EL TUTOR DE DISCIPLINA EL
SEÑOR LOPEZ
LA VISITA DE ELOUISE BRAUN
Evelyn Ross estaba sentada en su mesa,
comenzaba un nuevo día en la oficina, su nuevo trabajo de secretaria no le
estaba resultando nada fácil. Su incorporación había sido accidentada, y por
motivos que ella no podía desvelar a nadie, tampoco podía despedirse aunque lo
deseara. Hoy se había vestido un vestido
negro que esterilizaba su figura, como era
habitual, la falda era tableada, con cierto toque que aligeraba su vuelo, al más mínimo movimiento de sus
caderas, algo que le molestaba era que la tela vaporosa de la falda dejaba la
mitad de su trasero a la vista de todos, por la más mínima brisa. Llevaba unos
calcetines transparentes de media, hasta la rodilla, sus pies calzados en unos
zapatos abiertos por detrás, sin apenas tacón. Enfrente de ella en las butacas
de la improvisada sala de espera, había una chica rubia, vestía con una falda
amarilla tableada y blusa blanca, con calcetines blancos a media pantorrilla y
zapatos tipo Merceditas negros, al pasar por delante de su mesa, le había visto
las bragas, puesto que la falda se balanceaba al caminar, y sus bragas azules
con dibujos de molinos de viento quedaron visibles, aunque la chica intento
alisar el trasero de su falda con su mano derecha, para así ocultar sus
braguitas, fue en vano, pues quedaron visibles igualmente.
Evelyn sonreía satisfecha al observar a
la joven, al menos ese día, no sería la única en llevar el trasero colorado,
aunque si le había molestado que la chica hubiera acudido antes de la hora de
su cita. Pues en esos instantes, Evelyn estaba enfrascada en unos ligeros
toques en su entrepierna jugando con sus dedos metidos entre sus bragas de
color rosa, pues su trasero dolorido del dia anterior la había excitado,
recordando cómo había provocado a su Tutor para que la pusiera atravesada sobre
sus rodillas, y en el momento más inoportuno, las puertas del ascensor se
habían abierto, dando paso el Sr. Luis a aquella jovencita.
Las puertas del ascensor se abrieron,
saliendo de él, el señor López que acababa de llegar a la oficina.
(Sr. López) -. Buenos días
Evelyn. Hay alguna novedad hoy? Ha venido algún mensajero?
(Evelyn) -. Buenos días Sr.
López. No hay nada nuevo señor. Y aún no ha llegado ningún mensajero.
Únicamente esta señorita que le esta aguardando.
(Sr. López) -. Muy bien
Evelyn, en cuanto llegue el mensajero lo haces pasar a mi despacho!
El Sr. López entro en
su despacho sin apenas fijarse en la chica que le aguardaba, desapareció tras
cerrar la puerta.
Evelyn, se mostraba nerviosa desde la
llegada de su Tutor. No se podía concentrar en su trabajo, los documentos que
se apilaban sobre su mesa, con solo mirarlos ya se ponía más nerviosa y
disimuladamente se acariciaba el culo con su mano izquierda, por encima de sus bragas rosas de algodón, su
falda al sentarse se levantaba por si
sola y dejaba expuesto su trasero, por lo que se sentaba directamente sobre sus
bragas, solamente con acariciarse el muslo y llevarla hacia atrás de manera
instintiva, teniendo fácil acceso a su descubierto trasero, estaba claro que
algo la preocupaba.
El sonido del interfono sobre su mesa
sonó con su sonido grave, el cual le hacia estremecerse cuando este con su
sonido, la sacaba de su abstracción o sus pensamientos, cualquiera que fueran
estos…
(Sr. López) -. Evelyn! Me
puedes traer los documentos del archivo del Sr. Jefferson del mes de septiembre y octubre del presente
año…
(Evelyn) -. Si… Señor… Ahora…
se los…llevo…
Evelyn suspiro al apretar el botón del
interfono, miro la pila de documentos que tenía sobre su mesa, su rostro estaba
blanco como la nieve. La chica que estaba sentada, había dejado de leer una
revista del corazón del mes anterior, levantando levemente su mirada, su rostro
también se había quedado blanco al escuchar aquel nombre, vio como Evelyn se
levantaba de su silla, y bordeando su mesa se detuvo en donde estaban apilados
los documentos, inclinándose para cogerlos, le estaba dando la espalda a la
chica. Esta pudo verle como su corta falda al inclinarse, dejaba al descubierto
sus bragas rosas y se puso la palma de su mano derecha sobre sus labios carnosos, para tapar el
suspiro de asombro que dio esta, al ver el estado de las nalgas de Evelyn, la parte
que las bragas no cubrían, entre la puntilla del elástico de las perneras que
claramente apretaban las nalgas, se le podía ver las marcas de una azotaina
reciente, la muchacha en su mente divagaba de cómo la secretaria podía
permanecer sentada, teniendo el trasero en aquel estado. Evelyn se reincorporo
haciendo con sus labios un mohín, al enderezar su espalda sintió unos pinchazos
en sus nalgas, sujetaba con su mano derecha los documentos, con la mano
izquierda se acarició el culo sobre las braguitas, de arriba abajo e
introduciendo su dedo anular por el interior del elástico de la pernera
izquierda de las braguitas, ahueco el elástico con el dedo para aflojar la
presión que este ejercía sobre esa nalga izquierda desde su entre pierna hasta
la cadera, luego se cambió de mano los documentos, haciendo lo propio con el
elástico de sus bragas, en su nalga derecha suspirando de alivio con sus
labios. Al girarse se le puso su rostro colorado de la vergüenza, al ver que la
chica la había observado como ahuecaba sus braguitas, al igual que había
aflojado la tensión que ejercían las perneras de sus bragas en el trasero.
(Chica) -. Perdona… No quería
incomodarte…. Te duele…mucho… Pero es… que al escuchar ese nombre me ha llamado
la atención,… es…mi…padre.
(Evelyn) -. No te preocupes.
No pasa nada… Sí que duele, sí. Perdona pero debo entrar… y llevarle estos
documentos…o…
No dijo Evelyn nada más, acariciándose el
trasero con su mano derecha con la palma de la mano, procurando no presionar
sobre su inflamado trasero, fue hacia la puerta del despacho llamando con unos
golpecitos con los nudillos de su mano derecha, volviendo a llevarla a su
trasero y alisar su falda, aunque su corta falda dejaba claramente la base
inferior de sus bragas a la vista de la chica. Acariciándose miro volviendo su
cabeza hacia la chica, con una mirada de mucha preocupación, desde el
interior, se escuchó la voz…”Adelante”…
Evelyn abrió la puerta desapareciendo en su interior, al cerrarse
está de nuevo. Entro, fue hacia la mesa del despacho de su Tutor, dejando los
documentos sobre la mesa y retrocediendo unos pasos hacia atrás.
