EL CASO DE
LAS AMAPOLAS Capitulo
9
A primera hora
de la tarde se había convocado una rueda de prensa en la sala Winston, en los
juzgados de la ciudad, los asesores del Fiscal General aguardaban su aparición,
mientras el portavoz de la fiscalía trataba de tranquilizar a los periodistas.
La sala Winston estaba situada en la planta baja del emblemático edificio,
construido a finales del mil ochocientos setenta y cinco, cuando el senador por
la provincia hizo reconstruir el edificio, ambientando la sala en la antigua
Roma, con columnas de mármol traído de
las canteras de Carrara expresamente, la sala se tardó cinco años en terminarse,
siendo adornada con bustos de los últimos emperadores romanos antes de cristo. Silvia Montero la secretaria personal del
Fiscal, trataba de calmar a los enviados de la prensa, ya que estos la
atosigaban a ella por su juventud e inexperiencia, sin tener mucho éxito los
enviados de los periódicos y noticiarios
de la ciudad. Aunque los periodistas del sexo masculino se la comían con los
ojos, pues aunque Silvia Montero parecía una chiquilla a sus diecinueve años,
su metro cincuenta de estatura y su esbelto cuerpo era admirado, más bien se la comían con
sus miradas, vestida con una sencilla blusa blanca, con un conjunto de
chaquetilla azul marino y una falda ondulada del mismo tono de color, que no
ocultaba sus hermosos muslos, teniendo que estar pendiente cuando abrían alguna
puerta y la corriente le levantara su falda, mostrando sin querer su ropa
interior, resaltando su precioso cabello
moreno liso que le colgaba más abajo de
los hombros, con su maquillaje con sombra de los parpados de sus ojos de
azul cielo tenue, haciendo resaltar sus bonitos ojos verdes. Aunque como secretaria era muy profesional,
en su mirada se veía la inocencia de su juventud con un rostro
angelical.
(Silvia Montero) -. Por
favor señores y señoras… tengan un poco de paciencia en seguida estará con
ustedes el Sr. Fiscal General de la ciudad, y sus invitados a la rueda de
prensa, para responder a sus preguntas, tengan calma…Por favor…
(Periodista 1) -.
Srta. Silvia cree usted que acabara el Fiscal con la corrupción? Y
lograra detener a los culpables?
(Silvia Montero) -. A
ver señor yo no puedo responderle a esa pregunta…
(Periodista 1) -. Pero… como secretaria debe haber escuchado
que piensa hacer, verdad?
(Silvia Montero) -. Le recuerdo que no puedo hablar sobre
ello…
(Periodista 1) -. Si…Si… pero tendrá su opinión, verdad?
(Periodista 2) -. No nos diga usted que ignora cómo está la
ciudad?
(Periodista 3) -. Srta. Por favor… para noticias 2… Que cree
que se debería hacer con la corrupción y desaparición de chicas de su
edad? Algo debe opinar como mujer…
Los
impacientes periodistas no cesaban en sus preguntas, y la joven secretaria se
veía desbordada por peticiones que le llovían de todas partes, poniéndose cada
vez más nerviosa, aunque trataba de serenarse, se la estaban comiendo los
periodistas con su picardía al enfocar y hacerle preguntas a ella sobre que
pensaba al respecto, buscando una declaración que diera una primicia de noticia
para publicar o emitir en los noticiarios, sin importarles meter en serios
problemas a la joven.
(Periodista 2) -. Díganos qué piensa usted? Cree que la
corrupción está llegando a su fin? Las chicas van aparecer? Qué opina de la
seguridad ciudadana? Tenemos suficientes policías? Que sabemos de ese departamento nuevo de
investigación? Cuanto presupuesto tiene la ciudad para mantener el orden? Piensa que subirán los impuestos a los
ciudadanos?
La joven ya no sabía que hacer o que decir, le llovían
preguntas desde todos los ángulos de la sala, miraba hacia el portavoz a ver si
la ayudaba, pero la ignoraba por completo, era como si no estuviera él en la
sala, pero debía como fuera lograr calmar los ánimos. La rueda de prensa se
había retrasado por la no comparecencia del Fiscal, y sus instrucciones dadas
por el propio Fiscal era que calmara a los periodistas. Ella por haber estado presente en alguna de
las reuniones, había escuchado algo, y como estaba desbordada y derrotada, y la picardía de la prensa al final consiguió
su objetivo y ella acabo por caer en sus redes acabando por hablar sobre temas
que no debería de haber mencionado.
(Silvia Montero) -. No creo que se suban los impuestos, la
ciudad es consciente que son necesarios, pero no creo que se vayan a subir… Por
favor señores… de la seguridad ciudadana… nuestra ciudad tiene policía muy
eficiente y no creo que sea necesario aumentar la dotación de policías. A ver
señores… tengan calma… Ah! La corrupción… eso es algo que nuestra policía está
fuera de dudas de que es leal a la ley… Señoras… Calma… Las chicas? La policía
está haciendo las pesquisas pertinentes, pronto se dará con ellas y los
culpables…
Los periodistas de más edad se reían mirándola, sabían
que las respuestas que había dado la iban a meter en serios problemas, pues
ellos al ser de la prensa escrita de más tirada de periódicos, tenían las
respuestas ya facilitadas con anterioridad, sabiendo perfectamente en los
problemas que iban a meter a la joven, sobre todo los periodistas del principal
periódico de la ciudad del cual dirigía el Sr. Thomas Miller.
(Silvia Montero) -. Señores… señoras… me dicen que ya ha
llegado el Fiscal y sus invitados, en breve comenzarán la rueda de prensa.
En esos momentos entraban en la sala el Sr. Fiscal,
seguido por la Sra. alcaldesa, Sr. Thomas Miller, Sr. Clark Miller y tras ellos
el equipo de seguridad. Los invitados
tomaron asiento en sus lugares tras el estrado del conferenciante, y el Sr.
Fiscal con una carpeta llena de papeles se ubicó para comenzar la rueda de
prensa de la fiscalía.
(Sr. Fiscal
General) -. Buenas tardes a todos… Disculpas por la
demora, pero estábamos almorzando y ultimando los detalles con la Sra.
alcaldesa sobre los presupuestos, y los puntos más importantes requeridos y que
ustedes esperan poder publicar en sus respectivos periódicos y
noticiarios… El primer punto a esclarecerles
es: el tema de los impuestos, lamentándolo mucho y después de días de
negociaciones hemos llegado a un acuerdo, se van a subir un 5%. Sabemos que
esto no se esperaba, pero es imposible para salvaguardar los presupuestos el
subirlos, para así poder asegurar la seguridad ciudadana, aumentando la policía
en ochocientos nuevos agentes de policía.
También deseábamos poder crear un departamento de investigación
criminal, para poder acabar con esas desapariciones de chicas. Como no es posible para una ciudad como la
nuestra, tener un departamento exclusivo, con la alcaldesa llegamos al acuerdo
de contratar a profesionales, para así
investigar de forma eficaz, por ello hemos contratado a la Agencia de
detectives Miller, ADMSA esta empresa se ha estado encargando de la
investigación, con resultados muy positivos, ya que habían desaparecidas diez
chicas, y de estas han podido localizar a ocho, el hecho que no constase su
paradero es que no están registradas, en el censo de la ciudad, pero si constan
en el registro civil laboral, el buscar en esos archivos ha sido arduo pero con
resultado positivo, reduciendo las chicas desaparecidas a tan solo dos, que
como saben nos reservamos el declarar sus nombres, por su propia seguridad y
que sus secuestradores o quien las retenga no conozcan que las buscamos. La corrupción de nuestra ciudad es otro punto
de referencia importante, debiendo comunicar que hemos detenido a veintiséis
altos cargos municipales, así como otros cincuenta detenciones en el ámbito
privado, de los cargos municipales diez son policías corruptos, más dos
oficiales que los dirigían. Por lo tanto la lucha contra la corrupción es
positiva. Debemos agradecer a nuestro
buen colaborador el Sr. Clark Miller, gracias a sus detectives a sido posible
la detención de los policías corruptos, que desde hace meses sabíamos que los
teníamos en nuestra propia policía, siendo una vergüenza para la ciudad. Ahora responderé a sus preguntas con sumo
gusto…
(Periodista 1) -. Buenas tardes Sr. Fiscal. Soy de la
revista Noticias Ciudad, que tiene que decir de las declaraciones de su
secretaria. Ella nos ha confirmado que
no se iban a subir los impuestos, y resulta que nos van a subir el 5%, que
puede decirnos?
El Fiscal miro a Silvia su secretaria que estaba en la esquina tomando notas, sobre lo que la
rueda de prensa, al escuchar que hablaban de ella dejo de escribir mirando al
Sr. Fiscal, este la fulmino con la mirada.
(Sr. Fiscal
General) -. Usted es de… Noticias Ciudad, verdad? Su
revista está considerada una de las más vendidas de esta ciudad, y para mí es
un gran honor que hayan periodistas de una valía como la de ustedes, esta
ciudad se siente muy honrada al tener una revista como la suya. Otra pregunta?
(Periodista 3) -. Buenas tardes Sr. Fiscal general. Soy del
periódico de la ciudad y como editor jefe al Sr. Thomas Miller. Su secretaria nos ha hablado que no había
porque preocuparse, que no había corrupción policial, y nos acaba de declarar usted
lo contrario, así como detenciones de corruptos, nos puede aclarar esa noticia?
Su secretaria es cómplice de los corruptos al habernos negado su
existencia? Ella ha desmentido que
hubiera corrupción policial? Que puede decirnos?
El Fiscal volvió a mirar a su secretaria con una cara que
todos pudieron ver, y Silvia deseo en ese instante que se la tragase la tierra,
pues su jefe la fulminaba con la mirada, sabiendo que aquello no iba a tener un
final feliz, con su mano derecha se tallaba el trasero de su falda, pues sentía
como si ya lo sintiera picarle, el Sr. fiscal ya la había dado alguna azotaina
sobre sus rodillas sin bajarle sus bragas, pero algo le decía a su
subconsciente que esa tarde se las iba a bajar.
(Sr. Fiscal
General) -. El periódico en el cual usted como periodista
es el comunicador de noticias, este juzgado le agradece que hagan un trabajo
excelente, siendo muy elaborada su columna, sus aportes son seguidos de cerca
por la fiscalía, sintiéndonos muy halagados de sus artículos, gracias. Otra pregunta por favor…
(Periodista 2) -.
Buenas tardes Sr. Fiscal general.
Soy del noticiero televisión de la ciudad, usted ha comentado que han
encontrado a ocho de las chicas, eso es una gran noticia para tranquilizar a
los ciudadanos de esta ciudad, pero… Nos resulta extraño a nuestro noticiario,
que su secretaria no esté informada y nos de noticias que no son ciertas, por
no decir falsas, por lo que decía un compañero, esas declaraciones dan a
entender que ha tratado de ocultar hechos confirmados por usted, creo que
debería usted aclararnos esos puntos, pues se podría sospechar que su
secretaria o es una incauta, o es cómplice de la desaparición de esas chicas…
cree que nos está ocultando información?
(Sr. Fiscal
General) -. Su canal televisivo es uno
de los más vistos en la ciudad, usted como profesional tengo muy claro que dará
las noticias sobre mi declaración, en esta rueda de prensa. No dando valor a
rumores infundados que puedan correr por las calles, su noticiario debe
informar dando la noticia y lo que es noticia, no dando interés a esos rumores
que nada aportan a su noticiario… Buenas tardes, señores… y… señoras! Las preguntas se han terminado por hoy.
El Sr. Fiscal General se retiró hacia su izquierda
caminando a buen paso hacia el rincón, donde se encontraba la puerta que daba a
las dependencias de la fiscalía, por la cual desapareció rápidamente seguido de
cerca por su equipo de seguridad. Detrás
de ellos salían los invitados, la última en salir, fue la Sra. Alcaldesa que se detuvo esperando
a la secretaria personal del Fiscal. Al
tenerla a su lado la agarro de la mano de malas maneras, tirando de la mano
hacia las dependencias, del tirón brusco se le levanto la falda a la secretaria
mostrando sus braguitas blancas, aunque con la mano derecha se aplano la falda
cubriendo sus braguitas, aunque todos los periodistas cercanos a esa esquina se
las pudieron ver claramente, como la forma brusca que la Sra. Alcaldesa se la
llevo. Nada más hubieron traspasado la puerta y esta fuese cerrada, la Sra.
Alcaldesa se la llevo a tirones hacia unos sofás, en los cuales tomo asiento en
el central de los tres tresillos que tenía el sofá, tirando con brusquedad a
Silvia sobre sus rodillas poniéndola
boca abajo, levantándole la corta y
ondulada falda azul marino, empezando a darle a la joven una sonora azotaina
sobre sus bragas blancas, fueron unos treinta azotes rápidos, y cuando cesaron,
la empujo cayendo la secretaria al suelo de rodillas y sobándose el culo. La
Sra. Alcaldesa se levantó poniéndose en pie, y arreglándose la falda
desapareció por un pasillo adyacente maldiciendo
a gritos, como se había atrevido a hablar de lo que no sabía la chica…
Silvia Montero
se quedó en el vestíbulo de las dependencias sola sobándose el trasero, mirando
hacia todos los lados hacia la gente que había visto como recibía la azotaina, en parte no comprendía la reacción de la Sra.
Alcaldesa, aunque si sabía que estaba en serios problemas, pues no tardaría en ser llamada al despacho
del jefe, el Sr. Fiscal General, y que la esperaba un castigo seguro. Por ese motivo fue hacia el pasillo que había
desaparecido la Sra. Alcaldesa dirigiéndose hacia el fondo del mismo, donde
había una pequeña estancia que daba a la puerta del despacho del Fiscal, y
junto a ella estaba ubicada la mesa de secretaría, su puesto de trabajo.
