento, se pasaba
los minutos bajándose las braguitas, una y otra vez para mirarse en el espejo.
Como
todos los días salía de su apartamento hacia la oficina, esa mañana más
sonriente, con una sonrisa de felicidad amplia de oreja a oreja, había decidido
ponerse un vestido con la falda con voladizos ondulados lo que tenía como
efecto que se le levantaría más de lo debido con la más mínima brisa, todo su vestuario se
componía de vestidos y faldas similares, ya estaba resignada a ir enseñando sus
braguitas, sabía que esa era su penitencia mientras su Tutor no la autorizase a
vestir normal, aunque la avergonzaba terriblemente el mostrar la parte baja de
sus braguitas al caminar, así como al inclinarse los mas mínimo o agacharse, la
falda se le subía por su escasez, mostrando sus bragas prácticamente al
completo, sentía una vergüenza enorme, pero esa misma vergüenza la hacía
sentirse más que bien, cuando se encontraba en la soledad de su apartamento,
aunque en aquellos momentos que habían clientes o chicas que asistían para ser
disciplinadas, sus mejillas coloradas por su rubor, le ardían tanto como sus
nalgas. Bajaba por las escaleras como de costumbre, ya no utilizaba abrigo
alguno, sabía que al llegar al vestíbulo se lo tendría que entregar al conserje,
y este luego la haría caminar delante de él, hacia el ascensor y le vería la
parte baja de sus braguitas que llevaba
puestas ese día, y como todos los días tendría que aguantar su sonrisa
socarrona, al acceder al ascensor viendo su rostro reflejado en el espejo de la
pared del mismo, ella estaba acostumbrada a mostrar bajo su corta falda las
braguitas, pero no debía de ser algo tan verosímil como quería aparentar, por
esa circunstancia había ideado una argucia para sorprender al conserje. Esa
mañana se iba a llevar una sorpresa el conserje, o eso pensó ella… Bajaba vestida con un precioso vestido
amarillo, la falda con volantes que
ondulaban al caminar a la más mínima brisa dando un aspecto más juvenil e inocente a
Evelyn… Al llegar al vestíbulo saludo al conserje encaminándose hacia el
ascensor, por si misma sin esperar a que el Sr. Luis la instara a hacerlo,
enseguida pudo escuchar sus pasos tras ella, así que, sus pasos en vez de ser
cortos y pausados, para así evitar el vuelo de su falda, caminó de forma
exuberante con pasos algo más largos en dirección al ascensor, la falda de su
vestido con la brisa se levantaba más de lo debido, el voladizo del mismo
mostrando prácticamente algo más que la parte baja de su trasero desnudo. Lo
habitual era que enseñara la parte baja de sus braguitas, en cambio esa mañana
mostraba más de lo debido su trasero… Algo que dejo sin palabras al conserje
desde su mostrador, al pasar Evelyn miro de reojo y vio como se le quedaba la
boca abierta al seboso del conserje, luego Evelyn solo escuchaba pasos tras
ella, se contoneaba muy coqueta para que el voladizo de la falda siguiendo así
su travesura, y se le levantara más de lo debido, pero lo que no podría
imaginar que el señor Luis se mantenía
en su puesto, quien caminaba detrás de ella, así como los pasos que ella
escuchaba no eran del conserje, si no de su Tutor y Jefe, el Sr. López.
(Luis) -. Buenos días Sr. López.
Al escuchar la voz del
Sr. Luis saludando a su Tutor, hizo que su corazón se le encogiese aterrada,
pues su travesura constaba en que el Sr. Luis fuera quien informase a su Tutor
de su descaro esa mañana, y que una vez informado la llamase a su despacho. El ser descubierta por su Tutor, eso no
entraba en sus planes, pues él, siempre solía llegar más tarde a la oficina.
Asustada y nerviosa trastabillo al cruzarse sus propios pies por el
nerviosismo, así como su temor de haber sido descubierta, algo que casi le
cuesta el que su culo acabase en el suelo, eso no entraba en sus planes, porque
ello hacia que empeorase notablemente su situación, estaba Evelyn aterrorizada,
ni se atrevió a mirar tras ella…
(Sr. López) -. Buenos días
Luis!!! No me mandes a nadie arriba
hasta que yo te de aviso, debo encargarme de un asunto de ultimísima hora, antes
que nada, por lo que puedo ver, alguien ha perdido sus modales y debo mostrarle
que sucede cuando, tal descaro y atrevimiento llega a cotas de niveles
insospechados, pero puedo asegurarte Luis, que tal jovenzuela lo va a lamentar
de verdad…Esto es algo que no estoy dispuesto a tolerar. Así que no me envíes
visitas, hasta que te autorice…
Evelyn dio un respingo al escuchar la amenaza de su Tutor, ella ya se
imaginaba que ese asunto era ella y rauda se llevó las manos al vuelo de la
falda cubriendo así su trasero, pero era
tarde mostrar pudor. Evelyn entro con
rapidez al ascensor apoyando su espalda contra la pared del fondo, tenía sus
mejillas encendidas por la vergüenza, clavando su mirada al suelo sin atreverse
a levantar su mirada, se había apresurado a darse la vuelta y apoyar su trasero
a la pared del ascensor, no fuera a ser, que empezase allá mismo a darle unos
buenos azotes, a pesar de tener a su Tutor ante ella, no se atrevió a mirarlo a
la cara directamente, la vergüenza hacía
abrasar sus mejillas, así como por el temor al estar a solas de llevarse una
bofetada, no sería la primera vez, ni la última que recibía una bofetada. Las
puertas se cerraron y sintió como el ascensor subía con rapidez.
(Sr. López) -. Hola pequeña!
Bonito modelo llevas hoy puesto, eh! Me puedes enseñar las bragas que llevas puestas
hoy? Ostras!!! No puedes!!! Porque no llevas braguitas puestas!!! Aunque te has tapado rápido, no te ha sido posible
evitar que te vea el culo, DESVERGONZADA!!! Se puede saber a qué viene esto de
ir sin bragas? No te preocupes, vas a tener tiempo para responderme…
En ese instante se abrieron las puertas del
ascensor… saliendo su Tutor delante de ella andando a buen paso, se podía
percatar de su enfado, en la atmosfera se notaba visiblemente cargada, por la
manera que caminaba en dirección al despacho… al pasar ante la puerta del
servicio…
(Evelyn) -. Voy al servicio,
señor. Me perdona un instante…
Sin darle tiempo a autorizarla, entro con
rapidez al servicio temiendo que el entrara tras ella, pero no lo hizo. Al
cruzar el umbral de la puerta, pudo escuchar unas palabras que su Tutor le
dirigió, pero ella no presto apenas atención… En aquellos momentos su mente no
podía pensar en nada, estaba aterrorizada así como muy nerviosa, del lio en el
que se acababa de meter ella solita… y del que no iba a salir bien parada…
(Sr. López) -. No creas que esto
ha terminado aquí, te espero en mi despacho. Te voy a enseñar cómo te debes
vestir!!! Puedes ir al servicio, pero te puedes ir preparando
sinvergüenza!!! Tienes muchas cosas que
explicarme, como que es eso de no llevar bragas… y quien te ha autorizado a esa
falta de decoro!!!