El Tutor estaba ojeando unas anotaciones,
sin levantar la vista hacia su secretaria Evelyn, cuando termino dejo las
anotaciones en el interior de una carpeta y cogiendo los documentos que le
acababa de entregar Evelyn, pudo ver la muchacha como su Tutor le cambiaba el
semblante, a medida que iba separando los documentos a un lado de la mesa y a
otro, su indignación cada vez daba clara muestras de estar más y más enfadado
por lo que estaba viendo, pues no encontraba los documentos solicitados…
(Sr. López) -. Se puede
saber, que broma es esta!!! Donde están los documentos que te he pedido? Es que
no vas aprender nunca? Es que siempre he de estar encima de tu trabajo? Para
que te tengo de secretaria? Si no prestas nada de atención a tu trabajo!!! Es
que te voy a tener que estar enseñando todos los días, como debes de hacer tu
trabajo!!! Debe de gustarte mucho que te caliente el culo cada día…? .- Evelyn,
se acariciaba el culo con sus dos manos, pues sabía muy bien que significaba
aquellas palabras, en breve iba a recibir una azotaina. Vio con ojos de espanto
como su Tutor, echaba su asiento hacia atrás, separándose de la mesa… -. Ven aquí!!! Te voy a enseñar como debes
hacer tu trabajo… .- Evelyn con pasos cortos se acercaba hacia su Tutor,
lentamente. Ahora se friccionaba con fuerza el culo, que aunque le dolía el
hacerlo, sabía que en nada iba a dolerle mucho más…-. Vas a venir? O quieres que vaya a buscarte? Ya me estas cansando con
tu comportamiento…
Apenas estuvo a un metro de distancia, su
Tutor la cogió de una mano atrayéndola hacia él, con las dos manos las paso
bajo su falda y le bajo las bragas rosas a las rodillas, tumbándola boca abajo
sobre su pierna izquierda, quedando la entrepierna de Evelyn incrustada sobre
el muslo de su Tutor, lo cual, hacía que las nalgas quedaran bien expuestas. En
nada sintió como los primeros azotes azotaban sus nalgas, la mano de su Tutor
le parecía a Evelyn que esta fuera de
madera, por lo dura y pesada que resultaba sentirla en su trasero desnudo, el
culo le ardía considerablemente cada vez más, nada más sentir aquellos duros
azotes de la palma de la mano de su Tutor, Evelyn ya estaba llorando
desesperada. Aquella semana ya llevaba varias azotainas y solo estaban a miércoles.
En breve no podía precisar cuántos azotes le había dado en el culo su Tutor,
pero este, le estaba propinando una buena azotaina como era costumbre en él, su
mano la sentía tanto en su nalga izquierda, como en la derecha, sin darle
apenas tiempo a coger resuello entre
azote y azote, de tan rápidos que estos eran. Pero las azotainas de su Tutor
solían ser de una media de cuatrocientos azotes en tan solo diez minutos de
tiempo. En cuanto dio por terminada la azotaina, Evelyn se vio ante su Tutor de
pie y sintiendo como las manos de este, le subían sus bragas rosas…
(Sr. López) -. Ahora ves al
archivo y tráeme los documentos que te he pedido, abres el segundo cajón, y
miras en la letra “J” de Jefferson. Entendido!!! -. Su Tutor enfadado la
llevo casi empujándola hasta la puerta, y mientras la seguía regañando, por
cada palabra le soltaba un fuerte azote en el culo, sobre sus bragas rosas. Al
abrir la puerta, Evelyn vio a la chica de afuera y esta aun pudo ver como
Evelyn recibía un último azote en el culo, que fue más fuerte que los
anteriores, pues este ultimo la hizo que levantara sus dos pies del suelo,
siendo impulsada hacia fuera del despacho..-
Lo quiero para, ya!!!
La puerta se cerró de golpe.
Evelyn llorando y sobándose el culo,
apareció ante la chica que prácticamente lo había escuchado todo. Evelyn se
dirigió al archivo abriendo el segundo cajón y casi sin mirar dentro cogió el
informe solicitado.
(Chica) -. Si sabias donde
estaba, porque no se lo has llevado antes…?
(Evelyn) -. Y… no recibir la
primera azotaina del día?
(Chica) -. Es que acaso… te
gusta?
(Evelyn) -. Uuuufff… Al
principio no me gustaban, pero… ahora si no… me castiga…me falta algo todo el día…
duele mucho recibir una azotaina! Y cuando estoy ante él, me arrepiento de
haber provocado mi castigo, pero es una sensación espeluznante y no entiendo el
porqué, pero me encanta sentir esa angustia y ese temor cuando estoy ante él.
Pero ahora… es una delicia…
(Chica) -. Tienes que estar
loca de atar, lo llevas muy muy rojo…loca, tienes que estar loca!!
La chica miraba a Evelyn con una cara de
desconocimiento, no la entendía como podía decir aquella barbaridad. Ella misma
estaba allí, por motivos personales que aún no comprendía como su padre se
había enterado de ellos.
Evelyn con el informe bajo su brazo,
desapareció tras la puerta del despacho. Minutos después volvía a salir
sobándose de nuevo el culo, de nuevo Evelyn estaba llorando, pues la chica
había escuchado como la estaban castigando de nuevo, aunque no había podido
escuchar por qué en esta ocasión, el regaño fue un susurro inaudible esta vez.
La chica estaba deseosa de saber que le había sucedido en esta ocasión, pero
algo iba a impedir que le pudiera preguntar…
(Evelyn) -. Señorita Mónica
Jefferson…! Puede usted entrar, el Sr. López la espera.
Evelyn se hecho a un
lado para dejar entrar a la señorita Jefferson. No pudiendo ocultar su mirada
hacia la joven al pasar por su lado, observando su caminar, como su corta falda
amarilla se contoneaba acorde a sus pasos, dejando entrever unas bragas azules
de algodón con dibujos de molinos de viento. Cerró la puerta sin interesar lo
que sucediera allá adentro, pues era bien obvio que cuando volviera a salir, no
lo haría tan altiva y desagradable como al entrar.