Mientras
Silvia ordenaba unos documentos nerviosa, dentro del despacho del Fiscal
General se encontraban Thomas Miller, Clark Miller, la Sra. Alcaldesa, y el
propio Sr. Fiscal sentado en su despacho, mientras los caballeros y la dama,
andaban de un lado a otro como palomas enjauladas maldiciendo continuamente.
(Sra. Alcaldesa) -. Pero donde se ha visto semejante
desvergonzada!!! Nos ha dejado como
trapos sucios ante toda la prensa!!! Es que no sabes cómo debes enseñar a tu
secretaria a tener la boca cerrada!!! Solo nos faltaba que informara de los ingresos
que tenemos, gracias a esos impuestos inflados, a propósito para nosotros. Es
el colmo que una muchacha pueda ser tan imbécil y tonta!!! Y tu… hablando de los temas que nos abarcan,
cuando esa mocosa había hablado a espaldas nuestras!!! Pero ya la he arreglado
yo, le he puesto el culo como se merece a esa desvergonzada!!!
(Sr. Clark Miller) -. A
ver Victoria! Serénate no es para tanto, la chica ha metido la pata desde
luego, pero nuestro Fiscal ha sabido poner en su lugar a los periodistas,
aludiendo a sus preguntas, saben que cuando no damos explicaciones a sus
preguntas, es porque no deben publicar nada al respecto, por ello les
incentivamos en sus trabajos con una buena cantidad económica, para que sepan
cómo deben interpretar y dar las noticias que luego les pasaremos, tener la
prensa comprada es una de las mejores decisiones que tomamos en su día. Es el
dinero mejor invertido que tenemos.
(Sr. Thomas Miller) -. No debemos preocuparnos por nada. Charlton
ya debe de estar a punto de llegar para hacerse cargo de ella, le he llamado
apenas el Fiscal me lo ha pedido y a ti Victoria aunque seas la amante de
nuestro Sr. Fiscal, más te vale que te guardes ese mal genio, o haremos que
Charlton se ocupe también de ti!!!
(Sr. Fiscal
General) -. Basta ya!!! Victoria!!! Se acabó la discusión y ten por
seguro que esto no va a quedar así!!!
Como has podido perder la compostura y darle una azotaina a mi
secretaria? Tú no tienes ninguna autoridad para hacer tal cosa, y ahora mismo
ese tema o queda zanjado, o antes de llamar a Silvia, Charlton se va ocupar de
ti misma!!! Te he avisado en muchas
ocasiones que no me gusta que pierdas el control de esa forma!!! Decide
rápido!!!
(Sra. Alcaldesa) -. Está visto que con vosotros no se puede
hablar, me voy antes de que hable más de la cuenta de lo que pienso de
vosotros… Adiós señores!!!
Se encamino hacia la puerta saliendo con rapidez, no
deseaba estar presente cuando llegara el Sr. Charlton, ya la habían amenazado
varias veces con darle su merecido, y no le hacia ninguna gracia que la
calentaran el trasero…
(Sr. Fiscal
General) -. Habéis visto con qué rapidez
se escabulle? Pero un día de estos no se
va a librar de una buena zurra. Ese
trasero hace enloquecer a cualquier hombre, y por ganas no serán…
(Sr. Thomas Miller) -. Eso tiene fácil solución, llama a
seguridad y que la retengan en la puerta y que Charlton se ocupe de ella.
(Sr. Fiscal
General) -. Sí. Sería una fácil solución
desde luego, pero quien le dice después a su marido porque su esposa tiene el
culo morado…
(Sr. Clark Miller) -. Ese petimetre del banco no le gustaría
nada, pero cualquier día de estos va a dejar viuda a su esposa, está todo bien
encaminado para mandarle hacer un último viaje sin retorno. Lo hemos probado todo, y no se deja comprar,
además necesitamos ese banco para blanquear nuestro dinero, al igual que hacen
otros bancos, pero este nos daría mejores beneficios y en cantidades
mayores. Pero es duro de pelar el abuelo
de las narices!!! Y encima se casa con una mujer a la cual es incapaz de
complacer y que podría ser su nieta!
(Sr. Thomas Miller) -. Se
les podría dar el trabajo a los hombres que tenemos en la frontera, esos son
tipos duros de verdad, siempre nos han cumplido muy bien, y nos librarían de
ese viejo banquero.
(Sr. Clark Miller) -. No…Nooo.
Ni hablar de eso. Ese banquero es
demasiado importante, si tuviéramos a sus familiares con nosotros sí, pero si
el viejo desaparece, entonces ocuparían el puesto uno de sus sobrinos, es
necesario antes de nada ingresar una buena cantidad, y que con su desaparición
accidental esa cantidad quedara blanqueada, al tener el heredero que justificar
el dinero del banco, nuestros abogados están ingresando cantidades pequeñas,
dentro de unos meses podremos dar el golpe final, pero tiene que ser un infarto
o algo similar que se pueda declarar como muerte natural. De otro modo podrían levantar sospechas, y
aunque no tuvieran pruebas, quedaríamos en entredicho, y eso no nos interesa
para nada. Todos nuestros negocios están
a la luz del día como saneados, no podríamos arriesgarnos a un asunto turbio y
que diéramos luz verde a ser investigados.
Más vale cien pájaros en mano, que cientos volando… Por otro lado nuestros abogados están
buscando trapos sucios de alguno de los herederos, para tenerlos en nuestras
manos, mis investigadores han dado con algo del mayor de sus sobrinos, pronto
lo tendremos comiendo en nuestra mano.
(Sr. Thomas Miller) -. No
siempre podemos utilizar a comadrejas como la Sra. Henderson, para crear falsas
pistas con casos disparatados, al dar pistas de los negocios que tenemos de las
chicas, arriesgamos demasiado exponiendo esas falsas desapariciones. Tuvimos suerte con tus hijas, sobre todo
Marie que es un torbellino y actúa siempre sin pensar, pero eso podría habernos
costado muy caro, al ponerlas nosotros sobre la pista. Ahora las mantenemos ocupadas con sus
travesuras, pero llegara el día que aprenderán a cómo deben comportarse y dejaran
de darnos motivos para castigarlas, en cuanto sus cerebros puedan pensar,
debemos tener a esas dos chicas que nos faltan encarriladas, debemos crearles
esa identificación falsa rápido.
(Sr. Fiscal
General) -. Bueno muy a las malas las tenemos en el
sótano del hospital, siempre las podemos hacer desaparecer como siempre, por
suerte esta es una ciudad prospera, y hace falta argamasa para los cimientos de
edificios nuevos, siempre podemos utilizar los viejos métodos.
(Sr. Clark Miller) -.
Así…? Y que hacemos con nuestros
socios, me lo quieres explicar pedazo de atún!!! Si no les proporcionamos esas
dos chicas, seremos nosotros los que seamos la argamasa de un complejo de
hoteles. Si los eliminamos provocaríamos
una guerra en las calles, con muertos en cada esquina como hace unos años, no
recuerdas a los trescientos muertos que hubieron en ambos bandos? Hizo falta un milagro para lograr una tregua
y tardamos meses en lograr una paz que nos interesara a todos. Si no vas a utilizar ese cerebro de serrín,
es mejor que estés callado!!! En boca
cerrada, no entran moscas!!!
En esos
momentos al escuchar que alguien llamaba a la puerta, guardaron silencio hasta
que el Fiscal General autorizo la entrada a quien había golpeado la
puerta. Entrando Charlton respiraron de
nuevo con tranquilidad, hablar en los juzgados de ciertos temas podía correr
riesgos, por muy sólidas que fueran las paredes.
(Sr. Clark Miller) -.
Charlton! Como van las cosas por
el campo de golf? Has logrado calmar los
ánimos de esas chicas rebeldes de las hijas de nuestro buen amigo Calvin? Me comento que eran unas verdaderas fierecillas…
(Sr. Charlton) -. Unas verdaderas fieras es lo que son! Pero no les ha servido de nada, ahora están
mansas como corderitos, no hay nada como calentarles el trasero de firme. Calvin lo que si me ha comentado que espera
que nuestro buen amigo el Sr. Fiscal General, se pase por sus oficinas a
comunicarles cómo va ese negocio de las chicas prometidas, para sus negocios
con la sala gran Royal, ya la han acabado de habilitar y esperan poder
inaugurarla pronto. También me he pasado
por el edificio anexo al hospital, las chicas han acabado su formación para
trabajar como azafatas, se las podría instruir sobre el trabajo, y si están
dispuestas a someterse a la disciplina, es la salida más propicia. De ese modo podríamos encargar que nos
trajeran chicas nuevas a los hombres de la frontera del norte. Que os parece la solución? Al menos hasta que
los científicos alemanes den con el método del Dr. Lee. Aunque estos no hacen más que decir que les
falta información, sugieren que el Dr. Lee y su esposa debían tener documentos
de sus estudios, ellos no hacen más que decir que está incompleta la
información.
(Sr. Thomas Miller) -.
Crees Charlton que se las podría convencer, de que es lo mejor para
ellas? Con otras ha sido la mejor
solución, pero estas justamente han demostrado tener mucho coraje y son rebeldes.
(Sr. Clark Miller) -.
Nuestro buen amigo Williams Adams, como psicólogo es único logrando
hacer hablar a jóvenes, y si alguien
puede lograr convencerlas desde luego es él. Igual que tu Charlton eres único
disciplinando a chicas, por cierto el Sr. Fiscal te tiene un trabajillo para ti…
(Sr. Fiscal
General) -. Si, desde luego te tengo un trabajo que urge
rapidez y corrección al momento. Ahora
mismo la hago llamar. .- Marcando un número de tres dígitos, en seguida se escuchó una voz
femenina por el interfono. -. Srta.
Silvia! Puede venir a mi despacho, gracias.
Silvia al desconectar el interfono, se la podía ver nerviosa. Sabía
perfectamente que iba a ocurrir dentro del despacho, estaba hecha un manojo de
nervios, pues sabía que en su interior habían acompañantes con el Sr. Fiscal
General. Estaba muerta de miedo, pues sabía que sus declaraciones en la rueda
de prensa, no había sido buena idea, no hacía falta ser inteligente para darse
cuenta de su metedura de pata, y que iban a tener serias consecuencias para
ella, concretamente se acariciaba el aún caliente trasero, la azotaina que le
había dado la Sra. Alcaldesa no había sido gran cosa, más que nada había sido
pasado vergüenza de la escena, recibir
una azotaina en el vestíbulo, con la gente que pasaba por la estancia en esos
momentos, aun se ponía roja de la vergüenza al recordarlo. Dejo su mesa ordenada, así como el recoger
unos documentos y guardarlos en su mesa bajo llave. Entonces nerviosa se fue
hacia la puerta, llamando con los nudillos de su mano derecha y esperando la
respuesta dándole permiso de entrada. Momento que aprovecho para arreglarse las
braguitas, y sobarse el culo, luego aliso bien su falda ondulada azul marino, colocando su mano izquierda en su
cadera, y con la derecha sobre el pomo de la puerta para entrar en cuanto
dieran su autorización. Algo que en
breve la puerta se abrió, apareciendo ante ella el propio Fiscal, con cara de pocos
amigos, lógicamente estaba disgustado con ella.
(Sr. Fiscal General) -. Entra! Tenemos muchas cosas de que hablar.
.- Silvia entro al despacho preocupada por el error que
había cometido, pero el encontrarse en el interior a tres caballeros, eso la
preocupaba mucho más, esperaba que para regañarla los caballeros salieran del
despacho, pues ella sabía bien que en breve estaría sobre las rodillas de su
jefe, recibiendo una azotaina en el culo. Silvia ando hasta detenerse delante de la
mesa del despacho, como hacia siempre que entraba, bien fuera para ordenarle
una tarea o hacerle el dictado de una carta que debiera escribir. Como siempre el Sr. Fiscal pasando por su
lado, tomo asiento en su sillón mirándola fijamente a los ojos. -.
Silvia sabes que estoy muy decepcionado de cómo te has comportado hoy! No me esperaba esto de ti, pero como
comprenderás no estoy dispuesto a tolerar esta conducta. No comprendo cómo has
podido hacer una declaración ante los
representantes de la prensa y menos que hayas hablado en la rueda de prensa? Esa no es tu labor, para ello la Fiscalía
tiene un portavoz para dar información que sea necesaria. Y si él no ha creído
oportuno hacerlo, porque te has atrevido a tomarte unas diligencias que no
tienes autoridad. Sabes que va a ocurrir
ahora verdad? En ocasiones he resuelto
tus errores con una simple azotaina sobre mis rodillas, pero en esta ocasión te
mereces un castigo más ejemplar por tu mala acción. Acércate aquí inclínate sobre mi mesa!!! Y échate inclinada sobre ella apoyando el
pecho sobre la mesa, y las manos te agarras al borde del otro extremo. Ahora vas aprender lo que te sucede si no
haces tu trabajo. Charlton! Lo que estás buscando esta en aquel armario
del fondo, utiliza la del calibre cinco, esa bastara para que aprenda bien la lección.
Con cincuenta buenos azotes bastara por esta vez.
Silvia estaba intimidada al no estar sola en el despacho, como otras veces que había sido regañada y
posteriormente la había colocado sobre sus rodillas dándole una buena azotaina
en el trasero, en esos momentos habían cuatro hombres en el despacho, el que su
jefe estuviera era lo lógico y normal, pero porque debían de estar presentes
aquellos tres caballeros, ello si la molestaba porque se sentía muy avergonzada,
y no le hacía ninguna gracia ser
castigada, la verdad es que había ido demasiado lejos, y ser castigada lo veía
lógico después de todo, pero ser
castigada ante tres extraños no lo comprendía, pero aun así guardo silencio, no
deseaba empeorar su situación, y había algo que le decía que no lograría nada
con protestar. Así que tal y como se le había ordenado fue
hacia la mesa, inclinándose sobre ella, dejando así su trasero expuesto al
castigo, era consciente que al estar inclinada se le había debido subir la
falda, y que sus braguitas blancas serian visibles, algo que hizo que se
ruborizara de la vergüenza. Escucho
unos pasos que se aproximaban hacia ella, mirando hacia su izquierda al
escuchar que los pasos de ese lado venían, pudo ver como se le aproximaba el
Sr. Charlton con una vara en su mano derecha, llevándola en alto amenazante.