Con las manos sujetando el voladizo de la
falda, se cubría el trasero entrando al servicio, ante el temor que algún azote
de su tutor le fuera dado en ese momento al cruzarse ante él. Una vez dentro
del bolso extrajo unas bragas blancas de algodón, y se las puso rápidamente subiéndoselas
nerviosa, lo hizo con tal nerviosismo, que se las puso al revés, teniendo que
quitárselas de nuevo, y desdoblarlas, pues habían quedado entrelazadas así
mismas al bajárselas, volviéndoselas a poner ahora haciéndolo más despacio para
hacerlo de manera correcta, solo le faltaba el presentarse ante su Tutor,
llevando las braguitas mal puestas, eso sería interpretado como una falta de
decoro en la manera de vestir, siendo una falta considerada de cierta gravedad,
eran unas braguitas como de costumbre con los clásicos dibujos de flores, estas
eran con dibujos de capullos de rosas rojas y amarillas, lo que hacían que
fueran muy chillonas a la vista. Se levantó
la falda del vestido, para asegurarse de llevar las braguitas bien subidas a su
cintura, así como sus perneras estuvieran bien tensas, como los ribetes de las
perneras estuvieran en perfecto estado de revista, luego se aliso la falda con
nerviosismo, para segundos después salir del servicio, llevándose una sorpresa,
pues en la puerta aguardaba su Tutor a que saliera. Con las manos, este le
invitaba a que caminase delante de él y entrara al despacho.
(Sr. López) -. Vaya! Ya te has
puesto unas bragas.- En ese preciso instante… Una fuerte palmada a mano
abierta, resonó con fuerza en el vestíbulo vacío, únicamente ocupado por ellos
dos. La sintió como se la daba de abajo a arriba, ya que pudo sentir claramente
sus dedos separados, ya que estos se introdujeron en su entrepierna izándola
del fuerte azote, algo que hizo a Evelyn
dar un salto hacia adelante pues fue algo inesperado, sus manos como auto
reflejo raudas fueron hacia atrás, protegiéndose el trasero de un posible nuevo
azote, entonces se percató porque había sentido tan claramente sus dedos sobre
sus bragas, resulto que la falda había
quedado trabada dentro de la cintura de sus bragas al ponérselas, dándose
cuenta que llevaba el culo a la vista…-.
Pasa al despacho sinvergüenza! Me vas a explicar que pretendías al venir a tu
puesto de trabajo sin bragas….- Su mano derecha busco con nerviosismo el
borde de la falda que había quedado sujeta en el interior de sus bragas, pero
un fuerte tirón del lóbulo de la oreja derecha, la obligo a desistir llevándose la mano a su
oreja, para lograr soltarse, algo que resultó infructuoso, pues a cada intento,
un nuevo tirón del lóbulo lo impedía.-. Creía
que ya había visto de todo, pero esto es demasiado!!! A ver señorita Evelyn Ross me puede explicar
a qué viene esa escena de hoy en el vestíbulo, porque yo no soy tonto, además
tampoco me gusta que me tomen por tonto, por lo tanto soy todo oídos, mi
pequeña jovencita…!!! Puedes comenzar cuando desees esa razonable explicación,
si no me convences, vas a saber lo que es bueno, COCHINA…!!! Desde
que estas en esta oficina como mi secretaria, no ha habido un solo día que no
deba corregir una de tus diabluras, aunque estos días he estado haciendo la
vista gorda y consintiéndote demasiado, pero está gamberrada de hoy me tiene
muy intrigado… Pues mi imaginación no
puede vislumbrar que lograbas conseguir con semejante acción. Ya que no iba
dirigida a mí, desde luego que no, está visto que iba dirigida hacia el
conserje, pues nada más salir del ascensor has ido rápidamente al servicio a
ponerte unas bragas, por lo tanto las llevabas en el bolso, lo que me hace
deducir que tu diablura iba dirigida a otra persona, te tengo dicho, que Luis
solamente sigue mis instrucciones, por tanto intentar en colocarle en una
situación complicada a sus años, de nada te va a servir. Más tarde o temprano, lo voy a saber puedes estar
segura de ello…
Evelyn fue casi arrastras mientras su Tutor
la mantenía sujeta del lóbulo de su oreja derecha, hasta llegar a su mesa,
apenas a un metro de ella. Este se había apoyado sobre la esquina derecha,
manteniéndose apoyado o sentado prácticamente sobre su mesa, manteniendo su
pierna izquierda en ángulo de sesenta grados sobre su mesa, mientras su pierna
derecha, la mantenía firmemente apoyada en el suelo. Esperando una respuesta que no llegaba. Su
mano derecha mantenía sujeto el lóbulo de la oreja bien sujeto, mientras la
izquierda se daba palmaditas sobre su muslo flexionado sobre su mesa, mientras
mantenía su mirada fija en Evelyn. Ella no podía soportar aquella mirada fija
en ella, por lo que trataba de mirar la punta de sus zapatos con sus mejillas
coloradas por la vergüenza. Ahora se reprochaba su estúpida idea de presentarse
sin braguitas en el vestíbulo. Pero sabía que iba a ser castigada de igual
manera, tanto si decía por qué no se había puesto braguitas, algo que bien
había deducido su Tutor, como si confesaba su sospecha, seria castigada de
igual manera o más severamente, por tanto, ante sus dudas prefería esperar
acontecimientos, además la vergüenza que sentía era demasiada como para sumar,
la angustia de confesar y esperar ante lo que era obvio, así como vergüenza que supondría tener que decir por qué razón
había aparecido sin bragas.
No… De ninguna manera podía decir porque lo había hecho…
(Sr. López) -. Que Evelyn no
piensas hablar? Porque algo si tengo que decir al respecto, como lo que me ha
parecido verte de esa guisa!!! Menos mal, que en el vestíbulo en ese momento
no había llegado aún ninguno de mis clientes, te imaginas que habrían pensado
al verte? Te imaginas la vergüenza que me habrías hecho pasar, SINVERGUENZA!!!
Puedes hacerte una ligera idea de lo que habrían pensado? Qué ocurre? No te
parece bien el ir enseñando las bragas por la escasez de la falda de tu
vestuario? Porque tu vestuario no te
gusta? Crees que eso me preocupa? Que me
preocupa que te avergüences al mostrar tus braguitas o lo colorado que puedas
llevar el trasero? Ten por seguro que eso no me preocupa en absoluto!!! Pues
ello forma parte de tu castigo!!! Mientras
no te comportes como una señorita, ese será tu vestuario y no otro, y sabes muy
bien que eso será así, y por tu manera de comportarte, aun será por más
tiempo... Si deseas llevar algo menos indecoroso para una jovencita como tú, a
tus veinticuatro años, primero me tendrás que demostrar que te lo has ganado,
mientras eso no suceda, puedes estar segura que no habrán cambios en tu forma
de vestir, entendido? A partir de
mañana, y como parte de tu castigo por tu desfachatez, vestirás como el resto
clientas o de mis pupilas, con el uniforme oficial de esta casa. Tenías un
privilegio de poder vestir un modelo cada día, según el que tú desearas
utilizar, a partir de hoy esa libertad que te había brindado, la has perdido…
No puedo dejar de pensar, lo que habrían pensado de verte de esa manera tan
descarada, mis clientes no creo que volvieran por esta casa para solicitar mis
servicios. Te das cuenta de la gravedad de lo que pretendías esta mañana, por
eso vas a lamentar este hecho. Si no cambias… muy a mi pesar tendré que prescindir de tus servicios, una
secretaria es la imagen de una empresa, si esta se comporta como no es debido y
se comporta de manera alocada, la clientela deja de solicitar servicios a la
empresa al no hallar la seriedad necesaria en estos casos, cuando están en
recepción ante la mesa de la secretaria sentados en la sala de espera, les
intriga lo que sucede al otro lado de esa puerta comprendes? Si te ven con el
culo al aire que te crees que van a pensar, eh? Ellos cuando visitan mi página
Web solicitando información, a través de un código que les facilito en privado,
acceden a ella viendo a modelos avergonzadas por ir con sus traseros colorados,
con una falda corta mostrando sus bragas como penitencia, y sobresaliendo de
las perneras las nalgas muy coloradas, en esas imágenes pueden ver la seriedad
de esta empresa, y que la disciplina es férrea. Al contratarte como secretaria,
a través del DDDV. Ellos accedieron de manera interesada a que te tuviera de
secretaria, ya que la otra opción que tenían en mente, era la de enviarte a una
institución para señoritas a Inglaterra, pero existía un problema. Tú eres
mayor de edad, con lo cual habrían tenido que dar unas explicaciones a las
cuales no estaban en disposición de dar, ya que a esa institución solo admitían
a señoritas menores de edad, ya que las leyes de dicho país el castigo físico
era legal hasta hace poco en escuelas, quedando únicamente permitido en el
hogar o en residencias privadas de residencia a estudiantes, femeninas y
masculinas. Pero eras mayor de edad y eso les hubiera retraído el acceder a tu
matriculación. Por ese motivo estudiaron la posibilidad de que un Tutor te
tuviera bajo su pupilaje. Yo necesitaba una secretaria que diera la imagen
requerida, encontrar una empleada para el puesto, me suponía una tarea ardua y
complicada, con lo cual ellos accedieron a que estuvieras bajo mi tutela, ellos
me pagan tu mantenimiento, pero actuando por mi propia cuenta y sin
comunicarles nada, yo te pago un sueldo. Con lo cual, no solamente soy tu Jefe al cual
debes lealtad realizando un buen trabajo, al igual que dando una buena imagen
de empresa, si no, que además soy tu Tutor al cual tienes obligación de
tratarme con respeto y educación, de lo contrario tengo autorización para tomar
medidas más extremas como considere yo
necesario…
Evelyn estaba muy avergonzada, seguía
manteniendo su mirada baja, pero ello le resultaba casi imposible, al
mantenerla firmemente sujeta del lóbulo de su oreja derecha, por lo que
mantenía sus parpados casi cerrados, durante la regañina había mirado sin abrir
claramente los ojos a su Tutor viéndole
sumamente enfurecido, lo que la asustaba más si ello era posible y la embargaba
la angustia, pues temía que de un momento a otro la pusiera sobre sus rodillas,
o peor, sobre la mesa había podido ver el cepillo de madera, solo imaginarse
que pudiera utilizarlo sobre su trasero, sentía como su cuerpo se estremecía
sintiendo que se le rizaba el vello de todo su cuerpo.