Durante una hora se estuvieron escuchando
hablar dentro del despacho, más bien solamente una voz se escuchaba a través de
las paredes, y esta, era muy conocida por Evelyn. Después de esa hora, lo único
que se escuchaba, era lamentos y azotes. Algo llamo su atención. El ascensor se
había puesto en funcionamiento, alguien subía a su planta. No tardaron en
abrirse las puertas del ascensor apareciendo el Sr. Luis acompañado de dos
caballeros.
(Sr. Luis) -. Estos señores
vienen a ver al Sr. López. Son del DDDV.
Evelyn se levantó de su
silla, haciendo todo tipo de exclamaciones y maldiciones para ella misma,
creyéndose que no era escuchada. Les invito a seguirla, ella caminaba delante
de los caballeros, los cuales no perdieron detalle del estado de su trasero,
pues su corta falda lo dejaba bien visible su parte baja.
(Evelyn) -. Pueden ustedes
maldit… señores, quiero decir, señores sentarse aquí a esperar, el Sr. López
les atenderá en breve.
(Señor 1) -. Ya nos avisó su
padre, que sus modales no eran los más deseables para un padre… Esta conducta
tuya, la esperábamos…
(Evelyn) -. Mi padre!!!
Claro… el DDDV… ustedes son sus lacayos de presa!
(Señor 2) -. Ya veo que llevas
el culo bien colorado, podemos ver que tu nuevo Tutor, si te está educando como
te mereces, ojala!!! Tu Tutor anterior te hubiera educado con estos métodos, en
vez de despreocuparse de ti como hizo…!!! Ahora serias toda una señorita!
Recuerda que tu Tutor no debe conocer tu identidad y quien es tu padre…
(Evelyn) -. No sabe nada…
Pueden decirle al desagradecido de su jefe, que su nombre está a salvo…
En esos instantes la
puerta del despacho se abrió, saliendo una muchacha con una blusa blanca y con
falda amarilla sobándose el trasero a manos llenas, pasando como una exhalación
ante los caballeros desapareciendo tras la puerta del servicio, solo la
pudieron ver pasar, pero no pasó desapercibido para ellos como llevaba el culo
la joven, pues no llevaba bragas puestas y su trasero estaba marcado por una
vara, pues eran muy visibles los verdugones que esta le había causado en sus
nalgas.
(Sr. López) -. Buenos días
caballeros, pueden pasar a mi despacho. Enseguida les atiendo. .- Los
caballeros pasaron por delante de Evelyn y entre el Sr. López. Mientras que
hablaba con su secretaria. -. Evelyn,
toma las bragas de la muchacha, asegúrate que se las ponga, luego métela en el
ascensor y avisa al Sr. Luis de que la haga bajar.
El Sr. López entro en su despacho para atender
a su visita. Se sentó tras su mesa…
(Sr. López) -. Bien señores,
no les esperaba a ustedes.
(Señor 1) -. Hola, hemos
visto que Evelyn no está aprendiendo mucho, sigue teniendo unos modales muy
expresivos…
(Sr. López) -. No crean
ustedes! Está aprendiendo a comportarse de manera muy educada. Pero deben
comprender que a veces se deje ir, su carácter es como el de su padre!
(Señor 2) -. Ella nunca debe
conocer que usted sabe quién es su padre, lo sabe verdad?
(Sr. López) -. Por supuesto.
Conozco perfectamente el contrato que tengo firmado con ustedes y su padre. Las
clausulas están muy claras, caballeros. Y díganme, como ven los progresos de la
joven?
(Señor 1) -. Al menos, no nos
ha tirado a la cabeza lo primero que estuviera a su alcance, como la última vez
que la visitamos! Aunque si nos ha faltado al respeto, esperamos que eso tenga
sus debidas consecuencias sin demasiada demora. Pero aparte de ello, nos trae
aquí otra tarea para usted. Un nuevo caso para que se encargue de otra joven,
.- El señor 1 extrajo un sobre de su maletín -. Aquí lo tiene. Ella es la Srta. Elouise Braun una buena estudiante, pero con ciertos
hábitos, los cuales unos vecinos desean que la muchacha sea más… digamos… tenga
ciertos cambios en su conducta. En el informe esta todo detallado.
(Sr. López) -. Evelyn! Has
acabado la tarea que te he encomendado hace unos momentos?
(Evelyn) -. Sí señor, ya se
ha encargado el Sr. Luis.
(Sr. López) -. Entonces ven a
mi despacho inmediatamente!!!
Evelyn, sabía que de
nuevo se había metido en problemas. Era el momento de desaparecer, no tenía la
más mínima intención de ser castigada ante aquellos dos carcamales, lacayos de
su padre. Así que entro al ascensor y le dio al botón de bajar. Al llegar a la
planta baja y abrirse las puertas, se topó con el señor Luis que le cortaba su
huida.
(Sr. Luis) -. De verdad te
crees que ibas a ir alguna parte? Volvamos arriba, a tu Tutor no le va a gustar
nada que hayas tratado de escaparte!
Evelyn sentía que su alma se le iba a
caer al suelo en cualquier momento, ahora sí que estaba en problemas de verdad.
En las últimas horas llevaba dos azotainas, y algo le decía en su interior que
esta iba a ser más severa que de costumbre.
Al llegar de nuevo al piso de las
oficinas, el Sr. Luis cogió a Evelyn de la oreja y tirando de ella la llevo
arrastras al despacho, abriendo la puerta e irrumpiendo dentro…
(Sr. López) -. Luis!!! Que es
esta manera de entrar en mi despacho…?
(Sr. Luis) -. Aquí le traigo
a Evelyn, la he sorprendido en el vestíbulo. Por lo visto intentaba escaparse
aunque no desconozco el motivo, pero es fácil de imaginar.
(Sr. López) -. No te retires,
Luis! No resulta difícil saber por qué la muchacha se escapaba, la verdad es
muy fácil de comprender. Y no se lo tendría en cuenta, si no fuese porque iba a
ser castigada por faltarles el respeto en mi propia oficina y su actual puesto
de trabajo. Sabes Evelyn, estos caballeros aunque los puedas odiar por ser los
responsables de tu situación actual, la única responsable de ello eres tú.
