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jueves, julio 09, 2015

DISCIPLINA EN LA UNIVERSIDAD Capitulo 2



                                                                            Capitulo 2

dislocaran el cuello al girar la cabeza. Las piernas enfundadas en unos pantis color carne, en sus pies unas zapatillas blancas de marca. Bajaba las escaleras cuando vio a John Lewiston que accedía al portal del edificio.
(John)-.      Buenos días, ¿Sonia vas a alguna parte?
(Sonia)-.     Hola. Sí que has madrugado hoy John. ¿Que se te ha perdido por mi casa? Pues sí. Iba a salir a hacer un poco de footing. ¿Te importa?
(John)-.      Ya veo que sigues enfadada conmigo! Pero no pude hacer nada por castigar a esas dos alumnas, ya se, que en los videos de las cámaras de seguridad, se demostraba que tenías toda la razón. Pero los padres no aceptaron que se les administrase sanción disciplinaria alguna. Ese fue al arreglo que pude llegar con ellos para que no te denunciaran, podrías agradecérmelo al menos, y no mostrarte tan arisca conmigo después de todo lo que he tenido que hacer, para que la junta de socios aceptase que eras una estudiante en prácticas para tu doctorado en química… Y no, la profesora Sonia Adams que imparte química en la universidad.
(Sonia)-.     Si claro, debo agradecerte que lleve un mes con el alma en vilo, y con los nervios destrozados por la tensión, de estar en lista de espera para que me calienten el culo como a una niña!, como a una vulgar alumna que ha quemado la taquilla de la profesora de gimnasia, que no pueda pegar ojo ninguna noche y además debo darte las gracias…! Es indignante que a mis treinta y dos años me vea así, con un nudo en el estómago y mariposas revoloteando, como cuando tenía catorce años.
(John)-.      Y que le pegaste fuego a la taquilla de tu profesora de gimnasia!!! Recuerdo como te perseguía la Sra. Remington con una vara dándote azotes, mientras tu corrías a todo correr para escapar y fuiste a toparte con un profesor nuevo de Historia, acabando los dos rodando por el suelo y recibiste unos muy merecidos azotes de la Sra. Remington, mientras yo te sujetaba para que no escaparas a tu castigo. Luego aquel asunto acabo a oídas del director y recibiste un castigo a un mayor en su despacho… ¿También me vas a culpar de eso a mí?
(Sonia)-.     Y ya que hablas de eso. ¿ A qué diablos has venido a estas horas a mi casa?
(John)-.      Vengo en visita oficial de la universidad, la junta de socios se reúne en una hora para dictar su decisión sobre tu caso… Debes de acompañarme, lamento no haber podido avisarte con más antelación, pero esta mañana tenía sobre mi mesa la orden del día, con dicha notificación y he tenido que venir inmediatamente a buscarte y conducirte a la sala de juntas. .- la pobre no esperaba esa noticia, pero al ver al Decano en su portal, imagino que algo no muy bueno estaba por llegar. Le pareció como si dos avispas acabaran de picarle en sus nalgas, llevándose ambas manos a ellas frotándoselas como una autómata, como si le dolieran realmente esos picotazos-. Toma Sonia, en esta bolsa te traigo el uniforme de las estudiantes en prácticas, ya sabes que debería haberte exigido que pidieras uno, pero te permití que no lo llevases y que utilizases tu vestuario normal, como cualquier otra profesora o profesor. Pero la junta no ha aceptaría que te presentases con ropa normal. Tenemos poco tiempo. Años atrás sucedieron un par de casos parecidos, y tú estabas en la sala, por lo tanto sabes muy bien cómo funciona el reglamento. En cuanto la junta de su veredicto, si aceptan mis ruegos porque te acepten como estudiante en prácticas, la resolución será inmediata ante todos los socios, así como los padres de las chicas. Toma sube y cámbiate, te espero en el coche para llevarte.
… Sonia, subía las escaleras con lentitud, mientras desde el rellano el Decano la observaba como ascendía. Portando la bolsa en su mano izquierda, con la derecha se acariciaba la nalga derecha, el solo pensar en lo que en poco tiempo la esperaba, la hizo detenerse y mirar hacia abajo, hacia el portal en donde John la esperaba. Le daban ganas de echar a correr desapareciendo una larga temporada hasta que la situación se hubiera calmado, pero pensando en su futuro, en como seria. La hizo girarse hacia la puerta y con un estremecimiento, saco sus llaves y abrió la puerta de su casa.   Ya en su habitación, abrió la maleta sacando de ella el uniforme dejándolo sobre la cama, una falda tableada color gris, una blusa blanca de manga larga, un pequeño corbatín de color azul marino, un jersey sin mangas tipo chaleco color verde, con el anagrama logotipo de la universidad a la altura del pecho izquierdo, calcetines blancos a media pierna, y tres prendas interiores diferentes para elegir, las clásicas bragas de algodón  blancas de cintura alta, otras bragas iguales pero con dibujos de unos racimos de uvas azules, y unas ultimas verdes esmeralda, y unos zapatos  tipo Merceditas negras sin apenas tacón.  Se quedó totalmente desnuda y observando su próximo vestuario, empezó a vestirse con un sujetador blanco que saco de un cajón de la cómoda, era la única prenda que no había en la maleta, dedujo que el Decano por muy inteligente que pudiera ser, no sabría la talla de esa prenda que usaba Sonia.  En un gesto de rebeldía si se podía permitir uno, eligió las bragas con los racimos de uvas, igual por unos segundos seria ella quien haría que la mirasen como una jovencita, y no como la mujer de unos años más, conseguir que fueran menos duros en su castigo, se las fue subiendo por sus piernas hasta ajustarlas a su cintura, e introduciendo los dedos por la perneras de la prenda, la ajusto el elástico nalgas y así cubriendo su hermoso trasero, se sentó sobre la cama enfundándose los calcetines blancos que quedaban justo por debajo de las rodillas, luego se puso la blusa blanca, abotonando sus botones, así como los de la bocamanga. Siguió con la falda que al ser abierta, se  la coloco de manera lateral, y abotonando los tres botones que llevaba en la cadera izquierda y luego otros tres botones mas en su cadera derecha, siguió con un lazo azul marino a modo de corbatín, para por ultimo ponerse el chaleco. Y se calzo los zapatos.  Observándose en el espejo se acabó de arreglar peinándose el cabello con un cepillo de madera, y mirándose fijamente suspiro saliendo de su habitación.