Cuando menos se lo esperaba sintió como su cuerpo era zarandeado, cuando
se quiso percatar de lo sucedido, ya estaba boca abajo echada sobre la pierna
flexionada sobre la mesa de su Tutor, con parte de su cuerpo y cabeza apoyado
sobre la mesa del despacho, ya que notaba su barriga apoyada sobre la pierna
flexionada de su Tutor, así como sus manos estiradas se aferraron al borde del
otro extremo de la mesa, agarrándose con fuerza.
Pero cuando trato de mover sus piernas, las
sintió libres de presa alguna. Sintió como
la falda fue extraída la parte derecha que estaba trabada dentro de sus bragas,
así como está era colocada ya doblada sobre su espalda, dejando expuesto su
trasero cubierto por las bragas blancas de algodón con capullos de rosas rojas
y amarillas, pero enseguida pudo notar como los fríos dedos de las manos de su
Tutor, se introdujeron bajo la cinturilla de talle alto de sus braguitas, y
como estás le fueron bajadas deslizándose por las perneras por sus muslos
lentamente hasta ser depositadas y bien colocadas a la altura de sus rodillas.
Lo
siguiente que sintió sobre sus frías nalgas fue el contacto de una superficie
plana que le hizo que inmediatamente sus nalgas comenzaran a arderle como el
mismísimo infierno, era la mano derecha de su Tutor. La azotaina había comenzado y de qué manera… Podía
escuchar la voz de su Tutor que la seguía regañando por su descaro de ir sin
bragas, mientras sentía como le ardía el culo desnudo cada vez más. Aunque la
azotaina estaba siendo con la mano derecha, con la cual su Tutor se estaba empleando a
fondo, apenas ella movía sus piernas, pues en el fondo sabía que se la tenía
bien merecida, por lo que no intento mostrar resistencia, para así, librarse
que utilizara otro instrumento que ella sabía cercano al alcance de la mano de
su Tutor. Luego llego a sus oídos como
algo rozaba sobre la mesa, en la posición que se hallaba solo tuvo que girar la
cabeza y vio con horror que ese sonido era el cepillo, pues ya no estaba sobre la mesa, no tardando ni un
segundo en sentir sus caricias en su trasero desnudo, el cepillo impactaba en
sus nalgas con una rapidez que apenas le dejaba escasos segundos para coger aire y llenar sus pulmones, sus lágrimas
no tardaron en emanar de sus pupilas, cayendo estas sobre la mesa, intento de
todas las maneras mover el culo en una y otra dirección sin éxito alguno, pues
el cepillo caía implacable sobre sus desnudas nalgas, ya muy ardientes,
abrasadoras. Sus piernas la desobedecían y se arqueaban en todas direcciones,
levantándolas, abriéndolas, cerrándolas, volviendo a abrir de la manera más
desesperada, pero sus bragas bien colocadas sobre sus rodillas, le mantenía las
rodillas bien trabadas, sintiendo como sus perneras se estiraban a no más poder
por la fuerza contraria que ejercía el elástico de las mismas, impidiéndole su
movimiento. Podía sentir como al separar las rodillas el fondillo de sus
braguitas se tensaba, con lo cual quedaba a la mirada de su Tutor plenamente el
estado del fondillo de sus braguitas, que durante el regaño, sumado a la
vergüenza se habían humedecido considerablemente e incluso creía que un clímax
inesperado había dejado sobre ese fondillo de las braguitas, algo que hacia
arderle sus ruborizadas mejillas en su rostro compungido por el intenso dolor
en su culo. Así como observar su Tutor
como se estiraban las perneras cada vez
más, por la fuerza con la cual trataba de liberarse de aquella presa en sus
rodillas, algo que resultaba imposible. Pues sus perneras notaba como
descendían por debajo de sus rodillas, pero en cambio, la cinturilla de sus
braguitas al ser de talle alto, seguían trabando sus rodillas, aunque notaba
como ese talle alto, descendía por debajo de sus rodillas, con lo cual aún
trababa más y más sus piernas, con lo que sus propias braguitas la obligaban a
mantenerse casi inmovilizada, sin poder hacer nada ante el aluvión de
cepillazos fuertes, rápidos y no espaciados que apenas la permitían coger aire,
y que mucosidad de su nariz así como la saliva, caía por sus labios sin poder
hacer nada. Cada minuto que duraba la azotaina cada minuto estaba más y más cansada
de forcejear, llegando a un momento que dejo de hacerlo esperando que el
castigo acabara pronto, pero los azotes del cepillo en sus nalgas desnudas no
cesaban. Sentía como le abrasaba el culo hasta el punto de no poder más, con
sus manos aferradas al borde del extremo opuesto de la mesa, dejo de hacerlo y
libres palmeaba con las palmas sobre la mesa de forma desesperada, ya que el
trasero le dolía tanto que se desgañitaba su garganta con “Ayees” desesperados,
ya estaba agotada cuando por fin la azotaina ceso. Durante unos minutos
permaneció aun sobre su regazo llorando, mientras que sus manos aun pudiendo
llevarlas a su trasero, no lo hizo, pues su dolor era tal que sabía que no se
lo habría podido tocar y mucho menos acariciar para mitigar de alguna manera
aquel fuego abrasador. Pasados esos minutos la ayudo a reincorporarse,
manteniéndola de pie ante él dejando que su falda se bajase, con las bragas aun
sobre las rodillas. Evelyn se sobaba las caderas, pues su culo el solo contacto
de su falda le parecía ser de piedra, por las molestias que esta le producía
con solo rozar sus doloridas nalgas, sin cesar de llorar de la azotaina que
había recibido con el cepillo de madera, con la mirada hacia el suelo vio bajo
la mesa una parte del cepillo, por lo visto este se había partido a la mitad.