Quien tuvo todos esos desmanes con la justicia fuiste tú, no ellos. Además
deberías darles las gracias, ya que si no estás en prisión en estos momentos es
por estos caballeros, y porque un inversor de tu familia paterna a intervenido,
y solucionado tu situación. A cambio,
debes corregir tus malos hábitos. En ese punto es donde entro yo como tu Tutor
personal, siendo el encargado de tu disciplina, así como corregirla como crea
que es más conveniente. .- Mientras hablaba caminaba de un lado a otro de
la oficina, habiéndose parado en uno de los pilares centrales, en donde se
hallaba el armario de los instrumentos, había extraído uno de ellos, al darse
la vuelta y volver hacia el centro de la estancia, lo puso a su espalda para
que no fuera visto por Evelyn hasta el preciso instante.-. Y sabes? En estos momentos lo más conveniente es un correctivo
ejemplar para ti. Este instrumento es el más adecuado para corregirte como es
debido, después de que te haya castigado, se te van a quitar las ganas de hacer
nuevas travesuras.-. Con sus últimas palabras, mostro el instrumento que
llevaba en sus manos. Era un paddle grande de muy feo aspecto, con dos hileras
de agujeros desde el extremo superior, hasta la base en el mango para ser
empleado con firmeza.-. Ha llegado el
momento de arreglar cuentas, has cometido un grave error al intentar escapar.
Pero otro mayor has cometido al faltarles el respeto a estos caballeros, en mi
propia oficina. En qué diablos estabas pensando Evelyn!!! Ven, inclínate sobre
mi mesa y apoya tus brazos en ella, las manos te agarras al borde de la misma.
No será necesario bajarte las bragas, de nada te va a servir llevarlas puestas.
Luis! Póngase usted al otro lado de la mesa, sujete con firmeza las muñecas a
Evelyn.
Evelyn temblorosa se
echó sobre la mesa, siendo sujetadas sus muñecas por el Sr. Luis. Estaba con el
rostro completamente colorado por la vergüenza, pues detrás de ella, sentados
en sus sillas estaban el señor 1 y 2, teniendo de primer plano su trasero
cubierto por sus bragas rosas. Pero lo que la hacía sentirse muy avergonzada,
no era que pudieran verle sus bragas o lo colorado que tenía sus nalgas por las
azotainas de la mañana. Lo que la hacía sentirse roja de la vergüenza, era que
estaba claramente visible el fondillo de sus bragas, y en el color rosa, la humedad
de su entrepierna era muy destacable, daba la impresión de habérsele escapado
la orina en ellas. Su Tutor se puso a su izquierda detrás de ella, y basculando
el brazo hacia atrás, lo impulso con fuerza hacia el trasero de Evelyn. Las
nalgas al impactar el paddle en ellas, resulto como si dos olas del mar se
separasen, pero para Evelyn, resulto algo terriblemente doloroso, haciéndola
menear sus caderas a un lado y a otro varias veces, sus piernas saltaron y las
estiro en todas direcciones posibles, al igual que sobre sus pies se movían como si de golpe se
le abrasaran al tocar el suelo. Fue un castigo severo donde los haya, fueron
veinticinco azotes con el dichoso paddle de agujeros. Al recibir el último, sus
manos fueron liberadas. Pero aunque intento sobarse el culo, desistió de esa
idea del dolor tan intenso que sentía en sus nalgas, que a través de las bragas
no se podía apreciar el estado del culo bajo la prenda, pero por las perneras
de las bragas se vislumbraba las marcas moradas oscuras, al igual que ciertas
pequeñas manchas rojizas que habían aparecido manchando sus bragas, los poros
que la piel forma al ser utilizado un instrumento firme, estos habían
eclosionado y por lo tanto la sangre acumulada en esos poros mancho las
braguitas. Evelyn apenas se podía poner derecha, prefería mantenerse encorvada
hacia adelante, pues así le dolía menos, así se la llevo el Sr. Luis del
despacho hacia fuera, llevándola al servicio directamente.
Como Evelyn apenas se podía mover por sí
sola, el Sr. Luis se quedó con ella en el servicio, le bajo las bragas
sacándoselas por sus pies. Luego la inclino bajo su brazo izquierdo y mojando
una toallita del lavabo en agua fría, se la puso en el trasero, el cual estaba
en un estado penoso. Fue reponiendo toallitas hasta que Evelyn dejo de llorar
al sentir alivio en su culo, así una vez que Luis la vio recuperada, la dejo
sola en el servicio. Salió en busca de unas bragas limpias, tardo unos minutos
en volver con las bragas limpias, pues tuvo que ir al piso de Evelyn a buscarlas.
Al llegar vio que Evelyn seguía ella poniéndose nuevas toallitas húmedas, así
que al llegar, le dejo las bragas sobre el lavabo para que ella se las pusiera.
Minutos después salía del servicio Evelyn, aun llevaba las bragas en la mano,
pues no podía ponérselas ella sola, pues sentía unas punzadas terribles cuando
intentaba agacharse para ponérselas…
(Evelyn) -. Sr. Luis… puede
ayudarme a ponerme las… braguitas…?
(Sr. Luis) -. Claro que si
pequeña! Espero que hayas aprendido la lección de hoy.
El Sr. Luis cogió las
bragas y las abrió por la cinturilla para que Evelyn pasara sus pies, así luego
se las subió hasta las rodillas.
(Sr. Luis) -. Ahora te las
puedes acabar de poner tu misma…
Evelyn cogió el elástico de las braguitas y se
las subió lentamente, hasta subírselas colocándoselas en su lugar, con claros
gestos de dolor, las lágrimas volvieron aflorar de sus pupilas, pues la tela de
algodón de sus bragas resultaba sumamente molesta al tacto con su trasero.
Había pasado como unos treinta minutos,
Luis acompaño de nuevo a Evelyn al despacho, en donde los caballeros de la DDDV
charlaban animadamente con el Tutor de Evelyn.
(Sr. López) -. Ya la tenemos
aquí. Y bien Evelyn, les debes una disculpa a estos caballeros. Verdad?
Evelyn ayudada por el
Sr. Luis, se acercó a la mesa del despacho en donde estaba sentado su Tutor.
Este al tenerla a su lado, no dudo en colocarla sobre sus rodillas boca abajo,
ante un grito desgarrador de Evelyn. La falda tableada se le subió por encima
de su cintura dejando a la vista sus braguitas de algodón, estas, blancas con
dibujos de tréboles de cuatro hojas verdes que resaltaban sobre la blancura de
las bragas. Una tanda de azotes comenzaron a caer sobre el trasero de la joven,
que hicieron brotar las lágrimas de sus pupilas. Nada más fueron una veintena
de azotes sobre sus bragas. el señor López su Tutor la hizo ponerse de pie, y
la acompaño hasta estar delante de su mesa, manteniéndola en volandas bajo su
brazo izquierdo, introdujo sus dedos entre el elástico de la cintura de las
bragas y se las bajo a medio muslo.