Pues ella podía verle el rostro serio del portador de aquella vara, lo que le
hizo que se le erizara todo el vello de su cuerpo, en apenas unos segundos
aquel hombre corpulento sentía su presencia detrás de ella, vio el extremo de
la vara a su derecha, pues había sido depositada sobre la mesa a su costado. Segundos después sintió como unas manos manipulaban su corta falda ondulada, y como se
la levantaban, colocándola sobre su espalda sujeta a la pretina de la
cinturilla de la falda, dejándosela bien sujeta acabando en ese instante por descubrir para que servían aquellos dos
botones en el reverso, avergonzada al sentir que su trasero estaba bien
expuesto, quedando al descubierto sus bragas blancas, no recordaba un día en su vida que hubiera
pasado tanta vergüenza, aparte de la primera vez que recibió su primera
azotaina sobre las rodillas de su jefe, o eso creía ella, que no había
posibilidad de pasar tanta vergüenza.
pero iba a descubrir que estaba muy equivocada, que aún podría haber una
situación mucho peor para ella, y apenas habían transcurrido unos segundos,
cuando unos dedos fríos los sintió que agarraban el elástico de la cinturilla
de sus bragas blancas, y como estas le eran bajadas lentamente, descubriendo su
trasero, y según sus bragas se deslizaron muslos abajo, notaba la brisa fresca
en su sexo, extrañada ante la humedad que podía notar en su entrepierna, y que
no encontraba explicación alguna, pero esa sensación de humedad no era la
primera vez que la había experimentado, cuando se había encontrado echada sobre
las rodillas del Sr. Fiscal, las braguitas las notaba mojadas, y por raro que
le pareciera, momentos antes de dirigirse a su mesa, después de haber recibido
una azotaina sobre las rodillas de la Sra. Alcaldesa, según se dirigía a su
puesto e iba sobándose el culo, el fondillo de sus braguitas se le habían
humedecido como no recordaba, al igual que al ser llamada al despacho, las
había vuelto a sentir humedecerse de nuevo.
Se sentía avergonzada de sí misma, pero al mismo tiempo había una sensación
que no le resultaba nada desagradable. Incluso el sentirse avergonzada de que
hubieran tres hombres, y su jefe viéndola inclinada hacia adelante sobre la
mesa, dispuesta para recibir una azotaina con aquella vara que la veía a su
derecha, teniendo su trasero desnudo y por la posición su entrepierna bien
expuesta, de alguna manera eso la excitaba, sintiendo como nuevos fluidos
descendían entre sus muslos, y aun le extrañaba más el que deseara sentir
aquella vara en su culo desnudo, no entendía nada, pero aquella experiencia no
estaba siendo tan desagradable al fin y al cabo, aunque ello no evitase el tener
verdadero terror como igualmente sentía pánico a ser castigada, todo era una extraña
mezcla entre dolor y placer.
Vio como la vara que se hallaba paralela a su
costado derecho, el Sr. Charlton la acababa de recoger, en ese instante su
terror, nervios, así como una extraña sensación de deseo la hacía temblar, el temor a que en cualquier momento la
sentiría en su trasero, la estremeció de la cabeza a los pies, tensando sus
nalgas temiéndose lo peor. Se sentía así misma intimidada al sentir la
presencia de alguien tras ella, pero la lascivia de su cuerpo la deseaba
sentirla en sus desnudas nalgas, un
silbido cerca de su trasero la hizo temblar, sintiendo su brisa al pasarle muy
cerca, brisa que sintió aun por tres veces más pasando cerca de sus nalgas
desnudas, por un instante relajo sus nalgas al soltar el aire de sus pulmones, había mantenido la respiración entre nervios y
temor. Volviendo a escuchar el silbido
de la vara, pero esta vez la sorprendió cuando aún sus pulmones expulsaban el
aire contenido, sintiendo como la vara de mordía en sus nalgas, esa fue la
sensación que sintió al sentir el primer azote. El dolor en sus nalgas la había
sorprendido, sintiendo un intenso dolor que le hizo agarrarse con más fuerza
con sus manos al borde de la mesa, la vara caía una y otra vez sobre sus nalgas
desnudas sin darle tiempo a recuperar el resuello, sintiéndola como le hacían
arder en sus nalgas cada uno de los azotes de la vara, estos eran rápidos como
certeros y constantes, siempre cayendo uno más abajo que el ultimo
hasta sentir la vara azotarle la base de sus nalgas con el inicio de sus
muslos, para luego volver a sentirla bajo su espalda, en el inicio de sus bien
formadas nalgas, e ir bajando progresivamente de nuevo hasta la base de sus
nalgas, los cincuenta azotes fueron rápidos, sintiendo como le ardía su
trasero, al tiempo que un intenso picor donde habían caído cada uno de los
azotes, quedando sus nalgas marcadas con finas líneas rojas. Sus piernas varias veces se flexionaron, así
como separarlas todo lo que pudo, pero sus bragas no le permitían separarlas,
aunque meneo sus caderas de un lado a otro, no pudo evitar sentir la mordedura
de la vara en sus nalgas.
Cuando el Sr. Charlton dio por finalizado el correctivo, arrojo la vara
al suelo. En ese instante Silvia se
quedó inmóvil sobre la mesa, solamente sus caderas se movían de un costado a
otro, debido al picor intenso en sus cruzadas nalgas por la vara, así como el
intenso dolor en su trasero, en su rostro descendían por sus mejillas las
lágrimas, había gritado y suplicado que parase de azotarla, pues el intenso
dolor era insoportable, era la primera vez que la castigaban con la vara, y
meneaba su culo dolorido tratando de buscar alivio alguno, pero este no era
posible, aunque al poco tiempo aun permaneciendo echada sobre la mesa, sintió
como por sus muslos había un líquido que se deslizaba por ellos, el menear su
trasero así como restregar sus muslos uno contra otro, había hecho que su sexo
experimentara una sensación muy agradable, a pesar del dolor en su culo
recientemente lacerado por la vara. Se
reincorporo por si misma muy dolorida, agachándose con serias dificultades al
doblar su cuerpo hacia adelante, sintió
como si el culo se le partiera en dos, pero aun así debido a la vergüenza que
experimentaba, saco fuerzas y sujetando la cinturilla de sus bragas se las
subió, aunque al pasar por su trasero lo hizo muy despacio hasta ajustárselas a
su cintura.
(Sr.
Thomas Miller) -. Sr. Fiscal! Me lo
está pareciendo a mí? O esta
desvergonzada ha contado los azotes, esperando acabar rápido de recibirlos y
marcharse de rositas tan tranquila. Imagino
que al quedarse a solas fuera de este despacho, romperá a llorar esos
lagrimones que humedecen sus mejillas así lo indican, Charlton le ha dejado un
bonito trasero bien marcado por la vara!
Pero no se la ve nada arrepentida
de la falta grave que ha cometido, creo que ha sido un castigo demasiado suave
y eso sí, lo ha aguantado muy valientemente, pero debería vérsela más arrepentida?
Pero no lo parece en absoluto. Es más! Da la impresión que está esperando
que le digas que se retire, lo que indicara que ella ha ganado, la verdad se la
debería ver avergonzada… y no retando con su mirada fría, está claro que esta
muchacha esta rabiosa, cuando debería mostrar arrepentimiento y respeto!
Thomas hablaba con sarcasmo al esperar que el castigo no fuera tan
relativo, esperaba verla retorcerse más al sentir como la vara era aplicada en
sus nalgas, al parecer su deseo por contemplar a la joven castigada, había
resultado corto para su retorcida mente.
(Sr. Clark Miller) -. Siento decirlo la verdad. La vara ha marcado perfectamente su trasero,
pero como bien dice Thomas! No se la ve
acongojada o temerosa de haber sido castigada, más bien parece todo lo
contrario. Como si nos retara a todos,
parece que no ha recibido un castigo adecuado a su falta.
Silvia le parecía mentira lo que estaba escuchando, como
podían juzgar como se encontraba ella, retando? Sus oídos así como su mente no podían dar
crédito a lo que escuchaba. Apenas
podía moverse de lo que le dolía el culo, cualquier leve movimiento la hacía
estremecerse del dolor en sus nalgas, incluso se arrepentía de haberse subido
las bragas, pues el mínimo roce de sus nalgas, con el tejido de algodón de sus bragas le
molestaban deseando poder quitárselas.
Arrepentida? Como no podían
pensar que el que estuviera o no, arrepentida! Como podían solo pensar que no
estaba arrepentida, desde luego que si
estaba arrepentida, sentía como el fondillo de sus bragas las tenía empapadas,
algo que la sorprendía de sí misma. Pero
lo que no podía ocultar o fingir era la rabia que sentía en su interior
después dejarla con el culo al aire ante tres caballeros que solo conocía de verlos con su
jefe. La vergüenza que había pasado, era
lo que la hacía mirarles con descaro, en cierta forma en su vergüenza, sentía
odio hacia quien había permitido avergonzarla así, pero si un caso no hacia
ellos, si no hacia su jefe el Sr. Fiscal, pues le costaba creer que su jefe hubiera
permitido que le levantara su falda un desconocido para ella, y que además no
solo le hubiera levantado la falda, si no, que además le había bajado sus
bragas e incluso la había azotado con la vara bien fuerte, dejándola con el
culo dolorido e inflamado. Como
deseaban esos caballeros que les mirase, si no era con odio y rabia después de
haber pasado por esa vergüenza, de ser exhibida ante tres señores. Una azotaina
de su jefe por su mal comportamiento en la rueda de prensa, lo hubiera aceptado
pues sabía que había obrado mal, así como que para dársela le hubiera levantado
la falda e incluso bajado sus bragas,
era lógico que lo hubiera hecho, y ella sabía que se la merecía. Pero era necesario hacerlo ante tres señores, y que para darle la zurra en el culo,
lo hiciera un extraño? Eso era
necesario. Además ahora se encontraba
abochornada que pensasen de ella todas aquellas barbaridades, que deseaban que
expresara? Si no era su rabia de la
impotencia al no poder protestar, después de la vergüenza a la que habían expuesto y hecho que ella pasara. Sobre
todo después de haberla exhibido pudiendo
ver su intimidad más íntima para toda mujer, pues ella a cada azote de
la vara, había separado sus muslos lo
que sus bragas le habían permitido, al tenerlas bajadas a la altura de sus
rodillas, ella había sentido como le trababan sus rodillas no pudiendo
separarlas, y que al separar sus muslos, su sexo había quedado expuesto
totalmente a aquellas obscenas miradas.
Aunque había intentado mantener sus muslos juntos, a partir de no
recordaba cuando, el dolor era tan intenso que no pudo evitar que sus muslos se separasen, y arqueara su trasero, o menear
el culo de lado a lado, pero a pesar de sus intentos la vara golpeaba sus
nalgas, sintiendo un fuerte dolor a cada nuevo azote. Pero a pesar del dolor que había sentido
cuando la vara la castigaba, ahora escuchar aquellas palabras
le dolía más, aunque ese dolor era en su orgullo de mujer.
(Sr. Fiscal
General) -. Debo deciros que no comparto
vuestra opinión, conozco bien a mi secretaria.
Y sé que se encuentra abochornada de la vergüenza que está sintiendo, yo
personalmente la he castigado cuando ha sido menester el hacerlo, y siempre se
muestra muy arrepentida después del castigo, y esa imagen de su rostro,
claramente es de la impotencia de haber sido castigada, por una persona a la
cual apenas conoce, esa es una razón para mostrar esa rabia en su rostro. Para vosotros mis buenos amigos, sé que le
daríais una nueva azotaina para quitarle esa cara de desprecio hacia vuestra
presencia, pero a diferencia de vosotros, difiero en esa idea, yo la conozco e
igualmente imagino porque se encuentra así.
Es la primera vez que la castiga alguien que no sea yo, y por esta vez
no voy hacer que quite esa cara de su rostro.
Pero Silvia! Siempre que sea necesario un castigo ejemplar, llamare a
Charlton un experto en disciplinar a chicas, o sea que puedes ir haciéndote a
la idea, que esta ocasión no va a ser la última. Entendido? Ahora puedes retirarte!
Silvia
no se lo hizo repetir dos veces, intento salir con relativa rapidez, pero al
dar tres pasos se vio obligada a detenerse
y llevarse las dos manos al trasero arqueando su cuerpo hacia atrás por unos
segundos, quizás el mover sus caderas sin saberlo, el caminar hacia la puerta
fue doloroso para ella a cada paso, pero al quinto paso lo que sentía era como picaban sus nalgas, asi como sentirlas
palpitar al agitarse a cada paso debido a la inflamación, por ello sin saberlo
sus manos las poso en su trasero, y sobándoselo con suavidad logro alcanzar la
puerta, sintiendo una sensación inesperada al más mínimo roce con sus bragas,
viéndose obligada a caminar más despacio. Ante aquellos señores invitados por su jefe,
no quiso darles la satisfacción de que la vieran sobarse el culo, pero aquellos
terribles pinchazos causaron, que por instinto sus manos sobre su trasero por
encima de su falda, pero ello no hacía más que empeorar su situación, teniendo
no solo introducir sus manos bajo la falda y sobarse el culo por encima de sus
bragas, tratando de evitar el roce de sus bragas con su castigado trasero, además sintió la imperiosa necesidad de introducir
sus dedos índice bajo el elástico de las perneras de sus braguitas y estirar
del elástico aliviando la presión que
ejercía en la base de su nalgas.
Una vez fuera del despacho rompió a llorar, apoyándose sobre su mesa
encorvada hacia adelante. Mientras en el interior del despacho seguían hablando…
(Sr. Thomas Miller) -. Amigo tú sabrás que es lo mejor, esta es
tu casa y sabes mejor que nadie como debes hacer las cosas. Pero nos has
privado de una escena que hubiera sido sublime verla patalear recibiendo una
buena azotaina, tu secretaria es toda una preciosidad de chica.