Evelyn llevo sus manos a sus muslos y se
masajeaba los muslos, pues no se atrevía a tocar el inicio de sus muslos
con sus nalgas y menos aún las nalgas… donde se había acentuado la azotaina en
esa zona, la sentía que le dolía horriblemente, mientras veía con sus ojos como
su Tutor manipulaba sus bragas, sus ojos vidriosos por las lágrimas apenas le
permitían ver con claridad lo que hacía, pero sintió algo pegajoso que se le
pegaba a la piel por encima de sus rodillas.
Su Tutor el Sr. López se incorporó y le dio
una palmada en el culo por encima de la falda del vestido, la sorpresa de aquel azote la hizo caminar
hacia adelante a pasos muy cortos y por sorpresa agarrándole de nuevo el lóbulo
de su oreja izquierda la condujo hacia la puerta, con las bragas bajadas a las
rodillas apenas podía andar, dos veces estuvo a punto de caer al suelo,
obligando a su Tutor a soltarle la oreja y sujetarla por la cintura para no
dejarla caer.
Una vez los dos habían salido a recepción, pues Evelyn precisaba ayuda
para mantenerse en pie…
(Sr. López) -. Evelyn, como se
te veía muy cómoda mostrando tus vergüenzas!!!
Tu castigo va a consistir en ir el resto de la jornada con las bragas
bajadas o al menos hasta que yo te autorice a subírtelas, eso te hará pensar detenidamente en ello, sobre todo la vergüenza
que vas a pasar, hoy espero la llegada de varios de mis clientes, así que
deberás indicarles que se acomoden en la sala de espera, y en vez de utilizar
el interfono para comunicarme su llegada, una vez estén acomodados tu vendrás a
mi despacho y me comunicaras su llegada, de este modo pequeña sinvergüenza!!!
Mostraras tu trasero claramente colorado, como desnudo, y no tendrán necesidad
de preguntar por qué tus bragas las llevas bajadas, con verte el culo lo
averiguaran, la diferencia es que a eso se le denomina disciplina, y no
desfachatez de salir de casa sin bragas!!! Podrán verte las marcas claramente
en tu trasero de haber sido castigada, así como el verte las precauciones que
tomas para sentarte en tu silla, como
para andar. Porque para que no puedas
disimular que no te duele el culo, en tu silla he activado un resorte, tras el
cual bajo ese mullido tapizado en piel, se han activado unas púas de goma
endurecida, que te harán estremecerte cada vez que tomes asiento en tu silla… Ya puedes encargarte de tu trabajo, y avisa
al Sr. Luis que ya pueden subir los clientes si han llegado… estaré en mi
despacho, ya sabes que debes hacer. Puedes tomarte unos minutos para ir al baño
y asearte, con el maquillaje corrido por haber llorado estas impresentable, así
que aséate bien y avisa al Sr. Luis que pueden subir los clientes, que ya deben
de haber llegado hace bastante, y que estarán desesperados por la espera…
Evelyn se quedó parada ante su mesa y escucho los pasos que se alejaban
de ella, mientras su Tutor volvía a entrar en su despacho, pero lo que ella no
se esperaba fue que se detuviese en la puerta a mirarla. No escucho que la
puerta del despacho se cerrase, tenía los oídos que le pitaban de manera
molesta, posiblemente a causa de sus gritos o por la fuerte regañina o mientras
se agitaba sobre las rodillas de su Tutor. Aunque el culo le dolía horrores y lo notaba
más pesado e inflamado por la zurra que acababa de recibir, poco o nada le
importaba ya ese dolor, tenía la imperiosa necesidad de palparse el culo, sus
manos acariciaban su trasero con suavidad, en las palmas de sus manos se
manifestaba claramente lo que este ardia en llamas, en las palmas de sus manos
sentía aquel calor que emanaba de sus nalgas, aunque lo hacia con mucha
suavidad.
Desde la puerta del despacho el Sr. López la observaba
sin hacer ruido alguno que delatase que la estaba observando, le parecía una
bella imagen de su secretaria y cómica el cómo se sobaba el culo ligeramente
encorvada hacia adelante, viendo cómo se introducía la mano izquierda bajo su
falda, con la mano derecha se apoyaba en su mesa, suavemente se lo acariciaba… No deseaba romper
aquel encanto por lo que opto por entrar
en su despacho sin cerrar la puerta del todo, se sentó en su mesa y activo el
ordenador, abrió una carpeta con archivos que ponía “Cámaras”. En ella busco la
que indicaba “recepción” haciendo doble
“clic” abriéndose la cámara que estaba situada encima de la puerta del
ascensor, en la pantalla apareció su secretaria Evelyn, se había levantado la
falda, pero no la parte de atrás del trasero, si no, la parte delantera, estaba
segura de encontrarse a solas, sus dedos jugaban en su entre pierna, por la
cámara su Tutor vio cómo su cuerpo temblaba, pero esta ocasión no era de temor
a lo que se le venía encima, era otro tiempo, otra forma de expresión. Sin
dejar de observar vio que tenía la intención de subirse las braguitas…
… Como te subas las
bragas, salgo y vas a ver la que te doy con el cinturón…!!!
Desde el interior del despacho salió aquella
voz muy conocida para ella. Sobresaltada
miro hacia la puerta pero no vio a su Tutor, entonces recordó que había cámaras
y vio cómo se movía la que estaba encima de la puerta del ascensor, se bajó la
falda rápidamente y con serias dificultades pues no deseaba que le volviera a
dar otra azotaina, bordeo su mesa y se sentó en su silla, sin recordarse de las
palabras del resorte que su Tutor había activado, fue apoyar sus nalgas en su
silla, ya que la falda de vuelo con
volantes no le cubría el trasero, y al sentarse está tendía a acampanarse al
aire, con lo cual al sentarse fueron las nalgas desnudas las que se posaron sobre el asiento,
un fuerte “AAAYYYYYYYY” broto con desesperación de sus labios, levantándose con
rapidez.
Sus manos se las llevó al culo sobándose
con fricción, aquellas púas eran de goma endurecida, pero en su trasero le dio
la impresión de sentarse sobre afiladas chinchetas entonces se recordó de la advertencia de su
Tutor, poniendo sus manos bajo su trasero se volvió a sentar, pero en esta
ocasión sobre sus manos. Las palmas de sus manos sintieron el contacto de
aquellas púas, las cuales mantuvo durante varios segundos protegiéndose el
trasero del contacto, cuando retiro las manos, sentía que pinchaban en su
trasero, pero aunque resultasen muy molestas se tuvo que resignar a aquel dolor.
Acerco su silla a su mesa, “AAAAUUUU” sintió como miles de pinchacitos en su
dolorido trasero, al avanzar la silla, tuvo que levantar los pies del suelo, al
hacerlo el peso de su cuerpo acentuó el
dolor por aquellas endiabladas púas, cerrando sus ojos con fuerza y soltando el
aire de sus pulmones como haciendo fuerza para lanzar un silbido, con su mano
derecha golpeo sobre su mesa con la palma de su mano de la rabia, estaba
cabreada consigo misma, por su estupidez le habían mondado el culo. Pero en su
rostro se dibujaba una tenue sonrisa, recordaba como la había colocado en sus
rodillas, así mismo le había bajado sus bragas, aunque luego sintió en su culo
el dolor intenso de la azotaina de la mano y posteriormente con el cepillo, le
encantaba ese momento cuando su Tutor la colocaba sobre sus rodillas, para ella
era algo maravilloso y luego sentir sus dedos introducirse bajo la cinturilla
de sus bragas para bajárselas, ese instante del desbrague le parecía sublime,
también le encantaba de su Tutor cuando le daba los primeros azotes en el culo,
aunque estos dolieran de verdad los disfrutaba, y así estaban en su recuerdo.