(Sr. López) -. Con esta
azotaina aprenderás que no te debes retirar, sin que se te dé, el permiso para
hacerlo. Y tú, Luis. Estas sancionado con un mes sin sueldo, pero seguirás
trabajando, así no te la volverás a llevar sin mi consentimiento a ella o
cualquier otra chica que sea castigada. Bueno… Caballeros! Que les parece el
estado del trasero de la joven? Les compensa el castigo que ha recibido por
faltarles el respeto.
(Señor 1) -. A decir verdad
Sr. López dada su currículo como persona aventajada en el menester de la buena
formación de corrección, no esperábamos menos de usted..- Ambos caballeros
se levantaron de sus sillas, y se acercaron para ver bien el castigado trasero
de Evelyn. -. No está nada mal, podemos
apreciar que la ha castigado como se podía esperar de usted, la verdad. No, nos
ha decepcionado su disciplina… Ahora si nos disculpa nos retiraremos, espero en
un futuro próximo volvernos a ver de nuevo, para supervisar a esta joven
damisela.
(Sr. López) -. Esperen! Aún
no ha acabado esto, este problema ha de quedar zanjado aquí y ahora, de una vez
por siempre…. Evelyn!!! Discúlpate con
los caballeros…
(Evelyn) -. Yo… yo… les pido
perdón a ustedes señores. Les prometo que no volveré a comportarme de esta
manera de nuevo, y… les agradezco que se hayan preocupado por mí, además de
haber solucionado mis problemas, entiendo que por esa razón, deba ser castigada
por un periodo de tiempo, el cual ustedes consideren necesario… dados mis
serios problemas con la justicia… Gracias!!!
(Señor 2) -. Bien joven, por
mí y mi compañero. Ya puedes subirte tus bragas, no tienes por qué seguir
pasando vergüenza por estar desnuda ante nuestra presencia. Con haber presenciado
tu justo castigo, nos damos por satisfechos…
(Sr. López) -. Puede que por
ustedes haya acabado todo, pero no así, para tu Tutor Evelyn!!! Ahora te vas a
colocar en aquel rincón, con las bragas así bajadas por el tiempo que yo
dictamine… cara a la pared, y Luis te va a supervisar que estés en él, hasta
que yo diga que puedes volverá tu trabajo… Yo debo ausentarme Luis. Tengo un
trabajo que hacer en una zona residencial a las afueras de la ciudad.
El Sr. López se apeó
del taxi que le había llevado hasta la dirección. Llamo al timbre de la puerta,
viendo que una joven de unos veinticinco años abría la puerta de la casa,
viendo en la entrada al extraño que llamaba a su puerta. Andando hacia él.
(Elouise) -. Que desea señor?
Buenos días!
(Sr. López) -. Buscaba a una
joven de nombre Elouise Braun.
(Elouise) -. Sí, soy yo
misma.
(Sr. López) -. Podríamos
hablar en un lugar más privado, vengo de parte del DDDV.
El rostro de la joven cambio de semblante
simpático a una cara congestionada y cargada de preocupación. Pues sabía muy
bien que significaban aquellas siglas. La chica vestía unos pantalones cortos
de deporte azul marino muy ajustados,
calcetines blancos y una camiseta de tirantes verde. La chica abrió la
portezuela que delimitaba la valla del jardín que daba a la calle. Caminando
delante de su visitante, se dirigieron hacia la casa entrando dentro, no sin
antes hacer una seña con la cabeza a su vecino, que como de costumbre arreglaba
su jardín, pero a la chica la miro con una mirada fría. Una vez dentro de la
casa…
(Sr. López) -. Me da la
impresión al ver a su vecino, que no están muy contentos con usted Srta.
Elouise.
(Elouise) -. No crea, señor!
No son mala gente, pero más les valdría meterse en sus asuntos y no meter sus
narices en casas ajenas.
Una vez en el interior de la casa, se
sentaron en el sofá.
(Sr. López) -. Bueno joven.
Comprendo que la juventud de hoy día os gusta vivir vuestra vida a vuestra
manera. Pero ser joven, no quita que se os deba pedir cierta educación a
vuestros mayores. No creo que sea de recibo, estar por el jardín en paños
menores, poner la música a todo volumen a ciertas horas de la noche y del día,
hacer fiestas con sus amigos y no demandarles a estos que no hagan escándalo,
pues tiene usted joven, vecinos. Y estos no son responsables de lo que puedan
hacer sus invitados. Por otro lado, cierta educación a la hora de hablar a
estos vecinos, tampoco es pedir demasiado, verdad? Estar por el interior de su vivienda en ropa
interior, nadie se le puede reprochar que lo haga. Pero salir solo en braguitas
al jardín, no creo que sea muy necesario, se puede poner una bata para estar
por fuera de la casa! Tenemos al señor Sánchez
que vive justo enfrente de usted. El cual alega que sus amigos aparcan sus
coches tapando su entrada al garaje, y que varias veces ha venido hablar con
usted sobre el tema, y lo mando a la mierda las ultimas diez veces, hablo
textualmente sus palabras. Tenemos a la señora Sánchez, esposa del anterior. La
cual se cayó fracturándose una pierna al pisar una botella de ginebra arrojada
desde su jardín, por uno de sus invitados… también esta los señores Rodríguez,
los cuales atestiguan que les sorprendió a usted y a su novio haciéndolo en su
jardín. Bueno, esto habría que puntualizar, que al decir su jardín, no se
refieren a tu jardín, si no, al de ellos. Es usted joven, algo despistada. Mira
que no distinguir su propio jardín, e irse al de sus vecinos a tener sexo con
su novio, no es para no tenerlo en cuenta. Los señores Martínez, la casa de al
lado… Se queja que varios de sus amigos, por hacer una gracia les podaron todos
los rosales y plantas, pero en vez de podar correctamente, lo hicieron desde la
base de esas plantas, destrozándolas. Etc… Etc…Por lo tanto sus vecinos han
solicitado los servicios al DDDV. Departamento De Disciplina Voluntaria. Al
parecer Srta. Elouise, usted desea
congraciarse con sus vecinos, y está dispuesta a responder ante ellos teniendo
en cuenta que su demanda y recibir un correctivo en su presencia. Es cierto,
esto? Porque me parece algo insólito…
(Elouise) -. Se… podría…
decir… que… es… así.... No son malas personas, me han visto crecer en este
barrio y incluso me han cuidado cuando solo era una niña, les tengo mucho
aprecio. Se, que lo que hicieron mis amigos no está nada bien, de estar mis
padres viviendo cerca, no me habría podido sentar en varios días. Y todos desde
hace semanas, me retiraron la palabra y no me hablaban. Entiendo que mi
conducta no hay sido la más idónea, de vivir mis padres cerca lo habría
lamentado y créame, si le digo que temo más su castigo, que el castigo que me
pueda administrar el responsable del DDDV ese!!! Jamás me lo hubieran
consentido a pesar de mi edad, sé que ellos no hubieran dudado en arreglarme
como ellos solían decir, cuando me comportaba como una cría. Días atrás trate
de disculparme visitándolos casa por casa, pero ninguno acepto mis disculpas,
sobre todo por dos matrimonios que decían que me había comportado como una niña
mimada y consentida, que tenía que responder por mi mal comportamiento. Esos
dos matrimonios pusieron a todos en mi contra, algo que no he llegado a
comprender a día de hoy, pues ellos no viven en la urbanización, pero sus
esposas son hijas de dos de mis vecinos y por lo visto sus maridos, montaron en
cólera al saber que me iban a perdonar. Alegando que una conducta como la mía,
solamente se podía disculpar siendo castigada estrictamente, y sobre todo, que
mi trasero debía sentir toda su indignación. No es necesario decir, que los
demás estuvieron de acuerdo en que la disciplina era necesaria para afianzar
una buena conducta. Lo demás usted ya lo conoce, me vi con la espalda contra la
pared acorralada, no tuve otra alternativa que aceptar sus condiciones, después
de varios meses que siguieron negándome el saludo, mis padres van a volver en
unos meses, como lleguen a enterarse de mi conducta, no quiero ni pensar en
cómo me iban a castigar, viendo que los vecinos no me perdonaban de ninguna de
las maneras a pesar de mis ruegos, no me quedaba otra alternativa, ya no podía alargar por más tiempo la demora
a este problema. Entiendo que no me va a
gustar nada ser castigada, pero recuperar su confianza y amistad de siempre,
bien vale un rapapolvo. Además prometieron no contárselo a mis padres, me
dieron su palabra de mantener el secreto.