(Sr. Fiscal
General) -. Por ese motivo pague, lo que
pague por ella. Pues bien lo valía en su
momento, y ya veis que lo sigue valiendo.
Pero de esas cosas me gusta disfrutarlas yo solo, no me gusta compartir
lo que es de mi propiedad. Si he llamado
a Charlton es por una sencilla razón, se merecía un correctivo ejemplar con la
vara, y ese instrumento no es uno de mis predilectos, yo la habría lesionado al
usar la vara. Por eso le he hecho llamar
a Charlton. Él es único! Utilizando la
vara, ya habéis visto que líneas más perfectas le ha dejado en el culo, es todo
un maestro en ese arte. Bueno Charlton
cuando acabes lo que debas hacer, sabes que hoy en mi casa vas a tener trabajo
extra, además de tu obsequio personal… Verdad Clark?
(Sr. Clark Miller) -.
Desde luego que sí. Las chicas
como no estaban para concentrarse en sus pesquisas, cuando he salido hacia
aquí, he dado instrucciones que las recojan y lleven a tu casa, ya deben de
haber llegado. Entre ellas va tu
regalito amigo Charlton, según mis informadores, aunque ese muchacho ha sabido
mantener su secreto, es “Gay” no le vayas a romper el virgo el primer día.
Aunque mis informadores no me han podido precisar si sigue virgen, es solamente
posible que si lo sea aun.
(Sr. Charlton) -. Sabes Clark que no me gusta nada que
airees mi vida, lo que pueda hacer en mi tiempo libre no os concierne en nada,
siempre he sido muy cauteloso en ese tema, no os voy a tolerar ni una más,
entendido?. Y aunque me hayas
proporcionado un juguete nuevo, no quiere decir que vaya a tener nada más, que
lo estrictamente necesario en lo que se refiere a disciplina. Aunque os parezca algo incomprensible, yo no
aireo mi relación personal, como tampoco aireo la vuestra, y mucho menos quien
es mi pareja, me molesta que podáis pensar que voy por ahí tirándome a
cualquiera, yo tengo mi pareja como la podéis tener vosotros. Si solicite un chico es de sentido común, a
vosotros os da morbo castigar a chicas, y a mi todo lo contrario… a chicos. Y si en algún momento se os pasa por la
cabeza libraros de mí, sabed que desde hace años tengo mis propios negocios, al
igual que vosotros tenéis hombres para protegeros, yo también los tengo y si
deseáis complicaciones veremos quién gana esa batalla! Puedo derrotaros en cualquier momento, y si
no ponerme a prueba…
(Sr. Thomas Miller) -. No
estarás tratando de meternos miedo, verdad? Porque si nos amenazas te va a
costar muy caro, he hecho la vista gorda por ti muchas veces, pero tampoco es
un secreto que no me gusta tenerte cerca de mí.
(Sr. Clark Miller) -.
Haced el favor de calmar esos ánimos, Thomas no eres más que un bocazas,
y sería mejor que te calmases, pensando mejor lo que sale por tu boca, porque
te podrías abrasar tu solo de seguir por ese camino!!!
(Charlton) -.
Sería mejor para tu salud hacer caso a nuestro hermano mayor, se bien
que no me consideras tu hermano o hermanastro, siempre has sido un maldito
gilipollas dándose de machito, pero a mi lado no eres más que una hormiga
molesta, y a las hormigas se les pisa. Jamás he tratado de ser más que nadie, y
Clark lo sabe bien, pero tú solo eres dueño de un periodicucho porque te lo
permitimos nosotros, eso que te quede bien claro, yo soy dueño de media ciudad,
el campo de golf, el club de campo, y todos los hoteles de esta ciudad y
poblaciones colindantes, como también son míos los estudios de televisión y
emisoras de radio. Lo hombres de la
frontera norte, oeste y sur trabajan para mí, si solo muevo un dedo te puedo
hacer desaparecer a ti y a todo tu
ejercito de matones, ya que casi todos ellos trabajan para mi controlando todos
tus pasos, no hay movimiento que hagas, que no lo conozca yo antes de que lo
des. Así que controla tus palabras,
porque siempre te has dado de poderoso e ibas diciendo que yo vivía porque me
lo permitías tú y Clark, que sepas que soy yo quien te permite vivir. Nuestro padre nos dejó todos sus negocios a
Clark y a mí, a ti solo te dejo el periódico por dejarte algo, ya que eras su
hijo no pudiendo dejarte en la calle por mamá!
Si no, no tendrías nada. Clark
por ser el mayor lleva todos los negocios, pero al socio que sabias que informa
y que autoriza los movimientos soy yo!!!
O sea es mejor que estés callado a partir de ahora. Por hacerte caso a
ti, nos libramos de nuestros mejores científicos, y porque yo estaba fuera de
viaje con Clark, de haber estado aquí jamás lo hubiéramos permitido que los
eliminaras, en aquel momento fue nuestra madre quien impidió que te elimináramos,
o sea pequeña rata inmunda, más te vale no volver a cruzar esa línea, ahora no
hay nadie que te salve…
(Sr. Clark Miller) -. Thomas ya te había avisado varias veces
que no jugaras con tu suerte, que con Charlton no te convenía hacerle enfadar,
si te da el pasaporte por bocazas! No
moveré un dedo para impedirlo, has metido la pata demasiadas veces para seguir
encubriéndote… ándate con pies de plomo por tu bien, o acabaras con plomo en
tus pies y en los cimientos de un edificio.
Thomas abandono
el despacho llevándose todo lo que pillaba a su paso lanzándolo al suelo. Iba
furioso con lo que había sucedido, no se podía centrar en nada de lo cabreado
que salía, maldiciendo para sus adentros al maricon de Charlton, no tenía
ninguna intención de que se pudiera reír de él como lo había hecho, su venganza
era lo único que pensaba en esos momentos.
(Charlton) -.
Clark llama a los hermanos Wilson y que se encarguen de provocar un
accidente en el periódico, deben quemarse todos los archivos que ese capullo
pueda tener, ya sabes que tenía pensado traicionarnos, hace tiempo que sabe que
nosotros somos los dueños de todo, antes de que salga de este edificio debe
estar muerto. Yo aviso a Jordán que está en la puerta para que se lo cargue, se
acabaron sus tonterías esta vez!!! Ese
imbécil creía que Jordán era su mejor hombre, que iluso! Pagaría por ver la cara que pone cuando su
mejor hombre le meta un tiro en cabeza… .- Una detonación de un arma se escuchaba poco después,
recibiendo una llamada al teléfono del despacho. -. Dime Jordán. Bien, encárgate que la policía cace a sus
guardaespaldas, y que no les den tiempo para hablar, llámame cuando este todo
resuelto…han de culparles a ellos de su muerte, buen trabajo!!! Bueno Clark. Asunto resuelto, ya no nos dará
más problemas, se ha ido al otro mundo sin saber que el hijo adoptado era él,
aunque nuestro padre se arrepintió de haberse encargado de él, al matar a sus
padres que eran los dueños del club de campo.
(Sr. Clark Miller) -.
Desde luego era un iluso… Mira que pensar que nuestra madre en su lecho
de muerte, nos dijo que debíamos proteger a nuestro hermanastro, pensaba que se
refería a ti, cuando realmente se refería a él. Nuestro padre no le gustaba tu lado oscuro, y
estaba molesto por ello, pero eras su hijo aunque no le gustase como eras. Por
eso nos dijo a solas antes de morir quien era el hijo adoptado, y por ese
motivo nuestra madre lo quiso proteger, porque ella sabía que nuestro padre nos
lo había aclarado, y que con ello sentenciaba a muerte tarde o temprano. Su
cobardía y soberbia es lo que le ha causado su muerte, si hubiera cambiado como
yo le aconsejaba a menudo, estaría aún vivo…
Desde el
interior del despacho se podían escuchar gritos y murmullos, en un momento dado
la puerta se abrió entrando la secretaria, irrumpiendo en el despacho muy
exaltada, pero a pesar de su exaltación por las noticias que traía, su mano
izquierda la llevaba sobre su trasero sobándose claramente por las molestias
que debía sentir en el culo, tras el severo castigo con la vara.
(Silvia) -.
Perdón Sr. Fiscal! Que entre de
este modo, pero ha habido disparos en la calle, a las puertas de esta fiscalía,
los que han entrado gritando decían que habían matado al señor que estaba en
este despacho con ustedes, el director del periódico. La policía también ha disparado matando a los
hombres que habían disparado sobre el periodista, hay un alboroto de gente a
las puertas.
(Sr. Fiscal
General) -. Muchas gracias Silvia… Mantenme informado de
todo, imagino que la policía cuando acabe sus pesquisas desearan comunicarme lo
sucedido, avíseles a quien lleve la investigación que los hermanos de la
víctima están reunidos conmigo, en espera de sus noticias, vaya rápida e infórmeles a los agentes.
Silvia abandono el despacho rápidamente, no deseaba estar
dentro del despacho, más de lo necesario viendo que los caballeros que la
habían visto desnuda de cintura para abajo aún permanecían en su interior, como
el hombre que la había castigado con la vara.
(Sr. Fiscal
General) -. Bueno al parecer todo ha salido como se
esperaba, pero ahora tenemos un serio problema que debemos resolver. A quien vamos a poner en el puesto de Thomas
para dirigir el periódico, debe de ser alguien de nuestra confianza, cierto?
(Sr. Charlton) -.
Bueno… No va a ser sencillo encontrar a la persona o personas que
dirijan ese periódico, va a resultar un arduo trabajo de selección para ocupar
ese puesto.
(Sr. Clark Miller) -. Yo no creo que pueda resultar tan
complicado, es más, podríamos quitarnos ciertos problemas que tenemos, pues
disponemos de dos chicas que han terminado su formación. Por fortuna una de
ellas, además de nuestra formación que le hemos proporcionado, al adquirirla había
acabado graduada en periodismo, y ahora debería acabar su formación realizando
dos años en prácticas, y la otra, esta graduada en empresariales, y al igual,
debe finalizar su carrera haciendo prácticas, las cuales las podría terminar
gestionando las finanzas del periódico.
Además tenemos al maestro de ceremonias del club de campo, que es el
redactor jefe del periódico, o sea que estaríamos informados de primerísima
mano de sus errores, el club de golf, así dispondría de sus dos chicas. No creo que esas chicas desperdicien una
oportunidad como esa, aunque deban firmar un contrato de trabajo con las
clausulas habituales de aplicación de disciplina. Solamente habría que hacer
que el director del hospital donde se han formado, que les diera la noticia y el
mismo las llevase a las oficinas del periódico, como máximo accionista yo les
haría la entrevista de trabajo, y Williams Adams como psicólogo no le será
difícil convencerlas. Tu qué piensas Charlton? Crees que podría funcionar esa
solución?
(Sr. Charlton) -. Hombre.
Creo que nos vendría que ni al pelo, esa solución desde luego, esas
chicas son muy soberbias, rebeldes, con un coraje explosivo, pero creo que su ambición las puede cegar, y
dispondríamos de ellas para el club de golf, para nuestro maestro de
ceremonias, el cual es uno de nuestros amigos y socio más poderoso. Si creo que sería la solución para ese
problema, aunque deberemos esperar a enterrar como es debido a nuestro querido
hermano y guardar unos días de luto.
Amigo Fiscal deberías hablar con tu Alcaldesa y que la ciudad este de
luto durante tres días, con las banderas en los edificios oficiales a media
asta en recuerdo.
(Sr. Fiscal
General) -. En cuanto los agentes me informen de lo
sucedido, y de la correspondiente rueda de prensa, informando de lo sucedido,
antes abre hablado con Victoria, para así anunciar en la rueda de prensa la
determinación del ayuntamiento, de poner sus banderas a media asta en su
recuerdo. Luego Charlton deberemos irnos
a casa, hoy hay que castigar a las agentes que no estaban presentes ayer, vamos
a estar muy ocupados hoy.
El vehículo las
había recogido en el parking del edificio de la Agencia de detectives Miller
S.A. todas se subieron a la limusina de una empresa privada, claramente las que
tenían más problemas para ir cómodamente sentadas, eran Marie Nelson, Yuni Lee, y Vanessa Rodríguez se las veía por cómo se congestionaban sus rostros, así como sus
traseros inquietos, moviéndose al no poder mantener la misma posición demasiado
tiempo, mientras el vehículo circulaba
por las calles de la ciudad. En cambio Rose Mery Anderson, Luisa Fernández
como Carmen López, y Jessica Frank… Las chicas sonrientes se miraban entre sí,
como buenas spankee´s disfrutaban viendo los gestos de dolor de sus amigas,
aunque ello no significase sentir lastima por ellas, las miraban como apoyaban
sus manos paralelas a su cuerpo y así levantar sus traseros ligeramente del
asiento. Rose Mery, Luisa y Carmen
miraban de reojo a Jessica Frank, pues aunque la Sra. Ingrid Adams le había peinado y
vestido de chica, no parecía que fuese un chico, aunque se le podía ver que
estaba completamente avergonzado, pues vestía como una chica, sobre todo
viajaba con los muslos juntos, pues no quería que sus amigas le pudieran ver que
llevaba bragas bajo la corta falda, aunque ello resultaba imposible, y ya se
las habían visto al caminar hacia el parking y al subir a la limusina, cuando sus compañeras lo conocían bien. Aunque no se fijaban en ellas, Helen Smith
también tenía serias complicaciones para ir sentada, como la doctora Silvia
Cayetano, que hacia lo que podía por mantenerse sentada sin apenas moverse,
pues ninguna de aquellas chicas que le acompañaban la conocían a ella, lo cual le causaba una gran vergüenza
que pudieran ver como llevaba su trasero de dolorido, ella desconocía que
Jessica que iba sentada a su lado fuera un chico.