Luego ya solo recordaba dolor, pues cuando el dolor aumentaba a cotas ya no
soportables, solamente recordaba el cómo se agitaba sobre sí misma. Esos
segundos rememorando lo sucedido fue fantástico, sintiendo como su entrepierna
se humedecía, sintió que sus fluidos descendían de sus labios vaginales y mojaban
el asiento de su silla sobre el forro de piel. Aspiro aire una, dos, y tres
veces…para tratar de relajarse y… apretó el botón del interfono…
(Evelyn) -. Señor Luis…
(Sr. Luis) -. Si, señorita
Evelyn?
(Evelyn) -. Si ya ha llegado
algún cliente puede invitarle a subir, el Sr. López les recibirá…
(Sr. Luis) -. Bien, señorita
Evelin, ahora mismo les acompaño al ascensor, están los caballeros del DDDV y
el Señor y la Señora Pujol.
Evelyn trato de nuevo de relajarse…
En ese instante recordó que tenía permiso
para asearse, se levantó de su silla con una parsimoniosa lentitud, aquellos
pinchazos de miles de avispas volvieron hacer aparición en sus nalgas, teniendo
que llevarse su mano derecha a su trasero, mientras con la izquierda se ayudaba
apoyándose en la mesa para levantarse. Pudo ver que sobre el ascensor los
dígitos de pisos descendían, el ascensor estaba bajando a la planta baja, tenía
que ir rápidamente al servicio.
En el interior de su mente se maldecía así
misma, los caballeros del DDDV tenían que presentarse justamente ese día, solo
de pensar tener que pasar al despacho a anunciarle a su Tutor de su llegada,
pasando por delante de ellos, ruborizaba sus mejillas de la vergüenza. Las
puertas del ascensor se abrieron, saliendo en primer lugar el Sr. Pujol y la
Sra. Pujol vestida con su uniforme, falda tableada amarilla y blusa blanca,
calcetines blancos por debajo de la rodilla con unos zapatos sin tacón negros.
Detrás iban los caballeros del DDDV vestidos con trajes negros.
En ese instante salía del servicio Evelyn,
sus mejillas al estar frente a ellos rápidamente se colorearon de vergüenza,
pues podían ver claramente que llevaba las bragas blancas bajadas a la altura
de sus rodillas.
(Sr. Pujol) -. Buenos días, teníamos
cita con el Sr. López ahora a las nueve de la mañana!!! y son las diez y media!!! Llevamos hora y media esperando abajo!!!
(Evelyn) -. Perdonen… ustedes
las molestias causadas, el Sr. López estaba… ocupado, tomen asiento en la sala
de espera, enseguida le anunciare su llegada y su malestar, Sr. Pujol.
(Sr. Pujol) -. Solo nos faltaba
esto…!!! Tener que esperar de nuevo. Me va a oír!!! Cuando nos atienda!!! Esto
es intolerable!!!
El Sr. Pujol y señora pasaron hacia el otro
extremo de la recepción, tomando asiento. La Sra. Pujol tuvo que tomar
precauciones para sentarse, apoyando sus manos en los bordes de la silla, para
lentamente bajar su trasero hasta posarlo sobre la dura butaca. El Sr. Pujol
recriminaba a su esposa algo que no alcanzo a ser audible a los oídos de
Evelyn.
(Evelyn) -. Ustedes caballeros?
(Señor 1) -. Tenemos cita para
hoy por la mañana, se suponía que sería a primera hora!!!
(Evelyn) -. Hacen el favor de
tomar asiento, en breve les atenderá el Sr. López.
Evelyn les miro con desprecio una vez le
dieron la espalda, vio que se acomodaban enfrente al matrimonio Pujol. No podía demorarse o pagaría ella las
consecuencias, y su trasero ya iba bien servido esa mañana. Aunque temía tener
que entrar al despacho… siempre sentía la misma sensación de vacío en su
estómago cuando debía entrar, pues con su Tutor todo era posible, pero el
enfado del Sr. Pujol asustaba a Evelyn.
Al ver como la observaban desde la sala de
espera, respiro hondo y avanzo tratando de disimular. Pero cuatro pares de ojos
la observaban como caminaba a pasos cortos, pudo ver en sus caras como los
hombres clavaron sus miradas en sus piernas, pues sus bragas bajadas a la
altura de las rodillas, con su color blanco destacaban, sobre el amarillo de su
vestido. Bajo la mirada al suelo mientras pasaba lentamente ante ellos,
solamente miro con simpatía a la Sra. Pujol que la observaba con cara de
complicidad, pues adivinaba perfectamente cómo se debía sentir la joven.
Un …“OOOHH”… de exclamación salieron de sus
labios de la Sra. Pujol al ver como
llevaba el trasero la secretaria, no era para menos, ya que conocía bien los
efectos que causaba una azotaina con el cepillo, el oscurecimiento de la piel
del culo, así como el inicio de la base de los muslos era propio de los efectos
del cepillo de madera, sabia por propia experiencia como debía de dolerle, pues
ella misma había sentido en sus carnes blandas ese cepillo.
Evelyn agradeció de alguna manera la
solidaridad de la Sra. Pujol. Pero para
su vergüenza la reacción de los caballeros del DDDV, no fue la misma, más bien
se sintió lapidada al escucharles sus palabras, ya que no se molestaron en
absoluto de ser discretos, dado que el vaivén de la falda del vestido, dejaba
claramente al descubierto la parte baja de sus nalgas, así mismo el inicio de
sus muslos los cuales quedaban claramente a la vista, aunque con sus manos
puestas en sus caderas intentaba parar el vuelo del vestido sin éxito, lo
hubiera hecho poniendo sus manos en la base de sus nalgas, evitando que se las
vieran, pero eso sabía que significaría una nueva reprimenda de su Tutor, ya
que seguramente estaría observando por las cámaras de video, por algo le había
sujetado a sus rodillas las bragas con esparadrapo, para que estas no se le
bajasen, por esa razón su vergüenza era mucho más de lo que hubiera deseado,
así el hecho permanecer con las braguitas bajadas tenía un objetivo, había sido
por su desfachatez abajo en el vestíbulo, tendría que hacerse a la idea que
durante esa mañana, iba a pasar más vergüenza, de la que no podría haber
imaginado en sus sueños, estaba claro que tenía que mostrarse aunque le
disgustase, al menos se resignaba de que a muy pesar suyo, de ir enseñando su
coloradísimo e incluso oscurecido trasero, ya que este comenzaba a ponerse
azulado, a pesar que hubiera pasado un corto periodo de tiempo, pero la
azotaina que su Tutor la había propinado, había sido de las más intensas que
recordaba, pero su entrepierna de alguna manera la traicionaba, pues de está
emanaban fluidos que sentía como descendían por sus muslos, algo que la
avergonzaba considerablemente, solo de pensar que en breve seria visible al
descender por el interior de sus muslos hasta sus braguitas.
Evelyn llamo a la puerta del despacho,
mientras esperaba respuesta dando el permiso para entrar. Miro hacia atrás por
encima de su hombro derecho sin apenas mover la cabeza, de reojo como aquel que
dice, tratando de ver hacia los sebosos clientes del DDDV, de sus ojos unas
lágrimas descendían por sus mejillas de la vergüenza que estaba pasando, pues
ellos estaban sentados justo a su derecha, detrás de ella, y lógicamente sus
atentas miradas estaba a la altura de su cintura, por lo que le estaban viendo
perfectamente el culo, así como el estado de este. Mientras esperaba con ambas
manos trato de bajarse el dobladillo de la falda del vestido, algo logro
cubrirse, pero sin demasiado éxito, sobre todo no perdían detalle alguno de
cómo llevaba marcados la parte baja de sus nalgas e inicio de sus muslos, estos
eran imposible el poder cubrírselos, además de esa vergüenza, tuvo que escuchar
los comentarios de aquellos caballeros que la laceraban, en lo más profundo de
su mente, pues dichos personajes, no mostraban recato alguno al referirse a
ella.