(Sr. López) -. Bien entonces
pasemos a lo estrictamente necesario y formalizar en unos documentos, en los
argumentan que acepta el correctivo voluntariamente. -. Extrajo unos
documentos para firmar, por ella y el resto de los testigos.- Bien, en esta bolsa tiene la
ropa adecuada que debe vestirse con ella, una vez vestida. Nos desplazaremos a
la casa de enfrente, los señores Sánchez. Donde nos esperan todos los vecinos…
sabe que esto conlleva otros correctivos sucesivos, para así asegurar que esta
arrepentida totalmente con los daños morales y físicos que causo su mala
conducta. Que no es solamente una buena
intención de respetar a sus vecinos, si no, que se compromete a aceptar sus
sugerencias, a lo que aconteciese durante el periodo que están pagados los
servicios del DDDV así como obedecerles en lo sucesivo y que esos correctivos serán efectuados en mi
oficina, siempre en presencia de alguno de sus vecinos, o todos ellos. Además
de existir una clausula en el contrato, de que si en un periodo de prueba de
veintidós meses, su comportamiento no fuera el deseado, será citada en nuestras
oficinas para serle aplicado una serie de correctivos. Esta usted Srta. Elouise
de acuerdo en todo y en la cláusula del contrato de veintidós meses?-. El
rostro de la joven se le puso rojo, luego se tornó blanco y por ultimo su tez
de la piel se puso rojo de nuevo de la vergüenza, asintiendo con su cabeza en
sentido afirmativo y poniendo su lubrica en una serie de documentos que el Sr.
López le fue poniendo a su alcance..- Puede ir a cambiarse, dispone de cinco minutos
para ello.
Elouise Braun, se
levantó del sofá. Agarrando de manos del Tutor en disciplina voluntaria el Sr.
López, una bolsa de deporte con la ropa. Elouise, salió de la estancia
instintivamente se llevó su mano derecha a su trasero, acariciándoselo por
encima del ajustado pantalón de deporte, el cual marcaba su hermoso trasero.
Minutos después volvía aparecer vestida con el uniforme, que solían vestir las
chicas que iban a su oficina para ser castigadas. Blusa blanca con un pequeño
corbatín azul marino, falda acampanada tableada amarilla, calcetines blancos
por debajo de las rodillas, unos zapatos negros tipo Merceditas. Elouise salió
de la casa detrás del que iba a ser su nuevo Tutor, durante una pequeña
temporada. Una vez en la calle, Elouise pasó a caminar delante de su Tutor,
como el índico que debía hacer. Su corta falda dejo claramente a la vista, unas
bragas blancas de algodón como dibujos llevaba unos racimos de uva en color
violeta. La joven se había mirado al espejo al estar vestida, y había visto que
la falda no le cubría sus braguitas, por eso al caminar delante del Tutor iba
completamente avergonzada, su rostro compungido, tenía sus mejillas coloradas de la vergüenza. Cruzaron de una acera a la
otra, a la entrada de los señores Sánchez aguardaban veinte personas, alineadas
unas enfrente de las otras, formando un estrecho pasillo, para que la chica
pasara por delante de todos ellos y la vieran como se avergonzaba de la
situación. La chica no había imaginado que tendría que pasar entre ellos, y su
mirada iba fija en el suelo, para no mirarles a sus rostros cargados de indignación
hacia la joven. Ahora se avergonzaba de sí misma al pasar entre ellos, y lo
peor de todo, el motivo que la conducía aquella vivienda, y que su Tutor
disciplinario, caminaba tras ella viéndole aquellas ridículas bragas, que eran
de otra época. La chica paso sin observar los rostros presentes, pero el Sr.
López si lo hizo, mirándolos a cada uno de ellos, pero sobre todo su mirada se
fijó en dos de ellos, justamente eran los más jóvenes de todos, debían de ser
los maridos de dos de las hijas de unos vecinos, que la chica había nombrado
como los que habían convencido a todos sus vecinos, para que esta se viera en
la liturgia de recibir un estricto correctivo. Su mirada se centró en ellos
reconociéndolos de inmediato, eran ni más, ni menos… El señor 1 y el señor 2,
miembros ejecutivos del Departamento De Disciplina Voluntaria. El Sr. López
miro el trasero de la joven Elouise, parándose a mirar aquellas braguitas
blancas de algodón, con aquellos pequeños racimos de uvas de color violeta. La
muchacha iba a desear de todas todas, ser castigada por sus padres cuando
llegaran de viaje, puesto que el correctivo que la esperaba iba a resultar
ejemplar. El estar presentes dos de los miembros ejecutivos del DDDV, el cómo
Tutor encargado de aplicarle el correctivo, no se podía mover con miramientos
hacia la joven, tenía que castigarla de manera y forma, EJEMPLAR…
Entraron en la vivienda, dando la entrada
a un largo recibidor, hasta una y única de las varias puertas que habían y que
resulto ser la única puerta abierta, la cual daba lugar a una amplia estancia,
en la cual habían retirado la mesa a unos de los rincones, para luego colocar
dos hileras de sillas, diez delante y diez detrás, colocadas de forma que entre
una y otra de la primera fila, había un hueco de un palmo y medio, unos
cuarenta centímetros. La segunda hilera estaba colocada dando a ese hueco, con
lo cual todos los asistentes tendrían plena visibilidad, de lo que sucediera en
el centro de la estancia, en donde solamente había una silla en el centro justo
de la sala.