No tardaron
mucho en llegar a la casa del Fiscal, a esas horas de la tarde apenas había
tráfico en la ciudad, por lo que el trayecto fue de unos escasos veinte
minutos. Al llegar se abrió la puerta de la limusina, saliendo en primer lugar
Rose Mery, Luisa y Carmen. Detrás de ellas salió Marie la primera, la Dra.
Silvia no pudo evitar mirar el trasero a Marie, la cual pudo ver que por los
ribetes del elástico de las perneras de sus bragas, como sus nalgas aparecían
muy coloradas, con tonos más oscuros, que de haber habido más luz, podría haber
visto lo morado que lo tenía. La siguiente en salir fue Yuni Lee, viendo que
también llevaba el culo muy colorado, luego también se lo vio colorado a Helen,
la siguiente en salir fue Jessica Frank y esta llevaba su trasero normal. Al
poco salió ella misma, aunque a ella ninguna pudo ver como llevaba ella el
trasero, pero aunque no se lo vieran, si vieron reflejado en su rostro las
muecas de dolor en su trasero al salir del vehículo, así como llevarse sus
manos al trasero dolorido aunque se pasara sus manos disimuladamente.
Al salir de la
limusina se colocaron una al lado de la otra, pues tal y como iban saliendo la
Sra. Myers las iba indicando como debían colocarse, en espera a que salieran
las demás chicas, adivinando por sus rostros cuales de ellas tenían las
secuelas de haber sido castigadas, y las que no debían sentir recientes
molestias, aunque todas habían sido castigadas en las últimas horas, todas
excepto una, Jessica Frank. Una vez todas estaban colocadas una junto a la
otra, mirando hacia la puerta principal de la casa, la Sra. Myers se dirigió a
ellas saludándolas.
(Sra. Myers) -. Buenas tardes chicas, soy la Sra.
Myers. Ama de llaves de la casa del Sr.
Fiscal General de la ciudad. Algunas de
vosotras ya me conocéis, pero para las nuevas voy a informaros de las normas de
la casa. Pero antes de nada quiero saber quiénes sois, conozco vuestros nombres,
pero ha llegado el momento de conocernos en persona, así que según os vaya nombrando, dar
un paso al frente. Marie Nelson delegada
de las detectives, Yuny Lee, Vanessa Rodríguez, Rose Mery Anderson, Carmen López, Luisa Fernández y Jessica Frank.
La secretaria Helen Smith, y por último la Dra. Silvia Cayetano. Bien veo que
estáis todas presentes, para empezar seréis ubicadas en habitaciones separadas,
siendo tres chicas en cada habitación, Marie Nelson, Yuny Lee y Vanessa
Rodríguez en la primera, Rose Mery Anderson, Luisa Fernández, y Carmen López en
la segunda, Jessica Frank, Helen Smith y Silvia Cayetano en la tercera. En cada habitación hay un cesto para la colada
de mimbre blanco para dejar vuestra ropa sucia, cada día al levantaros se os
llevara a la habitación la ropa limpia, con vuestros nombres. No es necesario
deciros que quien deje la ropa tirada tendrá consecuencias graves, quien no esté
debidamente vestida con su uniforme
tendrá consecuencias, una vez apagadas las luces quien este levantada
tendrá consecuencias, si alguna sale de su habitación tendrá consecuencias, si
sois sorprendidas destapadas y las bragas bajadas tendrá consecuencias, si
habláis entre vosotras una vez apagadas las luces tendrá consecuencias, si
alguna mancha ensuciando las sabanas
tendrá graves consecuencias, si sois sorprendidas tocándose la entrepierna, tendrá severas consecuencias, quien de
vosotras no realice sus tareas asignadas tendrá consecuencias, si bajáis tarde
a desayunar, almorzar o cenar tendrá consecuencias, en definitiva cualquier
problema que podáis darme, tendrá consecuencias… Y ahora seguidme a vuestras
habitaciones, hasta que llegue el Sr. Fiscal General permaneceréis en vuestras
habitaciones hasta nueva orden, quien de vosotras tenga que ir al servicio, que
lo diga ahora. En la habitación hay unos
interruptores para avisarme si deseáis ir al servicio, en ningún caso, podéis
ir solas al servicio, y a partir de que se apaguen las luces, nadie puede
utilizar el interruptor para ir al servicio, o sea, que aseguraros antes de
acostarse el comunicar que necesitáis ir al servicio, luego ya no podréis ir
hasta la mañana siguiente. Ahora tal y
como os he nombrado seguidme.
La Sra. Myers
se encamino hacia la entrada, al entrar dentro de la casa todas excepto Marie,
Yuni, y Vanessa se quedaron sorprendidas
del amplio vestíbulo, así como al entrar al salón que aún era mayor teniendo
puertas a cada extremo, sorprendidas de su decoración rustica, atravesándolo
salieron hacia un amplio pasillo que conducía a otro vestíbulo o antesala donde habían unas escaleras que ascendían al piso superior,
quedaron anonadadas al ver las escaleras circulares que ascendían una a cada
extremo de un gran vestíbulo, uniéndose en el rellano del piso de arriba, solo
en las películas de cine, las habían visto hasta ese instante, tuvieron que
subir por ellas al paso que la Sra. Myers, teniendo las chicas serias
dificultades para seguirla, las molestias
en sus traseros las hacían subir
despacio, pero una sola mirada de la Sra. Myers volviendo la cabeza hacia ellas, las hizo
aumentar su ritmo, al mismo que a las demás chicas, por lo que más de una se
tuvo que llevar sus manos al trasero sujetándoselo por la base, y así impedir
que se agitasen al subir los escalones. En cada puerta de las habitaciones asignadas,
la Sra. Myers se detenía, entrando en la habitación las chicas asignadas sin
mediar palabra alguna, sucesivamente todas fueron ubicadas en sus habitaciones.
Las chicas caminaban de un lado a otro como si
estuvieran enjauladas, no sabían que podían hacer para entretenerse, pero las
normas que se les había explicado a la llegada, prácticamente las anulaba a poder hacer cualquier cosa, sin que tuvieran una consecuencia, sentarse en las camas podían
arrugar las colchas que las cubrían, y bajo ninguna circunstancia deseaban
averiguar que les sucedería de hacer algo inesperado. Solamente Marie, Yuni, y
Vanessa estaban tumbadas en sus respectivas camas echadas boca abajo, y
hablaban entre ellas de sus cosas.
(Vanessa) -. Marie!
Te agradezco que entraras sola. Gracias por lo sucedido en el ático de
tu padre, si hubiéramos entrado las tres nos habría castigado. Lo que lamento es que solo te hayan castigado
a ti, aunque la verdad aunque no lo creas no me apetecía que me zurrasen de
nuevo.
(Marie) -. No
es necesario que me des las gracias… Si he entrado sola es por Yuni, no por ti.
Espero que en esta casa se te bajen esos malos humos y deseos lascivos por ser castigada, sabemos muy bien como debes
llevar tus bragas de cochina!!! Con la
azotaina que has visto que le daba mi padre a Helen, no solamente se te han
mojado las bragas, también has mojado la piel del sofá, es que no tienes
solución, pero en esta casa se te van a quitar esas locas ganas de que te calienten
el culo.
(Yuni Lee) -. Crees Marie que nos van a castigar hoy
también? Mi culo no aguantaría otra
azotaina más…
(Marie) -. No
lo sé pequeña! Pero ayer nos castigaron
por nuestro error en la investigación, por lo tanto Rose Mery, Carmen, y Luisa se
libraron al no estar presentes, es de esperar que las castiguen hoy, y a Frank
también claro.
(Vanessa) -. Le habéis visto que mono estaba vestido de
chica, en casa le había visto andar por el piso en braguitas, pero nunca
vestido con falda, estaba muy guapa… Seguro que aunque esté pasando vergüenza
debe estar realizando su fantasía más oscura.
(Marie) -. Es posible que sí, que este disfrutando
del momento quien sabe. Yo le he visto muy avergonzado, ni tan siquiera nos
miraba de la vergüenza.
En ese instante escucharon pasos en el pasillo, y como estos poco después se
volvían a escuchar de nuevo, pero esta vez se detenían ante su puerta
abriéndose de golpe y apareciendo la Sra. Myers en el umbral. Con una señal con
su mano derecha, las chicas salieron al pasillo, viendo en ese momento que le
acompañaban las chicas, Rose Mery, Carmen, Luisa y Jessica, la Sra. Myers sin
mediar palabra las llevo hacia las escaleras, descendiendo por ellas, una vez
en el vestíbulo las condujo hacia el salón en el cual estuvieron la tarde noche
anterior y que fueron castigadas. Una vez en el vestíbulo, las dejo en pie una
al lado de la otra, para poco después la Sra. Myers desapareció por una de las
puertas.
Las chicas al
quedarse a solas por primera vez juntas, junto a su amigo Frank. Se miraban
entre ellas sin decirse nada, se miraban entre sí a ver cuál de ellas rompía el
silencio, aunque las más preocupadas eran Rose Mery, Carmen, Luisa y la recién
bautizada como Jessica Frank. Siendo fue
la de siempre la más atrevida y descarada en hablar rompiendo el silencio,
Vanessa.
(Vanessa) -.
Frank como te encuentras? Lamento que te veas en esta situación, por
nuestra culpa.
(Marie) -. Es la primera vez que te escucho hablar
sinceramente, resulta hasta extraño oír tu voz, aunque estoy segura que es por
tu malicia de saber cómo se siente vestido de chica, lo que deseas saber en
realidad.
(Vanessa) -. Que egoísta que eres Marie! No parece que lo sepas o no lo quieras saber,
pero Frank y yo vivimos juntos desde hace mucho tiempo, no necesito saber cómo
se siente él, porque lo sé muy bien cómo se encuentra! Pero lo que le he preguntado es como se
encuentra, no lo que tu mente calenturienta pueda imaginar…
(Frank) -. No os peléis chicas! Todas me conocéis desde hace tiempo, y la que
no lo decía, lo sospechaba que soy Gay.
Pero esto no lo hubiera imaginado jamás, el verme en esta situación. Que
sea Gay, no significa que sea travesti. Me gustan las braguitas, eso sí es
cierto, soy fetichista de esa prenda, pero jamás me habría imaginado pasar por
una situación como esta. Alguien tiene que tener la mente muy retorcida para
hacerme pasar por chica, y no… Marie, no me gusta verme vestido así, pero es
por tu culpa por lo que estamos en esta situación. Desde el primer momento te dije que debíamos
investigar al cliente antes de aceptar el caso, y vosotras las secundasteis
diciendo que lo mejor era ir directas al
grano, pues chicas!!! Aquí están los
resultados, no creo que nos hayan hecho bajar al vestíbulo para volver a decirnos
las normas…
(Rose Mery) -. Que quieres decir con eso, Frank?
(Frank) -. Preguntárselo a vuestra delegada, ella
debe saberlo seguramente…
(Luisa) -. Que pretendes decirnos Frank, a que se
refiere Marie?
(Marie) -.
Ayer cuando llegamos nos hicieron estar en esta sala, hasta la llegada
del Sr. Fiscal General, nos explicó por qué estábamos aquí, y las consecuencias
que nuestro error iba a acarrearnos… Fuimos castigadas tras aquella puerta del
fondo, es el despacho del Sr. Fiscal General.
(Rose Mery) -. Durante todo el día has sabido lo que iba
a sucedernos y no nos has dicho nada?
Eres una…
(Marie) -. Es
que acaso haría sentiros mejor el saber que van a daros o darnos la azotaina de
nuestra vida dentro de unos momentos? Te sentirías mejor? O habríais pasado un
día horrible pensando en lo que nos aguarda hoy? Es mejor que no supierais nada, al menos solo
van a ser unos minutos de angustia lo que vais a pasar, mientras yo he estado
todo el día sin poder quitarme esa imagen de mi mente, y encima ya he sido
castigada hoy y ahora lo voy a volver a ser teniendo mi culo que no puedo ni
tocármelo.
En ese momento
se abrió la puerta del despacho apareciendo la Institutriz, Lady Margaret
deteniéndose ante las chicas, mirándolas bien de arriba abajo como si las
estuviera estudiando, hasta que en un momento dado se rompió el silencio.
(Lady Margaret) -.
Buenas tardes chicas! Puedo veros
y me decepciona el cómo vais vestidas, que forma son esas de llevar vuestro
uniforme? Levantaos las faldas y daros
la vuelta quiero ver esas bragas. .- Las siete chicas se levantaron las faldas dejando sus
braguitas a la vista, y luego se dieron la vuelta para verlas como llevaban las
bragas puestas, mostrando sus traseros. -.
La verdad es que me decepcionáis, pero hoy no voy a ser exigente con vosotras,
pero lo mejor para vosotras es que os subáis bien las braguitas y que estas
queden bien tensas, así como el elástico de las perneras bien colocadas. Tenéis mucha suerte que esta revisión no haya
sido la Sra. Myers quien os haya revisado vuestro uniforme, ahora mismo estaría
calentando vuestros traseros por vestir de manera inadecuada. En breve os atenderá el Sr. Fiscal General,
pero me ha comunicado que primero me presente ante vosotras, ya que por las
mañanas vais a recibir clases de ética y comunicación. Sobre todo el cómo debe
iniciarse toda investigación, ya que al parecer el haberos graduado en la
universidad, no debisteis asistir algunas de esas clases, pues habéis cometido
graves errores, así que después del desayuno subiremos a la sala de estudio y
daré clase. Ahora os dejo con el Sr.
Fiscal General.
Lady Margaret abandono el salón por la
puerta que daba al pasillo hacia las escaleras, aunque antes de abandonar el
salón se pasó la mano izquierda por su trasero, tallándose la falda de arriba
abajo, desapareciendo ante sus miradas.