(Señor 2) -. Bueno al menos sabemos
el porqué de la espera… solo hay que verle como le han puesto el culo, para ver
que se lo tenía bien merecido, sea cual sea el motivo de la azotaina, y ha
debido ser algo grave, para hacerla ir con las bragas bajadas delante de los
clientes, no hay más que mirarla a sus ruborizadas mejillas, para ver la
vergüenza que está pasando y como le ha puesto el culo, vaya si se lo han
puesto bien!!! va bien servida la sinvergüenza, sí señor, bien servida...
(Señor 1) -. Si, nuestro
anfitrión sabe cómo debe castigar a estas insolentes… demuestra
que es hombre experimentado en aplicar férrea disciplina a desvergonzadas como
Evelyn Ross, lo que nos demuestra que hicimos bien en confiar en él, como la
persona más preparada e indicada, nuestros socios cuando sean informados
estarán satisfechos como nosotros mismos lo estamos.
Como al referirse a como llevaba el trasero
la joven, fue en voz alta y clara, el Sr. Pujol también se manifestó con su
parecer…
(Sr. Pujol) -. Desde luego que
ha recibido un buen correctivo, pero a pesar de ello, por ser una empleada,
podía haber castigado a esta joven en otro momento, y no cuando tiene a
clientes esperando… -. Luego bajando la voz a casi en un susurro, se
dirigió a su esposa…-. “Lo ves bien
Laura? Ya veremos qué medidas toma,
cuando el informe yo, de tus nuevas fechorías… Ahora cuando entremos veremos
cómo nos explicas tú, y lo que has hecho esta vez…”
Laura Pujol miro hacia la pared donde
estaba la puerta del servicio, para que aquellos señores no vieran como su
rostro se le ponía rojo de la vergüenza.
En unos segundos desde dentro se escuchó la
voz de su Tutor autorizando la entrada, en esos breves segundos hubiera deseado
que se la tragara la tierra, a sus veinticuatro años, mostrando el culo a
aquellos tipejos sin escrúpulos, los culpables de informar a su padre de sus
avances, como así mismo de sus progresos, pues ella sabía perfectamente que al
referirse ellos a sus socios, se estaban refiriendo a su padre, el Sr. Ross el
culpable de que ella se viera en aquella situación, además tener que aguantar
sus habladurías. Alisándose la falda de su corto vestido amarillo y
aprovechando para acariciar su dolorido trasero antes de traspasar aquella
puerta. Entro al despacho con mediana rapidez, deseaba perder de vista aquellos dos
caballeros.
(Sr. López) -. Que te sucede?
Que maneras de entrar son esas, así de acalorada! Qué te ocurre? Te da
vergüenza verdad… Sinvergüenza? Pues eso es lo que te has ganado, por
desvergonzada!!!
Se acercó hasta su mesa secándose las
lágrimas de sus coloradas mejillas…
(Evelyn) -. Los… El señor Pujol
y su señora esperan en la sala de espera, y también los caballeros del DDDV…
(Sr. López) -. Bien Evelyn, haz
pasar al Sr. Pujol y su señora… Imagino que el Sr. Pujol estará disgustado.
(Evelyn) -. Si… está bastante
enfadado señor!
(Sr. López) -. No te demores más
y hazles pasar… Vuelve a entrar, por si me tienes que traer algún documento que
me sea de necesidad, ya que no esperaba que me visitaran, al menos no, después
de la cita que mantuve con su señora hace unos días.
La secretaria volvió hacia
la puerta, y desde el umbral…
(Evelyn) -. Señor y Señora
Pujol pueden entrar ustedes…
El señor Pujol se levantó de su silla, estirando
su brazo derecho le tendió su mano a su esposa, pero ella rechazo su ayuda por
el descaro que había mostrado hablando ante aquellos desconocidos. Ella se
levantó por si sola aunque cambiando su semblante ante las claras molestias que
sentía aun en su trasero, ya que aún iba dolorida de la azotaina de hacia solo
unos días que había estado en aquel despacho y de nuevo se veía a sus puertas.
Lentamente camino al lado de su marido sobándose el trasero con la mano derecha,
así como aprovechando para estirar la falda y tratar de evitar que al pasar
ante aquellos caballeros le vieran las bragas, algo que no pudo evitar mostrar
la parte baja de sus braguitas.
Una vez dentro avanzaron hacia las sillas
dispuestas para los clientes, aunque solamente tomo asiento el Sr. Pujol, la
esposa se mantuvo en pie. Detrás de ellos por si hiciera falta algo, se mantuvo
a la espera Evelyn.
(Sr. López) -. Buenos días Sr.
Pujol! como de nuevo por aquí? Si le era necesario algún documento solo debía
pedírselo a mi secretaria, y se lo hubiera enviado. Lamento haberles hecho
esperar. Pero tenía asuntos pendientes que resolver con urgencia, a los cuales
no podían tener demora alguna…
(Sr. Pujol) -. Sr. López!!! Si
tanta urgencia necesitaba para darle un correctivo a su secretaria, lo podía
haber pospuesto para otro momento. Por su culpa voy a tener serios problemas en el trabajo, ya
imagino que no es asunto suyo, lo que me acontezca en mi trabajo, pero que
conste que se lo descontare de sus honorarios, si me descuentan estas horas que
he perdido. Por algo había pedido hora!!! Y no me venga con esa excusa de que
tenía asuntos pendientes, no es mi problema si tiene que corregir a su
secretaria… cuando me presente las facturas, descontare de sus honorarios si
tengo represalias en mi puesto de trabajo. Soy un hombre que tengo que trabajar
para sacar a mi familia adelante, y no me preocupa si tiene problemas para
disciplinar a su secretaria muy. quiero
que tenga usted conocimiento que estoy muy decepcionado con usted, me podía
haber avisado su recepcionista de la puerta y cancelado la cita de hoy, espero
que me dé, una satisfacción de inmediato
o dejare de ser tu cliente…
(Sr. López) -. Perdone usted Sr.
Pujol de nuevo le pido que disculpe la
tardanza, es que la aquí presente señorita Evelyn, ha cometido una falta que
era posible una demora en la aplicación de un correctivo!!! No podía encargarme
luego de ella, era algo que debía tomar medidas oportunas de inmediato… Ves!!!
Desvergonzada lo que sucede si no eres eficiente en tu trabajo!!! Me creas
problemas a mí, y a mis clientes, algo que no estoy dispuesto a tolerarte, ves?
Aquí tienes una prueba clara de que no
ser eficiente tiene serias consecuencias. Una secretaria eficiente nunca habría
tenido el comportamiento tan vulgar como el que has protagonizado esta mañana,
y yo no estaría ahora forzado a tomar serias medidas urgentes, que perjudican a
un cliente, al cual no he podido atender,
decepcionándole seriamente…, Usted Sr. Pujol puede presentarme esa
penalización, pero… .- Bruscamente se levantó de su sillón y fue con
rapidez a donde estaba Evelyn, está no se esperaba esa reacción y así lo
mostraba su sorpresa con el rostro de incredulidad, sobre todo al verse así
misma inclinada bajo el brazo de su Tutor, el cual mostraba su enfadado al
matrimonio Pujol. Una vez la tuvo donde deseaba, levanto su brazo izquierdo
bajo el cual se encontraba su secretaria, levantándola en volandas impidiendo
que sus pies siguieran posados en el suelo, cargando con ella bajo su brazo
izquierdo, mientras Evelyn sorprendida y
aterrada se dejó manipular llevándola justamente delante de su cliente.