Elouise, al pasar entre aquellas sillas se
detuvo enfrente de la central, pues no sabía dónde debía colocarse, todo
parecía muy ceremonial para ella. Sintió sobre sus hombros las fuertes manos
del que iba a ser su Tutor, ella se estremeció de la cabeza a los pies al
sentir aquel contacto, viendo como el Tutor pasaba por su derecha y tomaba
asiento en aquella silla que ella tenía delante. La mano derecha del Tutor,
asió su mano izquierda y tirando de ella, la hizo colocar a su derecha, preparada
para ser echada sobre su regazo. Puesto que su Tutor planto su mano derecha por
debajo de su falda amarilla tableada, posándola sobre su trasero, por encima de
las bragas de algodón blancas, con aquellos coquetos dibujos de racimos de uvas
violáceos o violetas. Elouise, sintió como su culo se tensó, al sentir por
encima de sus bragas posada, aquella mano enorme en su trasero.
Detrás de ellos, fueron pasando al interior
todos y cada uno de los vecinos, sentándose las señoras en la primera fila, y
los caballeros detrás en la segunda fila. Una vez se hizo el silencio en la
estancia, el Sr. López tomo la palabra…
(Sr. López) -. Señoras!
Señores! Muchacha! No voy hacer que este acto sea un día especial, puesto que
no estamos aquí reunidos para ese fin. Ustedes han recurrido al Departamento De
Disciplina Voluntaria, dicho sin tanta parafernalia al DDDV. Con un fin. Que esta chica de
veinticinco años y por correspondiente mayor de edad, ha aceptado
voluntariamente y sin coacción alguna, a aceptar de buen grado ser disciplinada
como corresponde, a una serie de faltas cometidas contra la comunidad de
vecinos. Debo añadir, que ha sido convenientemente informada de lo que ello va
a suponerle, y que además existe una clausula en la cual, dictamina que durante
un periodo de prueba de su buena voluntad a enmendarse, puede ser requerida a
nuestras oficinas del DDDV, para aplicarle una serie de correctivos por
incumplimiento de dicha cláusula, durante el periodo citado anteriormente de
veintidós meses, les informo a ustedes, Señoras! Y Señores! Que ella ha firmado
dichos documentos y que ya no existe la posibilidad de vuelta atrás. Ella, por
supuesto ha sido informada sobre algunas de las faltas graves cometidas a esta
comunidad de vecinos, pero a pesar de ello, ustedes caballeros deben citar cada
una de las faltas por las cuales, esta chica va a recibir una azotaina en el
día de hoy. Como es menester en la disciplina, es necesario que la culpable,
puesto que ya no resulta para ojos de ninguno de los presentes su
presuntuosidad de inocencia, al haberse ella misma declarado culpable y
reconocer que hizo mal. Señor Sánchez, proceda!
(Sr. Sánchez) -. Si, esta
joven le indique en varias ocasiones, que sus amigos no podían aparcar sus
coches delante de la entrada a mi garaje, con lo que ella… ella… me mando a la
M… en varias ocasiones, esta jovencita podría ser mi nieta a mis ochenta y
cuatro años, asi como los ochenta y uno de mi esposa, la cual se fracturo una
pierna por pisar una botella de alcohol que sus, amigotes lanzaron a mi jardín,
entre otras cosas…
(Sr. López) -. Señor
Rodríguez, proceda!
(Sr. Rodríguez) -. Esta… esta…
esta…
(Sr. López) -. Señor Rodríguez
tranquilícese, no se ponga nervioso. Esta desvergonzada va a ser castigada,
diga lo que tenga que decir sin ponerse nervioso…
(Sr. Rodríguez) -. Yo… yo…
he…visto… muchas cosas en la vida, he vivido… muchos años… a mis noventa y
cinco años… Jamás me he encontrado una sinvergüenza como ella… y no… es que…
este nervioso… Señor… es que soy… tartamudo desde niño… y nunca… se me …
habían… burlado…de semejante … manera, a po…nerse a tener sexo… en mi… jardín…
y solo… para… reírse de mi… tar…ta…mu…dez.
El Sr. López no pudo
escuchar nada más, dado su enfado al escuchar la versión del pobre anciano, se
enfadó de tal manera que decidió poner brasas encendidas en un trasero que tenía muy cerca de él, nunca había escuchado en sus años de spanker,
que una joven pudiera tener tanta maldad, aquella burla era imperdonable. Por lo que su mano apoyada en el trasero de la
joven, bruscamente la empujo hasta
hacerla caer boca abajo sobre sus rodillas, quedando su falda amarilla tableada
como una corona en su cintura, sin
dudarlo un momento, comenzó a darle una sonora
azotaina con la mano empleando su mano derecha a fondo, deseaba hacer
arrepentir aquella endiablada muchacha, los azotes sobre las bragas de la
joven, resonaban por toda la estancia.
La chica con la sorpresa de verse boca abajo sobre las rodillas, se mostraba
incrédula con los primeros azotes que hacían arder sus nalgas, no se esperaba
aquella respuesta por su nuevo y temporal Tutor, sus ojos abiertos como platos,
pestañeaban a cada azote que sentía en su indefenso trasero, pues sus manos
habían quedado atrapadas bajo su cuerpo, por la presión de la mano izquierda
del Tutor, el cual hacia fuerza hacia abajo, para mantenerla bien sujeta y que
no pudiera liberar sus brazos. Sus piernas, estas libres de no estar zafadas,
comenzaban a abrirse y cerrarse arqueando sus piernas como si fuera una rana
intentando nadar en un estanque sin agua. Pronto empezó a teñirse de coloradas
la base de sus nalgas que no cubrían sus bragas, pasando en apenas unos minutos
a un rojo intenso que destacaba sobre manera ante la banda elástica de las
perneras y blancura de sus bragas de
algodón. La azotaina estaba siendo
intensa y prolongada, el calor de su trasero empezó a ser latente, la chica
empezó a sentirse acalorada en su parte baja de su anatomía, comenzando a dar claras
muestras de que estaban los azotes haciendo mella en su entereza, y algunos
“AAAYYYYEEESSS” empezaban a brotar de sus labios, su rostro colorado, así lo
mostraba. Así como los “ayees” de la muchacha que sentía como le dolían en el
alma aquella azotaina inesperada, durante varios minutos estuvo calentando el
culo a la joven, que no hacía más que patalear alocadamente por el intenso
ardor en su culo, pero que se debía saber culpable, pues no derramo una
lagrima, pero sus “ayeees” al sentir cada azote en su culo la hacía
estremecerse de lo que le ardía su trasero. En un momento dado, el Sr. López creyó que por el momento había sido suficiente
calmándose y deteniendo la tormenta de azotes sobre el culo de Elouise. La cual
no tardo en percatarse que había disminuido la presión sobre su espalda,
pudiendo así liberar sus manos, que raudas fueron tele transportadas a su
trasero, sobándoselo con fuerza, lo que hacía ver a los presentes que había
habido efectos muy efectivos con la larga azotaina y sonreían al ver con que
fuerza se sobaba el culo dolorido y muy colorado.