Vanessa al ver salir a Lady Margaret una sonrisa se
dibujó en sus labios, por lo visto su mente calenturienta, seguramente recordaba
la azotaina que había presenciado como se la daban en ese trasero, viendo
claramente que aún tenía que estar muy dolorida. En aquellos momentos cuando
presencio como era castigada, sentía mucha
lastima al presenciar como recibía la azotaina con el cepillo la Institutriz,
pero ahora un día después, sus braguitas se le habían humedecido solo con
imaginarse como debería de llevar el culo. Aunque no debería de estar mucho
mejor el suyo propio. Pues también había sido castigada con el cepillo, aunque
no recibiera la azotaina en el trasero
tan severamente como ella. si
poder evitar llevar su mano a su entrepierna y tocarse por encima de la falda
sonriendo, como disfrutando de la visión tocándose en su sexo, a través de su
liviana falda. Aunque la sonrisa
desapareció en el acto al escuchar a sus espaldas que alguien estaba detrás de
ella, y podía haber visto su cara sonriente reflejada en el enorme espejo de la
pared de enfrente, aunque para Vanessa no sospechaba que había sido vista.
(Sr. Fiscal General) -. Buenas
tardes muchachas! .- Las
sorprendió a todas al hablar permaneciendo a sus espaldas, ninguna le había
visto entrar al salón. Hasta que breves segundos después pasando entre ellas se
colocaba al frente de sus miradas. .-
Por vuestros rostros veo que no me esperabais verme, y también he visto que
ninguna habéis arreglado el elástico de vuestras braguitas, puedo apreciar
vuestras caras de preocupación. Debo
deciros que hacéis bien el preocuparos, pero antes de encargarme de todas
vosotras he de arreglar un asunto. Por
lo que parece una de vosotras le hace gracia, que alguien se acaricie el culo y
por su mente calenturienta se imagine lo que no debe hacer. No es ningún secreto al decir que Lady
Margaret fue lamentablemente, por su conducta inadecuada llamada al orden, y
recibió un correctivo en presencia de quienes presenciaron esa conducta, por lo
cual dejo en mala posición mi autoridad, teniendo que aplicarle un correctivo
habiendo testigos, en otra situación no habría sido aplicado su correctivo
públicamente, si no, en la intimidad de mi despacho. Pero esas conductas es
necesario el corregirlas cuando se cometen y en ese preciso momento. Al igual, que hay que corregir en el momento
cuando una chica, no se comporta con responsabilidad de una mujer adulta, y se
comporta como una chica de la calle, que le falta el respeto a los transeúntes
y a todo aquel del cual se pueda reír de él. Pues bien… No se puede tolerar que
una de vosotras por haber presenciado un correctivo, a una de las señoras responsables
de la casa, esta se mofe de ella, por verla sobándose el trasero. Eso no está
bien, y no es correcto tal comportamiento, por lo cual es necesario tomar
medidas para que aprenda a comportarse en lo sucesivo, está muy mal visto que
además se haya tocado en su intimidad. Verdad Vanessa? Te parece adecuado mofarte
de una persona por que esta haya recibido una azotaina, en tu presencia? Esa es la educación que te enseñaron en tu
casa? Porque en esta casa, no se te va a
consentir esa conducta, así que acércate hacia este lugar que me voy a encargar
personalmente de ti.
Vanessa estaba
aterrada de que la hubiera visto, de haber sabido que la estaba observando no
habría actuado de ese modo, pero aún se preguntaba cómo había sido. Cuando al levantar su mirada para ver a donde
debía colocarse, se vio reflejada su cara en el espejo de la pared del fondo,
en ese detalle ella no se había fijado, que la había sorprendido a través del
espejo, lo que ello le causo mayor vergüenza al ver a sus compañeras que la
observaban a través de ese maldito espejo.
Al levantar su mirada no únicamente pudo ver su reflejo, vio como el Sr.
Fiscal se había adelantado hacia un mueble, justo el mueble que sostenía sobre
él dicho espejo, y en donde aparte de unas vitrinas de vidrio, que en su
interior podía ver unas piezas de cerámica que por los dibujos, debían de ser
muy antiguas seguramente una vajilla de la madre o abuela, entre las vitrinas
en el centro habían varios cajones, y el Sr. Fiscal había abierto el segundo cajón,
al volverse hacia Vanessa, a esta se le
abrieron los ojos como platos, en su mano derecha había aparecido un viejo
cepillo de madera, muy similar al que esa mañana había sido castigada Lady
Margaret, Vanessa al verlo se quedó petrificada de pie, sin ser capaz de
moverse del miedo que se había apoderado de ella. El Sr. Fiscal la vio como cambiaba su rostro
al verle con el cepillo en su mano derecha, deduciendo que la joven Vanessa
estaba aterrorizada, pues cualquiera en su lugar habría reaccionado de la misma
forma, sabiendo que iba a ser castigada con semejante instrumento, su aspecto
era para temer sus consecuencias, y ella había presenciado como toda una señora
como Lady Margaret. Como había aguantado
estoicamente parte de la severa azotaina, pero Vanessa no tenía ese temple o
fuerza de voluntad para aguantar como ella.
Y ella en los azotes finales de la azotaina se había retorcido sobre sí
misma, meneando sus caderas de un lado a otro, lo que no daba la apariencia que
el resto de la azotaina, no le debiera
de haber dolido exactamente igual, que los recibidos en los momentos
finales de la azotaina, pero los había aguantado con una entereza inigualable,
aunque al final su entereza se viera vencida por el dolor. Vanessa sabiéndose incapaz de aguantar, se
quedó paralizada del temor ante lo que se le avecinaba, se maldecía así misma por su poca delicadeza hacia Lady Margaret, al verla que se retiraba
del salón sobándose el trasero, así como haber sonreído y haberse tocado siendo
sorprendida.
El Sr. Fiscal
la agarro del lóbulo de la oreja derecha y tirando de ella la llevo hacia un
sillón, al cual no se sentó en el sofá como seria de esperar, si no, lo hizo sobre el brazo del sofá, colocando a Vanessa
sobre su muslo izquierdo, mientras que con la pierna derecha sujetaba las
piernas de la joven, el resto del cuerpo pendía perpendicular al sillón apoyando sus manos en
el suelo al quedar colgando hacia abajo en una posición, en la cual iba a serle
difícil llevarse las manos a su trasero.
Quedando su trasero bien expuesto al quedar al descubierto sus bragas
blancas con ramilletes de flores, al caer su corta falda sobre su espalda por
su propio peso, dejando su trasero solamente cubierto por sus bragas de algodón
con los dibujos de ramilletes de florecillas,
las cuales se las bajo al instante a la mitad de sus muslos, justo por donde el
Sr. Fiscal la mantenía inmovilizada sus piernas, al haber pasado la suya propia
por ellas inmovilizándoselas. Los azotes no se hicieron de esperar,
enseguida sentía como el culo le iba a estallar del intensísimo ardor que
experimentaba, por más que su cuerpo intento retorcerse sobre sí mismo, estaba en una posición que no le
obedecían sus fuerzas, ni con sus manos llevándoselas a su espalda para
cubrirse el culo, sus brazos quedaban
cortos al no alcanzar, el Sr. fiscal sabía muy bien por qué se había sentado
sobre el brazo y no sobre su cómo y mullido asiento, porque en esa posición le
podía dar la severa azotaina que se merecía, sin que la joven pudiera hacer
nada para evitar la azotaina interponiendo
sus manos. Para su mala fortuna el
cepillo en esta ocasión no se rompió, como durante el castigo a Lady Margaret que si
se había partido por el mango, por lo que
Vanessa recibió una azotaina de las que no se olvidan en
varios días. Cuando el Sr.
Fiscal acabo de darle la merecida azotaina, dejo que su cuerpo se deslizara de
su muslo izquierdo, dejándola con suavidad posarse en el suelo, en donde se
quedó echada de costado llorando desconsoladamente, con sus manos en su rostro
cubriéndose.
El Sr. Fiscal se levantó del brazo del
sillón, con cuidado al pasar por el lado de Vanessa que yacía en el suelo
llorando, encogida en posición fetal con el culo inflamado completamente
colorado, de un tono colorado intenso prácticamente de escarlata, con una gran aureola redonda en el centro de
cada nalga donde se habían concentrado gran parte de los azotes al propinarle
la severa azotaina, en esa aureola tenía un color amoratado oscuro, y aun manteniendo sus braguitas bajadas a las
rodillas.
(Sr. Fiscal
General) -. Bien muchachas! Mientras vuestra amiga Vanessa medita, reconsiderando
que no se debe reír de quienes
desobedecen e incumplen las normas de esta casa. Lady Margaret le fue aplicado un correctivo
por poner en entredicho mi decisión, eso no estuvo bien, mereciendo una
azotaina. Pero que una de las personas que están a vuestro cargo, pueda cometer
un error es posible desde luego, pero eso no implica que no tenga sus
consecuencias. Curiosa la palabra
consecuencias, verdad? Es lo que sucede
cuando ocurren hechos que no deberían de suceder, al igual que unas chicas que
tienen una responsabilidad, debiendo ser meticulosas con su trabajo, pues puede
que ese trabajo pueda perjudicar a terceros, en vuestro caso como Fiscal
General el perjudicado era yo, vuestra empresa podría haber tomado las medidas
necesarias, Williams Adams es un magnifico psicólogo, la disciplina es necesaria dependiendo de
cada caso, y el vuestro requiere tomar medidas
adecuadas a vuestro error, entendéis?
Ha llegado el momento que hable con vosotras, las que tomáis vuestras
decisiones, sin hacer una consulta previa a sus decisiones,
sin valorar si obran correctamente, no es cierto, fue así?
(Jessica Frank) -.
Señor! Yo les aconseje que no
debían hacerlo, que no eran las formas de actuar adecuadas de una o un agente
cualificado, pero no me hicieron caso.
(Sr. Fiscal
General) -. Tu eres Frank, verdad? Tú deseas exculparte así. Sin más, dices que
aconsejaste que no hicieran lo que debían hacer
y que no fuera la forma de actuar correcta. Sabes Frank o mejor dicho Jessica, pues estas
castigado a vestir como una chica debido a que te dejaste influenciar por las
chicas, oh. Vaya! Pensabas que estas
castigado a vestir como una chica por tu secreto, sabíamos que eres Gay antes
de que entraras a la agencia. Tranquilo
por ese motivo no estás aquí, una persona es libre de tener su vida íntima,
siempre que no airee esta. Si no para
que aprendas que no se deben saltar las normas.
Vestido como chico no pasarías la vergüenza que van a pasar ellas, como
chica te dará muchísima vergüenza ser castigado y tratado como una chica, te
avergonzaras cada segundo que pases en esta casa, al igual que ellas. En cuanto a tu buen hacer de las cosas, y que
las avisaste, dices? Está claro que no
sirvieron tus consejos, pero aun así, decidiste acompañarlas en su error. Porque te crees tú Frank o Jessica? Que en una empresa hay personal que siempre
están por encima de otros, teniendo más autoridad que los primeros? Están por una clara razón, por si los trabajadores tienen consciencia de
que su delegada comete un error, las bases de empresa te facilitan medios para
que puedas exponer tus protestas, y estos servicios determinan si obran mal u
obran bien, y en el caso de ser una mala decisión tomada por la delegada,
tienen autoridad para detener esa investigación y tomar medidas sancionadoras
contra la delegada. De haberlo hecho no
estaríamos aquí, verdad? Te dirigiste a
tu supervisores para comunicar tu desacuerdo?
No, verdad? Pues si hay algo que
me moleste más, que no reconocer una persona sus errores, es que acuse a otros
para defenderse ellos, son a los chivatos, que son capaces de cualquier cosa
para librarse ellos de recibir su sanción, pero tranquila te arrepentirás como
ellas. Para empezar quiero que podáis
ver algo, para aclarar vuestro error!
Rose Mery y vosotras junto a Marie, y demás chicas, según vuestra propia investigación una de las chicas
desaparecidas es? Silvia Montero,
procedente de Sevilla (España), de diecinueve años, un metro cincuenta de
estatura, cuarenta y cinco kilos aproximadamente, cabello negro largo y ojos
verdes, cierto?
El Sr. Fiscal
General se encamino hacia la puerta, este, que daba a la entrada principal
desapareciendo tras ella, para poco después volver a entrar acompañándole una
chica morena, adelantándose hacia donde estaban las chicas en pie.
(Sr. Fiscal
General) -. Voy a presentaros a mi
secretaria personal en la fiscalía, haces el favor de decirles tu nombre y
presentarte ante ellas…
(Silvia) -.
Hola, soy Silvia Montero secretaria del Fiscal General, llevo diez meses
trabajando en la fiscalía de la ciudad, y tuve que cambiar mi domicilio debido
a mi nuevo trabajo, pues siendo la secretaria del Fiscal General, podría correr
riesgos en mi antiguo domicilio, pudiendo poner en peligro mi vida, si alguien
deseara utilizarme para llegar al Sr. Fiscal.
(Sr. Fiscal
general) -. Rose Mery, cuánto tiempo
lleva desaparecida de su domicilio la joven llamada Silvia Montero?
(Rose Mery) -.
…entre ocho y diez meses según nuestro cliente.
(Sr. Fiscal
General) -. Y vuestro cliente investigo sobre su nuevo
domicilio? Perdonad, vuestro cliente
contrato vuestros servicios para hallar su paradero, habéis investigado sobre
su paradero o dirección actual? Porque
Silvia Montero está dada de alta en el ministerio de trabajo, desde hace diez
meses como funcionaria de la ciudad, y en ese ministerio consta su nueva
dirección, habéis investigado? .- Miro hacia las siete chicas de la agencia Miller S.A. -. Vuestro silencio me dice que no. Silvia!
Mi chofer te llevara a casa, gracias por haber venido. Ahora podría hacer venir a las hermanas
gemelas, a las cuales les facilito estudios universitarios a cambio de trabajar
en el servicio de esta casa. Pero
vuestra delegada ya debe haberos informado, pues ella las pudo conocer ayer, y
vosotras las podréis ver cuando sirvan la cena esta noche, creo que ya no es
necesario perder más el tiempo. Y que la primera de vosotras pase al despacho
para recibir su correspondiente correctivo.