Con el revuelo su falda tapaba su colorado trasero, por lo que su Tutor tuvo
necesidad de levantarle la falda, mostrando así su trasero desnudo, ya que sus
bragas continuaban bajadas-. Ahora
desvergonzada vas a ver la que te espera, para tu vergüenza, así aprenderás y
pensaras las consecuencias de tus actos antes de hacerlos, DESVERGONZADA!!!
Aquello resulto una sorpresa para Evelyn, pero de alguna manera esos
eran sus peores temores, y estos se
vieron confirmados. Se vio de nuevo sintiendo la mano enorme de su Tutor que le
calentaba de nuevo el culo. En tan corto
periodo de tiempo, resultaba ser mucho más dolorosa.
Así
como que la Sra. Pujol no pudiendo mantener su mirada viendo como Evelyn recibía
una azotaina prácticamente a unos escasos metros de ella. Con sus aureolas de sus mejillas ruborizadas
al ver como las piernas de la infeliz, se abrían y cerraban en su alocado
pataleo, pues al estar en volandas bajo el brazo de su Tutor, como suyo propio,
ya que también ejercía como tal con ella misma, no podía contemplar como la
joven recibía y lloraba, aunque fuera una simple azotaina con la mano, el
estado de su trasero a plena vista, incluso a ella le dolía con solo mirar.
Tratar de abrir y cerrar sus piernas con
las bragas en las rodillas, estas hacían que la elasticidad de sus bragas
hicieran efecto de un potente muelle, al estirarse las bragas de Evelyn al
abrir sus piernas, o como por el agotamiento, más que posiblemente por el
correctivo de la mañana, al dejar de forcejear con sus cansadas piernas, las bragas en las
rodillas hacían el efecto de un resorte, haciendo que las piernas volvieran a
unirse una junto a la otra o su posición inicial. Al estar en volandas bajo el
brazo de su Tutor, había momentos que su mirada se fijaba en el rostro de la
Sra. Pujol, aunque solo fuera por una fracción de segundo, viéndola que se
mostraba muy nerviosa, con su mirada perdida en otro punto para así, no ver
como Evelyn era castigada, algo que Evelyn sentía agradecimiento hacia la
señora.
En cambio la realidad no era lo que
pensaba Evelyn, la Sra. Pujol no se avergonzaba al ver a la joven estaba siendo
castigada, todo lo contrario no podía mirarla directamente, por la humedad que
sentía en el fondillo de sus bragas empapadas. Pero sobre todo no era por
solidaridad. La realidad era que sentía vergüenza de ella misma. La rojez de su rostro era por como Evelyn
mostraba su sexo en aquella postura, y por ese motivo se avergonzaba sí,
pero de sí misma, al pensar en cómo
debía vérsele a ella misma su sexo, cuando era ella castigada en esa misma
posición.
A su costado permanecía el Sr. Pujol. Este
observaba sin mostrar reacción alguna, aunque se mostraba satisfecho por un
lado por ver como la culpable era castigada, por otro lado seguía enfurecido,
no había ido de visita rutinaria, estaba allí por una razón seria y estaba
llegando el momento de prestarle atención.
Por lo que se refirió a ello mientras seguía el Sr. López dando la azotaina a su secretaria Evelyn Ross.
(Sr. Pujol) -. Está muy bien Sr.
López!!! Que disciplines a tu secretaria
ante mí, bien me demuestras que no tienes la culpa de lo que haya sucedido esta
mañana, y que fuera necesario meterla en vereda lo antes posible, bien… pero yo
estoy aquí por otros motivos que me interesan mucho más que verle el culo rojo,
a tu secretaria… entendido!!! Yo no
comparto ese interés que tienes por castigar a mujeres o señoritas. El observar
lo que estas haciendo solo obtienes mi mayor desprecio, ya que me disgusta que
traten a una chica de tal modo. De no ser
así, yo mismo me encargaría de mi querida esposa, y no me vería en esta
situación de tener que pagar para que alguien se ocupe de disciplinar a mi
esposa, entendido!!! Así que acaba de una vez, o acabare saliendo por esa
puerta, solo siento repugnancia hacia una persona que maltrata a una mujer de
tal modo…
Los últimos azotes
hicieron que como con el resto que había recibido Evelyn, esta no hubiera
dejado de patalear con sus piernas en el aire, únicamente por pequeñas pausas
por su agotamiento. Su Tutor dejo de calentarle el culo, permitiendo que sus pies
volvieran a tocar el suelo, teniendo Evelyn que, apoyar sus manos sobre el
pecho de su jefe y tutor, en un primer momento, pues sus pies apenas la
sostenían sobre ellos, al tener su
trasero tan dolorido y ardiente…
En el momento que se pudo sostener, la
mando salir del despacho. No, sin antes
darle un buen azote en el culo para que se moviera con más garbo hacia la
salida, pues su cliente el Sr. Pujol se mostraba nervioso y disgustado por lo
que había visto. Esperando quedarse a
solas para exponer su motivo y la causa de estar de nuevo en su despacho,
cuando su esposa aun iba dolorida de la última azotaina que recibiese.
Con las dos manos posadas sobre su trasero,
se lo acariciaba lentamente, “arriba mano derecha… abajo mano izquierda…” andando
con parsimoniosa lentitud hacia la puerta, pero de reflejo sobre su espalda,
vio que una sombra se la acercaba y continuando sobándose el culo se dirigió
rápidamente Evelyn hacia la puerta, pero sin poder evitar que su Tutor la
animase a ir más rápido con cuatro sonoras palmadas, sujetándole las manos
juntas sobre su muñecas, con la mano libre, la derecha, le asesto una buena
palmada en cada nalga, hasta cuatro azotes bien dados sobre su trasero,
respondiendo Evelyn a un salto hacia adelante a cada azote propinado, una vez
ante la puerta, se arregló la falda intentando cubrir sus coloradísimas nalgas,
de reojo miro hacia detrás de ella, vio cómo su Tutor se había detenido tan
solo a unos metros de ella, mirándolo con rabia se acabó de arreglar la falda dando
pasos con clara dificultad y abriendo la puerta salió intentando mostrar
normalidad, cerrando la puerta tras ella…
Ya afuera en el vestíbulo aguardaban los
de la DDDV, estaban entretenidos observando sus móviles, pero sin perder
detalle alguno cuando la secretaria Evelyn paso con serias dificultades al
caminar por delante de ellos dirigiéndose hacia su mesa…
En cambio en el interior del despacho…
(Sr. López) -. …Y bien señor Pujol, ya estoy por usted. Perdone que
haya dado unos azotes a mi secretaria ante usted, no he pensado que con ello
estaba hiriendo su sensibilidad. A que
se debe esta visita inesperada, no creo que en tan pocos días su señora haya
vuelto a las andadas tan rápido.
(Sr. Pujol) -. Tan rápido dice
usted? Lo que sucede es que su travesura anterior, no fue más que un espejismo.