    Bajaba las escaleras mientras su falda de vuelo se balanceaba saliendo a la calle, enfrente estaba aparcado un Audi  6 vehículo de gama alta, en el interior le esperaba John. Abrió la puerta trasera y subió atrás, no deseaba verle la cara. El motor arranco alcanzando una velocidad apropiada a la ciudad, en apenas veinte minutos aparcaba John en su plaza  de aparcamiento en la universidad, bajaron del vehículo sin mediar palabra alguna, Sonia caminaba tras él.
    Entraron por la puerta de entrada a las oficinas, por una puerta lateral para que las alumnas no les vieran entrar e imaginaran para que su profesora fuera vestida con el uniforme de estudiantes en prácticas, ya que se rumoreaba por toda la universidad que iba a tener un severo correctivo  como castigo.
(John)-.       Date prisa Sonia nos están esperando y llegamos diez minutos tarde, apresúrate!!
(Sonia)-.     Ya… voy…
      El conserje estaba esperando para abrirles la puerta de la sala de juntas, no sin quedarse mirando a Sonia con su atuendo, parecía una colegiala traviesa a la que acompañaba al Decano a su despacho, para disciplinarla. Y así era, al fin y al cabo, era lo que iba a suceder en el interior,  pero no en su despacho.
     Traspasando el umbral de la puerta entrando en primer lugar el Decano Lewiston y detrás de él iba Sonia como a unos dos metros, nada más entrar en la sala sus pies se quedaron como clavados en el suelo.
        Había asistido a dos de esas juntas de socios, por dos casos de estudiantes en prácticas, ellas apenas tenías veinticuatro o veinticinco años y estaban acabando su carrera, no dejaban ser unas chicas que acababan de dejar de ser adolescentes, para convertirse en mujeres. Y había visto como se desmoronaban al traspasar aquella puerta, ella durante el trayecto le habían venido a la mente esos duros momentos, los había vivido desde el lugar destinado a los profesores, y estaba en la última fila de atrás, nadie podía ver como ella cerraba los ojos al verlas entrar en la sala, las chicas se habían quedado en el umbral de la puerta, y el profesor que las conducía, había tenido que agarrarlas de la mano y tirar de ellas para conducirlas al centro de la sala, en donde se hallaba la mesa de los accionistas , sus casos habían sido estudiados por la junta de socios debida a la seriedad, así como la gravedad del caso.
    Habían sido situaciones diferentes, ya que entre el caso de cada chica habría transcurrido unos cuatro años, entre uno y otro. Pero a ella en el trayecto que iba en el asiento trasero del vehículo de John, le habían venido a la mente como si hubiesen sucedido hacia poco.
     Y ella ahora se encontraba en el umbral de la puerta, y sus pies se habían quedado como clavados al traspasar aquella puerta. Nada más entrar pudo ver las caras serias de los padres de las chicas que estaban sentados en primera fila, esa situación ya la había imaginado que debería enfrentarse a sus miradas, sabía que sería una situación nada agradable, pero no fue eso lo que la hizo pararse, se había prometido así misma que ella no haría lo mismo que aquellas dos estudiantes,  pero nada más mirar hacia donde estaban los padres de las chicas, sus mejillas se habían ruborizado y le ardían de vergüenza.
(John)-.      Sonia que ocurre, no montes una escena ahora-. Se lo dijo susurrando a su oído, al ver que se había detenido, se acercó a ella.- vamos Sonia.
(Sonia)-.     Que hacen ellas aquí, John?-.en apenas un murmullo.- porque?
(John)-.       No te lo quise decir para que no te preocuparas, sabía que no te iba a gustar. Pero la Junta las ha requerido que se presentaran. Vamos! No me montes un espectáculo ahora, he tenido que apretar muchas teclas para conseguir que no te expulsaran. -. La agarro de la mano y la hizo caminar hacia el lugar que debía ocupar.- camina. 
        No se lo hizo repetir, y con la mirada baja se dejó conducir por John. Ella esperaba encontrar un potro de gimnasia como con una de las chicas, o una mesa donde inclinarse para ser castigada por la vara, algo habitual para esos castigos. Pero la extraño sobre manera, al ver una silla alta y con respaldo muy alto, John la situó a la derecha de la silla y él se colocó a su derecha.
         Minutos después, accedían los miembros de la Junta de socios por una puerta lateral, que daba directamente detrás de la mesa donde debían presidir el acto. El portavoz fue el  que tomo la palabra.
(Portavoz)-.          Señoras, señores, profesores y profesoras, demás personas aquí reunidas. Miembros de la junta… Estamos aquí en reunión oficial para resolver un conflicto muy desagradable para todos nosotros, pues es un hecho que jamás había ocurrido en esta universidad. Los jóvenes de hoy en día no saben valorar el daño irreparable que pueden acontecer, que hechos como el que nos ocupa, tengamos que pasar por la vergüenza y humillación de que una universidad como Lewiston, salga en los medios de comunicación de todo el estado, televisión, periódicos, revistas, etc… además del escándalo, hemos tenido que soportar a todos estos medios durante todos estos días, detrás de la noticia. Una profesora de esta universidad agrede en público a dos alumnas. Sencillamente intolerable…!!!
     La junta de accionistas después de estudiar el caso detenidamente, de la profesora Sonia Adams. Profesora de este centro universitario en Química, y actualmente estudiante en prácticas con el fin de acabar su Master en Química.
  Alumna Sonia Adams!!   Avance usted hasta esta mesa para escuchar lo que esta Junta de accionistas ha decidido, después de deliberar que decisión debemos tomar al respecto.

      El Decano como persona que avala a Sonia, la cogió de la mano derecha y la condujo hacia la mesa de los miembros de la junta. Sonia era la primera vez que levantase la mirada, en el centro de la sala estaban los padres de las alumnas, a su derecha había una mesa en donde una mujer joven de unos veinticinco años escribía a ordenador, todo lo que acontecía en la sala. Detrás estaban las sillas de demás profesores/as de la universidad citados como testigos de la Junta, a la izquierda en una mesa alargada que llegaba al fondo e haciendo curva a la derecha, acababa casi a la pared. En la mesa habían sentados detrás de ella, los miembros de la Junta, seis hombres de edades comprendidas entre los cincuenta y cinco años y los sesenta años y cinco señoras de edades similares, en cuyo centro había una silla que resaltaba de las demás y la ocupaba una señora de setenta años, la presidenta. John condujo a Sonia justo al centro de dicha mesa, en donde la mesa tenía un ángulo de noventa grados, y en donde estaba sentado el portavoz de la mesa.
(Portavoz)-.          Alumna señorita Sonia Adams…
(Sonia)-.               Señor, perdone que le contradiga. Pero soy Profesora y no alum..
(Portavoz)-.          Haga el favor de guardar silencio y no volver a hablar sin autorización…!!!
(Presidenta)-.          Decano John Lewiston, esta es la conducta que debemos tolerar de esta descarada? Usted como su avalador que es,  no piensa en corregir esa conducta de manera inmediata!!!
(John)-.                Perdón Señora!!! No volverá a ocurrir.-

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