Mirad!!! Aquí tenemos a nuestro
supervisor el Sr. Charlton.
(Sr. Charlton) -.
Bien he podido escuchar mientras te justificabas, por qué se debe aplicar
disciplina a estas jóvenes, yo personalmente me habría encargado de ellas como
corresponde, pero un caballero de leyes, es comprensible que desee demostrar
que estas chicas no hicieron bien su trabajo, además de estar a punto de
provocar una crisis en la ciudad y
hacerles saber porque es necesario que la disciplina actué en consecuencia.
Ahora una vez todo está aclarado, es la hora de hablar en privado con ciertas
señoritas, así que puede acompañarme una de vosotras, como no tengo preferencia
por ninguna en concreto, que tal si la
señorita Rose Mery, que está siendo la antagonista al hablar, sea la primera, así que vamos!
Silvia estaba
en el centro de atención de todos, aunque en realidad nadie le prestaba
atención a ella. Las chicas incluida Jessica se miraban entre sí, y observaban
como el Sr. Charlton se encamino hacia el despacho, seguido unos metros más atrás de Rose Mery la
cual caminaba lentamente, sus manos nerviosas actuaban por cuenta propia como
una autómata, su mente divagaba en sus pensamientos basándose en sus recuerdos,
en cómo se había visto implicada en aquella locura. Se acariciaba nerviosa sus caderas, tenía
las manos sudorosas, no era la primera vez que sentía esa sensación de temor,
pero ver de cerca al Sr. Charlton intimidaba a cualquier chica, un hombre
corpulento con unos brazos enormes y sus poderosas manos, así como su estatura
que sobrepasaba el metro noventa, era para sentirse intimidada de lo que iba a
sucederle en el interior de aquel despacho, del cual estaba entrando por su
puerta, su mano izquierda se acarició el culo disimuladamente, aunque para sus
compañeras no les pasó desapercibido ese
detalle, le vieron hacerlo como se pasaba la mano, al igual que como introducía
su mano bajo la falda y se acariciaba la parte baja del culo, por encima de
sus braguitas blancas de algodón.
Rose Mery
desapareció de las miradas de sus amigas,
al entrar al despacho el Sr. Charlton se sentó en una silla ya preparada
anteriormente, parándose Rose Mery ante él. Sin preámbulos sus manos las paso
bajo la falda, y tirando de las perneras de sus braguitas se las bajo hasta los
tobillos de un solo tirón. Colocándola bruscamente sobre su regazo, al tiempo
que levantaba su falda, la azotaina comenzó al instante con la mano, Rose Mery
al sentir los azotes en su culo desnudo, en su rostro se reflejaba apretando
los dientes el dolor que cada azote de aquella mano enorme le producía, apenas
se movió removiendo sus caderas, aceptaba la azotaina merecida, el culo no
tardo más que unos minutos en sentirlo arder como el mismísimo infierno, pero
aun así apretando los dientes con más fuerza, aguanto a duras penas la azotaina,
de sus pupilas ya brotaban las primeras lágrimas, pero sus sollozos eran
silenciosos. Poco después la azotaina
dio un giro total, Rose Mery comenzó a llorar desesperada, ya que los azotes
propinados ya no era con la palma de su mano, ahora empleaba un instrumento que
no vio cual era, pero le abrasaba el culo a cada azote que recibía, haciéndola
patalear alocadamente…
Las chicas
afuera en el salón, solamente escuchaban lo que sucedía en el interior, durante
los minutos solo se escuchaban como los
azotes caían sobre supuestamente su trasero, pero en unos minutos fue algo
claramente esclarecedor al escucharla llorar, mientras el sonido de los azotes
seguían escuchándose nítidamente. Las
chicas a cada minuto que pasaba estaban más nerviosas, pues el sonido de la
azotaina a Rose Mery las desconcentraba a todas, hacia unos instantes que los
“Ayees” de Rose Mery era más acusados siendo más seguidos, y sus gritos de
dolor habían aumentado, así como el sonido de los azotes resultaban más
rápidos, pero con el sonido característico que resultaba más opaco, por lo que
el sonido era bien conocido por cualquiera de ellas, lo acababan de escuchar de
cerca hacia tan solo unos minutos, cuando había recibido la azotaina Vanessa
sobre el regazo del Sr. Fiscal General.
Silvia la
secretaria del Fiscal General había pasado desapercibida, pero lo que resultaba
incomprensible era que aún permanecía en el salón, aunque ninguna de las chicas
se centró en ella, tenían otras preocupaciones más próximas, que la presencia
de la secretaria del Fiscal. Está, en su
invisibilidad había aprovechado para ayudar a Vanessa, la había ayudado a
levantarse, incluso ella misma le había subido sus bragas, viendo como Vanessa
se encogía de dolor al subirle las bragas pasándolas por sus nalgas inflamadas. Sin que nadie se fijase en ellas, la llevo a
la esquina oeste, del salón junto a la
chimenea. Junto al fuego a unos metros,
había un sofá estratégicamente orientado hacia el fuego, junto a dos sillones laterales
uno a cada lado. Silvia coloco a
Vanessa echada lateralmente con las piernas flexionadas, sentándose ella a su
lado, aunque con ciertos problemas al hacerlo, los efectos de la severa
azotaina que había recibido hacia tan solo unas horas, aun la escocia bastante
sobre todo al sentarse apoyando sus nalgas sobre el mullido asiento del sofá,
antes de sentarse había acampanado su corta falda ondulada azul marino, por lo
que al sentarse lo hizo directamente sobre sus bragas. Se acomodó ligeramente
inclinada para no apoyar su trasero dolorido, echada hacia Vanessa, con lo cual tenía su
ardiente trasero al alcance de su mano izquierda. Tal y como estaba colocado el sofá, nadie
que entrara en el salón podría verlas que se encontraban en él. Silvia lasciva le acariciaba el culo ardiente
a Vanessa por encima de sus bragas, mientras escuchaba de fondo como lloraba
Rose Mery y escuchando el sonido de la azotaina. Mientras ella había introducido su mano
derecha entre la cinturilla de sus bragas, bajándola hacia su sexo tocándose
con discreción, el fondillo de sus
braguitas se encontraba inundado por sus fluidos, mientras su mano izquierda le
acariciaba el ardiente trasero a Vanessa.
El sonido de
la azotaina a Rose Mery había cesado, solo se escuchaba como lloraba de fondo,
aunque en breve las chicas pudieron verla salir del despacho sobándose el culo
con las dos manos, caminando hacia sus amigas que la miraban con lágrimas en
sus ojos. El fiscal General salía
detrás de ella, y con la mano derecha hizo una señal a Luisa. Le había llegado
su turno, con pasos cortos se dirigió hacia el despacho, en el trayecto se cruzó
con Rose Mery se fundieron en un abrazo, aunque fue corto, pues el Sr. Fiscal
salió al salón para separarlas, en ese
instante se fijó el Fiscal mirando hacia el fondo oeste del salón, fue como si
hubiera visto una sombra de algo que había llamado su atención. En ese momento
al centrar su mirada, las vio a las chicas Silvia y Vanessa, aunque la lascivia
de su secretaria la pudo ver claramente, pues la chica se había ocultado entre
el sofá y los sillones para no ser vista, pero había omitido el gran espejo que
había en el techo. En el salón debido a
su gran estancia resultaba enorme para grandes eventos, para que no hubiera
rincones ciegos en el salón estaba decorado con espejos en paredes y techo,
donde los muebles debido a su ubicación no resultara claramente un espacio
ciego hacia los invitados que pudiera haber en el salón. Lo cual delataba su posición a Silvia,
quizás se habría dado cuenta, o quizás no. Pero había sido descubierta
masturbándose, y acariciando el trasero a otra chica, la cual se la veía
claramente descansando pues se la veía dormida. Silvia podría estar en serios
problemas, a sabiendas de saberlo o ignorando que había sido descubierta en su
escondrijo. La lascivia de la secretaria
no se podría imaginar a donde podría llegar, pero pronto iba a conocer su
error, de ser esa su intención o no, sin
saberlo estaba en serios problemas.
Al interior
del despacho acababa de entrar Luisa acompañada por el Sr.
Fiscal. Apenas estaban a unos metros del
Sr. Charlton, esos últimos metros los hizo ella sola en sus ojos se reflejaba
el miedo que tenía, sus manos nerviosas estiraban el borde de su falda ondulada
gris perla. Al estar ante quien ya
estaba preparado para darle la azotaina, la cómodo sobre sus rodillas
acomodándola, descubrió su robusto trasero subiéndole la falda, dejándola con
su trasero cubierto por unas bragas blancas de algodón, con unos dibujos de
capullos de rosas rojas, que resaltaban sobre el fondo blanco. Las perneras se
le habían introducido parte de ellas entre sus nalgas, así que introduciendo
sus dedos bajo sus braguitas, agarro el
elástico estirándoselas dejándolas bien tensas. La temida azotaina comenzó a
recibirla Luisa sin haberle bajado sus bragas, en cierta manera respiraba
aliviada al sentir que su culo no lo mostraba a quien le estaba calentando el
trasero, pues sus finas bragas de algodón, apenas la protegían de aquella mano
pesada. Los azotes le hacían arder el culo de tal manera, que apenas podía
mantenerse quieta sobre su regazo, no tardo apenas unos minutos cuando al
arderle sus nalgas, empezó a patalear alocadamente, Luisa apenas aguantaba el
dolor, nunca había sido valiente y siempre lloraba a los pocos azotes cuando
recibía una azotaina a manos de su padre o madre, y en estos momentos siendo ya
toda una mujer, demostraba así misma que no había cambiado nada, pues al
arderle el culo empezó a llorar, por lo que en parte la beneficio, pues para el
Sr. Charlton pudo observar como Luisa se rendía rápidamente a la evidencia, y
con ella solamente utilizo su mano para darle la azotaina, aunque la prolongo
durante varios minutos más, que la azotaina a Rose Mery.
Desde el salón se
escuchaban de nuevo el sonido de azotes, Luisa estaba recibiendo una azotaina,
mientras en el sofá de la chimenea, Silvia se acariciaba moviendo sus dedos más
intensamente. Incluso con su mano izquierda había dejado de acariciarle el
trasero a Vanessa, para bajarse las bragas a medio muslo, dada su excitación al
escuchar a Luisa llorar mientras recibía la azotaina. Su excitación había llegado a una cota
insospechada incluso para sí misma, agarrando con su mano libre, la izquierda
la cinturilla del elástico de las braguitas de Vanessa, bajándosela para poder
verle el culo desnudo amoratado, mientras Vanessa ignorando todo seguía
dormida.
Una nueva
azotaina iba a comenzar en breve, Carmen ya se encontraba de pie junto a
Charlton a su costado derecho, en segundos la tenía acomodada sobre sus
rodillas, le subió su corta falda ondulada, y le bajo sus bragas a continuación
acariciándole las nalgas, ya que al igual que Rose Mery, y Luisa, Carmen tenia
aun marcas de la azotaina que recibiera un par de días atrás. Charlton al
tenerla sobre su regazo con el trasero al descubierto, comenzó la azotaina
utilizando el cepillo de madera, casi de inmediato Carmen comenzó a llorar,
hacia un par de días que hubiera sido castigada por el supervisor Sr. Adams,
utilizando el paddle de madera, aunque solamente fueron unos azotes, el paddle
hizo su labor dejando claramente sus efectos, y al sentir de nuevo como recibía
la azotaina, no pudo controlar sus sentimientos y ante el nuevo correctivo
lloraba desconsolada.
Desde el
salón se escuchaba la azotaina de Carmen, igual que sucediera con Rose Mery y Luisa, ya hacía unos minutos había comenzado a llorar. Solo quedaba en el salón Jessica
Frank. Mientras las chicas se acariciaban sus doloridos traseros tras haber sido castigadas, Marie y Yuni Lee
con lágrimas en sus pupilas se abrazaban a ellas, a los pocos minutos, Carmen las acompañaba con su rostro bañado en
lágrimas. Había llegado el turno para
Jessica Frank, el mismo Fiscal General tal como había hecho con las chicas, salió
del despacho acompañando a Carmen y reclamando su presencia a Jessica que le acompañara al interior del
despacho.
XXX
Pero
al entrar al despacho se detuvo en la puerta, viendo como Jessica caminaba
hacia el Sr. Charlton que aguardaba
sentado en la silla, con el cepillo de madera en su mano derecha. Mirar a la joven Jessica Frank era distinto que
a las chicas, pues ellas llegado el momento de acercarse, cada una de ellas se
acariciaban su trasero, y se le veía en sus caras el temor al castigo. En cambio Jessica Frank
caminaba con decisión, hacia
quien la iba a poner sobre sus rodillas, esta no se había sobado el trasero ni
una sola vez, quien sabe el porqué, pero si miraba fijamente hacia el Sr.
Charlton, mientras se colocaba a su costado
derecho sin mostrar temor alguno. En
breve fue acomodado sobre el regazo quedando sus bragas a la vista, pero al instante
dio comienzo la azotaina con el cepillo de madera. El Sr. Fiscal salió del despacho dejándolos a solas, mientras observa tras el espejo del
fondo del salón en el techo, como Silvia seguía tocándose descaradamente.