Si, descubrí que había vuelto hacer de las suyas desde luego, pero al
enviársela a usted a corregirla como era menester, solo había descubierto un
ápice de la falta real, estos días he descubierto que no había sido todo, que
la falta de gasto de dinero, solo había sido una minucia, con una segunda
factura de la tarjeta de crédito, lo que no comprendo es como pudo coger de mi
cartera esa tarjeta, estando en casa nunca las dejo a su alcance, pero el caso,
es que esta sinvergüenza… Pidió al banco una copia de la tarjeta, alegando que
yo la había perdido, ya puede imaginar mi sorpresa, cuando del banco me
llamaron para confirmar esa perdida. La muy sinvergüenza fue al banco
justamente a la hora que sabe que más trabajo tengo, y cuando me llamaron del
Banco ella sabía que yo estaría muy ocupado, y que para librarme del empleado
del Banco, diría que si…a lo que se me preguntase en esos instantes… la muy
descarada!!! Esto no es ninguna suposición,
pues ella misma lo ha corroborado por lo tanto, la visita del otro día, ella
vino tan alegre por algún motivo, ella sabía perfectamente que solo había
descubierto una minucia, pero no el gasto real de su fechoría, ya que esta era
mucho más grave… como asi ha sido ahora!!!
Comenzando por el Corte Ingles con un vestido azul celeste 300€, unos
pantalones verdes cortos 70€, ropa
interior de seda 400€, un vestido rosa 300€, zapatos de tacón de quince
centímetros 200€. Eso fue el miércoles de la semana anterior a su visita a este
despacho, pero no acaba la cosa ahí, el viernes de esa misma semana, se compró
utilizando la misma tarjeta… En otro Corte Ingles de la ciudad, un vestido azul celeste por
300€, y unos shorts verdes por 70€ así como otro vestido rosa por 300€. Ayer al
darme cuenta tras recibir la factura, mire en su armario, haciéndole a ella misma que sacase esas compras, te puedes creer, que
ese vestido azul de 300€ lo tenía repetido hasta por cuatro vestidos, aun con
sus etiquetas colgando, el vestido rosa de 300€ lo tenía repetido hasta cinco
veces, y no solamente repetidos, si no, que en ese vestido en concreto el mes
pasado ya había comprado ese mismo modelo, y aún seguía guardado con su
etiqueta de compra… Te das cuenta hasta
donde llega su desfachatez en su compra compulsiva, esto si no se logra parar,
tendré que buscar otras soluciones, como… no se… encerrarla en un centro o algo
similar… Lo cierto es que no sé qué más puedo hacer por ella… Tenía cierta
confianza en que su tratamiento de Disciplina funcionaria, pero está visto que
no es así. Pero está acabando con mi economía y ya son
considerables las sumas de dinero en compras, por su manera de gastar dinero…
(Sr. López) -. Puede mandar a su
esposa salir al vestíbulo, tenemos que hablar de temas que convendría que no
estuviera ella presente…
No fue necesario decirle
nada, la Sra. Pujol salió rauda del despacho, eso significaba que su trasero no
corría riesgo por el momento, y no fue necesario decirle que se apresurara a
salir.
(Sr. López) -. Usted sabe bien
que la disciplina en su esposa ha funcionado perfectamente, solo debe observar
los cambios que ha habido en su conducta, así como en su forma de actuar, ahora
es mucho más educada con usted, cuida mucho más de sus hijos, incluso algo que
usted le traía de cabeza, que nunca se ocupaba de arreglar la casa, teniendo
que contratar personal para limpieza, y ahora ya no es necesario. Por otro
lado, ahora cuando compra no retira las etiquetas de sus compras, con lo cual
en un 70% recupera su importe, incluso ha habido ocasiones que ha podido
recuperar el 100% del importe, por si usted no se ha percatado… Lo que a su
esposa le sucede es que necesita hacer travesuras, para así llamar su atención
y que me la envié para aplicarle un correctivo… Ya le informe en su momento que
esto podría suceder, y que acabase necesitando ser disciplinada cada “X” tiempo,
o acaso ahora oculta cuando hace sus travesuras? Verdad que no lo hace, incluso
compra al final de mes, para que sus compras pueda usted devolverlas y
recuperar su importe, algo que antes ese dinero se perdía, incluso esta vez ha
podido usted recuperar el importe?
(Sr. Pujol) -. Bueno… En eso si
debo darle la razón, ahora prácticamente siempre recupero el importe y no tengo
los problemas que tenía antes, pero soy reacio a pensar que pueda gustarle que
la maltraten con semejantes palizas, debe estar loca o haber perdido el juicio,
no es lógico.
(Sr. López) -. Reconozco que
pueda resultar difícil de comprender, pero créame usted cuando le digo que
sucede, y no únicamente es su esposa. Muchas de mis clientas están exactamente
igual, por no mencionar a todas. Es cuestión de adrenalina, saber que estar en
riesgo de ser castigadas y regañadas las conduce a un paroxismo que no podemos
comprender, pero que resulta que es así. Esa adrenalina las acelera mentalmente
y físicamente, experimentar esas sensaciones para ellas es algo fantástico,
pero puede estar seguro que en cuanto están siendo castigadas su mente ya
reacciona, deseando que acabe cuanto antes, por ello luego están una temporada
calmadas, pero en casos, cada vez resultan más asiduos, al necesitar sentir de
nuevo esas sensaciones de temor, nervios, angustia, así como sentir esa subida
de adrenalina. Por lo que recomiendo que su esposa deba ser disciplinada,
subiendo el nivel un poco más, para que no necesite con tanta frecuencia mis
servicios. Como imagino que deberá acudir a su imprenta a trabajar, mándemela
esta tarde y me ocupare de ella, que le parece?
(Sr. Pujol) -. No será necesario
que se la envié, esta tarde… Que se quede aquí esperando a que usted pueda
ocuparse de ella!!! Desde que se encargó
usted de la chica que ayuda a mi esposa en la imprenta, no se puede hacer idea
de lo eficiente que es últimamente, no llega nunca tarde, y no se marcha hasta
que ha recogido todo y acabado todo su trabajo, ahora es una delicia de chica,
y sobre todo muy responsable, por ello se puede encargar ella sola de llevar la
imprenta. Bueno… Debo marcharme Sr. López, ya se encargara usted de pasarme el
informe como de costumbre y cuando le sea posible, encárguese de Laura como
crea conveniente, quiere que les diga a esos caballeros que aguardan que
entren?
(Sr. López) -. No gracias, pero
si es usted tan amable… Puede comunicarle a mi secretaria que venga a mi
despacho…
(Sr. Pujol) -. Hasta pronto….
Adios.
En el vestíbulo
aguardaban los caballeros, la Sra. Pujol estaba sentada alejada de ellos, la
extraño ver Salir a su marido, pues sus temores eran que la hicieran entrar al
despacho. Pero su marido se dirigió al mostrador donde detrás de él, ocupaba su
puesto Evelyn.
(Sr. Pujol) -. Señorita Ross, su
Jefe la reclama.
Vaya… eso era un problema para Evelyn, pero
armándose de valor se levantó de su silla y sin pensar en las molestias bordeo
su mesa, se acarició levemente el trasero antes de respirar hondo y caminar
pasando por delante de los caballeros cubriéndose con sus manos, para no exponerse
a las miradas lascivas, luego camino a buen paso hacia la puerta del despacho,
en seguida en esta ocasión recibió la autorización para entrar, ni tan siquiera
miro hacia atrás, como había hecho anteriormente. Una vez dentro del despacho….
(Sr. López) -. Bien Evelyn ven
aquí. .- Evelyn se acercó temerosa hasta estar a escasamente a un metro. -. Ya está
bien por hoy de ir enseñando el culo, ya te quito el esparadrapo que te he
puesto para que no se te bajasen las bragas, bien… ahora puedes, súbetelas y no
me hagas que me arrepienta, ya puedes utilizar el interfono como de costumbre,
espero que hayas aprendido la lección. Envíame a los señores del DDDV en unos
minutos, déjalos que esperen unos minutos más… he escuchado sus comentarios
cuando pasabas a su lado, y no me han parecido nada apropiados para unos
caballeros… A la Sra. Pujol no le digas
nada, yo te avisare cuando desee recibirla…
(Continuará…)
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