(Sr. López) -. Perdone señor Rodríguez
que le haya interrumpido, pero me ha parecido un acto tan grave que no podía
quedar impune por más tiempo, no te creas Elouise Braun, que ya he acabado
contigo, aún queda escuchar al señor Rodríguez y al resto de vecinos.
(Sra. Rodríguez) -. No se
disculpe joven, si estuviera en mi mano el poder castigarla, ya lo habría hecho
el mismo día que me entere lo que hicieron esta sinvergüenza y el gamberro de
su novio, pero mi inmovilidad en esta silla de ruedas no me permitía cazarla, y
eso que lo intente, pero se reía de una anciana de ciento dos años. Encima
provocándome que no podía pillarla… Se merece una azotaina mucho más severa…
(Sr. López) -. Pero de dónde
demonios ha podido salir una chica como tú, sinvergüenza!!! Es que no tienes ni
pizca de consideración hacia las personas mayores? Ahora sí que vas aprender
modales y luego te disculparas ante esa pobre mujer….- Como por arte de
magia, apareció un cepillo de baño sobre la mano derecha del Sr. López, el cual
llevaba colgando de su cinturón, y nadie había notado que lo llevaba, la
muchacha que seguía sobre sus rodillas echada boca abajo, sintió como los dedos
de su nuevo Tutor se introducían bajo el elástico de la cinturilla de sus bragas,
con la firme intención de bajárselas, pero por extraño que pareciese, no podía
asir la cinturilla de sus bragas, no podía introducir por el interior del
elástico sus dedos….- Maldita
sinvergüenza!!! Será posible!!! Ha cosido el elástico de sus bragas a la falda,
para que no se las pueda bajar, será indeseable!!! Y parecía arrepentida la
mocosa!!! -. De nada sirvió que hubiera cosido sus bragas a la falda, el
Tutor furioso por lo que acababa de descubrir en la osadía de la joven, que con
su mano derecha, arranco de un tirón fuerte la tela de algodón, del ribeteado
de puntilla del elástico de las bragas, que quedo cosido a la falda. Las bragas
bajaron hasta sus tobillos, pues a no tener el elástico se bajaron solas como
cobardes a la lucha. No tardo ni un segundo en levantar el cepillo por encima
de su hombro, impulsándolo con fuerza sobre el trasero desnudo de Elouise, la
cual lanzo un terrible alarido, el pesado cepillo de madera estaba causando sus
efectos requeridos a un buen cepillo, no tardando en sentir otro azote y otro y
otro, no habrían caído unos veinte buenos azotes, sobre la base de sus nalgas,
junto al vértice de sus muslos, algo que la chica acuso de inmediato poniéndose
a llorar como una chiquilla, su culo colorado por la azotaina con la mano, paso
a ser rojizo intenso, sobre todo la base del culo, donde se dice que es la zona
más sensible al dolor. La chica pataleaba alocadamente con sus piernas, no
tenía ninguna voluntad sobre ellas, actuaban por si mismas dado en intenso
ardor y dolor en la base de sus nalgas y inicio de sus muslos, si intentaba
cubrirse con sus manos, entonces el cepillo le daba en sus muslos, por lo que
rápidamente bajaba sus manos intentando alcanzar esas zonas, dejando al
descubierto su oscurecido trasero a aquel rojo muy intenso de su culo. La
chica lloraba desconsolada, solamente sentía dolor mucho dolor en su castigado
trasero. no tardando en rendirse a la azotaina, quedando desmadejada sobre las
rodilla de su Tutor, el cual había disminuido la fuerza empleada en la azotaina,
pasando a ser únicamente sonoros azotes en el culo de la joven, pero aunque
fueran ligeramente administrados los azotes, para ella le parecían igual de
fuertes que al inicio de la azotaina. .-
Bien Señora Rodríguez que le parece? Esta hubiera sido la azotaina que le
hubiera dado usted de haberla atrapado?
(Sra. Rodríguez) -. Desde
luego que sí, joven! Usted sí que veo sabe cómo se le debe tratar a una
desvergonzada como ella!!! Gracias joven por castigarla como se merece!
(Sr. López) -. Bien, gracias
Señora. Viniendo de una dama que ha vivido tanto como usted, es todo un
cumplido! Estoy seguro que en su época, no era necesario recurrir a los
servicios de un Tutor, y que la disciplina estaba a la luz del día… Bien, Señor
Martínez su turno.
(Sr. Martínez) -. Bueno,
después de lo que he escuchado que esta muchacha hizo, con mis vecinos. Lo que
me hicieron a mí y mi esposa no tiene apenas relevancia, si no fuera por el
coste económico. Ya que tuvimos que replantar todo el jardín, dejándonos sin
los ahorros que teníamos guardados, unos 2500€ aproximadamente. Y con el
castigo que hemos visto que ha recibido, es justo.
(Sr. López) -. Bien, si usted
cree que está bien con el castigo recibido. No tengo porque estar en desacuerdo
con usted. Si todos ustedes creen que ha sido un castigo justo el que ha
recibido esta sinvergüenza!!! No soy quien para rebatirles su decisión. Pero jovencita! Hoy es miércoles, la espero sin falta el
lunes por la mañana en mi oficina a las 09,00h. De la mañana, en el caso de
faltar. Tendré una conversación muy interesante con sus señores padres, cuando
lleguen en dos semanas. Puede levantarse de mi regazo…
FIN DEL CAPITULO…
Me gustaria conocer vuestra opinion sobre la historia.
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