En el despacho
resonaban por la estancia el sonido de los azotes, por su sonido podía
apreciarse la fuerza empleada para darle la azotaina, aunque conservaba las
bragas puestas. Ya que el Sr. Charlton
buen conocedor de la situación, si le bajaba las braguitas con aquellos dibujos
chillones, ramilletes de florecillas con tono en su fondo lila,
imitaba a las florecillas de lavanda, una flor hermosa. El hecho de ser castigada con las braguitas
puestas, Jessica Frank era una chica, de habérselas bajado al inicio de la
azotaina, sus sentimientos habrían resultado diferentes, pues el tener el culo
desnudo al inicio, resultaría su castigo como un chico, por lo cual apenas
sentiría vergüenza alguna, pues la falda que mantenía puesta no era más que un
trozo de tela. En cambio Jessica estaba
claramente avergonzada, y la azotaina con el cepillo de madera, era claramente
muy dolorosa para ella. Intento luchar
por contener su llanto, pero el intenso dolor, como el ardor que abrasaba en su
trasero, sumado a su vergüenza fue superior a su orgullo, acabando por hundirse
poniéndose a llorar como una mocosa. En
ese instante que había sido claramente vencida su última barrera, le bajo las
bragas a la altura de medio muslo, como buen profesional a la hora de castigar,
debía dejarle claro, que aunque le hubiera bajado las bragas, aun las podía
sentir en sus muslos, por cual aún las conservaba puestas. El culo lo tenía ya a esas alturas de un
tono colorado muy intenso, toda su
fuerza había sido derrotada al hacerle sentirse como una chica, y los
comentarios lapidarios del Sr. Charlton acabo con la poca entereza que le
quedaba… “Bien pequeña desvergonzada,
vas a ver sinvergüenza como te voy a poner el culo… Vaya con la señorita!!!
Vestida con su preciosa falda, y con esas braguitas tan monas que llevas
puestas, has visto que florecillas de color lila? Muy bonitas, verdad? Quien iba a decir que ibas a llorar como una
damisela!!!, a esta señorita es necesario calentarle el culo, bien caliente… No
te vas a sentar en una semana, desvergonzada!!!...” La azotaina duro varios minutos más,
hasta que la parte plana del cepillo de madera hizo un sonido hueco, con la
severa azotaina dejándola con el trasero muy dolorido e inflamado, había
acabado agrietando la parte plana del cepillo. Con lo que la azotaina ceso en
ese preciso instante.
El Sr.
Charlton ayudo a incorporarse a la joven Jessica, la cual a seguir siendo
tratada como una chica, a pesar de lo que le abrasaba su trasero claramente
amoratado, pues la azotaina había sido muy intensa haciendo sudar a quien le
había puesto el culo en ese estado. Aun con las bragas a medio muslo, Jessica
se sobaba el culo con sus dos manos, sobre todo masajeándose la base de sus
nalgas donde la azotaina se había centrado en esa zona, por ser claramente la
zona más sensible y más dolorosa. La
vergüenza de Jessica se reflejaba en su cara, los ojos los mantenía cerrados
pues no soportaba ser observada, sobre todo al sentir como su miembro lo sentía
dolerle de la erección que mantenía. Y por si ello fuera poco…
(Sr. Charlton) -. Bonito uniforme llevas! Y bonitas tus braguitas verdad? Y esto, vaya
parece que la muchacha ha disfrutado con la azotaina, te gusta llevar las
braguitas, verdad cochina!! Con tu sexo erecto y mostrando liquido preseminal
asomando, has visto el suelo? Como lo
has manchado. .- El
Sr. Charlton agarro la cinturilla de las braguitas, y estiro de ellas hacia el
exponiéndola bien tensa desde la cinturilla al fondillo entre sus muslos,
viéndose en las bragas una mancha húmeda y con liquido claramente viscoso y
espeso…-. Vaya! Que tenemos aquí pequeña
sinvergüenza!!! Te has corrido en las braguitas también, así que no solamente
has manchado el suelo y mis pantalones, también has ensuciado tus bonitas
braguitas… A esto hay que ponerle remedio ya!
Le subió las braguitas hasta su cintura
levantándole bien la falda, y así le subió las bragas más arriba del ombligo
dejándoselas bien tensas, y aun así, su sexo erecto abultaba en las braguitas.
Luego dejo caer la falda, y aun asi se apreciaba claramente su erección en la
falda, debido a que su miembro erecto era claramente de un tamaño respetable,
siendo difícil de ocultar posiblemente a ojo, sus veintidós centímetros.
Cuando Jessica
salió del despacho sobándose el culo por encima de sus bragas, el culo debía de
tenerlo muy colorado tras la azotaina que había recibido, pero su rostro se
encontraba más colorado aun, pues estaba muy avergonzado consigo mismo. Ya que mientras se sobaba con fuerza el
culo, había algo que destacaba en él, haciéndole avergonzarse de sí mismo. Una chica cuando había sido castigada, para
saber si había disfrutado del castigo, se le debía bajar sus bragas y palpar
con las yemas de sus dedos el sexo, o hacerla abrirse de piernas para ver si
estaba excitada sexualmente viendo la humedad concentrada, bien en el fondillo
de sus braguitas o en los labios de su sexo.
En cambio para Jessica era muy vergonzoso verse a sí misma, pues al caminar hacia sus amigas era
imposible ocultar un bulto en su falda, pues aun llevando las bragas puestas,
resultaba imposible ocultar la erección de su miembro, y que sus amigas
pudieron ver el bulto bajo su falda.
En su
paroxismo Silvia no se había percatado de nada, pero ante ella tenía una seria
situación que no esperaba, al acabar la azotaina de Jessica, Silvia se había
ido calmando, quedando echada sobre el
sofá relajada, poco después se subió las
bragas lentamente, pues su trasero según habían ido pasando los minutos y las
horas, lo sentía muy sensible doliéndole horrores, la vara claramente había
dejado serias secuelas en sus inflamadas nalgas, en las zonas donde la vara se
había cruzado una y otra vez durante la azotaina, creando unos finos verdugones
que palpitaban por si solos, y el roce de sus braguitas acentuaban esos roces.
Se iba a levantar para marcharse cuando se quedó petrificada sin atreverse a
mover un ápice su cuerpo.
En frente de ella
tenía a la Sra. Myers mirándola con los
brazos cruzados en su pecho, a su lado estaba la Srta.
Lady Margaret mirándola ambas muy seriamente, al igual que el Sr. Fiscal
General a su lado. Sus rostros lo decían todo, estaban claramente indignados por lo que había hecho… Silvia les miraba anonadada sin saber cómo
reaccionar, era una situación compleja que no dejaba lugar a dudas, dos chicas
jóvenes sorprendidas con las bragas bajadas, una dormida de costado y con el
culo al aire claramente muy colorado. Y la chica despierta espatarrada, sentada
con el culo en el mismo borde del sofá
con las bragas aun sujetas por sus manos subiéndoselas. No eran necesario palabras para deducir que
estaba haciendo esa chica, mientras la otra no se enteraba de nada dormida. En
ese instante se despertaba Vanessa, al abrir sus ojos se quedó perpleja al ver
que era observada, y palpando su trasero dolorido noto que sus bragas las tenía
bajadas por debajo de sus coloradas nalgas…
(Vanessa) -. Que
hago así? Solo recuerdo que alguien muy amablemente me ha ayudado a ponerme en
pie y acomodar en este sofá, pero porque estoy así…?
Vanessa se encontraba claramente contrariada consigo
misma, no comprendía que hacia ella así, y mucho menos el porqué de aquellos
rostros que la observaban a ella y a la chica que estaba a su lado y que no
recordaba haberla visto antes, solo tenía imágenes fugaces en su mente de
haberla visto cuando la había ayudado a reincorporarse del suelo, y que le había
ayudado a subirse las braguitas, acompañándola hasta el sofá. Luego no recordaba nada más aparte de sentir
unas caricias muy agradables que calmaban el dolor en su trasero quedándose
dormida.
Pero a Vanessa
se sorprendió aún más, cuando vio como
Lady Margaret se sentó a su izquierda sin mencionar palabra alguna.
Quedándose pasmada al verla a su lado Vanessa, aquello solo podía significar
algo que no le gustaba nada. Y sus
sospechas no tardaron en confirmarse cuando Lady Margaret la hizo echarse sobre
su regazo, le levantaba su corta falda y posteriormente le bajo las bragas a
medio muslo, pero antes de comenzar a darle una azotaina. Lady Margaret deseaba
comprobar si había habido colaboración, al perecer solo podían haber sospechas
hacia Vanessa, como si hubieran estado presenciando toda la escena, así que
Lady Margaret le separo los muslos, al tensarse las braguitas de Vanessa por su
fondillo, este fue palpado con delicadeza comprobando su estado, así como
Vanessa avergonzada sintió como las yemas de aquellos dedos invasores la
tocaban en su intimidad, los labios exteriores estaban claramente secos, aunque
al penetrar aquellos dedos en los pliegues interiores, al sentir aquella
caricia intima no pudo evitar que sus fluidos emanasen de su interior mojando
aquellos dedos invasores femeninos, la dulce caricia fue la causante de que
Vanessa se humedeciera en ese instante, sus braguitas fueron subidas de nuevo y
bien ajustadas a su cintura, así como bajada su corta falda para luego ayudarla
a incorporarse poniéndola en pie.
En ese momento
Lady Margaret agarro a Silvia atrayéndola hacia ella, y echándola bruscamente
sobre su regazo, no fue necesario observarla íntimamente, una vez echada boca
abajo sobre el regazo de Lady Margaret, las braguitas de Silvia estaban húmedas
a la altura de sus redondas nalgas, al parecer al subirse las braguitas,
permaneciendo sentada sobre el sofá, sus braguitas habían secado la humedad
concentrada en el asiento, el fondillo de sus braguitas se encontraba
claramente empapado de fluidos, que incluso traspasaba el tejido del fondillo
de sus braguitas, derramando fluidos por sus muslos. Aun así, Lady Margaret le
bajo las bragas blancas a Silvia, y al forzarla a separar sus muslos, estos se
encontraban claramente mojados, y el fondillo de sus braguitas completamente
húmedo, pero las yemas de sus dedos subieron por el interior de sus muslos,
hasta llegar a su entrepierna la cual se apreciaba abundante humedad, así como
al pasar las yemas de sus dedos en los labios exteriores, y al introducir en
los labios interiores los dedos hacían un sonido al moverse, dada la intensa
humedad de su sexo. El trasero colorado
de Silvia aún se apreciaban claramente las finas líneas de la vara, aunque
estas ya casi las ocultaban los inflamados y pequeños verdugones inflamados, así
como el tono morado que estaba cambiando su color colorado, con los bordes de
un azulado verdoso. Claramente
disgustada hizo que Silvia se levantase de su regazo, quedando en pie junto a
ella, con las bragas aun bajadas. La
misma Lady Margaret se levantó poniéndose en pie junto a la joven secretaria,
mirando hacia el Sr. Fiscal General como si aguardara sus instrucciones.
(Sra. Myers) -. Usted dirá Sr. Fiscal que desea que
hagamos con estas jóvenes?
Vanessa
aguardaba avergonzada sin saber a quién mirar al lado de Silvia, mientras esta,
con todo el descaro se inclinó lo necesario para subirse las bragas y se las
ajusto a su cintura teniendo que subirse la falda para hacerlo. Luego miro de
manera agria a las señoras, mirándolas con desprecio, en su mente nadie podría
decir que ideas le rondaban, pero aquella forma descarada de mirarlas, disgusto
a su jefe el Sr. Fiscal.
(Sr. Fiscal
General) -. A ver,
es un serio dilema en el que me han puesto estas jóvenes, aunque ellas
lo que no saben es que las observaba desde hace bastantes minutos, y aunque
ambas deberían de ser disciplinadas, reconozco que la chica de la agencia
Miller no ha colaborado, pues después de recibir la azotaina que le he dado,
debía de estar agotada del esfuerzo que ha realizado, al intentar en vano el
debatirse sobre mis rodillas, mientras ha recibido la azotaina con el cepillo,
claramente ha quedado muy dolorida y al acomodarla en el sofá, se ha quedado
dormida. He podido ver con claridad que
mi secretaria se ha aprovechado de las circunstancias y ha sido ella la que se
ha comportado de una manera irrespetuosa al masturbarse. Una falta que en esta casa es considerada de
una gravedad imperdonable, debiendo ser severamente castigada la chica que es
sorprendida tocándose. Mi secretaria dudo que supiera que lo que hacía era algo
imperdonable, y que en circunstancias diferentes lo lamentaría. Lo que me tiene intrigado, es qué diablos
estaba haciendo aun en la casa. A ella
la he hecho venir para demostrar a las jóvenes detectives, el error que habían
cometido, en ningún caso mi secretaria debía de seguir aquí, pues una vez se ha
demostrado que ella no está desaparecida, la he indicado que mi chofer la
aguardaba para llevarla a su casa. Yo en
ese momento me he desentendido de ella, pues estaba completamente convencido
que se había marchado cuando se lo he indicado.
Por lo tanto, ha desobedecido mi orden de irse de la casa, no contenta
con desobedecer, además ha ayudado a Vanessa a incorporarse, algo que no tenía
autorización para hacerlo, además le ha subido sus bragas, también sin
autorización, luego la ha acomodado en este sofá, y lo más sorprendente es que
lo ha hecho a sabiendas que no sería observada, pues nadie se ha percatado de
su presencia, y además se ha masturbado mientras las chicas eran castigadas en
el despacho. Ella ignoraba que yo la
observaba por el espejo del techo, viéndola primeramente masturbarse sola
introduciendo su mano derecha entre sus bragas, luego más tarde cuando he
vuelto a salir, la he podido ver como se había bajado sus bragas para tocarse
con más libertad. Una vez la joven
Carmen ha sido castigada, he vuelto a salir viéndola como le bajaba las bragas
a Vanessa y le acariciaba el culo estando la chica dormida, mientras con la mano derecha se masturbaba. Por lo tanto la gravedad es tal, que no
deseo involucrarme en la situación a seguir, pues de hacerlo iba a ser
castigada de manera ejemplar, a pesar que no pertenece a esta casa. Por lo
tanto… Lady Margaret acompañe a las chicas a sus habitaciones, yo me retiro a
mi despacho. Usted Sra. Myers como Ama
de llaves y responsable de la casa, disponga usted misma que lección debe darle
a la joven, luego le asigna una habitación de la casa, pues esta noche la
pasara en ella.
(Continuará…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario